La
transición geopolítica sigue su curso. El mundo jamás se detiene y mucho menos
en lo que concierne a las relaciones entre países. El contexto geoeconómico
global marca y condiciona el devenir de la forma en la que se relacionan los
países. En época de “vacas flacas” el proteccionismo resurge con más fuerza.
Véase, por ejemplo, lo que hace el mismo Trump. La contracción del comercio
mundial en la última década es un hecho irrefutable que empuja hacia un mayor
“darwinismo” como premisa básica para la inserción económica de los países en
el mundo. Cada quien se lo busca como puede.
Pero no todo
es geoeconómico. Existe, también, una nueva época de relaciones geopolíticas en
la que los bloques cada día son más débiles. Son menos homogéneos. Y un buen
ejemplo es lo que sucede al interior de la Unión Europea, donde se observa cómo
hay grandes diferencias en muchos temas claves, como así ocurre con el acuerdo
comercial con Mercosur. Si nos aproximamos a América Latina también advertimos
cómo cada día hay una mayor dificultad para tratar homogéneamente cualquier
asunto internacional al interior de cada bloque. Esto ocurre tanto en un lado
como en el otro, tanto en la Alianza del Pacífico como en el ALBA. Estamos en
un nuevo tiempo geopolítico en el que cada país busca su hoja de ruta
internacional unilateralmente, sin que ello signifique renunciar a alianzas con
socios preferentes.
Es
justamente esto lo que debemos entender. Sería un error garrafal tratar de
explicar las relaciones internacionales con los principios de la Guerra Fría,
amparados en un marco lógico dicotómico; estás en este bando o en el otro y,
por supuesto, siempre excluyentes entre sí. No. Ya no estamos bajo ese viejo
paradigma. Y quien mejor lo demuestra es Bolivia, que mantiene relaciones
efectivas con todo el mundo, con diferentes tonalidades e intensidades. Adapta
cada relación con el otro según cada necesidad, sin ninguna renuncia a sus
propios principios. Tiene claridad absoluta sobre su línea roja en base a la
soberanía, pero no necesita recordarla cada vez que se sienta en una mesa de
negociación. Seguramente, por haber entendido muy bien qué es lo que toca hacer
en estos nuevos tiempos históricos, Bolivia es el país con “menos rechazo” por
parte del resto de países de la región latinoamericana.
Evo Morales
puede sentarse en la misma mesa con Duque (Colombia), Abdo (Paraguay), Vizcarra
(Perú) y Macri (Argentina), al mismo tiempo que va a visitar a Maduro
(Venezuela) o Diaz Canel (Cuba); puede recibir la visita de Almagro (OEA) de la
misma manera que es recibido por Putin (Rusia). Es respetado en la Unión
Europea y también en Oriente Medio, Turquía e India. Es capaz de acordar
financiación con la CAF y el BID en paralelo a sus convenios con China.
Esta gran
variedad de relaciones no son equidistantes entre sí. Es decir, no con todos se
tiene el mismo grado de sintonía y lealtad; ni mucho menos. Existen infinidad
de matices en cada relacionamiento. Hay prioridades diferentes, tipologías
distintas. No es lo mismo la relación comercial que Bolivia debe tener con
Brasil y Argentina, más allá de las afinidades ideológicas, que la relación más
política que pueda tener con otros socios. No es lo mismo la relación de
conveniencia que pueda tener con instituciones supranacionales de las que
requiere el aval en vísperas de elecciones, que las que tenga en base a otras
alianzas ideológicas.
Bolivia
ha logrado tejer virtuosamente una gran matriz de relaciones con el mundo.
Compleja y heterodoxa. Donde caben todos sin ceder soberanía. La política
exterior de Bolivia en estos años ha logrado una gran amplitud, sin
exclusiones, pero sí con prioridades, haciendo compatible lo que parecería
imposible. Evo Morales demuestra, una vez más, que sí hay alternativa, también en lo
que atañe a las relaciones exteriores. Diario
Público de España (www.publico.es)
EVO MORALES, OTRO DESCARADO INCORREGIBLE
El Nuevo Herald de EEUU (www.elnuevoherald.com)
El
populismo, en sus versiones de derecha e izquierda (los Castro, Chávez-Maduro,
Lula-Dilma, Correa, Somoza, Ortega, los Kirchner, Videla, Stroessner, Yulín
Cruz, López Obrador, desde luego, la llave Morales-García Linera) tienen entre
otros abusos en común, la ambición de poder desenfrenada, la contumacia
continuista, el irrespeto a las instituciones, la domesticación de las fuerzas
armadas, la complicidad internacional, el atropello a los derechos humanos, el
estatismo económico, la corrupción impune, la hegemonía comunicacional, el
soborno social, el uso de ONG manipulables, la identificación del alma nacional
con el caudillo autoritario y, lo más insufrible: el descaro.
Los
populistas en verdad desprecian la legalidad y la opinión pública, hacen y
deshacen sin sentirse obligados a justificar sus actos. Ellos como “salvadores
de la patria” pueden cometer cualquier canallada política y, ya en materia de
peculado Jean-François Revel los había desenmascarado: “Los socialistas actúan
como si bendijeran la corrupción cuando la practican”.
Tal ocurre
en Bolivia: Evo Morales y el hombre que usan los Castro de Cuba para
controlarlo, Álvaro García Linera, ya llevan 14 años en el poder y ahora
aspiran completar 19. Son candidatos a presidente y vicepresidente, a pesar de
que el pueblo soberano decidió en un referendo el 21 de febrero de 2016 que
ellos no podían ir a más reelecciones.
Con el más
grosero desparpajo Evo y su titiritero García Linera ordenaron al Tribunal de
Justicia que controlan, que los autorizaran para ser candidatos, con menoscabo
de la voluntad popular expresada en el referendo, con burla a la opinión
nacional y foránea. Y todo hay que decirlo, con el incomprensible aval de un
ciudadano estimable, el secretario general de la OEA Luis Almagro.
LA
INGENIERÍA SEVILLANA GHENOVA CONSOLIDA SU EXPANSIÓN EN BOLIVIA CON UN CONTRATO
DE 5 MILLONES
La compañía
cerró 2018 con una cifra récord de facturación de 24 millones de euros
ABC de
España (www.sevilla.abc.es/economia)
La
empresa Ghenova consolida su expansión en Bolivia al haber sido adjudicado la
administración boliviana de carreteras un contrato de más de 5 millones de
euros al Consorcio GHEPAC, liderado por Ghenova y del que también forma parte
la empresa brasileña PACS Engenharia.
Ghenova Ingeniería, con sede en Sevilla, realizará
la supervisión de la construcción de la nueva carretera Santa Cruz-Las
Cruces-Buena
Vista dentro de este proyecto que contará con unos 81 kilómetros y un tiempo
estimado de construcción incluyendo la revisión del diseño de unos 52 meses.
«Se
trata de un paso más hacia delante en la consolidación en el mercado
boliviano», ha destacado en un comunicado el CEO de Ghenova, Francisco Cuervas, quien ha indicado que la
empresa ha crecido considerablemente desde su implantación en 2013 llegando a
convertirse en un 5 % de la facturación de la empresa que cerró el 2018 con
cifra récord superando los 24 millones de euros.
La megaobra de Bolivia contempla la construcción de
un puente de 520 metros sobre el Río Piraí y otros 20 puentes de diferentes
tamaños, además de un viaducto que se levantará en el enlace con la doble vía
hacia la Guardia.
Ghenova lleva trabajando en Bolivia desde 2013 y
desde 2015 cuenta con una oficina propia en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
Ha
participado en un proyecto ambicioso para la historia del país como el Corredor
Ferroviario Bioceánico de Integración,
donde ha realizado el estudio de trazado y costos del proyecto que unirá e
integrará el puerto atlántico de Santos en Brasil con la costa pacífica de
Perú, atravesando el territorio boliviano y convirtiéndose en una alternativa
terrestre al canal de Panamá.
LA COCAÍNA
INCAUTADA EN PARQUE DEL PLATA LLEGÓ DESDE BOLIVIA Y YA HAY 5 IMPUTADOS EN
PRISIÓN
Dos de los
detenidos viajaron a Bolivia para preparar el envío. Falta atrapar al que
alquiló la casa, y al narco "dueño" de la droga.
Subrayado de
Uruguay (www.subrayado.com.uy)
Este
jueves de tarde fueron imputados y enviados a prisión preventiva por 120 días
(mientras continúa la investigación y se prepara el juicio) los últimos dos
hombres detenidos por participar del tráfico de casi 900 kilos de cocaína incautada el
sábado pasado en una casa de Parque del
Plata.
Según
se informó en la audiencia de formalización, aún queda por atrapar a otros tres
hombres involucrados con este cargamento de droga.
Falta
el que alquiló la casa, el narco que envió la droga y otro hombre que se sabe
estuvo en la vivienda de Parque del Plata allanada.
También
se desprende de la audiencia de este jueves que la cocaína llegó desde Bolivia
y se presume que fue ingresada en avionetas que arrojaron la droga en bolsas en
medio del campo. Allí las recogían y la cargaban en vehículos para
transportarla a un lugar "seguro".
Dos
de los imputados viajaron a Bolivia -según comprobó la Fiscalía- para preparar
el envío de la cocaína a Uruguay.
Ninguno
de los cinco imputados hasta ahora reconocer ser "el dueño" de la
droga y solo acepta haber participado del traslado o cuidado de la cocaína.
Los
dos hombres imputados este jueves se entregaron al saberse buscados e
identificados por la Policía, que el fin de semana atrapó a otros tres
integrantes del grupo delictivo que tenía la droga escondida en el fondo de una
casa alquilada hace dos meses.
Con
la decisión de este jueves son cuatro los imputados por tráfico de drogas en la
modalidad de transporte, y uno en la modalidad de custodia. Este último era
quien cuidaba las bolsas de cocaína en la casa de Parque del Plata, cobrando
por ello 5.000 pesos diarios.
La
cocaína ingresó a Uruguay por el litoral oeste y fue transportada hasta Parque
del Plata, desde donde iría a Montevideo y la mayor parte llevada a Europa,
según el plan de los narcotraficantes.
La
brigada antidrogas y la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero recibieron
información anónima sobre el ingreso y transporte de la droga.
Se
montó un operativo entonces el viernes 2 de agosto por la noche para vigilar la
casa y el sábado 3, bien temprano, se ingresó con personal de la Dirección
Nacional de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas, apoyados por la Guardia
Republicana y la Jefatura de Canelones.
DETENIDA UNA
MUJER EN EL AEROPUERTO DE JEREZ CON 4,5 KILOS DE HOJAS DE COCA
Diario Jerez
de España (www.diariodejerez.es)
La
Guardia Civil ha detenido en el aeropuerto de Jerez de la Frontera a
una mujer que trasportaba en su equipaje más de 4,5 kilos de hojas de coca. La detenida, de 57 años de edad, de nacionalidad
boliviana, con residencia legal
en España y con movilidad reducida, trasportaba 18 paquetes que contenían 4662 gramos de hojas de coca en las dos
maletas con las que viajaba.
El
viaje lo había realizado desde su país de origen hasta Jerez, vía Madrid-Barajas, siendo acompañada por personal de AENA
de apoyo a personas con movilidad reducida, y utilizando el último vuelo de la
terminal jerezana, todo ello con la
intención de eludir la acción policial.
El
servicio fue realizado por los guardias civiles del resguardo fiscal del Aeropuerto Jerez La Parra, la noche del
pasado día 7 de agosto, cuando procedían a realizar un punto de verificación
fiscal del vuelo de llegada de las 22.40 horas con origen Madrid.
En
el trascurso de la inspección se verifica el equipaje de una pasajera de procedente de Bolivia, en
cuyo interior se ocultaban un total de 18 paquetes de hojas, las cuales tras
realizar los correspondientes análisis se verifica que son hojas de coca, por lo que se comunica
a la pasajera que se procedía a su detención como presunta autora de un delito
de tráfico de drogas.
FEMINICIDIOS:
LA PREOCUPACIÓN EN BOLIVIA POR SER EL PAÍS DE SUDAMÉRICA EN EL QUE MATAN A MÁS
MUJERES
BBC de Mundo
de Londres (www.bbc.com)
Adelaida
Cossío falleció el pasado fin de semana tras recibir dos golpes en la cabeza
con un hacha y ser estrangulada con una soga.
El
hecho sucedió en Cochabamba, centro de Bolivia, y el acusado del feminicidio es
el esposo de la mujer, quien ya tenía denuncias por violencia y ahora se
encuentra prófugo.
"Después
de denunciarlo a la policía ha decidido matarla. No lo han detenido pese a las
amenazas de muerte", lamentó una sobrina de la víctima.
El
asesinato de Adelaida es uno de los más de 70 feminicidios que se han producido
en Bolivia en 2019, país donde se registra uno de estos incidentes cada dos o
tres días.
Este
fenómeno se ha vuelto tan cotidiano y alarmante en el país que el gobierno de Evo
Morales comenzó a tomar medidas al respecto.
Un
reporte reciente de la Comisión Económica para América Latina de la ONU (Cepal)
indica que Bolivia es la nación donde más mujeres son asesinadas en
Sudamérica.
Las
cifras
Dos
de cada 100.000 mujeres son asesinadas en territorio boliviano, cifra que
supera con amplitud a países con mucha violencia y criminalidad como Brasil,
donde el margen es de 1,1.
Paraguay
es el segundo país de la región donde se producen más feminicidios con una tasa
de 1,6 sobre cada 100.000. Ecuador y Uruguay tienen 1,3.
A
nivel latinoamericano, el margen más alto se encuentra en El Salvador, donde se
producen 10,2 asesinatos por cada 100.000 mujeres.
La
experta de Cepal Alejandra Valdés señaló a BBC Mundo que estas cifras
deben ser entendidas como una visibilización reciente de un fenómeno de muy
larga data.
Además
indica que la brecha existente entre los casos que llegan a conocerse y
cuantificarse y las cifras reales todavía es muy difícil de medir.
"Esto
no es un fenómeno nuevo que ha aparecido; es algo histórico", indica
la experta, que es parte del Observatorio de Igualdad de Género de la Cepal.
Valdés
añade que la realidad es tan fuerte que desde Naciones Unidas se plantea que
todos los actores del sistema público deben ser incluidos para combatir la
violencia contra las mujeres y fundamentalmente el feminicidio.
Bolivia
preocupada
Que
Bolivia sea el país con la tasa más alta de asesinatos y homicidios contra
mujeres no ha sido ignorado por el gobierno de ese país.
Este
jueves, autoridades ministeriales sellaron una alianza con medios de
comunicación estatales y privados para iniciar una campaña contra la violencia
machista.
"No
hemos logrado generar una conciencia de igualdad entre hombres y mujeres como
nación boliviana (…) el hombre siente que tiene un poder de dominio sobre la
mujer. El hombre no asume su condición de igualdad con la mujer y por eso
se cree con el derecho, incluso, de tomar su vida", afirmó el ministro de
Justicia, Héctor Arce, durante el evento.
La
autoridad boliviana sostiene que "ahora las mujeres tienen mayores
posibilidades, la mujer está en condiciones de igualdad (…) pero el hombre no
acepta esa realidad".
"Nuestra
mente, nuestro sentido patriarcal no ha evolucionado cuatro veces, como lo ha
hecho nuestra economía", concluyó Arce.
La
campaña, que fue lanzada este jueves, forma parte del Plan de Acción Contra los
Feminicidios y la Violencia Machista anunciado por Evo Morales hace tres
semanas.
De
hecho, el gobierno boliviano decidió crear un Gabinete Especial de Lucha Contra
la Violencia hacia la Mujer y la Niñez ante las cifras elevadas de feminicidios
e infanticidios detectadas en el país.
En
Bolivia el feminicidio es un tipo de delito con condena de hasta 30 años de
prisión desde hace cuatro años.
La
preocupación es tal que la presidenta de la Asamblea General de la Organización
de las Naciones Unidas, María Fernanda Espinosa, arribó a Bolivia para
acompañar al presidente boliviano en actos contra la violencia machista.
En
mayo de este año, el ministro de Gobierno (Interior) boliviano, Carlos
Romero, reconoció que el país se encuentra "10 puntos porcentuales por
encima del promedio latinoamericano en cuanto a violencia contra las
mujeres".
"Hemos
avanzado en seguridad ciudadana en general, hemos reducido la criminalidad
drásticamente, pero el tema de la violencia contra la mujer experimenta avances
todavía poco significativos", indicó la autoridad, según cita el diario La
Razón.
"Nos
están matando"
Pese
a las recientes acciones anunciadas por la administración de Morales, las
organizaciones de defensa de la mujer cuestionan que el gobierno desatendió
esta materia durante los más de 13 años que lleva en el poder.
Bolivia
también es uno de los países en los que se registra la tasa más alta de
embarazo adolescente y violencia sexual contra menores, de acuerdo a diferentes
mediciones, como la del Fondo de Naciones Unidas para la Población.
La
Coordinadora de la Mujer, entidad con sede en La Paz, indica que uno de los
principales motivos de las agresiones machistas es la impunidad reinante sobre
esos casos.
"60
feminicidios se registraron en Bolivia hasta el 13 de junio de 2019, cada uno
con mayor saña y crueldad. Los casos denunciados de violencia contra las
mujeres se incrementan visiblemente cada año, según los datos de la Fuerza
Especial de Lucha contra la Violencia (Policía)", indica la entidad.
La
institución señala que en 2018 se recibieron más de 38.000 denuncias de
agresiones contra mujeres.
El
margen de condenas contra los agresores no llega ni al 15%.
"Bolivia
cuenta con una amplia normativa que protege y garantiza a las mujeres el
derecho a vivir libres de violencia, que debe precautelar su integridad física,
psicológica y sexual. Sin embargo, este avance normativo no logra avanzar
eficientemente en su implementación", indica la Coordinadora.
Además,
la entidad reclama al gobierno y a las entidades judiciales "redoblar los
esfuerzos para implementar de forma efectiva las acciones previstas por
Ley".
"Nos
están matando" es una de las frases que agrupaciones feministas han
adoptado para denunciar los numerosos casos de feminicidios que se producen en
el país al igual que el extendido lema "Ni una menos".
MALASIA
LIBERA AL ALICANTINO CONDENADO A MUERTE POR INTRODUCIR DROGA EN EL PAÍS
Víctor
Parada, que vivía en Benilloba, regresa a su Bolivia natal tras seis años de
pesadilla La familia agradece al gobierno de Evo Morales su intervención.
Levante de
España (www.levante-emv.com)
Cuatrocientos
cincuenta gramos de cocaína y una deuda le llevaron al corredor de la muerte en
Malasia. Víctor Parada, boliviano de nacimiento y vecino de Benilloba durante
algún tiempo, fue condenado a la horca el 5 de enero de 2018 después de pasar
más de cuatro años encarcelado por introducir droga en el país asiático. Una
pesadilla que ha terminado con la liberación del joven y su regreso a Bolivia.
La familia, que aún no se cree lo sucedido, agradece al gobierno de Evo Morales
su intervención, sin la cual, asegura la madre, Silvia Vargas, «no hubiese sido
posible salvar la vida de mi hijo».
La
familia de Víctor Parada vive a caballo entre Alcoi y Benilloba, donde también
residió él durante siete años, hasta que en 2009 fue deportado por no tener la
documentación en regla y no estar trabajando. Según relató a este diario su
madre, a su llegada a Bolivia ejerció como carpintero, conoció a una mujer y
tuvo un hijo, pero en 2010 empezaron a tener dificultades económicas.
El
joven se vio obligado a pluriemplearse, hasta que perdió el dedo índice de la
mano derecha y la primera falange del corazón en un accidente laboral. La
empresa le denegó ayuda para cubrir los gastos médicos y tras su recuperación
lo despidió.
Esta
situación, según Silvia Vargas, asfixió más a la familia, hasta el punto de que
la mujer le abandonó, dejando al hijo de ambos a su cargo. «La desesperación le
llevó a aceptar dinero de un señor», y para saldar la deuda se vio obligado a
hacer de mula.
El
23 de octubre de 2013 un hermano de Víctor recibió una llamada informando de su
detención en Malasia, acusado de tráfico de drogas tras ser interceptado por
las fuerzas de seguridad del país asiático con 450 gramos de cocaína en el
interior de su cuerpo cuando se disponía a coger un taxi a la salida del
aeropuerto.
El
primer juicio no se celebró hasta el 8 de diciembre de 2017, cuatro años
después de su detención. Al mismo asistió Silvia Vargas para declarar y
presentar informes para apoyar la defensa, que se basó en todo momento en
justificar la mala situación económica de Víctor y que hizo de mula por
desesperación.
No
obstante, el 5 de enero de 2018 un juez malayo condenó al boliviano a morir en
la horca y fue trasladado a otra cárcel. La familia, pese a no tener contacto
con él, recurrió la sentencia alegando que no se tuvo en cuenta el testimonio
de la madre y que hubo fallos en la traducción.
Tras
la publicación de la noticia y de que las hermanas la compartiesen a través de
las redes sociales, los medios de comunicación bolivianos se hicieron eco, y en
febrero de 2018 el gobierno de Evo Morales pidió el indulto de Víctor y envió a
Malasia a una diplomática para interesarse por su situación.
A
principios de este año la familia daba a conocer que Víctor había esquivado la
horca porque Malasia estaba en proceso de abolir la pena capital y que el
juicio estaba previsto para marzo, pero no fue hasta el pasado 24 de julio
cuando se celebró. El joven quedó libre, pero «inmediatamente fue detenido y
enviado a inmigración», ha explicado su madre.
«Hemos
pasado 15 días horribles porque peligraba de nuevo su libertad», pero al final
en la madrugada del jueves cogió un avión de regreso a Bolivia. «Mi familia lo
está esperando allí. No sabemos en qué estado se encuentra, sobre todo
psicológico», y «mi deseo es poder traerlo aquí, con nosotros».
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