Bolivia pedirá
al Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU)
verificar la situación de los derechos fundamentales de los trabajadores de
países sin litoral en su travesía por terceros territorios hacia el mar (como
el caso de los transportistas bolivianos en su paso por puertos chilenos), anunció
el canciller David Choquehuanca.
“El próximo paso es pedir al Consejo de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas que proceda a la elaboración de un
reporte especial sobre la situación de los derechos humanos de trabajadores de
países sin litoral y privados sin litoral en su tránsito por terceros países”,
anunció en una conferencia de prensa.
El viernes 23
de septiembre, el presidente Evo Morales denunció en el Consejo a Santiago por
los atropellos al libre tránsito comprometido en el Tratado de 1904 y por
violar los derechos de los transportistas bolivianos. Enumeró una serie de
contravenciones que evidenció una delegación boliviana que visitó los puertos
de Arica y Antofagasta entre el 17 y 19 de julio.
La estrategia
nacional detonó la molestia de La Moneda y fue calificada de “infundadas e
incorrectas”. El canciller chileno Heraldo Muñoz, respondió que " los atropellos solo existen lamentablemente
en su imaginación ideológica”.
Esta mañana,
Choquehuanca explicó que los alcances del informe que será tramitado ante el
Consejo de Derechos Humanos servirá para ratificar la tesis boliviana.
“ Solo un reporte independiente permitirá
verificar las denuncias efectuadas por Bolivia”, señaló quien lideró en
julio la visita de la misión a puertos chilenos, donde se constató
discriminación y abusos a los transportistas nacionales.
En esa línea,
desafió a Chile a consentir la elaboración del estudio si es que está
plenamente confiado en que no transgrede ningún derecho fundamental.
“(Chile) no debe oponerse a este reporte independiente.
Si respeta los Derechos Humanos como
anuncia en su nota verbal, esperamos que no se oponga”, sostuvo
Choquehuanca tras asegurar que La Paz tiene suficientes pruebas para demostrar
la denuncia planteada ante la ONU.
“ Tenemos muchas (denuncias) y no podemos
callarnos”, remarcó y puso como ejemplo los dichos de la alcaldesa de
Antofagasta; Karen Rojo, quien convocó a actuar con hostilidad contra el
canciller Choquehuanca y la comitiva que lo acompañó en julio.
Dos días antes
de su comparecencia ante el Consejo de DDHH, Morales había planteado a Chile
retomar el diálogo sobre el mar en la asamblea de las NNUU de Nueva York.
Esa acción
derivó en que Santiago envíe dos notas escritas de reclamo. Al respecto,
Choquehuanca sostuvo que el país responderá,
también por escrito, en los tiempos pertinentes.
Bolivia demandó
a su vecino ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para que cumpla con
los compromisos asumidos a lo largo de la historia y se avenga a una
negociación de buena fe con el fin de resolver el conflicto marítimo.
EL
‘PARQUE JURÁSICO’ DE BOLIVIA
Sucre,
la capital del país andino, se ha convertido en el yacimiento de huellas de
dinosaurios más importante del planeta
El
País de España (www.internacional.elpais.com)
Al sur de
Bolivia, a 693 kilómetros de La Paz —la sede del Gobierno—, se encuentra Sucre,
la capital constitucional del país y del departamento de Chuquisaca. En este
territorio, el director Steven Spielberg podría haberse imaginado otra
continuación de su exitosa película Parque Jurásico. La región cuenta
con el yacimiento con más huellas de dinosaurio del mundo. Además de ser un
referente de la paleoicnología, la rama de la paleontología que se encarga del
estudio de los icnofósiles, las marcas o pistas dejadas por organismos del
pasado.
En el mismo
corazón de la denominada Ciudad Blanca de América, se encuentra el yacimiento de Cal Orck’o (cerro de cal en
quechua), un promontorio rocoso de 1,5 kilómetros de longitud y 120 metros de
altura. Descubierto en 1994 por el geólogo chuquisaqueño Hugo Heymman, cuenta
con una extensión similar a la de seis canchas de fútbol y tiene la estampa
grabada de los reptiles prehistóricos del período Cretácico, que comenzó hace 145 millones de años y terminó
hace 66 millones. El doctor Mario Suárez Riglos escribió el primer
informe preliminar, en el que indicaba que había más de 6.000 huellas. Pero
estaba equivocado. De acuerdo con el último recuento que se hizo en abril de
2015, llevado a cabo por Christian Meyer, paleontólogo suizo y director del
Museo de Historia Natural de Basilea, se han contabilizado 12.000 pisadas de
294 especies.
Hasta su
descubrimiento, el sitio más grande e importante, con 3.000 huellas, era
Khjoda-Pil-ata, en Turkmenistán (Asia Central). “En Cal Orck’o se han batido los récords en cuanto al número de especies
que han habitado esta zona”, afirma Omar Medina, secretario de la Red Boliviana
de Paleontología.
Sin embargo,
el departamento de Chuquisaca tiene más tesoros paleontológicos. En Maragua y
Marca Quila Quila, a 70 kilómetros de la capital, en medio de laderas arenosas
de tonalidades púrpura y cañones con vistas imponentes, se encuentra uno de los
recientes hallazgos. Se trata de la huella más grande del mundo de un dinosaurio terópodo.
Esta especie se caracterizaba por tener una dieta carnívora y el andar bípedo.
Marcial Barrientos, técnico de la Dirección de Turismo de Sucre, cuenta que el
guía Grover Marquina encontró la pisada casi por intuición. “En su totalidad
mide 1,15 metros. Ya es considerada la más grande del mundo de esta especie”,
precisa Barrientos.
La validación
científica de este descubrimiento la realizó Sebastián Apesteguía, paleontólogo
argentino y doctor en ciencias naturales de la Universidad de La Plata. De
acuerdo con su primera lectura, se creía que la huella podía pertenecer a un
Abelisaurio, pero tampoco se descartaba que podría tratarse de un Megaraptor,
una especie un poco más grande. “Empecé a tomar medidas, a ver cuánto medían las falanges y los ángulos
entre los dedos, y parece más propio de un Tetanuro [una especie de
terópodo], el gran grupo que incluye a los megaraptores. Nunca habíamos
registrado en los hallazgos de huesos de esta especie algo mayor a los siete u ocho
metros, mientras que esta huella se trataría de un animal de 14 o 15 metros”,
agrega el especialista en reptiles del Cretácico.
Apesteguía
incluso se anima a plantear la hipótesis de que podría tratarse de un Tetanuro
del que no se tiene registro o conocimiento. Para llegar a donde se encuentra
la pisada hay que recorrer caminos poco transitados por las montañas, con un
guía y con el permiso de las autoridades de la Nación Qhara Qhara, las
comunidades originarias de ese territorio que exigen su reconocimiento
ancestral sobre la tierra.
El novedoso
rastro de una cría de anquilosaurio, o el cráneo y la mandíbula de un cocodrilo cretácico de unos 67 a 70 millones de antigüedad
son algunos de los hallazgos que figuran en la zona de Maragua y sus
alrededores, en municipios como Potolo, Marca Quila Quila o el Cañón de Icla.
Medina dice que es “muy complicado” sacar un número exacto de las huellas en
esas zonas, por la gran cantidad de planchones de piedra que existe. Sin
embargo, estima que la cifra es superior a la de Cal Orck’o.
LO QUE EL NEOLIBERALISMO NO PUDO, EL MAS LO ESTÁ LOGRANDO
Rebelión de España (www.rebelion.org)
Por Huascar
Salazar Lohman.- Divergencias y
compatibilidades entre forma política y acumulación de capital.
Durante los últimos años, la política estatal boliviana promovida por el
gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), se ha mostrado cada vez más, y de
manera explícita, cercana a intereses de nuevas y viejas élites dominantes.
Muchas de las medidas que han permitido esto, a diferencia de la época
neoliberal donde la dominación se enfrentó a una amplia resistencia popular, se
volvieron viables gracias a las nuevas formas de organización del mando estatal
que se erigieron con la llegada de Evo Morales a la presidencia y con las
consecuentes transformaciones político-económicas que se suscitaron en los
siguientes años. En este breve texto se ensaya una explicación sobre la manera
en que la forma política desde la cual se estableció el gobierno de Morales
instauró una narrativa y una práctica que penetró y desarticuló las fuerzas que
otrora resistieron la política neoliberal, logrando convertir a la estructura
socio-económica boliviana más permeable al gran capital.
En el marco del
ríspido debate latinoamericano en torno a lo que se ha denominado “gobiernos
progresistas”, un piso común de una vertiente crítica que cuestiona seriamente
el accionar de estos gobiernos es el carácter anti-popular, anti-comunitario y
pro-capital transnacional que éstos han asumido en el transcurso de los últimos
años, más allá de los confusos discursos que emanan desde las altas esferas
gubernamentales. Sin embargo, todavía no queda claro si estos gobiernos
produjeron una vía de continuidad para el neoliberalismo o si más bien se
constituyeron en rupturas a dicho proceso.
En este trabajo
argumento que con la llegada del Movimiento Al Socialismo al gobierno boliviano
se frenó la agenda neoliberal, en tanto modelo sociopolítico impulsado desde
1985 por los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial y el
Fondo Monetario Internacional a través de los gobiernos de turno. Sin embargo,
esto sucedió en la medida en que el neoliberalismo se mostró altamente
incompatible con las formas populares –y en gran medida autónomas– de
organización de la vida social en el país, las cuales mostrarían su fuerza en
el ciclo de insurgencia popular que se inició el año 2000. En este sentido, lo
que poco a poco hizo el MAS fue producir y gestionar una nueva síntesis social
que asumió varios de los objetivos del gran capital que el neoliberalismo quiso
impulsar previamente sin éxito. Para lograrlo, el nuevo gobierno fue asumiendo
una retórica, ciertas prácticas y una estética –que fueron apropiadas de los
mismos sectores populares de los cuales en algún momento el MAS y su líderes
hicieron parte– diametralmente distintas a las neoliberales, pero que
permitieron allanar el camino al despliegue del capital en ámbitos sociales que
otrora eran profundamente reactivos a las relaciones centradas en el valor de
cambio.
A continuación
se muestran las dificultades que el neoliberalismo tuvo para imponerse como un
modelo sociopolítico en Bolivia, para luego dar cuenta de la manera en que el
gobierno del MAS logró impulsar los objetivos capitalistas desde una dinámica
sociopolítica totalmente distinta a la neoliberal anterior, para finalmente
plantear algunas reflexiones en torno a esta forma presente de la política
boliviana.
Lo que el
neoliberalismo no pudo…
Desde la
implementación del famoso Decreto Supremo 21060, símbolo de la política
neoliberal boliviana, hasta los años de rebelión popular (2000-2005), pasaron
casi quince años, en los cuales se flexibilizaron las condiciones laborales, se
privatizaron las empresas nacionales, se desregularon los mercados; en fin, se
puso en funcionamiento todo ese paquete de medidas derivadas del “Consenso de
Washington”, que intentaban apuntalar una economía de mercado y reorganizar la
institucionalidad estatal con ese objetivo. Era el momento de la embestida del
gran capital. Bolivia no fue una excepción en la implementación de la receta de
libre mercado promovida por los organismos financieros internacionales; y
durante varios años pareció que ese modelo se consolidaría (Fernández 2004;
Kohl y Farthing 2007).
Sin embargo, en
el año 2000, con la denominada “Guerra del Agua”, la propuesta neoliberal entró
en una profunda crisis y se inició un ciclo de luchas populares que contendrían
su avance. En ese momento se hizo evidente que la consolidación neoliberal en
términos macro; es decir, como la estructuración de un mando político que trata
de organizar la vida social del país en torno al mercado, había sucedido en
paralelo a una reorganización de fuerzas populares que se fueron estableciendo
como antagónicas al nuevo modelo. Vale la pena pensar la reorganización de
estas fuerzas sociales a partir de dos dimensiones: primero, aquella que es muy
evidente en una sociedad altamente abigarrada como la boliviana, donde la
estructuración objetiva y subjetiva de la reproducción de la vida social no se
sostiene plenamente –y en muchos casos, ni siquiera principalmente– en torno a
una racionalidad de la modernidad capitalista. Durante los primeros quince años
del neoliberalismo, se fueron articulando, re-articulando, y, primordialmente,
potenciando, desde un ethos particular, entramados comunitarios altamente
reactivos a la propuesta neoliberal.
La segunda
dimensión –que se complementa con la primera– es aquella que plantea Verónica
Gago: el “neoliberalismo desde abajo”, i.e. aquellas condiciones que el propio
neoliberalismo, por su lógica y dinámica pero sin ser su objetivo, habilita y
desde donde empieza a operar una “poderosa economía popular que mixtura saberes
comunitarios autogestivos e intimidad con el saber-hacer en la crisis como
tecnología de una autoempresarialidad de masas” (Gago 2014: 12)3.
Es decir, si bien los entramados comunitarios urbanos y rurales en Bolivia
tienen una larga y potente tradición organizativa más allá del propio
neoliberalismo, la puesta en escena de este modelo habilitó ciertos cauces de
acción que, a nombre del libre mercado, inmediatamente fueron apropiados por
esos entramados, para potenciarse en su hacer y en sus diversas formas de
lucha.
Todo ese
potenciamiento popular se fue estableciendo en contradicción con la nueva
política económica centrada en el mercado, pero también se hizo evidente su
incompatibilidad con el “neoliberalismo desde arriba”. La política neoliberal
que representa no sólo una lógica, sino también una narrativa, sostenida en el
individualismo, en el intento de valorización de todo medio de reproducción de
la vida, en la defensa del capital transnacional, etc.; se fue enfrentando,
cada vez más, a una política gestada desde abajo, la cual pone en el centro de
su hacer la producción de valores de uso, que a su vez sólo es posible gracias
al cultivo y cuidado de relaciones colectivas centradas en la reproducción de
la vida; léase, por ejemplo, la gestión comunitaria de sistemas de agua en las
ciudad de Cochabamba que se intentó expropiar y poner a disposición del capital
transnacional, lo que generó una de las movilizaciones más emblemáticas en el
mundo contra este modelo de economía de mercado.
Así pues,
durante quince años de neoliberalismo no sólo se potenció una fuerza popular
para resistir al embate de este modelo, sino que, a partir de esa profunda
incompatibilidad entre formas liberales y comunitarias de organización de la
vida social y política, se establecieron las bases materiales y simbólicas que
permitieron relanzar y desplegar un horizonte comunitario-popular, desde donde
se lucharía por la reapropiación colectiva de la riqueza social (Gutiérrez
2015: 32).
Como dice
Gutiérrez: “En Bolivia […] miles y miles de hombre y mujeres protagonizaron,
entre 2000 y 2005, una oleada de movilizaciones y levantamientos que quebraron
la hasta entonces hegemónica trayectoria neoliberal de reorganización de la
vida y la producción, estableciendo un enérgico límite a la continuación del
despliegue de dicho itinerario” (Gutiérrez 2009: 23). Durante esos seis años,
fueron múltiples los levantamientos y movilizaciones que contuvieron y
deformaron el avance neoliberal; desde la Guerra del Agua (2000), hasta la
caída de Carlos Mesa (2005), pasando por la Guerra del Gas (2003) y otras
rebeliones de gran magnitud. Empero, cuando el MAS llegó al gobierno los
términos desde donde se había establecido la lucha cambiaron y aparentemente
todo se volvió más ambiguo. (Gutiérrez 2009; Salazar 2015).
… El MAS lo
está logrando
Si entendemos
que el neoliberalismo, como forma de organizar la vida en una sociedad, es un
medio para maximizar la acumulación ampliada del capital y no un fin en sí
mismo; el capitalismo, en tanto lógica, ha demostrado ser profundamente
flexible y poco dogmático –en contraposición a gran parte de la intelectualidad
que lo defiende– si ese medio no cumple su función. En este sentido, el
capitalismo suele relanzarse pragmáticamente en torno al fin de la acumulación
ampliada y desmedida de valor de cambio. Lo que también hemos visto es que la forma
estatal de la política suele acompañar y, en muchos casos, gestionar esos
lanzamientos y relanzamientos que hace el capital de sí mismo. Veamos cómo esto
operó en el gobierno de Morales.
El año 2003 y
como consecuencia del gran levantamiento popular que posteriormente se
conocería como la “Guerra del Gas” y que resultaría en el derrocamiento del
presidente Gonzalo Sánchez de Lozada –presidente símbolo del neoliberalismo–,
las múltiples voces en torno a la movilización popular establecerían lo que se
denominaría la “Agenda de Octubre”. Esta agenda propugnaba la reapropiación de
los hidrocarburos y la refundación del país, además de varios otros temas,
muchos de ellos relacionados con la producción de una serie de vetos al estado
y el despliegue de formas comunitarias de vida, concebidas desde la autonomía
política (autonomías, territorios indígenas, etc.). Esa agenda, que se asumió
como bandera de reivindicación y eje articulador de la lucha, impediría
reestablecer el neoliberalismo como horizonte estatal viable para cualquier
gobierno posterior –Carlos Mesa lo intentó de manera moderada, sin embargo su
gobierno se vería prontamente interrumpido por la movilización popular–. Por
este motivo, cuando Evo Morales accedió a la presidencia, era simplemente impensable
la reivindicación de cualquier deriva neoliberal.
Durante los
primeros años del gobierno del MAS, las distintas organizaciones comunitarias
del país trataron de imponer una serie de límites a la forma estatal de la
política y a sus determinantes productoras de jerarquías y dominación. Quizá el
esfuerzo más evidente en este sentido fue el que se desplegó antes y durante la
Asamblea Constituyente, realizada entre los años 2006 y 2007. Aquellos
esfuerzos venidos desde abajo tenían como objetivo plasmar horizontes de lucha
propios y en muchos casos no estadocéntricos, aunque esto pudiese implicar
poner en riesgo la estabilidad del gobierno4.
Es decir, los sectores populares en lucha, concibieron al gobierno de Morales
como medio necesario pero descartable –de ser el caso– para alcanzar sus
propios horizontes: el fin no era la estabilidad del gobierno, ni conceder a
éste todos los privilegios y prerrogativas sobre la posibilidad de plasmar esos
horizontes (Salazar 2015).
Sin embargo, a
medida que el MAS se fue estableciendo en la institucionalidad estatal, si bien
en un inicio se vio obligado por la presión popular a asimilar varias de las
reivindicaciones de las distintas organizaciones populares, desde la propia
convocatoria a la Asamblea Constituyente –en la que el MAS renunció a la
posibilidad de que esta instancia no esté regida por la democracia liberal–, el
partido de gobierno fue asumiendo como interés primordial su consolidación en
la estructura de poder estatal, aunque esto pudiese implicar alejarse
tendencialmente de los intereses de los sectores populares. Si se revisan los
pormenores que se suscitaron en torno al gobierno boliviano en los primeros
años de gobierno del MAS, se produjeron profundas contradicciones y tensiones
entre gobernantes y sectores populares, tal como sucedió, como un ejemplo entre
muchos más, cuando el gobierno resignó cualquier posibilidad de una Reforma
Agraria y constitucionalizó el latifundio en el marco de una negociación
post-constituyente con la derecha oligárquica del país.
Así pues, para
consolidar el poder estatal, el gobierno de Morales estableció las alianzas
necesarias con los viejos y nuevos sectores dominantes interesados en reconstituir
un orden de dominación estable pero en torno a sus intereses. Es así que poco a
poco el gobierno asumió como propios los horizontes de las grandes
transnacionales mineras e hidrocarburíferas, los de la rancia oligarquía
terrateniente y los de otras burguesías que fueron asumiendo cada vez más
fuerza, como la minera o la cocalera (CEDLA 2009; Díaz 2012; Fernández 2012;
Salazar 2015).5
Pero el MAS no reconstituyó el estado neoliberal, era impensable dada la
correlación de fuerzas existente en ese momento. Lo que hizo fue impulsar –y
mostrarse indispensable para este fin– una nueva síntesis social centrada en un
estado fuerte y con gran capacidad de incidencia en la economía nacional y que,
además, fuese capaz de promover los distintos objetivos de las clases
dominantes pero esta vez no desde la implementación de un patrón de libre
mercado, sino a través de una amplia mediación estatal y de una gestión directa
de buena parte de esos intereses, utilizando para ello una narrativa y una
estética producida por los movimientos sociales pero apropiada por el gobierno
y traducida a una gramática estatal que permitió legitimar aquellos intereses
dominantes. Buena parte de esta apropiación de discursos de lucha está
sustentada en la equiparación semántica entre “desarrollo capitalista” y “vivir
bien”. El gobierno insiste en que aquellos componentes del desarrollo
capitalista, como el extractivismo o la construcción de grandes proyectos de
infraestructura para el flujo de mercancías y capital global, es una condición
deseable y necesaria para impulsar un proyecto comunitario como el “vivir
bien”. Un ejemplo de ello fue la retórica de la “Nacionalización” de los
hidrocarburos producida por el gobierno, reivindicación histórica del pueblo
boliviano reafirmada en la Agenda de Octubre, aunque esa nacionalización del
MAS no hizo más que beneficiar al gran capital transnacional (Fernández 2012).
Esas narrativas y prácticas, sumadas a un acentuamiento del ejercicio represivo
del gobierno contra las organizaciones populares que defendían sus horizontes
de lucha, permitieron neutralizar la fuerza social –cosa que el neoliberalismo
no había logrado– y desplegar una política estatal óptima, dadas las condiciones
bolivianas, para el gran capital
Del
neoliberalismo a la forma grotesca de la política
La nueva
dinámica estatal que se configuró en torno al MAS no sólo es una que promueve
la expansión del capitalismo en el país, sino que lo hace desde un lugar muy
particular. A diferencia del neoliberalismo de las décadas pasadas, que buscaba
amplificar la capacidad de acumulación ampliada de valor a partir de una serie
de principios y lógicas de libre mercado, pero profundamente incompatibles con
las abigarradas estructuras sociales bolivianas –además de haber sido
torpemente implementadas–, el nuevo gobierno ha logrado producir una forma
política de ejercicio del poder que permite que el capitalismo permeé
efectivamente distintos niveles de la vida social boliviana –como las tramas
comunitarias–, de una manera en que ni el neoliberalismo ni los anteriores
“modelos de desarrollo” lo habían logrado. En síntesis, lo que el gobierno del
MAS promueve no es un modelo neoliberal clásico, sino, más bien, un modelo de
capitalismo de Estado que tiene la particularidad de asumir como objetivo la
producción de condiciones para la expansión del capital de una manera que el
neoliberalismo no pudo hacerlo. Esto ha sido posible gracias a una estrategia
estatal de desactivación de las luchas a partir de una retórica y una trama
simbólica que, podríamos decir, estatizó las reivindicaciones populares y las
neutralizó bajo el manto de la política pública, a lo que se suma la puesta en
escena de una política paternalista sostenida en subvenciones, pero siempre
desde lenguajes similares a los que anteriormente permitieron la construcción
de sentido subversivo en torno a los horizontes de deseo de distintos sectores
populares.
Es a esto a lo
que denomino como forma grotesca de la política. En términos conceptuales, lo
grotesco es recuperado por Armando Bartra del trabajo de Bajtin para hacer
referencia a una estrategia del pueblo llano para subvertir la dominación
“mediante la apropiación paródica de los usos, instituciones, símbolos y
valores del orden dominantes” (Bartra 2011). En Bolivia vivimos lo grotesco
invertido, un grotesco como estrategia estatal de apropiación de discursos y
símbolos populares para reconstituir un orden hegemónico y legitimado de la
dominación, en torno a la expansión de las relaciones capitalistas. La
prioridad del MAS no es reproducir los discursos y la lógica neoliberal tal
como la conocimos antes, su preocupación está puesta en conservar y profundizar
su poder a partir de una política que consolide sus alianzas con las clases
dominantes para estabilizarse en el gobierno, y si para esto tiene que tener un
discurso marxista, indigenista o friedmaniano, da lo mismo.
ESTA ES LA CURIOSA RAZÓN POR LA QUE EVO MORALES NO
ASISTIÓ A LA FIRMA DEL ACUERDO DE PAZ
HSB de Colombia (www.hsbnoticias.com)
En la ceremonia
del Acuerdo Final de Paz, que se presentó el pasado lunes en Cartagena, se
extraño la presencia del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien manifestó
que Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, no lo invitó al acto, a
pesar de haber manifestado su interés en ir.
La cancillería
boliviana publicó un comunicado donde decían que: "a pesar de haber expresado el interés del Gobierno boliviano de
participar en el acto histórico de la firma del Acuerdo de Paz (…), no se
recibió la llamada del presidente Santos invitando al presidente Morales".
El comunicado
indica que hubo una comunicación entre la canciller colombiana, María Ángela
Holguín, y su colega boliviano, David Choquehuanca, que expresó el interés de
Morales en asistir a la ceremonia e incluso se envió una delegación de avanzada
"a la espera de una comunicación
del presidente Santos", informa EFE.
Al respecto la cancillería de Colombia, en cabeza de
María Ángela Holguín, aclaró que a ningún presidente se le envió invitación ya
que era un acto donde podían asistir de manera voluntaria y resaltó que
llamo en varias oportunidades al Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia
y que nunca hubo respuesta alguna y destacó que fue al único ministerio que se
le insistió.
CAPRILES: BOLIVIA Y ECUADOR ADMITIERON PREOCUPACIÓN POR
EL PAÍS
El dirigente precisó que el gobierno ecuatoriano envió
asesores a Venezuela para ayudar en el tema económico, pero enfatizó que las
autoridades venezolanas no les prestaron atención.
Sumarium de Venezuela (www.sumarium.com)
Una
incorporación del Vaticano como facilitador del proceso de diálogo entre el
gobierno y la oposición venezolana abre
una posibilidad para que las conversaciones puedan concretarse, afirmó
el martes el dirigente opositor Henrique Capriles.
El proceso de
diálogo, que se inició en mayo pasado y que hasta el momento no ha tenido
mayores avances, podría tener un nuevo aire con la incorporación del Vaticano,
que fue invitado a sumarse al proceso por el gobierno del presidente Nicolás
Maduro, según anunció recientemente el dirigente oficialista y alcalde de
Caracas, Jorge Rodríguez.
Sin embargo,
hasta ahora una posible intervención del Vaticano es solamente un enunciado,
sin ninguna resolución.
“Con la incorporación de la Iglesia, del Vaticano, sí se abre una
posibilidad de diálogo”, dijo Capriles a The Associated Press al asegurar que
confía en que la firmeza de los planteamientos del Vaticano pueda favorecer el
proceso. “Dudo que Maduro se pueda vacilar (engañar) al papa Francisco”, agregó
En julio pasado
el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Ernesto Samper,
anunció que Maduro aceptó la propuesta de la oposición para que el Vaticano se
sumara al proceso como facilitador.
NO HAY DETALLES
PARA LA INCORPORACIÓN DE LA IGLESIA
Al respecto, el
reverendo Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, dijo que “en el pasado, la
Santa Sede ha manifestado su disposición, en caso de que haya bases para su
contribución al diálogo” en Venezuela. “Sin
embargo, por el momento, no ha llegado a la Nunciatura ni a la Secretaría de
Estado una comunicación formal que explique las bases y los detalles de una
solicitud así”, agregó.
Capriles,
gobernador del estado central de Miranda, cuestionó las actuaciones que ha
tenido en el proceso del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, e
indicó que “él solito se descalificó cuando él pretende colocar a un lado,
poner al margen, un derecho constitucional que tenemos los venezolanos como es
el referendo revocatorio”.
Los
exmandatarios Leonel Fernández de República Dominicana, Martín Torrijos de
Panamá, y Rodríguez Zapatero, viene promoviendo desde mayo pasado, con el
respaldo de Unasur, un proceso de diálogo en Venezuela.
Rodríguez
Zapatero ha visitado en varias oportunidades en los últimos meses la capital
venezolana y ha sostenido encuentros separados con las partes para tratar de
avanzar en el proceso de acercamiento.
El proceso de
diálogo cuenta con el respaldo de la comunidad internacional que lo ha planteado
como salida a la compleja crisis que afronta Venezuela donde hay una desbordada
inflación de tres dígitos y severos problemas de escasez de alimentos,
medicinas y otros productos que han generado un creciente malestar entre los
venezolanos y han golpeado la popularidad de Maduro.
REPRESENTANTES
DE BOLIVIA Y ECUADOR PREOCUPADOS
Capriles
admitió que representantes de los gobiernos de Bolivia y Ecuador, que son
estrechos aliados de Maduro, se le
acercaron para manifestarles su preocupación por la situación económica
de Venezuela y “por la falta de toma de decisiones en lo económico”.
El dirigente
precisó que el gobierno ecuatoriano envió asesores a Venezuela para ayudar en
el tema económico, pero precisó que las autoridades venezolanas no les
prestaron atención.
El mandatario
venezolano hace frente a esta situación en medio crecientes tensiones políticas
que se han agitado por la iniciativa de referendo revocatorio que viene
impulsado la coalición opositora para acelerar la salida de Maduro del gobierno
este año.
La alianza
opositora anunció la víspera que irá entre el 26 y 28 de octubre al proceso de
recolección del 20% de las firmas que se requieren para activar el referendo, pero descartó que vaya acatar la exigencia
que impuso el Consejo Nacional Electoral de que la colecta de las
rúbricas se haga por estado.
El gobierno ha
descartado que el referendo pueda darse este año, pero la oposición sigue
insistiendo en que la consulta será en el 2016.
De darse la
elección luego del 10 de enero del 2017, cuando se completa más de la mitad del
mandato presidencial de seis años de Maduro, los últimos dos años de su período
presidencial deberán ser completados por el vicepresidente de turno, según
establece la constitución.
HAY DATOS CONFUSOS Y POCO TRANSPARENTES EN COMPRA DE GAS
DE PETROPAR A YPFB
Medios periodísticos bolivianos destacan que YPFB
percibirá “US$ 2,5 millones mensuales por la venta de gas a Petropar”, cifra
irreal o cuanto menos confusa si se considera el precio cotizado en la
licitación, que llevaría a un monto máximo mensual de solo US$ 282.000.
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Considerando la
tarifa resultante de la reciente licitación por la cual Petropar adjudicó a
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) la compra de gas licuado de
petróleo (GLP), la boliviana presentó la cotización de US$ 282 por tonelada
métrica (TM), a un diferencial de +50.044 US$/TM, por un volumen mínimo de 500
y máximo de 1.000 toneladas métricas.
En caso de que
Petropar opte por retirar la totalidad de lo solicitado en la licitación, la
facturación sería de apenas US$ 282.000 (por las 1.000 toneladas), pero sin
embargo en Bolivia hablan de un ingreso mensual de US$ 2,5 millones en el mismo
concepto. Estas cifras fueron recientemente publicadas por el diario Cambio del
vecino país, en que difunde declaraciones del propio titular de YPFB, Guillermo
Achá.
Resulta
llamativa la abismal diferencia entre los US$ 282.000 que debería costar toda
la operación y los US$ 2,5 millones que asegura el titular de YPFB, en el marco
de esta operación criticada desde sus inicios, no solo porque el gobierno de
Cartes planteó hasta un proyecto de ley para que la boliviana nos provea gas
por un plazo de 20 años, sino también por la sobrefacturación en la compra de
garrafas, por parte de Petropar. A esto se suma un pliego de bases y
condiciones muy confuso y poco transparente, en especial que ni siquiera
precisa claramente si la compra de las 500 y 1.000 TM serían por día, por mes o
el total de la operación. Solo en la última parte del pliego se desliza que la
vigencia del contrato sería de tres meses.
El titular de
YPFB, Guillermo Achá, vendrá este jueves al país para firmar el contrato de
adjudicación, según confirmó ayer ante nuestra consulta el titular de Petropar,
Eddie Jara.
CATALUÑA APOYA A BOLIVIA EN EL DESARROLLO DE LA GESTIÓN
DE RESIDUOS EN EL PAÍS
La Agencia de Residuos de Cataluña y la Agencia Catalana
de Cooperación al Desarrollo impulsa un programa en el país que prioriza la
prevención y el reciclaje, basado en la experiencia catalana
Revista Retama de España (www.retema.es)
La Agencia de Residuos de Cataluña (ARC)
junto con la Agencia Catalana
de Cooperación al Desarrollo (ACCD), en convenio con el Ministerio de Medio Ambiente y Agua
de Bolivia, están implementando en Bolivia un programa de gestión en
residuos que, aprovechando la experiencia
catalana, ha permitido desarrollar la gestión de los residuos en el país
latinoamericano, priorizando la prevención y el reciclaje.
El director de
la ARC, Josep Maria Tost, y el
director general de Cooperación al Desarrollo, Manel Vila y Motlló, han presentado este martes los resultados de
este plan, que cuenta con financiación
y asistencia técnica de Cataluña y que próximamente será impulsado con
nuevos acuerdos de colaboración.
El programa,
que comenzó en 2007, se estructura en
tres ejes. El primero es el
fortalecimiento institucional, que ha permitido elaborar el diagnóstico
nacional, la planificación de la gestión de los residuos, guías y manuales
técnicos así como la Ley de Residuos del país. Un segundo eje es la formación de equipos técnicos y políticos
mediante talleres, seminarios y un Postgrado en Gestión de Residuos en Bolivia,
así como mediante la constitución de una red nacional de compostaje.
Cooperativas de mujeres
También se han
recibido delegaciones técnicas en Cataluña que han podido conocer de primera
mano el modelo catalán de gestión de residuos. El tercer eje, la implementación de proyectos en diferentes
municipios, se orienta a la recogida selectiva de los residuos, la
construcción de plantas de compostaje, campañas de educación y comunicación ya
la formalización de cooperativas de mujeres recolectoras de residuos.
La experiencia
se considera un modelo en la
transferencia de conocimientos y pericias entre Gobiernos, un caso de
cooperación técnica que ha movilizado conocimientos en las dos
direcciones. Además, la coordinación entre la ARC y la ACCD ha garantizado
la plena coherencia de políticas públicas del Gobierno en esta materia.
Exportar el modelo catalán
Por otra parte,
como resultado de la buena experiencia entre Cataluña y Bolivia, otros países están interesados ??en
implementar el modelo catalán de gestión de recursos, lo que garantiza
el efecto multiplicador de este proyecto tanto en la dimensión técnica como en
la dimensión social, a través de la mejora de las vidas de la población y el
impulso de un modelo de gestión de residuos más sostenible.
El programa se
considera un referente de la
cooperación catalana que hacen los departamentos del Gobierno y por este
motivo se ha incluido como librito número 13 de la Colección de Buenas
Prácticas de la Cooperación Catalana , editada por Evaluamos, y que
también se ha presentado este martes.
TOTTO REFUERZA SU APUESTA POR PERÚ Y BOLIVIA
La colombiana desembarcó hace poco menos de un año en el
Perú, de la mano del mismo franquiciario que maneja la firma en Bolivia y ya
cuenta con un ambicioso plan de desarrollo a nivel nacional.
Fashion Network de México (mx.fashionnetwork.com)
Si bien el
fuerte de Totto en Bolivia y Perú es el canal mayorista, por medio del cual la
marca ha logrado instalarse en decenas de retailers, sus canales propios como
las tiendas en centros comerciales son de suma importancia, muestra de ello es
su apuesta por dos nuevos locales en el 2017.
La primera
apertura proyectada para el próximo año será en Arequipa, una de las ciudades
más importantes del Perú y que vive actualmente un gran auge comercial con la
entrada de nuevas marcas y complejos comerciales.
La
segunda apertura serviría a reforzar la presencia en Lima y la colombiana prevé
cerrar el año con una facturación por encima de los S/.10.000.000, es decir,
cerca de $3 millones de dólares.
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