Hace dos
semanas, el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva salió de la
cárcel tras más de un año y medio, beneficiado por un fallo
judicial. Dos días después, su exsocio regional Evo Morales renunciaba a la
presidencia en Bolivia, presionado por las Fuerzas Armadas y en medio de denuncias de
fraude en las elecciones en las que hubiera obtenido su cuarto
mandato.
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"Mi
amigo Evo cometió un error cuando buscó un cuarto mandato como
presidente", consideró Lula al respecto en una entrevista
con el diario británico The Guardian, pero agregó que "lo que
le hicieron fue un crimen, fue un golpe de Estado".
"Esto
es terrible para América Latina", dijo, al tiempo que se manifestó
"emocionado" por el regreso del kirchnerismo en la
Argentina, con Alberto Fernández como presidente electo, y con el gobierno del
líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador en México.
Evo Morales,
de 60 años, había estado casi 14 en el poder cuando intentó hacer valer su
polémico triunfo electoral del 20 de octubre para un cuarto mandato hasta 2025.
Observadores de la Organización de Estados Americanos encontraron
irregularidades en los comicios de octubre y su principal rival, Carlos Mesa,
los calificó de "monumental fraude", lo que desató masivas protestas
en Bolivia.
Morales, que
tuvo que asilarse en México tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas y la
policía, denunció un "golpe político, cívico y policial" instigado
por la derecha boliviana.
Para poder
presentarse a un cuarto mandato, el expresidente de Bolivia había requerido la
habilitación mediante una polémica sentencia del Tribunal Constitucional en
2017, contra lo decidido un año antes en un referéndum nacional.
Su futuro
Lula, quien
salió de la cárcel el 8 de noviembre tras haber cumplido 19 meses de prisión
por corrupción pasiva y blanqueo -tras un juicio que lo condenó a casi nueve
años de prisión- dio a entender además que puede no presentarse a las
elecciones de 2022.
Al salir de
la cárcel, el expresidente brasileño había llamado a su Partido de los
Trabajadores a reconquistar el poder en manos del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Pero en declaraciones al diario británico subrayó que para los próximos
comicios él tendrá 77 años, y que podría no presentarse. "La Iglesia
católica, con 2000 años de experiencia, jubila a sus obispos a los 75",
expresó.
Lula, al que
la justicia permitió agotar todos sus recursos judiciales en libertad,
precisaría que su sentencia fuera anulada para poder ser de nuevo candidato
tras haber ganado las presidenciales de 2002 y 2006.
Mientras
tanto, Lula participará este fin de semana del congreso del Partido de los
Trabajadores (PT), en el que se designará a la nueva dirección del espacio,
actualmente presidido por la diputada Gleisi Hoffmann, que busca la reelección.
Contra
Bolsonaro
En la
entrevista, Lula apuntó contra Bolsonaro, quien -según él- "quiere
destruir todas las conquistas democráticas y sociales de las últimas
décadas". " Esperemos que Bolsonaro no destruya Brasil, que haga algo
bueno por el país. pero lo dudo", dijo.
Además de
cuestionar la política doméstica del mandatario ultraderechista (dijo que está
"rodeado de paramilitares"), también criticó sus vínculos con el
mundo. " Su sumisión a Trump y Estados Unidos... es realmente vergonzosa",
expresó. (LA NACION DE ARGENTINA)
BOLIVIA, UN GOLPE A LA DIGNIDAD DE NUESTROS
PUEBLOS
Para la presidenta de la Comisión de Derechos
Humanos del Paralsur, en el país andino hubo una interrupción inconstitucional
del orden democrático.
La Voz de Argentina (www.lavoz.com.ar)
Es una realidad
inocultable que nuestros pueblos están viviendo un momento de profunda
ebullición en defensa o exigencia del respeto a sus más elementales derechos
ciudadanos. Las masivas marchas en Ecuador y las enormes movilizaciones populares en Chile así lo demuestran.
En uso de su
legítimo derecho a manifestarse, estos pueblos se han puesto de pie y
encontraron como respuesta la más brutal represión por parte de gobiernos
elegidos democráticamente.
Que el
pueblo chileno pida la renuncia de Sebastián Piñera no es otra cosa que el hartazgo acumulado por
décadas de postergación en beneficio de una insignificante minoría. Nadie puede
hablar de que se esté gestando un golpe contra su presidente.
Todo lo
contrario es lo que vemos en el Estado plurinacional de Bolivia. Evo Morales
Ayma, reelegido presidente en las elecciones del 20 de octubre
pasado y a dos meses de finalizar su mandato, fue obligado a renunciar por las
fuerzas armadas, luego del amotinamiento de las fuerzas policiales junto a la
violencia incitada por Luis Fernando Camacho para generar caos y enfrentamientos en
la población.
Hablamos de
un golpe de Estado cívico-militar-policial, planificado y orquestado para
impedir que Evo Morales continúe y profundice sus acciones a favor de las
mayorías populares, indígenas y campesinas.
Sin una declaración de fraude de la OEA (convocada para auditar
el escrutinio); con una senadora autoproclamada presidenta, en ausencia de los
dos tercios de las cámaras (todos del MAS por habérseles impedido el
ingreso al recinto); con una represión salvaje hacia todos los que se movilizan
en defensa del orden constitucional; con un apagón informativo que impide a la
población informarse de lo que sucede; con un presidente obligado a exiliarse
por correr riesgo su vida y la de su familia, estamos frente a un golpe de
Estado que nos retrotrae a las peores épocas de las dictaduras militares.
Apenas
tuvimos noticias de lo que acontecía en Bolivia, desde la Comisión de Ciudadanía y Derechos Humanos del Parlasur, que
presido, solicitamos a la Mesa Directiva constituirnos en el territorio
boliviano, a fin de realizar un llamado al respeto del orden constitucional,
que evitara derramamiento de sangre.
En estos
momentos, y a través de nuestra comunicación con legisladores bolivianos,
estamos a la espera de que nos habiliten para poder viajar y desde allí
supervisar la situación de los derechos humanos en el país, a partir de las
graves denuncias sobre violaciones a estos durante los sangrientos episodios
que todos conocemos. Hemos convocado también a diversos organismos para
sumarlos a la delegación.
En la sesión
plenaria del 11 de noviembre, aprobamos por amplia mayoría "rechazar el
golpe cívico-militar en curso en el Estado plurinacional de Bolivia, contra el
gobierno democráticamente electo del presidente Evo Morales, así como la
estrategia de violencia política extrema instrumentada por milicias privadas
con la complicidad de mandos militares y policiales contra integrantes del
gobierno y sus familias".
Y resolvimos
"realizar un llamado a la comunidad internacional a demandar la protección
de la vida del presidente Evo Morales y de los integrantes de los poderes
Ejecutivo, Legislativo y gobiernos locales, así como de sus familiares, ante la
ola de violencia desatada por los promotores del golpe de Estado".
Derechos
humanos
En la misma
resolución, el Parlasur declaró su "desconocimiento a cualquier régimen
surgido del golpe de Estado" y encomendó a nuestra Comisión realizar el
seguimiento permanente de la situación en cuanto a las denuncias de violaciones
a los derechos humanos luego de la ruptura del orden democrático en Bolivia.
“Estamos
dejando a Bolivia con soberanía e independencia de Estado (...) con dignidad e
identidad del pueblo boliviano, con muchas conquistas sociales
universalizadas”. Estas palabras pertenecen al presidente Morales al momento de
dimitir.
Y es que
efectivamente, luego de 13 años de gobierno, Bolivia se convirtió en el país con más desarrollo de la región.
Y no sólo por los índices de crecimiento económico sino por la inclusión de las
inmensas mayorías a través de la igualdad de oportunidades que les permitieran
gozar de una vida digna.
Sabemos que
la avaricia imperialista de los Estados Unidos y de sus cómplices locales nunca
va a permitir la autodeterminación soberana de los pueblos y están y estarán
siempre al acecho para impedirlo.
Pero sabemos
también que un pueblo que fue reconocido en sus derechos y su cultura y que ha
recobrado su dignidad difícilmente esperará pasivo el desenlace y seguirá
de pie, luchando, para continuar por la senda de su felicidad.
La restitución
del orden constitucional es el único camino.
BOLIVIA, UN GOLPE A LA HERMANDAD LATINOAMERICANA
Noticias Urbanas de Argentina
(www.noticiasurbanas.com.ar)
Lo que sucedió en el país hermano de Bolivia tiene nombre propio y es
“golpe de estado”.
Pero, a pesar del inmenso dolor que debe estar sufriendo el pueblo boliviano,
luego de 12 años en los que se lograron una gran cantidad de derechos, el
profundo daño también se provocó en nuestra región, convulsionada además por lo
que está sucediendo en Chile y en Ecuador.
El triunfo
electoral de Alberto Fernández y la liberación del expresidente de Brasil, Lula
Da Silva, claramente generaron revuelo en el país del Norte y las respuestas
están a la vista. Le tienen miedo a la unidad entre países de nuestra región, a
la hermandad latinoamericana. Y convengamos que Estados Unidos no se
caracteriza por ser una nación pacífica y Bolivia tiene recursos muy valiosos
(los yacimientos de gas, la mayor reserva de litio del mundo en el salar de
Uyuni, etc.).
En Bolivia,
hubo Golpe de Estado y basta con repasar los sucesos desde que Evo Morales fue
proclamado nuevamente presidente en las elecciones del 20 de octubre. Cinco
días más tarde, el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia anunció la victoria
del oficialismo por más del 47% y se evitaba la segunda vuelta. Pero la OEA
(Organización de Estados Americanos) denunció irregularidades y recomendó
rehacer las elecciones. Evo accedió y propuso elegir de nuevo, sin embargo la
oposición y los golpistas no quisieron, y todo terminó con las Fuerzas Armadas
pidiendolé al todavía presidente democrático que renuncie. Ante las revueltas
sociales organizadas por el líder civil opositor Camacho, que atacó a
familiares, funcionarios, sindicalistas y al pueblo indígena, Evo no tuvo más
opción que renunciar, para preservar la integridad de los compañeros
bolivianos. No se respetaron ni la democracia ni las instituciones. Fue un
golpe de estado.
Hay que
preservar la institucionalidad de un estado; cuando una democracia está en
crisis o corre peligro no se resuelve con fuerza militares haciendo
recomendaciones antidemocráticas por el contrario se resuelve con más
democracia.
Cada pueblo
debe resolver su destino con el voto popular y sin presiones internas ni
externas.
Evo
nacionalizó el petróleo, las eléctricas y las empresas de gas, desdolarizó
tarifas, llegó a menos de 2% anual de inflación nacional, realizó la reforma
agraria, redujo a la mitad la pobreza y el desempleo que tenía Bolivia hasta el
2005, entre otras tantas conquistas sociales. Eso no lo puede permitir el
Neoliberalismo, por eso atacan. Los compañeros bolivianos, como los chilenos y
los ecuatorianos no se rinden y siguen luchando en las calles, contra las
fuerzas armadas y contra el poder económico.
Siento un
enorme orgullo de que Alberto Fernández sea nuestro próximo presidente, porque
intervino y actuó como enlace para que México le diera asilo a Evo Morales. Es
triste que Macri solo diga que “los argentinos estamos preocupados por lo que
pasa en Bolivia”, cuando todos sabemos que hay un atentado a la democracia.
Lo que pasa
en Bolivia no es un hecho aislado para la región, es un precedente. Es una
demostración de que desde el Norte van a hacer lo que sea para limitar el
progreso de nuestros pueblos. Ganó Alberto, Lula libre, el pueblo de Chille
despertó, la reelección de Evo, la lucha de los hermanos ecuatorianos contra el
ajuste del FMI, se empiezan a respirar nuevos aires en la región y eso a
Estados Unidos no solo lo incomoda, le molesta.
MILITARES Y POLICÍAS EN BOLIVIA: RENCOR
HISTÓRICO EN LAS ENTRAÑAS DEL APARATO POLÍTICO FASCISTA
Público de España (www.blogs.publico.es)
Bolivia vive
un momento más de desgarramiento social y político en su larga historia de
inestabilidad y golpismo cívico-policial-militar. Lo que le ocurre, más allá de
la tragedia que vive este pueblo heroico, tiene demasiadas paradojas como para
dejarlas pasar por alto. La primera de ellas es la hasta ahora incomprensible
aventura destructiva de un país que enfilaba al siglo XXI por la ruta inédita
de ser ella misma. Nunca como ahora el país había logrado lo que muchos otros
envidian para sí mismos: crecimiento económico sostenido, estabilidad política,
unidad nacional en construcción e inserción internacional respetable, amén de
los logros sociales y la derrota secular de las dos maldiciones del
subdesarrollo: extrema pobreza y analfabetismo.
La segunda
paradoja es sostener que hubo sucesión constitucional cuando en realidad de lo
que ocurrió fue un asalto planificado al poder. Desde la realización de
cabildos sucesivos en el país como simulación democrática hasta el motín
policial lo que hubo fue un manejo del tablero político arteramente orquestado,
desde tiempo atrás, en las entrañas del imperio con la complicidad de las
élites regionales racistas que se enfundan en una religiosidad casi macabra.
Jeanine Añez, autodenominada “Presidenta Constitucional”, explica una ascensión
ilegal e ilegítima al poder que no es más que el corolario del diseño golpista
tejido finamente durante los últimos 3 o 4 años. Este remate fascista estuvo
precedido por un conjunto de operaciones encubiertas que se desplegaron
sistemáticamente y que los órganos de inteligencia fueron incapaces de advertir
o que los encubrieron.
La tercera
paradoja es el penoso papel de los medios de comunicación que cuando se les
antoja se llaman democráticos, transparentes e independientes. Hoy, apenas son
un manojo inescrupuloso y ruin de información sesgada o para decirlo brevemente
constituyen una maquinaria de manipulación vergonzosa al servicio de los
intereses empresariales monopólicos. Junto a la planoplia de la mentira
sistemática, dirigida desde la diplomacia pública norteamericana, las redes
sociales cumplieron el perverso papel de filtrar desproporcionadamente, en
contenido como en alcance, sólo la supuesta “maldad masista, incluido el fraude
descomunal”, encubriendo al mismo tiempo la brutalidad y la violencia del
paramilitarismo comiteísta cruceño, de las bandas armadas cochalas o del
sicariato paceño.
La cuarta
paradoja tiene que ver con el papel de la estructura monopólica de la violencia
legítima destinada a proteger el Estado y al ciudadano cuando en la realidad lo
que ahora produce es violencia, muerte y terror estatal para sostener un
régimen ilegítimo contra la voluntad popular mayoritaria. Nunca como
ahora policías y militares enfundados en la supuesta defensa de la democracia y
el control de la protesta callejera llevaron tan lejos sus armas represivas
comandados desde “cuartos de guerra”.
Cobijados
por el nuevo régimen violento militares y policías conviven hermanados por la
sangre y el luto de decenas de bolivianos en medio de sus odios ancestrales con
un mando político transitorio que ignora su controversial pasado.
¿ Cómo
entender que militares y policías, cuyo rencor recíproco a lo largo de más de
un siglo, que marcó a fuego sus distantes historias institucionales, soporten
hoy la estructura gelatinosa de un régimen que solo ha producido muertos y
heridos?
Más allá del
surrealismo que nos envuelve, policías y militares libran en medio del golpe de
Estado una guerra silenciosa que no parece cesar a pesar de la cantidad de
muertos que lleva el sello de sus armas letales. El encono que envuelve a ambas
instituciones cuya historia no termina de despejarse en el siglo XXI tiende a
constituirse en el límite real del régimen golpista.
Los síntomas
del encono empiezan a salir a flote en medio de las turbulentas manifestaciones
sociales. Ambos frentes represivos se acusan mutuamente de haber disparado
contra civiles indefensos responsabilizándose en medio de la convulsión social.
Policías acusando a militares y militares acusando a policías es una constante
que tiende a profundizarse a medida que pasan las horas.
El
tragicómico papel de la Fiscalía General del Estado apareciendo en escena
tratando de calmar el pánico corporativo con el argumento de que las muertes se
produjeron por “armas largas” es ya un síntoma de la crisis que se anuncia
irreversible. Por su parte, para evitar más conflicto entre ambos y para
distraer la atención de la opinión pública el sector radical del gobierno,
asesorado por agencias norteamericanas, apela al fácil expediente de culpar a
extranjeros armados como las FARC, cubanos, colombianos y venezolanos, por las
muertes que dejan a su paso las fuerzas represivas oficiales.
La disputa
perenne por preservar la cercanía al poder político desde ambas instituciones
empieza a producir sus propios cismas internos con las consecuencias de una
posible debacle del gobierno golpista y fascista sustentado en el poder de las
bayonetas, los gases y el plomo.
Los
militares por dentro
Después de
16 años de haber ejecutado una de las mayores masacres sangrientas contra el
pueblo de El Alto que supuso sanciones penales y encarcelamiento para los
mandos de la época, las FFAA retornaron a las calles vestidos con su
inconfundible kaki norteamericano con la misión de enfrentar la escalada de
conflictos sociales en todo el país. El domingo 10 de noviembre, el Comandante
en Jefe de las FFAA, Gral. Ejto Kalimán, aparentemente desconcertado y con voz
trémula dispuso la salida de las FFAA a las calles cuyo resultado trágico hasta
hoy supera los 20 muertos. La mitad de las víctimas, mayoritariamente jóvenes,
corresponde a la “Masacre de Sacaba” del último fin de semana. Nada hace prever
que esta decisión conduzca a Kalimán y sus comandantes sayones al mismo lugar
donde cumplen sentencia sus antecesores responsables de la masacre sangrienta
de El Alto en octubre del 2003.
La decisión
de Kalimán que contrastó radicalmente con la del presidente Morales constituye
una de las expresiones mayúsculas del fracaso educativo y pedagógico de las
FFAA en situaciones de crisis política. Evo Morales renunció precisamente para
evitar muertes innecesarias a contrapelo de Kalimán que dispuso la salida de los
militares con las consecuencias conocidas. ¿Quién le impuso a Kalimán la orden
para la salida de los soldados a la calle? ¿Qué motivó que esta decisión sea
modificada 24 horas después, cuando le comprometió a su Capitán General que no
movería ninguna unidad militar pretextando falta de equipo, munición y agentes
químicos?
La autonomía
política del Gral Kalimán en el momento de mayor crisis social y política que
precipita el golpe definitivo retrata de alguna manera no solo el fracaso del
mando político sobre la milicia sino la incomprensión de sus ethos profesional,
su cultura e ideología corporativa conservadora, pragmática, oportunista e
inmediatista. Ni siquiera el funcionamiento autista de la Escuela
Antiimperialista sirvió para moderar la decisión de Kalimán en circunstancias
que requerían un mínimo de fidelidad estatal.
El Alto
Mando jugó su carta más crítica apoyado en conversaciones previas con Luis
Fernando Camacho y funcionarios de la embajada de los EEUU. No hay que olvidar
que Kalimán fue agregado militar en Washington durante un par de años y que una
parte de su familia permanecía en los EEUU.
Actualmente,
el personal militar que ocupa la cadena de mandos medios se encuentra en el
dilema de salir a las calles para seguir reprimiendo a la gente o mantenerse en
sus cuarteles debido a las funestas consecuencias derivadas de su intervención
callejera. Pero la duda más fuerte surge de la responsabilidad militar o
policial una vez retorne la calma al país. Muchos de los oficiales consideran
que la Policía echará bajo los hombros de las FFAA toda la responsabilidad de
los muertos y heridos puesto que solo ellos usan armas de grueso calibre. El
cálculo postconflicto está empezando a minar la confianza de las bases en sus
mandos a los que consideran irresponsables e inoportunos.
La
valoración sobre la gestión de Evo Morales recorre los pasillos de los
cuarteles. Sostienen que Evo los mantuvo fuera de todo conflicto social durante
13 años, situación que permitió que se incrementara su legitimidad institucional
ante la opinión pública frente al descrédito de la Policía por sus evidentes
actos de corrupción e indisciplina. Los oficiales admiten que su nivel salarial
y su calidad de vida cambió sustantivamente con el “proceso de cambio” al mismo
tiempo que su incursión en tareas sociales permitió ser considerados por el
gobierno como “soldados de la patria”. El pago del bono “Juancito Pinto” o de
la “Renta Dignidad” o su papel en la gestión de los desastres naturales
encomendada a las FFAA permitió un acercamiento sensible a la sociedad. Además
de lo anterior la valoración acerca del incremento del presupuesto de defensa,
compra de activos y mejoramiento de la calidad de vida del soldado forma parte
de su memoria inmediata.
Empero hoy,
y a menos de una semana, un régimen de facto, comandado por un grupo político
radical y dirigentes religiosos fanáticos está conduciendo a las FFAA a
enfrentar el desprecio mayúsculo de la sociedad y la condena internacional
cuyos efectos difícilmente será superados en las próximas décadas.
Al grito
colectivo de ¡militares asesinos¡ en las calles los mandos medios temen
sufrir consecuencias como las siguientes: 1) deserción de soldados en medio del
conflicto, lo que significa una derrota moral sin precedentes, 2) Pérdida de
poder en espacios que Evo Morales había logrado construir para garantizar su
fidelidad como es el caso de la Seguridad Presidencial (USDE), acceso a cargos
públicos de alto nivel (gerentes de empresas estatales) e inclusive a cargos
diplomáticos, 3) Desprestigio institucional que derivaría en la disminución
dramática de conscriptos para el servicio militar obligatorio que en realidad
es la que justifica su existencia institucional, 4) Repudio popular permanente
en las calles, 5) Procesos penales.
La desazón
militar frente a los acontecimientos y el elevado número de víctimas fatales
producto de la represión está conduciendo al cuestionamiento de sus altos
mandos y a un nivel de desconfianza interna sin precedentes. En un radiograma
enviado a las unidades militares de la 8va División del Ejército desde el
Comando en Jefe de las FFAA del 14 de noviembre del 2019 se dispone que el
cuerpo de oficiales “vigile la conducta de los cadetes, alumnos y soldados
originarios de la región del Chapare dentro de todas las actividades que se
desarrollen en las unidades”. Disposición de esta naturaleza solo expresa un
temor casi visceral sobre sus propios soldados ratificando una vez más su
condición de fuerza civilizatoria y de ocupación colonial.
Este
radiograma expresa el miedo atroz al mundo indígena pero a su vez el desprecio
y la desconfianza que le genera su presencia en las FFAA. Una verdadera
aberración cultural y corporativa después de más de 35 años de democracia y 13
años de una aparente inclusión indígena en las FFAA. Este es el mejor ejemplo
del fracaso de la presunta democratización militar y de la convivencia
plurinacional e intercultural en el mundo uniformado.
Muchos
oficiales sensibles al conflicto histórico con la Policía cuestionan la
decisión desacertada e inoportuna de Kaliman porque habría “salvado” a la
Policía en un momento clave de su crisis operativa. La quema de la whipala por
efectivos de la Policía y el retiro de ese símbolo de su uniforme produjo un
profundo malestar social que motivó ataques contra sus instalaciones
obligándolas a clamar apoyo militar para ser salvados de la ira popular. El
agravio contra la bandera reconocida constitucionalmente produjo un quiebre
entre Policía y población rural e indígena.
Lo cierto es
que el odio proverbial entre militares y policías no deja de fluir en medio de
un golpe grotesco que se sostiene en el uso irracional de la fuerza y en la
conducta racista del gobierno que tiene mucho parecido a las añejas dictaduras
militares guiadas por consignas ultramontanas extranjeras.
El golpe de
Estado contra el proceso democrático liderado por Evo Morales tiene el sello
inconfundible de las FFAA como actor protagónico aunque fue la Policía Nacional
quien encabezó el golpe desde la ciudad de Cochabamba el día viernes 8 de
noviembre. Al parecer, el domingo 10 de noviembre del 2019 pasará a la
historia como uno de esos días tragicómicos en el que un general mediocre y
oportunista como Kalimán, con un Estado Mayor pusilánime y envilecido,
decidieron resignarse a servir los intereses de una Policía éticamente
descompuesta, moralmente destruida y patéticamente circense que usó la biblia
como escudo religioso para legitimar su sobrevivencia.
Algunos
sectores de las FFAA consideraban que el asedio popular contra la Policía
constituía el mejor momento para saldar cuentas por los hechos ocurridos en
febrero del 2003. En aquella ocasión policías francotiradores, entrenados por
los EEUU, asesinaron cobardemente a varios soldados del Regimiento Escolta
Presidencial cuando una muchedumbre pretendía ingresar al Palacio de Gobierno
en reacción a una medida económica antipopular. Según muchos oficiales, Kalimán
se convirtió en un héroe proverbial de las vergonzosas jornadas golpistas
policiales, un hecho jamás imaginado por las FFAA.
Triste papel
político el de los militares que tuvieron que salvarle la vida a su histórico
enemigo acérrimo cuando éste estaba al límite de su colapso represivo. El
Comandante Departamental de la Policía de La Paz imploraba con lágrimas en los
ojos ayuda a las FFAA para sostener el asedio de los movimientos sociales que
pugnaban por la destitución de la presidenta autonombrada.
El apoyo
militar a una policía languideciente en un escenario de disputa política fue un
episodio excepcional. En 1952 el Ejército había sido derrotado por el
movimiento obrero que dio lugar a que la Policía se montara en la espuma
revolucionaria para vengarse del mal trato que los militares otorgaban a los
carabineros de la época.
Normalmente
la Policía Nacional se alineaba a los golpes militares en condición de furgón
de cola y con el rabo entre las piernas en procura de lograr algún festín
burocrático. El 10 de noviembre ocurrió todo lo contrario.
La Policía
por dentro
El golpe de
Estado promovido por las fuerzas policiales desde la ciudad de Cochabamba
contra el gobierno de Evo Morales era un secreto a voces que fue maliciosamente
ignorado por el Ministro de Gobierno, hábilmente manejado por el Comandante
General de la Policía y eficientemente articulado por las fuerzas opositoras de
derecha que sabían desde años previos que la Policía Nacional constituía un
aliado formidable para sus planes desestabilizadores. La oposición, asesorada
por agentes externos, hizo trabajo de relojería dentro de la Policía mientras
el gobierno las ignoraba o solamente apelaba a ellas en casos de conflictividad
social.
No cabe duda
que en la cadena geográfica de control y mando de la estructura policial el
departamento de Santa Cruz y en particular la ciudad de Santa Cruz constituía
el eslabón más débil en el que se construyó una suerte de pacto de complicidad
entre Ministerio de Gobierno y fuerzas policiales comandadas por mandos
vinculados a la constelación delictiva regional. Paradójicamente, el lugar en
el que el delito había adquirido dimensiones transnacionales y transfronterizas
era precisamente en el que se construyó una arquitectura de regulación policial
del delito como en el caso de la cárcel de Palmasola. De igual manera, esta red
de complicidad político-policial alcanzaba a circuitos mafiosos del
narcotráfico, tráfico de armas, casas de juego o tráfico de tierras en favor de
extranjeros cuyo funcionamiento era operado por policías patrocinados
políticamente.
Santa Cruz
constituía una suerte de territorio autónomo policial que fue hábilmente usado
por las fuerzas de oposición que vieron en sus márgenes de autonomía estatal
las mejores condiciones para la conspiración sediciosa armada.
Durante los
13 años del gobierno de Evo Morales no se tuvo la capacidad de generar una
política de institucionalización, modernización ni disciplinamiento profesional
de las fuerzas policiales. Contrariamente, los mandos policiales, favorecidos
por las rotaciones continuas, se beneficiaron de privilegios inimaginables a lo
que se sumó una cultura de corrupción escandalosa, torpe o deliberadamente
desatendida.
Solo al
final del mandato de Morales la Policía fue beneficiada por un moderno sistema
de control territorial en el marco de la seguridad ciudadana denominada BOL 110
que en buenas cuentas sólo incrementaba la capacidad de producción de
información para fines informales. El soporte tecnológico sirvió como una
concesión graciosa y electoralista que la Policía lo recibió sin el entusiasmo
esperado.
La relación
entre gobierno y policía en más de una década adoleció de fallas estructurales
pero la peor de ellas fue encomendar a un funcionario de alto nivel una
responsabilidad central cuando sus prioridades fueron conducir equipos de
fútbol.
Morales
enfrentó varios episodios de insubordinación, motines y sedición policial que
fueron aplacados después de negociaciones complejas pero que nunca lograron
resolverse de manera estructural. Las raíces del descontento policial fueron
retroalimentadas internamente manteniéndose este clima invariable y acumulativo
a lo largo del tiempo. Simultáneamente, las descomunales prácticas de
corrupción policial no recibieron el tratamiento adecuado ni proporcional desde
el gobierno.
Los
privilegios policiales, las prácticas de corrupción así como los amplios
márgenes delictivos de naturaleza corporativa solo operaban y funcionaban en
los niveles de mando dejando a los subalternos apenas las migajas o “mordidas”,
situación que potenció el malestar policial subalterno cuya responsabilidad
apuntaba al gobierno nacional.
Por otra
parte, la privilegiada relación político-militar generó profundo resentimiento
en la Policía Nacional. Los policías se veían como ciudadanos de segunda frente
al trato considerado del gobierno a los militares tratados como ciudadanos de
primera. La presencia del Presidente Evo Morales en los aniversarios militares,
los discursos solícitos valorando el trabajo militar así como los privilegios y
prerrogativas concedidas periódicamente constituyeron “golpes sistemáticos
ofensivos” contra una Policía que operaba cotidianamente en condiciones deplorables.
El
tratamiento inequitativo del gobierno nacional en favor de las FFAA
-construcción de edificios, campos deportivos, compra de equipo y material
militar, inversiones costosas en tecnología como radares etc – alimentó un
fuerte rencor antimilitar y antigubernamental dentro de las fuerzas policiales.
La parcialización explícita del gobierno de Morales en favor de las FFAA fue
asumida como una humillación persistente que fue traducida en una narrativa
antigubernamental por el cuerpo de oficiales sobre sus subalternos desamparados
de información.
Además de la
displicente relación entre Evo Morales y la Policía el gobierno nacional llevó
a cabo una política de cercenamiento de sus principales fuentes institucionales
de recaudación. Aunque las decisiones fueron correctas, dirigidas a eliminar la
corrupción, ésta fueron interpretadas de modo distinto por la Policía en su
afán de preservar nichos de privilegio burocrático.
Morales fue
mucho más lejos respecto al recorte de las prerrogativas policiales al asignar
a las FFAA la tarea de lucha contra el contrabando. Las unidades policiales
especializadas de lucha contra el contrabando fueron disueltas y reemplazadas
por unidades militares. Los militares ocuparon la frontera logrando romper
redes de ilegalidad y control territorial que significó una doble amputación:
para los grupos delictivos civiles que vivían del fecundo negocio del
contrabando y para los policías que vivían de la protección de las redes de
ilegalidad a las que otorgaban protección e impunidad.
Fue ésta la
Policía sediciosa la que se enfrentó al gobierno de Evo Morales y la que
produjo directa o indirectamente su renuncia. Nunca antes la Policía había
logrado derrocar un gobierno democrático como lo hizo esta corporación
indisciplinada y políticamente enferma.
El golpe
cívico-policial no sólo tuvo un componente político sino también de naturaleza
reinvindicativa alimentada por una memoria de oprobio, privaciones y maltrato.
Los motines
policiales reflejaron un odio atroz contra el gobierno que estaba contenido y
que estalló en sucesivas olas corporativas apoyadas por una clase media que se
expresó en las calles dejando fluir su profundo malestar y desprecio contra un
gobierno en plena retirada.
El golpe
policial apoyado e impulsado en las calles por las protestas clasemedieras dejó
entrever su finalidad multifascética.
En primer
lugar sirvió como la mejor oportunidad para vengarse del gobierno por el
conjunto de maltratos y desplazamientos institucionales, una suerte de catarsis
corporativa inflamada en una retórica de odio y religiosidad que estalló sin
que nadie se percatara de su potencial efecto.
Los motines
encarnaban la tarea de recuperar sus privilegios corporativos que habían sido
cercenados por razones políticas y cedidos a las FFAA por el gobierno nacional.
El primer objetivo que logró recuperar la Policía por sus efectos simbólicos
fue la Unidad de Seguridad Presidencial (USDE) de manos del Ejército. Consumada
la renuncia de Evo Morales la Policía Nacional no tardó ni un minuto en hacerse
cargo del dispositivo de seguridad de la Casa Grande del Pueblo obligando al
cuerpo de seguridad presidencial a su desalojo inmediato de dicho edificio. Los
más de 70 miembros de este equipo especial que protegieron a Morales durante
más de una década tuvieron que replegarse casi de manera humillante al Estado
Mayor de las FFAA a recibir sus nuevos destinos.
De igual
manera y por asalto, la Policía Nacional restableció el control de los
edificios del servicio de identificación personal (SEGIP) que había sido
institucionalizado por el gobierno de Morales para cortar de raíz una de las
mayores fuentes de corrupción policial.
La retoma
policial de instituciones, espacios y prerrogativas formó parte de las promesas
del caudillo cruceño Luis Fernando Camacho para precipitarlas al golpe,
objetivo que se cumplió casi quirúrgicamente. En unos de los cabildos
realizados en Santa Cruz Camacho se comprometió a devolverles todas las
instituciones “arrebatadas injustamente por el gobierno nacional” y otorgarles
un tratamiento salarial y beneficios de jubilación similares a los de las FFAA,
un incentivo sin duda irrefutable.
Más allá de
los complejos problemas que enfrenta el nuevo mando policial los efectivos
están experimentando signos de un peligroso agotamiento físico después de más
de 20 días de trabajo callejero y prácticas represivas. Empero, la
autonomización policial en este contexto de crisis se traduce en una peligrosa
actuación de pequeños grupos que operan con independencia del mando central.
Este clima incierto, con un gobierno que apela al discurso recalcitrante y un
ministro de gobierno impulsado por odios atroces contra funcionarios de
gobierno está promoviendo la constitución de grupos policiales armados junto a
bandas de paramilitares que trabajan bajo una lógica sicarial y vengativa.
En medio del
desconcierto político ha surgido un nuevo factor de malestar policial generado
por la otorgación de 34 millones de bolivianos a las FFAA para cubrir los
costos de la logística represiva. Los miembros de la Policía Nacional sospechan
que estos recursos servirían para favorecer a los mandos militares traducidos
en “bonos de lealtad”. Al mismo tiempo el malestar se agrava contra el gobierno
golpista y contra las FFAA al haberse aprobado el DS 4078 cuyo objetivo es autorizar
el uso de la fuerza militar, equipos y armas, otorgándoles para el efecto la
inmunidad respectiva, condición de la que no goza el cuerpo policial.
Conclusiones
Está claro
que militares y policías constituyen las cornisas en las que se asienta el poder
del gobierno golpista. También parece claro que estas cornisas sostienen
disputas históricamente irresueltas e irreconciliables que con el paso de los
días ofrecerán escenarios de mayor fractura y polarización. Más allá de su
carácter provisorio, un gobierno con sentido común debiera empezar a conocer
aunque palmariamente las profundas fracturas corporativas para evitar ser
derrotados por sus consecuencias. Afortunadamente, el gobierno golpista sólo
mira la sombra y no el hueso y por ello su tiempo es tan breve como el
estallido convulso de ambos cuerpos que empiezan a retorcerse para anularse o
destruirse mutuamente.
Que la
sangre llegue al río no depende de los golpistas, depende en todo caso de las
profundas heridas que han vuelto a ser abiertas bajo un mando político
ignorante, arrogante, rabioso y suicida. El golpismo tiene sus límites
paradójicamente en el uso de la fuerza policial y militar y dependerá de cómo
se resuelve este duelo histórico en las entrañas del poder fascistoide.
Con una
Policía Nacional enajenada por sus múltiples contradicciones internas y unas
FFAA desconcertadas por la dimensión del conflicto y sus futuras
responsabilidades política, jurídicas e institucionales los bolivianos viven un
panorama desolador.
BOLIVIA, LOS INTELECTUALES Y LA INCOMODIDAD
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
"El
intelectual está para incomodar" es el latiguillo utilizado por algunos
intelectuales de América Latina y el Caribe para cuestionar en los últimos días
a Evo Morales, quien sufrió un golpe de Estado y se encuentra asilado en ciudad
de México, a 8500 kilómetros de La Paz. Desde esta perspectiva, Morales habría
incurrido en una serie de errores que, indefectiblemente, llevaron a este
desenlace. “Cayó por su propio peso" fue otra de las apreciaciones que
giraron en torno a esa construcción de sentido, en la cual el líder aymara
sería responsable máximo de la situación actual de Bolivia. La idea de este
artículo no es discutir con tal o cual intelectual, sino con las ideas
centrales que han planteado, en base a lo que está sucediendo en Bolivia.
Empecemos:
¿por qué a algunos intelectuales les resulta más fácil "incomodar" a
un expresidente que está asilado en otro país para intentar salvar su vida que
"incomodar" a un gobierno de facto como el de Jeanine Añez, que a lo
largo de una semana cuenta ya con más de 30 víctimas fatales en sus espaldas?
¿No será que estos intelectuales se sienten “incómodos” de defender a un líder
nacional-popular al que siempre cuestionaron cuando estaba en el Palacio
Quemado? Un golpe debería, en cualquier caso, ser la “linea roja”: la condena
al golpismo y el llamado a la defensa de la democracia boliviana primero, luego
el debate en torno a la figura de Morales y sus posibles errores en el pasado.
Por otro lado:
¿qué le incomoda más a Añez, presidenta de facto de Bolivia? ¿Qué los
intelectuales sigan debatiendo el referéndum del 21 de febrero de 2016 y la
posterior repostulación de Evo o que cuestionen la feroz represión que tuvo
lugar en Sacaba, Cochabamba, y Senkata, El Alto? Mientras nos volcamos a estas
discusiones sobre liderazgos y relevos, relevantes dentro del campo de las
Ciencias Sociales, hay decenas de muertos en las morgues. Hay madres llorando a
sus hijos. Hay vía libre a las FFAA, a través del decreto 4078, que consagra
impunidad para disparar sin ser penalmente responsable, en aras del “orden
social”.
Sigamos:
incómodo hoy en Bolivia es ser indígena, ante la brutal revancha racista y
clasista que ya se erige sobre aquellos sectores que ampliaron sus derechos
desde el 2006 a esta parte. La quema de la whipala por parte de los golpistas
es parte de ese entramado. Incómodo es soportar los gases lacrimógenos y las
balas de plomo de un gobierno que amenazó con una “cacería” a dirigentes del
Movimiento al Socialismo y llegó a hablar de “sedición” de parte de algunos
periodistas extranjeros que llegaron a cubrir lo que allí sucedía. Incómodo es
comprobar que los propios dirigentes del MAS casi no emiten opiniones públicas,
ante el temor de ser detenidos por el gobierno de facto, que los acusa
públicamente de “terrorismo”.
Incómodo hoy
en Bolivia es tener que contar lo que pasa desde los medios de comunicación
concentrados. La mayoría de ellos se plegó al golpe de Estado y apoyan al
gobierno de facto de forma indisimulada. Unitel Red Uno, Bolivia TV, ATB, PAT,
RTP, Página Siete, El Deber, Fides y Erbol tienen una cobertura de respaldo a
la gestión de la autoproclamada Añez. Aquellos periodistas que, dentro de estos
medios, no comparten la línea editorial, tienen expreso temor de hacerlo
público para no sufrir represalias. ¿Es raro? No, es una de las características
de los gobiernos autoritarios: buscar una total hegemonía mediática que hable
de enfrentamientos y culpabilice a los manifestantes, que intente instalar la
vieja idea del “se mataron entre ellos”. ¿Los intelectuales no deberían estar
discutiendo este cercenamiento a la libertad de expresión en vez de seguir
repitiendo la parlanchina del “pero Evo”? ¿No sería intelectualmente más
honesto?
Un intelectual
no debe perder nunca su capacidad crítica. Partimos de esa base. Compartimos
ese principio. Pero hay momentos y momentos para ejercer ese rol. ¿Los
intelectuales cuestionaron a Allende una semana después del golpe de Estado en
Chile? No, algunos con más tiempo y rigurosidad si hicieron una revisión de lo
hecho y lo no hecho, pero siempre desde la honestidad intelectual y una lógica
distancia temporal. ¿Qué hizo la mayoría de los intelectuales en ese tiempo?
Condenar enfáticamente el golpe de Augusto Pinochet, que implantó una de las
dictaduras más sangrientas y duraderas del continente. Imaginemos, por un
segundo, el irrespeto que hubiera significado un “pero Allende” el 18 de
septiembre de 1973.
Bolivia vive
hoy las derivas de un golpe de Estado que inició con la violencia del dirigente
cruceño Luis Fernando Camacho, la complicidad del candidato perdedor Carlos
Mesa, un amotinamiento policial que liberó la Plaza Murillo y se consumó tras
el llamado de las FFAA para que el presidente renuncie. Hay un Jefe de Estado
constitucional, que debería haber finalizado su mandato en enero de 2020,
exiliado en México. Hay una presidenta autoproclamada, sin quórum, que otorgó
vía decreto impunidad a las FFAA y, acto siguiente, les sirvió en bandeja una
partida de 5 millones de dólares para equipamiento. Un coctel explosivo:
libertad de acción y más herramientas en mano. Hay medios de comunicación
absolutamente alineados al relato golpista, con periodistas atemorizados, que
si se corren un milímetro de la nueva construcción mediática en torno a Evo
-terrorista, narcotraficante, vándalo- ven en peligro su fuente laboral. Y,
lastimosamente, hay algunos intelectuales que, incluso en este marco que
detallamos, continúan con el “pero Evo” como bandera.
Cerramos
este artículo con una frase final, que intenta ser una sintesis de lo que hemos
planteado: cuando se intenta juzgar a las víctimas no hay que confundir
incomodidad con irresponsabilidad.
EDITORIAL. EL CAOS BOLIVIANO
Luego de la
salida de Morales, el país vuelve a caer en la inestabilidad y el caos
institucional.
El Tiempo de Colombia (www.eltiempo.com)
El envío al
Congreso de un proyecto de ley para iniciar el camino hacia nuevas elecciones
es un bálsamo en medio del desolador panorama que presenta la Bolivia de hoy,
con más de 30 muertos, fruto de la represión, y con Jeanine Áñez, una
mandataria que llegó de carambola al poder esgrimiendo una biblia, sacando a
los militares a las calles y eximiéndolos de responsabilidad penal por sus
acciones contra los miles de manifestantes que aún siguen en las calles.
Ese mensaje
con tufillo de fundamentalismo cristiano, ese desprecio hacia lo indígena y esa
patente de corso para policías y militares abren la puerta a que se cometan
violaciones de los derechos humanos con total impunidad.
Ciertamente,
no era lo que se esperaba de un gobierno de transición cuya principal misión es
convocar nuevos comicios en menos de tres meses, tras la revelación de serias
irregularidades en las elecciones del 20 de octubre y la posterior renuncia de
Evo Morales, que aspiraba, a la brava, a un cuarto mandato consecutivo.
Pero tampoco
era lo deseado que el primer presidente indígena del país siguiera haciendo
política e incendiando los ánimos desde su exilio en México, una inusual y
peligrosa militancia para un asilado que le ha permitido el gobierno de Andrés
Manuel López Obrador.
Morales
podría haber salido en hombros si no fuera porque se dejó picar por el
mesianismo y la reelección eterna de sus pares del socialismo del siglo XXI. Lo
hizo todo mejor que casi todos ellos, pero cuando sucumbió a la tentación de
torcerle el pescuezo a la Constitución que él mismo promulgó para favorecerse
personalmente empezaron las desgracias para él y su país.
Por lo
mismo, muy equivocada está la derecha de su patria si su idea es desconocer los
logros de casi 14 años de gestión o si pretende prescindir para la transición
del MAS, el partido de Morales, que claramente sigue siendo clave en los
equilibrios de poder en un país que, triste es decirlo, volvió a caer en la
inestabilidad y el caos institucional.
BOLIVIA, EN SU LABERINTO
El País de España (www.elpais.com)
La situación
en Bolivia es inestable, la violencia estalla con mucha facilidad, empieza a
haber problemas de abastecimiento. El país entró en un oscuro laberinto poco
después de que se produjera un descarado, chapucero y escandaloso fraude
electoral. Es ahí donde empieza el lío, y es a partir de ese momento cuando las
movilizaciones se suceden y se producen enfrentamientos y llegan los primeros
muertos (ya son unos 30). Dentro del laberinto, el ruido lo confunde todo. Por
eso no hay que olvidar que en el principio estuvo el fraude y que la única
solución, cuando se produce un recuento irregular, es convocar nuevas
elecciones.
En la
vorágine del laberinto, como dentro de una pesadilla circular y obsesiva,
regresan los viejos fantasmas del país andino, que arrastra una historia
terrible de enfrentamientos civiles y golpes militares y turbas fanáticas y
guerrillas fracasadas y tiranos delirantes y un repugnante racismo, que se
tradujo en siglos de marginación de la mayor parte de su población, la de piel
más oscura. Cuando existe un pasado cargado de esa abismal polarización y de
toneladas de sangre, y cuando el simple gesto de encender una cerilla puede
despertar a la furia dormida de la venganza y el resentimiento, nada hay más
peligroso que alentar el conflicto. Porque son muchos más, siempre muchos más,
los que quieren la paz, y que asisten alarmados a esta endemoniada quiebra de
la convivencia. Bolivia, como otros países de la región, encontró que el único
camino para canalizar posiciones tan antagónicas era la democracia. Ahora se ve
lo fácil que resulta que regrese lo peor cuando se retuerce la legalidad para
forzar, tras unas elecciones, unos resultados que las urnas no recogían.
Lo que
ocurre en Bolivia da vuelos a la épica. Un expresidente que se proclama
defensor de unos indígenas postergados desde siempre —aun cuando sean muchos
los indígenas que lo rechazan, y la organización obrera histórica y las zonas
mineras más importantes le hayan dado la espalda— y, al otro lado, unos
supremacistas que agitan la Biblia y alientan una cacería contra sus enemigos
(de piel más oscura). Las calles se llenan de banderas: mal asunto. Es cierto
que da más juego una batalla entre buenos y malos que las torpezas de una joven
democracia. En el primer caso crecen los muertos día tras día. En el otro, en
el Senado, ayer se hablaba ya de la convocatoria de unas nuevas elecciones.
“Un partido
político, que merezca ese nombre y no sea una horda de aventureros ni una
clientela de parásitos adheridos a un personaje de figurón”, explicó Azaña en
una conferencia de 1917, ha de tener “un contenido de ideas, un caudal de
aspiraciones, por las que penetre en el alma popular más profundamente y con
mayor eficacia que pueden hacerlo los hilos de una organización”.
El
Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, tiene ahora un papel
decisivo. Ha sido la formación más afectada por el fraude, iba ganando las
elecciones. Su lugar no está en las calles, defendiendo una victoria tramposa,
sino en las instituciones. El MAS no puede renunciar a su “caudal de
aspiraciones” y a sus logros: haber incorporado a la vida social y política a
una inmensa población marginada, repartido mejor la riqueza, combatido la
pobreza. Le toca colaborar para cuanto antes garantizar unas elecciones
limpias. Y salir, como los otros, a ganarlas. De eso va la democracia.
BOLIVIA: EL LUTO DE UN PUEBLO
ALAINET de Argentina (www.alainet.org)
La tradición
oral boliviana señala que en el país hubo más golpes de estado que años de
independencia. Más allá de la veracidad de este aserto, es indudable que varios
períodos estuvieron signados por esa clase de sucesos; los hubo de toda
duración y modalidad, incluyendo el peculiar narcogolpe de L.García Meza.
A pocos días
del último asalto a la democracia se puede afirmar que el presente golpe cuenta
con algunas características singulares. En primer lugar, fue detonado por
numerosos sectores de la Policía, una corporación mafiosa que cuenta sin dudas
con el servicio de inteligencia más vasto y eficiente, que opera tanto para
perseguir delincuentes como en beneficio de los pillajes propios. En segundo
lugar se ubica la apelación a ciertos símbolos y preceptos religiosos del
cristianismo conservador, utilizados como instrumentos disciplinadores y factor
de confrontación con una sociedad pluricultural considerada como lastre (¿se
trata de uno de los presupuestos ideológicos para una futura balcanización funcional
a los intereses del Departamento de Estado de los EEUU?). En tercer lugar se
encuentra la rauda disposición de las FFAA para reprimir y masacrar, a pesar de
los múltiples recitados de patriotismo y defensa de la soberanía en años
recientes, que resultaron una hábil comedia. Tal y como en la tradicional
fábula de la rana y el escorpión, no lograron desembarazarse de su propia
identidad criminal. La ponen de manifiesto asesinando a personas inermes y
vuelven a ser coherentes con su historial: las únicas batallas ganadas por las
FFAA bolivianas fueron contra campesinos, amas de casa y trabajadores
desarmados, o contra guerrilleros famélicos y en harapos.
Una cuarta
característica de este golpe de estado es el ejercicio procaz de la kakistocracia
(o “gobierno de los peores”). Comenzamos con la propia Autoproclamada Añez, que
cuenta con un franco historial de racismo y discriminación de tipo colonial al
cual se agrega ahora su voluntad de sentarse sobre bayonetas. Es conveniente
recordar que en las últimas elecciones su agrupación obtuvo un mísero 4% de los
votos (cuatro diputados de ciento treinta y un senador de treinta y seis). A
renglón seguido el Ministro de la Presidencia, abogado defensor de violadores
en grupo. Destaca además el Ministro de Gobierno, el cual era descripto hace un
tiempo por el poderoso empresario Samuel Doria Medina –su jefe y fundador del
partido político al que pertenece- de la siguiente manera: “…El Arturo es un
cojudo (imbécil) ¿no ve? Lastimosamente no tiene mucha cabeza…le planteas un
temita un poquito más complejo y sale con la fuerza...”. Estupidez, brutalidad
y violencia se combinan en este personaje que hoy es nada menos que el
encargado de la represión.
No les va a
la zaga la actual Canciller, ocupada en materializar viejas obsesiones de la
derecha local y transnacional como son las expulsiones del cuerpo diplomático
venezolano y la misión médica cubana, la salida de Bolivia de UNASUR y
ALBA-TCP, y el reconocimiento del (otro) Autoproclamado, J.Guaidó. Siguió al
pie de la letra el guion pergeñado por Washington. La Ministra de Comunicación
se encargó por su parte de aguijonear la sospecha contra cualquiera que exprese
opiniones libremente. Periodista mediocre, tuvo su minuto de gloria antes del
golpe por difundir ampliamente la entrevista a un falso sacerdote católico que
mostraba documentos con supuestas cuentas de Evo Morales en la banca vaticana;
un montaje burdo que tuvo vida efímera. Esta especialista en fakenews se acopla
ahora a la perfección con la prensa monopólica, que enmudeció en cuestión de
horas con relación a los numerosos asesinatos, detenciones arbitrarias,
secuestros, humillaciones y atropellos que sufre el pueblo que reclama la
renuncia de la Autoproclamada; dichas manifestaciones son invariablemente
denostadas como la acción de hordas, turbas, terroristas o vándalos masistas.
En contraposición, cualquier demostración de grupos anti-Evo, incluyendo a los
más violentos, es atribuida a la ciudadanía libre, plataformas cívicas, grupos
de oración, universitarios organizados, jóvenes indignados y luchadores por la
democracia y la libertad, en una reedición actualizada de la contienda entre
civilización y barbarie que planteaba hace un siglo el destacado discriminador
argentino Domingo F.Sarmiento. Al estilo de los aparatos de propaganda
dictatoriales, periódicos como El Deber, Página Siete o televisoras como Unitel
se ocupan de presentar sistemáticamente al MAS y sus simpatizantes como la peor
abominación del siglo, sumándose a una descomunal campaña de amedrentamiento.
La CIDH
En su
comunicado de prensa 296/19 la CIDH presentó una síntesis de la situación en
Bolivia y su propia posición: 1) Condena enérgicamente el uso excesivo de
fuerza por parte de la Policía y FFAA; 2) Solicita garantizar el derecho a la
vida, a la reunión pacífica y al trabajo de periodistas; 3) Aboga por un
diálogo amplio y creíble para una salida constitucional a la crisis; 4) Muestra
preocupación por la realización de operaciones combinadas entre Policía y FFAA
sin sustento legal; 5) Constata la vulneración al derecho de información por
medio de amenazas, agresiones, detenciones y limitaciones a la labor de
periodistas; 6) Manifiesta preocupación por la participación de las FFAA en
operativos de control que corresponden a entes policiales, y en particular por
el reciente Decreto 4078, que exime de responsabilidad penal a personal de las
FFAA; 7) Condena discursos de odio racial contra los pueblos indígenas y sus
símbolos; 8) Toma nota que el bloque minoritario del Senado, votando sin el
quórum requerido, eligió a la nueva líder del cuerpo legislativo “que se
declaró a sí misma presidenta interina”, respaldada por el Tribunal
Constitucional.
Salvo
pequeños grupos de poder, el pueblo boliviano nunca experimentó mejoras con
golpes de estado. Históricamente fueron el origen de procesos de limitación de
derechos, saqueo de recursos, crímenes de lesa humanidad, genocidio, dolor,
muerte y luto. El actual, con un macabro récord de más de treinta muertos y
varios centenares de heridos, detenidos y desaparecidos en menos de diez días
no será la excepción.
EL LITIO COMO BOTÍN DE GUERRA NO JUSTIFICA NI EL
GOLPE NI LA GESTIÓN DE EVO MORALES
El Salto de Colombia (www.elsaltodiario.com)
Vaya por
delante que no tengo ningún inconveniente en reconocer que lo que ha pasado en
Bolivia es un golpe de Estado, que me alarma y me repugna el fanatismo que han
mostrado los autoproclamados líderes de la revuelta Luis Fernando Camacho y
Jeanine Áñez, enarbolando biblias contra el Estado plurinacional y haciendo
gala de su machismo, su misoginia y su racismo quemando wiphalas, la bandera de
los pueblos indígenas del altiplano. Por lo mismo, me desgarra ver las imágenes
de los muertos y los heridos en Cochabamba, en La Paz y en otros lugares del
país que recorrí tantas veces estudiando el impacto de la extracción del litio
en las comunidades que rodean el salar de Uyuni.
Sin embargo,
me temo que las bizantinas discusiones filológicas sobre si se trata de un
golpe o no que leemos en la prensa española y latinoamericana nos impiden ver
la complejidad de la situación. La mayoría de estos textos leen el conflicto
desde una óptica izquierda/derecha que hace tabla rasa de la situación actual;
ligan el golpe con la larga e infame tradición de intervenciones militares en
el continente auspiciadas y financiadas por la CIA y construyen un universo
binario y maniqueo de buenos y malos. Esta lógica izquierda/derecha, siendo
necesaria, no es analíticamente suficiente para entender la abigarrada realidad
de un país donde el colonialismo interno es una realidad dolorosamente
insoslayable.
En este
sentido, la intelectual aymara Silvia Ribera Cusicanqui nos ha instado a huir de esta
posición defendiendo que no se puede celebrar la caída del Gobierno de Evo
Morales como un triunfo de la democracia, pero tampoco creer en la “segunda
hipótesis del golpe de Estado, que simplemente quiere legitimar, enterito, con
paquete y todo, envuelto en celofanes, a todo el gobierno de Evo Morales en sus
momentos de degradación mayor. Toda esa degradación, legitimarla con la idea
del golpe de Estado es criminal, y por lo tanto debe pensarse cómo es que ha
empezado esa degradación”
Preguntas
incómodas para un tiempo incómodo
Por eso,
conviene partir haciéndose algunas preguntas incómodas que expliquen justamente
cómo empezó esta degradación. Por ejemplo, ¿cómo es posible que después 14 años
en el Gobierno el MAS no tenga un candidato alternativo a la presidencia y la
vicepresidencia del Gobierno? ¿No hay entre los cuadros del MAS algún candidato
o preferentemente candidata que pueda sustituir a Evo Morales y a su
vicepresidente Álvaro García Linera? Soy consciente de que algunos países, como
España, no le ponen límite a la reelección de sus presidentes, el problema es
que la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, salida de una asamblea
constituyente popular, sí estable un límite de dos mandatos, es decir, no han
cumplido con las mismas leyes que ellos se dieron.
Evo Morales
ya se acogió de manera trapacera a su tercera reelección argumentando que su
primer mandato era previo a la aprobación de esta constitución, pero ¿era
necesario convocar un plebiscito en 2016 para autorizar que Morales y García
Linera se presentaran a la reelección por cuarta vez? ¿No había más remedio que
acudir al derecho internacional y forzar al Tribunal Constitucional de Bolivia
a aceptar que no presentarse a las elecciones del 2019 violaba los derechos
humanos del presidente? Insisto, ¿no había nadie MAS para sustituirlos?
Sabiendo que uno de los caballos de batalla de la derecha internacional es la
alternancia en el poder, ¿por qué ponérselo en bandeja? La falta de alternativas
evidencia que bien hay tendencias autoritarias dentro gobierno del MAS que se
aferran al poder por encima de cualquier consideración política, bien se
desaprovecharon años para formar “por abajo” a los cuadros del partido para
asegurar su continuidad más allá de la vida política de sus líderes.
Más
preguntas sin respuesta: ¿quién y por qué se suspende el conteo electoral
rápido la noche de las elecciones del 20 de octubre? ¿Quién y cómo se nombró a
los miembros del Tribunal Supremo Electoral? ¿Es cierto cómo denuncia Pablo Solón, antiguo ministro del MAS, que fueron nombrados a
dedo como muchos otros miembros de la magistratura para favorecer al Gobierno?
¿Podemos justificar el fraude electoral verificado no sólo por la OEA sino por
múltiples auditorias nacionales e internacionales? ¿Podemos desestimar la
degradación o el autoritarismo como mal menor en nombre de las políticas
sociales del Gobierno del MAS?
El modelo
extractivista-patriarcal
Es innegable
que durante los 14 años del Gobierno de Evo Morales ha habido una notable
reducción de la pobreza a través de políticas públicas de redistribución de la
riqueza. Asimismo, no se puede negar que, aunque sea de manera limitada y
muchas veces simbólica, el Estado hizo un esfuerzo histórico por reconocer a la
mayoría aymara, quechua y guaraní del país transformándose en estado
plurinacional. Pero la pregunta es, ¿sobre qué modelo económico se sustentan estas
políticas redistributivas y anti-racistas?
La respuesta
a esta pregunta y la mejor guía para entender la situación actual se encuentra
en las potentes intervenciones del movimiento feminista boliviano, una
inteligencia colectiva lamentablemente silenciada en el relato del golpe de
Estado de la izquierda internacional. Uno de estos grupos es Mujeres Creando.
En el año 2017 este colectivo feminista aceptó una invitación de la bienal de
arte de Bolivia para pintar un mural siempre que pudiera llevarse a cabo en la
fachada del Museo Nacional de Arte a escasos metros de la sede de Gobierno. En
el centro de este “altar profano”, concebido por Maria Galindo, Esther Argollo
y Danitza Luna, aparecía el escudo de Bolivia con el Cerro Rico de Potosí
clavado sobre la espalda de un hombre arrodillado en posición de sumisión. El
pene del hombre estaba amarrado con una cadena a una pesa de oro, a los lados
podía leerse: “Ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista” y “no
hay nada más parecido a una machista de derechas que un machista de
izquierdas”.
Las
feministas de Mujeres Creando ponían así el dedo en la llaga (el mural duró
menos de 24 horas sin ser profanado) mostrando que las políticas extractivas
del Estado no se asentaban sobre una lógica de género neutral, sino sobre una
solidaridad interna entre colonialismo y patriarcado que transforma los cuerpos
de las mujeres y la tierra en mercancía y botín de guerra.
En efecto,
el gobierno de Evo Morales no sólo no modifico la lógica colonial extractiva del
país basada en la exportación de minerales (oro, plata, estaño, cobre) a las
metrópolis del norte, sino que amplió el extractivismo otorgando más licencias
mineras, intensificando la explotación del litio, ampliando la frontera de los
agronegocios en el oriente y pactando con la oligarquía que ahora lo echa del
poder.
The indigenous State, el trabajo etnográfico de mi colega
Nancy Postero da cuenta de la naturaleza sistemática de estas políticas
extractivas y su reverso, la transformación del Estado Plurinacional en una
performance indigenista sin contenidos materiales. Sí, parte de las regalías
obtenidas con estos negocios sirvió para financiar programas sociales, pero
¿por qué nunca intentaron cambiar el modelo de desarrollo patriarcal colonial?
¿No vieron ninguna contradicción entre reconocer los derechos de la Pachamama
en la Constitución y perpetuar un modelo económico absolutamente ecocida?
La lógica de
extractivista/patriarcal llega a su paroxismo con el conflicto del TIPNIS
(Territorio Indígena y Parque Natural Isidoro Sécure) del 20100-2011. El
Gobierno del MAS pretendía construir una carretera que cortaba a la mitad este
territorio guaraní en pleno corazón de la amazonia y una de las zonas de mayor
biodiversidad del país para facilitar la extracción de hidrocraburos en el
centro del parque y la extensión de los agronegocios. La oposición de los
habitantes del territorio fue duramente reprimida por el Gobierno de Evo
Morales. Una de las personas que acompañaban a la marcha en defensa del TIPNIS
era Esther Argollo, una de las autoras del mural de Mujeres Creando. En 2017
tuve la oportunidad de entrevistarla y me describió, todavía conmocionada, la
brutal represión de la policía de Evo Morales en el pueblo de Chaparina:
“Nos
invadieron el campamento, nos cercaron, lanzaron gases, sacaron a los indígenas
del lugar donde estábamos a patadas, a golpes, les amarraron, les taparon las
bocas, tuve que correr con un niño al monte, porque… era una señora, de las
indígenas que estábamos en el campamento, era un domingo… la señora estaba con
dos niños, uno se lo dio a uno de los indígenas y corrió al monte y el otro me
lo dio a mí”.
Como puede
verse la brutalidad de la represión gubernamental no respetó ni siquiera a las
niñas y niños que viajaban con las comunidades para defender sus territorios
ancestrales. ¿Podemos pasar por alto algo estas atrocidades solo porque la
oligarquía insurrecta es igual de violenta? ¿Se romperá el silencio sobre lo
que pasó en Chaparina alguna vez?
En el
conflicto del TIPNIS estaba la semilla de la lógica que ahora estalla en las
calles de Bolivia. No combatir la lógica extrativista/patriarcal solo podía
desembocar en una intensificación creciente de sus contradicciones y una
repetición de sus lógicas patriarcales y neocoloniales. La politóloga y antigua
militante katarista Raquel Gutiérrez lee el conflicto actual como una “pelea de
gallos” entre Carlos Mesa, jefe de la oposición en las últimas elecciones, Evo
Morales y el “Macho Camacho” representante de la oligarquía cruceña:
Víctima-verdugo-redentor:
en la confrontación política se instaló amplificado el triángulo simbólico
patriarcal por excelencia. La aparición de Camacho-redentor desafía a
Evo-verdugo y silencia a Mesa-víctima. Así, la mediación de la palabra
feminista/femenina se hace cada vez más urgente y, a la vez, resulta más
difícil. Se hace cada vez más complicado enunciar las palabras y diseñar las
acciones que puedan hacer entrar aire en ese trágico triángulo que terminará
por tragarnos a todas. Algunas voces se asustan y eligen plegarse a alguno de
los redentores en oferta, otras nos empecinamos en no hacerlo.
En este
triángulo no hay gallos inocentes, todos los caudillos ejercen violencia no
solo la oligarquía cruceña, todos queman la casa del enemigo, la lógica
perversa ahora consiste en ver quien acumula más poder y más dólares para
financiar la represión. En este contexto si Evo Morales quiere de verdad evitar
un baño de sangre debería, como anunció hace unos días, dar un paso al costado,
sería más sensato abandonar la ambivalencia y garantizar decididamente que el
MAS tenga otro candidato que garantice salvarse del naufragio y hacer de
cortafuegos a las derecha racista.
El litio
como botín de guerra y como excusa
El relato de la izquierda —golpe de estado, CIA, Evo-víctima,
oligarquía racista, retorno de la Biblia al Palacio Murillo— se sutura
definitivamente con la aparición del litio como botín de guerra, todo ello
aderezado con unas citas muy ad hoc de Eduardo Galeano sobre los recursos
naturales como la maldición de los pueblos del tercer mundo. No cabe duda, como
ya señalé en otro artículo , de que el litio se ha transformado en uno
de los minerales más cotizados, pues es un elemento indispensable en la
fabricación de coches eléctricos que sustentan el “capitalismo verde”. Bolivia
cuenta con grandes reservas de litio en los Salares de Uyuni y Coipasa y, en
ese sentido, es totalmente plausible que la oligarquía blanca del país en
connivencia con algunas potencias extranjeras (Estados Unidos, pero también
China, Rusia o Alemania, etc.) estén afilándose los colmillos para subastarse
el litio.
Pero, de
nuevo, el Gobierno de Morales no puede concebirse como un defensor puro de los
recursos naturales y la diversidad ecológica de su país. Antes de la llegada al
poder de Evo Morales, a finales de los años 90, la empresa norteamericana FMC
ya había intentado firmar una contrato para explorar litio en el salar de
Uyuni. La presión de las comunidades locales y del Comité Civico Potosino hizo
desistir al Gobierno neoliberal de Sánchez de Losada.
Tras la
llegada al poder de Evo Morales, en 2008, los yacimientos de litio pasaron a
ser una concesión de COMIBOL (Comisión Minera Boliviana) y se creó la Dirección
Nacional de Recursos Evaporíticos a cargó de Luis Alberto Echazú. El modo en
que se realiza la transferencia de los terrenos ya es sospechoso. Habiendo
recorrido todas las comunidades que se ubican alrededor del salar de Uyuni,
puedo asegurar que en ninguna de ellas hubo consulta previa, libre e informada
como señala el artículo 169 de la OIT para autorizar la explotación de litio en
territorio indígena. En lugar de eso, se recurrió al apoyo de una organización
masista, la Federación Regional Única de Trabajadores Campesinos del Altiplano
Sur (FRUTCAS) que había logrado, tras años de lucha, que algunos territorios
aledaños al salar fueran declarados TCO (Tierras Comunitarias de Origen). Pero
este subterfugio legal no significa que todos los ayllus del salar estén de
acuerdo con la explotación del litio, hay comunidades como Llica que están en
desacuerdo y otras que lo aceptaron porque no veían otra opción.
Pero el
asunto central es que se trataba nuevamente de un proyecto nacionalista
extractivo. Los ingenieros de la planta de Llipi Llipi me explicaron en La Paz
en el año 2016 que se iba a tratar de un proyecto completamente boliviano,
ejecutado con capital boliviano, recursos humanos bolivianos y cuyos beneficios
recaerían en el pueblo boliviano; incluso llegaban a argumentar que podrían
fabricar la batería de litio o incluso coches en Uyuni.
Cuando les
preguntaba sobre los potenciales impactos ambientales que iba a provocar la
extracción no solamente por el gasto de agua sino por los residuos que iba
general la inyección de grandes dosis de cal en el salar para separar el
magnesio del litio, se referían de nuevo a un imaginario nacionalista en el que
el “oro blanco” prometía sacar, una vez más, al pueblo boliviano de la miseria
como en Potosí tantas otras veces. La versión de algunos líderes de FRUTCAS era
todavía más siniestra, pues cuando pregunte a Humberto Ticona, uno de sus líderes
si no veía contradicción entre los artículos de la Constitución en defensa de
la Pachamama y la extracción del litio me respondió: “Claro, por ejemplo, ¿el
litio de dónde viene? De las entrañas de la tierra, nos está dando la Pachamama
también una alternativa a sus hijos para poder sobrevivir”.
Incluso
aceptando prima facie estás promesas de nacionalismo extractivo se trata de una
historia de pésima gestión administrativa. En estos diez años de gestión de los
yacimientos de litio del salar de Uyuni el gobierno ha cambiado de historia
múltiples veces. El último episodio de la saga se remonta a abril del 2018,
momento en el que el Gobierno de Evo Morales firma una acuerdo con la empresa
alemana ACI Systems GmbH en régimen de explotación mixto con el Estado. El
acuerdo ha sido finalmente revocado por las presiones de las comunidades
circundantes al salar de Uyuni y de miembros del Comité Cívico Potosino. La
negativa de las comunidades se debe en parte a su deseo de participar más
activamente en los beneficios de la explotación del mineral, pero también
porque como me fue manifestado en múltiples entrevistas con miembros de la
comunidad de Llica, las comunidades indígenas piensan que el salar es un ser
vivo sagrado, están convencidos, por ejemplo, que la quínoa real que se cultiva
en la zona tiene una calidad especial por los vapores que despide el salar.
Para las personas entrevistadas la explotación del litio puede hacer
implosionar el salar transformándolo en un barrizal, cuestión que sería vivida
como una catástrofe epistemológica pues el salar es un miembro más de la
familia, junto con el volcán Tunupa, los cerros y todos los seres vivos que lo
pueblan.
El Gobierno
de Evo Morales con toda su retórica pachamámica jamás se ha planteado escuchar
a estas comunidades o repensar la explotación del litio para preservar un
espacio sagrado y de alta bioversidad, ni antes ni ahora; lo que estaba en
juego era simplemente el modelo de explotación y la distribución de los
beneficios. La izquierda internacional que tanto se preocupa, y con razón, por
la situación en Bolivia debería escuchar a esta gente y a todos los colectivos
de la sociedad civil que no están afiliados con ninguno de los caudillos en
pugna, como por ejemplo, Colectivo Curva, Colectivo Ch’ixi, Comunidad Pukara,
Nación Qhara Qhara, Nación Yampara, Parlamento de Mujeres, Red UNITAS (y, entre
otras, sus organizaciones afiliadas CEDLA, CEJIS y CIPCA) y Trabajadores
Originarios Quechuas de la Provincia Oropeza.
BOLIVIA, GOLPE DE ESTADO Y LOS PSEUDO CRISTIANOS
ANTIEVANGÉLICOS
Revista Gato Encerrado de España
(www.gatoencerrado.news)
En los años
de gobierno de Evo Morales, son evidentes los avances económicos sociales
documentados por el Banco Mundial y otros organismo expertos y con
reconocimiento internacional, estos avances pueden resumirse en una economía en
crecimiento, fortalecida sostenidamente y lo que es más importante, en
beneficio principalmente de los grupos históricamente más vulnerables,
beneficio del cual también tuvieron parte algunos grupos empresariales.
Bienestar
para todos. Aun así, para el gobierno norteamericano el periodo de Evo no fue
de sus agrado pues a pesar de los avances económicos sociales, no identifico
ese gobierno como de su órbita y beneplácito ideológico político ya que no fue
un gobierno incondicional sometido a los planes de Donal trump y los grupos
ultraconservadores norteamericanos.
El tema de
expresiones cristianas invertidas o seudo cristianas y anti evangélicas es muy
complejo y amplio para agotarlo en un breve artículo. Recordemos que esos
problemas vienen incubándose desde hace varias décadas, actualmente están
evidenciándose en Brasil, con el presidente Bolsonaro, y ahora surgen con mucha
fuerza en Bolivia, pero también están presentes en países centroamericanos y
por supuesto en los Estados Unidos, Trump se auto proclamó como “el elegido” y
un líder de ultra derecha conservadora lo ha descrito como “rey de Israel”.
Los seudos
cristianos desde Estados Unidos inciden, mediante sus contactos, en los
países latinoamericanos. Y ¿por qué caracterizarlos como anti
evangélicos? Baste recordar las actitudes de Bolsonaro ante los incendios de la
selva amazónica, su perspectiva de desprecio hacia los sectores indígenas
y Trump encarcelando niños y separándoles de sus padres y madres eso solo para
mencionar algunos aspectos anti vida. El tema necesita ser tratado con
detenimiento y con la finalidad de aportar a que los sectores cristianos
realmente evangélicos logren revisar y posicionarse en sus trabajos y esfuerzos
por la defensa y promoción de la vida en todas sus expresiones.
Lo que por
el momento pretendo es abordar una pequeña parte de la situación de
Bolivia y en ese sentido para que recordemos que en el caso particular de
personas que confiesan su fe cristiana e intentan ser coherentes en la práctica
con esa confesión, es que en todo conflicto o situación complicada en
perspectiva de iluminar con posibles soluciones evangélicas, el parámetro es
Jesús de Nazaret. ¿Cómo actuaria Jesús ante la situación? Y de paso recordar
que evangélico significa portador de buena nueva buena noticia para los que más
sufre, ser pues persona que actúa a la manera de Jesús, desenmascarando el
pecado social y estructural y anunciando las buenas noticias a los
empobrecidos.
A la
presente fecha podemos afirmar que el golpe de estado en Bolivia fue
planeado con suficiente anticipación por el gobierno norteamericano en colusión
con un grupo empresarial y un sector militar boliviano, de paso mencionar que
el jefe militar que se presto al juego de los norteamericanos el cual
“sugirió” a Evo renunciar, ya huyo rumbo a Estados Unidos con un beneficio de
un millón de dólares según fuentes de noticias internacionales y cargando sobre
las espaldas traición al pueblo.
Lo del día a
día en Bolivia desde el golpe, es la inestabilidad y la confrontación entre los
grupos que dieron el golpe y los amplios sectores que no están a favor del
golpe ni del gobierno golpista. El golpe a puesto en mayor evidencia la lucha
de clases, el oscurantismo y el racismo, entre otras muchas situaciones
negativas. En todo el proceso golpista se hace notorio, entre los sectores
golpistas, el componente religioso seudo cristiano, contrario al
evangelio de Jesús, y por ello anti evangélico.
“Bolivia
para Cristo. Nunca más volverá la pachamama al palacio de gobierno” dijo Luis
Fernando Camacho Vaca, El Macho, abogado de la rica y preponderante
región oriental de Santa Cruz
Jeanine añez
“Tras su autoproclamación y después de su rápida presentación en
la Asamblea Legislativa Plurinacional, Áñez se dirigió a la casa de
Gobierno, conocida como Palacio Quemado. Al llegar al edificio, llevaba una
Biblia de gran tamaño entre sus manos: «¡Gracias a Dios, ha permitido que la
Biblia vuelva a entrar al Palacio!», expresó.”
"Han
matado al pueblo humilde usando la Biblia. Han venido a matarnos como los
españoles, con la Biblia y la espada" dijo una mujer en El Alto.
Quemar,
ofender la wipala, símbolo esencial de la plurinacionalidad boliviana es un
acto racista y eso han hecho los golpistas la wipala es un emblema de las
naciones andinas y representan su filosofía de vida.
Las
actitudes de golpistas seudo cristianos anti evangélicos es preocupante
evidentemente para el pueblo boliviano, pero son también una amenaza para todos
los pueblos del planeta ya que manifiestan posturas de fanatismo anti vida y
por ende anti evangélica ya que promueve la supremacía blanca que genera
y desarrolla las acciones racistas que se están desarrollando con lujo de
barbarie y violencia, de la misma forma que alienta la lucha entre clases, que
en Bolivia son dos situaciones que van unidas: lucha de clases y racismo.
Una clase
privilegiada que pretende ampararse en un falso ídolo que no es el dios de vida
y amor, sino un ídolo falso que está a favor de las perversiones anti
evangélica, esto no tienen nada de nuevo ya que en el transcurso de la
historia, como seres humanos, hemos experimentado el nazismo y la
conquista de España con toda la saña y brutalidad con la cual se desarrollaron
ambos fenómenos. En ambos casos en la religión de una clase privilegiada se
amparaban los crímenes y asesinatos en cada momento de su desarrollo,
priorizando la riqueza material en detrimento de la vida.
El Dios que
nos mostró Jesús es por su parte y en esencia, un Dios de amor que no hace
exclusión de personas por color de piel o clase social, pero que manifiesta su
preferencia por los más empobrecidos, excluidos, y mantiene un llamado
permanente de conversión a aquellas personas que en su esquizofrenia paranoide
van tras un falso ídolo violento clasista y racista.
Los
cristianos que se identifican con el Dios mostrado por Jesús en esta hora
difícil y complicada de Bolivia deben tener seguridad que les acompaña en sus
trabajos y esfuerzos por promover y defender el dialogo, la participación y el
bienestar de todos en los procesos socio políticos y económicos, principalmente
de los ciudadanos más vulnerables.
Y nos
convoca a todos a reforzar nuestra solidaridad con el pueblo boliviano y todos
los pueblos del mundo que trabajan en función de sociedades que intentan
reflejar los valores del reino de Dios y no los anti valores de falsos ídolos.
REPORTERO ARGENTINO: MUCHO DE LO QUE PUBLICAN
LOS MEDIOS EN BOLIVIA ES TERGIVERSADO
El reportero argentino Fernando Ortega fue
testigo de la masacre en Senkata, donde al menos ocho personas murieron
baleadas como parte de la represión
Prensa Latina de Cuba (www.prensa-latina.cu)
El
periodista argentino Fernando Ortega contó desde las redes sociales la
represión silenciada por los medios en Bolivia, desmontando de primera mano la
narrativa impuesta por el gobierno de facto.
'Las
autoridades no dan informaciones oficiales sobre muertos, heridos o
desaparecidos, y mucho de lo que publican los medios es tergiversado', dijo
Ortega a Prensa Latina, tras acompañar una multitudinaria marcha desde la
ciudad de El Alto hasta La Paz, disuelta por las fuerzas del orden.
El reportero
fue testigo de la masacre del pasado martes en Senkata, donde al menos ocho
personas murieron baleadas como parte de la represión encabezada por la policía
y militares con licencia para matar.
Aquel día
tuvo que ser escondido por vecinos del barrio 25 de Julio, junto a un colega
mexicano, ante los rumores de que 'policías de civil' los buscaban, después de
denunciar las muertes que negaban las autoridades.
A pocas
horas de regresar a su país, donde es editor del semanario Puente Aéreo, Ortega
desmintió al ministro boliviano de Defensa, Fernando López, quien tildó a los
manifestantes de ser 'hordas pagas y alcoholizadas'.
'Falso, lo
desmiento categóricamente: yo estuve desde el lunes y no vi alcohol ni armas, y
si lo hubiera visto lo hubiera contado, porque tengo una mirada independiente',
enfatizó el reportero.
Aseguró que
hay muchas cosas que la prensa no refleja, y no descarta la posibilidad de una
censura oficial, mientras las autoridades mienten y manipula la situación a
conveniencia.
Ortega también desmintió las acusaciones lanzadas contra un enfermero boliviano que denunció la matanza del pasado martes en Senkata, quien fue detenido este jueves bajo el cargo de 'falsedad ideológica'.
Ortega también desmintió las acusaciones lanzadas contra un enfermero boliviano que denunció la matanza del pasado martes en Senkata, quien fue detenido este jueves bajo el cargo de 'falsedad ideológica'.
'Hoy la
manifestación fue enorme, pero el dispositivo de seguridad logró dividirla
primero y dispersarla después, hubo gas lacrimógeno y postas de goma que
golpearon a una colega argentina', relató.
El futuro en
Bolivia es incierto, pero por lo pronto, Ortega espera que acabe la violencia,
que aparezcan las personas que fueron desaparecidas en Senkata y que no vengan
más masacres como la que le tocó vivir.
El
presidente Evo Morales renunció el pasado 10 de noviembre en medio de una
espiral de violencia, para evitar mayor derramamiento de sangre, pero la
represión y las muertes en nombre del orden han seguido.
La diputada
opositora Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta interina hasta la convocatoria
de nuevas elecciones, y aprobó un decreto que exime al Ejército de
responsabilidad penal por las acciones para restaurar el orden.
"LA CENSURA NO ACEPTA EUFEMISMOS":
TELESUR DENUNCIA SU SALIDA DEL AIRE DE UNA CABLERA EN BOLIVIA
El gerente nacional de clientes de Entel, Ronny
Wilson, comunicó la decisión por una "reorganización en la grilla de
televisión".
Actualidad RT de Rusia (www.actualidad.rt.com)
La empresa
de telecomunicaciones boliviana Entel S.A. sacó del aire a la cadena
multinacional TeleSUR por "reorganización de la grilla",
según indicó la directora del canal, Patricia Villegas.
"De
acuerdo a la reorganización en la grilla de televisión, informamos a ustedes
nuestra intención de rescindir las 'Condiciones Generales de Transmisión de la
señal de la nueva Televisión del Sur'", reza un oficio firmado por el gerente nacional de clientes de
Entel, Ronny Wilson, que fue publicado por Villegas en su cuenta de
Twitter.
"Tras 3
días de recibir justificaciones de problemas técnicos y ante nuestra
insistencia, entel Bolivia argumenta reorganización de su oferta de canales,
para rescindir nuestro contrato", tuiteó Villegas.
Para la
directora de TeleSUR, se trató de un acto de censura. "Antes dijeron
tenían problemas técnicos. Es evidente, la
censura no acepta eufemismos. Seguiremos informando, ratificamos nuestro
compromiso", señaló.
Agresiones y
denuncias
Tras el
golpe de Estado contra Evo Morales y la posterior autoproclamación de la
presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, medios extranjeros han sido
agredidos y censurados por el gobierno de facto en el país.
El
corresponsal de RT, Francisco Guaita, fue increpado el 14 de noviembre por opositores a Evo Morales
durante una transmisión en vivo en plena calle: "¡No mienta, no mienta!", gritaban aquellos ciudadanos
para interrumpirlo, quienes consideran que en ese país latinoamericano no se
produjo un golpe.
El jueves
pasado, la ministra de Comunicación de facto de Bolivia, Roxana Lizárraga, acusó de sedición a periodistas nacionales e
internacionales que cubrían el conflicto social tras el golpe de
Estado.
"Se va
a actuar conforme a ley, porque lo que hacen algunos periodistas, en algunos
casos bolivianos o extranjeros, que están causando sedición (alzamiento
contra la autoridad) en nuestro país, tienen que responder a la ley
boliviana", advirtió Lizárraga.
Tras la
declaración de Lizárraga, el camarógrafo de Telefé Noticias, Lucio López,
denunció a través de un video difundido en redes sociales que al equipo de la
cadena de televisión argentina les pidieron evacuar el hotel en el que se
hospedaban en La Paz.
Otros
comunicadores y camarógrafos, enviados especialmente por los
canales A24, Crónica TV y TN, para cubrir la situación en el
país, tuvieron que ser resguardados en la Embajada argentina en La Paz, porque
su integridad física corría peligro ante recientes ataques sufridos durante las
coberturas.
EL GOLPE EN BOLIVIA Y EL DEBATE SOBRE LOS
MOTIVOS ECONÓMICOS
Mientras el gobierno reprime con las fuerzas
armadas al pueblo trabajador y campesino que sigue de pie resistiendo y el MAS
junto a direcciones sindicales y sociales negocian con los golpistas, en
Argentina surgen distintas interpretaciones sobre los motivos económicos del
golpe. El análisis en la editorial de Pateando El Tablero que se emite por
Jujuy FM 101.7, miércoles de 13 a 15hs.
La Izquierda de Argentina
(www.laizquierdadiario.com)
La situación
abierta en Bolivia tras el golpe de Estado pasó a ocupar la atención de todos y
más aún en provincias limítrofes como Jujuy. Las imágenes de la masacre del
ejército sobre la población campesina del pequeño poblado de Sacaba en
Cochabamba o en la represión en la planta de hidrocarburos de Senkata en la
ciudad de El Alto no dan lugar a la duda. Se trata de un golpe de Estado.
Dentro del
amplio espectro de quienes desde Argentina nos ubicamos del lado de enfrentar a
los golpistas circulan distintas interpretaciones sobre las causas económicas
que llevaron al golpe. A grandes rasgos las podríamos ordenar en dos visiones.
Una de ellas habla de un “revancha neoliberal” que pone el acento en dar vuelta
las mejoras económicas que obtuvieron las mayorías trabajadoras, campesinas y
populares durante los gobiernos del MAS en materia de empleo y acceso al
consumo, suba de ingresos que redujeron la pobreza y elevaron sus condiciones
de vida. Ligado al factor económico se plantea el intento de desarrollar el
odio racial contra la mayoría de una población indígena como mecanismo de
disciplinamiento social, que de consolidarse los golpistas, puede facilitar una
mayor explotación laboral. Por eso, en las calles resuena el grito, “la pollera
se respeta, carajo”.
Un segundo
enfoque está asociado a los intereses imperialistas sobre los recursos del
país, lo cual ha sido una constante en su historia. Durante los gobiernos de
Evo Morales, el Estado puso ciertos reparos asociándose al capital extranjero
con la mayoría del paquete accionario en su poder como en la explotación del
gas y los hidrocarburos. Uno de los recursos que más estaría en la mira es el
litio que se encuentra en el Salar de Uyuni que junto con los salares del norte
de Chile y del NOA en Argentina concentran el 70% de las reservas mundiales de
este mineral. Tras el fracaso de una sociedad entre la estatal Yacimientos de
Litio de Bolivia (YLB) y una compañía alemana (ACI Systems) con el fin de
fabricar baterías de litio a partir de la presión de grupos cívicos de Potosí,
se abre un interrogante sobre cuál puede ser el destino de este recurso
estratégico, donde existe una disputa entre empresas de Estados Unidos,
Alemania y China, ante el cual el gobierno pretendía aliarse con una de ellas.
No caben
dudas que el capital extranjero y local están detrás del golpe. Sin embargo,
estos enfoques carecen, por decirlo de algún modo, de una integración dentro de
la dinámica más general de la economía de Bolivia. La misma si bien aún
mantiene el mayor nivel de crecimiento de la región, a la vez, experimenta un
agotamiento persistente a partir de la reversión de los factores que le dieron
empuje desde 2005. Entre ellos el precio de los minerales, pero sobre todo del
gas y la menor producción de hidrocarburos, lo cual debilita a una de las principales
fuentes de financiamiento del Estado. Como resultado de los menores ingresos
fiscales se ha incurrido en un continuo déficit desde el 2014 derivado de
sostener fundamentalmente la inversión pública y políticas de redistributivas,
lo cual genera todo tipo de tensiones sobre cómo financiarlo.
Mientras el
Banco Central ha ido cubriendo en gran medida este déficit con créditos al
sector público y fundamentalmente con endeudamiento en el exterior, ambas
medidas han ido mermando las reservas, a lo cual hay que sumar el efecto
negativo del rojo en el comercio exterior y del movimiento de capitales
llevando a una mayor presión sobre las reservas que están cayendo en forma
permanente (36% entre 2015 y junio-19). El gobierno de Evo Morales venía
administrando esta potencial crisis con un ajuste inicial (este año con el no
pago del doble aguinaldo en el sector público y privado) que se venía aún más
duro, y el mismo tenía que ver con querer compatibilizar el sendero de mejoras
graduales con asegurar los intereses del imperialismo y la gran burguesía,
cediendo cada vez más a sus pedidos de negocios, en especial del sector
agroindustrial y ganadero del oriente extendiendo la frontera agrícola. Esta es
la cuadratura del círculo que aseguró las bases materiales del poder de los
golpistas. Ahora se abre una etapa indefinida donde van a querer aprovechar el
golpe para hacer el trabajo sucio que exige sanear las cuentas de la economía
en beneficio del capital concentrado.
A modo de
una primera conclusión si consideramos el cepo de hierro que “las oligarquías y
el imperialismo” imponen sobre los gobiernos populares tal como sostiene el
periodista Claudio Scaletta, no podemos dejar de marcar los límites que estos
gobiernos imponen también al movimiento de masas al intentar administrar los
negocios capitalistas y del imperialismo haciendo equilibrio, mientras otorgan
ciertas concesiones a las mayorías, pero sin afectar los intereses de fondo de
los primeros. Cuando la economía empieza a apretar solo la lucha de clases puede
definir quién paga la crisis. Es la misma lucha de clases con la fuerza social
de los mineros y trabajadores de sectores estratégicos como el gas y el
transporte que de entrar en acción junto a los campesinos, jóvenes y
estudiantes puede derrotar a los golpistas y su plan de mayor entrega del país.
Abrir esta reflexión se vuelve urgente si queremos superar esta disyuntiva
histórica.
EN LA PAZ, LOS MILITARES REPRIMEN HASTA A LOS
MUERTOS
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Encabezada
con los féretros de los muertos en la masacre de Senkata llegó a La Paz una
masiva movilización. “¡Que renuncie, carajo!”, fue el grito más repetido por
los manifestantes en referencia a la Presidenta ilegítima Jeanine Áñez. Luego
de caminar durante horas desde El alto ingresaron al centro de la ciudad. Allí
la columna fue interceptada por policías y militares. Luego de forcejear con
los familiares que cargaban los ataúdes empezó una nueva represión. El humo de
los gases lacrimógenos levantó vuelo en toda la ciudad. Por su parte, el
presidente derrocado Evo Morales calificó a la represión de Senkata como delito
de lesa humanidad. Según las autopsias realizadas por la fiscalía las muertes
se produjeron por impactos de armas de fuego.
La bronca
con el gobierno de Áñez se manifestó en todo momento durante la movilización
que comenzó El Alto para terminar en La Paz. Miles de personas acompañaron los
ataúdes de los muertos en la denominada masacre de Senkata. Mujeres cubiertas
con mantas negras y familiares de las víctimas encabezaron la movilización. Las
dos consignas principales fueron el pedido de justicia para los muertos en
Senkata y la renuncia de presidenta autoproclamada Áñez. Entre los
manifestantes hubo vecinos de los 14 distritos de El Alto y la Federación de Juntas
Vecinales de esa ciudad, afines al partido de Morales, Movimiento Al
Socialismo. También hubo campesinos de las 20 provincias del país.
Durante la
movilización del jueves las calles zigzagueantes que bajan hasta desembocar en
La Paz se fueron llenando de miles y miles de personas. Como serpientes vivas
las columnas fueron tomaron las arterias principales de la ciudad. Antes de
poder llegar a la Plaza Murillo, frente a la cual está el Palacio de Gobierno,
los esperaba un cordón policial-militar. La movilización continúo con los
féretros en primera línea. Las fuerzas de seguridad les impidieron el paso. La
situación llegó a su punto más tenso cuando los cajones con los muertos
chocaron contra los escudos de la policía. La situación devino en otra feroz represión
por parte de las fuerzas del Estado.
El aire se
llenó de gas lacrimógeno, lo que obligó a los manifestantes a dispersarse. “A
la gente de Camacho que marchó en esta misma ciudad no le han hecho nada. ¿Por
qué a nosotros no tiran gases y bala?”, cuestionó una mujer a la prensa. La
represión también tubo lugar en la Plaza San Francisco, mítico centro de las
manifestaciones en favor de Evo Morales. “A la prensa por favor le pedimos que
se retire”, dijo un policía, arma en mano, mientras ingresaba a la plaza.
Decenas de motos con agentes rodaron la zona. Minutos después la humareda
inundó el lugar. “Vayan a molestar Al Alto”, gritaban los policías corriendo a
mujeres de pollera.
El martes
ocho personas murieron durante una manifestación en la planta de combustible de
la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. Los
partidarios de Evo Morales habían cortaron el acceso a la planta y fueron
duramente reprimidos por la policía y militares. El accionar de las Fuerzas
Armadas fue cuestionado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El
organismo recordó estándares internacionales que recomiendan no utilizar a los
militares en seguridad interior. Desde el gobierno aseguraron que sus fuerzas
no efectuaron los disparos, según informó el ministro de Defensa, Luis Fernando
López.
Por su parte
Evo Morales pidió que a las fuerzas armadas que no se sigan manchando de sangre
en un entrevista a la agencia Sputnik. “El gobierno de facto emite un decreto
supremo dando una carta blanca para que los militares metan bala al pueblo
boliviano. Quiero hacer un llamado a las Fuerzas Armadas: ¡no se sigan
manchando con sangre, especialmente del movimiento campesino indígena
originario!”, dijo el ex mandatario. “Los delitos de lesa humanidad se castigan,
aunque algunos comandantes ya van escapándose porque saben que han cometido
delitos”, expresó Morales.
Los informes
forenses realizados por la fiscalía boliviana determinaron que los ocho muertos
en Senkata recibieron proyectiles de armas de fuego. “Todos sin excepción
presentaban lesiones y traumas provocados por proyectil de arma de fuego”,
determinó el Instituto de Investigaciones Forenses. A su vez la defensora del
Pueblo de Bolivia Nadia Cruz Tarifa instó a los posibles testigos a declarar
ante el Ministerio Público. Cruz expresó su apoyo a las familias de las
víctimas para garantizar que se haga justicia.
Mientras en
el Congreso boliviano diputados y senadores continúan debatiendo los proyectos
de ley para convocar a elecciones, en las calles continuó la represión. Resta
saber hasta cuándo podrá sostener el gobierno de facto de Añez una situación de
social que se radicaliza día a día.
REPRIMEN HASTA LOS MUERTOS EN BOLIVIA
La Prensa de Argentina (www.laprensa.com.ar)
Una multitudinaria marcha de respaldo al renunciante presidente de
Bolivia Evo Morales que llegó hoy al mediodía al centro de La Paz portando los
féretros de 3 de los fallecidos el martes pasado en el violento desalojo de la
refinería de Senaka, fue reprimida por las fuerzas de seguridad.
Derramando
lágrimas de tristeza, mujeres cubiertas con mantas negras y familiares de las
víctimas encabezaban las columnas procedentes de El Alto, bastión del
socialista MAS. Cuando estaban en una calle aledaña a la zona donde se erige el
Palacio de Gobierno y pretendían sobrepasar la valla de uniformados que
custodiaban el edificio, irrumpió la Unidad Táctica de Operaciones Policiales
(UTOP), especializada en disturbios.
La
intervención en motocicletas de estos agentes hizo que continuara el llanto entre
los manifestantes, aunque en este caso atribuible a los efectos de los gases
lacrimógeno.
Al grito de
``asesinos'' y reclamando la ``cabeza'' de la autoproclamada presidenta
interina Jeanine Añez, los seguidores del dimitido mandatario se enfrentaron
con las fuerzas de seguridad hasta que terminaron replegándose a la plaza San
Francisco, donde prosiguió la batalla campal.
Algunos
ataúdes fueron bajados al suelo en plenas refriegas. Horas antes, el
viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamaría, había garantizado el
derecho de la gente a manifestarse.
Con la confirmación de que fueron 8 los fallecidos en el operativo que rompió el bloqueo en Senaka, todos impactados por balas de plomo según un informe de la Defensoría del Pueblo, suman 32 los muertos desde que estalló la crisis en el país tras las fraudulentas' elecciones del pasado 20 de octubre.
Con la confirmación de que fueron 8 los fallecidos en el operativo que rompió el bloqueo en Senaka, todos impactados por balas de plomo según un informe de la Defensoría del Pueblo, suman 32 los muertos desde que estalló la crisis en el país tras las fraudulentas' elecciones del pasado 20 de octubre.
EL AUDIO DE
LA DISCORDIA
``Denuncio
al gobierno de facto por crear un montaje con intención de hacerme un juicio
internacional'', tuiteó desde su asilo en México un enfurecido Evo, reaccionado
así a la grabación que presentó el miércoles el ministro de Gobierno, Arturo
Murillo, en la que se escucha un diálogo telefónico del líder cocalero con un
dirigente campesino a quien alecciona sobre como mantener los bloqueos para que
``no llegue comida'' a La Paz.
``Apelar a
la manipulación judicial para encarcelar a líderes antiimperialistas, de
izquierda y progresistas -recriminó- es algo que ya hicieron con Lula, Cristina
y Correa''.
Desde la
otra vereda, la administración Añez reiteró que presentará dos acusaciones
judiciales contra Morales, una ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) por
``crímenes de lesa humanidad'', y otra en instancias nacionales por ``sedición,
terrorismo y alzamiento armado''.
Evo también
anunció la conformación de una ``Comisión de la Verdad'' en la que participarán
``personalidades internacionales'' y cuyo objetivo es demostrar su victoria en
primera vuelta en los comicios que detonaron el estallido popular.
ECOS
INTERNACIONALES
Mientras
Brasil se apuró a pedirle al gobierno provisional de Bolivia la extradición de
13 personas cuyo requerimiento no fue atendido por el Ejecutivo saliente, el
régimen chavista les retiró las credenciales a los agregados militares del país
del Altiplano y les otorgó un plazo 72 horas para que abandonen la República
Bolivariana.
LA POLICÍA DE BOLIVIA REPRIME UNA MARCHA QUE
LLEVABA LOS ATAÚDES DE OTROS MANIFESTANTES
Con la protesta, este grupo trataba de desmentir
la versión del Gobierno interino de Áñez que decía que las ocho personas que
fallecieron formaban parte de grupos armados
El País de España (www.elpais.com/internacional)
La policía
de Bolivia ha reprimido este jueves con gases lacrimógenos una multitudinaria
marcha que llegaba a La Paz desde El Alto, acompañando los ataúdes de cinco de
las ocho personas que murieron el pasado martes en la planta de
acopio de gasolina y gas de Senkata, en las afueras de esta última
ciudad. “No respetan ni a los muertos”, se escuchaba entre los grupos de
manifestantes que quedaron desperdigados por el centro de la capital boliviana
tras la actuación policial.
Los
manifestantes querían denunciar en la capital la muerte de sus compañeros
y desmentir que pertenecieran a grupos armados como había asegurado el Gobierno
interino de Áñez. Denuncian que el Gobierno está consumando una “masacre” en el
país sudamericano y durante su protesta señalaban también a los medios de comunicación.
“Prensa, vendida, deja de mentir” y “vayan a Senkata”, le gritaban a los pocos
periodistas locales que seguían la marcha. La mayoría de los periódicos,
aseguraban, han calificado la violencia en el país como
"enfrentamientos" o "actos terroristas", mientras que la cadena
Telesur, que defiende la posición del expresidente Evo Morales sobre
su derrocamiento por un golpe de Estado, ha sido eliminada del servicio de
cable estatal.
“No soy
masista [militante del MAS, el partido de Morales], tampoco terrorista”,
gritaban los manifestantes, que cargaban cientos de wiphalas, la
bandera indígena que identifica a quienes se oponen a la presidenta
interina Jeanine Áñez. Uno de los carteles rezaba: “No somos una horda de
delincuentes, somos el pueblo”.
El Instituto
de Investigaciones Forenses, que pertenece a la Fiscalía, informó que los ochos
muertos de Senkata fueron abatidos por disparos de armas de fuego “no
reglamentarias”, respaldando al ministro de Defensa, Fernando López, quien
aseguró que los efectivos
militares que estaban protegiendo la planta de Senkata “no dispararon”.
El Gobierno afirma que los manifestantes de El Alto querían hacer un “atentado
terrorista” volando los gigantescos depósitos en los que se acopia la gasolina
y gas.
Una
manifestante, indignada por la represión, prometió que la próxima vez los
habitantes de El Alto llevarían dinamita y que harían “llorar a los
lindos q’aras (blancos)”. Después de los sucesos de Senkata, los
múltiples bloqueos de las entradas a La Paz por parte de indígenas y campesinos
se han fortalecido. Dentro de la ciudad, la gasolina está racionada y hay
carestía de varios productos. Los camiones del municipio no pueden recoger la
basura, que se acumula en las esquinas.
Mientras
tanto, la Asamblea Legislativa continúa tramitando
una ley de convocatoria a elecciones que dé una salida política a la
crisis boliviana, que este jueves cumple un mes. En el debate parlamentario
está participando el MAS, que quiere elecciones en enero, y el oficialismo, que
las prefiere en marzo.
ESTADOS UNIDOS CONFÍA EN
QUE NUEVAS ELECCIONES TRAIGAN PAZ A BOLIVIA
VOA Noticias
de EEUU (www.voanoticias.com)
El
subsecretario de estado adjunto en la Oficina de Asuntos del Hemisferio
Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo el jueves que la
Casa Blanca confía en que la realización de nuevas elecciones presidenciales
ayuden a calmar la tensión política y social que ha mantenido a Bolivia en
crisis desde el pasado mes de octubre.
Kevin
O'Reilly, habló con la prensa por medio de una teleconferencia en la que leyó
un comunicado en donde asegura que el gobierno estadounidense brinda su apoyo a
la presidenta en transición, Jeanine Añez, para que se lleven a cabo las
elecciones presidenciales a la brevedad posible.
Según
O'Reilly, lo que ha llevado a Bolivia a la situación actual fue el
"escándalo electoral" en el que, según denuncias de la OEA, se dieron
irregularidades que permitieron que el expresidente Evo Morales se
autoproclamara ganador y esto generara una ola de protestas y enfrentamientos
entre opositores y seguidores del líder boliviano.
El
funcionario hizo también un llamado a todas las partes involucradas para que
condenen la retórica divisiva y la violencia que ha causado ya muertos en El
Alto y en Cochabamba debido.
"Expresamos
nuestras condolencias a las familias de todos los que han muerto en los
disturbios civiles...las autoridades bolivianas tienen que asegurar que los que
agreden a un ciudadano sin justificación debe enfrentar las consecuencias
legales correspondientes", concluyó.
Con respecto
a este punto, las fuerzas del orden público de Bolivia han sido denunciadas
ante distintos organismos debido al uso de la fuerza con la que han actuado,
dejando decenas de heridos y muertos.
Recientemente,
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), ha emitido un comunicado
haciendo referencia a este punto.
"La
CIDH expresa su enérgica condena al uso excesivo de la fuerza por parte de
operaciones combinadas de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas para
reprimir recientes manifestaciones en Bolivia”, reza parte del informe hecho
por ese organismo.
Recientemente,
en una entrevista exclusiva con la Voz
de América, Kevin O'Reilly
había dicho que Estados Unidos no contempla al expresidente Evo Morales en la
vida política de Bolivia, como una alternativa a la paz, más bien, nuevos
comicios con nuevos actores que permitan calmar las tensiones.
EEUU: “LOS
QUE PARTICIPARON EN EL FRAUDE ELECTORAL EN BOLIVIA TIENEN QUE DAR UN PASO
ATRÁS”
El
subsecretario de Estado Adjunto en la Oficina del Hemisferio Occidental, Kevin
O´Reilly, remarcó la necesidad de que “el proceso democrático avance, y que el
pueblo reconstruya sus instituciones”, tras el “grave escándalo electoral” del
pasado 20 de octubre y el posterior “abandono del cargo” de Evo Morales.
Infobae de
Argentina (www.infobae.com)
Minutos
después de que el Departamento de Estado norteamericano emitiera un comunicado
apoyando al gobierno interino de Bolivia en pos de elecciones “libres, justas y
transparentes”, el subsecretario de Estado Adjunto en la Oficina del Hemisferio
Occidental, Kevin O´Reilly, brindó una teleconferencia desde Miami, de la que
participó Infobae, para analizar la situación del país sudamericano.
“Bolivia
vive un momento histórico para su sociedad y su democracia”, aseguró el
funcionario norteamericano, quien reiteró que Washington respalda la iniciativa
de la presidenta interino Jeanine Áñez para el llamado a nuevas elecciones.
“Apoyamos
los esfuerzos de la presidenta interina mientras trabaja para realizar estas
elecciones cuanto antes (...) Llamamos a los amigos de Bolivia en la comunidad
internacional a apoyar los esfuerzos de transición y a condenar los hechos de
violencia”, agregó.
Sobre
el proceso electoral, O´Reilly indicó que “todos tienen el derecho de
participar democráticamente”, pero aclaró: “Los que han participado en el
fraude tienen que dar un paso atrás y dejar que el proceso democrático avance,
y que el pueblo reconstruya sus instituciones democráticas”. Una clara alusión
al ex presidente Evo Morales y su vice Álvaro García Linera, quienes se
encuentran exiliados en México.
“Aquellos
que participaron en las escandalosas irregularidades y la manipulación de los
votos en las fallidas elecciones del 20 de octubre deben, por el bien de
Bolivia, hacerse a un lado y dejar que los bolivianos reconstruyan sus
instituciones”, apuntó el Departamento de Estado, en tanto, en su comunicado.
El
subsecretario de Estado Adjunto celebró que haya “un diálogo auspiciado por la
Iglesia Católica, con la participación de muchos miembros de los partidos
mayoritarios del país, grupos civiles, de la Unión Europea, y varios otros”.
“Hay una solución democrática y constitucional que los bolivianos pueden
elegir, y todo indica que están con una determinación para seguir este sendero
positivo”.
O´Reilly
recordó, además, que en esas negociaciones también están participando
funcionarios del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Evo Morales.
Por
su parte, consideró que la solución a la crisis la tienen que encontrar los
propios bolivianos, sin intromisión de agentes externos, en medio de las
denuncias de infiltrados cubanos y venezolanos en contra del gobierno interino
de Áñez.
“Respetamos
que sea en sus raíces un desafío para los bolivianos. Todo lo que está
ocurriendo tiene que ser asunto de los bolivianos, que todos respeten los
principios de no intervención. Prestamos mucha atención a riesgo de
intervenciones de afuera del país”, señaló el funcionario norteamericano.
Y
añadió: “Los bolivianos, en paz, dialogando, tienen que resolver sus propias
diferencias, de forma democrática, y según su constitución”.
En
respuesta a las acusaciones por parte de Evo Morales y sus seguidores de que lo
que ocurrió en Bolivia fue un golpe de Estado, O´Reilly sostuvo que el país
sudamericano llegó a esta situación “por un escándalo electoral muy grave”, y
“después del abandono de Evo Morales de su mando”.
El
funcionario llamó a las partes a abstenerse a cualquier acto de violencia, y
envió sus condolencias a las familias de las víctimas que murieron en el marco
de los disturbios originados tras las elecciones del pasado 20 de octubre. “Sus
muertes subrayan la necesidad de diálogo y paz”, afirmó.
Este
miércoles, Áñez envió un proyecto de ley al Congreso para la convocatoria a unas elecciones generales que podrían
terminar con la grave crisis social y política que atraviesa Bolivia.
“Este
proyecto puede ser perfectible, quisiéramos, como gobierno, que se lo considere
como un documento base para generar un consenso nacional”, indicó la mandataria
en conferencia de prensa.
El
mismo miércoles, los legisladores del MAS afirmaron que el ex presidente “abandonó sus
funciones” y reconocieron a Áñez como su sucesora provisoria.
En
el proyecto de ley que envió la bancada del MAS se reconoce como legítima la
sucesión constitucional y se propone convocar a nuevas elecciones el 12 de
enero de 2020.
Críticas
del presidente electo de Argentina y las relaciones bilaterales con el nuevo
gobierno
Consultado
sobre los dichos del presidente electo argentino, Alberto Fernández, quien
criticó la postura de Estados Unidos ante la crisis boliviana, O´Reilly aseguró
que el enfoque del gobierno de Donald Trump con Argentina “es muy positivo”.
El
funcionario del Departamento de Estado abogó por una cordial relación bilateral
entre Washington y el flamante gobierno de Fernández: “Esperamos seguir
trabajando con la Argentina como socio democrático, como socio económico, y
vemos buenas perspectivas para trabajar con el gobierno entrante, como hemos
trabajado con el gobierno saliente el 10 de diciembre en su país”.
Tras
la salida de Evo Morales del poder, el presidente electo argentino consideró el
caso como un “golpe de Estado”, y aseguró que Estados Unidos “retrocedió décadas”,
avalando intervenciones militares.
Asimismo,
Fernández adelantó que el día que llegue a la presidencia -el próximo 10 de
diciembre- “será un orgullo recibir a Evo Morales en Argentina”.
El
actual gobierno de Mauricio Macri, en cambio, no considera que en Bolivia se
haya gestado un golpe de Estado, y apoya la iniciativa de convocar a elecciones
libres, justas y transparentes, tras las denuncias de irregularidades en los
comicios del 20 de octubre.
LO QUE
BOLIVIA EVOCA
El
Espectador de Colombia (www.elespectador.com)
Una
artista y sicóloga boliviana y una antropóloga argentina, ambas feministas,
plantean que lo sucedido en Bolivia con Evo y el Macho Camacho es una pugna
entre dos golpes de estado y dos fascismos. Una en una revista virtual, otra en
una entrevista radial, llaman a dejar de lado “los binarismos de los hechos”. Y
abren un original camino de análisis sobre la efervescencia actual del
continente. Colombia no es la excepción.
María
Galindo cultora del performance, que luce la parafernalia punk de mechones,
anillos y uñas largas a sus 55 años, acusa a Evo de caudillismo por haber
desmantelado y dividido las organizaciones populares. Las convirtió en
“dirigencias corruptas y clientelares” y se erigió como “figura única del mito
del ´presidente indígena´, rodeado de un círculo de intelectuales y dirigentes
que lo necesitan como careta”.
La
académica Rita Segato quien vive en Brasil, trae a cuento “la quiebra de
credibilidad y gobernabilidad” de Evo, motivada entre otras cosas por su carácter
autocrático y el endiosamiento de su figura. “Evo cayó por su propio peso… Es
un sindicalista y no un aymara”.
Lo
más interesante de esta visión es el otro lado de la mesa. Según Segato, Evo
“hizo que fuera muy fácil que aparecieran las fuerzas que siempre conspiran y
acechan”. Por eso asevera que, a consecuencia de los errores y excesos del
gobernante, sí hubo golpe de estado, pero de una nueva modalidad.
Galindo
precisa el cuadro refiriéndose a Camacho, el empresario cristiano de Santa
Cruz, la ciudad blanca y rica de ese país: “El proyecto cruceño trae a otro
caudillo antagónico pero complementario”. “La fascistización del proceso
–añade- silenció a la sociedad civil y concentró la decisión en las cúpulas.
Exacerbó todos los miedos”.
Este
vaivén entre extremos es calificado por la también escritora Galindo como una
“privatización de la política”. Así la explica: “si no eres del partido no
tienes ningún derecho; si eres, tampoco porque las decisiones son de una cúpula
cerrada. Este vacío fue utilizado para instaurar un contramodelo caudillista”.
Hasta
aquí la tragedia boliviana, pincelada por las dos analistas, que haría delirar
de fervor al mismísimo Shakespeare por sus componentes reveladores de la
complejidad humana. El dramaturgo inglés podría trasladar la acción a tierras
colombianas y titular su obra con una sola palabra de uso repetido en nuestros
tiempos: polarización.
En
efecto, nuestro juego político tradicional se ha decantado en un ping pong
entre ´guatemala y guatepeor´. En un extremo la oligarquía pérfida de toda la
vida, en el otro la oposición testaruda con aliento de despotismo. Este
binarismo se sostiene merced al miedo que los dos términos se tienen entre sí y
que ambos infunden entre las mayorías, como único modo de perpetuar su privatización
de la política.
En
la mitad, apenas sacando la cabeza desde las recientes elecciones regionales,
una gran nación de gentes estragadas intenta pegar su grito vagabundo para
liberarse al tiempo de los dos fascismos.
María
Galindo desde Bolivia
MUJERES
LUCHANDO: "LA MACHOCRACIA NO ES DEMOCRACIA"
María
Galindo, lesbiana y feminista referente de Mujeres Creando cuenta desde Bolivia
quién es quién en el entramado actual de Bolivia, el lugar de la biblia y del
machismo en esta trama. Aportes para ir descifrando las claves de un problema
regional.
Página 12 de
Argentina (www.pagina12.com.ar)
Hace
unos días , mientras aviones militares sobrevolaban La Paz, y la biblia entraba
al Palacio de Gobierno de la mano de Jeanine Áñez, autocoronada presidenta
boliviana, en el Cine 6 de agosto se reunían a sesionar más de cuarenta
oradoras participantes de un evento que llamaron Parlamento de mujeres. No fue
para hacer catarsis, aclara una de sus organizadoras, María Galindo, sino
análisis político. No obstante, las expresiones quebradas de las expositoras
pueden verse en los videos, presentirse el dramatismo en la transcripción de
los discursos. Al cierre de la primera jornada, Galindo resumió todo en una
frase contundente: La machocracia no es democracia. Esta definición rimada,
especialidad poético – política de la agrupación Mujeres creando, remite a un
estado de situación para ella previa al golpe orquestado por el derechista
Camacho. Que un mandatario, Evo, haya dicho a una ministra públicamente que no
quería pensar que era lesbiana o que aconsejase no comer pollo para que sus
hormonas no afectaran el ser del “hombre” y no se volviera marica, es decir,
que su machismo fuera así de explícito, sería suficiente evidencia para
Galindo, y no solo para Galindo, del fracaso de la representatividad
democrática. Pero por otra parte, durante estos 13 años los gobiernos de
Morales, que también contaron con funcionarias mujeres, posibilitaron derechos
como los que garantiza desde 2016 la ley de identidad de género. “Cuando nos
enteramos que Evo estaba renunciando, lloré un mar de lágrimas –dijo Antonella
durante la sesión en el Parlamento de mujeres-. Y muchas otras chicas trans me
llamaron igual, llorando. Porque sentíamos que se había ido nuestro protector”.
Pero esta protección no configura una meta para la mayor parte de las
participantes de las jornadas del 12 y 13 de noviembre. Para la feminista
Silvia Rivera Cusicanqui, por ejemplo, la recuperación de la gran pluralidad
simbolizada por la wiphala indigenista debiera ser el objetivo, en las
antípodas de todo paternalismo presidencial. Sobre el escenario del amplio cine
paceño, Galindo presentó a Rivera Cusicanqui como una hermana suya, con total
orgullo, unidas por una perspectiva que, por otra parte, no circunscribe el
problema al perímetro local. “Lo que se está jugando en Bolivia, es una
respuesta a un problema absolutamente regional”, dice la organizadora del
Parlamento.
¿Quién
es la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, cómo la describirías?
Es
una figura completamente funcional y útil a este esquema fascista. Nosotras
hemos planteado hace muchos años la idea de la cuota de las mujeres dentro de
los partidos que nos ha vendido las Naciones Unidas como la máxima expresión de
participación política de las mujeres, donde el único dato que importaba era la
condición biológica y no el contenido político de la representación. Jeanine se
alinea en la ficha perfecta de esa mujer biológica en la política. Es por
supuesto corresponsable y se la puede ver claramente disfrutando de forma
directa del papel que está jugando. Ella ha sido senadora en varias gestiones e
incluso desde el proceso constituyente boliviano desde el 2009. Proviene de una
región tropical, con estructura social feudal, terrateniente, ganadera. Es una
figura periférica de la derecha boliviana, no tiene mucha formación ni carisma.
No es conocida ni reconocida en la sociedad boliviana, pero probablemente lo
haya sido en su región. En ese sentido, está en el lugar que está por azar. Lo
que ha sucedido es que cuando Evo Morales renunció y se fue México, desde mi
punto de vista de forma prematura, dejó un gigante vacío de poder porque
después hubo una renuncia en cadena, de prácticamente todo el ejecutivo,
incluso renunció la presidenta del Senado del massismo que era Adriana
Salvatierra. No entiendo, me cuestiono porqué lo hizo. Y entonces por azar en
la asamblea legislativa plurinacional, el Movimiento al Socialismo le deja como
sucesión constitucional el mando a Jeanine Añez.
¿Pero
no pensás que Adriana Salvatierra renunció porque corría corriendo riesgo su
vida si seguía en su cargo?
De
todos y de todas se debe precisamente la renuncia a un acto de temor. El
abandono de Evo Morales del país y de Álvaro García linera, también se debe un
acto de temor. Yo quiero que tú entiendas hermana que la situación en Bolivia
no mejora, se complica y se descompone día por día y hora por hora. Hay muchas
noches que nos dormimos, la gente que vive en El alto pues ha dormido la semana
entera. Yo vivo en la ciudad de La paz y varias estaciones de TV han sido
quemadas. Es una situación de psicosis generalizada, por eso mismo es muy
importante la gente que no se ha ido, la gente que no ha renunciado. Yo no voy
a juzgar a nadie por querer salvar su vida, pero si voy a valorar a quién asume
responsabilidades como es el caso de Eva Copa, es una mujer jovensísima qué no
ha terminado la carrera y qué es salteña.
Hubo
otra presidenta boliviana también relacionada como Jeanine a los sectores de
derecha, ¿verdad?
Sí,
la primera presidenta mujer fue en el año 79, Lidia Gueiler, también del
oriente boliviano. Por azares del destino y debido a una serie de vacíos de
poder, terminó asumiendo ese cargo y siendo una presidenta sometida al
ejército, al punto que cuando el ejército no la necesitó, amenazada de muerte
la hizo firmar su renuncia. Fue una de las dictaduras más sangrientas de la
última etapa del siglo XX boliviano.
¿Y
no leés en esta coyuntura actual un regreso del plan cóndor setentista?
Yo
soy muy crítica con los intelectuales de izquierda, especialmente con los que
se llaman progresistas, en la necesidad de interpretar los procesos. Creo que
el proceso que está enfrentando Latinoamérica tiene características propias y
es muy importante en lugar de aplicar viejas categorías y viejos lentes,
aprender de los errores de nuestro pasado, pero ser muy sensibles y entender
las novedades que este proceso tiene. Lo que estamos enfrentando es más que un
golpe de Estado, no quiero quedarme con ese análisis pequeño: hay un golpe de
Estado, pero también hay un conflicto político, que son dos cosas diferentes
que están sucediendo simultáneamente. Desde el punto de vista político, estamos
ante el agotamiento de la forma partidaria como forma de ejercicio político y
ante el vaciamiento de la democracia y el agotamiento de la democracia liberal
representativa. Estamos enfrentando la transición del neoliberalismo al
neoliberalismo de corte fascista. Está en acto un modelo de plan cóndor si tú
quieres, porque es una ofensiva regional.
Una
ofensiva que en esta vuelta tiene como uno de sus ejércitos privilegiados al
evangelismo…
Personalmente,
he sido testigo de cómo buena parte de las iglesias fundamentalistas o sectas
fundamentalistas cruceñas, por ejemplo, forman a su gente en Brasil, a la par
de todas esas sectas que están apoyando el gobierno de Bolsonaro y que están
trayendo a Bolivia sus mismas lógicas de manejo de masas. También las he visto
muy presentes en Buenos Aires la última vez que he estado, especialmente en las
periferias y en las áreas rurales, como en Bolivia. Este proceso es diferente
que el que caracterizó al plan cóndor de los años 70, porque las libertades
sexuales y las mujeres como sujeto político no estábamos entonces en el momento
en que estamos ahora. Ahora es una obsesión de esta ofensiva fascista la
satanización de las libertades sexuales y la oferta a la masculinidad
hegemónica de la retoma del control de los cuerpos y el trabajo de las mujeres.
Y digo retoma porque en realidad han perdido ese control y esta es una oferta
que de manera muy subterránea está volviendo activar la base social para este
proyecto fascista. Les están prometiendo que van a poder controlar otra vez a
las mujeres.
Mujeres
creando organizó un evento que se llama La BIBLIA (así con mayúscula) como
instrumento de manipulación…
Ahorita
uno de los elementos icónicos más importantes de esto que estamos viviendo en
Bolivia, es el uso dela biblia como sustitución del discurso político,
justificación de todos los odios. El uso de la Biblia como santificación de los
bandos fascistas, entonces en ese sentido nos interesa a nosotras hacer una
descomposición de la Biblia, de su valor desde el punto de vista de la ironía,
del humor, porque nosotras sí creemos que los lenguajes de lucha son muy
importantes.mente se está viendo en estos días, el mismo desplazamiento de la
escena política a una escena religiosa similar a la que vimos en Brasil, la
consumación de un fachismo dispuesto a arrasar…
Lo
qué se está haciendo con la sociedad boliviana es un conflicto que nace con un
conflicto político, que tiene como escena y contenido una escena política,
desplazarlo a la escena del fanatismo religioso, racista, de la misoginia y la
homofobia para fascistizar y despolitizar la discusión y la deliberación. Estas
medidas están sirviendo para que la escena se convierta en policíaco – militar,
controlada por fuerzas armadas. Una escena ya no dirimida por la población, por
la deliberación, por la discusión de argumentos, sino por la ley del más fuerte
y del más violento. Por eso las Fuerzas Armadas y el pasto policíaco militar se
han convertido en el eje de resolución, entre comillas, principal del problema.
¿Cómo
caracterizarías lo que se está viviendo en estos momentos en el Alto y en La
Paz, cuál es la situación en las calles?
Se
está desplegando una violencia policial y militar muy fuerte, contra cualquiera
que esté queriendo organizarse, que esté queriendo impugnar la transferencia de
mando hoy ya perpetrada con el mando de Yanine Añes, como presidenta del país.
Esto es muy grave. Y en ese contexto de sofocar el derecho a la palabra y el
derecho a que permanezca en el plano de un conflicto político, Mujeres creando
ha lanzado el Parlamento de las mujeres. Todas las personas nos dijeron: No,
María, no lo hagan, se puede llegar a incendiar el cine, porque ahora el
revólver que tienes en tu mano es tu celular, hay una guerra de fake news, de
desinformación y de establecimiento de un clima de pánico. Por eso la
instalación y la deliberación del parlamento de las mujeres ayer fue algo
importante, un mensaje de una estrategia política para el conjunto de la
sociedad boliviana que fue transmitido por radio, por Facebook, con
intervenciones muy importantes. Porque además fue la prueba de que hay una
guerra de amedrentamiento para que la gente se silencie, se quede en sus casas,
no salga la calle, no tome la palabra. Entonces, la más efectiva manera de
contrarrestar ese terror fascista ha sido sesionar en este parlamento de las
mujeres.
¿El
público se animó a concurrir o ganó el amedrentamiento?
Sí,
se animó. Hubieron mujeres transexuales, indigenistas, mujeres como nosotras
decimos, cholas, chotas y señoritas, indias putas y lesbianas, juntas y
revueltas y hermanadas hablando contra la estereotipación y contra el escaneo
de los cuerpos, de los colores de piel y de las posiciones políticas. También
estuvieron presentes personas que defienden al movimiento al socialismo, porque
es una defensa que nos parece legítima, esa defensa como cualquier otra defensa
e ideas y de posturas políticas. Hoy estamos luchando para que el escenario de
fascistización no gane y el escenario político permanezca en el plano de la
deliberación política.
Salió
en varios medios bolivianos que habías querido llevarle a Camacho una carta en
nombre de Mujeres Creando que él rechazó. ¿Me podrías hablar de esa carta?
Camacho
es el presidente del Comité cívico Pro Santa Cruz, la cabeza visible de esta
fuerza racista y misógina que hoy controla la escena en Bolivia. Él activó la
estrategia de entregar una carta de renuncia en el palacio de Gobierno junto
con una biblia, en persona, a Evo Morales, entonces lo que hicimos es
intervenir esa retórica planteando que si él, en nombre de la democracia quería
entregar una carta a Evo Morales, no lo hiciera en nuestro nombre y que además
reciba una carta de nuestras propias manos, para que si pide entregar una, sea
capaz de recibir otra. Lo hicimos vía medios de comunicación y luego cuando
llegó a La paz, nosotras, Yolanda Mamani y yo, fuimos a la puerta del hotel
cinco estrellas, donde estaba reunido con todos los comités cívicos del país, a
entregarle la carta. En la carta hablábamos del ecocidio de la región oriental,
de la quema del bosque Chiquitano, del discurso de misoginia, del estado laico
en Bolivia y del discurso de los pueblos indígenas como derecho a la
representación directa y al territorio. Camacho lo que hizo fue suspender la
conferencia de prensa programada, mandar al rector mayor de la Universidad
mayor de San Andrés a hacer una declaración distractiva, para huir mientras
tanto por la puerta de atrás y evadir así nuestra presencia física. Quedó
palpable que esa era una retórica antidemocrática de su parte. Creo que fue una
acción muy interesante y a la carta estamos viendo de colgarla en nuestra
página web, que está intervenida lamentablemente hace varios días.
En
qué situación te parece que podrían quedar las agrupaciones de activismo de
género si efectivamente, como parece que puede ocurrir, la derecha se establece
en el poder…
Hay
que decir claramente que nosotras no hablamos de organizaciones de género, sino
de feminismos, de transfeminismo, de la despatriarcalización. Hay que entender
que el brazo derecho de Camacho es el abogado de lo que se consideró la manada
boliviana, un grupo de jóvenes que violó a su propia amiga en una noche de
discoteca. Es el abogado de los violadores cuya estrategia jurídica era la
descalificación de la víctima. Una de las ofertas políticas por las cuales este
hombre tiene éxito es para devolverle a los hombres el control sobre las vidas,
los cuerpos y el erotismo de las mujeres que por la despatriarcalización habían
perdido o están perdiendo. Lo están perdiendo no por la fuerza de lo que hizo
el gobierno de Evo Morales, sino por esa rebeldía feminista que viene desde
abajo. Te puedo asegurar que mientras no haya una nueva constituyente en
Bolivia que nos haga retroceder, nosotras tenemos un marco constitucional dónde
es importante que nos vayamos a mover. Yo no daría por sentado que vamos a
perder el no sé qué, porque en realidad los derechos proclamados han sido
derechos retóricos, frente a los cuales desde la organización nosotras hemos
actuado y vamos a continuar actuando. Lo que va a cambiar es que va haber una
represión más brutal y más directa, no contra las organizaciones de género que
son en muchos casos tecnocracia de género neoliberal que nunca está en las
calles. El discurso misógino contra nuestras libertades tenemos que ser capaces
de revertirlo a nuestro favor, como lo está haciendo de hecho el movimiento
indígena.
La
voz indígena se ha alzado estos días de un modo impresionante…
Hay
un discurso racista y entonces el movimiento indígena está entendiendo en muy
pocas horas y de forma muy intuitiva la necesidad de revertirlo. Haberles
obligado ayer a todos a colocar la wiphala en todos los sitios habidos y por
haber, ha sido un mero juego simbólico, sí, pero es que no se trata sólo de
eso: es una fuerza a nuestro favor. Las mujeres cis y trans debemos hacerlo
también.
EL QUANTUM,
EL AUTOMÓVIL ELÉCTRICO BOLIVIANO TIENE QUE IMPORTAR SUS BATERÍAS DE LITIO
Euro News de
España (www.es.euronews.com)
Además
de la posible implicación
de las reservas de litio boliviano en la crisis que vive el país,
muchos comentaristas han señalado al vehículo eléctrico hecho en Bolivia
Quantum como una prueba del interés exterior en desestabilizar Bolivia. En las
redes sociales muchos hacen una conexión entre el "golpe de Estado",
el litio boliviano y la presentación del Quantum.
La
empresa, sin embargo es una iniciativa totalmente privada sin ninguna relación
con el Estado.
El
director de Quantum Motors, fabricante del flamante coche eléctrico boliviano,
nos atiende por teléfono desde Cochabamba. La ciudad está tranquila, pero
paralizada, cercada por los partidarios del expresidente Evo Morales. Carlos
Soruco nos agradece haberle contactado antes de publicar "como han hecho
otros medios y gente en YouTube".
"El
litio puede tener alguna influencia geopolítica. Sin embargo Quantum Motors es
una iniciativa netamente privada, un emprendimiento lanzado por jóvenes que
hemos apostado por los vehículos eléctricos por el clima y por los problemas de
los hidrocarburos", nos dice.
La
confusión proviene de la visita que les realizó el expresidente Evo Morales. La
imagen sigue dando la vuelta al mundo pero "sólo fue una amable visita, el
Estado boliviano no tiene nada que ver con nosotros".
El
Quantum está teniendo un éxito inesperado hasta para sus creadores, sin
embargo, curiosamente por el momento no tiene baterías de litio sino de plomo
de ciclo profundo.
La
próxima entrega del vehículo tendrá baterías de litio pero importadas, porque
el litio del salar boliviano todavía no se puede explotar de forma industrial.
"Durante
la presentación del Quantum lancé ese reto al Estado boliviano. Dije: hemos
sido capaces de fabricar el primer automóvil boliviano, ahora a ver si el
estado consigue poner en marcha la extracción para equiparlo con baterías de
litio boliviano".
Soruco
explica que las inmensas reservas de litio de Bolivia fueron uno de los
factores que les animaron a lanzar la empresa. Ahora todo está en suspenso con
la crisis política. "Necesitamos insumos, pero no se pueden transportar
porque el país lleva un mes bloqueado, tenemos pedidos pero no los podemos
enviar".
Más
que ser ayudados, desde Quantum Motors han tenido que luchar contra la pesada
burocracia del Estado boliviano. Por ejemplo a pesar del éxito que han tenido
sus vehículos no están autorizados a circular: "el sistema nacional no
permite sacar la placa de matrícula, porque hacía falta presentar el documento
de importación. A los legisladores no se les ocurrió que algún día habría un
auto fabricado en Bolivia". Sin embargo el problema debería resolverse en
los próximos días.
Desde
Quantum Motors tampoco creen que haya una conspiración de la industria del
automóvil contra ellos porque su modelo es de baja velocidad, principalmente
destinado a uso urbano y no compiten con los automóviles normales. Sin embargo
sí han detectado un "lobby" de los coches a motor de explosión para
denigrar las ventajas de los autos eléctricos.
El
director de Quantum explica además orgulloso que la mayor parte de la energía
eléctrica boliviana es 100% limpia, procedente de la industria hidroeléctrica.
El anterior Gobierno afirmaba
recientemente tener más oferta que demanda de electricidad lo que le
permitiría exporta. "El presidente Evo Morales tenía el proyecto de
convertir Bolivia en un núcleo enérgético para la región".
Durante
la Cumbre del Clima de la ONU, Morales aseguró al secretario general que
Bolivia había decidido no crear más plantas
termonucleares.
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