miércoles, 2 de octubre de 2019

EL PRESIDENTE EVO MORALES HA TRANSFORMADO LA ECONOMÍA DE SU PAÍS CON UNA AGENDA IZQUIERDISTA


Mientras paseaba por el pueblo boliviano de Sahuiña en una brillante tarde de marzo, los sonidos más fuertes que escuché fueron cantos de pájaros. Ubicado en las montañas de los Andes y encaramado en la costa aislada de una península que se adentra en el lago Titicaca, Sahuiña es un lugar encantador y tranquilo. También es independiente: gracias a muchos años de descentralización del gobierno en Bolivia, el pueblo tiene mucha libertad para hacer lo que quiera sin responder al Estado.
En su entrada, una bandera de Wiphala, un cuadrado de siete colores que representa a los pueblos indígenas de los Andes, se agita con la brisa. Ninguna bandera nacional que simbolizara la república boliviana estaba a su lado. Cuando crucé la aldea, la gente de Sahuiña conversó entre ellos en el idioma indígena local de aimara. Hablaron despacio, caminaron despacio, masticaron lentamente las hojas de coca. Se jactaban del aire fresco y la escasez del crimen. La mayoría de ellos pescaban o cultivaban para ganarse la vida, tal como lo han hecho los lugareños de la zona durante milenios.
La lejanía y la atmósfera autosuficiente de Sahuiña facilitan suponer que la política nacional es de importancia secundaria para sus residentes: el pueblo se mantiene solo, se mueve a su propio ritmo y toma decisiones sobre su propia tierra. Pero la gente allí está realmente enamorada del autodenominado socialista que dirige su país: Evo Morales.
Morales, señalaron los aldeanos, ha invertido en su comunidad como ningún otro líder nacional antes que él. Antes de asumir el cargo, la ruta hacia Sahuiña era áspera y estrecha; ahora, está pavimentado y es ancho, lo que facilita el transporte de mercancías dentro y fuera del área, y permite que los niños sean conducidos a la escuela en la cercana Copacabana. Antes de Morales, la gente sacaba agua de los pozos; ahora tienen agua corriente en sus hogares. Más recientemente, el gobierno ha financiado la creación de un pequeño centro de hospitalidad, compuesto por un comedor y algunas cabañas, para alentar a los turistas a ver a Sahuiña como una escapada al aire libre. (Sin duda, la atracción más encantadora de Sahuiña es su colección de ranas gigantes en peligro de extinción, ranas gigantes, que se guardan en un conservatorio improvisado en una isla flotante en el lago Titicaca). Y actualmente se está construyendo un pequeño aeropuerto con fondos públicos en un valle cerca del pueblo.
Las personas que conocí también elogiaron el sistema de bonos, o transferencias de efectivo, que se otorgan a los padres de jóvenes estudiantes, mujeres embarazadas y ancianos. "En comparación con los gobiernos anteriores, nuestro gobierno nos tiene en cuenta", me dijo Simón Khantuta, un guía gregario de la comunidad, mientras nos sentábamos junto al lago.
Sahuiña es un emblema de cómo la vida ha cambiado para millones de bolivianos comunes en los últimos 13 años. Desde que asumió el cargo en 2006, Morales, un ex cocalero y activista laboral, ha nacionalizado industrias clave y ha utilizado el gasto social agresivo para reducir la pobreza extrema en más de la mitad, construir una nación con infraestructura moderna y reducir el coeficiente de Gini de Bolivia, una medida de desigualdad de ingresos, en un sorprendente 19 por ciento. En particular, para gran parte de la población indígena mayoritaria de Bolivia, su mandato marca la primera vez que han vivido por encima de la pobreza y se han beneficiado de los tremendos recursos naturales de su país.
Ahora está claro que una agenda redistribucionista no ha sido ruinosa para la economía de Bolivia. Lejos de eso: durante la era de Morales, la economía ha crecido al doble de la tasa del promedio latinoamericano, la inflación se ha mantenido estable, el gobierno ha acumulado ahorros sustanciales y ha surgido una clase media indígena emprendedora y optimista. Dado el colapso económico de pesadilla de la vecina Venezuela, el niño de la derecha por los males del socialismo, la idea de que dicho sistema puede ser el camino hacia la prosperidad y la estabilidad en Bolivia es notable. Su trayectoria política de izquierda, que comenzó aproximadamente al mismo tiempo que la de Venezuela, muestra que los proyectos socialistas pueden ayudar a las sociedades a escapar de la pobreza, en lugar de condenarlos.
"Bolivia podría ser el país más exitoso del mundo que se llama a sí mismo" socialista "", escribió Noah Smith, columnista de economía de centro izquierda de Bloomberg News, a principios de este año.
Sin embargo, el destino de Morales y su legado son inciertos. En un referéndum de 2016, le preguntó al público si podía eliminar los límites del mandato constitucional para postularse para un mandato adicional en 2019. Perdió, pero después de ganar una pelea legal muy controvertida en un tribunal comprensivo, optó por postularse para la reelección de todos modos . Las elecciones de este otoño, que se llevarán a cabo el 20 de octubre, han generado dudas sobre si Morales se ha convertido en otro líder izquierdista que socavará la democracia en nombre de la revolución económica.
La influencia de Morales en el poder ha enojado a muchos bolivianos, incluidas partes de su base indígena que ven su próxima carrera como un acto de corrupción flagrante. Pero el presidente espera que la fortaleza de la economía le brinde otra victoria, y se compromete a seguir cumpliendo la visión que inspiró su primera carrera.
Cuando Morales llegó al cargo, se comprometió a alterar fundamentalmente la naturaleza de la economía boliviana. Sus antecesores se vieron obligados a renunciar por movimientos de protesta militantes que exigieron que las ganancias de las enormes reservas de gas natural de la nación se destinen al público, no a las corporaciones multinacionales extranjeras. Como jefe de la federación de movimientos sociales conocida como Movimiento al Socialismo, o Movimiento hacia el socialismo, se confiaba en Morales como alguien que podía realizar esa visión. Se convirtió en el primer presidente en obtener una mayoría absoluta de votos desde la revolución de 1952, durante la cual campesinos y mineros derrocaron un régimen militar e instituyeron una serie de reformas populistas. También fue, en particular, el primer presidente indígena de Bolivia.
El programa de izquierda de Morales fue uno de los muchos que se extendió por América Latina en la "Marea Rosa" de la década de 2000, durante el cual los líderes populistas en Brasil, Venezuela, Argentina, Ecuador, Chile y otros lugares subieron al poder con agendas socialistas y socialdemócratas. . Morales entró con el mandato de destruir las políticas neoliberales de austeridad y privatización que habían moldeado la sociedad boliviana durante las últimas dos décadas. "Desde 1985 hasta la elección [de Morales] en 2005, Bolivia estuvo bajo el yugo de una versión u otra del consenso de Washington", me dijo Mark Goodale, antropólogo de la Universidad de Lausana.
Una vez en el cargo, Morales aprobó una ley que confiscó decenas de miles de millas cuadradas de tierra consideradas improductivas o ilegales, y la redistribuyó a los campesinos sin tierra. Puso las industrias de gas natural, petróleo, telecomunicaciones y electricidad bajo control estatal. Y continuamente aumentó el salario mínimo, que se ha triplicado desde que asumió el cargo.
Morales también aumentó dramáticamente el gasto social. Volcó dinero en la construcción de carreteras, escuelas y hospitales, una expansión de la infraestructura que fue particularmente transformadora en el campo. Y estableció programas de transferencia de efectivo modestos pero muy populares: un sistema universal de pensiones no contributivo para bolivianos mayores de 60 años; asistencia a hogares con niños en edad escolar primaria que pueden demostrar que sus hijos asisten a la escuela; y fondos para mujeres embarazadas o madres con niños menores de 2 años sin seguro médico.
"Son pequeñas cantidades de dinero, pero para las personas muy pobres han tenido un enorme impacto en los ingresos de su familia", me dijo Linda Farthing, autora con sede en La Paz de Bolivia: Continuidad y cambio.
Durante la era de Morales, Bolivia ha visto triplicarse el ingreso per cápita y ha pasado rápidamente de un país de bajos ingresos a un país de ingresos medios bajos a los ojos del Banco Mundial. La inflación y el tipo de cambio se han mantenido excepcionalmente estables. Y todo el tiempo, los niveles de desigualdad en Bolivia pasaron de muy por encima del promedio latinoamericano a muy por debajo de él.
Las comunidades rurales como Sahuiña han visto mejorar su calidad de vida en la última década, pero la sensación de que las cosas están en alza es igual de visible en las zonas urbanas. En la bulliciosa capital de La Paz, tiendas, restaurantes y cines están surgiendo en toda la ciudad para personas ansiosas por usar sus billeteras más grandes. Se puede encontrar mujeres indígenas vestidas con faldas tradicionales de pollera y bombines que venden comida en las esquinas, pero también se puede ver a muchas comprando sombreros caros en boutiques de moda.
Tome un paseo en el Mi Teleferico, el sistema de teleférico urbano de gran altitud más grande del mundo, hasta la ciudad vecina de El Alto, y verá kilómetros y kilómetros de animados mercados y pequeñas empresas. El Alto también cuenta con un número creciente de chalets, o espectaculares edificios de colores brillantes diseñados por arquitectos aymaras, que representan el surgimiento de una burguesía aymara urbana.
El movimiento de Bolivia hacia el socialismo ha desafiado las predicciones de la derecha sobre la escasez de alimentos, los campos de trabajo y el colapso de la vida privada. En cambio, ha dado un paso en la dirección de la socialdemocracia europea e ilustra cómo una economía en desarrollo puede modernizarse y crecer rápidamente sin someterse a la austeridad.
Lo que realmente distingue al experimento socialista de Bolivia es su relativa longevidad. La "Marea Rosa" ha disminuido en gran medida; prácticamente todos los partidos de izquierda que dominaron la era han sido expulsados ​​del poder, en gran parte debido al colapso de un auge regional de productos básicos. Venezuela se mantiene firme gracias a las calvas maniobras autoritarias; El régimen preside una de las mayores catástrofes económicas que el Hemisferio Occidental ha visto en la historia reciente. Sin embargo, Bolivia ha perdurado debido a tres cualidades distintivas.
El primero de ellos es lo que podría llamarse un reformismo cautelosamente optimista. Morales se alineó retóricamente con el difunto venezolano venezolano Hugo Chávez en la década de 2000, pero en la práctica Morales siguió una agenda política más cuidadosa que Chávez y pensó más en el futuro.
La economía de Venezuela se ha basado completamente en un recurso, el petróleo, y Chávez lo manejó extremadamente mal. Gastó demasiado en programas sociales, quintuplicó la deuda pública y no apartó dinero para un día lluvioso, dejando al país extremadamente vulnerable al colapso del precio del petróleo en 2014. Y sus estrictos controles cambiarios ayudaron a encender una crisis de inflación paralizante.
Morales, por el contrario, se ha centrado más en el largo plazo. Los principales productores de dinero de Bolivia son las exportaciones de gas natural y minerales como el zinc, pero Morales ha mostrado interés en diversificar la economía invirtiendo en agricultura e industrialización. Ha nacionalizado algunas industrias importantes, pero ha dejado la mayoría de los sectores privados. Ha invertido en salud, educación y ayuda para los pobres, pero comenzó con un estado de bienestar bastante minimalista para garantizar la sostenibilidad.
Vale la pena señalar que la estrategia económica deliberada de Morales ha sido acompañada por una imprudente sobre el medio ambiente. A pesar de aprobar la primera ley del mundo que otorga los mismos derechos a todos los seres vivos, los esfuerzos de infraestructura de Morales y la expansión de las industrias extractivas han sido destructivos para las vastas selvas tropicales, ríos y vida silvestre de Bolivia. Desde 2013, ha aprobado al menos cuatro leyes que permiten un mayor uso agrícola de áreas forestales frágiles, y los expertos en medio ambiente dicen que sus políticas libremente reguladas de permitir que los pequeños agricultores utilicen incendios para limpiar la tierra son los culpables de un descontrol incendio en la Amazonía boliviana en las últimas semanas.
La perspectiva económica gradualista de Bolivia es informada por el antiguo ministro de finanzas de Morales, Luis Arce. Arce es conocido en Bolivia como un tecnócrata tacaño que persuasivamente juega al abogado del diablo durante los debates de gasto en la administración de Morales. Los críticos de la izquierda a veces lo critican a él y a sus asociados como los "Chuquiago Boys", un apodo inteligente destinado a compararlo con los economistas latinoamericanos neoliberales que provienen del departamento de economía obsesionado por la austeridad de la Universidad de Chicago (Chuquiago es la palabra aymara para La Paz)
Santiago Anria, politólogo del Dickinson College, caracteriza a Arce como un "populista prudente". Anria me dijo que entrevistó a Arce en 2013, y en ese momento Arce describió que estaba traumatizado por la paralizante hiperinflación de Bolivia en la década de 1980. "Me dijo algo como" No podemos tener una revolución sin una macroeconomía sólida ", dijo Anria. Arce es ampliamente visto como la razón por la que Bolivia acumuló reservas masivas de divisas durante la década de 2000 y principios de 2010, lo que ayudó a mantener estable al boliviano y permitió al país mantener el gasto social a medida que los precios de los productos básicos cayeron en los últimos años.
Otra cualidad que ayudó al socialismo boliviano a perdurar ha sido el énfasis de Morales en la inclusión racial, una característica que ha ampliado la participación en la economía y también ha inspirado una mayor aceptación de la población indígena mayoritaria de Bolivia. Morales ha ejercido poder simbólico como el primer presidente indígena de Bolivia, pero también usó la letra de la ley para crear una sociedad que abraza y defiende su diversidad multicultural. La constitución que aprobó en 2009, que cambió el título oficial del país de "La República de Bolivia" a "El Estado Plurinacional de Bolivia", reconoció oficialmente 36 lenguas indígenas. Se han aprobado leyes que prohíben la discriminación racial y requieren que los niños aprendan idiomas indígenas locales. También ha habido un aumento en el número de legisladores que se identifican como indígenas.
Mientras viajaba por Bolivia esta primavera, le pregunté a muchas personas qué significaba personalmente el término "socialismo". Una y otra vez, la gente hablaba de cómo significaba rechazar el racismo, a veces sin siquiera mencionar explícitamente la economía: mientras Estados Unidos dejó el debate sobre si la identidad racial es una distracción de la identidad de clase, en Bolivia muchas personas de la izquierda consideran a los dos inextricablemente entrelazados. Muchos citaron ejemplos de cómo, antes de Morales, una mujer indígena podía ser expulsada de una tienda solo por usar vestimenta tradicional. Ahora, una mujer aymara en La Paz puede abrir un negocio en un centro comercial al que no se le hubiera permitido entrar antes. La reelección decisiva de Morales para el segundo y tercer mandato, y su capacidad para mantener su movimiento hacia el socialismo, se produjo en gran medida porque colocó la liberación indígena en el centro de su agenda.
La tercera característica clave del socialismo boliviano no es una cualidad del gobierno, sino una de la población en su conjunto. La ciudadanía boliviana es asombrosamente organizada y militante: las protestas son una forma de vida. Eso significa que la base de Morales ha tenido una cantidad inusual de influencia al presionarlo para que cumpla sus promesas. Si habla con un trabajador de cuello azul y le pregunta si es parte de alguna organización, es probable que escuche una larga lista de sindicatos y asociaciones en respuesta, vinculados a su trabajo, vecindario y distrito escolar. Estas no son solo redes de colaboración: también son ejércitos callejeros y bloques de votación.
"Bolivia es una de las sociedades más movilizadas del mundo", me dijo Calla Hummel, politóloga de la Universidad de Miami. El Proyecto de Opinión Pública de América Latina descubrió que los bolivianos participaron en protestas a más del doble de la tasa de ciudadanos estadounidenses en 2017. Y los bolivianos no son exactamente piqueteros callados. En memoria reciente, los manifestantes han utilizado manifestaciones masivas, bloqueos económicos asfixiantes, peleas callejeras con la policía, secuestros y dinamita para luchar por sus quejas. Las protestas son lo que empujó a los dos predecesores de Morales fuera del poder, y las protestas han continuado durante su propio mandato, lo que lo obligó especialmente a suspender un gran proyecto para una carretera amazónica.
Eso no quiere decir que Morales necesariamente escucha las protestas; de hecho, trata regularmente de cooptar y dividir los movimientos sociales para debilitar su amenaza a su poder. Entre los activistas que se oponen a su carrera, existe la preocupación de que podría volverse más manipulador aún cuando presenta su candidatura para un cuarto mandato en el cargo el 20 de octubre, o envalentonarse más para encontrar formas autoritarias de permanecer en el poder si lo gana. Podría, por ejemplo, tratar de usar leyes represivas para debilitar a los críticos y opositores políticos, como lo hizo en el pasado con leyes aparentemente destinadas a regular a las ONG.
Pero los expertos dicen que la ciudadanía movilizada de Bolivia podría actuar como un control parcial contra el mal comportamiento político. “Bolivia tiene una larga tradición de no reelección. Morales claramente ha cruzado una línea roja en su intento de correr una vez más ”, me dijo Anria. "Esto ya ha dado como resultado una reacción bastante significativa, tal vez no tan generalizada como cabría esperar, pero ha llevado a la articulación de una oposición que, aunque aún está desunida, tiene más tracción que antes".
A pesar de todas sus travesuras cuestionables, Morales actualmente lidera las encuestas por un margen considerable, y la mayoría de los analistas políticos predicen que tiene una muy buena posibilidad de ser reelegido.
Correr contra Morales es un asunto complicado: a pesar de la disminución de los índices de aprobación, su base central todavía lo ama. Carlos Mesa, ex vicepresidente de Bolivia y la única amenaza seria de Morales en la carrera presidencial, ha enmarcado su carrera como un intento de proteger el gobierno democrático de un hombre fuerte corrupto. “El presidente Morales ya no es parte del presente, y mucho menos del futuro. Él es parte del pasado ”, dijo Mesa el año pasado. "Esto se debe a que desafortunadamente ha decidido que el poder es más importante que el proyecto".
Pero notablemente, Mesa ha sido cauteloso de emitir una fuerte crítica de la administración de la economía de Morales y sus programas de gasto. Hay muchas maneras en que la economía podría mejorarse seriamente, por ejemplo, aumentando el pequeño número de empleos de cuello blanco del sector privado, pero Mesa se está centrando en cuestiones políticas.
Eso es un testimonio de la fortaleza actual de la economía: Mesa sabe que es difícil criticar a Morales cuando es tan estable exteriormente. También es una forma para que Mesa trate de evitar mencionar su mayor responsabilidad política: el hecho de que sirvió bajo la presidencia de Gonzalo "Goni" Sánchez de Lozada, un hombre cuya agenda neoliberal matón culminó en la supervisión de la masacre de más de 60 personas que protestaban contra el privatización del gas natural en El Alto en 2003, y de quien los bolivianos no se han olvidado. "En realidad, fue mi gente la que murió en esa guerra, su sangre está en sus manos y él no asumirá ninguna responsabilidad", dijo Nirvana Guerrero, una activista feminista de El Alto, sobre Mesa.
Guerrero, una estudiante universitaria que aprendió inglés usando videos de YouTube, tampoco criticó a Morales. Pero ella habló sobre su preferencia por él sobre Mesa como un asunto práctico.
"El dinero que estaba todo en la casa de los ricos ahora va para el resto", dijo, y luego se detuvo por un momento. "Creo que eso es lo suficientemente bueno por el momento". Revista The Nation de EEUU (www.thenation.com)





HUGO MOLDIZ, EXMINISTRO BOLIVIANO: “LA CREDIBILIDAD DE EVO MORALES FUE FUNDAMENTAL PARA LOS CAMBIOS”

Estrategia de Latinoamérica (www.estrategia.la)
                                                    
El próximo 20 de octubre habrá elecciones generales en Bolivia, una semana antes de Uruguay y la Argentina. El presidente Evo Morales busca una nueva reelección y uno de los sostenes de su política ha sido el manejo de la economía, elogiado incluso por numerosos organismos internacionales. Durante muchos años, el talón de Aquiles de la economía boliviana fue su dependencia del dólar estadounidense y de una “mentalidad dolarizada” de amplias capas de la población. De cara a las elecciones, y para entender las modificaciones en la economía, Nodal entrevistó a Hugo Moldiz, periodista, abogado y ex ministro de Evo Morales.
-Evo Morales accedió a la presidencia en 2006 en un país con una fuerte presencia del dólar en la sociedad boliviana y por eso siempre se suele decir que existía una mentalidad “dolarizada”. ¿Es tan así?
-Si bien es cierto, hay que evitar caer en interpretaciones subjetivas de la historia, de la realidad. Durante 20 años hubo un mecanismo de cierta estabilización del tipo de cambio frente a la hiperinflación, las transacciones comerciales para el mercado informal, para el mercado formal, los depósitos, en fin, casi todo era predominantemente en dólares. Esto cual reflejaba una economía dolarizada, una mentalidad dolarizada y una inseguridad frente a la moneda nacional.
-¿Y qué hizo Evo Morales para modificar esta situación?
-Evo puso en marcha un modelo que, desde el punto de vista macroeconómico, lo que hace es nacionalizar los recursos, generar excedente, distribuirlos a la población a través de diferentes mecanismos. Pero en el plano financiero lo que hace es tomar medidas para darle revalorización, credibilidad a la moneda nacional.
Estas medidas logran calar en la gente, porque a veces se pueden tomar medidas y a veces no calan, se pueden tomar medidas pero puede haber una desconfianza de la población. Estoy hablando de un factor político que no hay que desmarcarlo de la economía ya que se convierte en la gran garantía para estas medidas de fomento al ahorro en boliviano, a las transacciones en bolivianos, tanto en el mercado formal como en el mercado informal.
Y digo informal porque hay un alto porcentaje de la economía boliviana en distintos grados. Entonces, la credibilidad política se convierte en una gran garantía, un gran instrumento que facilita este proceso de nacionalización de la moneda boliviana.
-Entre las medidas que tomó Evo Morales, el tipo de cambió bajó y mandó una señal que no siempre el que apuesta por el dólar gana. ¿Fue importante esto para mirar con otros ojos la moneda nacional?
-Evo le explicó a la gente que la nacionalización de los hidrocarburos iba a generar tal nivel de ingresos para el país que era suficiente para que los propios bolivianos creyeran en su propia economía. Y la gente le cree, porque en un año no se logran los ingresos que Bolivia hoy tiene.
El Estado no invertía en 2006/2007 lo que hoy invierte, porque el proceso de recuperación de la economía siempre es muy lento. Y por eso está siempre por delante el factor político; es decir, había confianza de que todo lo que estaba diciendo Evo Morales era verdad. Era verdad que la nacionalización iba a dejar más plata al país y que la modificación del tipo de cambio para abajo, no para arriba -porque siempre iba para arriba- estaba firmemente respaldada.
Entonces eso, evidentemente, fue cambiando la mentalidad de la gente. Hoy podemos decir que cerca del 80 por ciento de los ahorros del sistema boliviano, están en bolivianos. Tenemos una alta credibilidad en la moneda nacional y la gente que antes incluso se guardaba los dólares debajo de colchón, los ha cambiado y los ha puesto en bolivianos.
-¿Cómo tomaron este tipo de medidas los sectores más concentrados, los que tienen la posibilidad de ganar mucho dinero con una economía dolarizada?
-Los sectores que más añoran el tipo de cambio del pasado y la hegemonía del dólar, son los sectores exportadores. Hay otro tipo de empresariado que más bien ha logrado beneficiarse y por lo tanto defiende este tipo de política monetaria que tiene el gobierno.
Los sectores exportadores no pierden la oportunidad de pedir que haya modificaciones en el tipo de cambio y han estado añorando no sin cierta ingenuidad que pase lo mismo que en Argentina. Ahora, claro, estos sectores exportadores cuando ven el descalabro económico argentino, la gran distancia entre el dólar y la moneda argentina, terminan finalmente dejando de hablar del tema y acomodándose a la política monetaria del gobierno.
-¿Qué impacto tiene en la campaña electoral lo que está pasando en Argentina y lo que es visto como un fracaso de la economía de Mauricio Macri?
-Lo que pasa en Argentina, Brasil o Chile repercute mucho en Bolivia y ciertamente de los tres países el que peor está es Argentina.  La gente puede no quererlo a Evo Morales, pero muchos están planteando que van a votar por Evo porque el candidato Carlos Mesa ha tenido la equivocación hace un tiempo de alabar el ascenso de Macri y la política de Macri.
Cuando la gente ve las consecuencias nefastas de eso lo que menos quiere es inestabilidad económica.  La gente quiere saber que puede prestarse plata y saber que el día de mañana va a tener condiciones para pagar, y que los servicios no se le va a elevar al 100, al 200 o 300 por ciento.  Así que lo que pase en argentina ciertamente genera un efecto político adverso a las pretensiones de los sectores dominantes.





BOLIVIA: LAS ESTRATEGIAS DE UNA OPOSICIÓN DESESPERADA

La violencia y el desprestigio hacia el Gobierno de Evo Morales parecen ser las tácticas utilizadas entre los sectores de la oposición, a menos de un mes para las elecciones.

Telesur de Venezuela (www.telesurtv.net)
                                                                                          
El próximo 20 de octubre se celebrarán en Bolivia las elecciones presidenciales que definirán si el actual mandatario Evo Morales arribará a su cuarto mandato consecutivo, o será desplazado por las fuerzas opositoras, que han desplegado una amplia estrategia de ataques para impedir la reelección de Morales.
La vía más popular parece ser la de la violencia, lo que muestra una clara incapacidad para influir en el electorado boliviano mediante alternativas legítimas y no reprochables. Han acudido a la intimidación, pues difunden la violencia y el temor a la población para que no acudan a las urnas.
Un ejemplo se vio en Tarija, lugar en el que organizaciones antigubernamentales intentaron impedir la llegada del presidente a ese departamento.
La mayor muestra de violencia hasta el momento sucedió el pasado 12 de septiembre en en el conservador estado de Santa Cruz (onde se acumulan las grandes riquezas personales del país), cuando decenas de activistas, muchos de ellos jóvenes pertenecientes a familias acomodadas, arremetieron contra varias oficinas del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Además, los destrozos incluyeron el robo de equipamiento médico y medios tecnológicos, y no se puede ignorar la quema de una sede de campaña oficialista en la subtropical parte sur de los Yungas de La Paz.
Por otro lado, se han valido de la naturaleza para sacar provecho y desacreditar el trabajo del Gobierno, usando el tema de los incendios que azotan la zona de la Chiquitania boliviana, ante lo que han llegado a hacer llamados para que Morales decrete desastre nacional a partir de los hechos de la Chiquitania.
Carlos Mesa, quien fuera vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Losada, expulsado del país por su política neoliberal, responsabiliza al Gobierno por el fuego en esa región, aún cuando los especialistas han demostrado que los incendios se produjeron a causa del cambio climático.
Los cuestionamientos de Mesa centran la atención en la decisión gubernamental de disponer de más de 15 millones de dólares en el alquiler del avión Boeing Supertanker y otras 22 aeronaves, y en que el mandatario no pidiese ayuda internacional durante los primeros días de la catástrofe ambiental.
En esta campaña de desprestigio, la oposición ha maquillado la realidad del país al presentarlo como una nación al borde de un cataclismo político que en realidad no existe.
Inicialmente, con la incentivación de un ambiente de convulsión social que deslegitime las elecciones del 20 de octubre, en las que Evo cuenta con el mayor apoyo.
Aquí cabe recordar otra de las banderas opositoras: la defensa del resultado del referendo del 21 de febrero de 2016, cuando se rechazó la propuesta de cambio de un artículo de la Constitución, para habilitar a Morales para las elecciones de 2019.
La oposición, en su ala más radical, ha hecho una jugada que se le puede virar en contra, pues los Jefes de los grupos cívicos del Sur han lanzado una convocatoria para iniciar un paro nacional indefinido el próximo 10 de octubre para exigir la renuncia de los vocales del órgano electoral plurinacional.
En otro intento, que pudiera parecer desesperado, el grupo audodenominado Comité Nacional de Defensa de la Democracia exhortó a los partidos a retirar sus candidaturas y llamó al voto nulo.
¿Qué dicen los números?
Evo Morales se ha alzado como favorito en todas las encuestas. Un reciente estudio de la encuestadora Viaciencia ofrece al Mandatario indígena una preferencia electoral de 42,3 por ciento de puntos porcentuales, creciente con relación al pasado mes, cuando mostraba un 39,1 por ciento.
La investigación de Viaciencia, realizada entre el 2 y el 11 de este mes, demuestra que Mesa, su más cercano rival, del opositor movimiento Comunidad Ciudadana, apenas acumula 21,2 por ciento, menos que en agosto, con 22,0 por ciento.
Mientras tanto, una encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), indica que más del 50 por ciento de la población apoya la continuidad de las políticas sociales actuales y considera que se debería avanzar en la nacionalización de otros sectores estratégicos.
Morales asumió la presidencia de Bolivia cuando era el segundo lugar de pobreza en la región, solo superada por Haití, y luego de 13 años de gestión, goza de una evaluación positiva del 72 por ciento de la población, después de declarar a Bolivia un estado pluricultural,  con una avanzada política nacionalista e integracionista.





CHILE-BOLIVIA: DESAFÍOS DE LA PARADIPLOMACIA TRANSFRONTERIZA A UN AÑO DEL FALLO DE LA HAYA
                                                                                                  
Tal vez es el primer salto cualitativo para hacer de América del Sur y del Cono Sur una zona libre de populismos nacionalistas, un polo desarrollo humano sin exclusiones y un trampolín para el progreso de las regiones transfronterizas y sus habitantes.

El Desconcierto de Chile (www.eldesconcierto.cl)

Este 1 de octubre se cumple una fecha relevante para Chile, Bolivia y América Latina, en el marco del desarrollo y evolución del derecho internacional y el derecho de los pueblos. Ha pasado un año desde que la Corte Internacional de Justicia determinó por 12 votos a favor y tres en contra, que Chile no tenía obligación de negociar una salida al mar con soberanía para Bolivia, decisión basada en el respeto irrestricto de los tratados internacionales entre estados.  
Una definición que marca un antes y un después en la relación transfronteriza de Chile con sus vecinos, que de inmediato hace surgir innumerables preguntas sobre las relaciones futuras que deben tener los países de América Latina. Y que puede derivar en recomponer o no las relaciones, generar nuevos lazos de amistad,  implementar el comercio o activar el proteccionismo, establecer una alianza cultural o potenciar el aislacionismo.
En síntesis, una nueva forma de conexión que las autoridades chilenas y bolivianas han definido como el “diálogo fundamental entre los pueblos”.  
Se trata, entonces, de una nueva mirada que claramente puede avanzar desde los gobiernos subnacionales, implementando lo que el destacado académico Zidane Zeraoui conceptualiza como “Paradiplomacia”, en su libro “Teoría y Práctica de la Paradiplomacia”. Pero teniendo siempre sobre la mesa una relación transfronteriza con antecedentes históricos de encuentros y desencuentros, como la Guerra del Pacífico, el Tratado de 1904, y la demanda de Bolivia contra Chile presentada en 2013 en La Haya. Un constructo histórico-político que podría transformar a la paradiplomacia en una oportunidad.
Es un desafío político, económico, cultural y social que puede cambiar el modelo de las relaciones internacionales, en el marco de una globalización que avanza, entregando herramientas que permiten renovar o crear nuevas interconexiones entre los gobiernos locales y sus ciudadanos. Pero también gestando los cimientos, o los pilares, de las relaciones transfronterizas en un continente que ha buscado la paz, ha luchado de manera incesante por la integración, aunque con diferencias limítrofes históricas.
Esta situación motiva el desarrollo de una agenda que permita construir, tal como lo plantea Alexander Wendt, nuevos horizontes entre pueblos vecinos, que tienen en la paradiplomacia, un mecanismo diplomático que en un inicio puede abocarse a la baja política o intercambio internacional preliminar entre regiones o ciudades. Pero que luego de un trabajo estratégico, se puede transformar en un mecanismo de solución de controversias, en un camino concreto para la integración real y en una fórmula que permitiría avanzar en la alta política.
Esa visión tiene cabida bajo el concepto de Interdependencia Compleja, donde el Estado ha entendido la importancia de los cambios en un mundo globalizado. Y que tras el fallo de La Haya, abre para Chile, Bolivia y el continente, un espectro de posibilidades donde la paradiplomacia de América del Sur deberá jugar un rol estelar, en un momento especial, tal como lo señala Stefan Sweig en su libro “Momentos Estelares de la Humanidad”.
En ese espacio los liderazgos locales o subnacionales tiene la solución al alcance de sus manos, para correr el cerco e iniciar un camino que permita desarrollar una red flexible, desde un punto de vista diplomático, con el objeto de avanzar en integración y paz social. Puente transfronterizo que los pueblos están dispuestos a cruzar, con bases sólidas radicadas en una paradiplomacia que reconoce los peligros que traen los nacionalismos populistas. Y que en el caso de Chile y Bolivia, encuentran en el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya del 1 de octubre de 2018, una gran oportunidad para dar vuelta la página e iniciar un trabajo serio y responsable.
Estas acciones tienen como grandes beneficiarios a las regiones de Chile y los departamentos de Bolivia, con miles de habitantes que prefieren dar pequeños pasos, pero seguros, donde la lucha contra la pobreza, una mejor salud y educación de calidad, son metas que generan unidad política y fraternidad entre pueblos hermanos.
Pasando del conflicto a la paz social. Cambiando la historia transfronteriza. Redibujando la frontera. Y creando canales estables para las relaciones futuras, porque los gobernantes se van y los pueblos siguen allí.
En ese plano, la paradiplomacia ha dado la prueba de la blancura en el caso de Chile y Argentina, desde una perspectiva formal e informal, con integración profunda entre intendentes y gobernadores que dialogan día a día, tanto a través de los Comités de Integración, como de las oficinas internacionales de intendencias, gobernaciones y alcaldías.
Conexiones paradiplomáticas que en el caso de Chile y Perú, se consolidan entre Tacna y Arica, que podrían mejorar de cara al bicentenario de Perú.
Ahora, las grandes preguntas que surgen en el caso chileno-boliviano, dicen relación con el momento de iniciar el diálogo, saber quiénes serán los liderazgos locales y subnacionales que tomarán el debate en sus manos, si tendrán o no el apoyo de las políticas exteriores de los países incumbentes, y de qué manera se construirá un relato y una institucionalidad que permita consolidar la paradiplomacia, como un actor relevante del sistema internacional.
Tal vez es el primer salto cualitativo para hacer de América del Sur y del Cono Sur una zona libre de populismos nacionalistas, un polo desarrollo humano sin exclusiones y un trampolín para el progreso de las regiones transfronterizas y sus habitantes.





CARRUSEL BLANCO: LA TRAMA NARCO QUE UNIÓ AL CÓNSUL DE BOLIVIA Y A LA POLICÍA FEDERAL

Tras el rumor de un "soplón", Eduardo Rivas Graña fue detenido por traficar cocaína y usar el consulado de Bolivia (Godoy Cruz) como refugio

Los Andes de Argentina (www.losandes.com.ar)
                                                    
Existe una amplia variedad de casos en los que se desmanteló a grupos de narcos o cayeron sus líderes después de mucho tiempo de investigación. En mayo de 1996, Mendoza fue escenario de una red de tráfico de estupefacientes que tuvo lugar en el consulado de Bolivia, ubicado en el departamento de Godoy Cruz.
Eduardo Rivas Graña fue el cónsul del país vecino en nuestra provincia desde los '80 hasta el día que se destapó todo cuando la Policía Federal, con la ayuda de un infiltrado, logró descubrir casi 10 kilos de cocaína en su despacho.
La ruta de los 10 kilos
Toda la investigación comenzó cuando el infiltrado de la Federal aseguró que se corría un fuerte rumor de que en el consulado de Bolivia había droga. Ese dato encendió la mecha de una pesquisa que fue autorizada y dirigida por el juez Roberto Burad.
Con la ayuda del mismo “soplón” se pudo descubrir que los estupefacientes habían sido traídos desde Bolivia por el mismo Rivas Graña junto con Víctor Hugo Fernández, un mendocino amigo del cónsul. La finalidad de la venta estaba apuntada a un bodeguero sanjuanino, pero como no pudo concretarse, estos se vieron obligados a volver a Mendoza con los 10 kilos de cocaína de máxima pureza y decidieron ocultarla en la delegación boliviana.
La intencionalidad de la venta de todo ese kilaje de cocaína era algo de esperar, ya que se había frustrado el negocio con el comprador original. Esto hizo que Fernández, a quien el cónsul había delegado para que vendiera la droga, cayera en una redada perfectamente armada en el hotel Huentala de la ciudad de Mendoza.
Víctor Hugo Fernández fue citado en ese hotel donde se iba a encontrar con un cliente, el cual le pidió testear la calidad del producto porque quería comprobar que aquel fuera de máxima calidad. El cliente accedió a comprar el estupefaciente, por lo que cuando fueron a hacer el intercambio resultó ser que ese comprador era otro infiltrado de la Policía.
Por lo tanto, Fernández quedo detenido de forma inmediata. Tenía en su poder 500 gramos de cocaína. No había manera de disfrazar la situación, y se vio obligado a ofrecerse por su propia voluntad a concretar un arreglo que dictaminaba ayudar a los investigadores a encontrar el resto de la droga.
Esa operación se llevó adelante, Fernández fue acompañado al lugar junto con otro Policía Federal, vestido de civil, simulando ser un socio de confianza. Y así llegaron, casi a horas de la noche, al consulado de Bolivia donde Eduardo Rivas Graña, el propio cónsul, recibió a los dos hombres.
Entre charlas y explicaciones disfrazadas de una venta millonaria, el cónsul fue hasta una de las dependencias del consulado y trajo un solo paquete que en su totalidad pesaba 9,5 kilos de cocaína pura. Fernández recibió el paquete en mano y junto a su “socio nuevo” se retiraron del lugar. Quince minutos después, cuando Eduardo Rivas Graña salió del establecimiento, caminó tan solo unos metros y fue detenido por la Federal.
Condena y libertad
El juez Burad, quien había dado la orden de captura, los procesó y los envió a prisión. Como en aquellos años no existía la Unidad 32 - el centro de detención de los tribunales federales - pasaron un par de días encerrados en la comisaría. Víctor Hugo Fernández tuvo que cumplir condena, pero no fue el único, ya que con el tiempo comenzaron a saltar otros involucrados en la misma red de tráfico.





EL AUTO ELÉCTRICO PROMOCIONADO POR TAGLIAFERRO CUESTA EL DOBLE QUE EL DE EVO MORALES

El Cactus de Argentina (www.elcactus.com.ar)
                                                                  
Sero Electric es la PyME local responsable de lanzar al mercado el primer auto eléctrico de Argentina, lo que constituye un gran logro a nivel ecológico, que sin embargo no se traduce de la misma manera al aspecto económico, ya que el vehículo autóctono, cuyo valor inicia en US$9.900, casi duplica el precio de su homólogo boliviano que empieza a comercializarse a partir de los US$5.450.
La evidente falta de competitividad del vehículo no puede ser solapada por los halagos de Ramiro Tagliaferro, intendente de Morón, quien aseguró vía Twitter que “es un orgullo para nuestra ciudad”, ni del presidente Mauricio Macri que en el marco de la campaña electorial visitó la planta automotriz, aunque sin la compañía de Tagliaferro, en un nuevo capítulo del ya mencionado “operativo despegue”, a menos de un mes de las elecciones.
El primer mandatario visitó Morón ayer junto a su compañero de Fórmula Miguel Ángel Pichetto y recalcó que el trabajo es “impresionante”, ya que el alto costo de los materiales (el 80% de los componentes empleados son de origen nacional), la presión impositiva y tarifaria y la falta de políticas públicas orientadas a beneficiar a las PyMES son los principales obstáculos al momento de beneficiar la comercialización del auto.
De Morón a la ciudad de Cochabamba hay 2648 kilometros. Allí el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales presentó hace unos días los primeros vehículos eléctricos producidos por la fábrica Quantum, íntegramente en ese país. “Brindaremos todo nuestro apoyo a los ejecutivos y técnicos, orgullo cochabambino y boliviano, que inaugura con creatividad y esfuerzo el nuevo ciclo de industrialización de autos eléctricos”, aseguró el primer mandatario.
Las características entre los modelos de las naciones hermanas son bastantes similares: los dos tienen autonomías similares, que van hasta los 50 km. aproximadamente (el producto argentino puede ampliar su rango a 100 km. con el uso de baterías de litio), sus dimensiones son casi las mismas, con la diferencia de que el coche nacional es más ancho y el boliviano más largo, y sus velocidades máximas oscilan entre los 45 y 55 km/h.
Todo lo mencionado anteriormente demuestra que las causas por la cuales el modelo producido en Morón no es una opción módica. Factores relacionados con la crisis económica actual y con las políticas estatales que desmedran los intereses de los pequeños y medianos empresarios, y en consecuencia, también perjudican a sus trabajadores.





PARAGUAY: INCENDIOS AFECTARON 300.000 HECTÁREAS DE BOSQUES

El gobierno boliviano, por su lado, reportó que unas cinco millones de hectáreas se quemaron en los últimos tres meses.

Debate de México (www.debate.com.mx)

Más de 300.000 hectáreas de bosque subtropical se incendiaron desde julio pasado en territorio paraguayo, en la frontera con el departamento boliviano de Santa Cruz, pero en diferentes zonas del país existen pequeñas conflagraciones por la quema ilegal de pastizales para la siembra agrícola, informó el martes el gobierno.
El mismo día, la Secretaría de Emergencia Nacional puso en marcha su sistema operativo para controlar el incendio de una parte del denominado Parque Guasú, ubicado a escasos metros de la pista del aeropuerto de Asunción. El sitio, de unas 15 hectáreas, es utilizado por los vecinos para actividades recreativas al aire libre.
La oficina administrativa del aeropuerto informó que la humareda no incidirá en forma negativa en el despegue o aterrizaje de los aviones.
Emergencia Nacional, en un informe difundido el martes, indicó que en la zona del cerro Chovoreca, a unos 850 kilómetros al norte de la capital, en la frontera con Bolivia y zona de influencia del pantanal compartido con el estado brasileño Mato Grosso do Sul, “hay aún fuego pero controlado por el trabajo conjunto de bomberos voluntarios y militares”.
El gobierno boliviano, por su lado, reportó que unas cinco millones de hectáreas se quemaron en los últimos tres meses.




  

LLEVA CHEF DANÉS LA COMIDA SOSTENIBLE A BOLIVIA

La "mala comida" que tomaba en su casa cuando era niño,  hizo que Meyer tuviera claro a los 20 años que su "misión en la vida era cambiar la cultura culinaria de Dinamarca".

El Imparcial de España (www.elimparcial.com)
                                                                                                                 
Cofundador del emblemático restaurante Noma de Copenhague y uno de los artífices de la nueva cocina nórdica, el danés Claus Meyer apuesta por extender los principios de la comida sostenible a países como Bolivia y poner así en práctica su aspiración de "luchar contra la pobreza con comida deliciosa".
Esa experiencia en el país andino, donde en 2012 inauguró el restaurante Gustu y dos años después abrió la escuela de formación de jóvenes cocineros Manq´a (comida en lengua aimara) que ha enseñado el oficio a 3 mil 400 jóvenes de familias desfavorecidas, constituye la materia prima del documental "Un sabor de cielo".
El filme pasó por la sección Culinary Zinema del Festival de Cine de San Sebastián, y llevó a Meyer a la ciudad vasca junto con dos de sus protagonistas, Kenzo Tirose y Marsia Taha, dos jóvenes cocineros de Gustu que guisaron algunas de las preparaciones cien por cien bolivianas que se ofrecen en el restaurante de La Paz.
"Quería hacer algo que resultara impactante a nivel global y ayudar a un país como Bolivia daba la posibilidad de apoyar a mucha más gente" que en Europa, asegura Meyer en una entrevista.
"Es un lugar pobre en algunos aspectos, pero destaca por su biodiversidad, lo que brinda un enorme abanico de oportunidades a la hora de manejar ingredientes", señala el cocinero y así lo acredita uno de los menús de Gustu que ofrece cola de yacaré (una especie de caimán) y llama con tubérculos andinos, entre otras sugerencias.
La ecuación que aplicó al fijar las bases de la "nueva cocina nórdica" junto con el jefe de cocina de Noma René Redzepi constituye una filosofía y como tal es "extrapolable" a otros lugares porque se basa en "utilizar la comida para expresar las características, cualidades y diversidad de un país, su cultura y su historia", asegura.
Y esa "revolución" culinaria, para la que se fijó en los países del sur de Europa como referente, llegó a buen puerto "porque contó con el apoyo de las instituciones", asegura Meyer, quien afirma que las pautas saludables se trasladaron a los hábitos diarios de "un 20 % de las familias danesas".
Precisamente, la "mala comida" que tomaba en su casa cuando era niño, un hogar en el que "no había amor" entre sus padres, y el contraste con una familia francesa con la que vivió después, que se reunía en torno a la mesa para disfrutar de unos platos fantásticos en un ambiente afectuoso, hizo que Meyer tuviera claro a los 20 años que su "misión en la vida era cambiar la cultura culinaria de Dinamarca".
La comida "es amor" y tiene la capacidad de unir a la gente, señala Meyer tras parafrasear a Martin Luther King, que reclamaba "construir mesas más grandes, no muros más altos".
Transformar el mundo a través de la gastronomía es otro de los mantras de este empresario gastronómico, algo que conlleva la idea de sostenibilidad porque "debemos utilizar los ingredientes que tenemos a nuestro alcance pero sin sacrificar las necesidades de las generaciones futuras", afirma.
Para ello, considera que es necesario conectar a los chefs con los pequeños productores y cultivar el respeto por la naturaleza, ya que los cocineros pueden actuar como "líderes de opinión" y constituirse en unas figuras "muy importantes" que influyen en lo que la gente come.
"No veo a los chefs como alquimistas, en un papel de casi dioses, sino como las voces de la naturaleza y el planeta", concluye Meyers, que se muestra "optimista" hacia el futuro porque siente que los cocineros "son escuchados".





DE ARAGÓN A BOLIVIA
                                                                                                                     
Germán Sánchez nació en Zaragoza, pero lleva 25 años residiendo en Bolivia. Durante este tiempo, ha conseguido consolidar 12 programas sociales en su comunidad, la ciudad de Sacaba, proyectos que ayudan anualmente a más de 5.000 personas en riesgo de exclusión y pobreza extrema.

El Periódico de España (www.elperiodicodearagon.com)
                                                                                               
«Un pálpito, una intuición, una sensación...». Germán intenta definir, sin saber muy bien cómo, la necesidad que le llevó a tomar la decisión de dejar atrás su tierra natal, Zaragoza, con tan solo 22 años, para irse a Latinoamérica. Lo que sí precisa muy bien es que fue con un único objetivo: ayudar a los demás. 25 años después y con 20 proyectos a sus espaldas, Germán Sánchez es el director del Centro de Atención a la Mujer de Sacaba, un municipio de Bolivia. Este zaragozano, que pronuncia ahora una mezcla de maño y cochabambino, pertenece a la comunidad de Misioneros Seglares Vicencianos (Misevi).
Germán nació en una familia numerosa, de seis hermanos, en 1976. No tenían grandes comodidades –«por aquella época, ya sabes...»– pero sí conoció «el sentimiento de pertenencia, el cariño de una familia». Algo que, aunque parece lo normal, ahora aprecia desde la perspectiva de los que no tienen a nadie: «Ves personas, incluso ancianas, que no han tenido eso, que no han tenido familia en toda su vida. Comparas y valoras que es un lujo».
El primer destino en el que aterrizó como misionero fue Honduras. «Quería viajar, pero no solo para conocer la cultura de un país, sino para hacer una labor social, y quería entender mi fe desde esa labor». Así que fue a parar a un barrio hondureño, formado por casas en una especie de favelas, donde trabajó ayudando a personas que sufrían sida. «Centroamérica es un corredor para las enfermedades de este tipo», explica.
Pero la mayor parte de su trayectoria humanitaria la ha realizado en Bolivia. Con proyectos que se han ido construyendo «muy poco a poco», los misioneros despliegan su labor social desde la iglesia San Vicente de Paúl de Sacaba, la segunda ciudad en población del departamento de Cochabamba, con 172.466 habitantes.?
Actualmente, desarrollan 12 programas con colectivos vulnerables y en riesgo de exclusión y pobreza, que abarcan desde personas con discapacidad intelectual hasta mujeres víctimas de violencia de género y sus hijos. «Nosotros entendemos lo que tradicionalmente se ha conocido como evangelización, desde la perspectiva del ser humano. Es decir, estar cerca y directamente con las situaciones de pobreza y de vulnerabilidad de las personas», explica Germán, que cuenta con la ayuda de su mujer, Delmy, a quién conoció en Bolivia, y de sus dos hijos, Daniel y Ana Ruth.
UNA LACRA SOCIAL
Bolivia es uno de los diez países con mayor tasa de violencia machista hacia las mujeres y el tercero en feminicidios de Latinoamérica. Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, 7 de cada 10 mujeres sufren de violencia de todo tipo, siendo la física y psicológica la más frecuente y, en lo que va de año, 128 bolivianas han sido asesinadas.
Una de ellas fue Rigoberta, una mujer de 39 años que el pasado mes de junio fue secuestrada por dos policías en Santa Cruz, que la mataron, ocultaron el cuerpo en un barril y luego lo enterraron en una casa. O el de Abigail, que estudiaba Económicas en la universidad y fue su exnovio de 16 años quien primero le hizo cortes en el cuello y las muñecas y luego la mató con un golpe en la cabeza.
«Se calcula que un 70% de mujeres sufre violencia y como consecuencia, también sus hijos e hijas menores», explica Germán. En este sentido, el programa de atención a la mujer que los misioneros desarrollan el en municipio es uno de los proyectos que más solidez ha adquirido con los años: «El centro cuenta con una casa de acogida, un centro infantil y una oficina externa de atención», realizando más de 400 intervenciones al año. Además, en el 2018 crearon el grupo de Promotoras de Derechos Humanos del CAM, formado por mujeres que han sido víctimas y ahora acompañan a otras mujeres en su proceso de superación.
La capacitación es uno de los pilares clave de intervención de los misioneros de San Vicente de Paúl, que han incorporado una línea transversal de inclusión laboral a todos los proyectos que llevan a cabo. Así, se han constituido tres proyectos: una granja avícola, una empresa textil y otra de cátering. El año pasado, trabajaron 19 mujeres en la granja, recibiendo formación sobre el tratamiento del huevo, los procesos y medidas de bioseguridad avícola. 25 mujeres fueron capacitadas en el taller textil y pudieron ver aumentados sus ingresos gracias a los productos elaborados, todos con materias autóctonas de la región. La empresa de cátering contó con 53 empleadas, la cifra más alta, ya que «se identificó un alto porcentaje de mujeres con experiencia en cocina», señala Germán.
El programa de atención a varones es otro de los proyectos pioneros para luchar contra esta lacra social. A través de sesiones individuales y talleres grupales, que tienen un enfoque psicoanalítico de intervención, se reeduca a varones con conductas agresivas o violentas como otro esfuerzo por prevenir la violencia hacia la mujer. Durante el año pasado, atendieron a 110 varones, llevaron a la práctica 583 sesiones psicológicas.
El objetivo, como explica Germán, es poder «crear una comunidad local que trabaje diariamente y fortalecer las estructuras locales». A través de los diferentes proyectos, los misioneros y voluntarios atienden, a lo largo del año, «a más de 5.000 personas en riesgo de exclusión y pobreza», subraya. Una labor que, aunque puede parecer desbordante, para Germán es «lo que me hace feliz». «Descubrí algo a lo que no sé poner palabras. Ves testimonios de vida tan fuertes, que tu realidad personal se relativiza. Observas la capacidad tan fuerte que tienen algunas personas de salir adelante, pese a que han sufrido lo inimaginable, y piensas: yo tengo que estar con ellas».





LA PERUANA SOL ALPACA SE IMPONE EN BOLIVIA CON SU TRAVEL RETAIL

Fashion Network de Colombia (www.co.fashionnetwork.com)

Sol Aplaca desembarca en Bolivia con su propuesta de travel retail. La enseña de lujo especializada en prendas de vestir con fibras de alpaca y vicuña abrió las puertas de su primera tienda propia en Bolivia, con un local en el aeropuerto internacional El Alto, en la ciudad de La Paz. 
Ya abrimos nuestra primera tienda en este maravilloso país en el aeropuerto internacional El Alto en La Paz”, indicó el comunicado de la empresa. Además de su nueva apertura, Sol Alpaca celebra sus primeros 15 años en el mercado de la mano de sus prendas artesanales cargadas de tradición y cultura milenaria. La firma se declara sostenible, con un alto nivel de respeto por la naturaleza y pasión por la excelencia. 
Sol Alpaca cuenta con 40 locales en Perú, así como tiendas en Chile y Australia, donde la marca cumple tres años de presencia. La enseña es propiedad del Grupo Michell, que con casi 90 años de experiencia lidera el mercado de la alpaca en el país. El gigante suma más de 2500 empleados y amasa toneladas de alpaca mensualmente.  
La demanda de la fibra de alpaca y sus derivados sigue creciendo en el mundo, con adeptos que van desde los compradores de artesanía hasta los grandes grupos de moda como LVMH. Según cifras oficiales del Gobierno, el país exportó mercancía de alpaca por 308 millones de dólares en 2018, un 22 % más que el año precedente y se esperan resultados similares este año. 
El Grupo Michell, que engloba a las marcas Mallkini, Michell, MFH Knits, Mundo Alpaca y Sol Alpaca en sus divisiones de fibras textiles, prendas terminadas, textil hogar y retail, apuesta por la expansión internacional al tener presencia en más de 10 países.





CON EL VIENTO DE FRENTE
                                                                                          
Bolivia, Uruguay y la Argentina, próximas definiciones.

Clarín de Argentina (www.clarin.com/opinion)
                                                                                           
En las próximas semanas el Cono Sur tendrá tres elecciones para Presidente. En Bolivia se disputa la reelección de Evo Morales, en Uruguay el Frente Amplio intenta repetir con Martínez. En Argentina se da la particular situación de que vamos a una elección en condiciones de severas restricciones económicas y sociales que no son equiparables a los vecinos.
Como pocas veces la política exterior forma parte del centro del debate. La crisis financiera por la deuda externa y la posibilidad del retorno del Frente para la Victoria al gobierno genera una expectativa internacional importante, que los medios extranjeros transmiten en su mayoría en forma negativa.
Ello se refleja generando dudas sobre la gobernabilidad presente y futura. La Argentina debe explicar sus comportamientos al mundo en razón que ha perdido credibilidad y confianza. En el exterior dicen “porque preocuparse en tratar ayudar a la Argentina si los argentinos no se preocupan de ayudarse a sí mismos.
Existió una expectativa desde el 2015 que el nuevo gobierno liberal de derecha iba a cambiar el país. No lo logró, en consecuencia desde el exterior se piensa que no se pudo superar al kirchnerismo y eso se considera una frustración y fracaso.
Las PASO actuaron como un disparador de futuro pero también del pasado. Se encendieron las luces de una posible victoria en primera vuelta del Frente para Todos. El oficialismo insinúa la posibilidad de recuperación de votos y abrir la oportunidad de entrar a la segunda vuelta. Este escenario trae expectativas en el orden internacional y una nueva correlación de fuerzas.
La Argentina está “partidizada” en su política exterior y, por esa razón hace política con los partidos de otros países y no con los Estados. Se va perdiendo la relación política entre Estados lo cual dificulta los acuerdos y entendimientos donde priman las afinidades personales-ideológicas por sobre los intereses nacionales.
Vale como ejemplo la relación de Unión Ciudadana con el PT de Brasil, o con el Partido Socialista Unido de Venezuela de Maduro, o el PSOE de España, o de Francia Insumisa de Jean Luc Melechon.
Por otro lado el Partido de Renovación Nacional de Piñera en Chile y el Partido Popular de España, o PSL de Brasil de Bolsonaro crean vínculos con el PRO. Vale destacar el reciente contra punto o bate-boca (en portugués) entre el Presidente de Brasil y el candidato del Frente para Todos donde se dijeron de todo menos lindo; o la exhortación a los bolivianos que sigan “votando bien” es decir al oficialismo, o también en la declaración que Argentina no se puede enemistar con Estados Unidos y debe tener una relación madura y de respeto mutuo.
Si el “lenguaje es el mensaje” con Brasil tendremos una relación necesaria y compleja, extensiva al Mercosur y con influencia en los vecinos y evitando la intromisión en asuntos internos de carácter recíproco.
Con Bolivia será de afinidad y entendimiento. Con los Estados Unidos será necesario evitar la enemistad, salvo que las condiciones de la relación cambien en cuanto al respeto y la madurez. Depender tanto de Estados Unidos nos ha hecho retroceder dijo el candidato opositor en España, país miembro de la OTAN durante el PSOE.
La partidización ideológica llevó a la creación de la UNASUR donde la mayoría pensaba en forma similar es decir de centro izquierda y ahora la creación de PROSUR de centro derecha como alternativa a los que piensan diferente.
Ello refleja la falta de flexibilidad en la organizaciones regionales y en sus dirigentes cuando son de distinto origen ideológico. Un camino corto de poca duración. El reciente Grupo Puebla de Correa, Lugo, Lula, Dilma, Mujica, Maduro, Rodríguez Zapatero y cuyos promotores son Alberto Fernández y el ex socialista chileno Ominami definidos como progresistas dedicados a temas regionales se suma a las actividades políticas.
El caso Venezuela es significativo, coexisten el Grupo de Lima que es el más numeroso con doce miembros, también apoyado por Estados Unidos y la Unión Europea; el Grupo del Alba que lo integran Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia también apoyado por Rusia, China, Irán y Turquía.
Argentina integra el grupo de Lima, de ganar la oposición ya se anticiparon que saldrán de el y articularían una posición cercana a la sostenida por México y Uruguay.
La distinción de dictadura o autoritario del gobierno de Venezuela por parte del candidato del Frente para Todos conllevó una respuesta drástica de Maduro “quien piensa así es un estúpido, un ejemplo de diplomacia verbal a la cual habrá que acostumbrarse.
En Uruguay el MPP liderado por Mujica también cambio de posición y expresó que en Venezuela hay una dictadura probablemente por razones electorales, también recibió su rechazo bolivariano. La región no está unida ni dominada simplemente dividida. Para poder cambiar en primer lugar hay que valorar que la democracia ha permitido la que alternancia de partidos de izquierda y de derecha. Los problemas surgen cuando se trata de cambiar las reglas de juego del sistema democrático. La interferencia en la división de poderes. Restricción a las libertades públicas-privadas. Desconocimiento a las minorías. Control de los medios de comunicación. Por momentos uno tiene la impresión qué hay todo un sector de la derecha regional como de la izquierda que sigue anclada en fijaciones del pasado abriendo una brecha en nuestros países que perjudican a nuestros pueblos. La discusión de más justicia social no puede ser en detrimento del crecimiento económico, a la inversa el mayor crecimiento no puede desconocer una mejor distribución. Reconstruir una red de entendimientos en la región va llevar su tiempo, los partidos políticos se han fragmentado, y se convirtieron en espacios que crecen o se extinguen de acuerdo a la duración del liderazgo.
La década pasada la región se benefició con la valoración de sus productos primarios, hoy no hay viento de cola que aceleró el crecimiento en su momento. En Argentina el viento es de frente por momentos con lluvia y tormentas a pesar de ello debería celebrar los acuerdos y consensos necesarios que el país reclama. La próxima elección nos ofrece una nueva oportunidad.





MARGARITA BARRIENTOS: "LA GENTE SE ACOSTUMBRÓ A VIVIR SIN TRABAJAR, VIVE DE PLANES SOCIALES Y DE MIGAJAS"

Urgente 24 de Argentina (www.urgente24.com)
                                          
Luego de que el senador justicialista y candidato a vice por Juntos por el Cambio saliera a cuestionar los índices de pobreza y desempleo y ejemplificara el por qué los ciudadanos venezolanos encuentran empleo en el país y los argentinos no, quien salió a apoyar sus dichos fue Margarita Barrientos, la activista fundadora de los comedores 'piletones'. "Escuché a Pichetto y sí, lamentablemente yo creo que la gente en argentina se acostumbró a vivir sin trabajar, viven de planes sociales y migajas". Su dichos fueron en una entrevista que sostuvo en la radio LaOnceDiez.
Aunque la activista de Los Piletones, Margarita Barrientos, ve la miseria día a día en los comedores donde recibe a personas en situación de extrema pobreza, ella considera que el mal de la Argentina es que su sociedad no tiene incertada la cultura de trabajo, y aunque cuestionó al Gobierno nacional por quizá 'no escuchar', responsabilizó a la gente de estar desempleada o en la pobreza. 
En una entrevista que brindó Barrientos a la radio LaOnceDiez, sostuvo declaraciones que van en sintonía a lo que cuestionó hoy 01/10 el por qué "los 400 mil venezolanos están todos trabajando, ahí hay algo mal", dando a entender que el que busca trabajo, lo consigue. 
Margarita Barrientos, consultada sobre los dichos del candidato a vice fue tajante: 
"Yo lo escuché a Pichetto hablar y yo creo sinceramente, que la gente en Argentina se acostumbró a vivir sin trabajar, a vivir de planes sociales y de migajas. Suben a un colectivo por 500 pesos y un sandwich y que sean usados", disparó. 
"Cómo puede ser que venga un venezolano y esté trabajando, un boliviano y está trabajando, un paraguayo y también está trabajando. Por qué los argentinos no, qué pasa", y agregó: "Si uno busca trabajo encuentra, por qué encuentran los otros y nosotros no, ¿no le parece?", se preguntó. 
Ante su respuestas, los periodistas del programa Lo Malo de Ser Bueno, le aclararon que, posiblemente, los extranjeros estaban precarizados, a lo que Barrientos respondió: 
"Bueno, es que hay personas que no se pueden poner en blanco por el costo que significa eso también, pero pueden hacerse a monotributistas, hay tantas maneras de trabajar, pero bueno", sentenció.  
Sobre los índices de pobreza que dio a conocer el INDEC esta semana, la fundadora de Los Piletones aseguró que "no le sorprendió", ya que es una situación que ve a diario, en donde no sólo se incrementó el pedido de alimentos, sino de calzado y ropa. 
A su vez, Barrientos se mostró preocupada por el futuro y mantenimiento de Los Piletones, comedores que se mantienen 100% de donaciones y actualmente esas donaciones han bajado en un 70%.

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