jueves, 25 de agosto de 2016

DE LA ESCUELA DE MUERTE EN PANAMÁ A LA ESCUELA DE VIDA EN BOLIVIA



Por Hernán Mena Cifuentes.- En Bolivia, el presidente Evo Morales inauguró el miércoles una escuela única, donde los militares recibirán clases sobre respeto a la vida humana, filosofía diametralmente opuesta a la de la tristemente célebre, Escuela de Las Américas de Panamá donde más de 60.000 militares latinoamericanos aprendieron de sus maestros del Ejército de EEUU a torturar, asesinar y dar golpes de Estado.
La creación de la Escuela Antiimperialista de los Pueblos del Abya Yala, nombre de la institución, marca la diferencia que hay entre la visión humanista de los procesos políticos surgidos en la Patria grande a partir de la revolución cubana, nicaragüense y venezolana, y el nulo valor que la vida tiene para el Imperio, que deshumaniza a los soldados y los convierte en robots que asesinan a mansalva.
“Esta escuela -dijo el mandatario Aymara durante el discurso que pronuncio en el acto- que antes ( en Panamá) existía la Escuela de las Américas, institución operada por los EEUU donde los militares latinoamericanos eran ideologilizados, ahora será un centro para revisar la historia de cómo los países de América Latina y del mundo han sido sometidos. Es nuestra obligación crear esta escuela que recupere ideológicamente nuestra identidad.”
“Era necesario -explicó- crear esta institución para construir un pensamiento que permita enfrentar el dominio cultural, ideológico, político del Imperio y su estructura Capitalista y lograr así la verdadera liberación de los pueblos. Un espacio institucional de discusión, de conocimiento y de construcción de un pensamiento anticolonial, anticapitalista, antiimperial, orgánico, que permita la solidaridad entre fuerzas armadas y movimientos sociales.
Evo describió a la audiencia las armas que utiliza el Imperialismo para someter a los pueblos, entre ellas, la Economía, las tecnologías y los medios de comunicación, advirtiendo que estos últimos se han convertido en una poderosa arma de guerra dirigida a la desinformacióñn, a la ideologización imperial y a la desmovilización de la sociedad.”
“Son armas para someter a las sociedades que construyen modelos de vida ideales, como el arma del modelo estadounidense que se basa en el lujo y el consumismo exagerado.”
La Escuela Antiimperialista es la antítesis de la Escuela de las Américas que existió en Panamá durante 38 años hasta su expulsión por decisión del General Omar Torrijos, hastiado de observar como allí se destruía la tradición heroica y libertaria de los soldados latinoamericanos y caribeños y emergía en su lugar una generación de militares asesinos al servicio de EEUU.
Reymi Ferreira, ministro de Defensa boliviano destacó la asistencia al acto, de sus homólogos, nicaragüense y venezolano, Martha Ruiz Vladimir Padrino López y del viceministro de Defensa ecuatoriano, Felipe Vega, señalando que quienes critican la creación de la nueva escuela, lo hacen porque les molesta que la FAB tome conciencia y no vuelva a estar supeditadas a ninguna potencia.”
El historiador, sociólogo y politólogo argentino Atillio Borón dictó la primera clase a los alumnos de la institución, disertando sobre los diferentes procesos y sucesos que se desarrollan en la Patria Grande, donde EEUU busca recuperar los feudos que perdió tras la irrupción de gobiernos progresistas y revolucionarios que cambiaron el mapa político, económico y social de la región,
Por su parte, Darío Klein, periodista, académico e historiador argentino, rasgó hace años con la destreza de un cirujano forense, el bisturí investigativo en el cuerpo de la School of the Americas (SOA por sus siglas en inglés) después que esta fue mudada en 1984 a Fort Benning, Columbus, en el Estado de Georgia, EEUU.
Su análisis, vertido en un trabajo titulado: “Escuela de las Américas: La academia militar de la Guerrra Fría”· es un breve tratado sobre las actividades que en sus aulas desarrollaron, expertos del US Army en Contrainsurgencia, para convertir en asesinos a miles de militares latinoamericanos y caribeños, muchos de los cuales regresaron a su patrias para aplicar las nefastas técnicas de tortura, desaparición y muerte que allí aprendieron.
“Es blanco de odios -dice el estudio en su parte introductoria- de gente dispuesta a todo, hasta ir a la cárcel, para que deje de existir. Sus paredes y su biblioteca parecen un museo de la Guerra fría latinoamericana. Unos 60 mil soldados pasaron por sus aulas. De allí salieron 10 presidentes, 38 ministros de Defensa y 71 Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armas” (de varios países).
“Allí se graduaron 496 soldados que fueron acusados de delitos y violaciones a los DDHH. También muchos otros que sirvieron decentemente a la sociedad. Su formación incluyó bibliografía anticomunista y, en algunos casos, antidemocrática. Hoy sus cursos y entrenamientos fueron reformulados para el nuevo mundo que nació tras la caída del muro de Berlín.”
“Sin embargo, en la entrada todavía puede leerse un texto que, en algunos de sus pasajes, reza:
“Soy el espíritu de la Escuela de las Américas. Estoy entre aquellos hombres que ansían detener el Comunismo en Las Américas.”
“Para los activistas en DDHH y, específicamente para una ONG llamada “School of Americas Watch”, (Vigilantes de la Escuela de las Américas) la institución debe ser clausurada.. Según ellos, representa el lado más oscuro de la Guerra Fría y de la lucha contra la insurgencia en América latina: las persecuciones, las torturas, las desapariciones, la guerra sucias…las dictaduras militares.”
Dictaduras encabezadas en algunos casos por graduados de la Escuela: Argentina, con Leopoldo Galtieri o Roberto Viola; Bolivia, con Hugo Banzer…Guatemala, con José Efraín Ríos Montt…Violaciones a los DDHH que involucraron varias veces a ex estudiantes de la institución.”
“Y dan cifras: más de dos tercios de los citados en el informe de la Comisión de la Verdad de la ONU referente a El Salvador, dado a conocer en 1993, fueron egresados de la SOA.”
“De los acusados de atrocidades en Colombia, casi la mitad estudio en la SOA. Respecto a Guatemala, ocho de los mencionados en el Informe “Nunca Más” de la Arquidiócesis guatemalteca también recibieron instrucción en la SOA.”
“Dos de los tres oficiales acusados del asesinato del Arzobispo Oscar Romero en El Salvador en 1990; 19 de los 26 implicados en la matanza de seis monjas jesuitas, su ama de llaves y su hija adolescente en 1989, también en El Salvador; diez de doce acusados de la masacre de 900 civiles (indígenas) en El Mozote, todos ellos recibieron instrucción en la SOA.”…
Y la macabra lista se extiende y es tan larga que no cabe en estas paginas.
Y es que hablar de la Escuela de las Américas, es hablar de una época de horror originada por las intervenciones militares de EEUU y por militares de la región egresados de esa institución que pusieron en práctica lo aprendido en sus aulas, dando golpes de Estado que derrocaron gobiernos democráticos e instauraron dictaduras que hicieron correr ríos de sangre a lo largo y ancho del Abya Yala..
La SOA, ( por sus siglas en inglés) sinónimo de de vergüenza, dolor y humillación para los pueblos de América Latina y el Caribe funcionó en la Zona del canal de Panamá, territorio declarado estadounidense en base a un leonino, ilegítimo e ilegal contrato a “perpetuidad”, suscrito por Washington con sumisos y obedientes
gobernantes del istmo.
De allí egresaron los más sanguinarios tiranos que recuerda la historia de la región, autores de crímenes de lesa humanidad, que durante décadas permanecieron bajo el manto de la impunidad, hasta que, con la llegada de gobiernos progresistas y revolucionarios, “la justicia, que aunque cojea, siempre alcanza al criminal en su carrera”, detuvo, juzgó y condenó a muchos de ellos.
Es tan repugnante la fama alcanzada por los tiranos y asesinos egresados de la SOA, que hasta un político estadounidense, el Senador Martin Meehan dijo que “si la Escuela de las Américas decidiera celebrar una reunión de ex alumnos, (como es tradición de muchas instituciones educativas) reuniría a algunos de los más infames e indeseables matones y malhechores del hemisferio.”
Como no habría de serlo, si por sus aulas pasaron asesinos como Elías Wessin y Wessin, líder del golpe de Estado que derrocó al presidente dominicano Juan Bosh en 1963
Como Hugo Banzer, de Bolivia, autor del golpe de Estado de 1971 que lo llevó a convertirse en dictador 7 años y después triunfar en los comicios que lo llevaron a la presidencia entre 1997 y 2001.
Roberto DÁbuisson de El Salvador, el cabecilla de los Escuadrones de la Muerte, responsable del magnicidio del Arzobispo Arnulfo Romero y fundador del nefasto partido político Alianza Republicana Nacionalista, mejor conocido como ARENA, por sus siglas bajo cuya administración se perpetraron los más horrendos crímenes.
Roberto Eduardo Viola, de Argentina, que lideró la manada de “gorilas” con uniforme militar que llevaron al país a una sanguinaria dictadora de 8 años que dejó miles de muertos y de una legión de desaparecidos, entre ellos miles de niños hijos de mujeres combatientes asesinadas, entregados a militares y sus familiares, decenas de ellos rescatados por las “Abuelas de la Plaza de Mayo.
Luís Posada Carriles, militar y en agente de la CIA, el más salvaje y brutal de los terroristas que han asolaron a Cuba, Venezuela y otras naciones de la Patria Grande, autor intelectual del derribo del avión de Cubana de Aviación en 1974, atentado cobarde que mató a los 76 pasajeros y tripulantes a bordo, entre ellos el equipo cubano campeón de esgrima de los V Juegos Panamericanos.
Romeo Orlando Vásquez Velásquez, de Honduras, coautor del golpe parlamentario-militar el 28 de junio de 2009 derrocó al presidente Manuel Zelaya, quien fue llevado en un avión militar que hizo escala en la base aérea yanqui de Palmasola y siguió rumbo al aeropuerto de San José de Costa Rica donde lo dejó abandonado en piyamas al lado de la pista.
Heriberto Lazcano Lazcano, de México, quien abandonó las filas del ejercito y bajo el alias de “El Verdugo” o “Zeta-3” se convirtió en el narcotraficante más poderoso y más buscado por las autororidades mexicanas y estadounidenses, muerto en un enfrentamiento con efectivos de la Marina de Guerra, cuyo cuerpo fue secuestrado por sus cómplices de la funeraria donde era velado.
Henry López Sisco, de Venezuela, psicópta asesino en serie que aunque no fue militar sino un policía, estudió en la SOA, lideró masacres de combatientes revolucionarios; asesinó a pescadores a quienes confundió con guerrilleros y acribilló a balazos a un haitiano y un dominicano y se habían rendido en el interior de un avión que habían secuestrado en Caracas y lo hicieron aterrizar en Curazao.
HLP también participó activamente en “El Caracazo”, como se conoció la rebelión que en 1989 protagonizó en Caracas y otras ciudades del país el pueblo acosado por el hambre y la miseria en que vivía inmerso por las políticas socioeconómicas impuestas por el FMI a la Cuarta República, suceso en el que el ejército y las policías asesinaron a más de tres mil seres humanos.
Este monstruo escapó de la justicia huyendo a Costa Rica, cuyos gobiernos le otorgaron refugio como perseguido político, rechazando la solicitud de extracción introducida por el gobierno bolivariano acompañada de fehacientes pruebas de las masacres y demás crímenes que cometió como agente de la CIA en Venezuela.
Y el WHIS; que es la misma SOA, como asesino compulsivo que no puede detener su criminal carrera, siguió creando “gorilas” que al regresar a sus países torturaron, asesinaron y asestaron golpes de Estado.
Pero llegó el día en que mandatarios progresistas y revolucionarios elegidos por el pueblo en comicios transparentes, sustituyeron a varios gobiernos lacayos del Imperio decidieron poner fin a la vil tarea de los regimenes que les antecedieron, diciendo “basta” ya de tanta complicidad y subordinación y no enviaron más militares a esa escuela de donde muchos salieron convertidos en criminales.
El primero fue Chávez, en 2004, cuyo ejemplo de dignidad soberanía e independencia siguió Néstor en Argentina, en 2006;
Evo en Bolivia en 2007; Correa en Ecuador y Daniel en Nicaragua en 2012. El gobierno de Costa Rica anunció en 2007 que lo haría pero desde 2011 siguio enviando policías, que hacen las veces de soldados ya que el país centroamericano no tiene ejército.
Asi finaliza este resumen de una trágica historia escrita por EEUU, creador de unos diabólicos engendros en ese laboratorio de la guerra sucia, Escuela de horror y Muerte que es la Escuela de las Américas, fundada hace 70 años y rebautizada con el nombre de Western Hemisphere Institute for Security , antítesis de la Escuela Antiimperialista del Abya Yala, Escuela de Vida creada por Evo.
Una institución humanista en cuyas aulas, las presentes y futuras generaciones de militares bolivianos recibirán clases sobre la dignidad y derecho a la vida que tienen los seres humanos, y no las clases de tortura, muerte y golpes de Estado que reciben de EEUU miles de militares en la SOA o WHIS para convertirlos en “gorilas” y hacer correr ríos de sangre sobre la amplia geografía del Abya Yala.

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