"¡Nunca
ví tanta plata junta. Es increíble haber llegado hasta acá, como lo hablamos
con (el tenista argentino) Topito Lóndero. Pensar que un día
fui a retirar plata del cajero y mi saldo era ¡cero! No tenía un peso para
seguir viviendo", confiesa Hugo Dellien acerca de su pasado. Es que tras
alcanzar la segunda ronda de Roland Garros, se llevó unos 100 mil dólares
en premios.
La aparición
de un boliviano en el circuito profesional de tenis es una rareza, como el
propio Hugo lo reconoce: "Es muy especial y es muy lindo saber que después
de muchos años Bolivia puede estar en este tipo de torneos".
Dellien es
el primer boliviano en disputar Roland Garros en los últimos 35 años. El último
de su país que participó del certamen parisino fue Mario Martínez (que vivía en
Estados Unidos y jugó entre 1979 y 1985 y alcanzó el #32 del mundo), quien
perdió con Ivan Lendl por 6-1, 6-0 y 6-1, en la segunda ronda del Abierto
francés del '84. Los otros dos fueron Eduardo Pancho Gorostiaga (jugó del '68
al '77 y alcanzó el puesto 288 del ranking) y Ramiro Benavides (del '70 al '87,
llegó al #124).
Dellien, de
25 años, está entre los mejores 100 tenistas del momento (Shutterstock)
– ¿Después
del Diablo Etcheverry sos la aparición más importante del deporte boliviano?
Hugo se echa
para atrás, riendo y respondiendo del mismo modo divertido que tuvo la
pregunta. "Tenemos buenos pilotos en el Dakar. Pero yo no pienso en esas
cosas, porque yael tenis es un deporte de muchas presiones y no me quiero
agregar ninguna más", confieza, para agregar que si él sigue haciendo las
cosas bien, "por ahí el deporte boliviano puede llegar a tener un poquito
de alza en el tenis y los chicos pueden empezar a creer un poquito más".
El
deportista de 25 años nació en la ciudad de Trinidad, cerca de Santa Cruz de la
Sierra, en el seno de una familia de clase media alta, "mi padre es
arquitecto y mi mamá trabaja en acciones solidarias de la gobernación de
Trinidad". Pero hace algunos años su familia se encontró con algunos
problemas económicos: "Es por eso que mis padres no pudieron apoyarme en
mi carrera. La verdad es que hubo un momento en que la pasamos muy mal y
yo no quería regresar a mi casa, porque sentía que iba a ser un gasto más para
mi familia".
"En mi
ciudad había un club privado en donde se podían hacer diferentes deportes y mis
padres me llevaban ahí a modo de guardería, me dejaban a las 2 de la tarde y me
retiraban a las 8 de la noche. Era un ambiente familiar en donde jugaba fútbol,
tenis y otros deportes", cuenta de su infancia, y recuerda que de a poco
le fue gustando más el tenis: "Es un deporte
individual, en el que no dependés de otras personas y yo soy muy competitivo".
individual, en el que no dependés de otras personas y yo soy muy competitivo".
Comenzó a
destacar desde muy temprano y a los 13 años se fue a vivir a Santa Cruz de la
Sierra: "Dejé el colegio, estudié por Internet y me fui a vivir con el
entrenador Mauricio Solís, para entrenar más seriamente. Tres años después me
aconsejaron ir a Buenos Aires, que es la capital del tenis en
Sudamérica". Como no había tradición de tenis en Bolivia, las
empresas de su país le daban la espalda a cualquier tipo de auspicio, por lo
que Hugo contaba solamente con el apoyo económico de unos familiares de Estados
Unidos, un apoyo que terminó en diciembre.
"Me
había ido solo a Buenos Aires a buscar algo, sin saber adónde iba a llegar, y
se sufre muchísimo. En diciembre, mis familiares dejaron de apoyarme y ya no
tenía cómo sostener esos entrenamientos -recuerda el tenista-, así que
regresé".
En 2016
abandonó el tenis y comenzó a vivir la vida normal de todo joven: salidas,
novias, universidad y socializar mucho más. "Después de dos meses de hacer
esa vida, me di cuenta de que había comenzado a subir de peso, a comer mal y a
dormir cada vez peor y llegó un momento en el que sentí que estaba
haciendo todo mal, que yo no servía para nada", se ríe mientras recuerda
esta parte de su historia. Fue entonces cuando se propuso abrir un negocio
con algo de plata que había ahorrado.
"Invertí
los 15 mil dólares que tenía en una fábrica de cubitos de hielo, que abrí junto
a mi papá, en Trinidad. Y no es que el negocio funcionara al día siguiente.
Durante dos o tres meses seguí reinvirtiendo en el negocio, pero un día
fui a un cajero automático a sacar plata y en mi cuenta no tenía más
dinero para nada, ni para comer. Me dio vergüenza volver a vivir con mis padres
o pedirles plata, porque ya tenía 20 años".
Dicen que
los momentos de crisis son de oportunidad. Acompañó a su hermano Iker a jugar
un torneo de tenis y era la primera vez que pisaba un club de tenis en seis
meses. "Cuando llego, los chicos se me acercaban para pedirme fotos,
autógrafos y la gente me preguntaba por qué había dejado y que estaban
esperanzados en que yo llegara. Como yo vivía en Buenos Aires, no sabía de las
repercusiones en Bolivia". Para ellos, Hugo era el mejor tenista de
Bolivia de la historia. Ese afecto de los chicos lo devolvió a los
entrenamientos. Llamó al entrenador argentino Eduardo Médica, que tenía su
academia en México, y se fue para allá.
"Pasé
Navidad y año nuevo con él y me quedé a entrenar por seis meses. Eduardo no me
cobró nada. No tenía ranking y volví de cero. Luego jugué la clasificación
de un torneo, gané cuatro partidos, entré al cuadro principal y gané el título
(en el camino le ganó a Facundo Argüello y a Auger Aliassime). Con la plata que
ganaba en los torneos me fui a Europa a jugar Interclubes, torneos por plata y
Futures". A partir de ese momento comenzó a entrenar con Alejandro Fabbri
y terminó ganando tres torneos en cinco semanas. En 2018 ganó 2 de los 3
Challengers que disputó en Estados Unidos "y me metí 140 de nuevo".
"Ahora
la gente se acerca al club adonde juego y aparecen un par de banderas en la
tribuna. Sé que hay muchos chicos pendientes de lo que yo haga, porque Bolivia
no está acostumbrado a tener buenos resultados en deporte de alta competencia.
No somos un país que tenga muchos títulos. Por eso, estar acá, jugar contra los
tenistas más importantes, que se transmita por televisión y que se empiece
a hablar de Bolivia es realmente increíble", dice Hugo mientras su orgullo
le ahoga la garganta.
– ¿Alguna
vez sentiste que te discriminaran, en Argentina, por tu nacionalidad?
– Para nada.
Yo vivía en una ciudad de 100.000 habitantes y me vine a una de millones, que
vive a otro ritmo. Estoy agradecido con Buenos Aires, con la Argentina y con
todos los argentinos, porque un poco de lo que soy se los debo a ellos. Yo sé
lo que soy, sé de dónde vengo y sé las cosas que puedo llegar a hacer.
– ¿Un equipo de fútbol?
– Oriente Petrolero
– ¿Un ranking?
– Top Ten
– ¿Un sueño?
– Ganar Roland Garros.
– Oriente Petrolero
– ¿Un ranking?
– Top Ten
– ¿Un sueño?
– Ganar Roland Garros.
El Tiempo de San Juan (www.tiempodesanjuan.com)
EVO MORALES, EL HOMBRE QUE
LE DEVOLVIÓ LA DIGNIDAD A BOLIVIA
“Aunque en esos trece años de
gobierno hay aciertos y desaciertos, sin ninguna duda él ha cambiado el país”
Las 2
Orillas de Colombia (www.las2orillas.co)
Los medios
de comunicación del mundo últimamente se centran en países y cuestiones como
Venezuela, Irán, EE. UU., las elecciones europeas y también las tonterías de
Bolsonaro, quien cada dos por tres deja en ridículo a ese país hermoso que es
Brasil. Poco se habla de Bolivia, de su progreso y su realidad política. Quizás
sea porque a algunos les interesa ocultar los adelantos que allí se han
obtenido.
En octubre
de este año se realizan nuevamente elecciones generales. Esta vez Evo Morales
se enfrenta a un expresidente, el señor Carlos Mesa. Para poder entender cómo
se encuentra la campaña y que puede ocurrir en los comicios, tenemos que
recordar por lo menos la historia cercana de Bolivia y el fenómeno político que
encabezó Evo Morales.
La historia
reciente de la democracia boliviana se sitúa por eso de la década del 80 cuando
termina por fin la dictadura de los militares, la cual, como todas las
dictaduras, se caracterizó por su represión brutal, asesinatos y
desapariciones. Por lo tanto, el regreso de las elecciones se hizo en medio del
recuerdo de las víctimas, pero también, en el marco de una gran crisis
económica.
Desde el
regreso de las elecciones todos los presidentes fueron hombres blancos y de
familias acomodadas a excepción de Evo Morales en el 2006. Por esto, para
referirnos al periodo comprendido entre los 80 y el 2006 es mas preciso hablar
de elecciones y no de democracia, pues esta era restringida a una élite dentro
de ese 3% de la población que es la que se define blanca.
Ese juego
electoral producía como era de esperar cambios de color político en sus
gobernantes, principalmente entre el Movimiento Nacionalista Revolucionario MNR
y Acción Democrática Nacionalista ADN. Si bien había alguna diferencia, era más
lo que tenían en común. Desde el desconocimiento de esa mayoría rural e
indígena, hasta las privatizaciones de los recursos del país para entregarlos a
extranjeros, siguiendo al pie de la letra la mágica receta económica del FMI y
el BM, que solo agudizó las condiciones de miseria y exclusión de la mayoría de
la población.
Ante esas
condiciones de desamparo, la población respondió por medio de movimientos
sociales que cada vez más se manifestaban en contra de las políticas
gubernamentales. Hasta que llegó la conocida como “guerra del gas”. Las
protestas frente a la tentativa de exportar gas sin antes abastecer la demanda
interna inundaron el país. El gobierno reaccionó causando la muerte de
alrededor de 65 personas, entre esos un niño de cinco años. A pesar de la
represión, el movimiento fue tan fuerte que hizo caer al presidente de entonces
Gonzalo Sánchez de Lozada, más conocido como Goni, quien después abandonaría el
país llevándose consigo el avión presidencial y maletas llenas de dinero.
Gonzalo
Sánchez de Lozada, Goni como aún lo conocen, es una clara muestra de esa élite
que mantuvo por años a Bolivia entre los países más atrasados del mundo. Goni a
duras penas hablaba español y lo hacía con un acento estadounidense clarísimo.
Viendo en retrospectiva es difícil no sentirse estúpido por no advertir a
primeras que ese hombre en realidad no sentía aprecio por Bolivia y lo que
pretendía era venderlo todo. ¿Pero quién era su vicepresidente? Pues nada más,
ni nada menos que Carlos Mesa, el actual contrincante de Evo Morales.
Tras la
huida de Goni, asumió mesa la presidencia, aunque después de dos años también
se vio forzado a abandonarla. Hoy Carlos Mesa exvicepresidente de Goni se
presenta a elecciones y su fórmula a la vicepresidencia es un tal Gustavo
Pedraza, quien fuera su ministro de desarrollo, y quien según una investigación
de la Asamblea Legislativa se encuentra relacionado con la trama de corrupción
internacional Lava Jato y Odebrecht, por recibir sobornos.
Después de
este recorrido nos toca hablar de Evo Morales y lo que significó su llegada al
poder. Si bien participó en las elecciones a la presidencia en el 2002, el
respaldo que obtuvo no fue suficiente para vencer y se ubicó en segundo lugar.
Sin embargo, este dirigente sindical del sector campesino y de ascendencia
indígena Aymara, no desistió y en las elecciones siguientes, en el 2005 fue
elegido presidente con el 53,72% de los votos, superando con gran ventaja a su
competidor directo.
Con la
llegada de Evo algo empezaba a cambiar. Lo primero que saltó a la vista fue esa
mayoría de ascendencia indígena y mestiza que era subvalorada y silenciada. Con
el paso del tiempo y producto de la aplicación de las políticas del gobierno
muchas cosas más han ido mejorando, al punto que el electorado lo ha mantenido
desde entonces al frente del gobierno.
En esos
trece años de gobierno hay aciertos y desaciertos, pero sin ninguna duda él ha
cambiado el país. La pobreza se ha reducido drásticamente, y así lo reconocen
organismos internacionales. Después de ser el país más atrasado de América
Latina, hoy tiene la tasa de desempleo más baja con un 4,48%. Además de ser en
los últimos años el líder de Suramérica en cuanto a crecimiento del PIB se
refiere. Quizás sea por ese éxito económico que muchos no hablan o no quieren
hablar de Bolivia.
Ahora bien,
tras trece años de gobierno el desgaste es muy alto, y por eso se entiende que
aparezca ahora un competidor que según sondeos de opinión se encuentra cerca en
intención de voto a Evo Morales. Sinceramente creo que el hecho de tener esa
disputa electoral es un claro síntoma de salud democrática. Aunque también creo
que Evo volverá a ganar, pues la otra opción es volver a las políticas
apátridas.
Si bien hay
muchas cosas que mejorar, seguramente Evo ganará en octubre y hay una razón
simple y por lo simple fuerte. Este le devolvió la dignidad a su pueblo. El
mestizo, el indígena, el afroboliviano y el blanco se reconocieron como ese
pueblo plurinacional que constituye lo que es Bolivia y están dispuestos a
trillar su propio camino.
BOLIVIA NO DESCARTA ABASTECER DE GAS NATURAL AL
SUR DEL PERÚ CON SU GASODUCTO A ILO
Viceministro boliviano, Carlos Quispe, considera
que proyecto de gasoducto
boliviano "no necesariamente" servirá para la exportación.
Este también podría abastecer la demanda de las regiones peruanas por las que
transite.
Gestión de Perú (www.gestion.pe)
La
posibilidad de una integración energética entre Perú y Bolivia parece estar cada
vez más cerca. Con la pronta adjudicación del proyecto siete regiones y ante el
retraso del Gasoducto Sur Peruano (GSP), el viceministro de Desarrollo
Hidrocarburífero de Bolivia, Carlos Quispe, consideró viable que su país pueda
abastecer de gas natural a las regiones del sur del Perú.
Bolivia,
país cuya economía se basa en la explotación de hidrocarburos, planteará a Perú
la posibilidad de construir un gasoducto desde su país hasta el puerto
moqueguano de Ilo. También planteará la construcción de una planta de
licuefacción en la ciudad. El objetivo de ambos proyectos es exportar su gas a
China e India por el Pacífico.
Sin embargo,
el viceministro boliviano Carlos Quispe, en conversación con Gestión.pe, indicó
que este proyecto de gasoducto "no necesariamente" servirá solo para
la exportación. Este gasoducto también podría atender la demanda de las
regiones peruanas por donde transite.
"Si
nosotros tuviésemos en el Puerto de Ilo nuestra planta de GNL y tuviésemos un
gasoducto, en el trayecto de ese gasoducto -si existe demanda de la población,
industrias y residencias- es mucho más fácil de atenderlas. Eso pasa por una
serie de normas que hay que cumplir. El interés nuestro está. Queremos abrir el
mercado del Pacífico para realizar la exportación", dijo Quispe a
Gestión.pe.
El
viceministro boliviano aclaró que su país, a través de la empresa estatal
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), será muy respetuosa de la
regulación y que, además, los proyectos de gasoducto y planta de licuefacción
"aún se encuentran en estudios". Este será uno de los puntos que
discutirán los presidentes Evo Morales y Martín Vizcarra en el próximo gabinete
binacional, que se realizaría en la segunda quincena de junio.
Esta
posibilidad es independiente de que YPFB pueda adjudicarse el proyecto siete
regiones, para construir las redes de gas en la zona centro y sur del Perú. El
proyecto siete regiones contempla el suministro de gas natural a través de un
gasoducto virtual (camiones), mientras que el gasoducto que se planea construir
hasta Ilo sería un gasoducto físico, que podría tener redes de distribución.
"Tenemos
conocimiento de que los gobernadores de las regiones del sur se han acercado a
Bolivia para expresar su interés de recibir gas boliviano. Nosotros, producto
de la integración y de poder cooperar entre nosotros, queremos hacerlo en
respeto a la normativa peruana", comentó Quispe.
¿Una planta
de licuefacción para Perú y Bolivia?
Para lograr
exportar el gas natural, Bolivia planea construir una planta de licuefacción en
Ilo. Esta planta servirá para que el gas pueda cambiar de estado gaseoso a
estado líquido y así ser transportado por vía marítima.
Para Aurelio
Ochoa, consultor energético y expresidente de Perupetro, uno de los temas que
deberían tocarse entre los acuerdos de ambos países es la posibilidad de que
dicha planta de licuefacción pueda ser utilizada tanto por Bolivia como también
Perú.
Teniendo en
cuenta que el Gasoducto Sur
Peruano (GSP) también terminaría en Ilo, serían dos gasoductos (junto
al boliviano) los que desembocarían en el puerto moqueguano. Por lo tanto, al
haber abundancia de gas en la zona, Perú debería también poder utilizar dicha
planta para licuefactar su gas y poder exportarlo o transportarlo en camiones
para abastecer el mercado interno.
"Por
cuestiones de escala, resultaría mucho más económico para ambos (Perú y Bolivia) porque tarde o
temprano Perú también realizará su gasoducto. Sería bueno que al gabinete
binacional nosotros vayamos con la idea de que la planta de licuefacción que
vayan a hacer se consideren los dos gasoductos. Si se consideran dos
gasoductos, la escala podría hacer que cueste menos. (Habría que decirle a
Bolivia:)Considera la capacidad del doble de lo que tú has previsto, es decir,
para dos gasoductos. Eso sería ideal plantear", mencionó.
Aunque la
producción de gas natural peruano que vaya a transitar por el GSP ya tendría un
mercado por atender -termoeléctricas, industrias y redes domiciliarias-, Ochoa
considera que esa posibilidad debe permanecer abierta ante eventuales nuevas
reservas de gas peruano que permitan destinarlo para la exportación.
"Las
reservas que tenemos disponibles alcanzarían con las justas para poder
utilizarlas en el sur. En el futuro es probable que encontremos mucho más gas y
nos permita exportar el remanente y ahí si utilizaríamos esta planta de
licuefacción que se construiría en Ilo", mencionó el experto en
conversación con Gestión.pe.
OPCIONES SOBRE LA MESA
La necesidad de una autoridad nacional del gas.
La República de Perú (www.larepublica.pe)
En el marco
de la XIX Reunión del Consejo Presidencial Andino, se esperaba el
diálogo entre el presidente de Perú, Martín Vizcarra, y el de
Bolivia, Evo Morales, sobre la importación de gas natural desde Bolivia al
Perú, particularmente a Puno. No han trascendido estas conservaciones y solo se
tiene la Declaración Conjunta del evento de la Comunidad Andina en la que el
bloque regional se compromete a fortalecer el comercio, interconexión
energética y desarrollo de tecnología, entre otras iniciativas.
Lo primero
que debe indicarse es que la idea inicial sobre que el gas boliviano para Puno
estará listo en 8 meses, como lo señaló en enero el gobernador de esa región
Walter Aduviri, no será posible, como resultado de un fast track
binacional que permita rápidamente tender un ducto desde Desaguadero hasta
Juliaca.
Se ha
señalado, asimismo, que el gasoducto del
sur y el gas boliviano son proyectos concurrentes, aunque bajo la
seguridad de que una nueva licitación del gasoducto extenderá la demora hasta
el año 2025 mientras persiste la expectativa del sur por el uso del gas, lo que
hace muy probable una negociación previa para la importación de gas boliviano
antes que la construcción de un ducto con el hermano país.
En medio de
esta discusión sobre costos y plazos, el esquema de gas boliviano ha tenido sus
primeras críticas y no necesariamente desde el lado técnico. El sector
fujimorista de la diplomacia peruana cree que se propicia una indeseable
dependencia energética con ventaja para un país que es factor crítico –no
llegan a decir incómodo– de los intereses geopolíticos del país. Curiosamente,
es el mismo sector que sugiere o aplaude la inversión en el Perú de otros
países, inclusive en áreas sensibles.
La reacción
más destemplada ha provenido, coincidentemente, del vocero de Fuerza Popular en el Congreso, Carlos Tubino,
que ha señalado que Bolivia nos ofrece “lo que tenemos en abundancia en
Camisea”, que “nos hipotequemos a los vecinos” y que, por tanto, deberíamos
rechazar la oferta boliviana.
En este
punto del debate, es necesario la mayor transparencia de las
autoridades. Es cierto que no tienen asidero los prejuicios ideológicos contra
el gas boliviano, pero se precisa alcanzar una propuesta integral que no deje
sin gas al sur del país, ampliando el abanico de las opciones, sin descartar
ninguna, incluyendo la importación, el subsidio para el consumo domiciliario,
el encadenamiento de ductos de ambos proyectos si fuese necesario, potenciados
con la creación de una autoridad nacional del gas.
LA CURIOSA HISTORIA DE UN BOLIVIANO QUE MURIÓ
PELEANDO POR CHILE
La Prensa Austral de Chile (www.laprensaaustral.cl)
El combate
naval de Iquique está lleno de actos heroicos, pero también está repleto de curiosidades
que se han dio conociendo poco a poco con el paso del tiempo. Es que está
desigual batalla no sólo sirvió para encender los ánimos y el patriotismo de
toda una nación, sirvió también para mostrar el arrojo sin igual de este grupo
de marinos chilenos.
Como se
sabe, a bordo de la Esmeralda había varios marinos extranjeros y, además, se
sabe que varios de ellos eran apenas unos niños. Cortos en edad y en estatura,
pero grandes en valentía y amor a este suelo, ese día 21 de mayo entregaron sus
vidas a la patria y por la patria.
Al amanecer
del 21 de mayo de 1879 había a bordo de la corbeta Esmeralda un crecido número
de grumetes, muchos de los cuales tenían quince, catorce o trece años de edad e
incluso menos. Según la nómina oficial de la tripulación de la corbeta chilena,
aquel día había a bordo treinta y cuatro grumetes, de los cuales sólo salvaron
con vida cinco del combate contra el blindado Huáscar. Eran los grumetes Adrián
Guzmán, Zacarías Bustos, Manuel Concha, Wenceslao Vargas y Mercedes Alvarez.
Sin embargo,
también se habría salvado milagrosamente el grumete Emilio Amigo, con lo cual
el presunto número de grumetes sobrevivientes se elevaría a seis.
Sus muertes
no fueron en vano
Una
casualidad fue, por ejemplo, que mientras Luis Uribe combatía en Iquique, ese
mismo día fallecía su madre en Chile. Ella murió ese 21 de mayo y no alcanzó a
saber del combate en que participó su hijo héroe. Es que la noticia de la
refriega recién se difundió el 24 en Chile.
Otro caso.
Una madre de un marino chileno llegó hasta Iquique a bordo de un buque inglés
para estar cerca de su hijo, grumete de la Esmeralda. Lógicamente no veía los
pormenores de la batalla. Pero así esta mujer se sentía cerca de él y presenció
el feroz combate desde la playa y más tarde supo que su hijo había muerto. Duro
y triste.
Algunos
padres de grumetes y marinos, cuando supieron del fallecimiento de sus hijos en
el combate, buscaron venganza. Quisieron honrar la muerte de sus hijos
sumándose a las Fuerzas Armadas chilenas. Fue así como varios de ellos se
enrolaron en el Ejército o en la Armada de Chile y entraron en la guerra en
memoria de sus familiares fallecidos, de modo que sus muertes no fueran en
vano.
Algo más
increíble todavía. En la tripulación de la Esmeralda había varios extranjeros.
Eso lo saben todos. ¿Pero sabía que había un boliviano y un peruano a bordo de
la Esmeralda? Es más, el peruano había nacido en Iquique. Ambos habían emigrado
a Chile buscando mejores horizontes. Acá formaron familias y, cuando se declaró
la guerra, se enrolaron para pelear por su patria de adopción. Ambos, el
boliviano y el peruano, murieron ese 21 de mayo peleando por Chile.
El boliviano
se llamaba Samuel Machicao y había contraído matrimonio dos años antes, en
1877, con una agraciada jovencita de origen chilote de 15 años llamada Elvira
Suárez.
El peruano
se llamaba Juan de Dios Pradenas y se había casado en 1876. Lo más curioso es
que había nacido en Iquique, es decir, en territorio peruano en ese entonces.
El tercer
abordaje
Por otro
lado, la historia oficial señala que hubo dos abordajes. Uno en cada uno de los
dos primeros espolonazos del acorazado Huáscar. Pero que en el tercer
espolonazo la tripulación dijo «no va más». Hoy se sabe que también hubo un
abordaje en el tercer espolonazo, oportunidad donde saltaron al Huáscar dos
marinos. Uno de ellos fue el timonel Eduardo Cornelio Cornelius, de
nacionalidad noruega. En el libro La Dotación Inmortal se señala que «al
producirse el tercer espolonazo, la nave chilena ya no tenía gobierno y
Cornelius saltó sobre la cubierta del monitor Huáscar, donde encontró al
teniente Serrano aún vivo y medio recostado a causa de sus heridas». Cornelius
sobrevivió al combate y posteriormente quedó prisionero en el Huáscar.
En
septiembre de 1881 la Armada le solicitó por escrito el relato de esta gesta
heroica. Posteriormente recibió los honores y condecoraciones correspondientes
a su calidad de héroe.
Por último,
conozcamos parte de la carta con que la madre del marinero segundo José del
Carmen Núñez tramitó la pensión de gracia que se le dio a los deudos de
aquellos que murieron ese día:
«No llego
hasta V.E. lamentando la muerte de mi hijo porque entonces dejaría de ser
chilena, sino sobrellevando resignada y serena mi desgracia. El murió
batiéndose, murió glorioso en aquel cruento combate jamás nunca habido otro
igual en los mares del universo, cuya muerte, por haber tenido lugar en él, ha
mitigado en mucho el dolor de madre por su pérdida».
Extranjeros
a bordo de la Esmeralda
Ingeniero
Eduardo Hyatt – EE.UU., muerto.
Marinero
Charles Moore – EE.UU.
Contramaestre
Constantino Micalvi – griego.
Capitán de
Altos Demetrio Jorje – griego.
Fogonero
Pedro Estamatópoli – griego.
Capitán de
Altos Evangelio Bono – griego.
2º
Contramaestre Francisco Mattos – portugués, muerto.
Grumete
Samuel Machicao – boliviano, muerto.
Marinero
John Lassen – belga, muerto.
Fogonero
Alejandro Horvath – alemán, muerto.
Capitán de
Altos George Fougoud – británico, muerto.
Timonel
Eduardo Cornelius – noruego.
Fogonero
Rosso Bartolomeo – italiano.
RESTAURA GOBIERNO DE BOLIVIA TORRES FÚNEBRES
PRECOLOMBINAS
La Vanguardia de México (www.vanguardia.com.mx)
Un conjunto
de 11 chullpares o torres fúnebres fue
restaurado en el altiplano de Bolivia para rescatar este legado de la cultura aimara, que sobrevive
al paso de los siglos y a los saqueos.
Las autoridades bolivianas presentaron ayer la restauración de estos
recintos fúnebres andinos
propios de la cultura aimara del primer milenio después de Cristo, que
articulan la historia y la espiritualidad de tres comunidades del altiplano del
país.
El gran
espacio que ocupan estos recintos fúnebres, que datan de entre el 1000 y el 1470 está ubicado en el altiplano norte de
Bolivia, a unos 130 kilómetros al sur de La Paz, en el municipio de
Umala.
El epicentro
es el yacimiento arqueológico
Huayllani-Cóndor Amaya, que en aimara significa sitio de paja en el
que el cóndor ha muerto.
En la
extensión del recorrido son visibles una enormes estructuras de barro y piedra, generalmente
cuadrangulares, dentro de las que existe una bóveda en la que antiguamente se
colocaban encogidos los restos humanos.
Las
chullpas, cuyo concepto se asemeja a las pirámides egipcias, son la
“materialización de la espiritualidad que existía en el inicio del pueblo
aimara”, aseguró la especialista en conservación patrimonial y encargada del
proyecto, la griega Irene Delaveris, durante la entrega de la restauración.
LA REFLEXIÓN
DE JUAN CRUZ KOMAR SOBRE LA DISCRIMINACIÓN A LOS BOLIVIANOS
El jugador de Talleres
compartió una experiencia en su viaje de vacaciones por Latinoamérica.
"Decir boliviano despectivamente te define", analizó.
El Doce de Argentina (www.eldoce.tv/deportes)
Juan Cruz Komar no sólo es conocido por ser uno de los pilares de la zaga
defensiva de Talleres.
También es
alguien que es muy seguido en redes por su actividad paralela a la de
futbolista y que muestra su conciencia
social y disposición a colaborar con todo tipo de causas benéficas.
Este martes, se ha viralizado una reflexión que ha realizado en la red
social Instagram,
vinculada con el pueblo boliviano
y cómo los oriundos de ese pueblo son tratados en Argentina por mucha gente de
manera despectiva al referirse a su nacionalidad.
Komar estuvo
de vacaciones en ese país y fue alojado
por Joaquín, quien lo recibió junto con su familia.
Esta fue la reflexión del defensor de la T sobre aquellos que consideran
un insulto decirle a alguien “boliviano”
Quiero hacer
esta publicación para que quienes se interesen y la lean puedan cuestionarse
sus cotidianos actos xenófobos y racistas con los bolivianos. En mi estadía en
La Paz fui hospedado por Joaquin, un local.
Un tipo
lleno de hospitalidad, amabilidad, empatía y humanidad. Y pasar tiempo con él,
con sus amigos y con su familia hacen que realmente me duela, y me duela profundamente,
escuchar discriminaciones hacia su nacionalidad.
Boliviano no
es un insulto. Boliviano es un gentilicio. Y es un gentilicio que incluye a
Joaquin y a todas las increíbles personas que conocí por estas alturas.
Decir
boliviano despectivamente te define, y te define además de cómo un racista,
como un ignorante lleno de aires de grandeza y superioridad. Por todo esto
pensa antes de decirlo (o cantarlo) naturalmente.
EL TRUMPISMO, CAOS Y BALCANIZACIÓN DE
LATINOAMÉRICA
Alainet de Argentina (www.alainet.org/es)
De la mano
de gobiernos de ultraderecha y coincidiendo con la llegada de Donald Trump a la
Casa Blanca, resurgieron en América latina el neofascismo, la xenofobia, la
misoginia, la homofobia y el racismo, tras dos décadas de experiencias
progresistas en varios países, que colaboraron para este retorno con su
reticencia a realizar cambios estructurales y aferrarse a los preceptos de la
democracia burguesa.
En las
últimas siete décadas nunca Argentina, Chile y Brasil estuvieron gobernados por
la derecha al mismo tiempo. Hoy, en cambio, una derecha elegida por los votos
se ha asentado en el poder no solo en estos tres países, sino también en
Paraguay, Colombia, Perú, Ecuador y en Centroamérica. Ya no hicieron falta
tanques, metralletas, torturas, muertos ni desaparecidos, como hace casi siete
décadas atrás.
Pero estas
derechas han sido ineficientes al desarrollar el libreto trazado por Washington
y apenas logran levantar la mano cuando el guion así lo expresa. Estos
gobiernos –algunos de los cuales reivindican las dictaduras militares y los
genocidios- estén alineados totalmente con la geopolítica de Trump, EEUU y/o la
OTAN, y también con la regresión en los salarios, en las condiciones de empleo
y beneficios de los trabajadores y de los sectores de menores recursos, en la
privatización de las jubilaciones y pensiones, en la imposición de las
políticas del Fondo Monetario Internacional (shock y endeudamiento
condicionante de futuro).
La
percepción insertada en los imaginarios colectivos de que mesiánicos candidatos
ajenos a la política pueden combatir la corrupción y la inseguridad –los dos
caballitos de batalla electoral de la derecha-, marcan, también, la crisis de
la democracia al estilo occidental y cristiano. Me abstengo de usar la clasificación
de “derecha populista”, pues pareciera tener como fin a hacer olvidar a los
grandes movimientos de la región (Cárdenas, Vargas, Perón) y su preocupación
por la soberanía de las naciones y la redistribución de la riqueza.
La
insistente estrategia del trumpismo es la de fracturar definitivamente el
territorio latinoamericano-caribeño incluyendo sus esfuerzos –hoy bastante
exitosos- de terminar con los procesos de integración soberanos de la región,
como Mercosur, Unasur y la Celac; crear la desestabilización y el caos en cada
uno de los países, balcanizar la región, para garantizar el control total de su
“patio trasero”.
Pero para
los latinoamericanos Donald Trump no es un tipo simpático, a quien querer o
admirar. Es el prototipo del arrogante, pedante, autoritario multimillonario
que le pisa la cabeza a todos para lograr sus objetivos. Es un hombre de temer,
es el del garrote.
Hoy una idea
-autoritaria, disciplinante, invariablemente defensora del empresariado- del
“orden” que define la perspectiva de la derecha. A los principios conservadores
de religión, tradición y jerarquía; se suma la defensa del libre mercado, la
defenestración de los modelos de integración regional, el control social, la
destrucción del estado de bienestar, con el uso permanente de los falsos
mensajes desde los medios masivos, llenos de violencia y con la alarma del
terrorismo o del comunismo, contra todo aquello que signifique pensar, con
fuertes brotes xenofóbicos, homofóbicos, misóginos.
El escritor
mexicano Octavio Paz denunciaba que “la derecha no tiene ideas, sino sólo
intereses”, que muchas veces ni son los propios. Para ser de derecha hoy ni
siquiera hay que pensar, sino seguir los dictados de la guerra psicológica y
neurológica (de quinta generación) a través de los medios masivos de
comunicación y de las llamadas redes digitales: asumir como ciertas (como en
cualquier credo) las mentiras y la información que se irradia desde las usinas
del pensamiento capitalista y dejarse llevar por la ola.
Pero el
resurgimiento de la derecha en Latinoamérica tiene que ver con una derrota
política de los gobiernos progresistas de los últimos tres lustros en la región
y con su abstención de realizar cambios estructurales en sus países, pero,
sobre todo con una derrota cultural. Ya no se habla –al menos desde el poder-
de igualdad, justicia social y de sociedades de derechos, ni del “buen vivir”,
de democratización de la comunicación, de democracia participativa.
La guerra
cultural del capitalismo actual pretende compensar la desaparición de su gran
promesa abstracta de progreso, desarrollo y buen gobierno; y fuerza a aceptar
el despojo de la mayoría de las conquistas sociales y políticas logradas; y
prevenir o desmontar todas las resistencias y protestas mediante el control
social. Y cuando éste no funciona por las buenas, aplican el plan b, su control
militar.
Esta guerra
cultural se propone que todos, en todas partes acepten el orden que impone el
capitalismo como la única manera en que es posible vivir la vida cotidiana, la
vida ciudadana y las relaciones internacionales. El imperialismo cultural ha
desempeñado un papel fundamental en prevenir e impedir que individuos
explotados y alienados respondiesen colectivamente a sus condiciones cada vez
más deterioradas. Su mayor victoria no es sólo la obtención de beneficios
materiales, sino su conquista del espacio interior de la conciencia a través de
los medios de comunicación de masas, primero, y de las llamadas redes
digitales.
El
conservadurismo cultural latinoamericano argumenta que los valores
tradicionales se están perdiendo frente a lo que denominan “ideología de
género”, una etiqueta vaga donde arrojan todo lo que rechazan: el movimiento
feminista, los derechos reproductivos de la mujer, el matrimonio igualitario,
que atribuyen a una alianza internacional que incluye a las Naciones Unidas,
fundaciones filantrópicas occidentales y organizaciones que operan a nivel
nacional con el objetivo de filtrar prácticas extranjeras. Además de comunistas
y fundamentalistas árabes, claro.
Imponen sus
políticas neoliberales, que acrecienta el desempleo de personal no calificado,
calificado y especializado y el surgimiento de la generación que no tiene
educación, ni trabajo, ni futuro, mientras se verifica la destrucción o el
debilitamiento de las antiguas organizaciones populares y la criminalización de
las que representan a los ciudadanos, empleados, trabajadores y campesinos
junto a la mutilación política, moral, social, cultural, económica de los
partidos políticos, convertidos en meros instrumentos para obtener empleos de
elección popular.
La
desestructuración intelectual, política y moral es el mayor estrago que causa
la guerra financiera del neoliberalismo globalizador del cual Trump es paladín,
que lleva a que las protestas y resistencias de la población a fragmentarse en
luchas sectoriales y coyunturales. Tampoco existe un movimiento o una
articulación internacional, una vanguardia, una solidaridad internacional.
La
exaltación del individuo, la fragmentación de las familias y las sociedades, la
conversión de los trabajadores en consumidores, y la religión del dios Dinero y
sus tarjetas de crédito, que transforma a individuos, empresas y Estados en
esclavos de la deuda, son algunos de los efectos del capitalismo cultural y
financiero.
El gobierno
de Trump, junto a las elites económicas locales, está empeñado en terminar con
la política externa independiente de nuestros países y con los procesos de
integración, de destruir la memoria histórica de los pueblos, tienen como fin
privatizar (entregar a las empresas trasnacionales) los recursos naturales, las
empresas estatales y los bancos públicos financieramente rentables, además de
vender las tierras a individuos y empresas extranjeros, comprometiendo la
producción de alimentos, la soberanía alimentaria y el control sobre las aguas.
Preparando
el desembarco ultraderechista
La
internacional capitalista, movilizada y generosamente financiada por el
movimiento libertario de extrema derecha (libertarians en inglés) que
funciona a través de un inmenso conglomerado de fundaciones, institutos, ONGs,
centros y sociedades unidos entre sí por hilos poco detectables, entre los que
se destaca la Atlas Economic Research Foundation, o la “Red Atlas”, que ayudó a
alterar el poder político en diversos países como extensión tácita de la
política exterior de EEUU.
Los think
tanks asociados a la Red Atlas son financiados por el Departamento de
Estado y la National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la
Democracia – NED), brazo crucial del softpower estadounidense y directamente
patrocinada por los hermanos Koch, poderosos billonarios ultraconservadores.
Entidades públicas funcionan como centros de operación y despliegue de líneas y
fondos como la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), Freedom House
y la Agencia del Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), que
reparten directrices y recursos a la ultraderecha latinoamericana, a cambio de
resultados concretos en la guerra asimétrica en la que participan.
La Red Atlas
cuenta con 450 fundaciones, ONGs y grupos de reflexión y presión, con un
presupuesto operativo de diez millones de dólares, aportados por sus
fundaciones “benéficas, sin fines de lucro” asociadas, que apoyaron, entre
otras al Movimento Brasil Livre y a organizaciones que participaron de
la ofensiva en Argentina, como las fundaciones Creer y Crecer y Pensar, un think
tank de Atlas que se incorporó al partido (Propuesta Republicana, PRO)
creado por Mauricio Macri; a las fuerzas de oposición en Venezuela y al
derechista presidente chileno, Sebastián Piñera.
La Red Atlas
tiene trece entidades afiliadas en Brasil, doce en Argentina, once en Chile,
ocho en Perú, cinco en México y Costa Rica, cuatro en Uruguay, Venezuela,
Bolivia y Guatemala, dos en República Dominicana, Ecuador y El Salvador, y una
en Colombia, Panamá, Bahamas, Jamaica y Honduras. La extrema derecha “moderna”
es el movimiento libertario que hoy navega con pabellón republicano, y que
tiene en la Red Atlas a su principal propulsor en América Latina.
La
administración Trump está repleta de ex alumnos de grupos relacionados con
Atlas y amigos de la red como Sebastian Gorka, el asesor islamofóbico de
contraterrorismo de Trump, la secretaria de Educación Betsy Devos lideró el
Acton Institute, un grupo de reflexión de Michigan que desarrollaba argumentos
religiosos a favor de las políticas de ultraderecha, pero la figura principal
del entramado es Judy Shelton, economista y miembro principal de la Red Atlas,
quien se hizo cargo de la NED, tras ser consejera de la campaña de Trump.
Balcanizar
para dominar
La
balcanización de Latinoamérica es un rasgo característico de la actual
geopolítica en disputa, aunque sus antecedentes vengan desde la época colonial
(dividir para reinar), con el genocidio humano y cultural. Washington está
forzando a cambiar la lógica de inserción, provocando un reordenamiento
geopolítico en Latinoamérica, viraje que será determinante en unos años cuando
se visualice mejor cómo la región se transforma no sólo al interior sino
también en su relación con el exterior.
El gobierno
de Trump usa todas las armas de una guerra híbrida y multidimensional, que van
desde la amenaza de intervención armada, pasando por una guerra psicológica
permanente por medios masivos de comunicación trasnacionales y las llamadas
redes digitales, hasta el chantaje de condicionar préstamos crediticios de los
organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo al seguimiento estrictos de sus
deseos políticos.
Como botón
de prueba, el vicepresidente Mike Pence presionó al mandatario ecuatoriano
Lenín Moreno para atacar a Venezuela; acabar con la integración sudamericana, y
entregar al fundador de WikiLeaks Julian Assange, a cambio de un mísero
préstamo del Fondo Monetario Internacional.
Hoy
Washington trabaja en la balcanización de Venezuela. Intenta desmembrar a los
estados fronterizos de Táchira y/o Zulia de Venezuela para formar una nueva
republiqueta. No se puede olvidar que Panamá era territorio de Colombia y que
Estados Unidos desmembró ese territorio en 1903 para formar una nueva
República. La teoría de la balcanización sigue estando presente en la mente del
imperio.
Los planes y
estrategias de balcanización están en el menú de opciones de la guerra híbrida
y multidireccional de Estados Unidos. Por ello, las próximas elecciones en
Uruguay, Argentina y Bolivia son fundamentales para, al menos, ponerle coto a
la política imperial estadounidense.
AREQUIPA: INCAUTAN MÁS DE 50 KILOS DE DROGA EN
LA PANAMERICANA SUR
Agentes de la División Antidrogas de la Policía
Nacional intervinieron un vehículo que transportaba la ilegal mercancía con
destino a Bolivia
El Comercio de Perú (www.elcomercio.pe)
La Policía
Nacional incautó 51 kilos de clorhidrato de cocaína que estaba al interior de
un vehículo que transitaba por el kilómetro 711 de la carretera Panamericana
Sur, a la altura del peaje Atico, en la región Arequipa.
Los agentes
de la División Antidrogas de la Policía Nacional intervinieron al conductor del
auto identificado como Vicente Isla Gómez (40), quien transportaba la ilegal
mercancía con destino a Bolivia.
El coronel
PNP Carlos Urbina, jefe de la Depincri Arequipa, informó que el chofer fue
trasladado hasta la sede la Policía Antidrogas y se dio aviso al Ministerio
Público para proceder con la investigación correspondiente.
Según
las autoridades la droga está valorizada en medio millón de soles en el mercado
nacional. En lo que va del año la Policía Nacional ha logrado incautar casi
media tonelada de droga en el país.