Dos
concentraciones en La Paz resumieron ayer cómo vive Bolivia su quinta semana
de crisis social y política. Por un lado, una nueva concentración de
sectores que conforman el Movimiento Al Socialismo (MAS) cruzaron la ciudad con
el objetivo de demostrar que prosigue la batalla para que su gran líder, Evo Morales,
regrese de inmediato de su exilio en México.
Y
por el otro, cientos de personas haciendo cola para comprar pollo en la Iglesia
de San Miguel, ante el desabastecimiento que acorrala a sus habitantes. Las barricadas se levantaron ayer en
"sentido contrario": para evitar los destrozos de los manifestantes.
El Gobierno también se ha visto obligado a implantar un plan de emergencia para
abastecer de combustible la capital. "Hemos
tenido que importar diésel y gasolina desde Chile y Perú", desveló
ayer Víctor Hugo Zamora, nuevo ministro de Hidrocarburos.
Los
llamamientos al diálogo han fracasado hasta el momento, aunque las nuevas
esperanzas se centran en la iniciativa puesta en marcha ayer por la Iglesia
Católica, que cuenta con la connivencia de la Unión Europea y de la embajada
española. La hoja de ruta católica
contiene tres puntos principales: la pacificación del país, las nuevas
elecciones y la composición del nuevo tribunal electoral.
En
paralelo a las batallas campales en la calle y a las protestas, las
declaraciones rebotan como si de un frontón se tratase: los nuevos miembros del
Gobierno no esconden su total beligerancia contra la antigua administración y
los dirigentes de la revolución indígena no ahorran al país ni ultimátum ni
amenazas. "Vamos a seguir
deteniendo a la gente que está hostigando", repitió el ministro
Arturo Murillo, uno de los más poderosos del nuevo gabinete.
El
símbolo de la lucha
Bolivia
es un país tan radicalizado hoy políticamente que la 'whipala', bandera que
representa a los pueblos indígenas, se ha convertido en el escudo que todo el
mundo quiere: unos para reivindicarla, convertida en el símbolo de su lucha, y
otros para protegerse de las oleadas de violencia que van y vienen como si la
temida guerra civil, concepto repetido hasta la saciedad, fuera una amenaza verdadera.
Pese
a que Jeanine Áñez, presidenta
provisional, ordenó para disipar cualquier duda que la popular bandera de
símbolos cuadrados permaneciera junto a la bandera nacional en organismos
públicos, los seguidores de Evo Morales denunciaron que su símbolo patrio,
reconocido por la actual Constitución, había sido ultrajado. En redes sociales
se viralizó el momento en que un
policía se arrancaba la réplica de la bandera en miniatura de su uniforme
y la indignación se disparó como si fuera la lava de un volcán. Poco importó
que militares y policías reivindicaran la bandera como suya.
La
batalla de la 'whipala' airea cómo Bolivia es hoy un país partido en dos.
Morales es muy fuerte en zonas populares, indígenas, campesinas y en los Andes,
mientras la oposición ha crecido en las ciudades, dentro de la clase media,
entre los estudiantes que durante 14 años han sufrido la sobre exposición del
líder indígena y también en la zona oriental, conocida como la Media Luna.
Santa Cruz, su capital, es el principal bastión de la oposición contra Morales.
Fue
precisamente la bandera contra Evo la que unió a sus detractores, sobre todo
desde 2016, cuando el líder aimara ignoró el resultado del referéndum que le
dijo 'no' a sus deseos de eternizarse en el poder.
Bolivia
parece hoy un callejón sin salida donde sólo se escuchan soflamas y cantos
fundamentalistas. La convocatoria de unas nuevas elecciones está trancada por
la negativa de los sectores revolucionarios que controlan todavía Congreso y
Senado, lo que llevaría a Áñez a convocar los nuevos comicios a través de un
decreto para dentro de 90 días. Una solución atisbada también por la Unión
Europea.
"Reiterar
el ofrecimiento de la UE de cooperar para que Bolivia pueda celebrar lo antes
posible elecciones transparentes y creíbles", confirmó el diplomático
español León de la Torre Krais,
delegado europeo en La Paz, hombre clave en las negociaciones de las últimas
horas.
"Informamos
que muy pronto daremos noticias sobre nuestro principal mandato, la
convocatoria electoral y la recuperación de la credibilidad democrática de
nuestros país", concluyó la presidenta provisional el domingo.
Morales
también usó la 'whipala' para sus llamamientos de estos días, incluso comparando la actual represión con el
"yugo español que ejecutó a Tupac Katari por pedir libertad".
"La dictadura de Mesa, Camacho y Añez mató a 12 hermanos por exigir
democracia. La Historia se repite", dijo. Hasta ahora, la influencia del
exiliado en México bloqueó cualquier intento de acercamiento entre las dos partes
en el conflicto, pese al doble lenguaje que utiliza el ex presidente. Los negociadores buscan vías intermedias
con otros dirigentes indígenas que sí estarían dispuestos a aceptar el reto
electoral. (www.elmundo.es)
QUÉ ES EL
“CERCO DE TÚPAC KATARI” QUE ANUNCIARON LOS DEFENSORES DE EVO MORALES Y POR QUÉ
ATEMORIZA TANTO A LA PAZ
En 2003 y
2005, las protestas antigubernamentales ya optaron por una estrategia radical
para tratar de sacar a los gobernantes de turno: cercar La Paz. Los partidarios
de Evo Morales acaban de anunciar que se proponen hacer precisamente eso: “Que
no entre ni un grano de arroz a La Paz”
BBC Mundo de
Londres (www.bbc.com/mundo)
Los
productos de la canasta básica casi agotados, filas para el pan durante las
madrugadas, calles vacías por la falta de gasolina... La Paz tiene esas
imágenes de 2003 y 2005 todavía frescas en la memoria.
En
ambas oportunidades todos los accesos a la ciudad sede de los poderes de Bolivia
fueron cerrados para que no ingresen alimentos, gasolina ni bombas (tanques,
garrafas) de gas para cocinar.
En
las dos ocasiones los indígenas de tierras altas, vecinos de la ciudad aymara
de El Alto, productores de hoja de coca y otros sectores decretaron el
"cerco de Túpac Katari" a La Paz, la medida que las mismas
agrupaciones anunciaron esta semana para defender a Evo Morales.
Con
el expresidente autoexiliado en México y ahora pidiendo volver a Bolivia para
terminar su mandato en enero de 2020, las organizaciones que le son leales no
se rinden y exigen la renuncia inmediata de la presidenta interina Jeanine
Áñez.
A
cuatro semanas de las elecciones que la oposición denuncia fraudulentas y que
según la OEA tuvieron “irregularidades”, los movimientos sociales apelan a una
estrategia que ya funcionó antes y que se origina en el siglo XVIII.
Una
medida que, cuando apenas se perciben sus primeros atisbos en la ciudad, ya
tiene atemorizados a los paceños.
La
leyenda del cerco
En
2003, una movilización que en apariencia no significaba un peligro real para el
gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada degeneró en una masiva protesta que
terminó provocando la dimisión del presidente.
Las
primeras muertes producidas en esa oportunidad agudizaron la crisis y
provocaron una determinación de las provincias indígenas que rodean a la ciudad
de La Paz: cerco.
La
respuesta del gobierno en El Alto acabó siendo conocida como la “Masacre de
Octubre”, dejó más de 70 muertes. Gonzalo Sánchez de Lozada dimitió unas
semanas después, el 17 de octubre de 2003.
En
2005, con Carlos Mesa como presidente sucesor del renunciante, se produjo una
nueva crisis política en la que se produjo un nuevo bloqueo total a La Paz.
El
cerco funcionó una vez más y el mandato de Mesa terminó prematuramente a
mediados de 2005.
Pero
la idea del cerco a La Paz no es cosa del siglo XXI. Nos podemos remontar de
hecho a 1781, uno de los años icónicos de las luchas de los pueblos originarios
contra el colonialismo español.
Fue
el año en el que Julián Apaza, a quien llamaban Túpac Katari, junto a decenas
de miles de indígenas cercó la ciudad de Nuestra Señora de La Paz durante
varios meses desatando escenas de horror y desesperación entre los españoles y
descendientes de españoles que habitaban la pequeña ciudad.
Pese
a que la medida fue derrotada y Katari castigado hasta la muerte, el cerco
quedó inscrito para siempre como la hazaña indígena que obligó a los
representantes de la colonia a hincar rodilla por unos meses.
El
15 de noviembre de 1781, el líder emblema de los pueblos indígenas de Bolivia
fue asesinado y Evo Morales lo recordó con un tuit desde México.
"El
imperialismo español pensó que al descuartizar a Túpac Katari hace 238 años,
cortaría la fuerza de los pueblos para romper las cadenas del colonialismo. Hoy
más que nunca la lucha sigue. Ante la represión del golpismo racista, repetimos
la sentencia: '¡Volveré y seré millones!'", publicó.
La
reedición del cerco
Este
lunes, una multitudinaria marcha de pobladores de las provincias indígenas de
tierra alta marchó por La Paz.
"Ahora
sí, guerra civil" es el grito con el que se abrieron paso por el centro de
la ciudad y los alrededores del Palacio de Gobierno y la Asamblea Legislativa
Plurinacional (congreso).
"Cerco
hasta las últimas consecuencias, compañeros", incitaba uno de los
manifestantes con un poncho rojo como vestimenta y portando una wiphala
indígena en su mano derecha.
Sin
detener su ritmo de avance, afirma que la enorme columna de marchistas es
apenas la avanzada que se propone dejar a La Paz "sin un grano de
arroz".
El
fin de semana, en un cabildo (asamblea) de los representantes de las 20
provincias de La Paz y organizaciones sociales afines a Morales de la ciudad de
El Alto, decidieron asfixiar a La Paz hasta que la presidenta interina Áñez
abandone el puesto.
En
el caso de que la autoridad que asumió la presidencia de Bolivia el 12 de
noviembre no presente su renuncia, entre el martes y el miércoles comenzará el
cerco y un paro indefinido con "bloqueo de mil calles".
Sin
embargo, las organizaciones afines a Morales de El Alto no son las únicas que
se sumarán a la movilización que se organiza.
Al
mismo tiempo que los alteños anunciaban la radicalización de las protestas, las
federaciones de productores de hoja de coca de el Chapare (selva en el centro
de Bolivia) también pusieron un ultimátum a Áñez.
Los
cocaleros chapareños aseguran que nunca abandonarán al hombre que era "uno
de ellos" y llegó al poder
El
temor al cerco
Lizzy
Moraibe es una universitaria de 20 años y llegó a La Paz para estudiar.
Cuando
se produjeron los cercos en 2003 y 2005 vivía en Santa Cruz y tenía menos de 6
años.
Para
ella es absolutamente inédito lo que se vive en La Paz y confiesa que no sabe
muy bien qué comprar para abastecerse ante el cerco.
"Yo
tengo miedo, porque cada vez hay menos comida y no sabemos cuándo va a
acabar", le dice a BBC Mundo.
Moraibe
vive sola y acude a un restaurante todos los días para almorzar.
“Cada
vez me dice que hay menos. Que ya no hay pollo, ahora no hay carne. Se está
acabando todo”.
En
cambio, el paceño Joeris Vera sabe muy bien cómo fueron los cercos recientes y
aprovechó que tuvo la tarde libre para correr a los mercados.
Carga
en un bolso dos kilos de carne vacuna por los que le cobraron más del
equivalente a US$30, algo que no debería haber superado los US$20 antes de la
crisis actual.
"Por
suerte he conseguido esto, pero creo que la fila del pollo son tres
horas", cuenta resignado.
Vera
tiene 45 años y sí recuerda bien las últimas veces que el cerco de "Túpac
Katari" obligó a la ciudad a multiplicar esfuerzos para abastecerse y a
ratos parecer una ciudad fantasma.
“No
quiero volver a eso. Ojalá arreglen por favor”, dice.
CRÓNICAS
DESDE LA PAZ CERCADA: ¿QUÉ HA PASADO EN BOLIVIA DESDE EL 20 DE OCTUBRE?
¿Contra
quién es este golpe? ¿Quién lo ha ejecutado? ¿Es realmente un golpe? Diferentes
voces de los movimientos sociales y la izquierda boliviana cuentan a El Salto
qué está pasando en el país tras las elecciones del 20 de octubre.
El Salto
Diario de España (www.elsaltodiario.com)
La
noche electoral del 20 de octubre desató una ola de protestas que pedían
“democracia” y denunciaban un supuesto fraude electoral que, por aquel
entonces, la Organización de Estados Americanos (OEA) todavía estaba
investigando. Durante 17 días se sucedieron manifestaciones en varios puntos
del país, sobre todo en La Paz, Santa Cruz y Cochabamba, que culminaron con el
amotinamiento de la policía en los cuarteles, arropados en muchos casos por la
misma ciudadanía a la que días atrás rociaban con gas lacrimógeno. El
amotinamiento les había convertido en ciudadanos, como ellos. Les hacían llegar
comida e incluso en algunos lugares como en Cochabamba marcharon juntos
exigiendo “la recuperación de la democracia y la renuncia del presidente
Morales”.
El domingo 10 de noviembre, en un solo día, Evo Morales convocó elecciones, temprano en la mañana, y por la noche, renunciaba y se preparaba para irse a México. Esa noche, en las calles del centro de La Paz, se escuchaban sirenas, gritos y gente corriendo. Se veían focos de fuego a lo lejos —“llegaron los mineros”, decían— y la recomendación, de vecino a vecina, era encerrarse en casa y no salir.
El domingo 10 de noviembre, en un solo día, Evo Morales convocó elecciones, temprano en la mañana, y por la noche, renunciaba y se preparaba para irse a México. Esa noche, en las calles del centro de La Paz, se escuchaban sirenas, gritos y gente corriendo. Se veían focos de fuego a lo lejos —“llegaron los mineros”, decían— y la recomendación, de vecino a vecina, era encerrarse en casa y no salir.
Compañeras
de El Alto decían que les había cortado el agua y que estaban asaltando
comercios y farmacias, prendiendo fuego a casas de sindicalistas, líderes
indígenas y partidarios del Movimiento Al Socialismo (MAS). Mientras,
proliferaban los audios y vídeos sobre enfrentamientos entre ciudadanos —era
imposible saber bien quién era quién— e incendios descontextualizados en grupos
de WhatsApp y otras redes sociales. Nos enteramos por la radio que se estaban
quemando las antenas de las televisiones bolivianas y algunas dejaron de
retransmitir. Se viralizaron imágenes de policías quemando wiphalas, la bandera
que representa los pueblos indígenas de los andes y el Estado Plurinacional de
Bolivia. La gente empezó a tener miedo de una rebelión violenta.
¿Qué
pasó en esas 24 horas? El país estalló y todas pensábamos que no llegaría a
estos extremos. Sobre todo cuando a las 8h escuchábamos a Evo Morales convocar
nuevas elecciones para que el país encontrara una rendija por donde respirar
paz. “Mi misión es preservar la vida, paz, justicia social y la unidad de la
familia boliviana. Por ello, escuchando a la COB [Central Obrera Boliviana], Pacto
de Unidad, he decidido, primero, renovar todos los vocales del TSE [Tribunal
Supremo Electoral]. La Asamblea legislativa en acuerdo con las fuerzas
políticas establecerán los procedimientos para ello, y convocar a nuevas
elecciones para elegir a sus nuevas autoridades. Quiero pedir bajar la tensión
y pacificar. Llamo a todos garantizar la paz y la convivencia”.
El
día antes, la OEA había hecho público su informe preliminar en el que aseguraba
que era estadísticamente improbable que el presidente Morales consiguiera la
diferencia del 10% respecto a su opositor, Carlos Mesa, antes de que “se parara
sin motivo ni explicación, el conteo de votos. Morales no compareció
públicamente hasta que la OEA emitió dicho informe. Horas después de la
comparecencia de Evo en la televisión pública, el comandante en jefe de les
Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, pidió su renuncia: “Sugerimos al presidente
del Estado que renuncie a su mandato presidencial” tomando en cuenta “la
escalada de conflicto que atraviesa el país, velando por la vida y la seguridad
de la población, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la
estabilidad por el bien de nuestra Bolivia”.
Poco
después, el comandante general de la Policía, Vladimir Yuri Calderón, también
reclamó la dimisión del mandatario: “Nos sumamos al pedido del pueblo boliviano
de sugerir al señor presidente Evo Morales presente su renuncia para pacificar
al pueblo de Bolivia en estos duros momentos que atraviesa nuestra nación”.
No
bastó la convocatoria de elecciones. Durante toda la tarde, los miembros del
Gobierno del MAS renunciaron uno tras otro en una especie de efecto dominó.
Hasta llegar al vicepresidente Álvaro García Linera y finalmente, a Evo
Morales. Ambos comparecieron públicamente e hicieron un repaso a todas las
conquistas sociales de estos 13 años, nueve meses y 18 días de mandato. Ninguna
autocrítica. No dijeron nada del informe preliminar de la OEA. Morales denunció
un “golpe cívico, político y policial” instigado por “grupos oligárquicos que
conspiran en contra de la democracia”.
Y
la verdad es que a primera vista, todo huele a “golpe” orquestado por la
derecha empresarial fundamentalista y racista de Bolivia contra la gente y las
organizaciones sociales que han sido parte del Proceso de Cambio con aires de contrarrevolución
fascista. Pero dentro mismo de los movimientos de izquierda, no todos están de
acuerdo.
“La
derecha supo cooptar muy bien las movilizaciones que tuvieron lugar aquí en La
Paz desde el 21 de octubre y hasta el día de hoy”, comenta Silvia Fernández,
reconocida feminista y defensora de derechos humanos boliviana. “Eran jóvenes
que, con todo el derecho pedían que se respetara su voto, pero tampoco tenían
claro a quién dar su apoyo”, añade. Muchos de ellos coreaban “ni Evo ni Mesa”
en sus marchas.
Hoy,
La Paz está en guerra y se instaló una espiral de violencia y racismo que no
dejó de incrementar desde la llegada del presidente del Comité Cívico de la
ciudad de Santa Cruz, Luís Fernando Camacho, a la capital boliviana.
Empresario, vinculado con el escándalo de evasión fiscal de los Papeles de
Panamá, católico, aliado con sectores evangélicos fundamentalistas y que llegó
prometiendo, textualmente, que “Dios vuelva a estar en Palacio Quemado”.
Le
preguntamos a Ruth Alipaz Cuqui, defensora del territorio, indígena
quechua-tacana de la tribu Uchupiamonas, de las tierras bajas, qué opina sobre
el “golpe”. “Golpe o no golpe, esto es lo que le importa a la gente que no vive
aquí y que ve lo que aquí sucede con su óptica acomodada. ¿Por qué no echan la
vista atrás y se dan el tiempo de entender de dónde vino todo esto? ¿Por qué
nos posicionamos de un lado o de otro? Para mi pueblo no hay derechas ni
izquierdas y la polaridad es lo más pobre. Hay que escuchar lo más que podamos
en vez de tragar y tener prisa por decir. Además, ya está muriendo gente y hay
que volver a tomar el rumbo y convocar a elecciones. Nada es para siempre. Ni
el que viene, ni el que fue. Mientras, nosotros, seguimos luchando. Y ellos,
desde ‘arriba’, intentando convencer y polarizar en vez de pacificar”.
Después
de las elecciones el país se convirtió en una olla a presión hirviendo llena de
frustraciones provenientes de todos lados, de los que siempre apoyaron a Evo y
al MAS y de los que se sentían traicionados de nuevo por la sospecha de un
fraude electoral. El descontento de algunos sectores que habían apoyado al
Gobierno del Evo viene de lejos. Entre los motivos de esta desafección destacan
no haber acatado los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016, en el
que ganó el ‘no’ a la posibilidad de reelección de Evo; no haber trabajado por
la postulación de otro candidato o candidata del MAS; el ataque y la represión
a los indígenas del Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis), la coptación de
varias organizaciones sociales sindicales por parte del Gobierno o las
consecuencias del reciente incendio de la Chiquitanía.
Dentro
de este descontento fueron los jóvenes los que empezaron a salir a la calle con
las demandas de “democracia” y “Evo no”. Los masistas no salían. Ni los incondicionales
a Evo ni los descontentos con él. Parecía que líder opositor Carlos Mesa
aglutinaba las demandas de estos jóvenes que habían crecido con el Proceso de
Cambio, durante estos 14 años de Evo, y ahora veían el globo desinflado. “No
hay mejor caldo de cultivo para la ultraderecha que un proceso de
despolitización y hacer creer que la ‘democracia’ lo es todo”, comenta la
feminista Silvia Fernández.
A
estos jóvenes se les sumaron personas que encontraron en ellos y en sus marchas
una forma de canalizar su hartazgo y su forma de denunciar un fraude electoral
que estaba siendo analizado por la OEA. Pero no había más demandas. Y tampoco
había un apoyo directo y masivo a Carlos Mesa.
Muchos
salían por primera vez con la bandera tricolor con el objetivo de “salvar su
patria de otro ciclo de Evo”. Pero también estaban los que no querían ni a Evo,
ni a Mesa. Tenían claro lo que no querían pero sin plantear opciones políticas
claras ni demandas concretas. Y entonces, apareció Luis Fernando Camacho,
postulándose como el mesías salvador de los “sin rumbo” y decidió instalarse en
La Paz. Empezaron a proliferar los cortes en las calles, y las protestas,
diarias en el centro de la ciudad y los actos racistas violentos y misóginos en
otros estados: el caso del brutal ataque a la alcaldesa del municipio de Vinto
-Cochabamba, Patricia Arce, perteneciente al MAS; la muerte de Limbert Guzmán,
de 20 años, también en Cochabamba durante los enfrentamientos que se desataron
entre opositores y partidarios del presidente boliviano, o la violación de dos
mujeres que venían en una caravana que salió de Sucre y Potosí rumbo a La Paz.
Bolivia
estalló entre policías amotinados y frustraciones de todos lados metidas en
esta olla a presión. Y al día siguiente, 11 de noviembre, nos despertaremos con
un país que enfrentaba, en palabras de la feminista Silvia Fernández, “una
terrible contrarrevolución fascista que recuerda a los años de la dictadura
contra la que tanto luchamos. Ojalá podamos encontrar un rumbo después de este
golpe que, de momento, solo está teniendo consecuencias para la población civil
entre asaltos, ataques y enfrentamientos”, comenta Fernández, quien duda si a
todo lo ocurrido se le puede llamar “golpe”.
Adriana
Guzmán, aimara y de las “feministas antipatriarcales”, no tiene dudas: ha sido
un Golpe de Estado. “Primero, porque se ha buscado la desestabilización social
y política, se han articulado a grupos universitarios, paraestatales,
paramilitares, grupos fascistas, racistas, que ya había desde 2008, como la
Unión Juvenil Cruceñista”.
Según ella,
sembrar el terror y desestabilizar políticamente, es la primera característica
del golpe. Después, aliarse con la policía, que se amotina. Luego, convocar a
los militares para que se sumen supuestamente a defender el pueblo. ¿Qué
pueblo? “El que encabeza Camacho”, insiste. Finalmente, según Guzmán, lo que
vemos el día en que Jeanine Áñez toma posesión no es a Carlos Mesa en Palacio
de Gobierno. Quién sube al balcón es Luis Fernando Camacho, “representante de
estos empresarios, de la Iglesia, del peor fundamentalismo de país”.
¿Contra
quién es este golpe? Hoy La Paz está cercada. Faltan suministros de gasolina,
gas y alimentos de todo tipo. “Es un golpe que ha promovido enfrentamiento
entre vecinos profundizando el racismo. Han salido vecinos a decir que ‘basta
de gobierno de indios, de ladrones’. Además, todos los que tenemos cara de
indios somos señalados como parte del MAS. Especialmente las que somos mujeres
originarias indígenas. Comenta Guzmán. “El golpe de estado es también un golpe
a las mujeres, a las organizaciones sociales. Por el amedrentamiento, por la
humillación. Es un doble golpe. No es solamente en el Estado, en el gobierno,
sino también a las organizaciones sociales”.
El
día 11 los vecinos de La Paz organizan por barrios y hacen hogueras y vigilias
para, según dicen, “proteger su casa” de los violentos. El racismo sale de las
cloacas y la gran mayoría, dice, “tenemos miedo de que bajen los de El Alto”.
Esa noche nadie baja en masa a La Paz. Son las propias sombras de los vecinos
lo que provocan el toque de sirenas avisando “que viene alguien”. Miedo de sus
propias sombras... miedo de los vecinos que no conocen... Hasta hoy continúan
algunas puertas de edificios de La Paz forradas de cartón para evitar roturas y
contenedores situados en medio del paso que recuerdan las barricadas vecinales.
Mientras
tanto, algunos vecinos y vecinas del Alto deciden organizarse en comités de
barrio de forma independiente. Otros, como Karen, del Distrito Uno, declaran
que algunos vecinos han sido obligados a salir a manifestarse y poner la
wiphala en el balcón y han decidido hacer hogueras en su calle, “vigilias” para
protegerse. “Las hogueras al menos nos sirven también para intercambiar
opiniones sobre lo que está pasando. El Alto era ampliamente masistas y nos
unimos en las luchas de 2003 —realmente era toda una ciudad en contra de un
sistema— y ahora estamos divididos: los que tienen ánimo de autoorganizarse,
los que queremos que la presidenta Añez convoque elecciones y los masistas convencidos”.
Unas
comparten en la calle y al borde del fuego. Otras en el centro de La Paz, donde
ha tenido lugar el Segundo Parlamento de las Mujeres dentro de una sala de cine
en el barrio de Sopocachi. Son varios grupos feministas que se han acogido a la
idea de la activista María Galindo de hacer un parlamento solo de mujeres, con
propuestas ‘pluridiverses’ que ayuden a recomponer el país. Las feministas
pluridiverses articuladas en bloque declaran que “no darán ni un paso atrás
frente a la ola fascista que tiñe el país con el gobierno interino de Añez y
que estarán vigilantes”. Exigen la convocatoria inmediata de elecciones y la
retirada de las Fuerzas Armadas de las calles.
María
Galindo, de Mujeres Creando, cree que Bolivia se está convirtiendo en un campo
de concentración para todo tipo de aventuras y de hipótesis. “No tengo una bola
de cristal para saber si Evo Morales podría volver o no. Antes de las
elecciones generales, Morales estaba profundamente agotado, por eso
probablemente forzó un fraude para ganar un poco más de votos. Sin embargo,
también hay que decir que hay sectores importantes de la población que siguen
apoyándolo. Al mismo tiempo, hay que decir que el Gobierno de Evo Morales se
había convertido en un Gobierno caudillista, sin renovación política, sin
renovación generacional, sin respeto a la propia Constitución. Morales está
intentando aprovechar esta crisis política para presentarse internacionalmente
como la víctima del golpe de Estado y recuperar la legitimidad internacional y en
la sociedad boliviana; pero él podría haber resuelto el conflicto mucho antes y
de una manera menos dramática”.
El 12 de noviembre, “los de El Alto” bajaron. Ahora sí. Y en masa. Se trataba de la primera marcha multitudinaria que llegó a La Paz después de las elecciones de octubre. Todos llevaban la wiphala, la bandera de los pueblos indígenas, y pedían respeto a su gente y a los símbolos que los representan. Le quieren devolver la dignidad a la bandera y a su pueblo que ha sido acusado de los actos vandálicos del 10 y 11 de noviembre. También rechazan que Áñez sea la presidenta interina, pues acumula una historia de desprecio contra los pueblos indígenas y campesinos. Le exigen, en el pliego de demandas de la manifestación, que pida perdón y que no tome posesión.
El 12 de noviembre, “los de El Alto” bajaron. Ahora sí. Y en masa. Se trataba de la primera marcha multitudinaria que llegó a La Paz después de las elecciones de octubre. Todos llevaban la wiphala, la bandera de los pueblos indígenas, y pedían respeto a su gente y a los símbolos que los representan. Le quieren devolver la dignidad a la bandera y a su pueblo que ha sido acusado de los actos vandálicos del 10 y 11 de noviembre. También rechazan que Áñez sea la presidenta interina, pues acumula una historia de desprecio contra los pueblos indígenas y campesinos. Le exigen, en el pliego de demandas de la manifestación, que pida perdón y que no tome posesión.
Es una marcha de memoria, dignidad y respeto donde encontramos
personas de diferentes tintes políticos, pero juntas porque no quieren
retroceder en los derechos conquistados y están hartos de ser tachados de
violentos.
Muchos
se sienten estafados por las irregularidades demostradas en el proceso
electoral; otros, abandonados por Evo, y otros, traicionadas por las políticas
llevadas a cabo en los últimos años. Pero en la manifestación del 12 de
noviembre se tratana de respeto y dignidad. Mujeres de pollera con sus aguayos
cargando wawuas (bebés) o comida, gente grande, muy grande, marchando al ritmo
de los jóvenes y dejando claro que no darán ni un paso atrás en sus conquistas
sociales. Unas conquistas que, según comentan, “no se las ha regaladas nadie”.
“El Alto está presente”, corean. No están dispuestas a desaparecer de
nuevo.
Durante
la marcha nos encontramos con Violeta Tamayo, de la organización Lorci-Pan y
Rosas. Comenta que existe un profundo descontento con lo que está pasando: “Se
está consolidando un golpe cívico–militar que no se puede dejar pasar. Si bien
existe mucho descontento con Evo Morales —por ejemplo, nosotros nunca hemos
dado apoyo político al MAS—, hay que hablar claro: lo que está en curso es un
golpe de Estado y nuestro descontento no lo puede capitalizar la derecha. Lo
interesante de la marcha es que ha sido autoconcovada y, de hecho, han
increpado y sacado de la marcha a una persona del MAS identificada y han dicho
que ha sido el MAS el que ha entregado los movimientos sociales a la derecha y
que han huido cobardemente. Y ahora los que vamos a enfrentar a esta derecha
fascista que está subiendo, a esta derecha que también el Gobierno ha
favorecido con políticas económicas pro-capitalistas vamos a ser los que
siempre hemos combatido en las calles, no va a estar Generación Evo o la
Columna Sur de la clase acomodada afrontando el golpe que está en curso sino
que van a ser todas estas personas que han bajado determinados desde El Alto,
que han bajado con toda fuerza y combatividad, que han bajado reivindicando que
el Octubre de 2003 no se olvida”.
Tal
como señala Tamayo, la marcha del 12 de noviembre fue autoconvocada,
independientemente del movimiento vecinal y social, profundamente divididos
durante los últimos años de Evo Morales. Al final de la marcha, se unen grupos
declaradamente masistas y gritan consignas por el regreso de Evo. Los primeros
manifestantes insisten en que ellos son independientes e intentan separar de la
marcha el partidarios de Morales y los silban.
Pero
esa noche, después de la marcha, Áñez se convierte en presidenta interina del
país con una escena inesperada: sale al balcón presidencial acompañada de las
fuerzas armadas, los dos representantes de los comités cívicos de Santa Cruz y
de Potosí (Camacho y Pumari) y con la Biblia bajo el brazo y la wiphala en
manos de Camacho, entre gritos de “sí se puede”, “sí, pudimos” y proclamando
solemnemente que “la Biblia ha vuelto” al Palacio. Una escena que da pie a la
confirmación del “golpe de Estado cívico-policial-militar” y crispa los ánimos de
mucha gente que empieza a recordar entre lágrimas y tensión, la época de la
dictadura.
La
histórica activista y pensadora Silvia Rivera Cusicanqui reivindica “la
política del silencio ante la excesiva saturación discursiva”, añadiendo que
“esta coyuntura nos ha dejado una gran lección contra el triunfalismo.
“Yo
no creo en las dos hipótesis que se han manejado. El triunfalismo de que con la
caída de Evo hemos recuperado la democracia me parece un exceso, es un análisis
que se sale de foco. Mucho falta para recuperar la democracia, falta un trabajo
de hormiga, falta un reconocimiento de cómo están en este momento las
compañeras de Rositas, de Tariquía, las compañeras del Tipnis, doña Marquesa,
Doña Cecilia... Algunas de ellas incluso han sido candidatas, pero nos falta
hacernos cargo de esas realidades en las que la democracia es todavía una meta
muy lejana porque todavía están manejadas por sindicatos, están capturados por
la misoginia, por intereses de todo tipo que se acercan con intenciones
tenebrosas y también hay gente que ha puesto el cuerpo, que ha luchado y, que
sin embargo, a la hora de figurar en los espacios públicos se le ha privado de
la palabra”.
La
segunda hipótesis “equivocada y peligrosa”, comenta Cusicanqui es la
hipótesis del golpe de Estado que simplemente quiere legitimar, “enterito, con
paquete y todo, envuelto en celofanes, a todo el gobierno de Evo Morales en sus
momentos de degradación mayor”.
“Estoy
entristecida porque se ha ido el Evo. Pero no se ha ido la esperanza de que la
wiphala nos represente y tenemos que seguir juntando fuerzas para recuperar la
democracia en el día a día”, añade.
En
los días siguiente Jeanine Añez formó un gabinete con personas de tendencia de
ultraderecha mientras se suceden manifestaciones en todo el país en favor de
Evo Morales. Desde el inicio del conflicto, la CIDH ha registrado 23
muertes en todo el país. La comisión denuncia como “grave” un decreto del
gobierno interino que autoriza a los militares a controlar el orden público a
la vez que los exime de responsabilidades penales.
Partidarios
de Evo Morales continúan llegando a La Paz procedentes de todo el país. Los
bloqueos de carreteras, alimentos y gas continúan y se empieza a notar en la
capital. El cerco a La Paz dura ya ocho días. No hay gasolina,
escasea el gas, los mercados están vacíos y los precios no paran de subir.
Largas colas en las tienditas para comprar carne. Hay gente que debe esperar
hasta tres horas para comprar pollo.
Este
lunes, miles de indígenas y campesinos partidarios de Evo Morales se
manifestaron para exigir la renuncia de la presidenta interina de facto,
Jeanine Áñez, y para pedir justicia para las víctimas de la represión
ejercida en el contexto de la crisis política. Al mismo tiempo, esta semana
está previsto que comience también el diálogo entre el Gobierno de facto, el
MAS y el poder legislativo, unas conversaciones apoyadas por la Unión Europea,
la ONU y la iglesia. El primer punto que discutirán será la convocatoria de
nuevas elecciones presidenciales.
ENTREVISTA
EVO MORALES:
"ESTA ES UNA CUESTIÓN DE CLASES. NO ACEPTAN QUE UN INDÍGENA HAYA CAMBIADO
BOLIVIA"
El
expresidente boliviano asegura a EL PERIÓDICO estar dispuesto a dialogar con el
gobierno de facto.
El Periódico
de España (www.elperiodico.com)
Evo
Morales (Orinoca, 1959) no se despega de su pañuelo para sonarse repetidamente.
La alergia es solo un síntoma. Dice sentirse expresidente por haber cumplido el
mandato del pueblo, pero se considera jurídicamente aún presidente de Bolivia.
Durante 14 años años gobernante del país andino, se siente incómodo a 6.000km
de su tierra, alejado del frenesí político, pese a la agitada agenda en su
exilio en la capital mexicana.
Usted renunció para evitar un mayor derramamiento de
sangre, pero la violencia ha aumentado y se ha agudizado la crisis social.
Renuncié
para evitar más agresión a nuestro movimiento político de liberación. Sin
embargo, bajo ese golpe de Estado empieza una dictadura: en cinco días, 24
muertos a bala, más de 150 detenidos que están siendo torturados al estilo de
las dictaduras del siglo pasado.
La presidenta del Senado, Eva Copa, de su propio
partido Movimiento al Socialismo (MAS), pidió a los movimientos sociales
"deponer posiciones" para "no vivir del luto", mientras
usted sigue azuzando a las bases. ¿Resultan contradictorias esas posturas?
Pedimos
que haya una pacificación, pero los movimientos sociales asumieron una
responsabilidad de que ya basta de este golpe de Estado. No es que desde aquí
estemos impulsando a las bases, queremos que haya diálogo y desde el martes
pedimos una mediación. Acaban de informarme de una reunión para sentar un
diálogo entre las Naciones Unidas, la Iglesia, junto algunos países de Europa y
los ministros asilados en las embajadas. Por eso es tan importante la pacificación,
pero el pueblo no acepta el golpe y entonces se moviliza.
Sobre ese diálogo ya hay una mesa de negociación y
los diputados y senadoras de su partido ya han asumido funciones. Se han dado
pasos para lograr la paz y la restauración del poder. ¿Cuánto Bolivia y su
partido necesitan a Evo? ¿Estaría dispuesto a dar un paso atrás renunciando a
participar de ese diálogo?
La
ruta del diálogo primero debe ser identificar a las autores intelectuales y
materiales de estos delitos de lesa humanidad. Segundo: dar todas las garantías
a autoridades, líderes sindicales, asambleístas, porque una de las amenazas es
cerrar la Asamblea. Y tercero, hay que escuchar a los compañeros movilizados
sobre la petición de sacar a Jeanine Áñez. Eso está por encima de nuestro control
y seguimiento. Personalmente estoy acá hacinado. Quién sabe si determinados
sectores sociales, no todos, me puedan escuchar a mí.
La pregunta era si es posible y viable un diálogo
sin Evo.
Es
posible.
¿Por qué ha nombrado entre otros al expresidente
español, José Luis Rodríguez Zapatero, como posible mediador en ese diálogo,
sobre todo cuando su mediación en Venezuela no tuvo todo el éxito deseado?
No
terminó (la crisis venezolana), pero evitó el golpe de Estado, hay que
reconocerlo. No solo Rodríguez Zapatero, sino varios facilitadores
internacionales evitaron la intervención militar. Yo saludo ese gran
esfuerzo que hizo el hermano Rodríguez Zapatero, tengo mucho respeto hacia
muchos expresidentes.
¿Qué le parece la falta de pronunciamiento público tanto
de España como de la Unión Europea?
No
tengo últimas informaciones, pero que yo sepa Europa siempre respeta las
elecciones, las constituciones y yo he recibido unas llamadas telefónicas no
recuerdo exactamente de qué países. Ayer recibí una llamada del exprimer
ministro de Egipto, me vino a visitar el canciller de Uruguay…
¿Ha recibido alguna llamada del Gobierno español o
de algún partido político?
Sí
de algunos amigos, algunos movimientos sociales. Del Estado, no.
¿Entra en sus planes aceptar la invitación de asilo
del presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, que asume su cargo el 10
de diciembre, y de ahí entrar por tierra a Bolivia?
Uno
quisiera volver lo antes posible a su país. Por más que haya un gobierno de
facto, pido garantías. Saludo que el gobierno de México me haya salvado la
vida. Pero sí, siento que podría estar mejor cerca de mi país, aunque no está
decidido. Mi respeto y admiración por ese ofrecimiento del presidente electo de
Argentina.
La presidenta interina, Jeanine Áñez, advierte que
si regresa a Bolivia tendrá que enfrentarse a la Justicia por fraude electoral
y corrupción. Antes esas acusaciones usted ha respondido que no tiene miedo ni
nada que esconder. ¿Se presentaría ante la justicia para poder regresar a
Bolivia?
Siempre
he respondido ante la
justicia desde que soy dirigente sindical. La historia se repite: me expulsaron
del Congreso en el 2002 para inhabilitarme por instrucción de la embajada
de Estados Unidos y ahora me expulsan de Bolivia. Son mentiras y acusaciones
para quererme amedrentar y no me van a intimidar para nada.
¿Se sentaría entonces en el banquillo?
¿Cuántas
veces me han hecho sentar? Esa es nuestra lucha, es la lucha del mundo
indígena, pero quiero que sepas que esta es una cuestión de clases. No aceptan
que un indígena junto al pueblo hayamos cambiado Bolivia.
Alguna vez ha asegurado que solo usted puede
encabezar esa transformación de Bolivia. ¿Todavía cree que su partido no tiene
ningún líder válido?
Solo
decía que tal vez yo tenga más experiencia. Para hacer política hay que saber
unir al pueblo y yo empecé desde muy joven. Tenemos líderes de sobras, pero uno
es una referencia. En todo caso es mi obligación acompañar a esos nuevos
líderes. Mi gran deseo es cómo pacificar y si sirvo algo para pacificar,
estamos allá para empezar el diálogo con los opositores, con los movimientos
sociales o también con el gobierno de facto.
En 14 años de gobierno cosechó una amplia
popularidad, pero que empezó a languidecer en el 2016, como usted mismo ha
reconocido a algún medio. ¿Fue un error desacatar la voluntad del pueblo que
rechazó la posibilidad de su reelección en el referéndum en el 2016?
Era
un referéndum en base a la mentira, nos ganaron por pocos votos. Si tuviéramos
60 o 70 votos más, ganábamos nosotros. Pero al margen del referéndum, si
algunos consideran que era candidato ilegal e inconstitucional, ¿por qué se
presentaron a competirme (en las elecciones de octubre de este año)?
¿Confiarían en que esta vez sí se respetarían los
resultados y el mandato popular...?
Pero
si querían que se respetase, entonces no deberían presentarse. Pero ellos saben
que nuestra candidatura es constitucional, porque mediante una sentencia
constitucional se habilita. Y no solamente en Bolivia, también en algunos
países de América Latina.
Una sentencia lograda mediante subterfugios legales
al menos cuestionables, a través de una dudosa interpretación de la
Constitución y basado en tratados internacionales…
No
era deseo mío, sino pedido del pueblo que con cierta jurisprudencia internacional
acudió al Tribunal Constitucional (TC) y nos habilita. Y la sentencia del TC se
respeta porque es parte de la Constitución.
¿A partir de esa sentencia se polariza aún más la
sociedad boliviana?
En
tema de gestión iba sobre el 70-80% (de aprobación). Evidentemente en tema de
elección rondaba el 40%. En tema de encuestas para la reelección teníamos más
del 50%. No tenemos nada que mentir.
MORALES DICE QUE LA MOVILIZACIÓN SEGUIRÁ SI NO
HAY "GARANTÍAS" DE SEGURIDAD E INVESTIGACIÓN DE LA
"MASACRE"
Apoya la convocatoria de nuevas elecciones e
insiste en que, si no le quieren, no será candidato.
Bolsamanía de España (www.bolsamania.com)
El ex
presidente boliviano Evo Morales ha advertido de que mantendrá movilizados a
sus simpatizantes en las calles hasta que el "Gobierno de 'facto'"
que dirige Jeanine Áñez dé "garantías" de seguridad a todos los
miembros de su partido político, el Movimiento Al Socialismo (MAS), y lleve a
cabo una investigación de la "masacre".
Morales
dimitió el pasado 10 de noviembre después de que la auditoría electoral
realizada por la Organización de Estados Americanos (OEA) confirmara
"irregularidades" en los comicios presidenciales del 20 de octubre,
de los que se había proclamado vencedor. Desde entonces, simpatizantes y detractores
del líder indígena han tomado las calles dando lugar a enfrentamientos entre
ellos y con las fuerzas de seguridad que han dejado más de 20 muertos y 700
heridos.
Interrogado,
en una entrevista concedida a DPA en Ciudad de México, donde está en calidad de
asilado político, sobre si llamará a los suyos a deponer la movilización
callejera, se ha mostrado dispuesto pero ha planteado dos requisitos previos.
"Primero
tiene que dar garantías este Gobierno 'de facto'. Injustamente ex ministros y
asambleístas están siendo perseguidos, amenazados. Segundo, tiene que haber una
comisión nacional e internacional para dar con los autores intelectuales y
materiales de semejante masacre", ha dicho.
Morales ha
reivindicado que dimitió "para que los militantes (del MAS) no fueran
agredidos" y, si bien no se arrepiente, ha reprochado a las nuevas
autoridades que "siguen" cargando contra ellos. "24 muertos a
bala, ya es dictadura", ha denunciado.
Así, ha
reiterado que está dispuesto a regresar a Bolivia para ayudar a encontrar una
solución política a la crisis. "Ustedes saben que tenemos mucha
ascendencia dentro del movimiento campesino indígena originario. (...) Entonces
sé que mis compañeros, mis hermanos del campo, pueden entender cómo podríamos
buscar paz", ha declarado.
A este
respecto, ha aclarado una vez más que no sería candidato a las nuevas
elecciones presidenciales que se están planteando. "Por la vida y por la
democracia, Evo no participa si no quieren que participe", ha afirmado.
"A mí no me perdonan porque soy indio, no me perdonan por nacionalizar los
recursos naturales", ha apostillado.
Preguntado
sobre si teme ser arrestado a su vuelta, puesto que a su partida contó que
habían ofrecido una recompensa de 50.000 dólares a sus escoltas personales para
que le detuvieran, ha respondido que, aunque "por Constitución" no
podrían capturarlo "salvo que haya un proceso de responsabilidades por
algún tema y haya sentencia", "evidentemente no hay cierta
seguridad". "Por eso la comisión (mediadora) esperamos que empiece
(para) garantizar seguridad para todos", ha incidido.
"GOBIERNO
'DE FACTO'"
Por otro
lado, se ha referido a Jeanine Áñez, la vicepresidenta segunda del Senado que
se proclamó presidenta interina para llenar el vacío de poder dejado por la
dimisión de Morales y los altos cargos llamados a sucederlo, esto es, el
vicepresidente del país y los presidentes de Senado y Cámara de Diputados.
"No es
Gobierno interino. Gobierno interino es cuando el presidente se ausenta y hay
una sucesión constitucional. La señora que está era segunda vicepresidenta de
los senadores y se proclama presidenta. Es un Gobierno 'de facto' y no
interino", ha defendido.
Morales ha
argumentado que la Asamblea Legislativa todavía no ha completado el trámite de
recibir y aceptar o rechazar su carta de dimisión. "Si no ha rechazado,
entonces ¿ahora quién es la presidenta interina? La presidenta de la Cámara de
Senadores, Eva Copa. Es legal y constitucionalmente la presidenta", ha
aseverado.
En
consecuencia, se ha posicionado junto a los líderes cocaleros, que han dado a
Áñez un plazo de 48 horas para que salga del Palacio Quemado. En su opinión,
"si renunciara, haría un gran favor a la democracia, a la sucesión
constitucional".
No obstante,
ha respaldado la idea de convocar nuevas elecciones presidenciales, apuntando
como único escollo quién debe hacerlo. "Para eso es la negociación",
ha señalado. "Los mediadores, los facilitadores, tienen que hablar con
todos los sectores", ha emplazado.
DE
PRESIDENTE A MESERO
Sobre su
futuro, a corto y medio plazo lo ve ligado a los bolivianos. "Sin pueblo
unido y organizado, no hay Evo. Evo es uno más de ellos", ha declarado,
aunque matizando que tiene "un poquito" más de experiencia en
"organizar". "Quiero acompañar a mis compañeros. Es mi
obligación, (después de) tantos años que me acompañaron", ha añadido.
A la
pregunta de si ese acompañamiento podría ser otra vez desde la Presidencia de
Bolivia, ha contestado que "por ahora" se limitará a
"fortalecer" su movimiento político. "Eso por ahora", ha
hecho hincapié.
En este
sentido, ha querido aclarar que no siente apego al sillón de mando. "El
cargo no se busca, el cargo te busca", ha sentenciado, subrayando que si
optó a un cuarto mandato fue porque se lo pidieron: "No es que yo he
buscado". Así, ha dicho que solo seguirá en política si puede
"aportar algo". "Si no, me quedo en casa", ha recalcado
A largo
plazo, Morales pretende retirarse definitivamente de la vida política. "Mi
gran deseo, cuando termine mi gestión como presidente, es ir a mi región y
hacer un restaurante de tambaqui, que es un pescado. Yo los sirvo, cobro el
plato y, de paso, la foto te cobro", ha relatado.
EVO MORALES PIDE LA AYUDA DE ESPAÑA PARA
PACIFICAR BOLIVIA
Press Digital de España (www.pressdigital.es)
El ex
presidente boliviano Evo Morales ha indicado que tanto el Gobierno de España
como algunas "personalidades expertas", entre las que ha mencionado
el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, podrían contribuir a
pacificar Bolivia, inmersa en una crisis postelectoral.
"Bienvenido,
España. Los abuelos decían: España es madre patria. Su mediación es
importante", ha dicho Morales en una entrevista concedida a la agencia de
noticias DPA desde Ciudad de México, donde se encuentra en calidad de asilado
político.
En concreto,
se ha referido a "personalidades expertas en temas de gestión, de
resolución de conflictos". "Por ejemplo Zapatero, tengo mucho
respeto. Cuando él era presidente me dijo: ¿Evo, en qué te puedo ayudar? Y me
ayudó incondicionalmente", ha contado.
También ha
mencionado que tiene buena relación con otras figuras europeas, apuntando a la
canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente de Francia, Emmanuel Macron,
a quienes ha señalado igualmente como posibles mediadores.
Por el
momento, hay un intento de mediación en marcha por parte de la Conferencia
Episcopal de Bolivia, que ha tenido acompañamiento de España, la UE y la ONU.
Ya en los momentos iniciales de vacío de poder, el embajador español, Emilio
Pérez de Ágreda, y el de la UE, León de la Torre -también español-, acompañaron
los esfuerzos de la Conferencia Episcopal. Posteriormente se sumó la ONU.
EL ENVIADO
DE LA ONU NO LE HA CONTACTADO
Interrogado
sobre el enviado especial de Naciones Unidas a Bolivia para ayudar a resolver
la crisis política, Jean Arnault, el líder indígena ha contestado que aún no se
ha puesto en contacto con él.
La crisis en
Bolivia se desató tras las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre,
en las que Morales proclamó su victoria pero la oposición denunció un
"fraude gigantesco". La Organización de Estados Americanos (OEA) hizo
una auditoría del proceso electoral en la que halló
"irregularidades".
Morales
dimitió el pasado 10 de noviembre y huyó a México. Jeanine Áñez, segunda
vicepresidenta del Senado, se proclamó presidenta interina para llenar el vacío
de poder dejado por el antiguo mandatario y la renuncia de otros altos cargos.
Ni Morales
ni sus seguidores reconocen a Áñez porque consideran que su estancia en el
Palacio Quemado es fruto de un "golpe de Estado". Ella, por su parte,
ha aseverado que solo estará en el cargo el tiempo necesario para convocar
nuevas elecciones.
ÁLVARO GARCÍA LINERA SE DECLARÓ
"VICEPRESIDENTE EN EL EXILIO" DE BOLIVIA
Entrevistado en CNN, el vice de Evo Morales dijo
estar dispuesto a regresar a Bolivia para "pacificar el país" y
criticó el eventual llamado a elecciones por decreto.
Perfil de Argentina (www.perfil.com)
El
exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera se declaró este lunes
"vicepresidente en el exilio" y aseguró que está dispuesto a volver
"si eso ayuda a pacificar el país". "Tendremos que volver, de
alguna manera, si eso pacífica Bolivia, y encauzar una salida democrática y
constitucional pues hay que hacer el esfuerzo", expresó. "Presenté mi
carta, no se ha leído en la Asamblea; soy Vicepresidente en el exilio",
respondió el boliviano ante la pregunta de la periodista Carmen Aristegui, de
la cadena CNN En Español, sobre cuál es su condición actual.
"Si la
Asamblea no acepta nuestra renuncia, tendremos que volver a concluir nuestro
mandato porque nosotros fuimos elegidos por el pueblo", agregó. En la
entrevista, García Linera alertó que unas elecciones convocadas vía decreto,
tal y como puso sobre la mesa la autoproclamada presidenta interina boliviana,
Jeanine Añez, si el Congreso no llega a un acuerdo, sería "otra
ilegalidad". "Que el legislativo haga su trabajo", dijo antes de
afirmar que "unas elecciones convocadas por decreto sería otra vuelta de
tuerca de la ilegalidad y generaría aún más problemas".
En este sentido,
aclaró que no será candidato en las próximas elecciones, pero que está
dispuesto a volver junto a Evo Morales, exiliado en Ciudad de México. El
Gobierno interino había advertido este mismo lunes al Movimiento Al Socialismo
(MAS), el partido de Morales, que, si no hay acuerdo en el Congreso para
convocar nuevas elecciones, el Ejecutivo lo hará vía decreto.
"Si
vemos que hay dificultades para poder convocar elecciones, una de las
sugerencias que va a hacer el Ministerio de la Presidencia a la señora presidenta
es que de manera inmediata convoquemos elecciones a través de algún otro
instrumento legal", dijo un ministro. Además, Áñez dijo que en las
próximas elecciones presidenciales el MAS "tiene todo el derecho a
participar en las elecciones" y les aconsejó que "vayan buscando
candidato", pero advirtió: "Evo y Álvaro no están habilitados para un
cuarto mandato".
García
Linera advirtió que el Gobierno de Añez es "uno que llega cabalgando en la
muerte". "No tiene futuro, han destruido la economía", remarcó.
Por otra parte, acusó a la Organización de Estados Americanos (OEA) de reforzar
"la actitud golpista en Bolivia". "(Luis) Almagro forma parte de
esa trama golpista ilegal", expresó. En tanto, sobre la situación que
atraviesa el país, planteó dos escenarios que van desde una "confrontación
civil" hasta el logro de "acuerdos para nuevas elecciones, la
formación de un nuevo órgano electoral y garantías tanto para él como para
Morales para que puedan desempeñar actividades ciudadanas normales".
ROBERTO AGUILAR, EXMINISTRO BOLIVIANO: “HAY
NEGOCIACIONES ENTRE EL MAS Y LOS GOLPISTAS”
Ha sido ministro durante los últimos once años.
Vive en la clandestinidad desde el golpe de Estado y habla desde su escondite
con ARGIA y Hala Bedi (la entrevista está grabada la noche del 15 de
noviembre). Dice que en Bolivia se viven momentos de gran incertidumbre. Por un
lado, hay una represión brutal en la calle. Por otro, reconoce que las
“complejas” negociaciones entre el MAS y los golpistas acaban de comenzar.
Mientras tanto, los movimientos indígenas y los ciudadanos han tomado el
protagonismo en la lucha contra el golpe y están desarrollando una agenda
propia que sobrepasa a la de los partidos.
El Salto de España (www.elsaltodiario.com)
El 20 de
octubre se celebraron elecciones en Bolivia. Carlos Mesa, de Comunidad
Ciudadana, y Evo Morales, de Movimiento al Socialismo (MAS), eran los
principales candidatos. El recuento de votos se interrumpió bruscamente al
anochecer, con el 84% escrutado, cuando Morales contaba con siete puntos de
ventaja. Cuando un día después se dieron los resultados definitivos, la
diferencia superaba el 10% por unas décimas, la barrera para evitar una segunda
vuelta.
Algunos
sectores sociales y políticos denunciaron que se había producido un fraude y
organizaron protestas mientras el Gobierno defendía la legitimidad de los
resultados. La situación se fue polarizando en las siguientes semanas. El 10 de
noviembre, después de que el jefe del ejército “sugiriera” al presidente que
abandonara el gobierno, Morales dimitió, en un nuevo golpe de Estado en América
Latina.
El 11 de
noviembre usted presentó su dimisión como ministro de Educación, al día
siguiente de que Morales hiciera lo mismo. Ha habido ataques contra altos
cargos del Gobierno del MAS y contra sus familiares. ¿Cuál es su situación
personal?
Muchos ministros y viceministros hemos buscado apoyos. Como se decía durante la dictadura, hemos tenido que recurrir a la clandestinidad. Estamos escondidos y no podemos salir a la calle. El nuevo ministro de Gobierno ha utilizado la palabra “caza”, habitual en la dictadura, para anunciar que se opondrá a los altos cargos del anterior Gobierno.
Muchos ministros y viceministros hemos buscado apoyos. Como se decía durante la dictadura, hemos tenido que recurrir a la clandestinidad. Estamos escondidos y no podemos salir a la calle. El nuevo ministro de Gobierno ha utilizado la palabra “caza”, habitual en la dictadura, para anunciar que se opondrá a los altos cargos del anterior Gobierno.
Las
protestas que le han llevado al golpe de Estado comenzaron por denuncias de
fraude. ¿Hubo fraude en las elecciones del 20 de octubre?
No hubo
fraude. Sí hubo problemas técnicos, que fueron señalados por el propio Tribunal
Electoral. El rumor de fraude se extendió antes de las elecciones, cuando se
preveía una victoria de Morales. El 20 de octubre, antes de los resultados
definitivos, se empezó a hablar del fraude, para desencadenar la reacción de
una parte de la sociedad. Las protestas comenzaron porque la oposición pudo
hacerlo libremente y no se canalizó ninguna represión policial o militar contra
ellos. La Organización de Estados Americanos (OEA) señaló en un informe las
carencias de transparencia, aunque posteriormente organizaciones independientes
han denunciado que el informe está manipulado. Al final, la policía y los
militares ayudaron a las acciones de la oposición.
Las
protestas de los primeros días fueron multitudinarias. ¿Qué sectores se
movilizaron?
Las movilizaciones han tenido un marcado carácter clasista. Se han organizado sectores de clase media y alta contra el Gobierno de Morales, la burguesía y la pequeña burguesía. Destacan los jóvenes, principalmente estudiantes de universidades privadas. En las ciudades se llevaron a cabo importantes movilizaciones.
Las movilizaciones han tenido un marcado carácter clasista. Se han organizado sectores de clase media y alta contra el Gobierno de Morales, la burguesía y la pequeña burguesía. Destacan los jóvenes, principalmente estudiantes de universidades privadas. En las ciudades se llevaron a cabo importantes movilizaciones.
Poco a poco,
la petición de la segunda vuelta de las elecciones dio paso al discurso
golpista y las movilizaciones se volvieron cada vez más violentas. ¿Los
golpistas capitalizaron el malestar generalizado?
La denuncia
de fraude se utilizó para promover movilizaciones como las de Nicaragua o
Venezuela, que tuvieron fuerza en las ciudades. Cuando los sectores ciudadanos
comenzaron a movilizarse contra la denuncia del fraude aparecieron grupos
armados de la oposición, que extendieron su represión en colaboración con la
policía.
En medio de
las protestas, Carlos Mesa fue desapareciendo de la vida política y su lugar
fue ocupado por Luis Fernando Camacho. ¿Quién es Camacho?
El proceso
emprendido por la derecha ha llevado a la extrema derecha. Carlos Mesa es de
derechas y desde esa posición construyó una confluencia entre las clases medias
y las clases oligárquicas. Obtuvo cerca del 37% de los votos. A medida que las
elecciones quedaron atrás, el protagonismo recayó en Camacho. Camacho es
empresario de Santa Cruz, está vinculado a los sectores más radicales de la
derecha boliviana. En 2008 hubo un intento de dividir Bolivia a través de un
grupo militar. El día en que pidieron la dimisión del presidente Morales, Mesa
se opuso afirmando que sería inconstitucional. Al día siguiente se unió a la
petición de dimisión. Camacho puede verse en todos los nombramientos de altos
cargos que han hecho los golpistas, y en cambio Mesa no aparece. También ha
desaparecido de la prensa.
¿Qué papel
han tenido las fuerzas armadas? Por un lado se dice que empujaron el golpe,
pero, por otro, los golpistas han tomado el poder y acto seguido han renovado
las cúpulas de la policía y del ejército.
La actitud
de la policía y del ejército ha sido decisiva para que el golpe pudiera
materializarse. El presidente no quería sangre ni muerte, por eso presentó su
dimisión y planteó la celebración de nuevas elecciones. La oposición no accedió
a ello y nombró a Jeanine Añez presidenta violando la Constitución y la
legislación, solo con el apoyo de un tercio de los parlamentarios. Dos tercios
de los escaños están en manos de los representantes del MAS que no se
presentaron a esa sesión.
Varios
medios de comunicación han denunciado que la Iglesia evangélica ha apoyado
tanto políticamente como económicamente el golpe.
En todas las
elecciones han alimentado la polarización varias iglesias evangélicas,
representando a Evo como diablo y al candidato opositor de la época como dios.
En los últimos momentos del golpe han desempeñado un papel decisivo.
Ha sido
llamativa la actitud extrema que los golpistas han mostrado explícitamente al
tomar el poder. La presidenta Áñez diciendo que los indígenas son “satánicos”
con la Biblia gigante en las manos, anunciando la “caza” del ministro de
Gobierno Murillo...
Añez ha sustituido a la cúpula de la Policía y del Ejército, estableciendo a quienes han apoyado el golpe en los altos cargos. También ha nombrado a 19 nuevos ministros vinculados al territorio de Santa Cruz y a la extrema derecha boliviana. Los que han tomado las riendas en el Gobierno golpista, por decirlo de alguna manera, no son los mejores de la derecha, son los sectores más reaccionarios, testigos de sus declaraciones públicas o a través de Twitter. Han llegado a nombrar a Camacho mesías, literalmente. Han dado mensajes muy conservadores sobre las mujeres y los indígenas.
Añez ha sustituido a la cúpula de la Policía y del Ejército, estableciendo a quienes han apoyado el golpe en los altos cargos. También ha nombrado a 19 nuevos ministros vinculados al territorio de Santa Cruz y a la extrema derecha boliviana. Los que han tomado las riendas en el Gobierno golpista, por decirlo de alguna manera, no son los mejores de la derecha, son los sectores más reaccionarios, testigos de sus declaraciones públicas o a través de Twitter. Han llegado a nombrar a Camacho mesías, literalmente. Han dado mensajes muy conservadores sobre las mujeres y los indígenas.
En los
últimos días parece que están intentando dar una imagen más cálida.
Es verdad. Quemaron la wiphala, símbolo de los pueblos indígenas y de la inclusión. Un día la queman y al día siguiente la besan. Ahora está en todos los actos oficiales. Han querido calmar así las tensiones con los indígenas, pero lo que han conseguido ha sido indignarles aún más.
Es verdad. Quemaron la wiphala, símbolo de los pueblos indígenas y de la inclusión. Un día la queman y al día siguiente la besan. Ahora está en todos los actos oficiales. Han querido calmar así las tensiones con los indígenas, pero lo que han conseguido ha sido indignarles aún más.
Áñez anunció
que convocaría elecciones “cuanto antes”, pero no ha fijado plazos. Al día
siguiente de ser investida presidenta, los diputados y senadores han nombrado a
Eva Copa como presidenta del Senado y a Sergio Choque como presidente de la
Cámara de Diputados, ambos del MAS. ¿Son consecuencia de un acuerdo los
nombramientos?
Lo que ha ocurrido en este Parlamento es muy complejo. Durante los dos primeros días del golpe se prohibió actuar a los representantes parlamentarios del MAS. Luego los parlamentarios superaron esa prohibición, recuperando la iniciativa política. El nombramiento de la nueva dirección política del Senado y de la Cámara de Diputados ha sido fruto de un acuerdo político. Se trata de un preacuerdo para posibilitar que el Parlamento recupere su funcionamiento. De hecho, el Parlamento debe nombrar al Tribunal Electoral con el respaldo de dos tercios de los parlamentarios. Otro tanto para convocar elecciones. La oposición solo cuenta con un tercio de los delegados, mientras que el MAS tiene dos tercios. La última información que podemos dar es que la negociación se está dando, que está en los inicios, entre los representantes de la derecha y la extrema derecha y algunos sectores del parlamento del MAS.
Lo que ha ocurrido en este Parlamento es muy complejo. Durante los dos primeros días del golpe se prohibió actuar a los representantes parlamentarios del MAS. Luego los parlamentarios superaron esa prohibición, recuperando la iniciativa política. El nombramiento de la nueva dirección política del Senado y de la Cámara de Diputados ha sido fruto de un acuerdo político. Se trata de un preacuerdo para posibilitar que el Parlamento recupere su funcionamiento. De hecho, el Parlamento debe nombrar al Tribunal Electoral con el respaldo de dos tercios de los parlamentarios. Otro tanto para convocar elecciones. La oposición solo cuenta con un tercio de los delegados, mientras que el MAS tiene dos tercios. La última información que podemos dar es que la negociación se está dando, que está en los inicios, entre los representantes de la derecha y la extrema derecha y algunos sectores del parlamento del MAS.
¿El objetivo
de esas negociaciones que menciona son nuevas elecciones? Si es así, ¿Evo
Morales sería candidato?
El objetivo
es detener la represión y lograr un consenso sobre la convocatoria electoral.
La cuestión es que la oposición golpista quiere imponer sus condiciones. La
primera es que el MAS no se presente a las elecciones. Eso es inaceptable,
sería imponer un veto a la mayoría por parte de la minoría. El segundo punto es
si nuestro presidente y hermano Evo Morales puede ser o no candidato. Evo ha
declarado en un tuit que su deseo es pacificar, que el pueblo boliviano no
sufra ninguna masacre, y que puede estar dispuesto a ello renunciando a su
candidatura.
¿Cuál es la
situación en la calle?
Los
movimientos de El Alto, campesinos, sectores cocaleros y mineros,
principalmente en Cochabamba y La Paz están llevando a cabo bloqueos y marchas
extremadamente intensas. La represión contra las movilizaciones es
tremenda. Los fallecidos desde las elecciones son al menos once, ocho de ellos
en los días posteriores al golpe, en diferentes bloqueos y marchas [al día
siguiente de la entrevista, el 16 de noviembre, varias fuentes contrarias al
golpe han elevado el número de fallecidos a 23; al mismo tiempo, el gobierno
golpista ha aprobado un decreto que da impunidad a las fuerzas armadas].
Además, los
militares han establecido puntos de control en la calle y se están produciendo
detenciones. En las últimas horas también se ha iniciado una dura represión
contra las delegaciones diplomáticas de Venezuela y Cuba. Los cubanos que
estaban prestando ayuda en el ámbito educativo y sanitario han sido expulsados
de Bolivia.
¿Qué se
puede esperar para los próximos días y semanas?
La
incertidumbre es grande. Existe un avance en la negociación y eso puede evitar
un aumento de la represión y la consecución de un acuerdo democrático. Pero una
segunda clave se ha desatado estos días, con una tendencia al alza: la
movilización ciudadana. La movilización está adquiriendo carácter propio, están
surgiendo nuevos liderazgos, y no se puede prever qué resultado va a dar.
¿Está
diciendo que las nuevas propuestas y liderazgos de los ciudadanos pueden
superar al MAS creando otro escenario?
Es una
oportunidad, los movimientos populares y los movimientos indígenas están
desarrollando sus propios planteamientos y objetivos. Reivindican, entre otras
cosas, que deben tener un espacio propio en cualquier negociación de solución
política. La situación ha superado el marco de partidos, ha adquirido un
carácter más ciudadano, el pluralismo político e ideológico es grande. Desde
posiciones muy radicales en el ámbito indígena a la militancia del MAS.
Morales dijo
que el objetivo del golpe es acabar con los logros y las políticas del MAS.
¿Usted qué valoración hace de los 13 años de actividad del Gobierno?
Los
gobiernos de Evo Morales han introducido cambios estructurales en la economía,
la estructura de Estado, la justicia, la educación, la sanidad o las
infraestructuras. Tras la nacionalización de los hidrocarburos, el PIB de
Bolivia aumentó de 9.000-10.000 millones de dólares a 40.000 millones, debido a
que el dinero que llevaban las empresas pasó a manos del Estado. Con estos
ingresos la economía se ha estabilizado. Las inversiones han aumentado, y
Bolivia ha experimentado el crecimiento económico más alto de América Latina.
En educación el analfabetismo era del 13%, y en este momento está por debajo
del 2%. Uno de los logros importantes es que el derecho a la educación se haya
extendido a toda la sociedad. El objetivo no es sacar a Evo del Gobierno. El
objetivo es volver al modelo anterior que hacía más ricos a los ricos y más
pobres a los pobres. Bolivia se ha convertido en una economía estable y fuerte,
quieren acabar con eso y con las políticas sociales.
Al margen de
la derecha y los golpistas, el Gobierno ha recibido críticas de la izquierda y
del mundo indígena en esos años. Como el mantenimiento del modelo económico
extractivista o la práctica de la cooptación y el autoritarismo frente a las
críticas de abajo a arriba. En 2016 Morales convocó un referéndum para volver a
ser candidato a presidente por encima del límite que marcaba la Constitución.
Ganó el ‘no’, pero el poder judicial permitió su candidatura. Eso suscitó
muchas críticas hacia Morales.
Ha habido duras críticas. Por ejemplo, la política de obtención de recursos económicos a través de hidrocarburos y litio. Bolivia está impulsando su industrialización, ya que nuestra industria es débil y vulnerable a las economías extranjeras. Los recursos para impulsar la industrialización nos los han dado los hidrocarburos. Las críticas más severas se han hecho en el ámbito del desarrollo agrario, sobre el que se realizó la campaña de desprestigio. Se decía que queríamos desarrollar la ganadería para exportarla a China. Es un debate especial. Los que reivindicaban el fomento de la ganadería fueron los grandes propietarios, los que han impulsado el golpe.
Ha habido duras críticas. Por ejemplo, la política de obtención de recursos económicos a través de hidrocarburos y litio. Bolivia está impulsando su industrialización, ya que nuestra industria es débil y vulnerable a las economías extranjeras. Los recursos para impulsar la industrialización nos los han dado los hidrocarburos. Las críticas más severas se han hecho en el ámbito del desarrollo agrario, sobre el que se realizó la campaña de desprestigio. Se decía que queríamos desarrollar la ganadería para exportarla a China. Es un debate especial. Los que reivindicaban el fomento de la ganadería fueron los grandes propietarios, los que han impulsado el golpe.
En los
últimos años se ha detectado una pérdida de apoyos: el 61% de los votos del MAS
en las elecciones de 2014 y el 47% el 20 de octubre. ¿Han llegado Morales y el
Gobierno más débiles a estas elecciones y con menos fuerza para parar un golpe?
Han sido más de 13 años de gobierno. Las elecciones muestran una pérdida de apoyos. Pero es importante mirar el mapa político de los votos. El MAS y Evo mantienen un fuerte apoyo en las zonas rurales. El apoyo se ha perdido entre la clase media urbana. Esta pérdida está relacionada con el referéndum. ¿Ha influido esta pérdida en las movilizaciones de estos días? En cierto grado sí.
Han sido más de 13 años de gobierno. Las elecciones muestran una pérdida de apoyos. Pero es importante mirar el mapa político de los votos. El MAS y Evo mantienen un fuerte apoyo en las zonas rurales. El apoyo se ha perdido entre la clase media urbana. Esta pérdida está relacionada con el referéndum. ¿Ha influido esta pérdida en las movilizaciones de estos días? En cierto grado sí.
¿Han
intervenido desde EE UU en el golpe?
Se han
publicado documentos que demuestran que Estados Unidos ha apoyado y financiado
directamente el golpe.
¿Cómo situar
los acontecimientos de Bolivia en el contexto de América Latina?
Hace años los gobiernos de izquierda eran numerosos y estaban fuertes: Venezuela, Uruguay, Chile, Argentina, Brasil... Eso fue cambiando cuando Estados Unidos cambió las circunstancias de Ecuador, Chile, Perú o Brasil. Pero en Brasil o Argentina ha quedado claro que las posiciones de izquierda mantienen su fuerza y que los pueblos no aceptan gobiernos de derechas. En este contexto, el Gobierno de Morales y su posición clara contra el imperialismo eran amenazados por su condición de pequeño pueblo de referencia. Pero tenemos que tener claro que hay una base económica. El gas importa, pero Bolivia tiene la mayor reserva de litio del mundo.
Hace años los gobiernos de izquierda eran numerosos y estaban fuertes: Venezuela, Uruguay, Chile, Argentina, Brasil... Eso fue cambiando cuando Estados Unidos cambió las circunstancias de Ecuador, Chile, Perú o Brasil. Pero en Brasil o Argentina ha quedado claro que las posiciones de izquierda mantienen su fuerza y que los pueblos no aceptan gobiernos de derechas. En este contexto, el Gobierno de Morales y su posición clara contra el imperialismo eran amenazados por su condición de pequeño pueblo de referencia. Pero tenemos que tener claro que hay una base económica. El gas importa, pero Bolivia tiene la mayor reserva de litio del mundo.
En el País
Vasco ha habido movilizaciones contra el golpe. ¿Tiene algún mensaje para los
que están viviendo con preocupación o rabia los acontecimientos de Bolivia?
Estamos recibiendo muchas muestras de solidaridad por todo el mundo, valoramos y agradecemos estas declaraciones. Llamamos a seguir luchando para que no vuelvan los golpes de Estado en América Latina y en el mundo.
Estamos recibiendo muchas muestras de solidaridad por todo el mundo, valoramos y agradecemos estas declaraciones. Llamamos a seguir luchando para que no vuelvan los golpes de Estado en América Latina y en el mundo.
Con la narrativa de la amenaza de
"grupos violentos locales y extrajeros" legitiman la represión
EL GOBIERNO DE FACTO DE BOLIVIA
CONSTRUYE EL ENEMIGO INTERNO
El ministro Murillo dijo que la
autoproclamada presidenta Jeanine Añez no había podido viajar a su departamento
natal, Beni, por las amenazas contra ella. “La presidenta es un objetivo
militar, nuestras familias son un objetivo militar”.
Página 12 de
Argentina (www.pagina12.com.ar)
Arturo
Murillo, ministro del gobierno de facto de Bolivia, es el encargado de
construir una de las narrativas más peligrosas del golpe de Estado: la del
enemigo interno. Su discurso ha venido en un proceso de señalamiento que cuenta
con dos elementos centrales, por un lado, fabricar un enemigo imaginario y
peligroso, y por el otro, victimizarse.
Esa
construcción escaló un nuevo paso el día lunes cuando Murillo señaló que la
autoproclamada presidenta Jeanine Añez no había podido viajar a su departamento
natal, Beni, por las amenazas contra ella. “La presidenta es un objetivo
militar, nuestras familias son un objetivo militar”, dijo.
El enemigo
que toma forma en el discurso del gobierno de facto estaría conformado por
varios elementos: grupos subversivos internos, grupos armados extranjeros,
bandas narcotraficantes bolivianas y mexicanas e integrantes de la Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia. Usarían “armas de grueso calibre”.
El gobierno
de facto busca así victimizarse y legitimar la acción represiva, tanto de la
Policía Nacional Boliviana como de la Fuerza Armada Bolivia. Esta última tuvo
un despliegue en tres pasos. En primer lugar, salió a las calles a militarizar
ciudades y carreteras, luego fue exenta de responsabilidad penal en las
operaciones, y finalmente este lunes le fue aprobada una partida adicional de 4
mil 800 millones de dólares.
La
construcción del enemigo interno busca otro objetivo más: negar la
responsabilidad en las muertes. Así Murillo negó que hayan 24 asesinados, a
pesar de que ese número haya sido proporcionado por la Defensoría del Pueblo,
dijo que solo existían 9 muertos, de los cuales 2 había sido asesinados con
tiros de frente con calibre no convencional, es decir que no usa las fuerzas de
seguridad del Estado.
Por lo
tanto, el gobierno de facto sería objeto de un ataque armado para
desestabilizarlo que tendría en su autoría intelectual a las fuerzas del
Movimiento Al Socialismo (MAS), es decir del proceso de cambio que tiene a Evo
Morales en su dirección.
Morales,
quien se encuentra asilado en México, se refirió a la situación represiva del
país, y denunció que intentan “culparnos por las 24 muertes causadas por su
“presidenta” autonombrada en 5 días”.
También
declaró, en una entrevista a la cadena Al Jazeera, que busca volver para
terminar su mandato que culmina el 22 de enero del 2020: “Está bien, todo por
la vida, por la democracia, retiro mi candidatura, pero deberían dejarme
terminar mi mandato (…) estoy buscando una forma legal de volver y estar con la
gente que resiste la dictadura, el golpe”, afirmó.
Esa
resistencia ha continuado su proceso de crecimiento en lugares de visibilidad,
como La Paz, El Alto, Cochabamba, así como en carreteras del país, ciudades
intermedias y pueblos. Es un levantamiento encabezado por diferentes
movimientos que piden que Añez renuncie a lo que nunca le correspondió por la
Constitución.
La respuesta
del gobierno de facto, además de la represión y los asesinatos, ha sido la de
descalificar las protestas: “Hay bloqueos en varios puntos del país, pero no
hay demandas, ¿cuáles son las demandas?, no entiendo”, afirmó Murillo.
Junto con
este escenario sigue sobre la mesa una de las cuestiones centrales: el llamado
a elecciones. El discurso golpista sostiene que el gobierno de Añez es
únicamente transitorio, y que sólo ha venido para “pacificar” y convocar a
“elecciones libres”.
La forma de
convocatoria a esas elecciones y las condiciones de participación son lo que
está siendo objeto de debate. El gobierno de facto cuenta con el problema de la
mayoría parlamentaria del MAS, una piedra de tranca para avanzar en la
designación de nuevas autoridades del Tribunal Supremo Electoral.
Sin embargo,
la decisión que pareciera tomarse, sería conformar un “órgano electoral
interino elegido por consenso”, según apareció en la propuesta presentada por
el ex presidente boliviano Tuto Quiroga. En esa propuesta Evo Morales no podría
presentarse.
La necesidad
electoral ha sido enunciada también por Carlos Mesa, quien pidió públicamente
que se hiciera el llamado y que el MAS reconozca al gobierno de facto.
Esa
desembocadura electoral es una necesidad por dos razones. En primer lugar,
porque el golpe de Estado busca presentarse como institucional y democrático,
y, por lo tanto, parte de esa construcción demanda una salida por los votos. En
segundo lugar, porque la presión de las movilizaciones conforma un cuadro que
el golpismo no logra controlar.
Un ejemplo
de esta situación es la ciudad de La Paz, donde se presentan dificultades de
abastecimiento de alimentos. La cuestión temporal es uno de los factores
determinantes, y el gobierno de facto, los poderes reales del golpe de Estado
saben que resultaría difícil mantener esta situación de autoproclamación por un
tiempo prolongado. Buscan, antes de convocar a elecciones, haber generado todas
las condiciones de persecución y proscripción que necesitan.
GOBIERNO DE FACTO DE BOLIVIA DESTINA 5 MILLONES
DE DÓLARES PARA "EQUIPAR" A LAS FF.AA. EN MEDIO DE DENUNCIAS POR
BRUTAL REPRESIÓN DE LAS PROTESTAS
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos
había alertado de que ya son más de 20 los muertos y más de 715 los heridos
desde el inicio de la crisis institucional y política que afecta a la nación
andina.
RT de Rusia (www.actualidad.rt.com)
La
autoproclamada presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, aprobó a través
del decreto 4082 la asignación de 34,7 millones de bolivianos
(unos 5 millones de dólares) para mejorar el "equipamiento" de las
Fuerzas Armadas, quienes tienen "la atribución y responsabilidad de
coadyuvar en caso necesario, a la conservación del orden público".
"Se
autoriza al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas a través del Tesoro
General de la Nación, a realizar la asignación presupuestaria de recursos
adicionales por un monto de Bs 34.796.098, a favor del Ministerio de Defensa,
destinados al equipamiento de las Fuerzas Armadas", refiere el artículo 2 del decreto firmado el 15 de
noviembre y publicado en la Gaceta Oficial de Bolivia.
El texto,
firmado por Áñez y sus 17 ministros de Estado posesionados hasta esa fecha,
agrega que las Fuerzas Armadas tienen "la atribución y responsabilidad de
coadyuvar en caso necesario, a la conservación del orden púbico, a requerimiento
del Poder Ejecutivo y de acuerdo a la Constitución Política del Estado".
El mismo 15
de noviembre fue aprobada otra disposición que deslinda de responsabilidad
penal a los militares que participan en los "operativos de
restablecimiento y estabilidad del orden interno" en ciudades como La Paz
y Cochabamba, donde se han vivido multitudinarias protestas para exigir la renuncia de Áñez
y el pronto retorno del dimitido mandatario Evo Morales.
La Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) calificó como "grave" el
contenido de esa norma. El documento, según la organización,
"desconoce los estándares internacionales de derechos humanos y por su
estilo estimula la represión violenta".
No obstante,
el actual ministro de Defensa del gobierno de facto, Fernando López, cuestionó
al organismo internacional por criticar la medida "sin tomar el contexto y
situación que se vive en Bolivia".
Por su parte,
Morales también se pronunció al respecto y manifestó que "los autores
del golpe de Estado en Bolivia gobiernan con decretos, sin el Legislativo y
apoyados en armas y bayonetas de Policía y Fuerzas Armadas".
Según
reportes policiales, tan solo el pasado sábado fueron detenidas 193 personas en
medio de las movilizaciones.
Asimismo, la
Defensoría del Pueblo de Bolivia elevó a 9 la cifra de muertos por la represión durante la masiva
marcha de cocaleros del pasado viernes 15 de noviembre. Además, se
contabilizaron al menos 115 heridos.
Según
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ya son más de 20 los
muertos y más de 715 los heridos desde el inicio de la crisis institucional y
política que afecta a la nación andina.
EL FRAUDE DE LA OEA PARA EL GOLPE EN BOLIVIA
Cómo se contruyó el relato que dio base al
derrocamiento y proscripción de Evo Morales. Un documento del prestigioso CEPR,
que tiene dos premios Nobel en su Junta Consultiva, demuele las conclusiones
que alimentaron al discurso golpista.
La Red de Uruguay (www.lr21.com.uy)
“Declarar es
muy fácil, probar y comprobar es lo difícil”, fue la frase con que Fernando del
Rincón, periodista de CNN, abrió su programa destinado a hablar del “fraude” en
las elecciones bolivianas. Pese a todos sus esfuerzos, él tampoco lo logró.
Declaró mucho y probó poco y nada.
Algo
parecido le pasó a la Organización de Estados Americanos (OEA) . Dedicada
desde la noche misma de las elecciones a darle argumentos a la oposición golpista
–sembrando sospechas sobre el recuento de votos y hablando de “un inexplicable
cambio de tendencia”–, se cuidó sin embargo de utilizar la palabra
“fraude” , que no figuró en ninguna de sus declaraciones.
El único que
rompió la consigna fue nada menos que el secretario general del organismo, el
uruguayo Luis Almagro, expulsado del Frente Amplio por impulsar la intervención
militar en Venezuela, quien aseguró el martes en la sesión extraordinaria de la
OEA que “en Bolivia hubo un golpe de Estado el 20 de octubre cuando Evo Morales
cometió fraude electoral”.
Pero más
allá del uso de la palabra “fraude”, los documentos de la OEA fueron la columna
vertebral sobre la que se construyó el relato que habilitó el golpe de
estado en Bolivia . La validez de sus conclusiones quedó severamente
cuestionada cuando el Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR) dio
a conocer su trabajo ¿Qué sucedió en el recuento de votos de las
elecciones de Bolivia de 2019? El papel de la Misión de Observación Electoral
de la OEA , que demuele las apresuradas conclusiones del documento
apadrinado por Almagro.
El CEPR es
un prestigioso centro de investigación con base en Washington, fundado por los
economistas Dean Baker y Mark Weisbrot. Su Junta Consultiva incluye a dos
premios Nobel de Economía como Robert Solow y Joseph Stiglitz.
El relato de
la OEA
Todo el relato de la OEA se basó en la interrupción por casi
24 horas del escrutinio provisorio (llamado Transmisión de los Resultados
Electorales Preliminares, TREP) cuando ya estaban cargadas el 83,85% de las
actas.
El sistema
electoral boliviano prevé que será declarado ganador el candidato que supere el
50% de los votos o el que, con más del 40%, aventaje por 10 puntos a su
inmediato competidor. Cuando el conteo rápido fue interrumpido, Evo Morales
había pasado el 45,7% del total y le llevaba 7,87% a Carlos Mesa, el otro
candidato con aspiraciones.
Cuando se
retomó el conteo rápido y se llegó al 95,63% de las actas, el resultado fue de
46,86% para el presidente y 36,32 para el opositor, con más de 10 puntos de
diferencia. Finalmente, en el escrutinio oficial, el oficialismo llegó al
47,08%, un 10,5% por encima de Mesa. En otras palabras, Evo había sido
reelegido sin necesidad de recurrir a un ballottage.
El principal
argumento de la OEA para reclamar que se repitan las elecciones fue “el cambio
drástico y difícil de explicar en la tendencia de los resultados preliminares
[del conteo rápido]”. Sin embargo, sostiene el informe del CEPR, “la
misión no proporcionó evidencia sustentando estas declaraciones que sugieren
que el conteo rápido podría ser incorrecto o ‘difícil de explicar’”.
El conteo
rápido y el oficial
Los
investigadores del Centro estadunidense muestran que la mayor parte de los
señalamientos de la OEA se hacen sobre el escrutinio provisorio y no sobre el
oficial, que se inició poco después y no se interrumpió en ningún momento.
El conteo
rápido se realiza en base a fotografías de las actas y su única función es
responder a la ansiedad de los medios y la población con resultados creíbles a
pocas horas de terminada la votación. (Dicho sea de paso, la propia OEA
recomendó que se haga.) Pero esos resultados no tienen ningún valor legal.
En Bolivia,
el único cómputo vinculante es el oficial, confeccionado por los Tribunales
Electorales en base a las actas verdaderas. Eso explica por qué, en la noche de
las elecciones, grupos coordinados de opositores atacaron, y en varios casos incendiaron,
algunos de los locales donde se llevaba a cabo el recuento oficial, obligando a
trasladar el lugar de trabajo de las autoridades electorales. Esas “mudanzas”
serían utilizadas después por la OEA para cuestionar el funcionamiento del
escrutinio.
El estudio
de CEPR muestra también que, contrariamente a lo sugerido por la oposición, los
dos escrutinios confluyeron en un resultado muy similar. “Al final, el
conteo oficial, que es legalmente vinculante y completamente transparente,
coincidió estrechamente con los resultados del conteo rápido”, afirmó Guillaume
Long, uno de los investigadores.
El cambio de
tendencia
Lo que
explica el “cambio de tendencia” que tanto preocupó a la OEA no es otra cosa
que el fuerte contraste entre el voto ciudadano y el voto rural. Las
preferencias en los centros urbanos, donde crece la participación de los
sectores medios y altos, son menos favorables a Evo Morales que en los
territorios campesinos, el área pobre de la que él mismo proviene. Lógicamente,
las actas de las urnas ciudadanas llegan a los centros electorales antes de las
que provienen de los apartados sectores rurales. De allí surge la consistencia
de la tendencia proyectada desde el comienzo mismo del conteo, que muestra la
paulatina y permanente ampliación de la diferencia entre Morales y Mesa, hasta
llegar al 10,5 final.
No conformes
con esas proyecciones, los expertos del CEPR realizaron más de 500 simulaciones
en base a los resultados informados con el 83,85% de las actas, cuando se
interrumpió el conteo rápido, y concluyeron que el triunfo de Evo Morales por
más de 10 puntos no sólo era posible sino altamente probable.
Del fraude a
la inconstitucionalidad
Todos estos
datos explican por qué poco a poco se fue abandonando el argumento del “fraude”
en el escrutinio de los votos, para resucitar con más fuerza la
“inconstitucionalidad” de la participación del Presidente aymara en las
elecciones. Cabe recordar que Evo Morales perdió en 2016 por estrecho margen un
prebliscito sobre la posibilidad de habilitar su candidatura para un nuevo
periodo. Y que finalmente
logró en 2017 un fallo del Tribunal Supremo que le dio luz verde a sus
aspiraciones .
Más allá de
las opiniones que merezcan esas dos iniciativas del presidente depuesto,
actualmente no pueden tener la menor relevancia. El fallo que lo habilitó fue
aceptado tanto por la oposición interna, que legalizó las elecciones al
presentarse, como por los organismos internacionales que ahora aparecen al
frente del cuestionamiento, como la OEA, que le dio pleno respaldo en mayo de
2018. “Decir que Evo Morales no puede participar sería absolutamente
discriminatorio”, proclamó por aquellos días el propio Luis Almagro.
Pero los
vientos cambiaron. Una de las pocas definiciones de la autoproclamada
presidenta provisoria de Bolivia, Jeanine Áñez , fue justamente
anunciar su decisión de anular ese fallo del Tribunal Constitucional.
Si lo hace,
quedaría expuesto el principal objetivo del Golpe: la proscripción de Evo
Morales, de la misma forma que la destitución de Dilma Rousseff y la prisión de
Lula da Silva tuvieron el objetivo de proscribir al primer presidente obrero de
la historia de Brasil.
¿Serían
democráticas unas elecciones con el principal candidato proscripto, aunque
acaba de obtener nada menos que el 47 por ciento de los votos? Los argentinos
están calificados para opinar al respecto, después de todo algo muy parecido se
vivió después del golpe militar que derrocó a Juan Domingo Perón y lo
proscribió por décadas. No solo la sangre de los asesinados por la represión
une a los dos países.
Algunos
datos más que interesantes para seguir leyendo
1. Antonio
Costas, el vicepresidente del Tribunal Electoral que con su renuncia abonó
buena parte de las denuncias periodísticas sobre el supuesto “fraude”, aseguró
a los medios que quisieron escucharlo que su disgusto fue con la “innecesaria”
suspensión del conteo rápido. Y reveló que ésta se produjo por una alerta de
ataque informático, pero que el “alboroto” técnico y la “impericia” del
Tribunal, no cambiaron de ninguna manera la veracidad de los resultados.
2. Según
la ley boliviana, una vez que los jurados electorales firman el acta de
recuento de una mesa, el día de las elecciones, los votos físicos ya no tienen
valor, puesto que en ningún caso se ha de volver a contarlos. Si un acta recibe
observaciones, se vuelve a votar en la mesa a la que esta corresponde. Así que
nadie se preocupa demasiado por conservar con cuidado los votos. Eso explica
por qué pasaron al olvido los videos de denuncia, que se viralizaron en las
redes y los medios en la noche de las elecciones, donde jóvenes exaltados
mostraban papeletas y urnas como “prueba” del fraude, mientras sus compañeros
les prendían fuego.
3. Declaraciones
de Evo Morales al diario español El País desde México: “El golpe de
Estado empezó el 21 de octubre, después de las elecciones, con la falsa
acusación de que había fraude. Ahora me doy cuenta de que la denuncia es el
verdadero fraude. Durante dos semanas, se va intensificando y el golpe se
consuma cuando la policía se amotina y pasa a ser golpista. Pedimos un diálogo
con los cuatro partidos que tienen representación parlamentaria. Para evitar
muertos y heridos, yo digo que no haya segunda vuelta sino elecciones y sin Evo
candidato, con nuevos miembros del tribunal electoral. Y siguieron agrediendo.
Hasta que renuncié, no había muertos de bala. Después, van cuatro o cinco.
En la
madrugada del domingo, la OEA ya tenía listo el informe preliminar haciendo ver
que había habido fraude. El compromiso era otro, porque nos habían dicho que no
lo tendrían listo entero hasta el 12 y nos pidieron hasta el 13, es decir,
hasta hoy. Yo pedí que me contactaran con el secretario general, Luis Almagro,
a las tres o cuatro de la mañana, pero no quiso. Hablé con su jefe de Gabinete,
Gonzalo Koncke, le dije que con ese informe iban a incendiar el país, que iba a
haber muertos. Dicen que gané, pero no con claridad, entonces, debería haber
segunda vuelta, pero no, quieren nuevas elecciones. Es una decisión política.
Ahora dicen que hicimos un autogolpe. Luis Almagro espera instrucciones del
Gobierno de Estados Unidos, así se puede entender. Yo tenía cierta esperanza en
la OEA. Le dijimos que hicieran la auditoría, estaba convencido de que no hubo
fraude. Nunca en la vida me ha gustado hacer algo ilegal. El tema de fondo es
que no aceptan el voto indígena. Después del primer informe, el TREP, ganaba
con el 7% pero faltaba el voto rural, el voto indígena. Dije que íbamos a
ganar. Rechazan el voto indígena, es regresar a tiempos del pasado, a tiempos
de la colonia.”
HAY GENTE DISPUESTA A MORIR POR EVO Y POR
BOLIVIA
Miles de campesinos, trabajadores humildes y
mujeres de pollera prefieren dejar todo antes que retroceder al
olvido de hace dos décadas. La crisis, con causas más culturales que
institucionales.
Crónica de Argentina (www.cronica.com.ar)
Es imposible
desentrañar el conflicto boliviano sin entender un punto central, su gente.
Hete aquí la trampa de dicha verdad de Perogrullo: cualquier argentino que
ahora recorra estas líneas deberá hacer el esfuerzo de leer lo que sucede del
otro lado de la frontera norte, sin el prisma de nuestra coyuntura.
Aquí, en
Cochabamba, donde circulan todavía autos fabricados con el volante a la
derecha, y adaptados para la circunstancia de la época, nada es parecido a la
Argentina. Tierra hermana Bolivia,
claro que sí, pero con una raíz fundacional tan disímil a la nuestra, que
cualquier analogía guiará a conclusiones disparatadas.
Para el
argentino medio, lo que se vive en estas latitudes, es un disparate. Pero para Bolivia, no. Acá hay una
lucha tan profunda que tiene que ver con esas raíces, ligadas a la identidad.
Conviven en
este territorio de más de un millón de kilómetros cuadrados, rico en gas,
litio, coca y agricultura variada, culturas sólo cercanas en lo geográfico. El
exiliado Evo Morales hizo todo lo posible para generar una amalgama
cultural dentro del fundante Estado Plurinacional de Bolivia. La nueva Constitución de 2009 le dio
un nuevo nombre al país; incluyó a todos y no solamente a los que gobernaron
durante décadas y décadas.
Pero ese
cambio, esa novedad para esta República, se ve que a algunos no les gustó. Aquí
está el nudo gordiano del problema institucional y social que vive hoy Bolivia, con una
incertidumbre mayúscula. La senadora Jeanine Áñez, hoy a
cargo del Ejecutivo, sin haber sido votada para ese cargo por ningún boliviano,
representa a este sector que (en parte) desprecia a las mayorías originarias.
Hasta en las
filas de Evo se reconoce que el presidente renunciado, sin que nadie le haya
aceptado aún la renuncia, debería haber buscado un sucesor. No lo hizo. Forjó
la interpretación constitucional hasta el oxímoron de entender que dos mandatos
son igual a cuatro. Exótico; claro que sí.
Pero tanto o
más a lo que sucede ahora, con un gobierno que controla a las fuerzas de
seguridad, pero que nadie votó, y que ni siquiera es reconocido por la Asamblea
Legislativa, ni por la mayoría de la comunidad internacional. Pero tampoco hay
anarquía en estas tierras. Las grandes ciudades, La Paz, Santa Cruz,
Cochabamba, Oruro, comienzan a funcionar con cierta normalidad, lo que hace
presagiar algún futuro para la oposición a Evo, hoy encarnada en Áñez.
Las
comunidades originarias están solas, gritan, protestan, patalean, pero muy
pocos parecen escucharlas. Acá hay gente dispuesta a dejar la vida por Evo
Morales, pero básicamente por este país. Este paísplurinacional, y no sólo de
quienes detentan el poder ahora.
La inmensa
mayoría de los campesinos, mujeres de pollera, trabajadores humildes del
interior profundo, no sólo marchan por Evo. Lo hacen por algo mucho más
trascendente: su ser, su historia, sus raíces, su tierra, su futuro. Están
convencidos de que este Gobierno los va a pisotear, como ya lo hicieron tantos
otros. Por eso pretenden ingresar a las ciudades y bloquean muchas de las rutas
más importantes.
Pero el plan
desgaste de la actual Administración, en conjunto con un cerco informativo
notorio y la escandalosa represión, parecen hacer su parte, para ocultar a
estas naciones originarias.
Hoy, aquí,
nadie tiene precisiones de lo que sucederá mañana. Llegará una misión de la
ONU, en horas intentará sesionar la Asamblea Legislativa, probablemente algún
día se vote. Quién sabe cuándo, quién sabe con qué candidatos, y con qué
partidos. Todos son dudas. La única certeza que aflora con nitidez, es que no
se puede entender Bolivia
con los típicos ojos de Occidente, sino con la lógica de un cúmulo de naciones
que intentan convivir en un mismo territorio, bajo una misma bandera, con un
mismo ordenamiento político y con el respeto por las diferencias culturales.
Esto último
es lo que hace más de dos semanas se rompió en este país. Ante eso, poco hay
para adjetivar. Pero este quiebre realidad sirve para entender las lágrimas de
miles de bolivianos, que prefieren dejar su vida ahora mismo, que retroceder al
olvido de dos décadas atrás.
BOLIVIA: LA VERDADERA CARA DEL GOLPE
Prensa Libre de Guatemala (www.prensalibre.com)
Tras el
golpe de Estado en Bolivia se ha suscitado una serie de hechos que confirman
que la violencia racista y clasista es el gran paraguas que cobija el accionar
de los golpistas.
Desde que
Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta, en una sesión legislativa en la que no
había quórum porque la Policía impidió la entrada a los legisladores del
partido Movimiento Al Socialismo (MAS), hemos sido testigos de cómo se
materializa en decisiones y acciones políticas el desprecio brutal contra los
pueblos indígenas y todo lo que representan.
En primer
lugar, a través de la violencia como método para frenar las masivas
movilizaciones sociales. Al momento de escribir esta columna, 24 personas han
sido asesinadas, hay cientos de heridos y un número indeterminado de detenidos
y desaparecidos. Por si fuera poco, el gobierno ilegítimo de Áñez publicó un
decreto que exime de responsabilidad penal a los militares que participan en
los operativos “para restablecer el orden”. Una especie de amnistía “previa”
que da licencia para matar y que, anticipadamente, les garantiza impunidad. Un
decreto que la propia CIDH calificó de “grave” por “estimular la represión
violenta”.
Recordemos cómo
inmediatamente después de la renuncia forzada de Evo Morales y Álvaro García
Linera, policías, militares y grupos de choque en motocicletas, armados con
bates, empezaron a destruir, quemar y escupir whipalas, la bandera de la
dignidad y la resistencia de los pueblos indígenas, reconocida como símbolo del
Estado Plurinacional de Bolivia en la Constitución de 2008. Semejante afrenta
movilizó a los pueblos indígenas —partidarios y detractores del MAS—, que
vieron cómo rápidamente los golpistas se organizaban para imponer su
“supremacía” racial.
Y es que la
violencia es también simbólica, y en esto juegan un papel fundamental los
grandes medios de comunicación, que son, en la mayoría de casos, cajas de
resonancia del poder porque sus dueños también son parte del poder. Las
estrategias comunicacionales para la construcción del “enemigo interno” y para
justificar su destrucción, y la utilización de los medios hegemónicos para
perpetuar el racismo, en países como Bolivia y Guatemala, son permanentes y
parten de narrativas, discursos e imágenes que instalan el “odio al indio”.
Y cuando el
“indio” cuestiona, denuncia y, sobre todo, se organiza y les disputa el poder,
la maquinaria mediática redobla y amplifica los mensajes de odio y los
estereotipos que dictan que “los indios son indios” —pobres, resentidos,
haraganes, miserables, ignorantes— y así deben vivir.
Eso explica
la operación mediática sobre “los lujos de Evo”, que montó la ministra de
Comunicación del gobierno de facto, llevando a los periodistas a hacer un
“recorrido” por el espacio donde vivía el presidente Morales. “Esta es la
habitación de un jeque árabe”, afirmó, mientras señalaba una cama con
almohadones y cabecera, lujos que —desde su visión racista y chata del mundo—
un indígena no puede tener, porque para eso están los petates y el suelo.
Y eso
también explica la lamentable publicación del diario El Mundo, de España, que
tituló: “Jeanine Añez, la ‘Angelina Jolie’ del legislativo boliviano”, una nota
cargada de clasismo, racismo y sexismo. El golpe de Estado no existió y tampoco
existe la represión indiscriminada contra los pueblos indígenas, lo importante
es que una mujer “glamurosa, con la melena rubia, elegante y de buen porte”
está en el palacio de gobierno, a donde nunca debió ingresar un indio, y menos
uno izquierdista.
Sí, hace
falta analizar los errores de Evo, el papel que juega en todo esto el gobierno
gringo y los recursos energéticos estratégicos de Bolivia. Ya será tema de una
próxima entrega.
JEANINE ÁÑEZ, LA PRESIDENTA BOLIVIANA QUE QUIERE
'LICENCIA PARA MATAR'
El Español de España (www.elespanol.com)
La
autoproclamada sucesora de Evo Morales no aclara la fecha de la repetición
electoral y levanta sospechas con un decreto que blinda a la policía frente a
los manifestantes.
Jeanine Áñez,
una abogada de 52 años, se ha convertido en la segunda mujer en tomar el mando
de Bolivia en medio de una prolongada crisis con la meta fundamental de
establecer un Gobierno de transición y convocar a nuevas elecciones
generales.
La noticia
no ha sido una novedad en Bolivia, pues desde hace un par de días se manejaba
su nombre por encontrarse en la línea de la sucesión constitucional ante la
renuncia del vicepresidente del país y de los presidentes del Senado y la
Cámara de Diputados.
Añez debe
manejar una situación muy delicada en el país, sin aclarar la fecha de las
elecciones anticipadas, y con Evo Morales en México acusando a toda la
oposición de "golpe de Estado".
Este mismo
lunes la autoproclamada presidenta ha tenido que cancelar un viaje por
temor a un atentado. El ministro de Interior asegura que "un grupo
criminal que quiere atentar contra la presidenta", sin ofrecer más
detalles.
Además, Añez
ha levantado una gran polémica nada más tomar posesión al poner en marcha un
decreto que exime de responsabilidad penal a policías y militares cuando actúen
en legítima defensa. Un cambio legal que en la práctica daría a las fuerzas del
orden 'licencia para matar' en situaciones de choques con manifestantes.
El Gobierno
transitorio ha asegurado que la normativa es perfectamente legal y rechaza que
otorgue 'licencia para matar'. El ministro interino de la Presidencia, Jerjes
Justiniano, manifestó que la medida dictada el pasado viernes "no
contribuye a ningún estado de mayor violencia" sino que es un instrumento
para "contribuir a la paz social".
Lidia
Gueileir, la pionera
La historia
de las mujeres en la Presidencia de Bolivia no es extensa, ya que únicamente
pervive en la historia el caso de la ya fallecida Lidia Gueiler Tejada, que
condujo las riendas del país de 1979 a 1980.
Gueiler
asumió esa responsabilidad tras un furtivo golpe de Estado militar de quince
días y después de una elección del Congreso que la designó mandataria.
Sin embargo,
otro golpe de Estado, el del general militar Luis García Meza, puso fin a su
mandato.
La situación
de Áñez tiene ciertas coincidencias con esa historia como la crisis política y
el emergente rol de la mujer en situaciones determinantes de la realidad del
país.
Nacida en
una región periférica
Áñez es
oriunda de San Joaquín, una pequeña población del departamento amazónico de
Beni, región que ha tenido un peso relativo en la política nacional y con
contados mandatarios en la historia del país.
En el tiempo
reciente se recuerda el esporádico mandato del también beniano Alberto Natusch
Busch que accedió al poder por vía del golpe de Estado, que forjó un Gobierno
de tan solo quince días que, justamente, antecedió al de Gueiler.
La
participación de Áñez en la política se consolidó en 2006 cuando fue electa
representante departamental en la Asamblea Constituyente que redactó la nueva
Carta Magna promulgada en 2009 por el expresidente Evo Morales.
Su llegada a
la Presidencia del país ha despertado esperanza y orgullo en su región natal
que ha celebrado la noticia con algarabía y bailes al son de ritmos
tradicionales.
Diputada
desde 2010
Áñez llegó
al Parlamento en la elección de 2009 para ejercer a inicios de 2010 el rol de
senadora por su región en representación de la desaparecida alianza Plan
Progreso y Convergencia Nacional, que comandaban los exprefectos de La Paz y
Cochabamba, José Luis Paredes y Manfred Reyes Villa, respectivamente.
En el
periodo parlamentario 2010-2015, Áñez se mostró como una persistente
opositora a la construcción de la carretera por el corazón del Territorio
Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), un proyecto de Morales que
se interrumpió gracias a la protesta de un grupo de indígenas que marcharon
hacia La Paz.
En su
segunda legislatura como senadora, desde 2015, además de repeler una nueva
postulación de Evo Morales para un cuarto mandato, se centró en el trabajo
legislativo para prevenir los feminicidios y la violencia contra la mujer.
Su labor
como legisladora no estuvo apartada de algún momento jocoso como aquella sesión
legislativa en la que confundió una ley de Newton y se la atribuyó a Albert
Einstein, al señalar que todo lo que sube tiene que bajar, refiriéndose al
Gobierno de Morales.
BOLIVIA: JEANINE AÑEZ DEBE DEROGAR
INMEDIATAMENTE LA NORMA QUE PROMUEVE LA IMPUNIDAD PARA LOS MIEMBROS DE LAS
FUERZAS ARMADAS
Contra Información de España
(www.contrainformacion.es)
Las
autoridades bolivianas deben derogar inmediatamente el Decreto 4078 del 14 de
noviembre de 2019 y garantizar que las fuerzas de seguridad actúen conforme con
las normas y estándares internacionales en materia de uso de la fuerza, así
como proteger los derechos humanos de todas las personas que protestan sin
importar su opinión política, dijo Amnistia Internacional hoy.
“La grave
crisis de derechos humanos que atraviesa Bolivia, tras las elecciones del 20 de
octubre, se ha visto agravada por la intervención y el accionar de las fuerzas
seguridad. Cualquier mensaje que indique carta blanca para la impunidad es
gravísimo. Los nefastos precedentes históricos en la región respecto al rol de
las Fuerzas Militares exigen máxima observancia y compromiso de respeto y
protección de los derechos humanos”, dijo Erika Guevara Rosas, directora para
las Américas de Amnistía Internacional.
El Decreto
4078, que no ha sido publicado aún en la Gaceta Oficial del Estado, dispone la
participación de las Fuerzas Armadas en “la defensa de la sociedad y la
conservación del orden público, en apoyo de las fuerzas de la Policía Nacional”
y exime de responsabilidad penal al personal de las Fuerzas Armadas que
participe en los operativos de restablecimiento del orden interno y estabilidad
pública “cuando en cumplimiento de sus funciones constitucionales, actúen en
legítima defensa o estado de necesidad, en observancia de los principios de
legalidad, absoluta necesidad y proporcionalidad”.
Amnistía
Internacional expresa su preocupación por este Decreto que permite que las
posibles violaciones de derechos humanos o crímenes de derecho internacional
cometidos por integrantes de las Fuerzas Armadas queden en la impunidad. El
texto del mismo documento señala que la situación “tiende a agravarse, incluso
de llegar a una guerra civil,” suponiendo que cualquier acto de violencia sería
una excusa para la impunidad.
La
organización recuerda que el personal de las fuerzas de seguridad no sólo debe
rendir cuentas por sus acciones y omisiones a título individual, sino también
son responsables, inclusive penalmente, todos los superiores que dicten órdenes
ilícitas, supervisen o manden y las controlen de algún otro modo, o que puedan
ser responsables de la planificación y preparación de las operaciones.
La actual
crisis social, política y de derechos humanos en Bolivia corre el riesgo de
profundizarse si las autoridades continúan respondiendo de manera violenta ante
las críticas, las protestas, el escrutinio de los medios de comunicación e,
incluso, ante los incidentes de violencia cometidos por terceros.
“La altísima
tensión social no puede ser una excusa para que las fuerzas de seguridad actúen
contrariamente a los estándares internacionales de derechos humanos, ni para
fomentar una ola de odio y discriminación racial que ha emergido con fuerza en
los últimos días. Jeanine Añez, quien se proclamara presidenta interina, tiene
la obligación de detener inmediatamente las violaciones a los derechos humanos,
o atenerse a rendir cuentas ante mecanismos nacionales e internacionales”, dijo
Erika Guevara Rosas.
Ante esta
situación, es necesario que las autoridades garanticen el acceso a la
información pública, veraz y actualizada sobre las personas fallecidas, heridas
y privadas de la libertad en el contexto de la crisis, que inició el 20 de
octubre de este año. De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, desde esa fecha al menos 23 personas habrían fallecido y 715 habrían
sido heridas.
La
organización llama a las autoridades a investigar, de manera pronta, exhaustiva
e imparcial, estas muertes, al igual que las denuncias de violaciones de
derechos humanos por fuerzas de seguridad y de actos de violencia por
particulares.
Asimismo, es
imprescindible garantizar que los periodistas y personas defensoras de derechos
humanos puedan ejercer su importante y legítima labor libres de censura,
estigmatización o ataques.
Resultan
preocupantes los ataques y hostigamiento denunciados por periodistas y
defensores de derechos humanos, además de las acusaciones de “sedición” emitidas
por la ministra de Comunicación contra periodistas. Recordamos que no
corresponde a las autoridades de poderes distintos al Judicial determinar
responsabilidades penales.
Finalmente,
Amnistía Internacional recuerda que, en el contexto actual, la población está
viendo directamente afectados sus medios de subsistencia. La organización ha
recibido información fehaciente que indica que la ciudad de La Paz se encuentra
cercada sin acceso a gasolina y gas, lo que ha generado escasez de alimentos,
recrudeciendo la crisis.
DIRIGENTE FEMINISTA DENUNCIA DETENCIONES
ARBITRARIAS Y TORTURAS EN BOLIVIA
Sputnik News de Rusia
(www.mundo.sputniknews.com)
Detenciones
arbitrarias, torturas y hacinamiento de detenidos denunció la activista
boliviana Adriana Guzmán, de la comunidad aymara e integrante del colectivo
Feminismo Comunitario Antipatriarcal.
"Hay
detenciones ilegales; solo en el centro de La Paz hay 75 detenidos; no se les
permite el uso del baño (...) han sido golpeados; hay 55 hombres y 20 mujeres,
han sido torturados y obligados a declarar cosas falsas, como que traían
piedras en la mochila", dijo Guzmán a Sputnik sobre arrestos llevados a
cabo por las autoridades.
Entre los
detenidos habría dirigentes sociales, transeúntes, estudiantes universitarios y
profesores, según Guzmán.
"No han
tenido derecho a la defensa. Se está dificultando el ingreso de alimentos, han
sido golpeados, torturados y no se ha permitido el ingreso de abogados de
derechos humanos (...) están haciendo todo esto para escarmentar a las organizaciones
sociales", agregó.
El Gobierno
de facto que encabeza Jeanine Áñez está aplicando medidas que profundizan
el golpe de Estado, como el decreto que libera de responsabilidad penal a
policías y militares, lo que significa una "carta libre para que
maten", dijo Guzmán.
"Hay
algunos diputados que están planteando la negociación. La posición de las
organizaciones es que sobre los muertos no se negocia. ¿Qué podríamos negociar
en un golpe de Estado, con quienes están sacando las fuerzas militares? No hay
ningún tema a negociar. Van a seguir las movilizaciones y se van a radicalizar
los bloqueos a rutas", agregó.
Para que se
terminen las protestas, la presidenta Áñez debe renunciar, según Guzmán.
"Es una
senadora de ultraderecha, públicamente racista, y todo el gabinete que ha
puesto está vinculado al fascismo y a los grupos armados de lo que han llamado
limpieza étnica desde el 2008", denunció.
Bolivia está
envuelta en una crisis política desde que Evo Morales (2006-2019) renunció a la presidencia, presionado por las Fuerzas Armadas
y la policía y luego de varias semanas de protestas por un presunto fraude
electoral en los comicios del 20 de octubre.
Luego de que
Morales fue asilado por México, Áñez se autoproclamó presidenta sin pasar por
los procedimientos legislativos previstos en unas sesiones del parlamento que
no tenían el quórum requerido.
La
investidura de facto de Áñez fue avalada por el Tribunal Constitucional.
La Comisión
Interamericana de Derechos Humanos contabilizó al menos 23 muertos y 715
personas heridas desde el inicio de la crisis, entre ellos al menos 9
fallecidos y 122 heridos por represión combinada de la policía y fuerzas
armadas desde el viernes, cuando los uniformados arremetieron contra una marcha
de cocaleros en el departamento boliviano de Cochabamba.
LA OTRA CARA DE LAS PROTESTAS EN BOLIVIA:
ESCASEZ DE COMBUSTIBLES Y ALIMENTOS EN LA PAZ
Mientras los bloqueos de las vías de El Alto
continúan en rechazo al Gobierno de facto, algunos habitantes de La Paz han
sentido las consecuencias del cierre de las vías para la distribución de
productos y combustible.
RT de Rusia (www.actualidad.rt.com)
El acceso a
combustible y bienes básicos en La Paz podría verse interrumpido tras el
bloqueo de carreteras en El Alto, bastión de movimientos campesinos e indígenas
que apoyan al depuesto presidente, Evo Morales, en exigencia de
la renuncia de la autoproclamada "presidenta interina", Jeanine
Añez.
En El Alto,
una ciudad crucial para la distribución de cualquier mercancía a La Paz, desde
hace varios días se han levantado zanjas, barricadas y barreras
humanas para bloquear su paso.
Por su
parte, Áñez anunció un plan de emergencia para proveer de combustible a la
capital boliviana, que incluye la importación de gasolina y diesel desde Perú y
Chile.
"No va a entrar a la ciudad nada de alimento,
nada de combustible, nada de gasolina", dice uno de los
manifestantes a RT.
Esta
decisión se mantiene en rechazo a la fuerte represión de los cuerpos de seguridad del Gobierno de
facto en contra de una marcha pacífica de cocaleros en Cochabamba, que
dejó el pasado viernes nueve personas muertas por heridas de bala y más de un
centenar de heridos.
"Nos ha mandado a matar a mis hermanos.
Nosotros como alteños no la queremos", comenta una mujer al
referirse a la autoproclamada presidenta interina de Bolivia.
"Ni un
litro de gas"
Uno de los
lugares estratégicos que han sido bloqueados es la planta de gas y
combustible de Senkata.
Decenas de
militares y policías se han dirigido al complejo gasífero para intentar
desbloquearlo después de que más de 100 camiones cisterna cargados con
gasolina no pudieran salir hacia La Paz, situada a unos 45 minutos.
El líder
comunitario de ese distrito, Fredy Rojas, asegura que el golpe de Estado es
inaceptable y manifiesta que no se rendirán hasta que Añez dimita.
"Tendrían que matarnos aquí. Hemos
convocado a mucha gente que está presente voluntariamente y que ha dicho
que va a ofrendar sus vidas para que no pueda pasar ni un litro de gas".
Entre los
afectados se encuentra Santos, un taxista que está haciendo sus últimos
servicios debido a que las gasolineras están cerradas y su coche ya ha avisado
que no puede recorrer muchos más kilómetros.
"Hoy es mi último día de trabajo y tengo dos
horas nomás porque no tengo la gasolina", afirma.
Desabastecimiento
de alimentos en la capital
En La Paz, a
simple vista, todo transcurre con normalidad. Sin embargo, al entrar en
cualquier mercado la imagen es muy diferente.
La otra cara
del bloqueo está conformada también por la escasez de
alimentos. Ante los puestos cerrados y mercados casi vacíos, lo que se
preguntan muchos ciudadanos es: ¿hasta cuándo va a durar?
Stefany
Cháves está haciendo cola para comprar un poco de carne. Ha recorrido durante
dos horas la ciudad. El desabastecimiento ha provocado que los precios se
dupliquen y a la boliviana le toca asumir las consecuencias.
"La
pata de toro antes valía 25 bolivianos y ahora está entre 50 y 70. Ya no hay carne. Es lamentable lo que
estamos pasando aquí en Bolivia", asevera.
Muchos
comerciantes se han visto obligados a
cerrar sus tiendas y la molestia de una parte de la ciudadanía ante
las protestas de El Alto es visible.
Jorge
Orellana, comerciante de la zona, manifiesta que desea que "pacifiquen al país" y "que
de una vez haya paz". "Que nuestros hijos, nuestra familia, puedan
caminar tranquilamente, que no vaya al mercado y una lechuga, que valía dos
pesos, lo compre en 10".
Desde que
llegó al poder, el Gobierno de facto ha intentado mostrar que
existe normalidad en las calles, sin embargo, la protesta severamente
reprimida de quienes reclaman la restitución de orden constitucional y el
regreso de Morales, lo ha hecho imposible.
APOYO INEXISTENTE: 68.000 CUENTAS FALSAS DE
TWITTER RESPALDAN EL GOLPE EN BOLIVIA
Sputnik News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)
De acuerdo
con una investigación realizada por Julián Macías Tovar, responsable de redes
sociales de Unidas Podemos (España), más de 68.000 cuentas falsas fueron
creadas en Twitter para apoyar el golpe de Estado en Bolivia. "Puedo
afirmar que Luis Fernando Camacho también está detrás del golpe de Estado
fraudulento en redes", escribió Macías Tovar.
El estudio
de Macías Tovar aporta una gran evidencia sobre el despliegue de tácticas para
inundar las redes sociales de propaganda antes de que se consumase el golpe de
Estado en Bolivia y Evo Morales se viera obligado a presentar su renuncia, el
10 de noviembre.
El
investigador acusó al líder opositor boliviano Luis Fernando Camacho y a la
presidenta de facto Jeanine Áñez de haber creado más de 68.000 cuentas falsas
"para influir y difundir fake news".
Además,
aseguró que Camacho es "un rico de extrema derecha,
ultracatólico", que está involucrado en los Panama Papers y que está implicado en el intento de golpe de
Estado en Santa Cruz de 2008 cuando Evo luchó con las multinacionales para que
no se quedaran con todos los beneficios del gas".
Macías Tovar
también advirtió que su relación con "la oligarquía económica,
organizaciones ultracatólicas y líderes de extrema derecha como [el presidente
de Brasil, Jair] Bolsonaro, [el presidente de Estados Unidos, Donald] Trump o
[el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan] Guaidó, incluso la
OEA le ha servido para ir recabando apoyos internacionales y de medios para
apoyar su golpe desde agosto".
A pesar de
que Twitter condena el uso de robots para difundir mensajes y ya han habido
investigadores que han denunciado varios casos, los sistemas para detectarlos
aún no se han dado por enterados. Macías Tovar explica en un vídeo que la cuenta de Camacho en sólo unos días pasó de tener
2.000 seguidores a casi 130.000, de los que 50.000 son cuentas creadas durante
los dos primeras semanas de noviembre.
El caso de Áñez es similar, pasó de tener 8.000 seguidores a
tener 150.000, más de 41.000 cuentas fueron creadas en los últimos 15
días.
Macías Tovar
sumó las cuentas falsas nuevas que siguen a Camacho y Áñez y llegó a la
conclusión de que se crearon más de 68.000 cuentas. "Si os
preguntáis qué actividad tienen esas decenas de miles de cuentas falsas, además
de seguir las de los golpistas para que tengan más seguidores y le den
notoriedad, también hacen RTs [retuits], comentarios e interaccionan con otros
comentarios para situarlos en la parte alta".
LA IGLESIA, LA ONU Y BRUSELAS INTENTAN UNA
MEDIACIÓN EN BOLIVIA
Las instituciones promueven una negociación
entre las partes para renovar el Tribunal Electoral y convocar elecciones.
El País de España (www.elpais.com)
La
Conferencia Episcopal, Naciones Unidas y la Unión Europea promueven un intento
de mediación para buscar una salida a la profunda crisis
política y social que sacude Bolivia. Estas instituciones convocaron
a representantes del Gabinete interino, del partido del expresidente Evo
Morales y organizaciones civiles, después de una semana de convulsión que las
autoridades provisionales no han sabido solucionar. El objetivo es facilitar un
acuerdo para renovar el Tribunal Electoral y convocar elecciones. Jeanine Áñez,
que asumió el
poder hace una semana, aún no ha fijado fecha para la convocatoria.
Bolivia está
al borde de un abismo. El conflicto institucional, las movilizaciones que no
cesan y en las que ya han fallecido más de 20 personas, la represión
de las Fuerzas Armadas en las protestas, los episodios de
vandalismo, las posiciones encontradas del equipo de Áñez y del Movimiento al
Socialismo (MAS), que sostuvo al Gobierno de Morales durante casi 14 años,
sitúan al país en un callejón sin salida. El acercamiento entre las partes y el
diálogo son, sin embargo, la única vía para desbloquear la situación. Con esta
premisa, la Iglesia, la ONU y Bruselas unieron esfuerzos tras días de contactos
frustrados.
“El diálogo
es el camino apropiado para superar las diferencias entre bolivianos, por ello
llamamos a acudir a esta convocatoria. Celebrar nuevas elecciones,
transparentes y confiables, es el mejor camino para superar las diferencias en
forma democrática y pacífica”, señala el comunicado de la Conferencia
Episcopal, impulsora de la iniciativa, que convocó este lunes una reunión que
estaba prevista para primera hora de la tarde. La convocatoria debe ir
acompañada de una renovación del Tribunal Electoral y el Gobierno interino se ha
escudado en la posible falta de acuerdo del Parlamento, donde el MAS sigue
siendo mayoría absoluta, para evitar fijar esas fechas. No obstante, ese debate
aún no se ha abordado a fondo y la sucesora provisional de Morales tampoco ha
apuntado, pese a prometerlo, a unos plazos aproximados. La Constitución le da
tres meses para tomar una decisión y este lunes el Gobierno no descartó tener
que convocar los comicios a través de un decreto, como sugirió el principal
rival de Morales en las elecciones de octubre, Carlos Mesa.
El antiguo
partido oficialista no apoyó la asunción de Áñez y lleva una semana denunciando
un golpe de Estado. Sin embargo, fue el mismo exmandatario, que tras abandonar
el país rumbo a México, donde se
encuentra asilado, reclamó un apoyo externo para destrabar la
crisis. “Pido a organismos internacionales como la ONU, países amigos de Europa
e instituciones como la Iglesia Católica (...) acompañarnos en el diálogo para
pacificar nuestra querida Bolivia. La violencia atenta contra la vida y la paz
social”, escribió en Twitter, donde formula denuncias constantes contra las
nuevas autoridades.
Ante la enorme
brecha entre los interlocutores, los mediadores solicitaron a los líderes de
opinión y los medios de comunicación “bajar el tono de las declaraciones para
facilitar el diálogo y entendimiento entre todos”.
Aumento de
la tensión
La escalada
verbal ha caracterizado no solo a los seguidores de Morales, que rechazan de
plano lo sucedido en los últimos días, sino que también ha marcado los primeros
pasos del Gobierno interino. Hay ministros que han tomado decisiones políticas
de alcance, como la canciller, que rompió relaciones con Venezuela formulando
acusaciones de injerencia. Y otros que se han centrado en arremeter contra sus
antecesores, a los que consideran responsables de un intento de
desestabilización a través de las protestas.
Es el caso
de Arturo Murillo, ministro del Gobierno y responsable de la política de
seguridad. Al asumir su cargo anunció una “cacería” de rivales y este lunes
elevó la tensión al denunciar públicamente los planes de una organización que
quiere atentar contra Áñez. “Hemos identificado un grupo criminal que quiere
atentar contra la presidenta y, por eso, hoy día hemos tenido que parar su
viaje a su tierra natal”, dijo.
Todos hablan
de “pacificar”, pero la realidad es que Bolivia sigue sumida en una durísima
confrontación social y golpeada a diario por la violencia. Varios organismos
internacionales, empezando por Naciones Unidas, han rechazado esos episodios y
condenado decisiones como la despenalización de las acciones cometidas por
militares contra los manifestantes.
En este contexto,
el secretario general de la ONU, António Guterres, encomendó al diplomático
Jean Arnault los contactos con todas las partes y ofrecer el respaldo de la
organización en la resolución de este conflicto. Este lunes los bolivianos
esperaban que la reunión de los principales actores políticos abriera el camino
para poder entablar una mesa de negociación tras el más grave conflicto que
sufre el país en su pasado reciente.
ORGULLO BOLIVIANO
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
“Me dijo
‘boliviano’”, se quejó ante las cámaras el presidente de Gimnasia de Jujuy,
Raúl Ulloa, luego de un partido entre su equipo y Argentinos Juniors, en el año
2008. Ulloa acusaba al árbitro Saúl Laverni de haberse referido así a él y a
los jugadores de su club. El presidente del Lobo jujeño estaba muy ofendido por
lo que consideraba un insulto gravísimo. Decirle a alguien “boliviano” era
cruzar un límite.
Sí, lo de
Laverni fue insultante. Y sí, la reacción de Ulloa también fue insultante ¿Cómo
se construye un insulto? Básicamente con dos protagonistas: insultador e
insultado. Si una persona le dice a otra “puto”, seguramente la esté
insultando. Ahora, si la persona insultada asume esa condición, neutraliza un
insulto.
Fue
justamente en el fútbol que se empezó a ver claramente este cambio de
paradigma. “Bosteros”, “gallinas”, “cuervos”, “quemeros”, “negros”, tatengues,
“triperos”, “pincharratas”, “leprosos”, “canallas” y tantísimos otros términos
nacieron como insultos. Pero en un momento las hinchadas se hicieron cargo de
esa condición y así el insulto se neutralizó.
En la
actualidad, los casos más significativos de cambio de insulto por orgullo se da
en los Putos Peronistas y las Putas Feministas. Pero hay muchímos otros. Hoy
“puto” no necesariamente es insulto.
En el caso
de Laverni y Ulloa, hubo consenso en que “boliviano” es un insulto. Y un
insulto grave. Ulloa intentó justificar sus palabras hablando de racismo. Y
tenía razón, se trata de un insulto sumamente racista. Pero, ¿no es igualmente
racista ofenderse por recibir ese insulto? ¿Qué hubiera sucedido si en vez de
decirle “boliviano”, Laverni le hubiera dicho a Ulloa “sueco”, “danés” o
“alemán”?
Los
mecanismos de construcción de un insulto son de lo más variados. Pero podemos
encontrar básicamente dos grandes grupos de palabras injuriantes: las que de
por sí son insultantes y las que son insultantes porque quien insulta considera
insultante esa condición.
Decirle a
alguien “puto” es insultante porque la palabra es de por sí insultante. La
elección de ese término implica ya una actitud injuriante. “Puto” es un
improperio, una palabra que no define, sino que agravia. Se trata de un término
que está encuadrado dentro de aquello que llamamos “malas palabras”, para las
que Roberto Fontanarrosa pidió alguna vez un indulto, en su magistral ponencia
en el Congreso de la Lengua, en Rosario.
Si en lugar
de “puto”, la palabra usada fuera “homosexual” o “gay”, el insulto sólo estaría
constituido por el desprecio que tiene hacia los homosexuales quien lo usa. Lo
único que sostendría al insulto en ese caso sería la homofobia del emisor. Algo
parecido a lo que ocurre con “boliviano”. Un insulto que sólo es insulto a
partir del racismo de quien lo utiliza.
Sí, racismo.
Y xenofobia. Y clasismo. Y desprecio por los pueblos originarios. Usar
“boliviano” como insulto significa además un profundo desconocimiento de lo que
es la realidad boliviana. Es pensar que Bolivia es sólo aquello que nos llega
de Bolivia a nuestro país. Que Bolivia sólo está integrada por los inmigrantes
bolivianos que viven en la Argentina.
No existe en
la ignorancia del sentido común la complejidad que representa Bolivia, con su
occidente colla y aymara, y su oriente blanco de inmigración europea. No existe
ese país partido en dos, donde desde ambos lugares en algún momento se alzaron
voces reclamando la independencia del otro.
Entonces el
boliviano es morocho, colla y pobre. Pero lo más importante de todo: por ser
morocho y colla es necesario que siga siendo pobre. El lugar común racista
indica además que el boliviano es laburante y sumiso. Que es capaz de trabajar
quince horas por día en una quinta o en un taller clandestino de costura, y que
jamás se queja por eso.
El lugar
común racista indica que el boliviano no es ladrón o ventajero, como el
paraguayo o el peruano, por nombrar a otra gente también morocha, de rasgos
indígenas. Según esa mirada simplista, despreciable pero muy instalada en el
sentido común argentino, de los peruanos y paraguayos hay que cuidarse porque
no son de fiar. En cambio los bolivianos son inofensivos.
Los
bolivianos no pueden ni deben tener dignidad. “Privilegios” sería el término
utilizado por el sentido común reaccionario. Porque eso sería si los tuvieran:
privilegios. Y eso es lo que hay que evitar. Y como son mansos y un poco
lentos, es fácil mantener las cosas en su lugar.
Una Bolivia
con un presidente indígena vino a hacer tambalear la idea de “boliviano” como
insulto. Lo simbólico de la investidura resultó inquietante. Pero mucho más
inquietante resultó el hecho de que esa presidencia simbólica viniera
acompañada de políticas que trajeran dignidad y movilidad social. Es decir, que
se tomaran medidas políticas y sociales que permitieran desarticular la idea
insultante del término “boliviano”.
En Bolivia
puede existir una clase media. Lo que no puede existir es una clase media
colla, indígena. Cholas y cholos hablando por celulares de alta gama, manejando
sus autos, yendo de compras o cenando en restaurantes. El insulto está allí
para condenar. Condenar la presencia, pero también la posibilidad de movilidad
social. Si hay que resignarse a la existencia del otro, que sea con humillación
y marginación.
Más allá de
cualquier consideración política específica, más allá de las contradicciones de
cualquier proceso político, hay un consenso casi total en que el gobierno de
Evo Morales le devolvió a los bolivianos el orgullo de ser bolivianos. Y muy
especialmente a aquellos bolivianos por los que se constituyó el insulto
“boliviano”.
Hoy ese
término se utiliza mucho menos en la Argentina que hace una década, cuando
sucedió aquel bochorno de Laverni y Ulloa, en la cancha de Gimnasia y Esgrima
de Jujuy. Y ese cambio se debe básicamente a la presencia de Evo Morales como
presidente de Bolivia. Y a sus políticas.
Las cifras
de crecimiento macroeconómico y de inclusión social de Bolivia está avaladas
por organismos internacionales como el Banco Mundial, que muy lejos están de
ser considerados “nacionales y populares” o partidarios de la “Patria Grande”.
Más bien se trata de aquella gente a la que considera “seria” la misma que
usaba (o todavía usa) la palabra “boliviano” como insulto.
Hoy Bolivia
sufrió un golpe de Estado a manos de gente que utiliza la palabra “colla” o
“indio” con la misma violencia con que aquí se utiliza la palabra “boliviano”.
Tanto que se trata también de un término descriptivo, que no es insultante en
sí, sino por contexto. Más parecido a “gay” que a “puto”.
Como la
canción de los Enanitos Verdes, el golpe podría ser considerado un Lamento
Boliviano por parte de la inmensa población colla y aymara de ese país. Un
lamento que viene a instalar nuevamente la idea de “boliviano” como insulto,
con la Biblia como estandarte.
La Biblia y
el insulto. O la Biblia como símbolo de esta condición insultante. Porque lo
que queda claro es que lo que molesta no es el Lamento Boliviano. Lo que
molesta es el Orgullo Boliviano. Eso sí que es, para ellos, un insulto.
BOLIVIA, UNA VELA A DIOS Y OTRA A LA PACHAMANA
En la crisis boliviana, los símbolos son muy
importantes. Y las creencias no lo son menos.
El País de España (www.elpais.com)
Resulta
inevitable que intentemos explicar actuaciones y situaciones ajenas utilizando
nuestra concepción de la realidad. Pero conviene ser conscientes de ello y
saber que, si no somos cuidadosos, corremos el peligro de pasar por alto
detalles que, mientras a nosotros nos parecen irrelevantes o anecdóticos, no lo
son en absoluto para sus protagonistas. La evolución de la crisis boliviana
presenta acontecimientos perfectamente identificables por el europeo medio del
siglo XXI, como las irregularidades en una elección, la protesta en las calles,
la dimisión y salida del país de un presidente, los enfrentamientos y la crisis
institucional. Pero además, se producen otros hechos que pueden ser
interpretados como meramente anecdóticos, propagandísticos o de puro folklore
que, sin embargo, para sus protagonistas y la audiencia a la que se dirigen
están llenos de significado.
Así, cuando
uno de los líderes de las protestas, Luis Fernando Camacho, entró la residencia
presidencial —el Palacio Quemado de La Paz— , desplegó sobre el suelo una
bandera boliviana tricolor y colocó abierta una Biblia encima, estaba haciendo
mucho más que buscar (es un decir) la foto en Instagram. Durante su mandato,
Evo Morales (2006-2019) había puesto especial énfasis en la simbología. Adoptó
una bandera cooficial indígena para Bolivia —la multicolor wiphala— e
instauró lo que podría denominarse en ceremonial de Estado paralelo de rito
indigenista. De hecho, el día antes de jurar su cargo por primera vez fue
coronado Apu Maliku o líder supremo en una ceremonia religiosa indígena en las
ruinas de Tihuanaco. No ocurría desde 1780. Morales y los miembros de su
Gobierno repitieron de nuevo el ceremonial cuando el presidente cumplió diez
años en el cargo.
¿Quiere esto
decir que la fractura de la sociedad boliviana tiene también un componente
religioso? En absoluto. Y es aquí donde puede producirse la confusión si uno se
atiene a las acusaciones que se lanzan unos y otros. Bolivia es una gran mezcla
donde la división entre líneas es, a menudo, imposible de discernir por mucho
que las clasificaciones simplifiquen. Y uno de esos difuminados afecta a lo
sagrado y a lo profano. Hasta el más descreído challa su casa, es decir,
coloca en los cimientos un feto de llama. Unos porque creen firmemente en su
poder protector y otros, por si acaso. Y, eso sí, luego todos lo celebran con
algo de beber. No es raro que, ante una decisión importante, se rece en la
iglesia y luego se acuda al brujo. Que una segunda opinión siempre es
importante. Ni tampoco es extraño que los más laicos de los laicos lleven unas
reproducciones en miniatura de billetes para garantizar que no le falten los de
verdad durante el año. Habrá a quien todo esto le parezca inútil, pero lo
importante en medio de acontecimientos tan importantes para la historia de un
país es qué les parece a sus protagonistas.
¿FRAUDE O GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA?
América Economía de EEUU (www.americaeconomia.com)
El Tribunal
Constitucional Plurinacional de Bolivia, mediante sentencia 0084, del 28 de
noviembre de 2017, avaló la relección indefinida de Evo Morales, una
decisión por encima de lo reglado en la Constitución boliviana que estipula un
límite de dos mandatos seguidos. El argumento del tribunal fue que prevalecía
más un artículo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que el
contenido de la carta magna del Estado de Bolivia. Una convención ratificada
por el Estado boliviano y que según dicho tribunal concede el derecho a un jefe
de Estado a ser elegido sin límite. Fallo adoptado por unanimidad por todos los
magistrados del tribunal que consideraron que el derecho humano a participar
libremente en las elecciones prevalecía por encima de las limitaciones de la
constitución boliviana.
Por lo
tanto, Evo podía aspirar a un cuarto gobierno, porque no consideró su
primer mandado, dado que en el 2009 se refundó la nación al pasar a ser un
Estado Plurinacional. Entonces, sobre esa base, el tribunal autorizó a Evo
aspirar a la reelección. De esa manera el TC de Bolivia desconoció, por un
lado, la Constitución, y de otro, los resultados del referéndum del 21 de
febrero del 2016, cuando el pueblo boliviano rechazó hacer una reforma a
la carta magna para eliminar el límite de las reelecciones.
En unas
elecciones que ganó el NO con el 51% de los votos y perdió el SI con el
49%, indudablemente que la decisión de Evo de presentarse a la elección de
un cuarto mandato generó protestas de las fuerzas políticas de la
oposición y de organizaciones de la sociedad civil por el incumplimiento de los
resultados del referéndum. De estas decisiones parte el origen de la
crisis política que vive Bolivia. En medio de una fuerte polarización se
desarrollaron las elecciones del 20 de octubre y surgió la duda sobre el conteo
de los votos. Es cuando los seguidores de las fuerzas de oposición se van a las
calles a reclamar la transparencia en las elecciones.
Crecen
las protestas y el gobierno no brinda garantías para que se despejen
las dudas. Al contrario, acusa a la oposición de buscar desestabilizar al
gobierno. Y es dentro de ese contexto que el gobierno de Morales acuerda con la
OEA realizar una auditoría sobre las elecciones. De hecho, la Secretaría
General de la OEA y el gobierno de Bolivia firman el acuerdo para hacer un
análisis de integridad de las elecciones. En el acuerdo "se
estableció que el gobierno garantizaría todas las facilidades para el
cumplimiento de la auditoría al cómputo oficial de las elecciones, así como la
verificación de actas, aspectos estadísticos, verificación del proceso y cadena
de custodia". Para tales fines, las autoridades bolivianas brindarían a
los expertos de la OEA acceso a las informaciones sobre los comicios.
Auditoria
que fue rechazada por el ex candidato Carlos Mesa, por haber sido acordada unilateralmente
entre la OEA y el gobierno de Morales. Señaló: "nosotros no aceptamos
la auditoría pactada unilateralmente (…), dado que se requiere de la
participación de representantes de la sociedad civil".
La
auditoria, concluye, que hubo irregularidades en las elecciones y en algunos
apartes afirma: "Las manipulaciones al sistema informático son de tal
magnitud que deben ser investigadas por el Estado boliviano para llegar al
fondo y deslindar las responsabilidades de este caso grave" (….) y
"la existencia de actas con alteraciones y firmas falsificadas que
impactan la integridad del cómputo oficial".
El
presidente Evo en una alocución convocó a nuevas elecciones, una manera de
aceptar que hubo fraude. Pero ¿por qué luego Evo Morales sale a decir que la OEA
es golpista? Finalmente, ese mismo Tribunal Constitucional que refrendó la
reelección de Evo, es el mismo que ahora avala el nombramiento como mandataria
a la senadora Jeanine Áñez, con la tesis del principio de continuidad en el
funcionamiento del órgano ejecutivo (…) no debe verse suspendido" y
sustentó su tesis que, como había unas vacantes en la línea sucesoral, concluyó
el tribunal, no hace falta "ley ni resolución del parlamento para que se
produzca la sucesión”.
RUSIA, ANTE UNA NUEVA ERA EN BOLIVIA Y CON LOS
OJOS PUESTOS EN VENEZUELA
La reconfiguración que experimenta el país
latinoamericano preocupa al Kremlin que intenta mantener sus contratos a
resguardo más allá de lo institucional.
Infobae de Argentina (www.infobae.com)
Mientras Evo
Morales intenta revestir su estadía en México con un manto de épica, los
verdaderos apoyos comienzan a abandonarlo. Sucede al tiempo que una desordenada
sucesión trata de recobrar el camino de la institucionalidad en una Bolivia que
vive momentos de zozobra, violencia y muerte desde el pasado 20 de octubre,
cuando se cometió el monumental fraude electoral que desencadenó la grave crisis.
Un sendero lleno de piedras que no nació ahora, sino que viene de larga data en
los que el atropello a la constitución y la persecución política fueron moneda
corriente. ¿Logrará la transitoria administración colocar la justicia por sobre
el revanchismo? Será su mayor desafío para pacificar y normalizar el país.
Los comités
cívicos, la Central Obrera Boliviana y la Asociación de Productores de Coca de
La Paz instaron a arribar a un acuerdo para que se conformen las próximas
autoridades electorales y así celebrar las nuevas elecciones presidenciales el 19 de enero
de 2020. No será fácil el proceso. Las dos últimas organizaciones fueron apoyos
históricos del depuesto gobernante aymara. Esos soportes se esfumaron incluso
antes de que el alto mando militar le “sugiriera” a Evo que renunciara. El
propio Morales hablaba de sus “horas finales” antes de que los uniformados le
mostraran el camino. ¿Por qué los intérpretes regionales hablaron más de los
militares en las horas decisivas que el mismísimo presidente saliente?
Lo cierto es
que ahora Evo intenta dar órdenes a sus seguidores y a los legisladores que aún
le son fieles -controla la mayoría de las cámaras con amplio margen- desde
comunicaciones que emite desde Ciudad de México. Lo hace por teléfono y por
Twitter, donde asegura que busca pacificar el territorio plurinacional. El jefe
(ahora) opositor arribó hace una semana a aquel país históricamente receptivo
para quienes buscan asilo desesperadamente. Pero también pretende que se
cumplan los modales, aunque nunca lo dirán públicamente.
Ayer, Andrés
Manuel López Obrador fue esquivo cuando le consultaron en su rueda de prensa
“mañanera" respecto al gobierno interino de Jeanine Áñez. ¿Lo reconocerá?
AMLO, como suele ser su costumbre con temas que lo incomodan, no fue
concluyente aunque dejó el mensaje. Lo estamos pensando, respondió. “Nosotros
tenemos nuestros tiempos y en su momento se va a tomar una decisión”, dijo. Evo
tomó nota y sintió un déjà vu reciente que no esperaba.
Morales
-como Nicolás Maduro en Venezuela- creyó que sus alianzas serían eternas. O al
menos que lo sostendrían. Fue por eso que lo sorprendió que el vicecanciller Serguéi Riabkov hablara de “nueva líder” en Bolivia en
referencia a Áñez, la senadora a cargo del Poder Ejecutivo. Lo hizo
guardando las formas y tratando de no evidenciar una contradicción flagrante.
También, porque nunca se sabe si las vueltas del destino podrían colocar al
antiguo mandatario nuevamente en el Palacio Quemado. “Nos dimos cuenta de que,
cuando fue nombrada para este cargo, no había quórum pleno en el Parlamento,
por lo que vemos aquí algunos puntos que, por supuesto, tenemos en cuenta. Pero
está claro que será percibida como la líder de Bolivia hasta que la cuestión de
un nuevo presidente se resuelva a través de elecciones”, dijo Riabkov cinco
días atrás.
Fue por eso
que cuando Vladimir Putin habló de “vacío de poder” en verdad estaba intentando
que ese espacio se completara, no era nostalgia. Es que al Kremlin sólo le
preocupa una cosa en Bolivia y no es la institucionalidad, sino un interlocutor
con quien sentarse a hablar de negocios.
Hasta hace
un mes, Evo poseía una carta de presentación seductora: manejaba todos los
resortes del poder boliviano sin contrapesos y se encaminaba a lo que creía una
cómoda -aunque ilegal e ilegítima- re re reelección; la justicia le era sumisa
al extremo de violar la Constitución Política del Estado coordinadamente;
mantenía una oposición dominada y el control de los impresionantes recursos naturales
con que la naturaleza premió a su pueblo.
Putin
depositó hace tiempo sus ojos en el altiplano. Rubricó convenios que facilitan
de forma laxa la provisión de energía al imperio ruso. Litio y uranio figuran
entre lo más requerido por Moscú. Pero más: la construcción de un proyecto
nuclear enigmático. Será alzado en la ciudad de El Alto, cercana a La Paz y a
unos 4 mil metros sobre el nivel del mar. “Saludo y agradezco esta
instalación”, le dijo Morales a su par ruso cuando lo visitó en su capital en
julio pasado. El Alto es uno de los bastiones de Morales donde comenzó a perder apoyos
desde el gran fraude. Allí, a 4.000 metros sobre el nivel del mar y
con un costo de 300 millones de euros Rosatom -Corporación Nuclear Estatal
Rusa- instalará un reactor al que llaman “centro de investigación”.
Pero lo
firmado en tierra moscovita con Rosatom no fue lo primero que se acuerda en
materia de “colaboración”. Es fruto de una larga negociación. El reciente
gobierno boliviano ya envió a técnicos a capacitarse. El intercambio comenzó en
2018. En junio viajó el último contingente de 10 científicos. “El centro
dedicará sus esfuerzos a la investigación en el ámbito del uso pacífico de la
energía nuclear. Sus aplicaciones cubrirán varios sectores de la industria, la
geología, la medicina y la agricultura”, explicó Putin ante un atento
presidente boliviano. Y se ufanó: “Todavía no ha habido una experiencia
parecida en la práctica mundial”. Es lo que se preguntan varios: ¿para qué se
necesita una planta nuclear a semejante altura? Misterio. ¿Y cuál será el costo
ambiental? Nadie lo respondió.
Pero no es
el único mega negocio que desvela a Putin y que intentará mantener cualquiera
sea el color del gobernante. Gazprom -la empresa de energía vinculada
íntimamente al líder ruso- ganó varias licitaciones en el país latinoamericano
en tiempos del Movimiento al Socialismo (MAS). Le preocupa mantenerlo. La
gasífera se hizo con el ambicioso proyecto de gas de Vitiacua. Es una riquísima
área concedida a la compañía por parte de Yacimientos Petrolíferos Fiscales
Bolivianos (YPFB). La capacidad de producción se estima en unos 12 millones de
metros cúbicos diarios. Extraña práctica de soberanía energética en tiempos de
Evo. Por eso el Kremlin saluda a la “nueva líder”.
Es posible
que en los próximos días China también se incline por Áñez y busque un
eufemismo para reconocerla. De nuevo: son negocios.
El escenario
irrumpe en Caracas y desencanta al dictador del Palacio de Miraflores. Rusia
mantiene desde hace tiempo contactos con la oposición venezolana e incluso con
posibles sucesores de Maduro dentro del mismo gobernante Partido Socialista
Unido de Venezuela, el PSUV. El gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez es el
interlocutor favorito de Vladimir Zaemskiy, el embajador ruso en la capital. En
Moscú saben que los tiempos del heredero de Hugo Chávez terminarán, pero sus multimillonarios
contratos en explotación de recursos naturales deberán permanecer y, en lo
posible, no ser sometidos a rigurosas e inoportunas auditorías.
Maduro
teme y mira a Evo. El sábado último, cuando el régimen convocó a una
contramarcha en respuesta al #16N de Juan Guaidó, sólo consiguió reunir a pocos
miles de personas. Un puñado para lo que solían ser las manifestaciones
populares rojas. En el acto de trinchera habló únicamente el general Diosdado
Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente. El jefe de la
dictadura prefirió enviar un mensaje telefónico. Y publicar tuits, tal como
Morales en su exilio.
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