Los cruces ya han escalado hasta la Corte
Internacional de Justicia. Mientras el Gobierno de López Obrador señala al
gobierno de facto de La Paz de un "hostigamiento sin precedentes",
las autoridades autoproclamadas en Bolivia insisten en acusar a México de
inmiscuirse en sus asuntos internos.
México
y el Gobierno de facto en Bolivia protagonizan una tensión diplomática sin
precedentes, luego de que fuerzas armadas del país andino habilitaran un
cerco a la Embajada mexicana en La Paz, con el fin de impedir que cuatro
refugiados políticos abandonaran el país sudamericano.
El
roce se ha agudizado desde el respaldo que dio el Gobierno del presidente
Andrés Manuel López Obrador al presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales,
para que pudiera salir de su país, en noviembre pasado.
Bolivia
acusa injerencia
La
ministra de Exteriores del Gobierno de facto en Bolivia, Karen Longaric,
rechazó las acusaciones por el asedio a la Embajada mexicana y señaló a
México de supuesta injerencia en sus asuntos internos.
La
canciller incluso amenazó con la salida de La Paz de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que este año preside México.
"Las
relaciones bilaterales con el gobierno de México se deterioraron desde el
momento en el que el gobierno mexicano ayudó al expresidente Evo Morales
a tergiversar la realidad
sobre la lucha y voluntad del pueblo boliviano",
dijo Longaric en un comunicado difundido este jueves.
La
cancillería boliviana indicó que el 26 de noviembre de 2019, mediante
nota verbal, pidió a la embajada de México que los asilados que fueran
entregados a las autoridades.
"Sin
embargo, la Subsecretaría mexicana para Latinoamérica y el Caribe objetó de manera desafiante las decisiones del Ministerio Público de
Bolivia, incluso haciendo disquisiciones que no correspondían y que pueden
considerarse injerencia en los asuntos internos de otros Estados",
sostuvo el Ministerio de Exteriores boliviano.
El
Gobierno mexicano "rechazó categóricamente la entrega de esas personas y
ratificó la decisión de otorgarles asilo en tono de franco desafío a la
jurisdicción boliviana", agrega el documento oficial.
La
cancillería de facto en Bolivia también reiteró su "preocupación" por
la "injerencia" de México en asuntos bolivianos.
México:
"hostigamiento sin precedentes"
Por
su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México rechazó "el hostigamiento y la intimidación"
del Gobierno de facto boliviano.
Sobre
la entrega de asilados políticos, México aclaró que las órdenes de aprehensión
contra los cuatro exfuncionarios fueron notificadas 10 días después de darles
refugio en la Embajada mexicana en La Paz, Bolivia.
Asimismo,
la cancillería mexicana explicó que, de acuerdo con el régimen jurídico del
asilo diplomático —construido sobre las Convenciones de La Habana (1928),
Montevideo (1933) y las dos de Caracas (1954)—, "corresponde al Estado
asilante la calificación de la naturaleza del delito o de los motivos de la
persecución", y que "será respetada la determinación del Estado
asilante de continuar con el asilo y exigir el salvoconducto para el
perseguido".
Por
lo cual, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, recalcó que "el asilo
no es una injerencia, sino un principio de derecho internacional", por lo
que desestimó las acusaciones del Gobierno boliviano.
Ebrard
dijo que esas mismas acusaciones de injerencia fueron usadas por los regímenes
dictatoriales en América Latina durante la década de 1970, y remató: "eso
mismo se pudo haber argumentado cuando fue la Guerra civil española o cuando se
recibió a la comunidad judía en los años 30, cuando eran perseguidos por el nazismo".
El
doble discurso de Bolivia
Por
su parte, Efraín Guadarrama, director de Organismos y Mecanismos
Regionales Americanos de la SRE, evidenció las incongruencias del Gobierno de
facto en Bolivia, que en un primer momento aseguró que el despliegue
policíaco a las afueras de la Embajada mexicana era para
"proteger" la sede diplomática ante las protestas sociales, tal como
lo señaló en un documento emitido ante la Organziación de Estados
Americanos (OEA).
Pero
posteriormente, el mismo Gobierno de facto, a través de Wilson Santamaría,
viceministro de Seguridad Ciudadana de Bolivia, reconoció que el cerco policial
a las afueras de la Embajada era para impedir que se fugaran cuatro asilados
políticos.
"Hemos
tomado las previsiones necesarias para que los dispositivos de seguridad rastreen y detecten
inmediatamente cualquier ayuda,
complicidad, para coadyuvar a que los fugitivos abandonen el país.
Eso no lo vamos a permitir", sostuvo Santamaría en entrevista con W Radio.
Los
cuatro refugiados bolivianos que son perseguidos por el Gobierno de facto
son: el exministro de Presidencia, Juan Ramón Quintana; el exministro de
Justicia, Héctor Arce; el exministro de Gobierno Hugo Moldiz y el exdirector
de la Agencia de Tecnología, Nicolás Laguna.
Ante
el acoso, México denunció al actual Gobierno boliviano ante la Corte de
Justicia Internacional, máximo órgano judicial de Naciones Unidas, por
violentar sus obligaciones diplomáticas.
Apoyo
internacional
Mientras
tanto, México asegura que al menos 29 países, incluidas naciones de la Unión Europea y
"casi todos" los países de América Latina, han manifestado su
respaldo al Gobierno mexicano ante la crisis diplomática en Bolivia.
En
un sentido similar, los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos
de Nuestra América (ALBA), conformada por Venezuela, Cuba y Nicaragua,
expresaron "su profunda condena al asedio" que sufren la Residencia y
Embajada de México en Bolivia, "por parte de los servicios de inteligencia
y seguridad bolivianos". Esto, a través de un comunicado difundido por el canciller venezolano Jorge
Arreaza.
Cronología
del desencuentro
10 de noviembre: Se
produce el golpe de Estado en Bolivia, luego de que el presidente Evo Morales
se viera forzado a renunciar por presión del Ejército.
11 de noviembre: Morales
acepta el asilo político ofrecido por México.
12 de noviembre: Tras
una complicada operación, Evo Morales y parte de su gabinete llegan a México
tras ser rescatados en una aeronave del Gobierno de López Obrador. El mismo
día, la senadora Jeanine Áñez es proclamada e investida como presidenta de
Bolivia, con respaldo de las cúpulas militares.
15 de noviembre: México
recibe solicitantes de asilo en Bolivia. Al menos 25 exfuncionarios y
legisladores bolivianos llegaron a la Embajada de México en La Paz.
En
los días posteriores, el Gobierno mexicano solicitó que se ofrecieran
salvoconductos para que los refugiados pudieran abandonar el país.
26 de noviembre: El
Gobierno de facto en Bolivia notifica a México que existen órdenes de
aprehensión contra 4 asilados en su Embajada.
23 de diciembre: Aparecen 90 efectivos de la policía
y el Ejército del Gobierno de facto de Bolivia en las
afueras de las instalaciones de la Embajada de México y la residencia de
la embajadora.
24 de diciembre: México
condena el asedio y denuncia que las fuerzas armadas bolivianas pretendieron
inspeccionar el automóvil de la embajadora María Teresa Mercado, violando su
inmunidad diplomática. El Gobierno de facto en Bolivia acusa a México de
"injerencia en asuntos internos".
26 de diciembre. México
anuncia que denunciará a Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia,
máximo órgano judicial de Naciones Unidas, por violar obligaciones diplomáticas
según lo establecido en la Convención de Viena. El Gobierno mexicano
informa que permanecen nueve
bolivianos refugiados en la Embajada mexicana, de los cuales,
cuatro cuentan con órdenes de aprehensión. RT de Rusia (www.actualidad.rt.com)
BOLIVIA: MANDAR A LA MARINA
Ante
el hecho que el gobierno golpista de Bolivia no tiene interés en seguir
convenios internacionales ya que no tienen ningún tipo de legitimidad, la
amenaza que invadan la embajada mexicana o peor, la quemen como lo han
expresado algunos funcionarios de Añez, debe ser vista como un peligro
inminente. Poco o nada importará a los golpistas si son denunciados en la ONU,
en la OEA, en la CEPAL o en La Haya.
A
ellos no les interesa que estos órganos mundiales los legitimen. En otras
palabras, Bolivia es tierra sin ley, y la única autoridad que responden serían
a los EU, que tampoco le importa mucho la opinión de estos órganos. Si Añez y
su gobierno deciden irrumpir en la embajada mexicana, habrá muchas condenas
internacionales, pero nada ni nadie podrá evitarlo.
El
problema es que una acción de este tipo sin duda lastimaría la soberanía
nacional de manera permanente, algo de lo que AMLO difícilmente se repondría.
En ese sentido, AMLO debe evaluar la posibilidad de elevar la amenaza ante los
golpistas de Bolivia, y no solo quedarse en la condena internacional. Como país
con más poderío económico que Bolivia, podría evaluar la imposición de duras
sanciones a este país, así como el congelamiento de cuentas de aliados de los
golpistas y el embargo del litio boliviano para el T-MEC.
Así,
ante el hecho que el T-MEC crea una zona de libre comercio con restricciones
para otros países, México podría presionar a EU para que se pongan aranceles
muy altos a Bolivia y Norteamérica únicamente consuma el litio de Sonora. Estas
sanciones seguro resonarían entre los intereses económicos de los golpistas y
lo pensarían dos veces antes de autorizar alguna invasión. Pero si esto falla,
México podría recurrir a los clásicos “ejercicios navales” que las
superpotencias hacen cerca de países en conflicto para mostrarle los dientes a
sus adversarios.
Así,
México podría mandar sus fragatas Sigma armada con misiles cerca de Bolivia,
que aunque no tiene costa, de todos modos el “paseo” manda un poderoso mensaje
a los golpistas, que se ve solo responden a la fuerza, no a la razón.
Editorial
BOLIVIA: GOLPISMO Y AGRESIÓN
En
respuesta al asedio militar y policial del gobierno boliviano de
facto en contra de la embajada y la residencia oficial de nuestro país en
La Paz, ayer la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) presentó un
instrumento ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), principal órgano
judicial de las Naciones Unidas. La cancillería, encabezada por Marcelo Ebrard
Casaubón, señaló que el hostigamiento y la intimidación en contra de la
legación diplomática mexicana no tienen precedente y son incluso mayores a lo
vivido durante las dictaduras militares en América Latina en el siglo pasado.
Como
se ha consignado puntualmente en este espacio, la hostilidad del régimen
autoritario boliviano hacia nuestro país se remonta a las primeras horas tras
el golpe de Estado, cuando el gobierno del presidente Andrés Manuel López
Obrador anunció que México honraría su tradición diplomática brindando asilo al
ex mandatario Evo Morales. Desde entonces y hasta que el dirigente del
Movimiento al Socialismo salió de México hacia Cuba y posteriormente a
Argentina, los cabecillas golpistas Luis Fernando Camacho, Carlos de Mesa y
Jeanine Áñez se embarcaron en una serie de ataques verbales contra el gobierno
mexicano por su decisión soberana de brindar asilo a Evo Morales y a
integrantes de su gabinete. A estos exabruptos sin sustento jurídico se ha
sumado en días recientes Jorge Quiroga, correligionario y sucesor del dictador
Hugo Bánzer, nombrado por el golpismo como delegado ante la comunidad
internacional por su cercanía con Washington.
Tras
la salida de Evo, las intimidaciones de la dictadura instalada en Bolivia se
trasladaron hacia las sedes de la legación diplomática mexicana, donde se
refugiaron los ex ministros de la Presidencia y de Gobierno, Juan Ramón
Quintana y José Hugo Moldiz, junto con otros siete ex integrantes de la
administración depuesta. Todos ellos se encuentran en espera de los
salvoconductos que les permitan abandonar Bolivia, los cuales han sido negados
por el gobierno de la autoproclamada Áñez en abierta violación al derecho
internacional.
Debe
remarcarse que el cerco militar contra la embajada y la residencia oficial no
sólo es un acto de intimidación inadmisible hacia los ciudadanos bolivianos que
cuentan con la protección de México, sino que pone en riesgo la integridad del
personal diplomático mexicano en la nación hermana. De acuerdo con el sitio
oficial de la SRE, hasta el pasado 28 de noviembre la delegación mexicana en La
Paz se encontraba conformada por la embajadora, María Teresa Mercado Pérez; la
consejera, Ana Luisa Vallejo Barba; el segundo secretario, Luis Guillermo
Romero Parra, así como las agregadas administrativas Adaney Yajaira Escobedo
Miranda y Mariana Peña Hernández, cuya seguridad y la de cualquier otro
funcionario designado desde entonces es entera responsabilidad del gobierno
boliviano.
La
saña persecutoria contra los integrantes del gobierno constitucional derrocado
se explica en buena medida por el odio racista que anima a la oligarquía
boliviana recién retornada al poder, pero sería un desatino achacar a esta
inquina primaria la escalada de amenazas e insolencias de las que ha sido
objeto nuestra nación. En cambio, habría que buscar el origen de las agresiones
en la notoria necesidad del régimen golpista de construir un enemigo externo
que le otorgue una coartada para mantener la barbarie represiva desatada desde
el pasado 10 de noviembre. Entendido en esos términos, parece claro que México
es el enemigo idóneo: se encuentra lejos de las fronteras bolivianas,
tiene una vocación pacifista incuestionable y, en suma, no representa para la
dictadura ningún riesgo de escalada armada.
La
simple amenaza contra la inmunidad diplomática atenta no sólo contra la
relación bilateral México-La Paz, sino contra la misma convivencia mundial, que
resulta en todo punto imposible sin embajadas seguras. Por ello, así se trate
de un mero golpe de efecto propagandístico para consumo interno, la agresividad
contra la representación diplomática mexicana y la injustificable tardanza en
la expedición de los salvoconductos requeridos para quienes se encuentran
protegidos por el derecho de asilo, sientan un precedente nefasto en las
relaciones internacionales que debe ser rechazado en los términos más enérgicos
por la comunidad de las naciones.
BOLIVIA: ¿TIENE LÍMITES EL
CONFLICTO?
México
escaló el conflicto diplomático con Bolivia, conflicto en el cual ni siquiera
los que apoyamos al gobierno mexicano tenemos claro cuál es el objetivo de lo
que ya es confrontación.
Alega
la cancillería mexicana que Bolivia acosa a la embajada con vigilancia excesiva
de policías y patrullas, así como agentes de civiles, pero ellos dicen que son
medidas de protección de sedes y diplomáticos mexicano.
El
tiempo dirá cuál es el límite del litigio internacional en que se ha metido
México, pero sobre todo nos permitirá saber los objetivos que, salvo el respeto
al derecho de asilo, no los ha dejado claros el gobierno de México.
PAN:
la misma piedra, oootra vez
Por
lo visto a los anayistas no les bastó llevar al PAN perder la elección
presidencial por alejar a su voto tradicional al aliarse con sus adversarios
históricos desde la transición democrática.
Perdieron
la elección y, tal parece que también perdieron la brújula pues para las
elecciones de 2021 anuncian que convocarán a “candidatos externos”, o sea que
no sean panistas.
Ni
siquiera entienden que, si para 2021 no conservan el voto de sus militantes y
simpatizantes y atraen a los adversarios de Morena, van a correr el riesgo no
de una derrota electoral, sino de empezar a difuminarse. Dios ciega a quienes
quiere perder.
Tierra
de nadie, mercados de CDMX
Los
mercados de CDMX están bajo jurisdicción de los gobiernos de las alcaldías
respectivas, antes delegaciones, pero tal parece que una cosa es la
jurisdicción y otra distinta asumir la responsabilidad de esos centros de
comercio popular.
Todos
los años se asigna presupuesto para mantenimiento de los mercados, pero cada
alcaldía gasta sólo lo suficiente para satisfacer los intereses de los
locatarios, sin asumir la responsabilidad de la seguridad física de los
recintos de comercio.
Los
recientes incendios muestran no sólo la incuria de muchos locatarios, también
la irresponsabilidad de los alcaldes y la tolerancia del gobierno de CDMX. No
importa, el dinero de los contribuyentes da para eso y más.
NOTAS
EN REMOLINO
Los
déficits de las universidades públicas no los resarcen ni los gobiernos
estatales ni la Federación, sólo son paliados con temporales apoyos. Quizá esa
es la razón por la que algunos rectores ven son cierta simpatía la propuesta
que desde Palacio les hicieron para “cultura de la paz”, whatever that means…
El próximo e inminente enero de 2020, confía la Secretaría de Economía, el
gobierno estadounidense ratificará el acuerdo azucarero que impedirá se cobren
aranceles a las exportaciones mexicanas… Informas que declararon desiertas el
36 por ciento de las licitaciones por medicamentos, equipo y material de
curación para el sector salud. ¿Qué significa eso? Lo sabremos dentro de pocos
meses… Ya quedó claro que en el gobierno federal lo de la descentralización
marcha, como solía escribir Bernal Díaz del Castillo, sin orden ni concierto,
sin rumbo, pues… A los compañeros y lectores de EL ECONOMISTA les
deseo un Feliz Año Nuevo y para 2020 les envío el saludo Vulcano: larga vida y
prosperidad. Nos leemos el próximo 6 de enero…
REHENES EN BOLIVIA
Entre
1949 y 1954 el peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador de la Alianza
Popular Revolucionaria Americana (APRA), permaneció 63 meses asilado en la
embajada de Colombia en Lima, Perú, porque la dictadura militar de Manuel Odría
se negaba a otorgarle el salvoconducto requerido para salir del país. A la
postre, la presión internacional logró que el régimen accediera a dejarlo
marcharse de la nación. El caso se volvió punto de referencia para la legalidad
internacional y desde entonces los gobiernos, por opresivos y autoritarios que
fueran, procuraron no incurrir en desfiguros semejantes.
Sin
embargo, en el trágico septiembre de 1973, los matones que se hicieron con el
poder en Chile, le pusieron el cañon de un fusil en las costillas al embajador
Gonzalo Martínez Corbalá, quien encabezaba la representación mexicana en
Santiago, como una forma de presión para obligarlo a que entregara a los
cientos de asilados que se aglomeraban en el recinto diplomático; sin embargo,
Martínez Corbalá no se dobló y logró sacarlos, vivos, del naciente infierno
pinochetista, para bien de México, de Chile y de la humanidad en general. Con
el correr de los años, el diplomático mexicano habría de testificar en contra
de Pinochet cuando éste fue pescado en Londres a pedido de la
justicia española para juzgarlo por crímenes de lesa humanidad.
El
descrédito internacional no le importó gran cosa a los generales que
interrumpieron violentamente la vida política argentina en 1976. El menos grave
de los crímenes que cometieron fue impedir la salida del país al ex presidente
peronista Héctor J. Cámpora, quien buscó refugio en la legación de México en
Buenos Aires y se vio obligado a permanecer allí, gravemente enfermo, más de
tres años. Hoy, los milicos que se encaramaron al poder son sinónimo
de barbarie y en Argentina hay calles, plazas y un salón del Senado que llevan
el nombre de Cámpora.
El
21 de julio de 1980 Bolivia sufrió un cruento cuartelazo en el que varios
políticos opositores, entre ellos Marcelo Quiroga Santa Cruz, fueron asesinados
y centenares de perseguidos buscaron asilo en diversas representaciones diplomáticas.
Para el 20 de agosto, el embajador mexicano en La Paz, Bolivia, Plutarco
Albarrán López, reportaba a la Secretaría de Relaciones Exteriores que había 69
refugiados en la residencia y 24 en la sede de la embajada. Sin decirlo
expresamente, los militares gobernantes retrasaban la expedición de los
salvoconductos con la intención de forzar a las autoridades mexicanas a que
reconocieran al régimen de facto, cosa que nunca sucedió por la simple
razón de que México no otorga ni niega reconocimiento a régimen alguno. A la
postre, Luis García Meza, Luis Arce Gómez y otros de
los matarifes que participaron en el golpe de julio fueron juzgados y
condenados por sus crímenes en tribunales de Bolivia, Italia y Estados Unidos.
Manuel
Odría, Augusto Pinochet, Rafael Videla, Luis García Meza: esos son los ejemplos
que inspiran a las actuales autoridades bolivianas en su decisión de cercar la
representación de México en La Paz con comandos de asalto y de acosar al
personal diplomático de nuestro país. Su propósito explícito es perpetrar un
atropello: capturar a nueve refugiados que ya recibieron asilo por parte del
gobierno mexicano y que legalmente se encuentran, por consiguiente, fuera de la
jurisdicción de Bolivia.
Pero
más allá de lo expresado, la porfiada insolencia con la que los mandamases
bolivianos del momento se han dirigido a nuestro gobierno, así como sus
acciones inequívocamente hostiles hacia la legación diplomática, buscan obligar
a México a que les otorgue su reconocimiento. Como en 1980, Jorge Tuto Quiroga,
Luis El Macho Camacho, Jeanine Áñez, Carlos Mesa y otros cabecillas
del actual régimen de facto boliviano ven en los refugiados en
nuestra embajada a rehenes que pueden ser intercambiados por un acto de
legitimación que no llegará nunca por la sencilla razón de que nuestro país ha
recuperado la Doctrina Estrada, que por consiguiente no mantiene relaciones con
gobiernos, sino con estadosy que, en consecuencia, no tiene por qué reconocer o
desconocer a los primeros.
Pero
los golpistas no sólo se caracterizan por su autoritarismo represivo y
criminal, sino también por desconocer la historia; por eso, tarde o temprano
acaban siendo juzgados, en sus países de origen o en otros. Y los gobernantes
del momento en el país andino son responsables de crímenes mucho mayores que el
de lanzar agresiones contra una embajada.
ZALDÍVAR RESPALDA A AMLO
POR INSULTOS DE EXPRESIDENTE DE BOLIVIA
Arturo
Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN), se solidarizó con el presidente Andrés Manuel
López Obrador, tras los ataques e insultos que recibió del
expresidente de Bolivia, Jorge Quiroga, quien lo llamó “cobarde”.
A
través de su cuenta en redes sociales, el ministro de la Corte dijo que respeta
la independencia judicial y la división de poderes, "pero cuando se ataca
e insulta a un Jefe de Estado Mexicano, los mexicanos debemos estar
unidos”.
Además,
dijo que su opinión a “título personal” la haría del mismo modo hacia
cualquiera de los Poderes de la Unión. “Hago votos porque Bolivia suba
el nivel del debate, y se busque una solución acorde al derecho internacional,
en lugar de lanzar descalificaciones”, escribió.
Lo
anterior, luego de que Jorge Quiroga, expresidente de Bolivia y actual
delegado internacional del gobierno interino de Jeanine Áñez, llamó al presidente Andrés
Manuel López Obrador "cobarde" y "sinvergüenza" por
dar refugio a Evo Morales en México.
ALFREDO FEMAT RESPALDA
POSTURA DE GOBIERNO ANTE BOLIVIA
El
presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores en la cámara de diputados,
Alfredo Femat Bañuelos, externó este jueves su “apoyo y firme respaldo”, a
Andrés Manuel López Obrador, titular del Poder Ejecutivo en México, así como a
Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, en la exigencia
al gobierno de la República de Bolivia para que “se respete el derecho
internacional”, y concretamente la convención de Viena, ante el ilegal asedio a
la embajada mexicana en ese país sudamericano.
Desde
el palacio legislativo de San Lázaro, este jueves el diputado Femat Bañuelos,
del Partido del Trabajo se sumó a través de un breve pronunciamiento a “la
preocupación del Estado mexicano por el incesante asedio militar y policiaco a
la Embajada de los Estados Unidos Mexicanos en Estado Plurinacional de
Bolivia”.
“Manifiesto
mi apoyo y firme respaldo a la postura del Gobierno mexicano y de la Secretaría
de Relaciones Exteriores y me sumo a la solicitud a las autoridades bolivianas
para que se respete el Derecho Internacional, y en particular lo dispuesto por
la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”.
Asimismo
planteó el diputado Femat Bañuelos –ex rector de la Universidad Autónoma de
Zacatecas-, “dado el estado de la situación de riesgo de nuestra Embajada en
Bolivia, apoyo de manera decidida la determinación del Estado mexicano para
acudir a las instancias internacionales”, a denunciar este atropello diplomático.
Las
instancias ante las que se actuará, expuso el presidente de la Comisión de
Relaciones Exteriores, serían la Corte Internacional de Justicia, como
principal órgano jurisdiccional de las Naciones Unidas, para que se garanticen
los principios y propósitos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
LA CRISIS DIPLOMÁTICA CON
BOLIVIA COMPLICA LA RELACIÓN DE EBRARD CON POMPEO
Crece la hostilidad en el gobierno de Añéz.
Los movimientos de un hombre clave del departamento de Estado.
La
escalada de la tensión diplomática con Bolivia ya genera fricciones entre el
Gobierno mexicano y el Departamento de Estado a cargo de Mike Pompeo. Ocurre
que el jefe de los diplomáticos en la administración Trump es un gran
entusiasta del gobierno de Jeanine Añéz, al punto que EU fue el primer país en
reconocer ese mandato tras la salida de Evo Morales del poder.
Ese
respaldo absoluto es lo que explica la conducta del gobierno de La Paz, que
acusa a México de no cumplir tratados internacionales y se aventura a un
litigio contra la segunda economía de la región. La retórica va acompaña de
gestos. El periódico El Universal revela hoy jueves que los funcionarios de la
diplomacia boliviana en CDMX ni siquiera contestan los llamados de Marcelo
Ebrard.
La
del canciller es una posición delicada, porque es Pompeo su principal
interlocutor para resolver la disonancias de la relación bilateral, así como
Luis Videgaray lo hacía con Jared Kushner.
La
relación de Pompeo con el grupo político que hoy por hoy detenta el poder en
Bolivia la construyó Michael McKinley, quien fuese jefe de asesores del
secretario de Estado hasta octubre, cuando tuvo que renunciar por la onda
expansiva de la trama ucraniana. Un detalle: McKinley acompañó a Pompeo a
mediados de julio del 2018 a la primer reunión con Andrés Manuel López Obrador
en la casa de transición en la colonia Roma.
Ex
embajador en Brasil, Afganistán y Colombia, y considerado un "halcón"
de la diplomacia, fue McKinley quien aseguró el pleno respaldo de EU al nuevo
gobierno boliviano.
El
Gobierno de AMLO ya tuvo que ceder en esta cuestión: Ebrard tuvo que operar la
salida de Morales hacia Cuba para evitar un conflicto con Washington. Ahora, la
trama continua porque en la embajada mexicana de La Paz hay ocho ex
funcionarios de Morales de los cuales varios tienen pedido de captura. No se
dirá en voz alta para EU pretende que ese asilo culmine y por eso la vigilancia
creciente sobre la sede diplomática. Una encrucijada para la la 4T y para la
propia historia de México.
SE TENSA RELACIÓN DE MÉXICO
Y BOLIVIA, ACEPTAN ABRIR CANAL DE DIÁLOGO
El país sudamericano afirma que sólo con el
canciller Marcelo Ebrard se puede abrir la puerta a la comunicación entre ambas
naciones
Luego
de amagar con ir a la Corte Internacional de Justicia por el acoso a la
embajada mexicana en La Paz, Bolivia, el gobierno de ese país sudamericano
aceptó abrir un canal de diálogo, pero directamente con el secretario
de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard.
Por
la mañana, en conferencia de prensa en Palacio Nacional, el canciller
mexicano y el presidente Andrés Manuel López Obrador explicaron que,
ante la negativa del “gobierno de facto” de Bolivia, de no retirar a
sus policías de la embajada de México buscarían el apoyo de instancias
internacionales, incluso se aseguró que había 29 países que apoyaban a México.
El canciller
mexicano relató que el día 23 de diciembre aparecieron fuera de las
instalaciones de la embajada y la residencia 90 elementos de seguridad y
del Ejército, lo cuales no fueron solicitados por México.
Ante
esta presencia de policías, México estableció contacto con las autoridades
bolivianas para mostrarles “preocupación” respecto de dicho
despliegue, asimismo se estableció contacto con la ONU y otras
instituciones y organismos internacionales.
Pero
como no se había dado alguna respuesta acorde a los principios internaciones de
respeto, Ebrard anunció que México presentaría un instrumento
jurídico ante la Corte Internacional de Justicia por violación a
obligaciones diplomáticas. Esta acción la secundó el presidente López
Obrador y pidió a Bolivia recapacitar su actuación.
Más
tarde, se supo que México invitó a establecer comunicación con el
gobierno de Bolivia, el cual se dijo abierto al diálogo.
A
través del subsecretario de la SRE, Maximiliano Reyes, se informó que la
canciller de Bolivia, Karen Longaric, aceptaba entablar una comunicación
diplomática con Marcelo Ebrard.
El canciller Ebrard manifestó su preocupación
y exigió pronta respuesta
MÉXICO DENUNCIA A BOLIVIA
ANTE LA CORTE DE LA ONU POR ASEDIAR SU EMBAJADA
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo
que un despliegue armado de ese estilo "no lo hizo ni Pinochet". Para
el gobierno de facto, existen amenazas "creíbles" de ataques contra
la sede diplomática.
El
gobierno mexicano denunciará ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a
Bolivia por el hostigamiento de las fuerzas de seguridad a sus sedes
diplomáticas en el país. Así lo manifestó el canciller mexicano, Marcelo
Ebrard, expresando su "preocupación" por el despliegue exagerado de
la policía y el ejército bolivianos. El presidente Andrés Manuel López
Obrador se sumó al repudio y dijo que "Eso no lo hizo ni (Augusto)
Pinochet". El martes pasado, la Secretaría de Relaciones Exteriores
(SRE) denunció la violación del artículo 22 de la Convención de Viena, que
establece que "los locales de la misión son inviolables". El
expresidente de Bolivia, Evo Morales, repudió el nivel de persecución "al
estilo de la dictadura militar". El gobierno de facto boliviano
justificó su accionar argumentando que existen amenazas "creíbles" de
ataques contra la sede diplomática. También expresó que la propia embajada
mexicana exigió un refuerzo de la seguridad.
El
canciller Marcelo Ebrard explicó que desde el 15 de noviembre México recibió a
varios solicitantes de asilo en su embajada y en la residencia del embajador en
La Paz. Los aceptaron por la "tradición" del país en materia de
refugio. "Se les otorgó asilo y se les solicitó que se les confirieran
salvoconductos", agregó. Diez días después, el gobierno de facto de
Jeanine Añez dictó órdenes de arresto contra varios de los asilados en las
sedes diplomáticas mexicanas.
Según
explicó el titular de la SRE, el 23 de diciembre aparecieron fuera de las
instalaciones de la embajada y de la residencia unos "90 elementos no
solicitados de Policía y Ejército" de Bolivia. "Para hacerles
una idea, el número habitual no rebasa los seis", remarcó. A raíz de esto,
se contactó a las autoridades bolivianas para mostrar la
"preocupación" de México sobre este despliegue y también se
estableció contacto con Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
El
martes pasado, la Cancillería mexicana había manifestado su preocupación por la
vigilancia excesiva del personal de servicios de inteligencia y de seguridad
tanto en la residencia como en la embajada de México en Bolivia. A través de un
comunicado, Cancillería remarcó que el artículo 22 de la Convención de Viena
sobre Relaciones Diplomáticas establece que "los locales de la misión son
inviolables".
En
su habitual conferencia matutina, el presidente de México, Andrés Manuel
López Obrador, deseó que Bolivia "recapacite y respete" el derecho de
asilo y se aleje la "tentación" de tomar la embajada de México
en ese país. "Eso no lo hizo ni Pinochet", dijo el mandatario, y
pidió que prevalezcan "la sensatez y la política".
A
través de su cuenta de Twitter, el expresidente Evo Morales condenó días
atrás la persecución "al estilo de la dictadura militar (...) al cercar la
residencia mexicana con policías y utilizar drones que violan su espacio
aéreo para amedrentar y poner en riesgo la seguridad de los asilados".
Al
repudio se sumó el Comité de Solidaridad con los Pueblos Latinoamericanos, que
el pasado 29 de noviembre presentó una denuncia en
tribunales federales de la provincia de Córdoba, Argentina, por delitos de lesa
humanidad en Bolivia. El colectivo denunció a través de un comunicado que en
las últimas horas se produjeron "movimientos inusuales de vehículos y
patrullas policiales alrededor de la residencia y, se han reforzado los puntos
desde los cuales se vigila el lugar". Para el Comité, Bolivia está
viviendo un "estado de excepción que se acerca peligrosamente al
terrorismo de Estado".
Entre
la veintena de bolivianos asilados en la embajada de México hay seis
exministros, entre ellos el exministro de Presidencia Juan Ramón Quintana,
el exministro de Economía y el exministro de Gobierno Hugo Moldiz. Sobre
algunos de ellos pesan órdenes de captura. Pero la sede diplomática se niega a
entregarlos, mientras que La Paz rechaza otorgarles salvoconductos para salir
del país.
Lejos
de retractarse, el gobierno de facto de Bolivia continúa justificando la
vigilancia policial extrema en la embajada de México en La Paz. Argumenta
que existen amenazas "creíbles" de ataques contra la sede
diplomática. "El gobierno de Bolivia comunica que ha recibido información
creíble de amenazas de violencia por parte de movimientos sociales e
índigenas", expresó a través de un comunicado leído por el secretario
privado presidencial, Erick Foronda.
Para
"precautelar la tranquilidad de la misión" y "la seguridad"
de los funcionarios diplomáticos, el gobierno de la autoproclamada presidenta
Jeanine Añez "incrementó la presencia de fuerzas policiales" en las
afueras de la embajada. También aseguró que quien solicitó en varias
ocasiones reforzar la seguridad en sus sedes diplomáticas en La Paz fue México,
país al que acusó de tergiversar la realidad y desafiar a la Justicia
boliviana.
La
canciller interina de Bolivia, Karen Longaric, expresó en conferencia de prensa
que la Embajada de México en La Paz envió en noviembre pasado dos notas
pidiendo "reforzar con seguridad policial", ya que se sentían
"asediados por movimientos sociales que protestaban al frente" de la
sede diplomática. Sin embargo, la Cancillería mexicana insiste en exigir
una respuesta "acorde a los principios internacionales de respeto, y no
solo respeto, garantía a la integridad de las sedes diplomáticas", que son
"consideradas parte del territorio nacional de los países que
representan".
MÉXICO DENUNCIA ANTE CORTE
DE LA ONU ASEDIO A LA EMBAJADA EN BOLIVIA
Jamás permitiremos que entren a nuestra sede
diplomática: SRE
Debido
al hostigamiento que prevalece en la embajada mexicana en Bolivia por parte del
gobierno de facto en ese país, la Secretaría de Relaciones
Exteriores (SRE) presentó un instrumento jurídico ante la Corte Internacional
de Justicia, principal órgano judicial de la Organización de Naciones Unidas
(ONU), por la violación a obligaciones diplomáticas.
El
recurso se presenta después de que esta semana aumentó de seis a 90 el número
de elementos policiacos y militares del país sudamericano alrededor de la sede
diplomática, luego de que México recibió a nueve integrantes del gobierno de
Evo Morales que solicitaron asilo.
Al
respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador confió en que las
autoridades bolivianas recapaciten y se respete el derecho de asilo,
así como el que se aleje cualquier tentación de tomar o vulnerar nuestra
soberanía al querer penetrar en nuestra embajada; eso no lo hizo ni (Augusto)
Pinochet. Yo espero que prevalezca la sensatez; que prevalezca, por encima de
todo, la política.
Sin
respuesta
Desde
el lunes pasado, la cancillería mexicana mostró su preocupación ante el asedio
policial en el que incluso se han usado drones para tomar fotografías del
interior de la embajada. Tras ello, no hemos recibido respuesta acorde a
los principios internaciones de respeto, agregó el secretario de Relaciones
Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, quien dejó en claro que el gobierno
mexicano no entregará a los asilados.
Explicó
que el pasado 15 de noviembre las nueve personas presentaron la solicitud de
asilo, la cual se concedió ese mismo día y se solicitó que se les confirieran
salvoconductos para abandonar el país.
No
fue sino hasta el 26 de ese mes, 11 días después, que “se nos comunica por el
gobierno de facto de Bolivia que hay órdenes de aprehensión en
contra de cuatro de los asilados”. De acuerdo con el derecho internacional, lo
que prevalece en estos casos es el asilo, ya que al anunciarse la orden de
aprehensión ya se encontraban en la embajada mexicana, apuntó.
Aunque
la orden de aprehensión es contra cuatro de las nueve personas, a los cinco
restantes tampoco se les ha otorgado el salvoconducto que les permitiría dejar
Bolivia.
De
ninguna manera permitiríamos que ingresen al recinto de la representación de
México en Bolivia; eso jamás lo podríamos aceptar, ni nosotros ni ningún país,
pero nosotros menos. Tampoco vamos a pedir a los nueve que se salgan de la
embajada. Imagínese usted, sería inaceptable eso para México, indicó Ebrard
Casaubon.
El
recurso ante la instancia internacional busca “evitar que se vayan a tomar
decisiones en los próximos días contrarias al derecho internacional y a la
soberanía de nuestro país… Nosotros no tenemos ningún interés más que se
respete y se haga valer el derecho internacional”.
En
Bolivia viven alrededor de 10 mil connacionales, por lo cual, precisó, no se
analiza retirar la representación, a la vez que descartó una expulsión de los
representantes diplomáticos bolivianos en México. No obstante, apuntó que ya
hay un plan de emergencia para atender a la población que se encuentra en ese
país, pero prefirió mantenerlo en reserva.
Hasta
ayer había pronunciamientos de 29 países latinoamericanos y de la Unión
Europea, que refirieron su preocupación por el caso o su solidaridad con
México.
La
Paz acusa al gobierno de López Obrador de distorsionar la verdad
Ana
Langner
Ante
las acusaciones que el gobierno de facto de Bolivia hizo
contra México por distorsionar la verdad respecto de la fuerte
presencia policial en las inmediaciones de la embajada mexicana y asegurar que
fue la propia oficina diplomática la que en noviembre solicitó esa protección,
la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) aclaró que una cosa es
garantizar la seguridad y otra es hostigar.
El
subsecretario para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes Zúñiga,
precisó que el asedio de personal civil, militar y policiaco en la sede
diplomática y la residencia oficial no obedece a la solicitud que hizo México a
la cancillería boliviana sobre reforzar la vigilancia a causa de las
manifestaciones que en ese momento se presentaban.
En
un mensaje a medios, explicó que el despliegue excesivo de efectivos se da a
partir del pasado lunes, cuando ya habían cesado esas expresiones ante las
oficinas de la representación de México.
El
diferendo entre México y Bolivia alcanzó ayer niveles de denostación, luego que
Jorge Tuto Quiroga, ex presidente de esa nación sudamericana
(2001-2002) y una de las cabezas visible del golpe de Estado y de los intereses
de Washington en ese país, atacó al presidente Andrés Manuel López Obrador, a
quien llamó cobarde matoncito.
Ante
esto, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo
Zaldívar, manifestó su apoyo total al mandatario federal y pidió la unidad de
los mexicanos ante este hecho.
Por
su parte, el director general de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos,
Efraín Guadarrama Pérez, afirmó en redes sociales que las distintas autoridades
bolivianas caen en contradicciones al querer justificar su hostigamiento hacia
la embajada.
Informó
que la reunión solicitada para ayer por la cancillería con la encargada de
negocios de la embajada de Bolivia fue cancelada por el gobierno de
facto de ese país.
Ayer
por la mañana, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia expuso en un
comunicado que “la Subsecretaría para Latinoamérica y el Caribe de la
cancillería mexicana y su embajada acreditada (…) han tergiversado y
distorsionado la verdad respecto de las medidas de seguridad en dicha
embajada”.
Además,
se reivindicó como un país respetuoso de la Convención de Viena sobre
relaciones diplomáticas, y por ello jamás violará la inmunidad de un
recinto diplomático ni la investidura de un diplomático, sea cual fuere el país
de que se trate.
Sin
embargo también acusó a la subsecretaría mexicana de objetar de manera
desafiante las decisiones del Ministerio Público de Bolivia, con relación al pedido
que hizo el gobierno de facto de entrega de los asilados que
tienen órdenes de aprehensión por la supuesta comisión de delitos comunes,
entre los que se encuentran Juan Ramón Quintana, Antonia Wilma Alanoca, Sergio
Daniel Martínez Beltrán, Víctor Vázquez y Nicolás Laguna, que se encuentran en
la embajada.
Ante
tales señalamientos desde La Paz, un par de horas más tarde el subsecretario
Reyes Zúñiga convocó a la prensa y reiteró la posición de México sobre la
tradición de asilo, y nuevamente denunció la persistencia del hostigamiento.
Llamó
a la canciller Karen Longaric a abrir un canal de comunicación directo y la
invitó a reunirse en un país geográficamente intermedio.
En
respuesta vía Twitter de la cancillería de Bolivia, Longaric aceptó reunirse con
la diplomacia mexicana, pero aclaró que estaría dispuesta a dialogar sólo con
el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon.
El
consultor jurídico de la SRE Alejandro Celorio ratificó que México recurrirá a
la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y primero solicitará medidas
provisionales para evitar que nadie ingrese a nuestra sede diplomática sin
razón.
Sobre
la decisión de acudir a la CIJ, Jorge Tuto Quiroga arremetió
públicamente contra el presidente Andrés Manuel López Obrador. En un video
publicado en redes sociales empleó calificativos
como matoncito y sinvergüenza contra el mandatario.
Creo
que el señor López Obrador, este cínico, sinvergüenza, se pasó de bellaco con
Bolivia porque ha confundido nuestro respeto, nuestra deferencia con cobardía,
y es bueno que no se equivoque, que no venga a matonear a la segunda presidenta
de la historia de Bolivia, Jeanine Áñez, dijo.
Mientras,
el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, indicó que Bolivia recibió como
un ataque la decisión de llevar el asunto a la CIJ. Allá nos
veremos, con mucho gusto y veremos quiénes han violado los tratados, indicó.
Por
la noche, a través de una nota informativa, la cancillería puntualizó que la
embajada mexicana solicitó a las autoridades de Bolivia apoyo para garantizar
la seguridad del recinto debido a las protestas y clima social que atraviesa el
país. Sin embargo, el operativo policiaco está fuera de toda
proporción y ha generado el efecto contrario, convirtiéndose en una
amenaza.
Contrario
a lo estipulado en la Convención de Viena, automóviles de la oficina
diplomática han sido esculcados y registrados por agentes bolivianos. Además,
los operativos incluyen vigilancia las 24 horas; los policías siguen a
funcionarios mexicanos que dejan los inmuebles.
Ante
los ataques a México y al presidente López Obrador, el canciller Ebrard llamó a
la unidad nacional.
SG: NO PUEDEN DETENER A
BOLIVIANOS ASILADOS EN LA EMBAJADA DE MÉXICO
Anuncia Sánchez Cordero queja formal ante OEA
y ONU por asedio
La
secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, destacó que los bolivianos que
se encuentran en la embajada de México en ese país no pueden ser
detenidos porque ya se actualizó la Convención de Viena y tienen calidad
de asilados o están en proceso de serlo.
En
conferencia de prensa, manifestó que la relación entre los gobiernos de México
y Bolivia vive un momento de tensión, pero no hay rompimiento oficial, luego
de que en la sede diplomática nacional están asilados nueve ex funcionarios del
presidente en el exilio, Evo Morales, entre quienes se encuentran Juan Ramón
Quintana, ex ministro de la presidencia; Wilma Alanoca, ex ministra de Cultura;
Nicolás Laguna, ex director de Gobierno Electrónico; Javier Zavaleta, ex
ministro de Defensa; Héctor Arce, ex ministro de Justicia; Félix César, ex
ministro de Minería; Pedro Damián Dorado, viceministro de Desarrollo Rural y
Agropecuario; el gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vázquez, y el intelectual
Hugo Moldiz.
Hasta
ahora, abundó, no hemos roto relaciones con Bolivia, pero sí hay un
reclamo internacional e institucional respecto a su conducta respecto a la
embajada mexicana en La Paz. Va a haber una queja formal ante la OEA y la ONU.
Refirió
desconocer cómo se encauzará esa situación. “Hay tensión. A lo mejor el
gobierno de Bolivia reconoce la calidad de asilados y que ya se actualizó la
Convención de Viena. Yo esperaría que la relación se distendiera y se reconozca
que la embajada de México en ese país es territorio mexicano.
Por
otra parte, el Senado hizo un enérgico llamado a las autoridades de ese país
sudamericano a observar rigurosamente los principios que rigen el derecho
internacional, ante los recientes acontecimientos en la sede diplomática
nacional.
Manifestó
su más honda preocupación por el asedio que ha sufrido en días recientes y
exhortó a las autoridades bolivianas a observar rigurosamente los tratados,
acuerdos y convenciones referentes a la inviolabilidad de las sedes
diplomáticas y al derecho de asilo, en particular la Convención de Viena y el
Pacto de Bogotá.
En
un posicionamiento emitido ayer por la tarde, la presidenta del Senado, Mónica
Fernández (Morena), señaló que para este órgano legislativo –facultado
constitucionalmente para acompañar la política exterior de México– cuando
surgen discrepancias respecto de acontecimientos políticos, resulta
indispensable la observancia de los principios que rigen el derecho
internacional.
Consideró
también que México tiene la facultad de acudir a instancias como la Corte
Internacional de Justicia en La Haya cuando son violentados estos principios.
El
Senado llamó a las partes a la sensatez y a reflexionar sobre el hecho de que
cualquier diferendo circunstancial no debe impedir la buena marcha de la
relación histórica de los pueblos de México y Bolivia.
¿QUIÉNES SON LOS BOLIVIANOS
EN LA EMBAJADA MEXICANA Y DE QUÉ SE LES ACUSA?
De los nueve exfuncionarios del gobierno de
Evo Morales, cuatro tienen órdenes de aprehensión y se les ha negado
salvoconducto para abandonar Bolivia.
Los
nueve exministros del depuesto Evo Morales que esperan salvoconductos para
dejar la embajada de México en Bolivia, formaban un grupo muy cercano al
exmandatario e inclusive uno de ellos apareció en sondeos como precandidato
presidencial para los próximos comicios.
De
los nueve exfuncionarios del gobierno de Evo Morales, cuatro tienen órdenes de
aprehensión y se les ha negado salvoconducto para abandonar Bolivia. Estos son
sus perfiles y de lo que se les acusa:
Juan Ramón Quintana
En
el grupo que se encuentra bajo protección del gobierno mexicano destaca Juan
Ramón Quintana, acusado por nuevo
gobierno del país andino de sedición, instigación pública a delinquir,
terrorismo y financiamiento al terrorismo.
Quintana
fue ministro de la Presidencia, embajador en Cuba y ocupó otros cargos en el
gobierno del expresidente Evo Morales.
Sociológo
también con estudios de Filosofía, fue militar con rango de mayor que estudió
en la estadounidense Escuela de las Américas, institución acusada de capacitar
a los militares latinoamericanos en técnicas que implican violación a los
derechos humanos.
Se
encontraba como embajador en Cuba cuando Morales lo llamó en 2018 tras perder
el referéndum que reformaría la constitución boliviana para permitir al
entonces mandatario presentarse para su cuarto mandato.
Una
década antes había sido fue implicado en una serie de
investigaciones por narcotráfico impulsadas por el senador Roger Pinto, quien en 2012 buscó asilo en la embajada de
Brasil.
A
Pinto se le rechazó darle el salvoconducto para abandonar Bolivia, lo que
finalmente pudo hacer fugándose en un automóvil en una acción en la que contó
con la ayuda del encargado de negocios de la embajada de Brasil, Eduardo
Saboia.
En
octubre pasado hicieron titulares sus declaraciones al medio ruso Sputnik,
acerca de que Bolivia se convertiría “en un Vietnam moderno” por el enfrentamiento con las fuerzas de
desestabilización estadounidenses.
Esa
declaración ha servido a su sucesor en el ministerio de la Presidencia, Arturo
Murillo, para levantarles la acusación
que enfrenta.
Wilma Alanoca
También
destaca Wilma Alanoca, quien ocupaba el ministerio de Cultura, fue
responsabilizada de la existencia de 50 bombas molotov en oficinas del
ministerio que encabezaba.
De
acuerdo al fiscal de su acusación, Martín Quintana, con esas bombas
improvisadas se pretendía cometer un genocidio.
Quien
sí fue aprendido fue Tito Tornero, exjefe de gabinete de Alanoca, imputado por
el almacenaje y comercialización de los explosivos.
La
exministra trabajó como periodista en la Red Nacional de Televisión (ATB), así
como consejal del Movimiento al Socialismo (MAS) de El Alto, la segunda ciudad
más poblada del país andino.
Durante
su gestión, que al inicio fue cuestionada por su falta de experiencia, se logró
el retorno de varias piezas arqueológicas, en particular de una momia del
periodo Inca, perteneciente al grupo étnico Aymara.
Javier Eduardo Zavaleta
Otro
imputado es el exministro de Defensa, Javier Eduardo Zavaleta, quien en un
video renunció el pasado 11 de noviembre en el cual destacó que nunca dio una
orden para reprimir al pueblo.
En
cambio, aseveró, quien sí estaba dispuesto a esa acción es el expresidente
Carlos Mesa, quien en los comicios de octubre anterior intentó regresar a la
jefatura del Estado, así como al líder opositor Francisco Camacho, cuyo nombre
se menciona como candidato presidencial.
Acusado
por los mismos delitos que Quintana, el arquitecto de profesión, era diputado
cuando fue nombrado ministro en enero de 2018, fue el creador del Centro de
Operaciones de Emergencias para la Atención de Desastres y Emergencias.
Héctor Arce Zaconeta
Otro
exministro en la embajada mexicana es el de Justicia, Héctor Arce Zaconeta,
quien además de los cargos en su contra fue acusado en el pasado proceso
electoral donde Morales buscaba su reelección, de manipular las actas
electorales de ese proceso.
Arce
defendía durante su gestión que el delito de feminicidio fuera considerado como
de lesa humanidad, pues es un atentado no solo contra la mujer, sino contra la
dignidad humana en su conjunto, aseveró.
Arce
fue mencionado por el diario de Santa Cruz, Página Siete, como posible
candidato presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS), cuyo coordinador de
campaña es Morales, quien este domingo encabezará una reunión previa a la
postulación de su abanderado.
Arce
entró al sondeo a pesar de solo haber registrado un uno por ciento, un
contraste con el dirigente cocalero Andrónico Rodríguez, que marcó 23 por
ciento de intención de voto, dos puntos porcentuales por arriba del expresidente
Mesa.
MÉXICO DENUNCIA A BOLIVIA
ANTE LA JUSTICIA INTERNACIONAL POR EL ASEDIO A SU EMBAJADA EN LA PAZ
El Gobierno boliviano acepta acudir a la Corte
Internacional de Justicia y cree infundadas las acusaciones
Las diferencias diplomáticas entre México y Bolivia han
llegado a la justicia internacional. El Gobierno mexicano ha anunciado este
jueves que presentará un recurso ante la Corte Internacional de Justicia, el
principal órgano judicial de Naciones Unidas, para que se garantice la
seguridad en su embajada en La Paz. El personal diplomático mexicano asegura
que ha sufrido intimidaciones y acoso desde que el Gobierno de Andrés Manuel
López Obrador dio asilo al expresidente Evo Morales en noviembre y que las
presiones han aumentado después de que México decidiera asilar en sus legación
en la capital boliviana a nueve funcionarios leales a Morales. La Paz considera
que las acusaciones son falsas y que México no tiene pruebas. "Esperemos
que se recapacite y que se respete el derecho de asilo, y que se aleje
cualquier tentación de tomar o vulnerar nuestra soberanía al querer penetrar en
nuestra embajada, en la embajada de México en Bolivia; eso no lo hizo ni
Pinochet", dijo este jueves el presidente mexicano.
"Lo que
planteamos es que se preserve y se respete la integridad de las instalaciones y
de quienes están en el interior", ha dicho el canciller mexicano (ministro
de Exteriores), Marcelo Ebrard. "Ni en los peores momentos de los golpes
militares de los años setenta y ochenta se puso en riesgo la integridad de
estas instalaciones", ha añadido. México denuncia que el acoso comenzó el
11 de noviembre, mientras se hacían las gestiones para llevar a Morales a territorio
mexicano. "Primero se quejaban de que le diéramos asilo, después que
hiciera unas declaraciones desde México, ahora por estos nueve funcionarios
asilados", contaba esta semana en entrevista Maximiliano Reyes, subsecretario para América
Latina y el Caribe.
“Allá nos
veremos”. Esa fue la respuesta de Arturo Murillo, el ministro de Gobierno de
Bolivia, al anuncio de México. “Veremos quiénes han violado los tratados”,
añadió el ministro en referencia a las declaraciones públicas sobre política
boliviana que hizo Morales desde su exilio en México. El Gobierno boliviano
argumenta que estos dichos fueron permitidos por el Ejecutivo mexicano en
contra de los acuerdos internacionales sobre asilo. Además, dijo que no hay
pruebas que sostengan las afirmaciones que México hace en su recurso ante la
Corte.
EL PAÍS
adelantó el lunes que cinco exministros, un exprocurador (fiscal) general, un
exgobernador y otros dos funcionarios están resguardados en la legación
mexicana después que el Gobierno interino de Jeanine Áñez anunciara una "cacería" para
detenerlos. El blanco principal es Juan Ramón Quintana, exministro de Gobierno
y uno de los hombres fuertes de Morales. Quintana ha sido acusado de
sedición y terrorismo, delito que se sanciona con 30 años de prisión. También
está acusada de terrorismo la exministra de Cultura Vilma Alanoca, en la mira
porque se encontraron bombas molotov en una dependencia del ministerio que
dirigía.
Los
funcionarios mexicanos denunciaron que había hombres fuertemente armados en los
alrededores de la Embajada, que se seguía a los vehículos oficiales y se
increpaba constantemente a la embajadora, Teresa Mercado. El propio Morales,
asilado en Argentina desde principios de diciembre, dijo que se estaban
utilizando drones para espiar a los diplomáticos mexicanos y a sus
exfuncionarios. Karen Longaric, la canciller boliviana, ha dicho que los
exfuncionarios "no son perseguidos políticos" sino que son buscados
porque "han cometido delitos comunes".
En la
víspera de Nochebuena, las presiones empeoraron. Hasta 150 policías y miembros
del Ministerio del Interior vigilaron las instalaciones. El Gobierno de Áñez
descartó que se tratara de acoso y dijo que se estaba brindando "protección" a los representantes mexicanos. Las
protestas poselectorales en Bolivia han dejado al menos una veintena de muertos,
según Human Rights Watch. La mayor preocupación de México es una incursión por
la fuerza a la Embajada para detener a los nueve funcionarios, han dicho
fuentes diplomáticas a este periódico. El Gobierno ya ha otorgado el asilo a
los nueve exfuncionarios, pero la Administración de Áñez no ha dado los
salvoconductos para que estos abandonen Bolivia y ha emitido órdenes de
detención para cinco de ellos.
El
viceministro boliviano de Seguridad, Wilson Santamaría, también utilizó un tono
desafiante para anunciar que su país no retirará el personal asignado para el
control de la Embajada y la residencia oficial mexicanas. El contingente llegó
a ser de 90 policías y al día de hoy, después de la primera protesta de México,
ha disminuido a 16 efectivos en cada sitio. “No vamos a permitir que nadie que
tenga cuentas pendientes con el país de la anterior administración abandone
Bolivia”, ha añadido Santamaría.
La Paz ha
justificado la vigilancia extraordinaria con dos argumentos diferentes. Los
encargados de Seguridad han señalado que existe el riesgo de que los
exfuncionarios huyan y se den a la fuga cruzando la frontera con Argentina. El
secretario privado de la presidencia, Erick Foronda, aseguró hace un par de
días que la policía está protegiendo la embajada mexicana de posibles protestas
de campesinos, una explicación que el Gobierno no ha vuelto a usar.
El plan de
acción de México ha comenzado por agotar la vía legal y diplomática para evitar
la violencia. Argumenta que las acciones de Bolivia violan la Convención de
Viena, que establece el derecho que norma entre representaciones y
representantes de países. Ha emitido tres notas diplomáticas esta semana, ha
acudido a Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos y se ha
acercado a los Gobiernos del continente para reunir apoyos. "No hay ningún
principio que asista a quien quiera violentar la sede diplomática de un
país", ha reclamado Ebrard. "México está presentando un instrumento
jurídico por violación de obligaciones diplomáticas", ha agregado.
La Cancillería
mexicana ha descartado que vaya a romper relaciones con Bolivia. El
enfriamiento en las relaciones bilaterales no solo recae en el gesto que tuvo
México de dar asilo a Morales. En el telón de fondo también está el hecho de
que varias figuras clave del Movimiento al Socialismo buscan llegar, están o
han pasado por México en tiempos en los que aún no se define cuándo serán las elecciones presidenciales y cómo será la
sucesión en el poder tras la partida del expresidente, quien estuvo casi 14
años en el poder.
SECUELAS DE ASILAR A EVO
Las autoridades de Bolivia han pedido a México
entregar a los exfuncionarios para que enfrenten procesos judiciales.
Desde el 21
de diciembre, de acuerdo con información difundida en medios y dada a conocer
por el subsecretario para América Latina y el
Caribe, Maximiliano Reyes, se han ido apostando patrullas y vehículos
militares a las afueras de la residencia y de la representación de México
en La Paz, Bolivia. En esas casas se encuentran asilados nueve exfuncionarios
de la administración de Evo Morales, entre ellos los ex ministros de
Interior y de Cultura, acusados de sedición y terrorismo por el gobierno
nacional interino.
Las
autoridades de Bolivia han pedido a México entregar a los
exfuncionarios para que enfrenten procesos ante la justicia boliviana, a
la vez que niegan haber realizado o aprestarse a realizar cualquier acción
fuera del marco internacional establecido que pudiera violentar las inmunidades
diplomáticas y los privilegios amparados en la Convención de Viena sobre relaciones
diplomáticas.
México ha
acusado al gobierno interino de Bolivia de preparar una incursión
armada en las sedes diplomáticas de México en ese país. La
cancillería ya solicitó a la comunidad internacional condenar estos hechos de
intimidación y hostigamiento. “De mantenerse esta situación, México
responsabiliza a Bolivia por cualquier afectación a la sede
diplomática, a su personal acreditado y a toda persona que se encuentre bajo la
protección del Estado mexicano.
Hay poca
información, dificultada aún más por las fechas decembrinas, sobre la
gravedad de la situación. ¿Está el gobierno mexicano sobrerreaccionando o no
ante las acciones de las autoridades bolivianas? Hasta donde se sabe, el
gobierno de Bolivia no ha irrumpido en territorio diplomático mexicano,
además de que las personas que están siendo protegidas en las
misiones diplomáticas mexicanas se les ha llamado a rendir cuentas
por parte de un gobierno interino avalado y reconocido.
Me temo que
nuestro gobierno cruzó una tenue línea en noviembre, cuando, tras conceder
asilo político a Morales Ayma, se apresuró a considerar sin más su
renuncia a la Presidencia como producto de un golpe de Estado. Peor,
la 4T permitió que Evo hiciera declaraciones políticas sobre la
situación en Bolivia, incumpliendo las condiciones de asilo. Para
completar el cuadro, el gobierno de México fue tardío en pronunciarse
en contra de posibles acciones desarrolladas por el ex presidente boliviano
desde nuestro país con objeto de recuperar el poder en Bolivia.
Una cosa es
haber facilitado la salida de Evo Morales de su país a las pocas
horas de haber renunciado, otra es que México quiera generar
salvoconductos para sacar de su país a ex gobernantes que enfrentan procesos
judiciales.
Morena ya
ha recurrido a esas argucias nada legales. Esta tensión que se vive
entre Bolivia y México es la secuela de haber dado asilo al
ex mandatario boliviano, pero la confrontación aún puede escalar. La frontera
entre el apoyo solidario a una nación hermana y la política de no intervención
que esgrime la 4T es muy delgada; no debe desdibujarse, ampliarse o
moverse de lugar por conveniencia. Las consecuencias de hacerlo suelen ser
graves, sobre todo para los más desprotegidos y vulnerables.
LA NUEVA VIDA DE EVO MORALES: REFUGIADO, CON ORDEN
DE APREHENSIÓN… Y EN CAMPAÑA
La OEA es otra entidad que quedó dañada con el
papel central que jugó Luis Almagro para azuzar la crisis boliviana. Además de
criticar a Morales y denunciar un fraude que no está probado ni explicitado,
Almagro recibió a Luis Fernández Camacho, el ultraderechista que presionó la
salida de Morales.
Vive
refugiado en otro país. En el suyo, ya hay una orden de aprehensión en su
contra. No tiene posibilidades de volver al poder, pero no abandona la política
y encabeza la campaña para que su partido Movimiento al Socialismo (MAS) gane
las futuras elecciones.
La nueva
vida de Evo Morales, el dimitido presidente de Bolivia, es totalmente
diferente a la que imaginaba a principios de este año, cuando pensaba que
lograría su tercera reelección en los comicios generales del pasado 20 de
octubre y que sería presidente hasta el 2025. En los meses previos a la
votación, su peor escenario era perder la mayoría en el Parlamento y tener que
enfrentar una segunda vuelta, en la que la posibilidad de una victoria podría
alejarse.
Pero todo se
complicó. Irregularidades en las elecciones en las que Morales se proclamó
ganador derivaron en denuncias de fraude, avaladas por el secretario general de
la OEA, Luis Almagro, y en violentas presiones de la oposición, que finalmente
culminaron en un golpe de Estado. El repudio a la interrupción democrática fue
escaso por parte de líderes y gobernantes que prefirieron seguir criticando
únicamente a Venezuela. Quedó claro, otra vez, que la democracia se
defiende a partir de una doble vara, de acuerdo con intereses específicos y
no por convicciones reales.
Mientras sus
enemigos lo acusaban de fraude y sus aliados denunciaban el golpe de Estado,
Morales renunció para evitar una escalada de violencia que, de todas formas,
ocurrió. Gracias al apoyo del entonces presidente electo de Argentina, Alberto
Fernández, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, logró salvar
su vida en un operativo diplomático que le permitió refugiarse durante un mes
en la capital mexicana. Los detalles oficiales del viaje y de su estancia se
conocerán recién en 2028, ya que el Centro Nacional de Inteligencia
reservó el expediente hasta ese año para preservar la seguridad
geopolítica del país.
En sus
últimos días en México, Morales hizo un breve viaje a La Habana. Aunque se
alegaron motivos médicos, su estancia en la isla se manejó con
discrecionalidad. El 12 de diciembre, de manera sorpresiva, se fue para
Argentina. Los cambios políticos lo favorecían: su amigo Fernández y su
aliada de años, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ya habían
asumido la presidencia y la vicepresidencia.
Desde Buenos
Aires, ellíder boliviano continúa con la estrategia mediática que
inició en México. Ofrece entrevistas y conferencias de prensa, y se muestra
en múltiples actos públicos, desde la visita a la redacción del diario Tiempo
Argentino, que es autogestionado por sus trabajadores, y un partido amistoso
con Matías Lammens, ministro de Deportes, hasta una "chocolatada" de
Navidad con parte de la comunidad boliviana y su acompañamiento a la
tradicional ronda de las Madres de Plaza de Mayo.
Morales se
mantiene activo en redes sociales con mensajes de contenido político a pesar de
que, a su llegada, el canciller argentino Felipe Solá le pidió evitarlas. La
recomendación se diluyó con el paso de los días. El ex presidente denuncia cada
tanto la persecución del gobierno de facto e insiste en que, desde Buenos
Aires, defenderá la recuperación de la democracia en Bolivia. Ya convocó
incluso a una asamblea que se realizará el próximo domingo en la
frontera entre Argentina y Bolivia para confirmar al candidato presidencial del
MAS.
El nombre
más visible es el del político y dirigente cocalero Andrónico Rodríguez, quien,
de acuerdo con la última encuesta publicada por el diario Página Siete, tiene
una intención de voto del 23 % con miras a comicios que todavía no tienen fecha
precisa, pero que deberían realizarse el próximo año. Muy cerca, con el 21%,
aparece Carlos Mesa, el principal rival de Morales en las pasadas
elecciones.
Morales está
en campaña y no teme reconocerlo. Al contrario. Prefirió refugiarse
en Argentina y no quedarse en México más por motivos políticos que personales.
Es cierto que en Buenos Aires está más cerca de sus hijos Evaliz y Álvaro,
refugiados aquí desde fines de noviembre, pero sobre todo está más
cerca de una Bolivia que sigue sumida en el desconcierto, sin un panorama
claro que permita reanudar un estado democrático.
En ese
proceso, Morales cuenta con la compañía de varios de sus exfuncionarios que
también han sido acogidos en Buenos Aires, en particular el exvicepresidente
Álvaro García Linera, la exministra de Salud, Gabriela Montaño, y el
excanciller, Diego Pary Rodríguez. La polarización alrededor de su figura se
replica porque en Argentina viven cerca de 400.000 bolivianos que integran la
colectividad extranjera más importante después de los paraguayos. Y no todos lo
apoyan.
La reacción
del gobierno de facto a la llegada de Morales a Buenos Aires fue emitir una
orden de aprehensión en su contra con cargos de sedición y terrorismo. El
expresidente se defiende con un grupo de abogados que encabeza el español
Baltasar Garzón. Y Argentina no piensa entregarlo.
Puros
pleitos
La relación
del gobierno de facto de Bolivia con Argentina y México, los países que
acogieron a Morales, está marcada hoy por la confrontación.
Como
Fernández no la invitó a su asunción, la autoproclamada presidenta Jeanine Añez
alegó que no tenía afinidad "con líderes antidemocráticos". Era un
oxímoron: la golpista hablaba de democracia, mientras se acumulaban las
denuncias en su contra por delitos de lesa humanidad y la persecución a
opositores.
En el caso
de México, su embajada en La Paz comenzó a sufrir un inusual asedio de policías y militares, lo que violenta el
derecho internacional que otorga soberanía a estas representaciones. Ante el
temor de que ingresen a la sede, López Obrador ya denunció al gobierno
de Añez ante la Corte Internacional de Justicia y la Organización de
Naciones Unidas. El gobierno de facto, por su parte, exige que México entregue
a cuatro de los nueve exfuncionarios que están asilados en la embajada. Los quiere
presos.
Los cambios
de la diplomacia boliviana también incluyen su amenaza de abandonar la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que México presidirá
a partir de enero. En cambio, ya se sumó al Grupo de Lima que tiene en las
críticas a Venezuela a su único leit motiv.
La
Organización de Estados Americanos es otra entidad que quedó dañada con el
papel central que jugó Luis Almagro, su secretario general, para azuzar la
crisis boliviana. Además de criticar a Morales y denunciar un fraude que no
está probado ni explicitado ni siquiera en los propios informes de la OEA,
Almagro recibió en Estados Unidos a Luis Fernández Camacho, el líder
ultraderechista que presionó la salida de Morales. "Le reconocemos su
compromiso con la democracia boliviana", dijo sobre uno de los
instigadores del golpe de Estado. El falso demócrata quiere ser
candidato pero los votos no lo acompañan después de que se difundieran
los audios en los que negocia el pago de 250.000 dólares con Marcos Pumari para
que juntos integren la fórmula presidente-vicepresidente.
La urgencia,
en este escenario, es que se defina el calendario electoral con la esperanza de
que la democracia regrese a Bolivia.
“Evo necesita manos, cabezas y cuerpos que lo
ayuden”, dijo Hebe de Bonafini
EVO MORALES ACOMPAÑÓ A LAS MADRES EN SU
HISTÓRICA RONDA
La Plaza de
Mayo se llenó de color cuando centenares de wiphalas comenzaron a dar la vuelta
a la histórica pirámide. A la cabeza de la ronda número 2176 estuvo el
presidente de Bolivia, Evo Morales, junto a Hebe de Bonafini y las demás Madres
de Plaza de Mayo, que le brindaron su apoyo y se pronunciaron en contra
del golpe de Estado en el país vecino. También se hicieron presentes
representantes de ATE Capital -con su secretario general Daniel “Tano”
Catalano- y de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), entre otras
organizaciones. “Quiero agradecer por la invitación a las Madres de Plaza
de Mayo, respetadas en todo el mundo”, dijo Morales luego de ser presentado
como un “compañero y amigo de las Madres”.
“Respeto y
admiro sus marchas por la vida y la democracia y aprovecho esta oportunidad para
agradecerles a ellas y a todas las organizaciones de Derechos Humanos, al
pueblo argentino y a su gobierno, por acompañarnos en la lucha contra la
dictadura en Bolivia”. El presidente boliviano, que se encuentra exiliado en la
Argentina hace dos semanas, también denunció que “grupos racistas y
fascistas, momentáneamente, y usando la violencia, terminaron con nuestro
proceso de cambio y con la revolución democrática cultural”.
A su turno,
Hebe de Bonafini remarcó que “Evo necesita manos, cabezas y cuerpos que lo
ayuden”, y aseguró que ellas están trabajando con el dirigente “codo a
codo”. “Bolivia está sufriendo, hay personas que no aparecen, personas
asesinadas, compañeros que no son atendidos en los hospitales”, denunció la
histórica luchadora. "Ese golpe maldito de los Estados Unidos al pueblo
boliviano nos lo hicieron también a nosotros, a Venezuela y a Ecuador”, evaluó
también. Luego, Bonafini subrayó que “es un lujo que un presidente derrocado
tenga ganas de estar acá y de acompañarnos. Él vino para que no siga habiendo
desaparecidos y para luchar y pelear”. “Para eso también estamos las Madres,
para ayudar a las mamás bolivianas a encontrar a sus hijos y para que la gente
de los hospitales sea atendida”, dijo también. Finalmente, la referente de los derechos
humanos expresó que “tenemos que ayudar para que Bolivia pueda tener las
elecciones que se merece, con el candidato que ellos elijan y defenderlo a capa
y espada”.
Luego de los
discursos, un grupo de bolivianos residentes en la Argentina comenzó a cantar y
bailar al son de los sikus. “Cinco siglos resistiendo, cinco siglos de coraje”,
decía una de las canciones, compuesta por el jujeño Bruno Arias, capaz de
expresar un sentimiento común. Otros caminaron hasta la puerta de la Casa
Rosada y cantaron “Alberto, Cristina, gracias por la ayuda” y “la Whipala se
respeta”. Ese último es también el nombre de una agrupación de bolivianos de
Villa Celina, La Matanza, que comenzó a organizarse después del golpe para
llevar a cabo actividades de repudio. "La semana que viene estará allí Evo
porque es uno de los territorios donde hay mayor concentración de la
colectividad. Y además porque ya comenzará la campaña electoral que él
dirigirá", adelantó a Página/12 Agustín, referente de "La
Wiphala se respeta".
La Madre de
Plaza de Mayo Rosa De Camarotti, contó en diálogo con este diario que “en
otra época hemos pasado lo que él está pasando y es un honor poder recibirlo.
Él habla mucho con Hebe, pero en general todas le damos mucha fuerza”.
“Deseamos que los bolivianos sean libres y que haya una verdadera democracia”,
remarcó. En tanto el canciller boliviano, Diego Pary Rodríguez, señaló
que “la lucha de las Madres es histórica y Evo está muy agradecido de
poder estar junto a ellas y poder acompañarlas”. En cuanto a las elecciones,
expresó que “estamos trabajando en distintas actividades, reuniéndonos con la
comunidad, con los líderes de nuestro país. Seguiremos organizando nuestra
participación en ellas”.
HEBE DE BONAFINI, JUNTO A EVO MORALES: “LOS
TRAIDORES LA VAN A PAGAR ALGÚN DÍA, SABEMOS QUIÉNES SON”
El ex presidente de Bolivia participó de la
tradicional ronda de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo. La dirigente se
enojó con algunas personas que querían sacarse fotos con el ex mandatario.
La
tradicional marcha de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo contó este
jueves por la tarde con la presencia de Evo Morales, pero la ronda no se
pudo completar por la gran cantidad de personas que se acercaron a saludar al
ex presidente de Bolivia o a sacarse una foto con él.
Esto generó
un fuerte enojo de Hebe de Bonafini, quien inició su discurso con una
reprimenda contra aquellos que buscaron la selfie con Morales. “La verdad
que tengo un poco de vergüenza, porque no saben escuchar. Tenemos que ser más
respetuosos, la plaza es marcha, no es cholulismo de una foto con Evo",
lanzó la presidente de Madres, acompañada por el ex mandatario.
“Evo
necesita manos que lo ayuden, necesita cabezas, manos, piernas y cuerpo que lo
ayuden, no que se vengan a sacar fotos”, dijo Bonafini, visiblemente molesta.
Luego del
reto, la dirigente encaró su discurso hacia el lado político, afirmó que
Morales fue víctima de un golpe de Estado, dijo tener identificados a quienes
habrían conspirado para removerlo del poder y calificó como “dictadura” al
gobierno que encabeza Jeanine Áñez.
“Una dictadura
no tiene ningún derecho a llamar a elecciones y los traidores también la van a
pagar algún día. No es que no van a pagar lo que hacen, los traidores también
sabemos quiénes son”, afirmó al respecto, para luego elogiar a Nicolás Maduro,
poniéndolo como ejemplo a seguir.
“Miremos
como Maduro defiende Venezuela, a capa y espada, ese pueblo se puso de pie, no
pasarán, y con Bolivia tenemos que decir lo mismo, no pasarán”, cerró su
discurso. Previamente, Morales había brindado un breve mensaje, elogioso de las
Madres de Plaza de Mayo y destacando el reconocimiento que tienen a nivel
mundial.
“Mi respeto
y admiración a las Madres de Plaza de Mayo, tantas marchas por la vida, por la
democracia. Aprovechó esta oportunidad para agradecerles a las Madres, al pueblo
argentino, al gobierno, por acompañar la lucha contra la dictadura en Bolivia”,
dijo Morales, mientras de fondo se escuchaban algunos gritos.
Y agregó:
“Sabe el mundo entero como grupos fascistas, racistas, con violencia terminaron
momentáneamente con nuestro proceso de cambio, con nuestra revolución
democrática y cultural. Es por esa razón que nos encontramos en Argentina,
nuevamente agradezco al solidario pueblo argentino”.
El bloque progresista manifestó su solidaridad
con las delegaciones diplomáticas
EL PARLASUR REPUDIÓ LA GRAVE SITUACIÓN EN
BOLIVIA
La bancada mencionó el retiro de Bolivia de la
CELAC y el ingreso al Grupo de Lima, "articulación de países orientada a
la desestabilización e injerencia externa en Venezuela".
La Bancada
Progresista del Parlamento del Mercosur (Parlasur) expresó a través de un
comunicado su preocupación frente al "agravamiento" de la situación
en Bolivia. El grupo fundado en 2009 manifestó su solidaridad con las
"delegaciones diplomáticas acreditadas que están recibiendo amenazas y
hostigamiento por parte del gobierno carente de legitimidad de Jeanine
Añez".
"Las
actuales autoridades ejecutivas del Estado Plurinacional de Bolivia están
desconociendo tratados internacionales que garantizan la seguridad de las
embajadas y cuerpo diplomático", expresó la bancada del Parlasur a través
del texto. Esa persecución queda en evidencia con la vigilancia extrema
instalada sobre la embajada de México en La Paz.
En línea con
la "ruptura del orden democrático" en Bolivia, el grupo también
menciona el "retiro de Bolivia de la CELAC (Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños) y el ingreso al denominado Grupo de Lima,
articulación de países orientada a la desestabilización e injerencia externa en
Venezuela".
En otra
parte del texto, la Bancada del Parlasur manifestó que siguen recibiendo
información acerca de la persecución política desatada sobre integrantes
del Movimiento al Socialismo (MAS) "por parte de los cuerpos armados,
inteligencia, Poder Judicial y Ejecutivo, así como la emisión de cargos y orden
de prisión preventiva contra el expresidente Evo Morales Ayma y otros integrantes
del anterior gobierno".
La Bancada
Progresista es el espacio que articula a los parlamentarios de izquierda de
Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay, Venezuela y Uruguay en el
Parlasur. Su actual coordinador es el exsenador uruguayo del Frente Amplio,
Roberto Conde. La presidencia del Parlasur quedará a cargo del argentino Oscar Laborde a
partir del primero de enero de 2020.
RUBILAR: “TENEMOS ALGUNAS IMÁGENES QUE SON DE
PAÍSES COMO BOLIVIA Y COLOMBIA”
"Efectivamente existen algunas imágenes
donde en redes sociales se han mostrado como imágenes de Chile, cuando el
uniforme obviamente no es de la policía de nuestro país".
La ministra
secretaria general de Gobierno, Karla Rubilar, aseguró que “tenemos algunas
imágenes que son de países como Bolivia y Colombia”, al explicar las
declaraciones del Presidente Sebastián Piñera, en su comentada entrevista con
CNN en Español.
En
conversación con Andrés Oppenheimer, el Mandatario señaló, hace algunos días,
que “la campaña de desinformación, de noticias falsas, de montajes para crear
una sensación de un desorden y de una crisis total ha sido gigantesca. En eso
han habido, sin duda, participación de gobiernos e instituciones extranjeras”.
Piñera dijo
además que “muchas de las noticias, de los videos relacionados con derechos
humanos, que se han difundido profusamente en los medios de comunicación
chilenos y también extranjeros, no corresponden a la realidad. Hay muchos de
ellos que son falsos, que son filmados fuera de Chile, o que son
tergiversados”.
Al respecto
la portavoz de La Moneda señaló a Canal 24 Horas que “tenemos algunas imágenes
y videos que son de países como de Bolivia y de Colombia, que son
enfrentamientos que tienen con la policía de allá, y que uno puede reconocer
por los uniformes, y que han sido desmentidas por los propios Carabineros”.
Además,
Rubilar sostuvo que “efectivamente existen algunas imágenes donde en redes
sociales se han mostrado como imágenes de Chile, cuando el uniforme obviamente
no es de la policía de nuestro país”.
“También tenemos videos que son de Chile, pero
en contextos completamente diferentes a lo que es esta movilización y a estos
hechos de violencia que han ocurrido en los últimos meses. Por lo tanto hay
algunas fake news”, señaló.
EL INCENDIO DE LA CHIQUITANIA BOLIVIANA AFECTARÁ
EL MANTO BLANCO DE GLACIARES
Al problema global por el calentamiento del
planeta se suma en Bolivia el desastre de los grandes incendios de este año
El manto
blanco de los glaciares cada vez es menor por la crisis climática en el
planeta, a lo que en Bolivia se sumará el negro hollín que dejó el devastador
incendio de la Chiquitania, que acelerará el deshielo.
Efe visitó
el imponente nevado Huayna Potosí a 6.088 metros de altitud, uno de los más
emblemáticos de Bolivia, para conocer el impacto de la crisis climática en su
glaciar.
El veterano
guía, que lleva 25 años subiendo montañas y que ascendió ese nevado más de
setecientas veces, contó que en este último tiempo el glaciar "ha cambiado
mucho" y cada vez hay menos nieve.
LOS GRANDES
INCENDIOS
Al problema
global por el calentamiento del planeta se suma en Bolivia el desastre de los
grandes incendios de este año.
A través del
viento viajan partículas de "carbono negro" producto de los incendios
de agosto en el este del país, que arrasaron con millones de hectáreas de
bosques y pastizales, explicó a Efe el responsable para Bolivia del Servicio
Mundial de Monitoreo de Glaciares (WGMS, en sus siglas en inglés), Álvaro
Soruco.
Esas
partículas de carbono negro, más conocidas como hollín, tienen la capacidad de
absorber la luz solar, lo cual influye en la aceleración del derretimiento de
los glaciares.
"Cuando
hay más partículas de carbono negro que se depositan en los glaciares, la
fusión (derretimiento) incrementa porque un glaciar absorbe mayor cantidad de
energía", detalló el investigador.
Estas
partículas viajan a través del viento o también por la lluvia, se depositan en
los picos de los nevados y pueden tener un efecto a futuro en la frecuencia e
intensidad de las lluvias y justamente en el aceleramiento del deshielo.
Soruco
realizó un monitoreo de glaciares tropicales en el país, antes del incendio,
para verificar la pérdida de hielo y manifestó que en general desde 1975
se ha perdido al menos el 50 por ciento de la cobertura glaciar en los nevados
del país.
De acuerdo a
sus indagaciones, al menos el 80 por ciento de los glaciares que son mayormente
afectados están por debajo de los 5.400 metros de altitud y cada año pierden
alrededor de 1,20 metros de láminas de agua.
Mientras que
los que superan los 5.400 metros de altitud pierden 60 centímetros de lámina de
agua por año.
"Prácticamente
en todo el mundo los glaciares están perdiendo masa, normalmente los que más
pierden a nivel de lámina de agua son los glaciares de Los Andes del sur",
comentó.
La
Cordillera de Los Andes es una de las cadenas montañosas más extensas del
mundo, que pasa por Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y
Venezuela.
Según el
investigador, los glaciares tropicales se concentran en un 99 por ciento en
esta cordillera, de los cuales en Perú está el 70 por ciento, Bolivia tiene el
20, Ecuador el 4, y Colombia y Venezuela otro 4 por ciento.
EL AGUA, EN
PELIGRO
Los
glaciares tropicales, que son considerados como un termómetro de la crisis
climática, si continúan en este acelerado deshielo podrían afectar a futuro en
el suministro de agua, según Soruco.
La Paz y su
vecina El Alto, desde las que se divisa el Huayna Potosí, en 2016 vivieron una
de sus peores crisis de abastecimiento de agua debido al descenso del nivel de
los embalses que nutren a ambas urbes, a causa de la escasez de lluvias.
"El
agua es un recurso que es subvalorado y la gente no toma conciencia de la
importancia que tiene, porque hay un ciclo (...), pero si ese ciclo cambia o se
modifica, lo que pasa es que ese recurso será de más difícil acceso",
advirtió.
PONCHOS
BLANCOS
Para generar
conciencia a la población sobre la importancia de los glaciares, la fundación
Ponchos Blancos realiza caminatas en varios de ellos para que las personas vean
en el lugar cuál es el impacto de la crisis climática en los nevados.
"Buscamos
demostrar el retroceso que existe en el lugar y concientizar a las personas
sobre la importancia que tienen estos lugares", comentó a Efe el director
de esta fundación, Óscar Salinas, durante la visita al Huayna Potosí.
Además
realizan recomendaciones a los visitantes como también a los guías de montaña,
para preservar estos "tesoros naturales", que "se están apagando"
y así aportar de alguna forma para su conservación.
Entre las
recomendaciones básica está el reducir la contaminación de estos lugares cuando
se los visita.
Y evitar el
chaqueo, una práctica de quema de pastizales, para que justamente no acelere el
deshielo por el negro hollín que contribuye a mermar el glaciar manto
blanco.
El expresidente
de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseveró que mantiene como su principal
propósito la voluntad de luchar hasta restablercer la democracia en su país
ante la situación actual que vive el pueblo bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro.
En
entrevista exclusiva para teleSUR, el líder brasileño reiteró que la nación
suramericana tienen "todas las condiciones para recuperar un debate
democrático (...) y combatir el neoliberalismo que está destruyendo todo el
patrimonio público".
"Los dias
que estuve detenido en la Policía Federal (de Curitiba) me fortalecieron
politicamente y hoy tengo una mayor voluntad de luchar hasta restablecer la
democracia en Brasil", enfatizó el exprimer mandatario.
Destacó que
la democracia es un tema muy serio y lamentó Brasil, que anteriormente era un
país donde había tolerancia y amor en el pueblo, ahora se haya instaurado un
odio en algunos sectores, promovido por quienes buscan destruir los logros
alcanzados por los más necesitados. "La situación de Brasil es delicada
(...) el pueblo está sufriendo, están perdiendo sus derechos",
dijo Lula.
Lula criticó
el papel de la Organización de Estados Américanos (OEA) en la región,
asegurando que "es una vergüenza" y reiterando que actualmente se ve
a varios gobiernos latinoamericanos sometiéndose a la voluntad de Estados
Unidos.
Entre ellos,
mencionó al de Bolsonaro, que no solo ha atacado a los sectores que demuestran
estar en desacuerdo con sus políticas, sino que también se ha convertido en
aliados de aquellos gobiernos injerencistas que buscan desestabilizar el
continente.
"Lo que
ocurre en América Latina es una articulacion profunda de la extrema
derecha liderada por EE.UU." y el gobernante estadounidense Donald
Trump, en lo que el líder sindicalista considera que es un intento
por destruir aquellos sisteman que defienden su democracia y la soberanía
de sus recursos.
Sobre el
golpe de Estado en Bolivia, rechazó que las Fuerzas Armadas no respaldaran al
presidente legítimo Evo Morales, sino que se colocaran de parte de quienes
violentaron la democracia y atentaron contra la población.
Con respecto
a las elecciones de Andrés Manuel López Obrador en México y Alberto Fernández
en Argentina, el exjefe de Estado aseguró que esto representa un alivio y una
esperanza para la región, por lo que felicitó a ambos pueblos, particularmente
al argentino, a quien reconoció por su compromiso y logro de retornar a la
democracia tras el Gobierno de Mauricio Macri.
Lula
felicitó tanto al presidente Nicolás Maduro como al pueblo venezolano por su
ardua resistencia pese al bloqueo económico y financiero impuesto por EE.UU.,
así como los intentos de la extrema derecha de regresar a la violencia y no
participar en un diálogo para discutir las diferencias y garantizar la paz.
El fundador
del Partido de los Trabajadores (PT) le recordó a los venezolanos que solo
ellos son los que deben resolver sus problemas, elegir a sus gobernantes y
determinar si estos lo hacen bien o no, pero no deben caer en las provocaciones
de quienes ni siquiera respetan la voluntad de las mayorías y buscan
desestabilidar el país.
Lula recordó
la época en la que Latinoamérica contaba con presidentes como Hugo Chávez
(Venezuela), Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia), Néstor Kirchner y
Cristina Fernández (Argentina), Tabaré Vázquez (Uruguay), así como él y
Dilma Rousseff (Brasil), período en el que la región alcanzó grandes logros
populares, la democracia era una factor fundamental y eran escuchados en el
mundo.
Lula
insistió en que prevé desenmascarar cada acusación en su contra, ya que quienes
lo señalaron y estuvieron detrás de la investigación del caso mintieron.
"Yo respeto a las instituciones, pero quiero desmoralizar a algunas
personas que usan las instituciones para hacer política partidista (...)
puede demorar un tiempo, pero vamos a restablecer la verdad en Brasil",
indicó. El expresidente brasileño reafirmó una vez más su inocencia y garantizó
que el proceso judicial en su contra poco a poco será desacreditado por las
irregularidades que hubo detrás de su detención.
"Pienso
que dentro de poco el proceso judicial se va desacreditando (...) Me
siento triste porque un Ministerio Público que fue creado para garantizar
la democracia de un país y algunas personas (allí) dentro resolvieron hacer
política. Pienso que no se conformaron con el éxito de nuestro Gobierno",
comentó.
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