El
presidente de Bolivia, Evo Morales, cerró en Cochabamba su campaña para las
elecciones presidenciales del próximo domingo. Durante su discurso les pidió a
los indecisos que lo acompañen para llegar a un nuevo mandato. También se
dirigió a sus compatriotas en Argentina durante una entrevista que le dio a
Víctor Hugo Morales para AM750. Allí llamó a todos los bolivianos a elegir
entre dos caminos posibles para Bolivia: “Volver al pasado o seguir con el
camino del cambio. Este domingo se va a decidir entre quienes están con las
privatizaciones y quienes estamos con las nacionalizaciones”, afirmó Evo. Ayer
durante un acto que realizó en Santa Cruz de la Sierra, se registraron
incidentes entre la policía y opositores.
En el
centro del escenario se vio a un Evo Morales exultante durante el cierre de
campaña en la ciudad de Cochabamba. La multitud llevaba cientos de banderas
azules, el color elegido por el Movimiento al Socialismo (MAS), partido con el
que el actual presidente se presenta en las próximas elecciones. Durante el
discurso le pidió a su militancia y a las personas que aún no decidieron su
voto que lo apoyen. "No me abandonen el 20 de octubre, queremos ganar
ampliamente. Cochabamba quiero que sea primero, que me muestre que estamos acá
para seguir con el proceso de cambio", dijo a sus seguidores.
También
envió un mensaje para todos los bolivianos que viven fuera o dentro de Bolivia,
durante una entrevista que le dio a la radio AM750. Saludó a los miles de
“hermanas y hermanos” bolivianos que residen en nuestro país y le dedican
“tanto esfuerzo para que la Argentina mejore su economía”. “El pueblo apoya
nuestro proceso. Imagínense cómo es volver a las políticas del Fondo Monetario
Internacional (FMI) como estos últimos días en Ecuador, convulsionado, y con
los movimientos sociales rechazando el paquetazo”, sostuvo Evo Morales en
diálogo con Víctor Hugo Morales.
Para el
presidente boliviano, la decisión ante las urnas del próximo fin de semana es
sencilla. “Aquí quieren que vuelva el FMI con sus privatizaciones; por eso este
domingo se va a decidir entre quienes están con las privatizaciones y quienes
estamos con las nacionalizaciones”, afirmó el mandatario, convencido de que los
“nacionalizadores vamos a seguir ganando elecciones”.
Evo
Morales fue el primer presidente de Bolivia que nacionalizó los hidrocarburos,
en manos de empresas internacionales, que se quedaban con el 82 por ciento de
las ganancias. “Ellos nos decían que cuando el petróleo o el gas estaba bajo
suelo, era de los bolivianos, pero cuando salía del suelo, ya no era de los
bolivianos. Inventaron un término para hacerlo: los contratos decían que el
titular adquiría el derecho a la propiedad en boca de pozo. Sale del suelo y ya
no era de los boliviano”, agregó el mandatario. Según Morales, la
nacionalización permitió ser el motor del crecimiento del país. "Gracias a
la lucha del pueblo boliviano nos hemos organizado en un movimiento político",
expresó el presidente.
Ayer, en
el bastión opositor de Santa Cruz de la Sierra, Morales se presentó en un acto
ante miles de seguidores. Sin embargo, al cierre de la jornada, personas que se
acercaron hasta el lugar lanzaron piedras a las decenas de policías que
protegían la zona. El gobierno acusó a los opositores de haber promovido los
disturbios, que al día de hoy se siguen investigando.
El
domingo se decidirá si Evo Morales, que lidera las encuestas con un 40 por
ciento de intención de voto, continúa al frente de la presidencia, o si lo hace
el dirigente opositor Carlos Mesa. Página
12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
BOLIVIA: LAS NUEVAS CARTAS DE EVO
MORALES EN LAS URNAS
El partido Movimiento Al
Socialismo (MAS) tiene la mayor cantidad de jóvenes como candidatos, aunque
también incursionan figuras del espectáculo y exfutbolistas para atraer votos
de cara al domingo.
La Tercera de Chile
(www.latercera.com)
Luis
Cristaldo, candidato a diputado por Santa Cruz
Sin
experiencia política, el exfutbolista de Oriente Petrolero, Cerro Porteño, The
Strongest y director técnico de origen argentino y nacionalizado boliviano, es
candidato a diputado. El exdefensa, de 50 años, fue integrante de la histórica
selección de Bolivia que jugó el Mundial de 1994.
Cristaldo
postula por la circunscripción 45 de Santa Cruz. En varias entrevistas ha dicho
que “siempre simpatizó con el Presidente Evo Morales”, pero que fueron los
“dirigentes y las bases” del sector donde vive quienes lo buscaron como
candidato.
En 2006
conoció al mandatario boliviano en un partido amistoso y dos años más tarde se
unió a las filas del MAS como militante. En 2011, Cristaldo o el “Macho”, dejó
el fútbol y cultivó un bajo perfil hasta que lanzó su candidatura. El
mundialista sostiene que de salir electo potenciará el deporte desde las
canteras.
María
Renée Liévana , candidata al Senado por Cochabamba
Esta
comunicadora social, actriz y abogada, saltó a la fama gracias a la comedia Los
Propios, donde interpretaba a Estefani Brillit, una trabajadora del hogar
cruceña. En agosto pasado fue una de las “sorpresas” del MAS al ser convocada
como primera candidata al Senado por Santa Cruz y, según las encuestas, su
curul estaría “prácticamente asegurado”.
La actriz
de 45 años señaló que no es militante del MAS, pero que el propio Presidente
Morales le solicitó mediante una llamada telefónica ser candidata para encarar
“los próximos cinco años en el desarrollo del país”. “Para aquellos que dicen
que estoy acá por motivos ruines, yo estoy acá porque quiero trabajar por mi
país”, señaló Liévana tras ser duramente criticada por la oposición.
Andrónico
Rodríguez, candidato al Senado por Cochabamba
Este
joven dirigente de 29 años es señalado como “el heredero” del Presidente Evo
Morales. Nació en Sacaba y en su infancia se trasladó a Entre Ríos. Su padre
era dirigente cocalero, así que desde pequeño siguió atento las discusiones
políticas. Actualmente es vicepresidente de las seis federaciones cocaleras del
trópico de Cochabamba, organización de la que surgió Morales.
El
binomio presidencial del MAS (Evo Morales y Álvaro García Linera) apuntó que
Rodríguez y la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, serían los sucesores
en 2024. El candidato a senador es licenciado en Ciencias Políticas de la
Universidad San Simón y habla a diario con el mandatario boliviano. En 2012
tuvo el primer encuentro con Evo y desde entonces recibe sus “consejos”.
María
Cristina Farfán, candidata al Senado por Beni
Es la
candidata más joven del oficialismo. El 18 de mayo cumplió la mayoría de edad
necesaria para presentarse ante el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) como
aspirante a la suplencia por el Senado en Beni. Aunque no es la única: el
Partido Unidad Cívica Solidaridad (UCS) presentó a Mauricio Vaca, de 18 años,
como diputado plurinominal. En total, hay otras nueve personas que tienen un
promedio de edad menor a 30 años.
Farfán
proviene de una familia política, por lo que inició su militancia a temprana
edad. Junto a su hermano mayor, Mauricio, abrieron en Riberalta, su ciudad
natal, una sede de la organización Generación Evo. Además, formó parte de la
Federación de Estudiantes de Secundaria en Beni. La candidata ha dicho que
decidió ser carta del MAS para impulsar propuestas destinadas a los jóvenes,
como el aumento de la escolaridad.
LA CORRUPCIÓN DE CARLOS MESA:
ESPEJO DE LA CLASE MEDIA BOLIVIANA
Alainet de Argentina
(www.alainet.org)
Las
elecciones en Bolivia a llevarse a cabo el próximo 20 de octubre presentan un
quiebre fundamental entre mundo indígena y mundo colonizado; entre ciudades y
áreas rurales, entre la búsqueda de una alternativa al neoliberalismo y el
sometimiento a un orden internacional que avala el saqueo y la destrucción de
sociedades y medioambientes. Tal es la diferencia entre Evo Morales y Carlos
Mesa
Este
quiebre fue visible en los cabildos y concentraciones que se llevaron a cabo en
Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, donde una población sobre todo de la clase
media que apoya a Carlos Mesa, mal informada, carente de perspectiva y que
desconoce los libretos preparados desde Estados Unidos para derrocar a
gobiernos que no se someten al catecismo neoliberal de Washington, ha avalado
de antemano el desconocimiento del resultado de los comicios si estos reflejan
una victoria del MAS. Es decir, viva la democracia si le conviene a la derecha
neoliberal; pero que muera la democracia si esta no produce los resultados que
los gringos esperan.
Esa clase
media que se identifica y apoya el pensamiento neoliberal, que políticamente
expresa un racismo que aplastó por siglos saberes y formas de reproducción
cultural de los pueblos originarios, nunca ha aceptado que un indio pueda ser
presidente de Bolivia, ni que pueda gobernar con resultados concretos de
reducción de la pobreza y nacionalización de las riquezas naturales, que por
siglos solo beneficiaron a una minoría de la población. Si ese segmento de la
clase media boliviana pudiera, y si la ciencia lo permitiría, ella borraría el
color de su piel morena, para ser todos blancos, altos y hablantes del inglés,
como alguna vez ya lo expresó una Miss Bolivia.
En una
entrevista a la Deutsche Welle el pasado 9 de octubre, Carlos Mesa, candidato
de una organización llamada Comunidad Ciudadana, declaró que no reconoce la
“candidatura ilegal de Morales”, afirmando en un tono mesiánico que está en él
no dejar que Morales se quede en el poder. Si se trata de una candidatura
ilegal, ¿por qué avalarla participando en ella? Esta contradicción se explica
por ese rasgo histórico de la clase media boliviana, que es de acomodarse a la
situación, no perder soga ni cabrito, buscando el peculio personal. Es la
angurria del poder que le lleva a Mesa a explicar que su posición política “no
es ni de izquierda ni de derecha”, tal como le conviene a un comodín que se
adapta a las exigencias de la “comunidad internacional”, que no es otra cosa
que las órdenes que vienen de Estados Unidos. Carente de principios, Carlos
Mesa es la veleta presta a girar hacia donde los vientos de la conveniencia
soplen.
La
crítica a Carlos Mesa no es al individuo. No corresponde referirse a la vida
personal de un personaje político, que sin duda tiene luces y sombras, como
todo el mundo. Se trata más bien de resaltar las acciones, posiciones y el modo
de operar de un personaje público en el terreno de la política nacional y el
ejercicio del poder, espacios públicos, que deben ser analizados y criticados
para que el ciudadano, el elector, tome consciencia de su posición frente al
ejercicio de la palabra y el poder que se delega a un actor político en un
proceso electoral.
Mesa
repite el libreto aplicado contra el gobierno de Venezuela. Ya un año antes, en
diciembre de 2017, el Partido Socialista Unidos de Venezuela había logrado una
victoria contundente en las elecciones municipales. Este resultado mostró la
bancarrota de la oposición apoyada por Estados Unidos y fue señal de que Maduro
ganaría en las elecciones presidenciales de mayo de 2018. Esta situación hizo
que la oposición venezolana decidiera boicotear esos comicios presidenciales,
lo que sirvió para que más tarde se declare “ilegítima” una elección donde la
oposición sabía que sería derrotada. Mesa, muy listamente dice que “no va a
regalarle (a Morales) la elección como los venezolanos se la regalaron al
chavismo”. Una declaración superficial que implicaría que todos los venezolanos
conformaban la oposición a Maduro. Siguiendo el libreto preparado para el
mestizo aspirante a presidente, sin presentar prueba alguna, éste afirma sin
empacho que “el fraude se está consumando”. Mesa sabe que va a perder las
elecciones y busca ahora posicionarse para las maniobras que vendrán, siguiendo
el ejemplo de Guaidó en Venezuela. Después del 20 de octubre, es muy probable
que, tras una posible derrota, Mesa se autodeclare “presidente de Bolivia”
Más allá
de una lectura de izquierda o de derecha, existen hechos concretos que
demuestran la falta de cualidades éticas, la ausencia de honestidad
intelectual, y una clara conducta de mercenario político en las acciones de
Carlos Mesa.
La falla
ética más grave, que lo descalifica como posible mandatario, es el haberse
negado a apoyar las demandas de justicia de parte de los familiares de los más
de 60 bolivianos asesinados en la ciudad de El Alto hace 16 años, por órdenes
del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Losada, que huyó a Estados Unidos
tras su renuncia el 17 de octubre de 2003 y del cual Carlos Mesa era el
vicepresidente.
Pese a
los insistentes pedidos de parte de abogados bolivianos, de los familiares de
las víctimas, de los abogados en Estados Unidos para que preste declaración
ante la justicia de ese país para esclarecer responsabilidades sobre esas
muertes; pese a que se le ofreció declarar desde Bolivia en apoyo a la causa de
los caídos en defensa de los recursos naturales para los bolivianos, Mesa se
negó a ello.
A principios
de abril de 2018 la Corte Federal de Fort Lauderdale, en Estados Unidos,
responsabilizó de las muertes extrajudiciales a Sánchez de Lozada y a su
exministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, y dispuso el pago de
indemnizaciones a las víctimas. Sin embargo, un mes más tarde, el juez James
Cohn revirtió ese fallo aduciendo la insuficiencia de pruebas. Fue el silencio
cómplice de Carlos Mesa con los responsables de esos crímenes que se tradujo en
la reversión de ese fallo, negando a las víctimas de esos crímenes, y a los
bolivianos, el derecho a la justicia.
Entre las
hipótesis en torno a las causas de la decisión de Carlos Mesa de no declarar en
contra del expresidente boliviano, Gonzalo Sánchez de Lozada, algo que familias
de las víctimas calificaron como una «traición», está la que sostiene que Mesa
pidió y recibió el pago de cerca de un millón de dólares a cambio de fungir
como vicepresidente de Sánchez de Losada. Esos fondos habrían salido del Tesoro
público, bajo el rótulo de gastos discrecionales. Fue el riesgo de ese actuar
como mercenario político, la posibilidad de que este acto de corrupción salga a
la luz pública durante los contrainterrogatorios en Estados Unidos, lo que
habría hecho que Mesa se niegue categóricamente a prestar declaraciones sobre
lo que ocurrió dentro el gobierno en octubre de 2003.
El que un
historiador del cine boliviano, que ha destacado el trabajo de Jorge Sanjinés,
que conoce muy bien las primeras imágenes de la película “El coraje del
pueblo”, en las cuales el ejército boliviano comete una de las tantas masacres
mineras de nuestra historia, se niegue a apoyar a las víctimas de otra masacre,
la de El Alto en 2003, no puede ser calificado de otra manera que como una
ausencia de honestidad intelectual. Carlos Mesa no es un candidato vendedor de
cerveza o de cemento, ni es un candidato evangelista sin capacidad de poder
leer un texto de manera crítica. Es más bien un personaje que, como
historiador, podría haber profundizado en los modos históricos de
funcionamiento colectivo de los pueblos originarios, que se han transmutado, se
han sincretizado en las modalidades de organización social y política bajo un
modelo capitalista, como son los sindicatos y las fraternidades. Un historiador
que considere las posibilidades de su investigación, no se habría contentado
con la aplicación maniquea de un modelo de democracia llamado “occidental” y
habría explorado las formas de recuperar modos de gobernabilidad enraizados en
la historia y la memoria de quechuas, aymaras y otros pueblos de la
plurinacionalidad boliviana.
Carlos
Mesa es la expresión de la esterilidad política de la clase media boliviana,
que no puede imaginar otro mundo que no sea el producido por la ideología de la
sociedad capitalista y consumidora. Una clase que copia y repite modos
hegemónicos de representación y funcionamiento político y social. Una clase
media que repite hasta el cansancio que “no queremos ser Cuba ni Venezuela”,
sin conocer las especificidades históricas de esos procesos. Una clase media
que invoca un cristianismo como herramienta de represión de las diversidades,
como pilar de sustento dogmático de la explotación del capitalismo, que ignora
el potencial liberador del amor cuando éste se hace solidario, comprometido,
que no es indiferente con los pobres. Una clase media que repite slogans,
frases, lugares comunes cuajados durante la Guerra Fría, sin analizar ni sus
orígenes ni sus mecanismos de circulación, mensajes elaborados y ensayados
fuera del país por la iracundia anticomunista amontonada en Miami, discursos
afinados por el Departamento de Estado, la CIA y sus operadores locales. Una
clase media que no ha leído a Marx, que no entiende la noción de bien común,
que defiende la llamada “libertad de empresa”, “el sector privado”, “el
mercado” como única fuente de organización (y destrucción) del tejido social.
Una clase media que defiende ciegamente a una burguesía local, o que aspira a
serlo, y que históricamente ha sido más bien una clase compradora, importadora
y exportadora, y que intermitentemente se niega a pagar lo que cuesta la
reproducción material y social de la fuerza del trabajo. Esa clase media
boliviana, enardecida en los cabildos y el actuar como masa que no piensa, cree
que el neoliberalismo le ayudará a progresar; que el neoliberalismo, el
capitalismo salvaje a lo Macri, a lo Bolsonaro, a lo Lenin Moreno, salvará a
Bolivia, sin ver ni entender el costo de destrucción que el planeta está
pagando a causa de esas políticas.
Lo que la
clase media boliviana que apoya a Carlos Mesa quiere para el 20 octubre es
tener un presidente que no sea un indio; que no sea un Quispe, sino un Gisbert,
un mestizo que con una sonrisa de mendigo entregue de nuevo el país a los
patrones estadounidenses, un oportunista que ya anunció que pedirá a Washington
el envío de un virrey embajador.
El
racismo en Bolivia, como expresión de colonialidad, se centra tanto en la
figura de Evo Morales, que pierde de vista la dirección por la que debe
continuar el proceso de cambio en el país. A la clase media boliviana le
importa más cambiar de chofer del autobús, sin importarle qué camino va a
recorrer dicho bus.
Lo que
importa es dejar de ser colonia, continuar con el proceso de ruptura con el
neoliberalismo, que debe ser desmantelado en toda América Latina. Los actores
políticos son siempre pasajeros, lo que cuentan son los procesos de
independencia económica, política, social y cultural. Esto es lo que los
operadores de Estados Unidos quieren evitar a toda costa el próximo 20 de
octubre, para lo cual utilizarán las redes sociales, los parlamentos, los ONG,
los medios de comunicación, e inclusive golpes de Estado mediante el uso de
cabildos y grupos de choque. Todo esto en caso de que los bolivianos le cierren
a Carlos Mesa el camino a la presidencia.
"LA DEMOCRACIA EN BOLIVIA
TIENE DOS CARAS": AMBIVALENCIA MIENTRAS EVO MORALES BUSCA EL CUARTO
MANDATO
El gobierno ha invertido en infraestructura y programas sociales, pero los críticos temen "el fin de la democracia" si Morales gana.
The Guardian de Londres
(www.theguardian.com)
Temprano
cada mañana, Juanita Flores camina diez minutos por un camino recién
pavimentado para subir a un nuevo y reluciente teleférico que la lleva a su
trabajo de venta de verduras en un mercado renovado en el centro de la capital
de Bolivia.
"Llego aquí en la mitad del tiempo que solía llevarme", dice, "y en la temporada de lluvias ya no tengo que pasar por el barro".
"Llego aquí en la mitad del tiempo que solía llevarme", dice, "y en la temporada de lluvias ya no tengo que pasar por el barro".
En su
caminata, pasa frente a una escuela renovada y varios edificios nuevos de
varios pisos, todos con alcantarillado y agua corriente. Ella y su esposo,
propietario de un minibús, están comprando gradualmente su propia casa.
"Nunca soñé que podríamos comprar una casa", dice ella.
Tales
cambios son evidentes en todas partes en Bolivia, el trabajo de un gobierno que
ha invertido ganancias de un boom de productos básicos en infraestructura y
programas sociales.
Pero a medida que se acercan las elecciones nacionales del 20 de octubre, la ambivalencia atenúa el entusiasmo por este gobierno. El presidente Evo Morales busca un cuarto mandato sin precedentes después de 13 años en el poder, y en un país con largos períodos de gobierno autoritario, la posibilidad de otra reelección pone nerviosos.
Pero a medida que se acercan las elecciones nacionales del 20 de octubre, la ambivalencia atenúa el entusiasmo por este gobierno. El presidente Evo Morales busca un cuarto mandato sin precedentes después de 13 años en el poder, y en un país con largos períodos de gobierno autoritario, la posibilidad de otra reelección pone nerviosos.
"Es
cierto que Evo ha estado en el poder demasiado tiempo", dijo el trabajador
del hotel Juan Rivero en Santa Cruz. "Pero al mismo tiempo, este gobierno
ha hecho mucho por nosotros".
Hasta los recientes incendios forestales desastrosos, parecía probable que la reelección de Morales fuera inevitable. Pero la lenta respuesta del gobierno a los incendios que devastaron más de 4 millones de hectáreas (9,9 millones de acres) de bosques y tierras de cultivo provocaron grandes manifestaciones en las ciudades de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz a principios de octubre.
Hasta los recientes incendios forestales desastrosos, parecía probable que la reelección de Morales fuera inevitable. Pero la lenta respuesta del gobierno a los incendios que devastaron más de 4 millones de hectáreas (9,9 millones de acres) de bosques y tierras de cultivo provocaron grandes manifestaciones en las ciudades de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz a principios de octubre.
Los
manifestantes también expresaron enojo por los esfuerzos de Morales por
permanecer en el cargo, a pesar de una promesa previa de irse al final de su
tercer mandato, según lo estipulado por la constitución de Bolivia de 2009. Ese
compromiso se produjo inmediatamente después de que perdió por poco un
referéndum de febrero de 2016 que su gobierno solicitó si podía resistir
nuevamente.
Un año y
medio después, el Tribunal Supremo Electoral del país, elegido por una asamblea
legislativa dominada por el partido de Morales, dictaminó que negar su candidatura
era una violación de sus derechos humanos.
"Si
Evo gana, ese es el fin de la democracia en Bolivia", dijo el empleado de
telecomunicaciones Gabriel Villegas, de 34 años, que se unió a las
manifestaciones de Cochabamba.
Morales fue el primer residente indígena moderno de América Latina, un líder carismático que llegó al poder desde orígenes humildes.
Morales fue el primer residente indígena moderno de América Latina, un líder carismático que llegó al poder desde orígenes humildes.
Bajo su
gobierno, la participación política y la representación de los pueblos
indígenas y las mujeres ha aumentado. Bolivia ahora tiene el segundo mayor número
de mujeres legisladoras del mundo y ahora se reconocen oficialmente treinta y
seis lenguas indígenas.
"La
democracia tiene dos caras en Bolivia", explica el politólogo Fernando
Mayorga. "Sin lugar a dudas, ha habido una concentración de poder en el partido
del gobierno, pero la capacidad de representación y la participación ciudadana
también se han expandido".
Los
rivales de Morales, extraídos de la fragmentada oposición de centro a derecha,
se han aprovechado de la indignación pública por los incendios. Una encuesta
realizada diez días antes de las elecciones mostró que la participación
proyectada en el voto del ex presidente y vicepresidente Carlos Mesa había
aumentado al 26.9%, mientras que la de Evo se redujo al 36.2%.
Pero, en
un reflejo de la fluidez de la carrera, una encuesta posterior mostró el 40% de
Morales al 22% de Mesa. Sin una mayoría, el candidato con más votos debe ganar
el 40% de los votos con un margen de 10 puntos para prevalecer en la primera
ronda.
La brecha
entre Morales y Mess indica que una segunda vuelta es una gran posibilidad.
Mucho
depende del segmento de votación más impredecible: la juventud urbana. La mitad
de la población tiene menos de 25 años, y son más urbanos, educados y de clase
media que la generación de sus padres. La mayoría de ellos nunca ha conocido
ningún gobierno, excepto uno dirigido por Evo.
La clave
para el apoyo continuo de Morales son las políticas económicas pragmáticas que
han convertido a Bolivia en el líder regional en crecimiento económico, a pesar
del colapso del auge de los productos básicos en 2014. De 2006 a 2018, el PIB
per cápita creció de $ 1,000 a más de $ 3,600, según el Banco Interamericano de
Desarrollo.
Sin
embargo, no está claro cuánto tiempo continuarán los buenos tiempos económicos.
El país
tiene un alarmante déficit presupuestario cercano al 8% del PIB, el más alto de
la región después de Venezuela y Surinam, y una creciente deuda externa.
"El nivel actual de gasto es insostenible en el futuro", dijo el
economista Javier Arevilca.
La inversión
gubernamental se ha triplicado gracias a una gran inyección de fondos después
de que Bolivia firmó sus contratos más favorables con multinacionales
extranjeras de hidrocarburos en 2006. Este desembolso impulsó un auge
económico. La construcción y los automóviles nuevos, los mercados bulliciosos y
el consumo conspicuo han florecido como nunca antes.
El
salario mínimo se duplicó gradualmente en términos constantes (a pesar de que
la aplicación es escasa) y el gobierno ordenó dos bonificaciones de fin de año
(en lugar de la habitual), estipulando que el 15% se gastaría en bienes de
fabricación local.
Las
transferencias monetarias condicionadas, ampliamente adoptadas en toda América
Latina, han entregado un pequeño estipendio a los ancianos, mujeres embarazadas
y niños que permanecieron en la escuela, contribuyendo a reducir a la mitad la
pobreza general.
"No es suficiente para vivir", dijo un anciano de Cochabamba, "pero mi esposa también lo recibe y cubre nuestros costos de alimentos". Eso es de gran ayuda".
"No es suficiente para vivir", dijo un anciano de Cochabamba, "pero mi esposa también lo recibe y cubre nuestros costos de alimentos". Eso es de gran ayuda".
La
financiación de estos programas proviene de la expansión de la minería, la
exploración de hidrocarburos, la producción de soja y la ganadería, a menudo
financiada por la capital del estado chino.
Como
consecuencia, la deforestación en el este de Bolivia se ha duplicado desde
2015, impulsada en gran medida por el cultivo de ganado y la producción de
soja.
Durante
sus 13 años en el poder, el gobierno de Morales se ha movido constantemente
hacia el centro con pequeñas diferencias programáticas entre él y la oposición.
Los carteles electorales a favor de Morales prometen "un futuro
seguro" en primer plano la estabilidad en lugar del profundo cambio que
prometió originalmente.
Juanita
Flores, la vendedora de vegetales de La Paz, votó por Evo en elecciones
pasadas, pero esta vez no está segura de a quién elegirá. "Me preocupa que
su gobierno se esté volviendo más corrupto, y que haya estado en el poder
demasiado tiempo", dijo.
¿QUÉ PASARÁ EN BOLIVIA SI REELIGEN A EVO MORALES?
El Nuevo
Herald de EEUU (www.elnuevoherald.com)
Aunque
gran parte de la atención de América Latina está centrada en las elecciones del
27 de octubre en Argentina y Uruguay, hay una elección escandalosa en Bolivia
el 20 de octubre que debería despertar por lo menos el mismo interés. Es
probable que resulte en un cuarto mandato para el presidente Evo Morales y
convierta a Bolivia en una dictadura electa más represiva.
Hablé con
varios expertos en Bolivia, y prácticamente todos están de acuerdo en que
Morales, que ya ha violado su propia Constitución varias veces para extender
los períodos de sus mandatos, se proclamará el ganador.
“Él tiene
un control absoluto sobre todas las instituciones, al punto de que la oposición
tiene pocas posibilidades de ganar”, me dijo el profesor de ciencias políticas
de la Universidad Internacional de la Florida, Eduardo Gamarra. “Me
sorprendería mucho si Evo (Morales) no gana en la primera vuelta del domingo”.
De hecho,
Morales, un ex líder de los cocaleros, ha convertido las instituciones
democráticas de Bolivia en un chiste.
A pesar
de que su propia Constitución le prohibía cumplir más de dos mandatos
consecutivos, convocó un referéndum en 2016 para cambiar las reglas y poder
postularse para un nuevo mandato.
Y aunque
perdió el referéndum, hizo que el Tribunal Constitucional ignorara el resultado
y lo autorizara a presentarse para un nuevo mandato. El Tribunal se basó en el
ridículo argumento de que negarle el derecho a reelegirse sería una violación
de sus derechos humanos.
Ahora, se
postula contra un campo de ocho candidatos, liderados por el ex presidente
Carlos Mesa y el senador opositor Óscar Ortiz.
Las
encuestas muestran que Morales tiene alrededor del 36 por ciento de los votos,
seguido de Mesa con el 27 por ciento y Ortiz con el 8 por ciento. Pero la
mayoría de los analistas señalan que Morales puede manipular el voto en áreas
rurales remotas y alcanzar el porcentaje que necesita para ganar en primera
vuelta.
Un aliado
incondicional de Venezuela, Cuba e Irán, Morales puede ser definido como un “narcisista-leninista”:
ha construido un fuerte culto a la personalidad y utiliza una retórica radical
de izquierda.
Sus
críticos se refieren a él en broma como “Ego” Morales, por su egolatría. Se ha
construido un museo de $7.1 millones, el más grande del país, para glorificar
la historia de su vida en su pueblo natal de Orinoca. Lo llamó “Museo de la
Revolución Democrática y Cultural”, pero todos en Bolivia lo conocen como “el
museo de Evo”.
Más
recientemente, construyó un majestuoso palacio presidencial de 29 pisos, uno de
los más altos de la ciudad, y se ha comprado un lujoso avión presidencial de
$38 millones, anteriormente propiedad del equipo de fútbol británico Manchester
United.
“Lleva un
estilo de vida faraónico”, me dijo el ex presidente boliviano Jorge “Tuto”
Quiroga, quien apoya la candidatura de Mesa.
Al igual
que muchos otros líderes populistas latinoamericanos, Morales se benefició de
una bonanza económica gracias a los altos precios mundiales de las materias
primas en los primeros años de su mandato, lo que permitió a Bolivia crecer y
reducir la pobreza. Pero Morales mantuvo políticas macroeconómicas más
prudentes que algunos de sus colegas populistas en la región, lo que le
permitió evitar una debacle económica cuando los precios de los productos
básicos cayeron.
Pero la
fiesta económica de Bolivia está llegando a su fin. Las reservas de gas natural
del país —una de sus principales fuentes de ingresos— están prácticamente
agotadas, y han habido pocas inversiones para nuevas exploraciones.
Y la popularidad
de Morales ha disminuido, entre otras cosas por sus violaciones a la
Constitución para reelegirse, su culto a la personalidad, escándalos de
corrupción y, más recientemente, por no haber detenido los incendios masivos en
el Amazonas. Sus críticos dicen que Morales dio luz verde a los agricultores
para quemar bosques, a cambio de su apoyo político.
Si
Morales gana la reelección, puede convertirse en un autócrata más despiadado, y
generar más protestas y más inestabilidad, porque tendrá menos dinero para
repartir.
“Cuando
se acaba la bonanza, lo único que le queda es la represión”, me dijo el ex
presidente Quiroga. Efectivamente, eso fue lo que pasó en Venezuela, y lo que
podría pasar en Bolivia.
PARA EL CUARTO MANDATO, EL
INDÍGENA EVO MORALES DEBE SUPERAR LA RESISTENCIA INDÍGENA
RTV de España
(www.noticiasrtv.com)
Para
ganar su cuarto mandato en las elecciones presidenciales del domingo, el
boliviano Evo Morales debe superar la resistencia de su propio electorado.
Entre los
pueblos indígenas, que alguna vez fueron su principal base de apoyo, ahora hay
varios grupos que se han alejado del líder "jinete" con sede en
Aymara debido a los desacuerdos con sus políticas ambientales y las concesiones
que ha hecho a la comunidad empresarial boliviana.
Como los
institutos de investigación tienen dificultades para tomar muestras en las
comunidades andinas más remotas, la investigación no es muy confiable. Y los
números disponibles apuntan a un escenario indefinido.
La
encuesta más respetada, Ipsos Bolivia, mostró durante el fin de semana que Evo
tiene el 40% de las intenciones de voto, seguido por Carlos Mesa con el 22%. En
este escenario, sería elegido en la primera ronda.
Según la
ley electoral boliviana, para ganar en la primera fase, el candidato debe obtener
el 50% de los votos más uno, o el 40%, con una diferencia de diez puntos
porcentuales para la segunda.
Otros
institutos, sin embargo, señalan el aplazamiento de la decisión. Ciesmori
señaló la semana pasada que Evo tiene 36.2% contra el 26.9% de Mesa. Ya
Viaciencia da 38.8% contra 28.4%.
Entre los
pueblos indígenas que se han alejado de Evo, los principales son los campesinos
productores de coca para consumo legal, ampliamente utilizados en los Andes
para abordar problemas de salud y aliviar los síntomas relacionados con la
altitud.
Se quejan
de un cambio en las reglas del gobierno. Cuando se hizo cargo, Evo Morales
eligió la región de Yungas como el principal productor de coca. Sin embargo, en
los últimos tiempos, el país ha comenzado a otorgar beneficios a los
productores de Chapare.
El
problema es que el presidente acumula el cargo ejecutivo con el papel de líder
sindical de los cocaleros en esta región. Y esto llevó a los campesinos de
Yungas a promover una serie de manifestaciones.
Desde
principios de año, han estado interrumpiendo carreteras y bloqueando vehículos
de las autoridades. Los enfrentamientos con la policía son violentos y ha
habido dos muertos.
El
martes, hubo un enfrentamiento entre los partidarios de Evo Morales y los de la
oposición, con fuego callejero y bombas de gas lacrimógeno.
También
hay pueblos indígenas descontentos con la falta de atención del gobierno al
medio ambiente. A pesar de que su propaganda política se vistió como un bombero
preocupado por el incendio, Evo es criticado por los ecologistas y campesinos
por tener una postura indulgente hacia la quema. Este año ya han destruido
miles de hectáreas en las regiones de Santa Cruz de la Sierra y Chiquitania.
Bolivia
tiene 46% de su territorio cubierto por selvas, totalizando 51.4 millones de
hectáreas. Pero ese número ha estado disminuyendo en los últimos años. En 2017,
por ejemplo, Evo dio permiso para la deforestación de un área equivalente al
territorio de Jamaica en el Departamento de Beni (que tiene la mayor parte de la
selva amazónica).
La
construcción de una carretera de 300 km que cruzó el parque Isiboro Sécure
significó que 14,000 indígenas tuvieron que abandonar sus hogares.
Las
organizaciones ambientalistas, y la oposición, dicen que Evo Morales ha estado
deforestando con la intención declarada de dar más espacio a la producción de
soja y ganado, y a la minería ilegal.
En el
municipio de El Alto, que se encuentra en la región metropolitana de La Paz y
hogar de gran parte de la fuerza laboral de la capital, varios representantes
de diferentes etnias que consideran a Evo un "traidor" de la causa de
la naturaleza fueron elegidos en las últimas elecciones regionales.
Hay
comités de trabajadores indígenas urbanos que se organizan contra el
presidente. Es difícil no verlo. Está estampado en las murallas de la ciudad,
donde está el aeropuerto internacional, a la vista de cualquiera que aterrice
en el país.
EVO MORALES
SE JUEGA LA REELECCIÓN EN UN CLIMA DE TENSIÓN
El
presidente lleva una ventaja de 18 puntos a Carlos Mesa pero debe evitar a toda
costa la seguna vuelta de diciembre. El
Gobierno advierte de que si gana la oposición el país vivirá una crisis como la
de Argentina o Bolivia
El Periódico
de España (www.elperiodico.com)
Bolivia ha cerrado su campaña para
las presidenciales del
domingo con una dosis de tensión e incógnitas. Si bien las encuestas
favorecen a Evo Morales con una ventaja
de hasta 18 puntos respecto del historiador
Carlos Mesa, resta saber si se impondrá en la primera vuelta. Para que
eso suceda, el hombre que habita el Palacio Quemado desde 2006 necesitará el 50% más un voto, o el 40% y una
diferencia de diez puntos de su inmediato rival.
De
lo contrario, deberá pelear por su reelección el 15 de diciembre en un
segundo turno que inexorablemente unirá a toda la oposición y polarizará aún
más a una sociedad no exenta de divisiones y una violencia latente.
El Movimiento al Socialismo (MAS, en
el poder) no deja de recordar todo lo que se pone en juego en las urnas en el
que fue el país más pobre de
Sudamérica, donde los presidentes eran derrocados o huían
despavoridos en medio de asonadas e hiperinflaciones. Desde hace años se
habla de Evonomics para
aludir a la Bolivia que ha crecido a un 4,9% anual de promedio, con
muy baja inflación y
la segunda menor deuda externa de la región.
Voto
indeciso
Para
inclinar a los votantes indecisos a
su favor, el partido de Gobierno no encontró mejor idea que sugerirles que se
miren en los espejos de las crisis en Argentina y Ecuador. "¿Quieres eso para Bolivia?", pregunta la
publicidad oficial. "¿Quieren que vuelva el FMI con sus privatizaciones?", subrayó en ese
mismo tono el actual jefe de Estado.
"Qué
pena que un hombre que viene de los más humildes de la sociedad boliviana se
haya alejado tanto, tanto volar en helicópteros (...) qué pena
que haya roto vínculos con la base de la sociedad que lo eligió",
dijo Mesa en una de
sus últimas intervenciones.
Ambos
tienen un historial de acuerdos
frágiles y enfrentamientos que
se remontan a 2005 cuando Mesa, entonces presidente interino y hoy candidato de
Comunidad Ciudadana (centro), tuvo que dimitir en medio de movilizaciones
campesinas que cercaron La Paz.
El
exsenador conservador Óscar Ortiz, que representa los intereses de la región agroindustrial de
Santa Cruz, y el pastor evangelista de origen coreano y abierta simpatía
por Jair Bolsonaro, Chi
Hyun Chung, se repartirán los votos restantes de la oposición. Mesa espera
reunirlos detrás suyo en un ballotage.
La
sombra de Maduro
Ortíz
no deja de vincular a Morales con Nicolás
Maduro y por eso ha convocado a los cruceños a castigar al Evo en
las urnas, pero hasta The Washington Post lo ha desmentido:
"Bolivia no es Venezuela",
reza la publicación. La principal diferencia no es del orden de la ideología
sino de los resultados de una gestión iniciada en 2006 y que de inmediato
estuvo marcada por las nacionalizaciones de los hidrocarburos, las
comunicaciones y la electricidad. En estos 14 años, la pobreza pasó del 60% al 34% y
la pobreza extrema del 38% al 15%.
La
transformación se apuntaló no solo en el papel del Estado sino a través de la
alianza de Morales con el mundo de los agronegocios de Santa Cruz, que en 2008
abandonó las aspiraciones
autonómicas para transitar a regañadientes un camino de
coexistencia con La Paz.
El
otro puntal de la 'Evonomics' tiene
que ver con las políticas del Gobierno hacia los pequeños emprendedores que
representan más de la mitad de la fuerza del trabajo y en buena parte funcionan
en el mercado negro. Las ciudades se han transfigurado positivamente por el
crecimiento.
Mientras
Maduro incrementa los salarios un 375% para ser inmediatamente devorados por el
costo de la vida, Luis Arce
Catacora, el ministro de Economía desde los inicicios, rinde un
enfático culto a una estabilidad
macroeconómica que considera "patrimonio del pueblo
boliviano". La prueba de ese desvelo que suele atribuirse a la ortodoxia
son las reservas internacionales que
acumula el Banco Central, que representan casi el 20% del PIB.
El
boliviano, la moneda de ese país, goza de una elogiada estabilidad. Quizá la
política no pueda decir lo mismo. El Gobierno no descarta el domingo "perturbaciones" e incluso
denuncia una que parte de la oposición quiere crear condiciones para una "convulsión social". Parte de las
protestas, sin embargo, provienen de lo que ha sido su base social y están
relacionadas con los efectos de los incendios que
arrasaron cuatro millones de hectáreas. El enojo puede hacerse sentir en las
urnas.
LA BONANZA Y
EL RECORTE DE LIBERTADES, LAS DOS CARAS DE LA BOLIVIA DE EVO
France 24 de
Francia (www.france24.com)
Durante
los más de 13 años que Evo Morales lleva en el poder, Bolivia recibió altos
ingresos por la venta del gas natural lo que, sumado a un manejo moderado de la
macroeconomía, permitió al país crecer a un ritmo promedio del 5%.
El
arquitecto Freddy Mamani, creador de los famosos 'cholets', es uno de los
beneficiarios de este auge y hasta ahora ha construido más de cien de esos
edificios ostentosos en la ciudad de El Alto.
La
bonanza, según analistas económicos, empieza a declinar debido a la caída de
los precios y de la producción del gas.
Pero,
la Bolivia de Evo Morales tiene dos caras. La otra tiene que ver con el recorte
de las libertades, algo que constantemente denuncian opositores, analistas y
periodistas.
El
exgobernador de Pando, Leopoldo Fernández, está detenido hace 11 años acusado
de violencia política. Él niega las sindicaciones y se considera un perseguido
político del Gobierno.
“Es
un gobierno con una expresa y confesa vocación totalitaria, abusiva. No tienen
nada, nada de democráticos, no les interesa el Estado de derecho, las
libertades", dice en su casa, donde ahora guarda detención domiciliaria.
Estos
dos rostros de una misma Bolivia se pondrán a consideración del electorado este
domingo 20 de octubre, cuando el
país vaya a elecciones generales.
¿SOBREVIVIRÁ
EVO MORALES A LOS INCENDIOS DE BOLIVIA?
Los devastadores incendios forestales en Bolivia pueden afectar las perspectivas de Evo Morales para un cuarto mandato presidencial, o frenar su mandato de gobierno.
Nacla Org
(www.nacla.org/blog)
El 20 de octubre, los votantes bolivianos decidirán si reelegir al presidente Evo Morales a un controvertido cuarto mandato. Hay mucho en juego para el primer presidente indígena de Bolivia, el jefe de Estado con más años de servicio después de 14 años en el cargo. Morales también es el único sobreviviente del grupo original de líderes de Pink Tide que dominaron la política latinoamericana a principios de este siglo.
La
apuesta de Morales por la reelección, desafiando la Constitución boliviana y
los resultados de un referéndum popular del 21 de febrero de 2016, que perdió
por poco, ha dividido profundamente al electorado. En un controvertido fallo de
2017, el tribunal más alto del país confirmó el "derecho humano" de
Morales a postularse nuevamente, y el derecho de los votantes a reelegirlo,
suspendiendo los límites del mandato constitucional indefinidamente.
La oposición a Morales inicialmente se unió en torno al Movimiento 21F, que consistía en ex partidarios del partido MAS (Movimiento hacia el socialismo) desilusionados, votantes descontentos de la clase media y sectores de élite conservadores que estaban en contra de Morales desde el principio. Incapaz de detener su candidatura o unirse detrás de un solo retador, esta alianza dispar parecía estar perdiendo fuerza, hasta hace poco.
La oposición a Morales inicialmente se unió en torno al Movimiento 21F, que consistía en ex partidarios del partido MAS (Movimiento hacia el socialismo) desilusionados, votantes descontentos de la clase media y sectores de élite conservadores que estaban en contra de Morales desde el principio. Incapaz de detener su candidatura o unirse detrás de un solo retador, esta alianza dispar parecía estar perdiendo fuerza, hasta hace poco.
Con
no menos de ocho candidatos de la oposición compitiendo por el voto del 21F,
Morales ha utilizado las ventajas de la titularidad para consolidar su fuerza
electoral. Pero en el período previo a las elecciones, los incendios forestales
masivos que se extendieron por el este de Bolivia también han desatado una
tormenta política, con el potencial de alterar el panorama electoral.
Si
bien la llegada de la temporada de lluvias finalmente extinguió los incendios,
las protestas masivas contra el gobierno revivieron el Movimiento 21F, pidiendo
un "voto de castigo" contra Morales y elevando el espectro de que
podría verse obligado a una segunda vuelta desfavorable con su principal
oponente, Carlos Mesa. ¿Podrían los incendios lograr finalmente lo que la
oposición desarticulada no podría lograr y descarrilar la oferta de reelección
de Morales?
Los
fuegos
Los
incendios forestales, los peores en la memoria viva de los bolivianos,
comenzaron en agosto y se extendieron rápidamente a través de la Chiquitanía,
un vasto bosque seco tropical en el departamento de Santa Cruz, y en la región
amazónica de Beni. Según la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), a fines de
septiembre los incendios habían consumido más de 4 millones de hectáreas
(15,440 millas cuadradas) de bosques y praderas, incluidos 1,8 millones de
hectáreas en áreas protegidas y parques nacionales. El territorio quemado es
tan grande como Suiza, y casi igual en tamaño al área de la selva tropical quemada
este año en Brasil, un país ocho veces más grande que Bolivia.
Debido
a la lejanía de la región afectada, se sabe que solo siete personas perecieron,
todas en el curso de la lucha contra los incendios. Otras víctimas incluyen al
menos dos millones de animales salvajes, entre ellos cientos de jaguares en
peligro de extinción, y 40,000 árboles.
Se
estima que 1.800 familias indígenas chiquitanas, pioneras de prácticas exitosas
de manejo forestal sostenible, han perdido sus medios de vida y ahora luchan
contra las enfermedades causadas por el humo y la escasez de agua potable.
Bolivia y el mundo han perdido una barrera natural clave contra el
calentamiento global. Los ecologistas dicen que tomará al menos 200 años, si
alguna vez, para que la Chiquitanía se recupere.
Causas
de los incendios
¿Por
qué ocurrieron los incendios forestales? En Bolivia, el chaqueo, quemar la
tierra para prepararse para un nuevo ciclo de producción, es un ritual anual
practicado por cientos de miles de agricultores, generalmente dentro de límites
manejables. El gobierno atribuye la conflagración a la sequía extrema, los
fuertes vientos y algunos actos deliberados de sabotaje, factores que están más
allá de su control.
Pero
los críticos de izquierda y derecha acusan que las políticas gubernamentales
allanaron el camino e incentivaron directamente los incendios.
En
Santa Cruz, el corazón de la oposición conservadora a Morales, los críticos se
centran en la redistribución masiva de tierras públicas que ha ocurrido bajo el
gobierno del MAS, lo que permite el reasentamiento de campesinos empobrecidos
de las tierras altas del oeste. Desde 2013, el gobierno ha permitido cerca de
1,000 nuevos asentamientos en la Chiquitanía, lo que constituye casi dos
tercios de todos los asentamientos autorizados en tierras públicas en Bolivia.
Este
proceso ha sido facilitado en gran medida por una ley de 2015 que cuadruplica
la cantidad de tierra (de 5 a 20 hectáreas) que las comunidades campesinas y
los pequeños agricultores pueden deforestar legalmente para la agricultura y la
ganadería. En julio, justo un mes antes de que los incendios se extendieran
fuera de control, Morales emitió una orden ejecutiva legalizando la quema
controlada de tierras forestales protegidas destinadas a los mismos fines, en
Santa Cruz y Beni.
Estos
incentivos regulatorios han transformado el chaqueo en un evento más dramático
que involucra la conversión de bosques a tierras de cultivo. Las reglas
flexibles actuales dan a los colonos el derecho de quemar y limpiar la tierra
incluso antes de que hayan completado el proceso de titulación.
Para
los cruceños anti-MAS, las políticas agrarias y agrarias del gobierno han
generado una invasión inoportuna por parte de extraños que ignoran las
costumbres locales y las prácticas sostenibles, una crítica con connotaciones
racistas, vinculada a las tensiones regionales y étnicas de larga data en
Bolivia. Los asentamientos también se resienten como un instrumento de la
estrategia política de Morales para canalizar los beneficios a su base
campesina tradicional y consolidar la creciente presencia territorial del
partido MAS en las tierras bajas orientales.
Esta
crítica es compartida, en parte, por los sectores indígenas de las tierras
bajas, que rompieron con Morales hace una década por la carretera TIPNIS
propuesta. Para estos grupos, la colonización y la conversión de tierras
forestales para uso agrícola representa una amenaza directa para sus medios de
vida y comunidades, que dependen del manejo forestal sostenible. Muchos
sospechan que al menos algunos colonizadores están sirviendo como frentes o
intermediarios para grandes empresas agropecuarias y ganaderos, a quienes
alquilarán y eventualmente transferirán sus parcelas.
Aún
así, críticos como Pablo Solón, un ambientalista y ex embajador de la ONU para
el gobierno de Morales, sostienen que el papel de los campesinos migrantes en
los recientes incendios de Bolivia ha sido muy exagerado. En los últimos años,
solo alrededor del 25 por ciento de la deforestación anual del país ha sido
atribuible a este sector. Según la respetada ONG boliviana Fundación Tierra,
solo el 7 por ciento de las hectáreas tituladas entre 2011 y 2018 en la
Chiquitanía se otorgaron a comunidades campesinas, en comparación con el 57 por
ciento a empresas grandes y medianas.
Para
la mayoría de los ambientalistas y las organizaciones progresistas de la
sociedad civil, las causas subyacentes de los incendios se pueden rastrear a
las actividades de los negocios agrícolas y las élites ganaderas que han sido
los principales beneficiarios de las políticas gubernamentales para avanzar en
la frontera agrícola. Los expertos citan al menos 10 leyes agrícolas y órdenes
ejecutivas aprobadas por Morales que han impactado negativamente los bosques y
las reservas de Bolivia, incluida, además de las dos mencionadas anteriormente,
una serie de amnistías por deforestación ilegal en el pasado y grandes
incentivos para la producción de biodiesel y etanol.
Estas
políticas están diseñadas para promover la promesa del gobierno, formalizada en
la Agenda Patriótica, de triplicar la tierra agrícola de Bolivia de 3.5
millones a 13 millones de hectáreas para 2025. El objetivo, según Morales, es
diversificar la economía de Bolivia como una "mesa de cuatro patas".
, ”Con la agricultura y la energía ganando importancia a medida que disminuyen
los sectores tradicionales de hidrocarburos y minería.
Bajo este mantra, el gobierno se ha aliado con las élites económicas regionales para convertir tierras forestales en plantaciones de soja, campos de azúcar y ranchos ganaderos, así como en algunos pequeños asentamientos agrícolas, con un enfoque en la Chiquitanía y el Beni. A pesar de las promesas iniciales de seguridad y soberanía alimentaria, el desarrollo agrícola de Bolivia ya no está orientado hacia la producción nacional de alimentos, sino hacia cultivos de exportación e insumos de biocombustibles para el mercado interno (para reducir la dependencia de Bolivia del combustible importado), que requieren grandes extensiones de tierra despejada.
Bajo este mantra, el gobierno se ha aliado con las élites económicas regionales para convertir tierras forestales en plantaciones de soja, campos de azúcar y ranchos ganaderos, así como en algunos pequeños asentamientos agrícolas, con un enfoque en la Chiquitanía y el Beni. A pesar de las promesas iniciales de seguridad y soberanía alimentaria, el desarrollo agrícola de Bolivia ya no está orientado hacia la producción nacional de alimentos, sino hacia cultivos de exportación e insumos de biocombustibles para el mercado interno (para reducir la dependencia de Bolivia del combustible importado), que requieren grandes extensiones de tierra despejada.
Las
consecuencias se pueden ver en la creciente tasa de deforestación de Bolivia,
que se ha duplicado aproximadamente bajo Morales (comparando 2016-2018 con
2003-2005). En 2018, Global Forest Watch calificó a Bolivia como el quinto país
más deforestado del mundo. Los estudios muestran que el sector ganadero es
responsable del 60 por ciento de la pérdida forestal de Bolivia.
La
mayoría de los productos generados por la destrucción de los bosques de Bolivia
están destinados a China, ahora el segundo mayor socio comercial de Bolivia
después de Brasil. En agosto, cuando se quemó la Chiquitanía, Bolivia envió su
primer envío de carne (96 toneladas) a China. Manifestantes indígenas y
ambientales interrumpieron la celebración oficial del evento.
Los
incendios, por supuesto, son los impulsores clave de la deforestación y el
proceso por el cual se lleva a cabo la transformación del uso de la tierra. Los
estudios muestran que la geografía de los incendios recientes de Bolivia
corresponde notablemente a la ubicación de los corredores agrícolas y ganaderos
extractivos identificados por ABT (Autoridad de Control de Tierras y Bosques de
Bolivia) en Santa Cruz y Beni. Como ha señalado Pablo Solón, "estamos
destruyendo nuestros bosques para obtener ganancias temporales en una
oligarquía".
Para Morales y el MAS, la expansión agresiva de la frontera agrícola también ha sido una estrategia política clave. Le ha permitido al gobierno ampliar su base tradicional para incorporar elementos significativos de las poderosas élites agroindustriales de las tierras bajas, al tiempo que retiene el apoyo de los campesinos de las tierras altas a través de oportunidades de reasentamiento. Este ha sido un factor crítico en la longevidad política de Morales, así como un elemento central de su actual estrategia de reelección, una que aparentemente no tenía riesgos, hasta ahora.
Para Morales y el MAS, la expansión agresiva de la frontera agrícola también ha sido una estrategia política clave. Le ha permitido al gobierno ampliar su base tradicional para incorporar elementos significativos de las poderosas élites agroindustriales de las tierras bajas, al tiempo que retiene el apoyo de los campesinos de las tierras altas a través de oportunidades de reasentamiento. Este ha sido un factor crítico en la longevidad política de Morales, así como un elemento central de su actual estrategia de reelección, una que aparentemente no tenía riesgos, hasta ahora.
CHI HYUN
CHUNG: EL BOLSONARO BOLIVIANO DEMÓCRATA CRISTIANO DE ORIGEN COREANO QUE
PRETENDE SUCEDER A EVO MORALES
Es misógino,
homofóbico y considera a los rituales de los pueblos originarios como "artimañas
del diablo".
Publimetro
de Chile (www.publimetro.cl)
El
domingo son las elecciones presidenciales en Bolivia y Evo Morales pretende ser
elegido por cuarta vez, mientras que el ex presidente Carlos Mesa tiene
serias posibilidades de derrocarlo dado el desgaste del líder cocalero, tanto
así que algunos resultados de encuestas pronostican su triunfo en segunda
vuelta.
En
tercer lugar está Óscar Ortiz, y en el cuarto lugar va con un 6% de intención
de voto un candidato muy particular: Chi Hyun Chung nació en 1970 en Corea
del Sur, y junto a su familia emigró a Bolivia a los 12 años porque su papá fue
encomendado para liderar la iglesia evangélica presbiteriana en dicho
país.
Los
Chung se radicaron en Sucre, y Chi al salir del colegio estudió medicina y
luego se especializó en el tratamiento de pies diabéticos. Al mismo tiempo que
tomaba las riendas de la iglesia para la que ayudó a levantar 70 templos en
todo el país, y su congregación ofrece atención medica gratuita a miles de
personas.
Desde
esa trinchera se transformó en un personaje conocido, sobre todo por la guerra
que le declaró a la comunidad LGBT+, con declaraciones que para algunos
analistas lo acercan a la figura de Jair Bolsonaro.
El
candidato de la Democracia Cristiana dijo que "los homosexuales
necesitan un tratamiento siquiátrico para recuperar su identidad sexual
innata". Y tan en serio se tomó sus palabras que en caso de ser presidente
su gobierno, en coordinación con las iglesias, ofrecería un tratamiento
voluntarios para quienes deseen dejar de ser gay.
Misógino
Las
mujeres tampoco han estado ausentes en el discurso del doctor cuyo eslogan de
campaña es “Chi, puede”.
El
candidato aseveró que a la mujer se la debe educar "como tal"
para evitar actos de violencia de parte de los hombres, y se ha preguntado
qué habrá hecho una mujer para que el hombre sea violento.
"Mientras
el hombre habla una vez, la mujer habla diez veces", dijo en una
entrevista en la que explicó que "el varón tiene un estilo de
comportamiento; la mujer tiene otro estilo de comportamiento, por lo
tanto a la mujer se la tiene que educar como para que se comporte de
mujer… sabiendo cómo es el varón".
Seguridad
Su plan
de seguridad ciudadana que incluye un “toque de queda” para los menores de
edad para que no circulen en las calles después de las 21.30 horas.
“Como
parte de seguridad ciudadana voy a restringir a los niños estar sueltos en las
calles a partir de las 21.30 de la noche. Los niños no pueden estar en las
calles sino con sus padres o alguna persona mayor, máximo hasta
medianoche. De lo contrario serán reclutados en albergues, donde pasarán la
noche y tendrán todos los servicios, hasta ducha, y al día siguiente serán
devueltos temprano a su casa para que el niño vaya a la escuela”.
Fe
La
religión es muy importante en su discurso. Ha dicho que "gracias a la fe
cristiana el país prosperará y será llamado el Israel de
Sudamérica… el pueblo que agrada a los ojos de Dios”.
En
cuanto a los rituales de los pueblos originarios dirigidos, por ejemplo, a la
Pachamama, el candidato ha dicho que son una "artimaña del diablo".
EVO MORALES
Y EL OPOSITOR CARLOS MESA CERRARON LA CAMPAÑA MÁS LARGA EN BOLIVIA EN MEDIO DE
CABILDOS, DETENIDOS Y CONFRONTACIÓN
Desde ahora
rige el silencio de la propaganda y la veda de las concentraciones públicas
para que los más de 7 millones de votantes puedan meditar y concurrir a las
urnas el próximo domingo 20.
Infobae de
Argentina (www.infobae.com)
Calificada
por los analistas y los propios actores políticos como la más larga, extraña y
anodina de todas las que se recuerden, la campaña electoral de Bolivia fue
cerrada la medianoche de este miércoles y desde ahora rige el silencio de la
propaganda y la veda de las concentraciones públicas para que los más de 7
millones de votantes puedan meditar y concurrir a las urnas el próximo domingo
20.
Las
mayores movilizaciones las han protagonizado el presidente Evo Morales y sus
tres principales rivales, Carlos Mesa, Oscar Ortiz y el surcoreano
nacionalizado boliviano, Chi Hyung Chung, que aparece como la posible sorpresa
electoral, según las últimas encuestas. La ciudad de Santa Cruz ha sido la
elegida por los tres principales adversarios del gobernante para realizar
masivas concentraciones de sus seguidores, en tanto que el oficialista ha concluido
su proselitismo en El Alto y Cochabamba, considerados como dos de sus
principales bastiones.
De
manera inédita, simultáneamente a las movilizaciones partidarias se han
realizado en las últimas horas cabildos ciudadanos en otras urbes como Potosí,
Tarija y Oruro, en los que se ha decidido el voto castigo a Evo Morales durante
las elecciones de este domingo y el desconocimiento de su candidatura porque no
respetó el referéndum del 21 de febrero de 2016, que rechazó modificar la
Constitución Política del Estado para su habilitación a una nueva reelección.
Otra de las definiciones de las concentraciones populares ha sido la demanda de
federalismo, que comenzó a tomar cuerpo hace dos semanas en el cabildo más
masivos de todos, el de Santa Cruz. Le han secundado hace siete días a las
movilizaciones cruceñas las que se realizaron en La Paz y Cochabamba, las otras
dos ciudades más pobladas de Bolivia.
No
sólo se ha acentuado en esta parte final la confrontación verbal entre los
principales candidatos de la contienda electoral, sino que hubo choques entre
jóvenes y policías la noche del lunes, que causaron heridos y decenas de
arrestos en Santa Cruz de la Sierra. La violencia estalló cuando miembros de la
llamada Unión Juvenil Cruceñista, uno de los brazos del Comité Cívico que
convocó el cabildo de Santa Cruz, se movilizaron para protestar contra el
multitudinario acto de cierre de campaña del oficialista MAS, encabezado por el
binomio de Evo Morales y Alvaro García Linera.
De
los 45 arrestados quedaron 15 detenidos que serán procesados debido a los
desmanes que se produjeron cerca del llamado Cambódromo, lugar de realización
de eventos con concurrencia masiva.
Fue
el propio ministro de Gobierno, Carlos Romero, el que encabezó el martes una
conferencia de prensa junto a la cúpula de la Policía para denunciar a los
principales partidos opositores y a los cívicos de promover y financiar las
movlizaciones violentas. La acusación encontró de inmediato el rechazo de
algunos de los sindicados como el candidato a la vicepresidencia por el
opositor UCS, Humberto Peinado.
Previamente
a los enfrentamientos ocurridos en Santa Cruz de la Sierra, el sábado pasado
hubo choques en la ciudad de Potosí, donde Evo Morales tuvo que salir con
custodia especial después de cerrar la campaña de su partido, que coincidió con
un paro cívico de los potosinos por una demanda regional del negocio del litio.
Por
la violencia, el presidente Evo Morales aseguró en una entrevista televisiva
que existe la intención de actores cívicos de Santa Cruz, La Paz y Potosí de
realizar un golpe de Estado junto a militares del sector pasivo en caso de que
el actual Presidente de Bolivia gane la elección del 20 de octubre.
Otros
conflictos que se agudizaron en la recta final de la campaña electoral fue el
de una huelga médica, que ya lleva dos meses, y una marcha indígena que reclama
la derogación de la normativa que es señalada de promover los monumentales
incendios forestales de la Chiquitania y que exige la declaratoria de desastre
nacional. Los indígenas arribaron este martes a la capital cruceña, después de
un mes de caminata, y anunciaron que impulsarán un juicio internacional al
presidente Morales por la crisis ambiental.
Todavía
persiste el conflicto por el litio en Potosí, a pesar que desde este jueves
están prohibidas las movilizaciones ciudadanas. El Tribunal Supremo Electoral
considera que es la Policía la que debe ejecutar el auto de buen gobierno que
rige desde ahora para evitar conflictos días antes de las elecciones.
Preocupada
por el brote de violencia, la misión de observadores electorales de la
Organización de Estados Americanos expresó en una reunión con el presidente
Morales su preocupación y pidió tranquilidad para llevar adelante la votación
del domingo 20. Se ha anunciado un gigantesco operativo de seguridad y de
control electoral ciudadano.
Los
opositores versus oficialismo
En
su cierre de campaña realizado en la ciudad de El Alto, el presidente Morales
ha apuntado sobre todo a su rival que lo sigue en las encuestas, el candidato
de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa. “Todavía están pensando en votar por la
derecha; no se equivoquen. El neoliberalismo, la megacoalición, están todos
juntos para volver al pasado. Y aquí Bolivia tiene dos caminos: volver al
pasado, o seguir con el proceso de cambio”, sostuvo el presidenciable del MAS,
en alusión a los anuncios de apoyo recibidos por Carlos Mesa de ex presidentes
como Jorge Quiroga y de otros personajes de la política boliviana como el ex
candidato presidencial, Samuel Doria Medina, y el ex prefecto de Cochabamba,
Manfred Reyes Villa, que habló desde su exilio en EEUU.
El
candidato presidencial del opositor Comunidad Ciudadana ha sido duro con Evo
Morales en los actos de cierre de su campaña, que tuvo como sede final a Santa
Cruz de la Sierra. “El 10 de octubre Bolivia derrotó una dictadura de casi 18
años (y) el 20 de octubre Bolivia derrotará a la dictadura de casi 14 años
(...) La meta es ganar las elecciones del 20 de octubre, desde Santa Cruz,
desde toda Bolivia, estamos aquí juntos", indicó Mesa durante el cierre de
su campaña realizado en Santa Cruz. “Aquí estamos para ganar el 20 de octubre;
el miedo se ha trasladado al otro lado, quienes están asustados son Evo
Morales, Álvaro García Linera, porque saben que van a perder. Este 20 de
octubre Bolivia va a derrotar al autoritarismo”, sostuvo.
En
cambio, el otro candidato opositor Oscar Ortiz, de Bolivia Dice No, ha cerrado
su campaña en Santa Cruz de la Sierra con un discurso que ha buscado
insistentemente en la campaña diferenciarse tanto de Evo Morales como de Carlos
Mesa, al considerarlos como políticos del pasado y que tienen problemas de
corrupción. El mensaje de Ortiz ha puesto una vez más énfasis en los atributos
de honestidad y de transparencia.
Esta
semana aumentó la presión contra Ortiz y sus seguidores para que renuncien y no
dispersen el voto opositor. La estrategia de Mesa se ha centrado en pedir el
“voto útil”, al considerarse el único candidato que puede vencer a Evo Morales
en la primera vuelta o forzar a un ballotage por primera vez en la historia
boliviana.
Otro
candidato que subió en las encuestas es el surcoreano Chi Hyung, del PDC, quien
ha puesto énfasis en sus convicciones religiosas y en propuestas polémicas. “Ya
no más divisionismo que divide a la familia, ya no más la ignorancia del
ateísmo, ya no más la ideología de género que destroza a nuestros niños”,
afirmó durante su cierre de campaña en Santa Cruz.
Diversos
analistas han afirmado, apoyándose en las encuestas, que Evo Morales es el
favorito, pero no el seguro ganador de las elecciones. Para evitar el balotaje
con Mesa, a quien las encuestas le dan el segundo lugar, el Presidente debe
ganar por 50 por ciento más uno de los votos o vencer por más de 10- puntos de
diferencia.
BOLIVIA:
CANDIDATOS SE JUEGAN SUS ÚLTIMAS CARTAS
Expectativa
electoral. Con la mira puesta en este domingo 20 de octubre, día de las
presidenciales, según los sondeos, el presidente y candidato Evo Morales
obtendría un 32% en la primera vuelta frente a un 27% de su principal rival,
Carlos Mesa.
La República
de Perú (www.larepublica.pe)
El
presidente Evo Morales se
jugaba este miércoles sus últimas cartas frente a las elecciones del domingo en
Bolivia,
las más difíciles en sus 13 años en el poder, desafiado por Carlos Mesa, quien
cierra su campaña sumando apoyos al advertir contra la deriva autoritaria del
líder izquierdista.
En
la campaña que culminó este miércoles la oposición cuestiona sobre todo la
intención autocrática de Morales al buscar una tercera reelección después de haber
perdido en 2016 un referéndum en el que la ciudadanía rechazó que volviera a
postularse a las elecciones.
La
última encuesta de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz y otras
organizaciones indicó que Morales obtendría un 32% de los votos en primera vuelta frente
a un 27% de su principal rival, el expresidente Carlos Mesa de la alianza de
centro Comunidad Ciudadana.
Morales,
de 59 años, eligió despedir su campaña en la ciudad de El Alto, al lado de La
Paz, y Mesa, de 66, en Santa Cruz, la gran ciudad empresaria al este del país
conocida como el bastión opositor al gobierno.
Confrontan
propuestas
“Este
es un momento en el que tenemos que decidir entre el camino autoritario a la
dictadura y el camino de la construcción democrática”, lanzó el martes en la
noche Mesa al cerrar su último mitin en La Paz ante miles de seguidores que
consideran inconstitucional que Morales busque un cuarto mandato.
Parte
del aumento en intención de voto de Mesa en las últimas semanas es por el
impacto que tuvieron los gigantescos incendios que en agosto y setiembre
quemaron en Bolivia una zona inmensa de bosques nativos. Los siniestros
provocaron ira entre ambientalistas y comunidades indígenas que acusan a Morales de
haber traicionado su compromiso con la Madre Tierra, en favor de ampliar
territorios para la explotación de soja y ganado.
Morales
defiende su candidatura exhibiendo la reducción de la pobreza y las altas tasas
de crecimiento, que aún en declive se sitúa en 4,2% en la actualidad, y amenaza
que con cualquier otro candidato se perderán derechos sociales en este país de
11 millones de habitantes, entre los tres más pobres de la región.
Ante
sus seguidores en Santa Cruz, el mandatario acusó a sus rivales de pretender
sumar a Bolivia al llamado “Grupo de Lima”,
conformado por una docena de países latinoamericanos y Canadá, en el que -según
él- “están presidentes y gobiernos sumisos a Estados
Unidos (y son) gobiernos privatizadores”.
Morales
defiende su candidatura exhibiendo la reducción de la pobreza y las altas tasas
de crecimiento, que aún en declive se sitúa en 4,2% en la actualidad, y amenaza
que con cualquier otro candidato se perderán derechos sociales en este país de
11 millones de habitantes, entre los tres más pobres de la región.
Ante
sus seguidores en Santa Cruz, el mandatario acusó a sus rivales de pretender
sumar a Bolivia al llamado “Grupo de Lima”,
conformado por una docena de países latinoamericanos y Canadá, en el que -según
él- “están presidentes y gobiernos sumisos a Estados
Unidos (y son) gobiernos privatizadores”.
Modelo
de Evo ya no es sostenible
●
”Es difícil negar que, hasta hace poco, la economía de Bolivia se había
desempeñado muy bien bajo (el gobierno) Evo Morales”,
dijo Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano,
con sede en Washington.
●
Bolivia logró
altas tasas de crecimiento, una fuerte reducción de la pobreza y un nivel
récord de reservas, “pero con la caída de los precios de las materias primas se
ha visto obligado a pedir más préstamos y reducir las reservas. El modelo
económico boliviano tuvo éxito durante algunos años, pero ya no es sostenible”,
apuntó el analista.
BOLIVIA
ABRIRÁ UN CONSULADO EN VIRGINIA
Tiempo
Latino de EEUU (www.eltiempolatino.com)
El
jefe de la misión de la embajada de Bolivia, Alejandro Bilbao La Vieja Ruiz,
informó que para facilitar la atención a los bolivianos que viven en el área
metropolitana se ha decidido abrir un consulado en Virginia a partir de enero
del 2020. El país andino tiene cinco consulados en Estados Unidos.
“En
Virginia vive el mayor número de bolivianos y deben venir a Washington DC a
realizar todos los trámites, entre ellos los de vivencia (cobro de pensiones en
Bolivia), obtención de poderes y pasaportes. Esto implica viajes largos, con
dificultad de conseguir aparcamientos para sus autos y perder horas de trabajo,
por eso apenas encontremos un inmueble que reúna ciertas condiciones abriremos
la atención al público”, dijo el funcionario.
Por
ahora se han identificado tres posibles lugares: Annandale, Springfield y
Woodbridge donde se instalaría el nuevo consulado. El sitio escogido deberá
estar cercano a los medios de transporte público, contar con suficientes
aparcamientos para autos y cumplir con los criterios y características que
demanda el Departamento de Estado.
Aunque
son muy pocos los bolivianos que viven en Washington, a la hora de escoger la
dirección del consulado en Virginia sí se tomará en cuenta el factor de la
distancia para no afectarlos.
La
decisión de abrir un consulado en Virginia se debe a que en ese estado vive la
mayoría de bolivianos del área metropolitana. No se tiene una cifra exacta de
cuántos ciudadanos de ese país están radicados en esa localidad, pero se estima
que son unos 100 mil, según el diplomático.
Gracias
a la tecnología digital, la otra buena noticia es en exclusiva “para los
abuelitos, como les decimos con cariño a nuestros mayores”, aseveró Bilbao La
Vieja Ruiz. Es obligatorio para todos los jubilados bolivianos que no viven en
Bolivia reportar que están vivos para que puedan cobrar sus pensiones. Esta
formalidad la cumplen quienes viven en el exterior, acercándose a los
consulados cada tres meses, pero eso va a cambiar a partir de noviembre.
La
innovación consiste en no acudir más a los consulados, sino reportar la prueba
de vida a través del teléfono celular. Solo tienen que bajar una aplicación
(aún en desarrollo), que estará diseñada para hacer un reconocimiento facial
del jubilado y así facilitar el cobro de su retiro, en su país de origen.
Para
hacer exitoso este modelo se aspira a contar con la ayuda de los hijos o los
nietos de los abuelitos que son más versados en las tecnologías para que les
ayuden a bajar la aplicación y después ellos mismo la puedan manejar.
Según
una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2013 la
cobertura previsional de Bolivia abarcaba a un 97% de su población, por encima
de países como Argentina, Brasil o Chile, todos con un Producto Interno Bruto
(PIB) muy superior. El presidente Evo Morales hace 12 años creó el plan
"Renta Dignidad" para aliviar la pobreza extrema de uno de los grupos
más indefensos: la tercera edad.
La
siguiente primicia también tiene que ver con los cambios tecnológicos. Obtener
un récord o certificado de conducta policial desde Bolivia, implicaba un
trámite algo engorroso y una larga espera. Eso está por acabarse, pues los
consulados a partir de noviembre estarán autorizados para ingresar a los
archivos digitales de la policía y obtener este documento, que suele
necesitarse para obtener la green card y la ciudadanía americana. En este caso,
los bolivianos que requieran este documento sí tendrán que acudir a los
consulados, pero será entregado el mismo día.
Bilbao
La Vieja Ruiz aprovechó para recordarles que la constitución de 2009 amplió el
derecho de ciudadanía, esto quiere decir que ningún boliviano que, por ejemplo,
obtenga el pasaporte americano, pierde la nacionalidad boliviana. “Eso ha sido
un referente en el derecho constitucional” señaló el funcionario, quien además
informó que los trámites de pasaportes están digitalizados, la entrega de los
mismos demora de siete a nueve días.
Ninguna
de las mejoras alterará los calendarios de los consulados móviles que
continuarán llegando a los diferentes condados y ciudades donde están los
bolivianos.
ASÍ ES LA
CARRETERA MÁS PELIGROSA DEL MUNDO: ESTRECHA, SIN GUARDARRAÍL Y A 3.600 METROS
Circular por
una vía de escasos tres metros de ancho, de doble sentido y donde se puede ir
por el lado izquierdo de la calzada es posible: Bolivia es la respuesta
El
Confidencial de España (www.elconfidencial.com)
Muchos
usuarios saben que el coche se ha convertido en una
herramienta imprescindible en su día a día. Bien sea para trabajar, para
desplazarse hasta la oficina o para recoger a los niños del colegio, muchos
conductores usan el vehículo a diario. Unos disfrutan de la experiencia al
volante; otros desean llegar a casa y olvidarse de él... Pero lo que por
fortuna no muchos tienen que hacer a diario es circular por la carretera más peligrosa del mundo.
Se
trata del Camino de la Muerte,
una impresionante carretera que podemos encontrar en Bolivia. Cuenta con
80 kilómetros de vía, situada en
plena montaña, y se encarga de unir las poblaciones de La Paz con Los Yungas,
una zona montañosa situada al noroeste de la capital. Esta calzada ya tiene el
'honor' de ser considerada como la más peligrosa del mundo y, de hecho, por esa
misma razón es una de las más turísticas de todo el planeta.
En
sus puntos más anchos, el asfalto
alcanza los tres metros de anchura, un espacio realmente pequeño para
que circulen dos coches al mismo tiempo
en esta carretera de doble sentido. Pero, además, su peligrosidad aumenta al
tratarse de una vía utilizada
especialmente por camiones de transporte, que
encuentran en esta calzada la única manera de llevar productos agrícolas o
cítricos que son autóctonos de esta zona montañosa.
Pero
el temor a circular por esta vía va más allá: en algunas zonas, la carretera se encuentra a un desnivel de 3.600 metros
y, para más inri, lo hace sin la
presencia de guardarraíles. El principal problema es que la carretera
fue construida en la década de los treinta del pasado siglo, fecha en la que no
se tuvo en cuenta la seguridad de los vehículos. Cuando se pensó en
instalarlos, se llegó a la conclusión de que era imposible: si se hacía, no
habría espacio para que circularan en ambos sentidos.
De
hecho, la peligrosidad de esta carretera ha dado lugar a un cambio de legislación histórico. Solo
existen escasos lugares del planeta en los que está permitido circular por la
izquierda de la calzada, entre los que se encuentran 64 kilómetros de esta carretera. Bolivia permite que se haga para
alejarse en la medida de lo posible del peligro, en partes en las que el precipicio queda al lado derecho de los vehículos.
Y, por si fuera poco, se trata de un trazado plagado de curvas.
Históricamente,
el Camino de la Muerte también ha tenido otro sobrenombre: 'La venganza de los
prisioneros paraguayos'. Y es que esta vía fue construida por los combatientes que Bolivia apresó durante la
Guerra del Chaco. Estos soldados fueron esclavizados para construir una
vía en uno de los lugares más inaccesibles del mundo, donde las nieblas, las lluvias y los desprendimientos
de piedra son habituales, dotando a la vía de un aura de peligrosidad
sin parangón.
Más
de 100 fallecidos al año
Esta
situación es la que genera que muchos turistas decidan acudir hasta la zona. Y
no solo a través de autobuses que se encargan de recorrer la zona para saciar
las ansias de los amantes del peligro, sino que muchos otros lo hacen con su
propio turismo o incluso con bicicletas de montaña. Pero no se trata de una
broma, pues las estadísticas hablan claro: se producen más de 200 accidentes al año, que acaban con una media de unos 100 fallecidos.
Es
más, el peor accidente de circulación
de la historia de Bolivia tuvo lugar en esta misma carretera. Ocurrió en
el año 1983, cuando un autobús turístico que contaba en su interior con más de 100 personas perdió el control en una de sus
curvas, precipitándose hasta el fondo de cañón. A día de hoy, está
considerada como la carretera más peligrosa del mundo: el Camino de la Muerte,
en Bolivia, pone los pelos de punta solo con ver su complicado trazado.
¿FABADA DE
ASTURIAS O DE BOLIVIA? CÓMO DISTINGUIR LAS AUTÉNTICAS FABES DEL PRINCIPADO Y
POR QUÉ MERECE LA PENA PAGAR MÁS POR ELLAS
Directo al
Paladar de España (www.directoalpaladar.com)
La
faba de Asturias es un tipo de
alubia conocida en toda España, sobre todo gracias al plato insignia del
Principado, la fabada, pero son
muy pocas las personas que realmente la consumen en casa.
Aunque
la faba asturiana es solo una variedad de la especie Phaseolus vulgaris
–una leguminosa oriunda de Centroamérica de la que proceden todas las judías–,
su cultivo tiene unas particularidades que le confieren una identidad propia. Y es algo que el consejo de la
Indicación Geográfica Protegida, que desde hace 23 años vela por la integridad
del producto, quiere reivindicar en una nueva campaña que acaba de presentar en
Madrid.
Como
explica Paula Álvarez, directora
técnica de la IGP, la humedad constante
del Principado hace que la legumbre no sufra golpes de calor, ni estrés
hídrico, y le confiere unas cualidades que, además, se han ido mejorando tras siglos de cría selectiva.
El
resultado es un producto que, pese a que puede confundirse visualmente, es radicalmente distinto al resto de judías
blancas: la faba asturiana es mantecosa, compacta y su piel nunca se
separa.
¿Puede
la faba salvar a Asturias?
La
faba asturiana da sentido a uno de los platos estrella de la gastronomía
española –y a muchos otros, inventados y por inventar–, pero, además, genera riqueza en un territorio que en
la actualidad no está pasando por su mejor momento.
Asturias
fue uno de los más importante polos industriales de España, pero décadas de reconversiones y pérdida de
población, sumadas al impacto especialmente virulento de la crisis de
2008, han llevado
al Principado al borde del precipicio.
Quizás
la faba no solucionará los problemas de Asturias, pero es un cultivo que está creciendo de forma sostenida, salvando a
muchas zonas rurales de la despoblación. Y tiene aún un gran margen de
profesionalización.
“En
Asturias [la faba] ha sido muy importante en nuestra dieta probablemente desde
que se implantó en el siglo XVI y XVII,
pues era un producto que escapaba al pago de la rentas, que se pagaban en
trigo, por lo que era lo que se consumía en las familias”, apunta Fernando Prendes, director general de
Planificación, Infraestructuras Agrarias y Montes del Principado.
Las
fabas servían como moneda de trueque
entre las familias del rural, pero nunca tuvieron una proyección comercial, que
la IGP está ayudando a asentar.
“La
mentalidad ha cambiado”, apunta Álvarez. “Los productores rurales no solo
quieren tener ganado o pomaradas, si no que empiezan a involucrarse y hacer grandes inversiones en faba. Al final
podemos ofrecer un producto muchísimo mejor con unos controles de calidad y
trazabilidad mucho más exhaustivos y vamos a conseguir que la cadena no se
rompa, que el producto se siga sembrando y se incorporen agricultores jóvenes”.
Por
qué las fabes son tan caras
Una
de las grandes dificultades que tiene la faba para llegar al gran público (más
allá de Asturias) es su elevado precio
en comparación con otras legumbres.
Mientras
que una alubia blanca convencional tiene un precio que va de los dos a tres
euros el kilo, la faba asturiana no
suele bajar de los 13 euros el kilo.
Como
explica Álvarez, el cultivo de la faba
es especialmente costoso: “Es todo artesano. Puedes mecanizar la siembra
y el tutorizado, pero la recogida es siempre manual. Las fabas pasan siempre
por la mano de alguien. Y eso tiene un coste de producción muy elevado”.
No
es la competencia del resto de alubias blancas lo que preocupa a los
responsables de la IGP –al fin y al cabo estas son muy fácilmente
distinguibles–, sino la que presentan ciertas alubias latinoamericanas, en
concreto de Bolivia. Estas alubias son
visualmente muy similares a la faba asturiana, pues son de la misma
variedad "Granja Asturiana" y, de forma más o menos sibilina, se
hacen pasar por genuinamente asturianas, a un precio que no es tan distinto al
de la original, pues se suelen vender entre los 6 y los 8 euros el kilo.
“Muchas
veces se vende como faba asturiana alubia de importación”, reconoce el
presidente de la IGP, Juan José
Menéndez. “La gran restauración, muchas veces por objetivos económicos,
desconoce totalmente el proceso de una IGP, que lleva todo un trabajo de
trazabilidad, de la parcela hasta el lineal”.
Aunque
el Principado realiza controles para evitar este tipo de fraudes, es imposible controlar el 100 % de las
alubias, y es que hablamos de un producto que tiene un circuito
tradicional de distribución a granel.
De
las 220 toneladas de auténtica faba asturiana que se comercializan al año solo
se certifican 89, el resto circula en
el mercado de confianza, entre productores, restauradores y familias. A
todos nos gusta la compra a granel, pero es muchísimo más difícil de controlar,
e, incluso en Asturias, es fácil que te den gato por liebre. O, en este caso,
alubia boliviana por faba asturiana.
EL BREVE
TIEMPO DE LA DERECHA
"Lo que
ha mostrado de esta “nueva derecha” es que el único programa económico que es
capaz de manejar es aquel que les impone el Fondo Monetario Internacional
(FMI)”.
La República
de Perú (www.larepublica.pe)
Cuando
el argentino Mauricio Macri ganó las elecciones en diciembre de 2015, algunos
analistas políticos comenzaron a decir que se estaba ante el nacimiento de una
nueva derecha en la región. Se dijo que Macri representaba una nueva derecha,
más social, más preocupada por los reclamos y necesidades populares; más
liberal, respetuoso de las formas democráticas y alejada de los militares.
En
agosto de 2016, es derrocada vía un golpe parlamentario la presidenta brasileña
Dilma Rousseff. Meses antes, en febrero de ese mismo año, el presidente
boliviano Evo Morales pierde por escaso margen el referéndum constitucional con
el que buscaba reformar la Constitución para reelegirse una vez más.
En
este contexto, algunos llegaron a decir que el ciclo progresista en la región
había llegado a su fin y que el futuro político le pertenecía a esa nueva
derecha. Los escándalos de corrupción en varios países que comprometían a
presidentes y políticos progresistas, la prisión ilegal de Lula y, finalmente,
el golpe de timón a la derecha que dio Lenín Moreno en Ecuador hacían más
sombrío este panorama político. Bolivia y Uruguay, con sus visibles
diferencias, eran los únicos gobiernos democráticos de izquierda en la región,
si se tiene en cuenta los cuestionamientos al gobierno de Nicolás
Maduro.
Sin
embargo, al poco tiempo esta suerte de miniciclo de derecha en la región
comenzó a mostrar más de una limitación. El triunfo de Iván Duque en Colombia
el 2016 y el de Jair Bolsonaro en Brasil casi dos años después mostraban que la
nueva cara de esa derecha no era ni nueva ni liberal, ni social. Su rostro se
personificó en una suerte de caricatura política, en Jair Bolsonaro, un militar
y presidente más cercano al fascismo que al liberalismo y que representaba el
pasado de las dictaduras militares. Por otro lado, Duque se convirtió en poco
tiempo en un enemigo de la paz en Colombia. Macri, la estrella de la derecha,
comenzaba su caída. Y Lenín Moreno en un remedo de presidente, prisionero de
los intereses norteamericanos. El desastre político de esta “nueva derecha” no
podía ser más evidente.
A
esta rápida decadencia contribuyeron otros dos factores. El primero, fue el
abierto y hasta obsceno alineamiento de estos gobiernos (incluyo a PPK y a Vizcarra)
con los EEUU. La crisis venezolana y la manera cómo la mayoría de países de la
región, en especial los sudamericanos, manejaron esta crisis mostraba de modo
transparente que se habían convertido en simples operadores de la diplomacia
norteamericana. El llamado Grupo de Lima que fue la expresión diplomática de
ello.
El
otro factor fue el fracaso, una vez más, del Consenso de Washington. Este breve
tiempo lo que ha mostrado de esta “nueva derecha” es que el único programa
económico que es capaz de manejar es aquel que les impone el Fondo Monetario
Internacional (FMI).
La gigantesca crisis en Argentina como también la reciente rebelión popular e
indígena en Ecuador contra las medidas fondomonetarista del patético gobierno de Lenín Moreno
muestran el rotundo fracaso en el campo económico de esta “nueva derecha”
neoliberal.
En
este contexto, la epopeya ecuatoriana de estos últimos días bien puede ser
expresión de que el ciclo progresista está ahí, que se resiste a morir. Las
próximas elecciones este fin de semana en Bolivia, como en Argentina y Uruguay
la semana siguiente, bien pueden ser el inicio del fin de este breve “verano”
derechista que hemos vivido en la región.
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