Hay un momento preciso que Claudia Suárez Eguez prefiere no recordar porque la llena de angustia. Es aquel en que la noche jujeña se convirtió en una cárcel, cuando unas cuatro horas después de cruzar la frontera entre Bolivia y Argentina con un kilo de cocaína escondido en paquetitos en dos valijas, un control de Gendarmería detuvo al remís en el que viajaba. Los perros entrenados comenzaron a rasguñar el equipaje, y su ilusión se hizo impotencia pura. Fue el 24 de octubre del año pasado. Ella intentó darles una explicación a los agentes que la revisaron ¿Quién le creería que lo único que quería y le importaba en el mundo era conseguir dinero para pagar la quimioterapia de su hijo de 13 años? Nadie. O casi nadie. “Una por sus hijos hace todo. Yo lo hice porque necesitaba el dinero, y me ofrecían 700 dólares ¿Usted sabe lo que es la desesperación?”, pregunta del otro lado del teléfono, desde la ciudad boliviana de Montero, en el departamento de Santa Cruz, con sonidos de caos hogareño de fondo. Claudia, de 33 años, recién logró un permiso por treinta días para viajar a su país cuando llevaba ya casi un año presa y la vida de su hijo Fernando pendía de un hilo, según anunciaban los informes médicos. Todo fue como si la hubiera esperado: pudieron abrazarse y el chico falleció a los seis días. La semana pasada el juez federal de Salta, Ernesto Hansen, le concedió la excarcelación. Seguirá en juicio, pero estará en su casa, con sus otras tres hijas, entre ellas una beba que nació mientras estaba detenida en el penal de Güemes, en Salta.
“Mi única
preocupación cuando me llevaron presa era hablar con mi familia para que mi
hijo no abandonara el tratamiento. Quería pedirle a mi mamá que lo llevara al
médico. Estuve incomunicada un día entero, o más, y cuando ya me dejaron hacer
una llamada me di cuenta que no recordaba los números. No sabía si era de lo
nerviosa que estaba. Al final pude recordar el de mi cuñada y pedirle que me
hicieran ese gran favor”, recuerda, en el diálogo con PáginaI12. Claudia se
había enterado apenas unas semanas antes de partir desde Montero en micro, que
Fernando tenía cáncer. Era un tumor en su pierna derecha, que crecía sin pausa
y requería quimioterapia urgente, según le explicaron los médicos. En su país
no hay tratamientos gratuitos. “Yo trabajaba como empleada doméstica y como
ayudante de cocina; también hacía cotillón en canastas para cumpleaños y
centros de mesa. Cuando mi hijo enfermó y tenía que llevarlo todo el tiempo al
hospital, ya no podía hacer nada. Sólo preparaba picante los viernes y
con eso pagaba los medicamentos, pero no me alcanzaba. Tuve que tomar esa
decisión. Un kilo nomás llevaba (de cocaína) pero salieron mal las cosas, y ya
no pude estar con mis hijos. Yo sabía lo que iba a hacer, aunque no conocía a
nadie que lo hubiera hecho, pero así iba a poder seguir pagando los gastos de
mi hijo y la comida, era lo que me importaba”, explica, acongojada.
Cuando
empieza a hablar del instante en que la descubren agentes del Escuadrón 60 “San
Pedro” de Gendarmería en la ruta 34, se frena. Está a punto de quebrarse, pero
sus hijas revolotean cerca suyo. “Fue algo muy doloroso para mí. Sólo se me
venía a la mente la carita de mi hijito cuando lo dejé en la casa, por eso no
quiero recordar”, se disculpa. Aquella noche intentó explicarles a los
gendarmes lo que le pasaba. Pero a ellos les daba lo mismo. Todo el tiempo se
cruzan con historias trágicas de personas que traen una mochila de vida
vulnerable, mucho más pesada que la droga que a veces cargan, y que a menudo ni
ven. Pero en esas vidas es por donde se corta el hilo, y no hay contemplación
que valga para el sistema penal, que prefiere juntar peces pequeños para
mostrar un resultado.
Y si no,
basta con leer la resolución de la Cámara Federal de Salta de hace menos de un
mes (tiene fecha 10 de octubre) que decía, para confirmar el procesamiento y
detención de Claudia por el delito de transporte de estupefacientes (con penas
de 4 a 15 años de prisión), que “el mal que supuestamente quería evitar”
cometiendo un delito “sólo se apoya en sus propios dichos y en los certificados
médicos que en copia simple aportó la defensa, los que por sí solos no
constituyen elementos probatorios suficientes”. Para el tribunal, no estaba
demostrado que la mujer “no tuviera otra opción que incurrir en un delito para
salvar otro bien jurídico prevalente”, la vida de su hijo. Como broche los
jueces señalaron: “no resulta creíble que una persona que supuestamente se
encuentra coaccionada por la situación económica y la necesidad de afrontar los
gastos de la enfermedad de un hijo y que la llevaron a incurrir en un delito,
tenga sus condiciones mentales y espirituales para establecer y coordinar un
viaje de esas características”. Agregaban que pudieron constatar que Fernando
estaba al cuidado de su abuela y que tres hermanos de Claudia tenían trabajo
como ladrilleros y mototaxistas, lo que les parecía suficiente.
Cuando
los jueces Guillermo Elías, Mariana Catalano y Alejandro Castellanos firmaban
ese fallo, a Fernando le quedaban ya pocos días de vida. Antes se habían tomado
seis meses para resolver. En los tribunales de Salta y Jujuy el caso, que
adquiría ribetes de escándalo, se empezó a propagar. El periodista Fernando
Soriano hizo pública la situación de Claudia en el portal Infobae. La propia
Claudia había presentado un reclamo escrito a mano por ella misma ante la
Cámara, donde no se sintió representada. Y llegaban informes médicos con un
pronóstico dramático. Recién entonces, el juez de primera instancia la
autorizó a viajar por 30 días a ver a su hijo. Poco tiempo antes ella había
constatado por las noticias que recibía de su familia que el temor a que su
hijo discontinuara el tratamiento había sido fundado. “Eso fue lo que pasó,
durante tres meses no hizo la quimioterapia, y por eso la enfermedad avanzó
tanto y llegaron a amputarle una pierna. ¿Qué podía hacer yo encerrada? Sólo quería
hablar con él y era muy difícil –explica–. Cuando lo lograba, él me decía que
estaba bien, no me hablaba de sus dolores. Me daba ánimo él a mí, no quería que
yo estuviera mal. Tampoco me decía nada mi familia. Ni nadie podía visitarme
porque no tenían recursos”.
Mujeres,
mulas
En el
penal de Güemes (que es el complejo penitenciario Federal III), Claudia conoció
a muchas mujeres detenidas por el mismo delito que ella. Las famosas “mulas”,
como se las llama; algunas incluso portadoras de la droga en forma de cápsulas
(ingeridas) dentro de su propio cuerpo. La violación a la ley 23.737 de
estupefacientes es la principal causa de encarcelamiento de mujeres en todo el
país. El 60 por ciento de toda la población femenina en cárceles federales está
implicado en delitos de drogas, según datos de fines de 2016 de la Procuración
Penitenciaria, y alrededor del 70 por ciento son mujeres procesadas sin
sentencia. “El alojamiento de este grupo en particular estaba concentrado,
principalmente, entre el Complejo Penitenciario Federal IV (Ezeiza) y Complejo
Penitenciario Federal III (Salta)”. Se repite a lo largo de los años que
esos dos establecimientos concentran algo más del 80 por ciento de las mujeres
presas por drogas. La proporción suele ser: mitad argentinas y mitad
extranjeras, pero en total 97 por ciento latinoamericanas. Aunque el número
global muestra que sólo el 6 por ciento de los presos en Argentina son
extranjeros, el Gobierno de Mauricio Macri ha hecho de su estigmatización una
bandera política que –a lo Bolsonaro en Brasil– le resulta taquillera como
excusa para endurecer las normas y alentar expulsiones, sin importar si los
procedimientos están dentro de la legalidad (de hecho, el DNU para acelerar
deportaciones fue declarado inconstitucional y hoy está en la Corte).
“Donde
estuve presa en Salta, algunas mujeres decían que era la segunda vez que las
detenían por lo mismo. Varias eran bolivianas. Como para mí era la primera vez,
yo estaba muy asustada. Hablábamos entre nosotras, pero no hice amistad con ellas.
Tampoco imaginé que iba a ser tanto el tiempo que pasaría en la cárcel, aunque
el defensor me lo advirtió. Yo le pedía a él que por favor me ayude. Pero
también le pedía a Dios que me hiciera el milagro de poder ver a mi hijo. Soy
creyente y eso me ayudó”, cuenta Claudia. Su caso será bisagra posiblemente.
Para ella fue un año eterno de encierro, pero su defensor oficial, Andrés
Reynoso, señala que el promedio de tiempo de encarcelamiento en
situaciones similares es de dos años, y no hay contemplación de circunstancias
o contexto que valgan.
“El
modelo de políticas de drogas vigente en la región afecta y vulnera los
derechos humanos de la población en general, y de las mujeres y el colectivo
LGBT en particular (….) desde hace varios años existe un crecimiento
exponencial de mujeres detenidas por este tipo de delitos”, advierte un informe
de la Procuración Penitenciaria. Según este reporte las mujeres presas en
América Latina son en su mayoría “jóvenes, sin antecedentes penales, madres
solteras, jefas de hogar con baja escolaridad, responsables del cuidado de sus
hijios/as y de otras personas integrantes de la familia”. No hay un único
modelo que explique su participación en el tráfico nacional o internacional:
“algunas se involucran por necesidad económica, otras como parte de un estilo
de vida o, en algunos casos, bajo engaño”.
“Quiero
seguir adelante”
Durante
su cautiverio, Claudia imploraba que le creyeran. También pedía ir al médico,
porque estaba embarazada, y de hecho dio a luz estando presa a Sheila
Jazmín, que ahora tiene cinco meses. Con la beba se subió a un micro de larga
distancia en cuanto el juez Hansen -el mismo que la había procesado con prisión
preventiva– la autorizó a viajar por un mes para estar con Fernando, en los que
posiblemente fueran sus últimos días. Claudia está separada, y vivía con
su papá, Joaquín, antes de caer presa, tiene otras dos hijas, Brenda, de 12
años, y Mia de 5. Todos las esperaban, con una mezcla de angustia y alegría.
Parecida a la que ella misma cuenta que sintió al ver a “Fernandito”: “Estaba
feliz y también triste. Me dolía verlo en el estado que estaba. Y a la
vez me daba felicidad estar aunque fueran los últimos días. El me esperó. Sólo
Dios sabe por qué pasan estas cosas”, suspira. Claudia está aliviada, ahora,
con la noticia de su excarcelación, siente que “se hizo justicia”. “Pero ya no
quiero recordar, quiero seguir adelante, trabajar y estar con mis hijas”,
enfatiza.
Su
defensor, Reynoso, pidió ahora su sobreseimiento. En un escrito de 14 páginas
resaltó que “las mujeres que incursionan en el delito de contrabando de
estupefacientes suelen ser víctimas de profundas condiciones de pobreza y
vulnerabilidad y han señalado que se dan motivos económicos concretos como la
necesidad de pago de tratamientos médicos para un miembro de la familia.
También la Comisión Interamericana de Derechos Humanos realizó este vínculo
entre pobreza, género y delitos de droga: “la pobreza, la falta de
oportunidades, las barreras al acceso a la educación ponen a mujeres y niñas en
situaciones vulnerables y hacen de ellas objetivos fáciles de la delincuencia
organizada. De hecho, las mujeres con bajos niveles socioeconómicos y
educativos figuran entre las personas de mayor riesgo de ser utilizadas para
participar en operaciones delictivas como victimarias o como traficantes”.
Reynoso señaló, además, que después del fallecimiento de Fernando, el Estado
boliviano reconoció la falta de oportunidades que tuvo Claudia, lo que la ponía
en una especie de callejón sin salida cuando la vida de su hijo corría peligro
palpable. Además sostuvo que una suerte de “estereotipo de criminalización”
cayó sobre ella, igual que sucede con otras mujeres, por su “género, clase y
localización geográfica”. “No valorar cómo la historia personal signada –subrayó
el defensor– por un contexto de desigualdad estructural, ha determinado la
elección de la Sra. Suárez Eguez, implica una práctica discriminatoria, bajo el
velo de una supuesta neutralidad”. La Procuración penitenciaria planteó –y
ahora habrá que esperar respuesta judicial– que las crueles circunstancias
vividas por Claudia, con su detención y la muerte de su hijo, deberían ser
consideradas “una pena natural”.
La economía del país ha crecido
una media del 5% en los últimos diez años y la inversión pública se ha
quintuplicado. La clase media alcanza ya al 60% de la población.
Expansión de España
(www.expansion.com)
Bolivia
está viviendo una etapa de intensa expansión económica. Este año, su Producto
Interior bruto (PIB) aumentará en un 4,3%, en línea con la media de más del 5%
que ha estado creciendo durante los últimos diez años. Gracias a esta etapa de
bonanza, el país ha multiplicado por cinco la inversión pública y ha logrado
reducir la pobreza extrema desde el 42% que se registraba en 2000, hasta el 17%
del año pasado, mientras que la clase media se ha engrosado hasta alcanzar el
60% de la población.
Esa
pujante clase media ha elevado la demanda interna de productos y servicios y,
con ello, la necesidad de nuevas infraestructuras que el gobierno de Evo
Morales quiere cubrir con la ayuda de la inversión extranjera. Sobre las
oportunidades que se abren en Bolivia para las empresas españolas se debatió en
el último encuentro de Iberoamérica Empresarial, organizado por EXPANSIÓN, con
el patrocinio de Ontier, Kreab y Excelia. El encuentro fue moderado por Oscar
Massó, director de Márketing y Comunicación de Kreab y presentado por Juan
Carlos Martínez, profesor de Economía de IE Business School.
Jorge
Ramiro Tapia, embajador de Bolivia en España, insistió en la buena salud de la
economía boliviana y explicó cómo esa bonanza está sirviendo para mejorar la
comunicación terrestre entre la parte amazónica del país (que ocupa dos tercios
de la superficie total) y el altiplano. "Las ciudades amazónicas se han
ido poblando, hemos disminuido la emigración y hemos aumentado la migración
interna hacia esas poblaciones, gracias a la mejora de las infraestructuras y
los servicios", explicó Jorge Ramiro Tapia, embajador de Bolivia en
España. El diplomático añadió que "antes, los recursos económicos iban a
los intereses extranjeros pero ahora son para los bolivianos".
La
economía boliviana sigue siendo muy dependiente de los hidrocarburos, aunque en
los últimos años ha avanzado hacia la diversificación. El país cuenta con una
de las mayores reservas mundiales de litio (metal que se utiliza en las
baterías de móviles o de coches eléctricos) y está dando pasos para aprovechar
al máximo su enorme potencial agrícola.
"Podemos
ser la gran tecno-agrópolis del siglo XXI; estamos produciendo solo el 10% de
todo nuestro potencial y podemos tecnificar el agro y producir más",
aseguró Patricia Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara de Industria,
Comercio, Servicios y Turismo de la ciudad boliviana de Santa Cruz, la urbe más
moderna y dinámica del país (aporta un 30% del PIB de Bolivia). Hurtado hizo
hincapié en las oportunidades de negocio que están generando dos proyectos muy
ambiciosos. El primero, la construcción de la Nueva Santa Cruz, una ciudad
inteligente que ya se está edificando cerca del aeropuerto internacional de la
ciudad. El segundo proyecto es el corredor Bioceánico, que unirá en 2024 a
través de una vía férrea los puertos de Santos en Brasil y de Ilo en Perú.
"Este corredor tendrá un impacto similar al canal de Panamá", auguró
Hurtado. De los 3.700 kilómetros que ocupará, casi 1.900 se construirán en
Bolivia. El gobierno boliviano ha comprometido más de 10.000 millones de
dólares en este proyecto.
Mauricio
Saldaña, socio de Ontier en Bolivia, explicó que el país ofrece seguridad
jurídica a los inversores extranjeros aunque comentó que cuando una empresa
extranjera se instala en el país, está obligada a contratar mano de obra local
(solo un 15% de la plantilla puede ser foránea). Saldaña también explicó que en
Bolivia no hay IRPF y que las rentas mensuales menores de 1.000 euros al mes
están exentas de tributar. A partir de esa cifra hay un tipo único del 13%. En
cuanto al Impuesto de Sociedades, es del 25% "uno de los más bajos de la
región", mientras que el IVA es del 13%.
HAR
hormigones, un caso de éxito
Julio
Rodero Rodríguez, gerente de Hormigones Nalón (que forma parte del grupo HAR
Hormigones) relató en el encuentro su experiencia boliviana, que comenzó cuando
lo peor de la crisis en España obligó a esta empresa familiar asturiana a
buscar nuevos mercados en América Latina. El país elegido fue Bolivia por las
enormes oportunidades que presentaba en el terreno de las infraestructuras y la
construcción. En 2015, esta empresa española comenzó a construir una planta de
elaboración de hormigón en Oruro que funciona ya a pleno rendimiento. En esta
planta, HAR hormigones fabrica "hormigones de alta tecnología y
resistencia, en condiciones extremas de medios, altitud y temperatura".
Rodero relató que la empresa contrató personal local, que ha formado, y destacó
el buen ambiente y el compañerismo que se ha creado en el grupo, así como la
profesionalidad del personal local. La compañía española está poniendo ahora en
marcha otra planta en Potosí. Expansión
de España (www.expansion.com)
¿QUÉ ATRAE A LOS INVERSORES
LOCALES DE BOLIVIA Y PARAGUAY?
Hay más de 15.000 uruguayos con
negocios allí y la rentabilidad es la clave.
El País de Uruguay (www.negocios.elpais.com.uy)
Múltiples
causas explican por qué miles de uruguayos han decidido invertir en mercados
como el de Paraguay y más recientemente también en Bolivia. Si bien el sector
que cautivó las primeras inversiones locales en esos países fue el
agropecuario, en los últimos años rubros como el inmobiliario, el retail y los
servicios fueron ganando espacio y se espera que la tendencia se mantenga hacia
el futuro.
“La
principal razón que explica por qué los uruguayos se han volcado a invertir en
estos mercados tiene que ver con el crecimiento de sus economías que vienen
desacopladas con el resto de la región y eso genera oportunidades”, explicó en
diálogo con El País el contador y socio de CPA Ferrere, Leonardo Isoardi,
asesor de inversores y quien lidera la práctica de Business Process Outsourcing
-externalización de los procesos de negocio en español- en estos dos países.
Según
datos del Banco Mundial, la economía de Paraguay creció al 4,8% en 2017 y las
previsiones para este año señalan que lo hará un 4,3%, algo similar ocurrió con
el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia que creció 4,2% el año pasado y
cuyas proyecciones señalan que crecerá al 3,9% en 2018.
“La
economía uruguaya es una economía madura frente a las de Bolivia y Paraguay que
venían más rezagadas, eso explica que ambos países estén invirtiendo más y
generando mayores oportunidades de inversión”, explicó Isoardi.
Sumado a
la prosperidad económica, el segundo factor que explica el aumento del flujo de
inversiones hacia estos mercados tiene que ver con que han invertido
importantes cantidades de dinero en infraestructura.
Según
datos proporcionados por el socio de CPA Ferrere, solo en 2017 tanto Paraguay
como Bolivia invirtieron más de US$ 2.000 millones en obras. “Eso le dio la
oportunidad a que las grandes constructoras uruguayas puedan presentarse a esas
licitaciones donde compiten con otras firmas a nivel global”, indicó.
Sin
embargo, probablemente la causa principal por la que al menos 15.000 uruguayos
se instalaron en Paraguay tiene que ver con las altas rentabilidades que ofrece
su mercado.
“Depende
del sector pero mientras que un feedlot (engorde a corral) en Uruguay ofrece
una rentabilidad promedio de entre el 8% y en algunos casos el 10%, en Paraguay
el mismo negocio da una rentabilidad promedio del 25%, entre otras cosas porque
sus costos son menores”, explicó Isoardi.
Asimismo,
agregó que la situación se replica en el desarrollo inmobiliario donde obtienen
rentabilidades superiores al 20%.
Según
Isoardi, el aspecto tributario es importante pero no es lo que más lleva a que
los uruguayos emprendan en Paraguay. Además, el especialista advirtió que puede
que el nuevo presidente del país, Mario Abdo Benítez, comience a modificar y
limitar las deducciones de algunos de los impuestos.
“De todas
formas, no es comparable pagar una tasa del 10% frente a la del 25% que hay que
abonar acá”, sostuvo y comentó que “probablemente al uruguayo no le pese tanto
el aspecto tributario porque la rentabilidad (en Paraguay y en Bolivia) es
mucho más alta”.
SECTORES.
Si bien
inicialmente las oportunidades de negocio estaban concentradas en el sector
agropecuario, en los últimos años las opciones de inversión se han
diversificado. En el caso de Paraguay, los principales rubros que reciben a los
inversores uruguayos son el agropecuario, el inmobiliario, el de servicios y el
retail.
Este
último creció 6,1% el año pasado frente a un crecimiento de 4,4% registrado en
Uruguay y en lo que va del año han crecido 4,2% y 2,5%, respectivamente. “Esa
es una realidad de Paraguay, al crecer la economía hay más personas demandando
todo tipo de productos”, dijo el socio de Ferrere.
Un
aumento similar se ha registrado en el desarrollo inmobiliario ya que, según
datos de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat de Paraguay, para
cubrir el déficit de vivienda que tiene el país se debían invertir US$ 13.000
millones desde 2011 al 2020. “Ese mercado creciente y esa apuesta grande a la
infraestructura ha atraído a los desarrollistas uruguayos”, manifestó Isoardi.
Por otro
lado, en el caso de Bolivia -que aún no llega al nivel de desarrollo de
Paraguay- la mayoría de las oportunidades se han presentado de la mano de los
desarrollos inmobiliarios y los negocios rurales.
PERFIL.
Sobre las
características de quienes han decidido emprender en estos dos países, Isoardi
señaló que suelen tener en común un grado alto de aversión al riesgo.
“Depende
del rubro, pero tanto el que apuesta por Paraguay o Bolivia son personas que
están más dispuestas a arriesgarse. Si se compara con el uruguayo más
tradicional que prefiere dejar su dinero seguro en un banco, la particularidad
de quienes buscan oportunidades fuera de fronteras tiene que ver con animarse”,
indicó.
FUTURO.
¿Qué se
puede esperar que ocurra en los próximos años? ¿Hasta cuándo será Paraguay y
Bolivia un polo de atracción de inversiones?
Según el
experto, el crecimiento del año que viene estará en el sector de la
construcción y eso ocurrirá tanto en Paraguay como en Bolivia.
“Claramente
el aumento de inversión en infraestructura responde a que ambos países estaban
rezagados en esta materia pero hay que aprovechar la oportunidad. Mientras que
Uruguay invierte el 4,5% del PIB en obras, Paraguay invierte el 5,3% y Bolivia
12,6%”, explicó el experto de CPA Ferrere.
Otro
aspecto que será clave, sobre todo para Paraguay, es conseguir el grado
inversor.
Actualmente,
la calificadora internacional Moody’s le otorga una nota de Ba1 con perspectiva
estable, lo que significa que se encuentra a tres escalones de llegar a
obtenerlo.
“Si eso
pasa cambiaría mucho el escenario, quizás no el año que viene ni el otro, pero
los paraguayos van tendiendo a eso, son conscientes y quieren conseguirlo”,
concluyó Isoardi.
La
importancia de un socio local que conozca el mercado
Para un
inversor puede ser un desafío emprender en su país de residencia pero -según
Leonardo Isoardi, asesor de inversores y socio de CPA Ferrere- eso se
complejiza aún más cuando se piensa en hacer negocios fuera de fronteras ya que
se debe conocer cómo funciona el mercado. “Eso es lo primero que debería tener
en cuenta un inversor que esté por iniciar operaciones en otro país”, indicó.
Con igual
importancia, Isoardi recomendó que quienes vayan a dar sus primeros pasos en el
exterior, tanto en Bolivia como en Paraguay, intenten desembarcar de la mano de
un socio local que los asesore.
“Cuando
viajamos solemos buscar similitudes y asociaciones entre cómo funcionan los
negocios de ese país con el nuestro pero por más que encontremos en Paraguay
aspectos similares, no funciona igual y en el momento en que notemos esa
diferencia es mejor estar acompañados de alguien local”, dijo el experto.
Si bien
las complejidades a las que un potencial inversor puede enfrentarse al
desembarcar en nuevos mercados varían según el negocio, el socio de Ferrere
manifestó que las principales restricciones y desventajas están asociadas a la
falta de personal altamente calificado, la informalidad de las empresas, y la
falta de seguridad jurídica.
Según
explicó el especialista, específicamente en Paraguay el aspecto más negativo es
la dificultad para conseguir personal altamente calificado y en Bolivia las
desventajas radican en el tiempo que se requiere para realizar trámites debido
a la alta burocratización, así como también en la informalidad laboral (solo el
30% de las empresas está registrada).
Un
aspecto a tener en cuenta en ambos mercados es la estructura societaria de la
empresa, dado que en ninguno de los dos países se puede conformar una sociedad
con un solo socio sino que se requieren al menos dos. A su vez, la normativa
exige que los directores de la compañía deban ser locales.
BANCA EN BOLIVIA ES SÓLIDA Y
SOLVENTE, AFIRMA DIRECTORA DE ASFI
Spanish People Daily de China (www.spanish.peopledaily.com.cn)
El
sistema financiero en Bolivia y la banca se encuentran "sólidos y
solventes" con crecimiento en patrimonio, créditos, depósitos y
cumplimiento de las metas de financiamiento destinadas al sector productivo y
de vivienda de interés social, evaluó la directora de la Autoridad de Supervisión,
Ivette Espinoza.
"Estamos
en la capacidad de afirmar que Bolivia goza de un sistema financiero sólido con
importante crecimiento", expresó en entrevista con Xinhua la directora de
la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) de Bolivia.
"Por
lo que la sostenibilidad del sistema está asegurada para continuar
contribuyendo al desarrolla del país", dijo.
Argumentó
esta postura en concordancia con el informe del Banco Central de Bolivia (BCB)
que señaló que el sistema de intermediación financiera se comportó de manera
estable y segura en el primer semestre de 2018.
Lo hizo
bajo un contexto de expansión económica mundial que continuó recuperándose a
ritmos diferenciados con una proyección del crecimiento global para este año.
De
acuerdo con la experta financiera, el repunte gradual del crecimiento de las
economías latinoamericanas fue consecuencia del mayor dinamismo de la demanda
externa, aumento de remesas hacia la región, y una mayor dinámica de la
inversión y el consumo.
Señaló
que la dinámica de la macroeconomía boliviana genera un sólido y estable
desempeño del sistema de intermediación financiera, que se reflejó en adecuados
indicadores de solvencia, con un nivel de "bolivianización" de
créditos y depósitos en ascenso.
Se
reflejó, además, en mejores indicadores de acceso a los servicios financieros,
lo que posicionó a Bolivia como uno de los países de la región con mayor
inclusión financiera.
Espinoza
destacó en ese sentido la implementación de varias medidas ejecutadas por el
BCB para disminuir una mayor exposición al riesgo de liquidez del sistema
financiero.
Dijo que
los bancos han cumplido la meta establecida por ley, tras el plazo de 5 años
para hacerlo en cuanto a los niveles mínimos de cartera productiva y vivienda
social.
El decreto
del 18 de diciembre de 2013, establece que los bancos múltiples deberán
mantener un nivel mínimo de 60 por ciento del total de su cartera, entre
créditos destinados al sector productivo y de vivienda de interés social.
La
cartera destinada al sector productivo debe representar al menos el 25 por
ciento del total.
Otro
elemento importante que demuestra la estabilidad y solvencia del sistema
financiero boliviano es la mora bancaria que se mantiene entre una de las más
bajas de la región, según Espinoza.
El 98 por
ciento de quienes asumen un crédito son buenos pagadores, es decir, el 2 por
ciento corresponde a mora bancaria, según datos hasta agosto de 2018.
"Se
destaca que Bolivia se ubica entre los países con menor índice de morosidad de
Latinoamérica, pese a un contexto económico internacional adverso",
subrayó la directora de la Asfi.
"El
sistema financiero en toda Bolivia continúa creciendo. Es un elemento
fundamental en un contexto internacional donde hay dificultades en la
región", completó.
Para la
directora de la Asfi, este índice que se mantiene estable en ese promedio desde
el 2010, muestra que la cultura del buen pagador se impone al cumplirse las
obligaciones asumidas por la gente, además de que hay varios factores que
permiten esa dinámica.
En
Bolivia, la mora en bancos se redujo de 17,6 por ciento (2002) a 2 por ciento
en agosto pasado, según el historial del BCB y del Ministerio de Economía.
Uno de
los factores para la disminución de la mora es la política de
"bolivianización" que aplica el BCB.
Esta
política de "bolivianización" significa la recuperación de la
confianza en la moneda nacional respecto del dólar, medida implementada desde
el 2006.
"Esta
medida fomentó el uso del boliviano (moneda nacional) en todas las
transacciones como el ahorro y los préstamos", dijo.
Significa,
además, que los precios de los productos se expresen en la moneda nacional,
"a fin de que no se vean afectados con la cotización del dólar".
Para
Espinoza, el crecimiento de cifras positivas en la banca en utilidades,
depósitos y créditos, además de la baja considerable de la mora en los últimos
10 años, son reflejo de lo que ocurre en la economía boliviana.
New York Times de EEUU (www.nytimes.com/es)
La caza
empezó al anochecer, con la luz de una media luna y un coro de ranas que pronto
se callaron cuando escucharon el sonido de los rifles. Los cuerpos fueron
arrastrados a la cubierta de tres barcos: fueron seis caimanes esa noche y
catorce en la siguiente. Algunos medían hasta 2,5 metros.
A medida
que la gastronomía salta de una tendencia a otra, la búsqueda del próximo gran
platillo se ha vuelto una cruzada constante para muchos restaurantes de moda.
El papel de los chefs también ha cambiado: en la actualidad los mejores
cocineros no solo son los que sirven la comida, sino que además son
grandes narradores que cuentan quién, cómo y dónde encontraron sus
ingredientes.
Fue por
eso que me sumé a un viaje de algunos de los chefs más destacados de los Andes
al lago Colorada, al noroeste de Bolivia, hábitat del caimán blanco o cachirre.
Cada
cierta cantidad de años, un grupo de cocineros y dueños de famosos restaurantes
de Bolivia, Argentina y Perú contratan embarcaciones para visitar lugares que
definitivamente no están en la guía Michelin y adonde no llegan los críticos
gastronómicos.
Aquí, en
el lago y a lo largo del río Beni en la Amazonía boliviana, los restauranteros
buscaban algo nuevo que cocinar.
Dijeron
que podía unirme a su aventura. Un día de octubre llegamos al pueblo indígena
de los tacanas, donde acababa de comenzar la temporada de caza.
Los
tacanas enviaron una delegación para darles la bienvenida a los visitantes: un
escribano que toma las medidas de los caimanes, un anciano que filetea y dos
francotiradores que mascaban hoja de coca, lo que los ayuda a mantenerse
despiertos en la noche para buscar en canoa a los caimanes a partir del reflejo
de la luz de una linterna en sus ojos.
La caza
de caimanes no iba a ser la única historia para los chefs en este viaje en
busca de alimentos exóticos.
También
estaba, por ejemplo, el cuento del paiche, un pescado de agua dulce que parece
algo prehistórico y es similar a la carpa, pero mucho más grande.
O la
anécdota de los granos de cacao de árboles que crecen alrededor del pueblo de
Carmen del Emero y que, al caer, se vuelven composta junto con higos y
excremento de jaguar.
Al igual
que la historia del tuyo tuyo, larva de escarabajo que vive en un árbol de
palma amazónico y que por mucho tiempo se ha considerado una exquisitez en la
zona; ahora es parte del menú de Gustu,
restaurante en la capital boliviana.
“Estamos
viendo cosas que cuelgan en sus cocinas, alimentos que no creen que les
interesarían a las personas en las ciudades”, dijo Marsia Taha, la chef
principal de Gustu, a los ancianos del pueblo. “Esas son las cosas que queremos
comprarles”.
Los
relatos sobre los alimentos surgen de ambos lados; a veces son los visitantes
los que les enseñan a los locales qué es comestible en la jungla.
“Callampa”,
dijo Mauricio Barbón mientras señalaba hacia un tronco caído que tenía
capas de hongo. Barbón es el jefe principal de Amaz, un restaurante en Lima,
Perú, especializado en ingredientes amazónicos.
“Nunca lo
hemos probado”, dijo, intrigado, Javier Duri Matías, joven líder tacana que nos
estaba mostrando el bosque.
El hongo
se asemejaba a una oreja. Barbón explicó que su receta requiere blanquear el
hongo en agua antes de servirlo. Arrancó un pedazo y lo masticamos: notamos su
sabor picante al tiempo que deseábamos que el chef no se hubiera equivocado
sobre el tipo de hongo.
Los
reptiles en el lago son un experimento tanto para los conservacionistas como
para los cocineros. Se estableció un programa de gestión con límites sobre
cuántos de los reptiles pueden ser cazados, hasta qué tamaño y en qué momento
del año. Los tacanas ahora ganan más dinero de la venta de pieles certificadas
para fines de exportación que lo que ganaban cuando no había control sobre la
caza.
Ahora el
clan también puede vender la carne a los chefs.
“La carne
siempre estuvo sobre la mesa, por decirlo así, como una posibilidad que les
permitiera aprovechar más a cada animal”, dijo Rob Wallace, director de la
oficina boliviana de la Wildlife Conservation Society, organización de la
sociedad civil que ayudó a los tacanas a desarrollar el plan de conservación
del caimán.
La caza,
que dura varias semanas de octubre, es un asunto familiar. Las madres ayudaban
a despellejar mientras sus bebés se mecían en una hamaca cercana. Otros en el
pueblo jugaban con una tortuga de río que estaba volteada sobre su caparazón y
no podía enderezarse.
El caimán
no fue la única carne del menú que prepararon los residentes de la zona.
Durante
una comida, los chefs vieron un tapir que ya se estaba rostizando y probaron
las costillas.
“Nunca
había visto uno desmembrado así”, dijo Barbón. “Está delicioso”.
Bernardo
Renikowski, gerente de un restaurante que también trabaja como DJ, después
llegó con dos hombres tacanas armados con machetes y un tazón con una fruta
rojiza y ligeramente fermentada llamada kecho, que compartió con Taha y Barbón.
“No tiene
mucha carne, pero podría mezclarse en un coctel”, opinó Taha después de probar
la fruta.
Para
cuando los chefs voltearon de nuevo hacia la fogata, el tapir ya no estaba y
había en su lugar una tortuga gigante de río; estaba sobre la parrilla con
el caparazón roto y relleno de papas y chiles.
En su
recetario, los tacanas tienen varias opciones para cocinar la peta, como le
dicen a la criatura, pero los cocineros lucían dudosos sobre el sabor de las
tripas viscosas, la piel y las patas servidas sobre una cama de arroz.
“No sería
legal vender este tipo de carne de cualquier manera, aunque los tacanas pueden
servirla en su pueblo”, dijo Taha.
“¿Quién
dijo que se las venderíamos aunque fuera legal?”, respondió Eduardo Cartagena,
uno de los líderes del pueblo, mientras degustaba la tortuga.
Cuando
cayó la noche, los tacanas regresaron al lago Colorada. Yo iba sentado en la
parte trasera de una canoa mientras René Rubén Lurici Aguilara, uno de los
cazadores, iba en la proa con una linterna apretada entre su hombro y su
barbilla, con el rifle enfocado en la superficie del agua.
Se
alcanzaron a ver los ojos de un reptil, con reflejos de color dorado por la luz
de la linterna. El hombre apuntó, pero no con suficiente rapidez. El caimán se
sumergió de nuevo.
Ese
corrió con suerte.
Para la
una de la mañana, el barco estaba repleto con los cuerpos de cinco grandes
reptiles.
Gustu ha
vendido la carne de caimán desde hace algún tiempo, pero el limeño Amaz no ha
tenido suerte en conseguir la licencia para importar la carne a Perú.
Aun así,
durante el desayuno, el chef de Amaz, Barbón, intentaba imaginarse todas las
maneras en las que podría cocinarla para sus clientes, entre los que contaba al
célebre chef Anthony Bourdain.
“Podríamos
freírla”, dijo. “¿Qué harían ustedes?”.
“Intentamos
usar todo, hasta la cola”, respondió Gabriela Lafuente, dueña de El Baqueano,
en Buenos Aires, que compra su carne de una granja de caimanes en Argentina.
Los chefs
voltearon a ver a Marcelo Sáenz, colega suyo de Jardín de Asia, en La Paz.
Lo pensó
por un momento y dijo: “Sushi de caimán”.
UN CASO BISAGRA
Página 12 de Argentina
(www.pagina12.com.ar)
Andrés
Reynoso, es defensor público en Jujuy, ante los tribunales federales; lo fue
también en Orán, Salta. Zonas “calientes” atravesadas por la problemática del
narcotráfico y otros fenómenos emparentados. A él suele tocarle asistir a los
más débiles en esta historia, que son tratados como delincuentes o victimarios,
pero a quienes él ve en buena medida como víctimas. Cada mes, cuenta, de las
cuarenta causas en las que le toca defender a alguien, unas treinta personas
son por lo general mujeres, que llegan con pequeñas cantidades de droga de
zonas extremadamente pobres de Bolivia. En una entrevista con esta cronista, en
el programa Gente de a Pie (Radio Nacional Folklórica), explicó que el sistema
apunta a “agarrar a las personas que transportan y no son dueñas de la droga,
pero no buscan al eslabón que tenga mayor jerarquía”. Cambios en la relación y
dentro de Bolivia a partir del caso de Claudia Suárez.
–¿En qué
consiste el trabajo de defensoras y defensores oficiales en estas zonas de
frontera?
–En la
zona de frontera tenemos policompetencia. Vemos todos los temas que tienen que
ver con el fuero nacional, desde jubilaciones o amparos por salud, hasta
delitos como narcotráfico, contrabando, tenencia de armas, trata de personas.
En la defensa pública, tenemos hasta un noventa por ciento de las causas que se
llevan adelante en los juzgados.
–¿Qué le
pasa a usted, desde el punto de vista personal y humano cuando se encuentra con
casos como el de Claudia?
–Acá
tenemos un contacto personal y una entrevista muy larga con quienes llegan y
necesitan defensa pública. Lo hacemos en un ambiente cuidado. Cuando las
personas se encuentran con el defensor en el juzgado, es común que se confundan
y piensen que el defensor es un empleado del juez. Eso hace difícil la defensa:
imposible que cuenten algo. Imagínese que la persona llega, la detienen, queda
incomunicada, no puede hablar con su familia y llega alguien y le dice
‘cuénteme la verdad’. Entonces tenemos una larga charla y explicamos cómo
es el sistema en Argentina. Recepcionamos así estas historias, que tienen
cada una su particularidad, pero siempre, siempre, hablamos de personas
en situación de vulnerabilidad, que han llegado a cometer algunas acciones
porque las han visto como última salida. Aunque no son siempre justificables
para una mirada legal. Cuentan que quizá los hijos quedaron con un vecino o con
el hijo de 12 años, porque pensaron que era un viaje de 48 horas. Es demasiado
duro y complejo. Uno trata de buscar herramientas defensivas, y no son muchas
las que tenemos. Hay que contarle a partir de ahí que seguramente se va a
enfrentar a una condena y como mínimo va a estar dos años en el país. En
general es gente que trae poca cantidad de estupefacciones. Quedan dos años y
los expulsan. Es complicado el trabajo porque muchas veces son historias
difíciles de probar. Además hay poca colaboración del Estado plurinacional de
Bolivia y nos pasa también con Paraguay.
–¿La
actual ley de estupefacientes está pensada para este tipo de casos?
–Estos
casos de los que hablamos son personas que cometen acciones que caen dentro de
la ley actual, aunque se supone que está pensada para los grandes
narcotraficantes, no para los eslabones chiquitos. Pero tenemos muchas personas
que nos cuentan: “yo le dije al gendarme que me hice un viaje de 400 o 500
kilómetros y no sé a quién se la tengo que dar (la droga), y le digo por qué no
me deja terminar el circuito y me acompaña para poder determinar quién es el dueño,
que claramente no soy yo, pero eso en ningún caso se hace”. El sistema apunta a
agarrar a las personas que transportan y no son dueñas de la droga, pero no
buscan al eslabón que tenga mayor jerarquía. No le dan intervención ni al
fiscal ni al juez. Esto puede estar organizado en el estado plurinacional o
bien en el lugar de recepción. Pero el que lleva, no tiene más injerencia que
esa. Alguien le saca una foto en Bolivia y una persona que está con esa foto la
está esperando quizá en Liniers. Igual después pretenden que de información.
¿Qué información va a dar si realmente no la tiene?
–¿Cómo
fue con Claudia? ¿Les contó de entrada su situación?
–Apenas
fue detenida contó todo. Les dijo a los gendarmes que su hijo había sido
diagnosticado con cáncer y que en Bolivia ese tratamiento se paga. “Si no pago
el tratamiento mi hijo se va a morir”, les dijo. Recién había sido
diagnosticado. Ella sostuvo eso ante cada situación en la que tuvo que
defenderse. Nosotros con toda esta complejidad, empezamos con la médica y
los familiares a conseguir algo. Era un diagnostico reciente, y había empezado
por medio de una fundación a poder financiar una parte del tratamiento. Pero
otra la tenía que aportar ella. Ahí es cuando se viene y deja a su hijo a cargo
de la abuela, sin recursos. En marzo, Claudia tenía una información algo
distorsionada por parte de los parientes, que querían que no se preocupara y
los hijos creían que estaba trabajando. La médica se comunica con nosotros nos
da una línea de tiempo: Fernando empezó tratamiento, lo abandonó y volvió
a la clínica con el cáncer avanzado y le amputan la pierna. Les planteamos a
los jueces que estábamos ante un estado de necesidad justificante o exculpante.
Pero los jueces no dieron crédito.
–El fallo
de Cámara dice expresamente que no le creen.
–Es un
fallo inentendible, desde lo que se resuelve, lo técnico. Dicen que los
certificados no sirven porque son copia simple y luego solo están los dichos de
la mujer. Aquí se visualiza esta concepción de que cualquier persona es capaz
de decir que el hijo se está por morir (para salir de la cárcel). Deberíamos
bajar los estándares. Si hoy hay que probar todo con copia certificada y un
acta notarial, es reducida la población que puede llegar a ese nivel de prueba.
–¿Con
cuantas historias similares se encuentra cada mes?
–Hay
meses que de cuarenta causas que ingresan, treinta son situaciones muy
complejas de personas que vienen de un sector muy empobrecido de Bolivia, por
lo general mujeres, con educación muy básica, madres que dejan hijos chiquitos
allá.
–¿Advierte
un trato diferencial hacia las mujeres?
–Lo
advierto hacia los extranjeros. Lo que hay con las mujeres es una crítica: cómo
va a dejar a los hijos, cómo no busca ayuda o no tiene ayuda del padre. Se le
imponen roles desde una mirada machista.
–¿La
excarcelación de Claudia es excepción?
–Es un
caso excepcional. Es la primera vez que veo la excarcelación de un delito como
éste. Se ha involucrado finalmente el estado plurinacional en la situación
concreta y ha generado, no sé si en voz alta, un diseño de políticas públicas
para la efectivización del derecho a la salud. Esa intervención no la teníamos.
No contábamos con eso ni para recibir un certificado de nacimiento.
CHILE RECIBE GAS ARGENTINO
Sin embargo del título hay un
triángulo geopolítico comercial inseparable: Argentina, Bolivia y Chile.
El Nacional de Venezuela
(www.el-nacional.com)
Guste o
no van a haber relaciones de dependencia comercial, concretamente de venta de
electricidad y gas entre Bolivia, Argentina y Chile y Argentina con
Chile.
Recientemente
Argentina inició exportación de su propio gas natural –no del que compra de
Bolivia–, desde el principal reservorio de petróleo y gas no
convencional denominado Vaca Muerta, hacia Chile en una acción que el
ministro de Energía argentino, Javier Iguacel, justificó diciendo que “el gas
es un recurso que está disponible para los pueblos hermanos y no hay ninguna
razón para que no lo disfrutemos todos". Bien. Es así la integración
energética y es el comercio.
El
comercio no tiene ideologías ni enemigos, excepto la izquierda que odia al
comercio privado y que aún busca utilizar –mal utilizar– al petróleo y gas como
herramientas de presión o de acomodo de fichas.
Chile y
Argentina, con presidentes liberales alejados del populismo de la izquierda
estatista, suscribieron en abril pasado un Protocolo de Acuerdo de exportación,
importación, comercialización y transporte de energía eléctrica y gas natural,
eliminando burocracias, barreras y restricciones normativas que existieron por
más de una década.
Serán 1,3
millones diarios de metros cúbicos de gas argentinos rumbo a Chile
(transportados a través del gasoducto Gas Andes, de 463 kilómetros de
extensión), en contratos de tipo interrumpible y por temporada (octubre/abril).
Así son los negocios: privados acuerdan bajo mirada –no intervención– del
Estado.
Chile va
a utilizar el gas argentino para generación eléctrica y para la industria,
de metanol.
¿Cómo
queda el tercer jugador de este triángulo geográfico como es Bolivia?
El ex
ministro de Hidrocarburos boliviano, respetado amigo y maestro don Carlos
Miranda, le dijo a la prensa que “se avecina un panorama adverso para la
comercialización del gas boliviano, toda vez que Argentina anunció bajar la
demanda”. De continuar como están las cosas en Bolivia, nada de error hay en
esa frase: los dos únicos mercados que atiende Bolivia exportando gas son
Brasil y Argentina. Brasil vence contrato en 2019 y Argentina está caminando a
su “independencia” energética. Aún le falta, pero va en el camino correcto, en
tanto que en Bolivia persiste una dura visión populista sobre algo que tendría
que ser un negocio y punto.
Bolivia
vende a argentina aproximadamente 12 millones de metros cúbicos día, cuando el
mínimo acordado fue 17 millones de metros cúbicos día. A Brasil vende 30
millones de metros cúbicos día de un contrato que se vence al año.
No hay
posibilidad de incrementos de envíos, ni de nuevos mercados para Bolivia porque
sencillamente no hubo inversiones privadas a escala en Bolivia que permitan,
5-10 años después del ciclo de maduración, tener gas “a la mano” para disponer
y vender.
Ciertamente
ni Brasil ni Argentina van a dejar de comprar gas boliviano: esa es la buena
noticia. Pero lo que sí va a cambiar es la relación de precios, volúmenes y
formas de negociación: pueden ser contratos perfectamente interrumpibles y
negociables de tanto en tanto.
Aún no
creo la predicción del ministro argentino de Energía, que indicó que con
proyectos propios Argentina procura reducir importación de gas y en 2020 dejar
de comprar a Bolivia.
De
todas formas la creatividad y la innovación del capital privado en Argentina
impulsaron a Vaca Muerta a tal punto que esa inversión está, de alguna manera,
dándole cierta independencia energética del gas boliviano.
La
reflexión es sencilla: el liberalismo económico, la libertad en normas que no
son populistas y una visión de mercado están conduciendo a que Argentina tenga
mejores opciones de generar energía a menor coste, consiguiendo cumplir con su
mercado y tener excedentes –cuando los tenga– para vender a otros mercados.
Chile va a buscar energía de donde sea. Bolivia sigue atada a la visión
unidimensional populista pensando que el gas es herramienta “del Estado”,
cuando en realidad debería ser instrumento de generación de inversión privada
para modernizar al país.
ARGENTINA INVERTIRÁ $30 MILLONES
EN CORREDOR BIOCEÁNICO
Logy News
de Argentina (www.noticiaslogisticaytransporte.com)
La
ampliación y mejora de la ruta 7,
que fungirá como el corredor bioceánico entre Argentina
y Chile, recibirá una inversión de casi 30 millones de dólares en 15 meses.
El
Gobierno de la provincia de Mendoza ha abrió los sobres de dos licitaciones
para las obras, que contemplan además, en el tramo de Agua de las Avispas con
Potrerillos, trabajos de seguridad en la ruta que comunica Potrerillos y Uspallata,
con defensas aluvionales.
El
gobernador de Alfredo Cornejo aseguró que están enfocados en el camino a Chile
porque es un motor de desarrollo para Mendoza. “Necesitamos más comercio
exterior con este valor del dólar competitivo, y para eso debemos tener caminos
accesibles”.
Los
trabajos a ejecutar incluyen la pavimentación de banquinas, la prolongación de
carriles adicionales para adaptar el corredor a la modalidad de ruta segura, el
ensanche de la calzada de cuatro puentes y la construcción de un
intercambiador.
El
sistema de seguridad comprende la instalación de una malla de alambre de acero
reforzado, una red de anillos del mismo material y barreras o pantallas
dinámicas, diseñadas para interceptar y retener la caída de rocas.
Autoridades
de Chile y
Argentina acordaron avanzar en su proyecto de crear un corredor
bioceánico que conecte puertos en ambos países y ambas costas, como lo hacen
Brasil, Paraguay, Bolivia y Perú.
LOS RITMOS DE BOLIVIA DESLUMBRAN
EN ECUADOR
El Comercio de Ecuador (www.elcomercio.com)
La Casa
de la Cultura Ecuatoriana (CCE) y la Embajada de Bolivia en Ecuador presentaron
la VIII Edición del Festival de Danzas Bolivianas en Ecuador (Fesdabec) 2018.
En el evento, que duró más de cuatro horas, participaron cerca de dos docenas
de compañías y grupos de baile ecuatorianos. Estos casi 300 bailarines
mostraron lo mejor de las expresiones culturales de Bolivia. Un detalle que se
elogió en el evento fue la belleza de los trajes llenos de color, sus
originales formas y brillo, que deslumbraron a los presentes.
“Contamos
con 17 grupos y cada uno está integrado por unos 30 bailarines y además, otras
tres agrupaciones invitadas participarán”, comentó el embajador de Bolivia en
Ecuador, Juan Enrique Jurado. Los ritmos seleccionados por los danzantes
fueron: diabladas, caporales, sayas, tinkus, chacareras y morenadas. Los
representantes de la Embajada de Bolivia en Ecuador entregaron reconocimientos
a todos los participantes.
Tras
mostrar su talento hubo tres grupos de baile ganadores: Jatun Ñan Danza,
formado por miembros que viven en el sector de San Diego, en el Centro
Histórico de Quito; Centro de Formación Dancística Machachi, perteneciente al
cantón Mejía, y Fraternidad Folclórica y Cultural Caporales Universitarios San
Simón Cochabamba, habitantes del barrio San Marcos, ubicado en el Casco
Colonial de la urbe.
En
estaVIII Edición del Festival de Danzas Bolivianas en Ecuador (Fesdabec) 2018,
en cada interpretación se demostró la fuerza, colorido y esplendor de los
ritmos. Los bailarines recibieron aplausos del público, que mostró su gratitud
también con gritos de aliento. El objetivo de este espacio, esperado por muchos
ecuatorianos y bolivianos residentes en Ecuador, es colocar el folclor del
Estado Plurinacional de Bolivia en los ojos y el corazón de la Mitad del Mundo.
Entre los
participantes estuvieron: Danza Latinoamericana Andinukuna, los ballets
folclóricos Killa Wañuy, Ñucanchi Pura, Sangre Caliente, Nina Kallpa, Pasión
Andina y Sol Naciente, Grupo Luz de Luna, el Ballet Artístico Sol Andino, Killa
Ñan Ballet Andino y Jatun Ñan Danza Latinoamericana. La lista la completaron:
Fraternidad Folclórica y Cultural Caporales Universitarios San Simón Cochabamba
Filial Ecuador, el Ballet Pluricultural Wara Sisa, el Centro de Formación
Dancística Machachi, la Agrupación Cultural La Sociedad y la Compañía Integral
de Danza Saray.
POPULISMO: EL PROBLEMA SON LOS
LÍDERES
La Haine de Venezuela
(www.lahaine.org)
La
sociología histórica trató como populistas a varios procesos políticos
sucedidos en América Latina: Getulio Vargas (1930-1945; 1951-1954) en Brasil,
Lázaro Cárdenas (1934-1940) en México, Juan Domingo Perón (1946-1955;
1973-1974) en Argentina; además se incluyó a otros partidos y caudillos como el
APRA fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre (1930) en Perú, y también a la
Revolución Nacional de Bolivia (1952). En Ecuador habría que incluir a
Concentración de Fuerzas Populares (CFP) fundado (1949) por el “capitán del
pueblo” Carlos Guevara Moreno y a José María Velasco Ibarra, aunque en forma
relativa, pues sus dos últimos gobiernos, a partir de 1960, no encajan en los
populismos clásicos. He sostenido que también habría que incluir a los gobiernos
de la Revolución Juliana (1925-1931).
El populismo
clásico se caracterizó no solo por los liderazgos personales y la
movilización de masas, sino porque esencialmente marcó el momento decisivo de
la ruptura y superación del régimen oligárquico, frente al cual el
desarrollo del capitalismo ya era un paso de avance y progreso, que es lo que
no comprendieron los marxistas tradicionales, que atacaban a los populistas
como simples expresiones de la modernización capitalista y del fortalecimiento
de las burguesías.
Pero el
término “populismo” fue adquiriendo distintos significados que igualmente se
referían a diversas circunstancias, como puede advertirse en el capítulo que
sobre el tema ofrece el libro Teoría, acción social y desarrollo en América
Latina (1976), de Aldo Solari, Rolando Franco y Joel Jutkowitz una de las
más serias síntesis sobre la ciencia social latinoamericana hasta la década de
los setenta.
Hoy se
califica como “populista” a cualquier expresión política que utilice el
discurso con apelación a lo popular; pero el populismo actual no es más
que una simple forma de hacer la política mediante acciones de reclutamiento,
movilización, clientelismo o simple discurso. El término ha sido vaciado del
contenido científico originario. Solo expresa fórmulas de captación social, al
servicio de cualquier tendencia, desde la izquierda hasta la derecha.
Sin
embargo, una obra como la de Axel Kaiser y Gloria Álvarez (El engaño
populista, 2016) solo concibe la “ruina” de los países latinoamericanos
como fruto del “populismo” de izquierda, que lo contraponen al proyecto de la
“libertad” encarnado en la economía neoliberal, sin ver el desastre social que
este tipo de “modelo” ha provocado en todos los países donde se ha implantado y
éste sí en forma contraria a lo que ha ocurrido en los países de los
“populismos” izquierdistas, en los que el Estado ha garantizado modernización y
servicios a los ciudadanos, contra la hegemonía del capital.
Francis
Fukuyama, el afamado [o más bien tristemente célebre] politólogo que previó el
“fin de la historia” en la era de la globalización, en su reciente libro Identity:
The Demand for Dignity and the Politics of Resentment (2018), realiza un
análisis especialmente significativo para el tiempo actual. Ha sostenido que no
habría escrito este libro si Donald Trump no triunfaba. Y señala que el
populismo ha sido útil en el pasado, aunque el problema son los líderes,
pues Trump representa a los “oportunistas” que toman ventaja del descontento y
de los miedos de muchos ciudadanos.
En pasadas
entrevistas, Fukuyama subrayó que el auge del populismo “es sólo un aspecto en
la evolución de la democracia moderna. Pero no cuestiona nada seriamente”; y,
además, ubicó al presidente Andrew Jackson (1829-1837) como un ejemplo del
“peor” populismo, pues durante su mandato (y mucho tiempo después) los EEUU
tuvieron administraciones deficientes y corruptas. Pero en su libro cita como
populismo “constructivo” al de Franklin Delano Roosevelt (1933-1945) y su
política de New Deal. Un tipo de populismo “útil” en Ecuador sería el de la
Revolución Ciudadana, cuyos gobiernos ejecutaron un programa social parecido al
de Roosevelt.
En la línea argumental de Fukuyama, el ciclo de los gobiernos progresistas de América Latina bien podría tenerse como el de los populistas constructivos y útiles; en cambio serían los peores, los populismos neoliberales impulsados en la región en las décadas finales del siglo XX. El triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil igualmente puede tenerse como el inicio del populismo nefasto para ese país y para América Latina. Y el “populismo cuántico” del Ecuador [régimen actual] como otra experiencia de lo peor que le toca vivir al presente.
En la línea argumental de Fukuyama, el ciclo de los gobiernos progresistas de América Latina bien podría tenerse como el de los populistas constructivos y útiles; en cambio serían los peores, los populismos neoliberales impulsados en la región en las décadas finales del siglo XX. El triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil igualmente puede tenerse como el inicio del populismo nefasto para ese país y para América Latina. Y el “populismo cuántico” del Ecuador [régimen actual] como otra experiencia de lo peor que le toca vivir al presente.
IBEROAMÉRICA GIRA A LA DERECHA
Brasil se suma a los gobiernos
conservadores surgidos en los últimos años en Argentina, Colombia, Chile, Perú,
Honduras y Paraguay - La excepción es México, con nuevo presidente de
centroizquierda
La Opinión de De España
(www.laopinioncoruna.es)
No por
menos augurado el terremoto ha sido menor. La victoria del ultraderechista Jair
Bolsonaro en la segunda vuelta de las elecciones brasileñas del pasado domingo
certifica que Iberoamérica ha dado un giro radical hacia la derecha. La
izquierda, hegemónica en la región hace una década, pierde ahora el poder en la
mayor economía de América del Sur ante un proyecto en las antípodas del que
inició el histórico sindicalista Lula da Silva en 2002. La victoria de
Bolsonaro confirma, por otra parte, que aquello que los politólogos llaman
"nueva oleada conservadora" a nivel mundial ha llegado para quedarse.
Panamá,
Guatemala, Argentina, Haití, Honduras, Chile, Perú, Costa Rica, Paraguay y
Brasil han pasado de tener un presidente de izquierdas a uno de derechas en los
últimos diez años. Las únicas excepciones son las del izquierdista Andrés
Manuel López Obrador, que ganó el pasado julio en México y la de Salvador
Sánchez Ceren, elegido presidente de El Salvador en 2014.
Hace
exactamente once años, en noviembre de 2007 y en pleno auge de la izquierda en
la región, la Cumbre Iberoamericana de Santiago reunió a líderes emblemáticos
como Lula da Silva (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia),
Cristina Fernández (Argentina), Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa
(Ecuador), Alan García (Perú), Tabaré Vazquez (Uruguay), José Manuel Zelaya
(Honduras) y Daniel Ortega (Nicaragua). A la cita faltó Fidel Castro (Cuba) y
el único que contrastó fue el colombiano Álvaro Uribe.
Las cosas
empezaron a cambiar para la izquierda iberoamericana el 28 de junio de 2009,
concretamente en Honduras, donde el presidente Zelaya fue destituido en un
golpe de Estado. Hubo que esperar varios años más para que este giro regional
hacia la derecha cogiera fuerza en noviembre de 2015 con la victoria de
Mauricio Macri en Argentina frente a la presidenta Cristina Fernández. Dos años
después, en febrero de 2017 los ecuatorianos eligieron presidente a Lenín
Moreno, que, pese a ser ahijado de Rafael Correa, se distanció de las políticas
del izquierdista, con quien rompió, se alió a la derecha y hasta se aproximó a
Estados Unidos.
Después
fue el turno de Chile, en noviembre de 2017, donde el conservador Sebastián
Piñera puso fin al liderazgo de Michelle Bachelet. En febrero de 2018 Costa
Rica optó por el oficialista Carlos Alvarado y Honduras por el conservador Juan
Orlando Hernández.
El
igualmente conservador Mario Abdo Benítez, hijo del secretario particular del
dictador Alfredo Stroessner, asumió la presidencia de Paraguay el pasado abril
y el colombiano Iván Duque, apadrinado por el derechista Álvaro Uribe, asumió
en agosto la jefatura de Estado en el segundo país más poblado de Sudamérica
tras imponerse en segunda vuelta al izquierdista Gustavo Petro.
Perú es
gobernado desde marzo por Martín Vizcarra, un político independiente de ideas
conservadoras y que fue escogido para concluir el mandato del empresario
liberal Pedro Pablo Kuczynski, destituido por un escándalo de corrupción.
No hay
una única causa que explique semejante viraje regional, sin embargo, tiene
algunos puntos en común con lo que se está produciendo en otros lugares, como
Estados Unidos o Europa. Esta ola conservadora ha llegado a América del Sur a
caballo de los efectos de la crisis económica de 2008, la más grave desde el
gran crack de 1929. Esta crisis ha provocado a lo largo de los últimos
años la caída de los precios de las materias primas, principal baluarte de
exportación de estos países.
Si a los
problemas económicos se suma la corrupción que ha sacudido a varios gobernantes
de izquierda, el resultado es la pérdida de apoyo electoral. Con la crisis se
erosionó el apoyo que tuvieron los gobiernos de izquierda durante los años de
bonanza económica. Apenas quedan tres países que mantienen lo que el
desaparecido mandatario Hugo Chávez dio en llamar "socialismo del siglo
XXI": Cuba, Venezuela y Nicaragua, muy cuestionados en lo que se refiere
la libertad de expresión y el respeto a los derechos humanos. Ahora,
Iberoamérica entra en una nueva fase.
COCAÍNA SE “PASEABA” POR SEIS
PAÍSES DE SUDAMÉRICA
El operativo “Austral” de la
Senad, que derivó en la incautación de 448 kilos de cocaína en Itapúa y en la
intervención del aeródromo ilegal de la familia D’Ecclesiis en San Pedro,
permitió además confirmar que Paraguay sigue siendo uno de los principales
puntos de tránsito de la droga que usualmente termina en Europa, Asia o África.
El esquema incluye vuelos mensuales por seis países.
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
El
operativo “Austral” (palabra que quiere decir punto geográfico ubicado en el
sur) duró nueve meses, desde el inicio de las investigaciones hasta los cuatro
allanamientos que se hicieron el sábado 28 de octubre pasado.
Agentes
especiales y policías que integran la Unidad de Investigación Sensible (SIU) de
la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) intervinieron el departamento sureño
de Itapúa una estancia de José Leandro Oviedo, donde se incautaron la droga y
cayeron presos cinco miembros de la red; un aeródromo privado en el municipio
de Coronel Bogado, utilizado supuestamente para el embarque de las sustancias,
y una residencia en Encarnación, perteneciente al prófugo Jorge Figueredo
Burgos.
En el
departamento norteño de San Pedro, concretamente en el municipio de Santaní,
fue cateado un aeródromo perteneciente a la familia del diputado colorado
Freddy D’Ecclesiis, registrado a nombre de una de sus cuñadas.
La
Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) confirmó que el establecimiento
funcionaba de manera ilegal y anunció su cierre, ya que en el hangar fueron
halladas siete presuntas narcoavionetas, de las cuales, con matrícula ZP-BOO,
una ya venía siendo vigilada.
La Senad
y el Ministerio Público confirmaron que esta red, dirigida desde prisión por el
exfutbolista Víctor Hugo Gaona Burgos, seguía utilizando una vieja ruta aérea
de tráfico que se inicia con la compra de la cocaína en Colombia (por la
calidad superior a la producida en Bolivia). Luego la nave hacía una parada
para reabastecimiento en Perú y retomaba vuelo a Bolivia, donde cargaba más
cocaína o se reabastecía de nuevo de combustible. Desde Bolivia, las narcoavionetas
aterrizaban en el Norte del Paraguay, donde otra vez recargaban combustible
antes de descargar la mercancía en el Sur de nuestra nación, en el aeródromo de
Coronel Bogado o en otras dos pistas clandestinas ya identificadas.
Si ya
había compradores esperando, la cocaína era llevada directamente a Argentina o
Uruguay para su venta. Ya con el dinero en su poder, el piloto argentino Daniel
Guategui (prófugo) regresaba a Coronel Bogado, dejaba el dinero a los patrones,
se quedaba con su parte, y la narcoavioneta era enviada para ser escondida en
el hangar de los D’Ecclesiis.
Esta
banda operaba solo como “pasamano” de la cocaína, no es que la acopiaba, como
otros grupos, según los investigadores.
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