viernes, 18 de octubre de 2019

LOS CHOLETS, LOS EDIFICIOS EXTRAVAGANTES QUE SIMBOLIZAN EL 'MILAGRO ECONÓMICO' BOLIVIANO


Si hay una ciudad en Bolivia que se ha beneficiado de la prosperidad económica que ha acompañado al gobierno de Evo Morales es El Alto, donde la creciente burguesía aymara ha reflejado su auge con unos llamativos edificios de colores. Pero ante las elecciones del domingo, en la que el presidente busca revalidar un controvertido cuarto mandato consecutivo, los economistas advierten de amenazas que se ciernen sobre el país si no se hacen ajustes.



Así como la vida del presidente Evo Morales desde su nacimiento en una pequeña casita de adobe del altiplano hasta sus casi 14 años en el poder en Bolivia sirve para simbolizar el ascenso político de los indígenas, las originales obras del arquitecto Freddy Mamani, que es el constructor de moda en ese país, permiten explicar el crecimiento de la burguesía aymara.
Y no es que Mamani sea uno de esos nuevos ricos de ese grupo indígena sino que los conoce por haber construido en los últimos años un centenar de los famosos edificios de colores inspirados en las culturas prehispánicas conocidos como cholets en la ciudad de El Alto, aledaña a La Paz.
Los cholets son un ejemplo del florecimiento económico vivido por los aymaras empresarios durante el gobierno de Morales en un período en el que el país se puso a la cabeza del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en Suramérica con una media de casi 5% anual.
Morales, que también es aymara, ha usado precisamente los logros de la economía como un estandarte para pedir a los bolivianos un cuarto mandato en los comicios que disputará el próximo domingo frente a ocho rivales, entre ellos el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), el senador Oscar Ortiz y el pastor evangélico Chi Hyung Chung, entre los que tienen más apoyo.
“Hay que ser claros. Gracias a Evo Morales ha habido un crecimiento en lo económico, en lo social, en lo cultural”, asegura el arquitecto Mamani a Univision Noticias, convencido de que las políticas para lograr la estabilidad económica e incluir a los indígenas son la causa de esa prosperidad.
Pero si bien Bolivia ha sido vista como un 'milagro económico' sobre todo por el crecimiento durante varios años y la reducción de la pobreza extrema de 38.2 % a 15.2 %, en el último tiempo los economistas han advertido sobre un conjunto de amenazas que se ciernen sobre el país si no se hacen ajustes a la administración de las finanzas.
La prosperidad económica de Bolivia reflejada en una ciudad
Construir un cholet, palabra que resulta de la combinación de cholo (una palabra para referirse a los indígenas de la zona altiplánica del país) y chalet, demanda una inversión entre 200,000 y 500,000 dólares, según Mamani, aunque algunos estudiosos del fenómeno calculan que las obras muy personalizadas superan el millón de dólares.
Además, Mamani reivindica su identidad aymara y el espíritu laborioso y emprendedor de esa cultura en sus comerciantes, importadores, transportistas, industriales y artesanos, muchos de ellos trabajando en la informalidad y aprovechando el hecho de que El Alto sea una ciudad situada estratégicamente en el altiplano cerca de los puertos de Chile y Perú.
"Los hombres y mujeres alteños no tenemos horario. Para nosotros el primer día del trabajo es el domingo, entonces yo creo que, en función de eso, el fruto de ese trabajo son estos edificios”, sostuvo el arquitecto que vive en El Alto.
Esos edificios que tienen un chalet para la vivienda de los propietarios están pensados para generar dinero: la planta baja tiene galerías comerciales y tiendas; arriba llevan salones festivos y restaurantes y los otros pisos tienen departamentos para alquiler o para los hijos. “Encima, uno se siente como un rey y está conectado con la naturaleza, con el universo”, apunta Mamani sobre la sensación que tienen los propietarios de los cholets.
La percepción del arquitecto sobre el nuevo dinamismo alteño, por delante de La Paz y Santa Cruz, también es compartida por los inversores, según cuenta a Univision Noticias el joven empresario en tecnologías Mauricio Dulón.
“Hay datos que muestran que la ciudad boliviana que más ha crecido en los últimos dos años es El Alto, pero también juega la percepción de los empresarios que con una visita a El Alto ven una cantidad de negocios que se están generando y la miran como un punto de crecimiento e inversión”, dijo Dulón.
Una señal, agregó, es que todos los bancos tienen agencias importantes en El Alto, otra que han comenzado a crecer la industria hotelera y la del entretenimiento en la que hoy es la segunda ciudad más populosa de Bolivia al contar con 933,000 habitantes, por delante de La Paz y por detrás de la próspera Santa Cruz, en una población nacional de de 11.2 millones.
Antes, El Alto era objeto de una visión centrada en la pobreza de sus habitantes migrantes del campo y en sus rebeliones políticas contra el poder central afincado en La Paz, pero ahora se percibe en ella un dinamismo económico y cultural.
Las amenazas sobre la economía boliviana
Pero pese a que el crecimiento de esa ciudad refleja el denominado el "milagro boliviano", la economía del país sigue siendo pequeña comparada con la de sus vecinos al contar con un PIB nominal de 40,000 millones de dólares, aunque en el período anterior a Morales la cifra era de 9,000 millones de dólares.
El economista José Gabriel Espinoza explicó a Univision Noticias que el problema más preocupante para cualquier gobierno que sea electo el domingo es el déficit fiscal que ya lleva seis años y que en 2017 y 2018 fue el más alto de Suramérica con porcentajes de 7.8 % y 8.1 % del PIB, respectivamente.
“El promedio del déficit fiscal por año es más o menos de 3,000 millones de dólares, lo que para una economía de 40,000 millones de dólares es bastante grande”, apuntó.
Pero, además, el déficit fiscal está relacionado con el déficit comercial y con la reducción de las reservas internacionales del Banco Central de 15,000 millones de dólares a la mitad en cuatro años, lo que “pone en peligro la sostenibilidad del tipo de cambio”, agregó.
Desde fines del 2011, la cotización del dólar estadounidense se mantiene congelada en 6,97 bolivianos, lo que ha permitido un florecimiento del contrabando y de las importaciones legales.
Los críticos del gobierno también le reprochan el no haber aprovechado mejor los ingresos provenientes de la bonanza de los precios del gas natural, que concluyó en 2014, para hacer transformaciones de fondo en la estructura productiva del país, de tal forma que no sea tan dependiente de la exportación de las materias primas como lo es ahora hasta en un 80 %.
Bolivia hoy vende gas a menor precio a Brasil y Argentina y produce menores volúmenes por la declinación de sus campos y por no haber encontrado nuevas reservas comerciales.
En el horizonte, al país también le preocupa que Argentina y Brasil hayan puesto en marcha proyectos propios de explotación de gas y petróleo para no depender de sus importaciones.
Los problemas en las arcas han provocado, según Espinoza, una apertura del Gobierno a la inversión privada y la asociación con firmas extranjeras, mostrando un retroceso respecto de los discursos estatistas y agresivos contra los empresarios que solía pronunciar Morales.
Morales hablaba con fuerza del nacionalismo e incluso de socialismo, pero en la práctica no ha dejado de fomentar el libre mercado y la informalidad, un contraste que explicaría en parte el secreto del manejo económico positivo que ha tenido Bolivia durante varios años, pero que ahora requiere ajustes.
El domingo, los bolivianos decidirán en las urnas si confían una vez más en él para hacerlos o si prefieren la alternancia en el poder. Univisión de EEUU (www.univision.com)







EVO MORALES: "YA NO SOMOS UN PAÍS DE MENDIGOS"

Revista Financial Times de Londres (www.ft.com)

Evo Morales pule otra tira de chicharrón y se lame los dedos. El presidente en funciones más antiguo de América Latina parece estar saboreando no solo la montaña de carne de cerdo frita frente a nosotros, comido en un verdadero estilo de campaña con las manos desnudas, sino también la posibilidad de una posible y controvertida cuarta victoria electoral el domingo. Estamos sentados en una mesa de metal oxidada, cercada por guardias, en una aldea remota en el centro de Bolivia donde el joven de 59 años acaba de pronunciar un discurso ardiente. Como es habitual en estas partes, la recepción fue cálida. "La gente me dice," Evo, si lo haces bien, lo haremos bien ", me dice.
Todos, desde los votantes hasta los ministros y los enemigos, lo llaman "Evo". He estado con él desde el amanecer, cuando comenzó su día en la capital, La Paz. Condujimos a la cercana El Alto, donde se dirigió a un grupo de jóvenes de su partido Movimiento para el Socialismo (MAS), antes de abordar el avión presidencial para volar 200 km al sureste hacia Oruro. Luego fue en helicóptero a la aldea de Caracollo, donde inauguró una carretera y tomó el volante de un Land Cruiser durante dos horas para probarlo él mismo. Cuando nos detuvimos en las casetas de peaje, pagó con dinero de su propio bolsillo. En el camino, la gente le regaló ponchos, sombreros y guirnaldas de flores, papas y hojas de coca. "Evo no se cansa" o "Evo no se cansa", emitió una melodía de campaña en la radio de su automóvil. Es verdad.
En casi todas las paradas que hicimos, la gente nos ofreció cuencos de quinua con queso fresco rallado. "¿Te apetece almorzar con un periódico" gringo "?", Bromeó Morales. "La quinua es buena, te dará energía". Me pregunto si el presidente campesino es plenamente consciente de la moda de la quinua que actualmente se extiende por los Estados Unidos y Europa capitalistas.
Son pasadas las 3pm antes de que finalmente nos detengamos para almorzar, preparados en un puesto de campaña bajo una lona azul. Cuando nos ve venir, una mujer quechua vestida con un delantal rosa y un sombrero de mezclilla saca un chorrito de carne de cerdo de una olla profunda de aluminio y lo pone en una bandeja de plástico, entusiasmada de poder servir comida a "mi hermano presidente ".
"¡Come, come!", Dice Morales. "Veamos si puedes seguir el ritmo, porque tenemos otra actividad [por venir]". Él se ríe de mi agotamiento y señala las ampollas sangrantes en sus pies, que han estado expuestas durante la mayor parte del día en el agudo frío andino: "Tengo que usar sandalias porque he estado demasiado cerca". con mis pesadas botas Blundstone.
Morales está acostumbrado a trabajar duro. A los cinco años, ya estaba pastoreando llamas en la meseta fría de la Orinoca, en el oeste de Bolivia. Ha sido trompetista, cocalero y sindicalista combativo. En 2006, cuando asumió el cargo de primer presidente indígena de Bolivia, fue un momento histórico: con una túnica adecuada para un emperador, recibió al personal del jefe en las ruinas pre-incas de Tiwanaku.
Como reportero, lo he estado siguiendo desde entonces. Tal ha sido su influencia como presidente que muchas personas de todo el espectro político lo describen como el equivalente de Bolivia al Mustafa Kemal Ataturk de Turquía, alguien que "refundó" una nación. Morales es uno de los sobrevivientes de la "Marea Rosada" de América Latina de los gobiernos de izquierda que dominaron la región hasta hace cinco años, y solo unas pocas horas en su compañía son suficientes para demostrar que sus instintos como populista siguen siendo agudos. Pero mientras se prepara para enfrentar a los votantes nuevamente el 20 de octubre, su aura de invencibilidad comienza a desvanecerse, y un número creciente de críticos teme que su país se esté inclinando hacia la autocracia.
Estoy ansioso por descubrir qué ha cambiado desde una conversación que tuvimos en 2014, poco después de que él ganó su tercer mandato, cuando me dijo que no planeaba encontrar una forma de evitar los límites constitucionales para buscar un cuarto. En cambio, dijo, dedicaría su tiempo a sus dos pasiones fuera de la política, jugar al fútbol y cultivar coca, la materia prima de la cocaína, pero un estimulante andino suave y tradicional en su forma no procesada. Tres años más tarde, durante una visita oficial del viejo hombre fuerte de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, se informó en los medios locales que Morales le preguntó al líder golpista convertido en presidente de cuatro décadas cómo ganar las elecciones con el 90 por ciento de los votos. "¿Qué te dijo?" Morales desvía hábilmente: "Recuerdo la pregunta", dice. "No recuerdo la respuesta".


Atacamos la carne de cerdo, crujiente por fuera, tierna por dentro, grasienta y sabrosa en todas partes, y sorbemos el jugo de piña de grandes vasos de plástico. Detrás de nosotros, los partidarios cantan "¡Evo para siempre!" Es una referencia a la disputa constitucional en 2016, cuando Morales perdió por poco un referéndum para permitirle presentarse por cuarta vez. Sin inmutarse, sin embargo, su partido argumentó que los límites de los términos violaban la Convención Americana sobre Derechos Humanos. El tribunal constitucional de Bolivia estuvo de acuerdo. Muchos votantes bolivianos, comprensiblemente, ahora se sienten engañados. ¿Siente que es legítimo volver a correr? "Esto no fue un invento de Bolivia, ni un invento de Evo", responde.
Aunque Morales me dice que está corriendo nuevamente porque es una "solicitud del pueblo boliviano", un número creciente de bolivianos no lo quiere en el cargo por cinco años más. Las últimas encuestas sugieren que está por delante de su contendiente más cercano, sin embargo, no está claro si el margen será lo suficientemente grande como para evitar una segunda vuelta en diciembre. Los críticos argumentan que su ego se está descontrolando, lo que se refleja en la construcción de un nuevo palacio presidencial de 25 pisos en La Paz y un museo en su lugar de nacimiento para honrarlo. Pero rechaza la idea de que ha crecido un culto a la personalidad en torno a su presidencia. "Todavía soy un hombre humilde, nada ha cambiado, puedes juzgar por ti mismo", dice.
En 1994, mientras era jefe del sindicato de productores de hoja de coca, Morales fue arrestado por agentes antidrogas entrenados en Estados Unidos. "Malditos indios", gritaron mientras lo golpeaban. Una vez me dijo que, de niño, aprendió tres reglas básicas de la vida andina: ama sua (no robar), ama quella (no seas perezosa) y ama llulla (no mientas), y agregó que en la edad adulta aprendió uno más: ama llunk'u (no seas servil). Esa es probablemente la razón por la que golpea a sus oponentes como perros falderos del "imperio norteamericano". Como siempre, su rostro se pone rígido cuando habla de los Estados Unidos. ¿Qué piensa él de Donald Trump? "Es más servil al capitalismo que sus predecesores", dice Morales. "Trump está dañando a su pueblo y, más fundamentalmente, a la vida y la humanidad".
Como Morales me reprende por no comer tanto como él, recurro a la economía, que está en el centro de su campaña presidencial. A pesar de los problemas habituales que acompañan a la regla larga (corrupción creciente, sicofanía del círculo interno, deudas crecientes y déficits cada vez mayores), se ha manejado razonablemente bien durante gran parte de su tiempo en el cargo. Entendió, a diferencia de Hugo Chávez en Venezuela o Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, que un crecimiento saludable le otorgaría una valiosa autonomía. “Sin ser economista, he aprendido cuándo subsidiar y cuándo levantar el subsidio. También debemos saber cuándo regular el precio de los servicios básicos como el agua y las telecomunicaciones. Por eso estamos mejor que nuestros vecinos ".
La crítica está dirigida no solo a su aliado socialista venezolano Nicolás Maduro, sino también al comerciante libre Mauricio Macri en Argentina, con quien Morales se lleva bien "a pesar de las diferencias ideológicas". Macri está luchando con los enemigos familiares de la economía de su país (devaluación e inflación) y puede perder en las elecciones del 27 de octubre. Le digo a Morales que nací en Buenos Aires, hogar de decenas de miles de migrantes bolivianos. Se ríe y dice que muchos volverán a Bolivia. La población indígena boliviana ha sido asociada con la pobreza por los argentinos centrados en Europa. Pero la situación ha cambiado, dice Morales, y "ahora estamos mejor que ellos".
Hoy está más aislado que cuando lo abrazaban gente como Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y Rafael Correa de Ecuador. Sin embargo, siente una oportunidad en la humillación de un gobierno vecino favorable al mercado y está esperando el regreso de los aliados socialistas en Argentina. ¿Su receta para ganar tantas elecciones? “La economía es lo primero. Los gobiernos necesitan equilibrar el crecimiento sin descuidar las inversiones sociales y públicas ”, dice.
Tomo otro bocado de carne de cerdo y le pregunto sobre los derechos indígenas. Morales, una etnia aymara, ha otorgado muchos derechos a la mayoría amerindia, trayendo estabilidad a un país gobernado por sus habitantes blancos y mestizos. La servidumbre se abolió en 1945 y hasta 1952 se prohibió a los indígenas entrar en la plaza fuera del palacio presidencial. "Nunca habrá igualdad total, pero debe haber algo de igualdad", me dice.
Sin embargo, Morales está lejos de ser un liberal. Los críticos dicen que el MAS controla el Congreso y un pequeño imperio mediático, y domina las cortes. Si completa otro mandato, habrá sido presidente durante 20 años. Tal vez es por eso que profesa admiración por los autócratas y populistas de larga data, incluidos los que llama los nuevos "amigos" de Bolivia: Vladimir Putin de Rusia, Recep Tayyip Erdogan de Turquía y Xi Jinping de China. "Bolivia no está sola", dice, tomando un sorbo de jugo de piña.
Puede que no sea. Pero los críticos argumentan que desperdició la oportunidad de convertirse en un andino Nelson Mandela, un líder nacional que trató de unificar un país dividido por el racismo, convirtiéndose en una figura similar a Paul Kagame, construyendo una economía próspera pero a expensas de algunos derechos democráticos. . Los partidarios responden que puso fin a cinco siglos de opresión contra los pueblos indígenas. A raíz de los altos precios de los productos básicos, instituyó obras públicas y esquemas de transferencia de efectivo que redujeron las tasas de pobreza casi a la mitad durante su tiempo en el cargo. "Hoy tenemos un estado con dignidad e identidad", dice. Entonces, ¿por qué tiene derecho a ser presidente nuevamente? Porque "la política no es una profesión, es pasión por la gente", dice.
Eso puede explicar por qué Morales admite que todavía se siente incómodo en las cumbres. “Les digo que cuando hay cumbres de jefes de estado, hay reuniones preliminares, nos reunimos en una sala, algunos presidentes solo hablan de negocios, a veces de sus propios negocios, y no de su gente. Es extraño ". Morales siente que sus políticas de redistribución de los ingresos clave del gas y la renacionalización de la industria energética, entre otras, están teniendo eco en algunos rincones de la Gran Bretaña de hoy. "Estamos defendiendo los derechos colectivos, no individuales, en eso estamos por delante de los europeos", dijo.
Jeremy Corbyn, el líder laborista británico, ha dicho que uno de los países que más admira es Bolivia. "Se está inspirando en nuestras políticas, con la nacionalización propuesta de los ferrocarriles y la energía, por ejemplo", dice Morales, riendo mientras mi bolígrafo se desliza de mis dedos grasientos. "Será bienvenido aquí". Morales agrega que estaría dispuesto a llevar a Corbyn a la región de Chapare, donde se
cultiva coca en Bolivia. “¿Entonces puedes enseñarle a masticar coca?”, Le pregunto. "Será un placer para mí y para él". Más tarde en el día, Morales me enseña a masticar correctamente las "hojas sagradas", doblando cuidadosamente algunas y colocándolas entre sus dientes inferiores y la mejilla.
Nuestro enfoque se rompe con la llegada de los miembros del partido, incluida la alcaldesa local, vestida con el atuendo tradicional andino de bombín y falda con volantes. Resulta, para mi sorpresa, que nos ha estado esperando en su casa con un banquete de cuy frito o cuy. Cuando nos levantamos de la mesa, Morales le pide efectivo a uno de sus asesores para pagarle al cocinero. Le pido que me permita liquidar la factura de acuerdo con Lunch con la costumbre de FT, algo que su ministro de comunicaciones me había advertido que sería difícil. "El argentino-gringo quiere pagar, doña", se ríe Morales, y le entrego una nota de Bs100 ($ 14). Nos apresuramos a través de una multitud de simpatizantes a la casa del alcalde.
Querías almorzar conmigo, ahora tienes que volver a comer ”, dice Morales cuando llegamos. Lleno del chicharrón, solo puedo manejar una baqueta frágil. El presidente ni siquiera toca la delicadeza local, sino que se pierde en una historia sobre cómo enfureció al cubano Fidel Castro poco después de ganar sus primeras elecciones. Antes de embarcarse en una gira vertiginosa por América Latina, Europa, Asia y África con su característico suéter a rayas, "el que tenía a mano", fue llamado por el difunto líder cubano. "Evo, no puedes volar en un avión comercial, te enviaré mi avión de fabricación rusa", dijo Castro. Morales declinó, preocupado por quién pagaría el combustible. "No podía aceptarlo", dijo. Entonces Chávez llamó para insistir, y cedió a sus mentores.
Hoy, tiene medios de transporte más que suficientes para cruzar. "Ya no somos un país de mendigos", me dice. Sus asesores dicen que, en promedio, el presidente visita al menos tres ciudades, pueblos o aldeas bolivianas por día. "Siento que no he cambiado. Sigo estando con la gente aquí y allá. Aunque, antes, me quedaba despierto hasta tarde, bailando, bebiendo cerveza, no tengo tiempo ahora ", dice. (Me dice que una vez, cuando era joven, tuvo que empeñar su trompeta para pagar las cervezas que bebió durante una larga noche afuera; tan pronto como ganó algo de dinero, volvió a por ella). Sin romper la tradición, luego, nos apresuramos al helicóptero para volar a otro rendimiento de la campaña. Cuando saltamos, Morales se frota las ampollas y las muecas.
Recuerdo que me dijo que la política era "una ciencia de sacrificio para la gente". Las ampollas parecen dar testimonio de eso. "Mi gran deseo", agregó, era retirarse y regresar a un área no muy lejos de aquí para "recordar todo por lo que habíamos luchado". Lo escuché hace cinco años. Ahora agrega que ha cedido a la "solicitud" de la gente de que sirva cinco años más en el cargo. ¿Está convencido de que la gente todavía está con él? "Siento que podría estar equivocado, pero soy optimista", responde. De hecho, puede ganar de nuevo. Pero su victoria del domingo está lejos de estar asegurada, la presidencia recibió un premio como con los dedos grasientos de cerdo frito.





ALVARO GARCÍA LINERA: “NUESTRO MODELO ECONÓMICO COMBINA GLOBALIZACIÓN DONDE NOS CONVIENE Y PROTECCIONISMO DONDE NECESITAMOS”
                                                                                                                 
El vicepresidente de Bolivia confía en que Evo Morales ganará este domingo, amparado por los números de la economía.

El Clarín de Argentina ()www.clarin.com)
                                                                
Dejó de llover -por poco tiempo, se verá luego- y el sol asoma entre las nubes plateadas. Un enjambre de autos y camionetas zigzaguea por las calles empinadas del centro de La Paz y el olor a pollo frito de los locales de comida se mezcla con el del humo que despiden algunos de los minibuses que circulan atiborrados de gente. Ya cerraron las campañas y rige la veda electoral para las presidenciales de este domingo en Bolivia. La ciudad sigue su ritmo habitual luego de unos días tensos, con acusaciones cruzadas entre el gobierno y la oposición y algunos episodios de violencia en regiones como Potosí y Santa Cruz de la Sierra. El vicepresidente Alvaro García Linera sin embargo minimiza los conflictos y confía en que el Movimiento al Socialismo ganará en primera vuelta y seguirá en el poder cinco años más. “Mientras la economía va bien, la política también va bien”, explica.
García Linera, un ex guerrillero que se define marxista y se ha dedicado a los estudios de sociología y filosofía, acompaña al presidente Evo Morales​ desde su primer mandato. Y aunque se lo ha mencionado como un posible sucesor, rechaza la sugerencia. En medio de una jornada maratónica de reuniones y entrevistas, recibió este jueves a Clarín en el palacio de la Vicepresidencia, en la equina de Mercado y Ayacucho, a dos cuadras de la Gran Casa del Pueblo, la enorme torre vidriada inaugurada pocos meses atrás como nueva sede del gobierno, justo detrás del histórico Palacio Quemado. Y aunque no está claro si el oficialismo logrará el 50% de los votos -o el 40% y 10 puntos de ventaja sobre el segundo candidato- necesarios para evitar una segunda vuelta, el vicepresidente se muestra confiado.
-Este último tramo de la campaña ha sido tenso, con algunos episodios de violencia...
-Son tensiones políticas que no son extraordinarias. Me acuerdo que en la campaña de 2014 tuvimos un bloqueo de caminos de una mina estatal, con heridos. Es que algunos sectores creen que pocos días antes de las elecciones es un buen momento para presionar al gobierno para obtener cosas rápidas. Creen que un gobierno, por obtener votos, cederá fácilmente. Eso sucede cuando los gobiernos son débiles, no cuando son fuertes y tienen una mirada de los tiempos estatales por encima de los tiempos electorales. Ha habido un conjunto de movilizaciones ha habido violencia de algunos sectores minoritarios, pero no diferente a lo que ocurre con frecuencia en días previos a las elecciones.
-Las últimas encuestas muestran una ventaja del presidente Evo Morales pero no está claro si deberá ir a una segunda vuelta con el ex presidente Carlos Mesa, que aparece en segundo lugar. ¿Qué perspectivas tiene?
-Creo que independientemente de encuestas más o menos serias, en todas hay una tendencia a una victoria en primera vuelta del MAS. La última es la que se publicó el domingo, la de Ipsos, que nos coloca con 40 a 22%. Todas las encuestas sin excepción, aun las hechas por la oposición nos dan mayoría absoluta en la cámara de senadores y en la de diputados. La duda es si logramos mantener los dos tercios que tenemos actualmente. Nos estamos esforzando por llegar a la votación de los dos tercios.
-¿Por qué tanto interés en obtener los dos tercios?
-Nuestro interés es tener mayoría absoluta en ambas cámaras, si no usted tiene un gobierno dividido. Es lo que nos pasó en 2006. Teníamos el Ejecutivo, que ganamos por 54%, teníamos la cámara de diputados pero el Senado estaba en manos opositoras. Y fue una gestión complicada para aprobar leyes. El presidente Evo tuvo que marchar, hacer huelgas de hambre para aprobar lar renta para las personas mayores a 60 años. Cuando usted tiene un gobierno dividido, la gestión se torna más lenta y más complicada.
-En las últimas semanas se han hecho cabildos que llamaron a no reconocer la victoria de Evo Morales. Consideran que su candidatura no es legítima, ya que en el referéndum de febrero de 2016 una mayoría rechazó una nueva reelección del presidente.
-A excepción del cabildo de Santa Cruz, son las fuerzas opositoras que ya saben que van a perder y abren el paraguas. El cabildo de Santa Cruz tiene otra connotación, ahí sí ha habido una masiva movilización que ha expresado otro tipo de malestar. No han estado solo los representantes de los partidos, sino que ha habido ciudadanía, clases medias. Es un hecho social, hay un malestar de sectores propietarios que son un llamado de atención para el gobierno y así lo hemos visto.
-¿Por qué?
-Nosotros venimos de una base más campesina obrera, de inicio. Luego logramos encontrar acuerdos con el sector agroindustrial cruceño que es el núcleo de la economía cruceña. Y hemos avanzado bastante, pero dejamos de lado a los interlocutores de otros sectores, como construcción, servicios, hotelería, comercio. Son otros sectores de clase media o media alta que forman parte de la nueva Santa Cruz. Ahí quizás no hemos tenido la suficiente habilidad para encontrar o entender sus preocupaciones y esa fuerza es la que ha logrado canalizar un malestar en el Cabildo. Ese sí merece un tratamiento distinto. 
-¿Usted cree que una eventual victoria de Evo Morales este domingo puede derivar en hechos de violencia, en un desafío mayor de los sectores opositores?
-No creo. Pero en todo caso, desde que hemos llegado al gobierno sabemos que la gobernabilidad tiene dos pilares: la que se logra con el voto en el Parlamento y la que logramos en las calles. En los cierres de campaña hemos mostrado a todos que las calles siguen siendo nuestras.
-Varios analistas coinciden en que la popularidad de Evo Morales ya no es la misma de hace unos años, sobre todo por esta nueva postulación, que desoye el referéndum de 2016.
-Es posible que este tema del referéndum pese en la reflexión o en la actitud de ciertos sectores de clase media tradicional. Pero creo que no tiene un efecto importante en los sectores populares del país, urbanos y rurales, por un hecho fundamental: mientras la economía va bien, la política también va bien. Eso es clave.
-Es cierto que Bolivia ha tenido un enorme crecimiento económico y una gran estabilidad política. Pero esa bonanza empieza a debilitarse. Los precios de las materias primas caen, algunos contratos de venta de gas vencen. Crece el déficit fiscal... Se ven señales no tan positivas.
-Algunos sectores opositores han visto señales de alarma desde que asumimos. Primero que no iba a haber inversiones extranjeras por la nacionalización de los hidrocarburos. Y eso nos iba a llevar al precipicio. Cuando vieron que hicimos nuevos contratos con las petroleras, entonces la preocupación era la inflación. Cuando esa idea pasó de moda, se quedaron tranquilos un par de años, luego nos dijeron que la crisis mundial iba a llevarnos al despeñadero. De hecho el petróleo cayó de 140 dolares a 28 y el estaño que exportamos cayó de 12 dólares a 7 la libra. También la soja... Y seguimos creciendo pese a todo. Pese a la recesión mundial, la economía ha crecido por encima del 4% anual. Ahora entonces el problema es el déficit. Ciertamente hay un contexto internacional que reduce las oportunidades. Pero lo que no entienden esos críticos es que la economía boliviana se mueve con dos motores, el mercado externo y el mercado interno. Ese ha sido el aporte macroeconómico de nuestra experiencia. Allá donde hay oportunidades, exportar todo lo que se pueda. Antes exportábamos 2.200 millones de dólares, ahora exportamos 10.000 millones, casi 5 veces más. Pero allí donde se pueda, proteger. Tenemos un modelo económico muy heterodoxo. Y combina globalización donde nos conviene y proteccionismo donde necesitamos. No nos hemos aferrado a ninguna de las dos opciones. Hemos tomado medidas de sustitución de importaciones. Vamos a exportar más todavía. Vamos a exportar litio, derivados de la petroquímica. Estamos empezando a sustituir importaciones de combustibles, usando biodiesel, o de cemento, que antes importábamos de Perú y estamos comenzando a producir. Aprovechando las libertades comerciales para vender nuestros productos a donde se pueda. Estos son los mecanismos que permiten que con precios altos y con precios bajos, la economía haya mantenido una estabilidad ascendente. Y para los siguientes años tenemos la misma lógica de movernos en este complejo mundo donde se han roto los paradigmas del destino final de la humanidad, movernos de manera muy práctica y muy pragmática.
-El gobierno del Movimiento al Socialismo ha sido en lo económico muy capitalista...
-Pero un capitalismo sometido a justicia y a igualdad. Los bancos han crecido, los ahorros han crecido mire, de 2.700 millones a 27.000 millones de dólares. Pero el 50% de la banca va al Estado para financiar la renta universal para los ancianos, la educación gratuita de los niños, y a la vez potenciar la economía tradicional agrícola o comunitaria mediante procesos de transformación y nuevas teconologías. Potenciamos el lado más social pero también aprovechamos el lado más capitalista imponiendo un conjunto de reglas tributarias que hacen que el excedente pueda ser transferido hacia los sectores más vulnerables. Hay sectores modernos, capitalistas, pero con una tasa impositiva muy elevada. Hemos sacado de la extrema pobreza al 30% de la población. Y nuestro reto es en los próximos cinco años sacar a 10% más para quedarnos con una cifra de 5%.
-Vuelvo a la pregunta sobre el malestar que genera esta nueva postulación de Evo Morales... ¿Por qué el MAS no presentó otro candidato?
-Puedo responderle legalmente y luego políticamente. Legalmente, el referéndum fue hecho para reformar un artículo constitucional. La gente dijo no, por mínimo porcentaje pero dijo no. Ese articulo sigue en la Constitución, no se ha modificado. Pero ese artículo,161, entra en colisión con otro artículo de la Constitución, el artículo 13, que dice que los tratados internacionales que Bolivia firma en materia de derechos humanos están por encima de la Constitución. Y hay tratados que avalan la posibilidad de que una persona pueda repostularse. Entonces hay un órgano llamado a resolver: el Tribunal Constitucional, que decidió que había que respetar ese derecho. Ahora la respuesta política: en momentos excepcionales las clases populares se unifican. Y en estos años lo han hecho en la figura de Evo. Las clases populares, indígenas, campesinas, obreras, que por lo general están fragmentadas y optando por muchos caminos, en su condición de subalternidad se cohesionan tras la insurrección de 2003, 2004 y personifican su unificación en Evo. ¿No le parece sensato que esas clases subalternas busquen reiteradas veces pelear por su unificación y su cohesión mediante la oportunidad de que su candidato siga optando al voto del pueblo?
-¿No se convierte en un culto a la personalidad?
-En las revoluciones verdaderas en las sociedades, y ustedes lo saben bien con Perón, la gente personifica sus acciones. No hay transformación y revolución verdadera que no personifique los logros en términos de unificación. Y en el caso de Bolivia ha sucedido esto. Una combinación excepcional de acciones colectivas que transforman el Estado y se personifican. Y en este caso es Evo. Y entonces por qué no pelear para que este esfuerzo logrado tenga la oportunidad de volver a postularse. Al fin y al cabo, lo que va a decidir va a ser el voto de las personas.
-Si el presidente no gana este domingo, es posible que en una segunda vuelta la oposición se una y logre una victoria...
-Entre enero y junio, las encuestas decían que en una segunda vuelta ganaba la oposición. Ahora las encuestas nos dan ganadores. Confiamos que hay un voto escondido, votantes del MAS que no lo dicen en las encuestas, pero luego nos votan. Confiamos en que tendremos una victoria en primera vuelta.
-Qué harán si pierden?
-Lo que hicimos siempre, seguir peleando por los intereses de la gente más pobre, con ideas, con propuestas. Ahora todos se unen para que no entre Evo, que se vaya el indio. Pero no hay propuestas.






EL MILAGRO DE EVO: "13 AÑOS DE GOBIERNO Y DOS TERCIOS DE LA POBLACIÓN APLAUDE LA GESTIÓN ECONÓMICA"
                                                                   
"Vamos a darle una paliza a los neoliberales", dijo Evo Morales ante las 300.000 personas que asistieron al cierre de la campaña del Movimiento al Socialismo (MAS), de cara a la primera vuelta del 20 de octubre. Por su parte, el expresidente Carlos Mesa, del Movimiento Comunidad Ciudadana, prometió que si gana transformará radicalmente al país.

Sputnik News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)
                                                                                 
Si el próximo domingo Morales supera el 50% de los votos u obtiene al menos 40% y aventaja en 10 puntos a su rival más cercano, no habrá segunda vuelta el 15 de diciembre. En ese caso, se consolidaría como el presidente democrático de mayor duración en su país y en toda la región.
Por el momento casi todas las encuestas le dan una intención de voto que supera el 30% y en algunas ronda el 40%. En todas figura por encima de Carlos Mesa, que obtendría entre 22 y 28% de respaldo.
En tercer lugar figura el senador opositor Óscar Ortiz de la alianza Bolivia Dice No, con 10% de la preferencia y cuarto, con 6%, se posiciona el pastor presbiteriano coreano-boliviano Chi Hyun Chung, del Partido Demócrata Cristiano.
Las restantes cinco candidaturas no superan el 3% de intención de voto, el mínimo exigido a los partidos para acceder a la distribución parlamentaria.
Este domingo también se eligen los 130 diputados y los 36 senadores para el período gubernamental 2020-2025.
Un país, dos modelos
El analista del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, Sergio Pascual, resumió a Sputnik desde el país suramericano las propuestas de los dos principales candidatos.
"Cuando fue presidente, Mesa (2003-2005) apostaba por la privatización de los recursos naturales y fue parte de una represión brutal a los movimientos populares que se levantaron contra la venta del gas a Chile en ese momento", señaló el entrevistado.
El opositor "forma parte de una derecha que cuando empieza a perder pie y ninguna encuesta le da posibilidad de segunda vuelta se gira rápidamente al autoritarismo; representa una derecha de débiles convicciones democráticas", consideró Pascual.
El proyecto de Mesa se basa "en un programa económico que fracasó en el pasado en Bolivia (...) y que ya estamos viendo que lo ha hecho en Argentina y en Ecuador", agregó.
En contraposición, Morales, "el indígena que llegó al poder" en 2006, incluyó desde el vamos en su proyecto a la población que "había estado olvidada desde hace siglos, desde la época de la invasión española".
"En materia de política económica es valiente y le dice a las poderosas transnacionales carburíferas que en Bolivia hay que dejar al menos 82% de lo que se extraiga", opinó el analista.
Recordó que tras las protestas iniciales y las amenazas de juicio, todas esas transnacionales "acabaron firmando y el país hoy es más rico, casi 74.000 millones de dólares ganó con esa política".
Evo, un rara avis
Durante la campaña, Morales "planteó que durante todos estos años se ha conseguido universalizar el acceso a un mínimo de confort y de consumo en la sociedad boliviana, pero que todavía falta un salto adelante, que vendrá con el proceso de industrialización", explicó el entrevistado.
"Es inusitado que después de 13 años de Gobierno nos encontremos con una población que en su 50% demuestra emociones positivas hacia el devenir del país", agregó Pascual, y destacó que solo uno de cada tres bolivianos se encuentra cansado del Gobierno de Evo.
"En el caso de argentina 70% se sentía harto, cansado o hastiado después de sólo cuatro años del espejismo neoliberal que han vivido", comparó el analista de CELAG.





EL EXTRAÑO FENÓMENO DE BOLIVIA: EVO MORALES, EL CAPITALISTA MENOS PENSADO
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             
El ex líder de los sindicalistas cocaleros logró, en casi 14 años de gobierno, un crecimiento económico inédito. Pero sus detractores denuncian su autoritarismo y censura. Claroscuros de un gobierno que busca eternizarse en el poder.

Clarín de Argentina (www.clarin.com)

Evo Morales contó muchas veces cómo de chico comía las cáscaras de naranjas y bananas que arrojaban por las ventanas los pasajeros de los micros cuando él cruzaba a pie de Oruro a Cochabamba, en el centro del país. Y soñaba con algún día poder él también viajar en esos ómnibus y tirar cáscaras de frutas. Ahora, luego de casi 14 años en el poder, pasa por allí en helicóptero o en avión y se enorgullece de haber sacado de la pobreza a millones de personas. Con el socialismo como bandera, el primer presidente indígena de Bolivia supo conducir la economía con pragmatismo y logró una transformación evidente en este país, riquísimo en recursos naturales pero que durante décadas fue el más pobre de América del Sur.
En la recta final de una enérgica campaña para una nueva reelección, el momento de esplendor del presidente comienza a apagarse y hoy ya no cuenta con los niveles de aprobación que le permitieron tres mandatos consecutivos. Este domingo, el ex sindicalista cocalero enfrenta un duro desafío en las urnas. Y, por primera vez desde 2006, el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) corre el riesgo de ser desplazado del poder.
Pero blandiendo las cifras de la economía, el oficialismo se ilusiona con una nueva victoria. Bajo su mandato, Morales llevó al país a un auge económico y a una estabilidad política y social inéditos en décadas, pese a que las medidas que anunció apenas llegó al Palacio Quemado -reemplazado pocos meses atrás por la "Casa Grande del Pueblo", la imponente nueva sede de gobierno- generaron una férrea resistencia. En especial, la nacionalización de hidrocarburos, que fue clave en estos años de bonanza económica.
Al ritmo de los altos precios de las materias primas –en especial el gas y el petróleo- hasta 2012, se construyeron y asfaltaron rutas, se mejoró el sistema de transporte, se renovaron aeropuertos, se puso en marcha un moderno teleférico en La Paz. La economía creció a un promedio del 4,5% anual y hasta se envió al espacio el primer satélite de Bolivia.
Días atrás, el Ministerio de Economía informó que Bolivia redujo la pobreza extrema en 23 puntos porcentuales entre 2005 y 2018, y se convirtió en el país sudamericano que más disminuyó este indicador.
Según la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) del Ministerio de Economía, la pobreza extrema descendió de 38,5% en 2005 a 15,2% en 2018. La pobreza moderada bajó de 60,6% a 34,6%.
Los datos son resultado, afirma el gobierno, de los programas sociales como el Bono Juancito Pinto entregado a los estudiantes, la Renta Dignidad para los mayores de 60 años y el Bono Juana Azurduy para mujeres embarazadas. A esto se suman los aumentos del salario mínimo por encima de la tasa de inflación y una serie de subsidios que hicieron que una gran masa de la población que antes era pobre se incorporara la clase media.
Bolivia "tiene buenos indicadores sociales, aumentó la esperanza de vida de la gente (a 70,7 años), en fin, todos los indicadores son algo impresionante (...), para que la gente pueda estar segura de que estamos avanzando por buen camino", se enorgullece el ministro de Economía, Luis Arce, en plena campaña.
A pesar de la caída del precio del petróleo, la economía del país creció el año pasado en 4,2%, uno de los índices más altos de la región, y se prevé una expansión del 4% para este año.
El boom de los commodities
“Estamos mejor que hace 10 o 15 años. Bolivia ha recibido mucho más dinero por la venta de sus productos, especialmente los hidrocarburos. Se ha redistribuido la riqueza con políticas sociales y se han logrado avances en inclusión social”, explica a Clarin el analista Carlos Cordero, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Mayor de San Andrés, en La Paz.
“El auge de las materias primas favoreció a toda Sudamérica, pero, de manera particular a Bolivia por ser una economía pequeña que gozó de un crecimiento proporcionalmente mayor de sus reservas internacionales respecto al PBI”, detalla a su vez el economista Alberto Bonadona Cossío, profesor e investigador asociado de la Universidad Católica Boliviana.
“El PBI creció en un promedio de 4,5% entre 2003 y 2014 y las reservas lo hicieron a una tasa promedio de 29% en similar período, y en un 34% entre 2003 y 2012. Este fenómeno es único en la historia de Bolivia, y le ha permitido gozar de una estabilidad económica excepcional”, remarca Bonadona. Además, agrega, “ha favorecido la expansión de su mercado interno con un gran crecimiento de la construcción de inmuebles y carreteras, del comercio formal y principalmente del informal”.
Sin embargo, señala, no se generó una base material productiva que permita ahora mantener ese nivel de reservas, cuando los precios de las materias primas caen a nivel global. Y esa bonanza comienza a decaer.
El déficit fiscal crece desde hace seis años y en 2018 se situó en torno al 7% del PBI. También cae la inversión privada y las reservas, mientras aumenta la deuda pública.
La nacionalización de los hidrocarburos, que Evo Morales anunció como la gran revolución de su gobierno, pocos meses después de asumir, generó una catarata de críticas y puso en pie de guerra a las empresas extranjeras que hasta entonces se habían llevado enormes beneficios vendiendo el gas boliviano. Pero la paz no tardó en llegar. Las petroleras, como la brasileña Petrobras, la española Repsol o la francesa Total, terminaron renegociando sus contratos y en estos años siguieron ampliando sus arcas con los recursos bolivianos. ¿Cómo ocurrió?
“Lo cierto es que en el sector hidrocarburos no hubo una nacionalización sino una migración de contratos que obligaron a las empresas productoras de gas a consolidar los resultados monetarios en la contabilidad de la empresa estatal YPFB”, explica Bonadona.
Las empresas “nacionalizadas” fueron compensadas en el primer gobierno de Evo con precios que se establecieron internacionalmente. “Esto hizo que las inversiones extranjeras en Bolivia lleguen a ser mayores en la etapa de Morales que en la etapa de mayor privatización de los años 90”, agrega el economista.
"Fue una nacionalización light", ilustra a su vez la politóloga Erika Brockman.
Discurso socialista, economía capitalista
Muy cercano a gobiernos de izquierda o centroizquierda en América Latina, desde la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro hasta los más moderados Michelle Bachelet, Pepe Mujica, Néstor Kirchner o Lula da Silva -otro ex sindicalista que fue pragmático en lo económico-, Evo Morales se ha acomodado sin conflictos a los gobiernos conservadores que llegaron a la Argentina, Chile y Brasil. 
Aunque los detractores de Morales lo vinculan en forma permanente con el modelo chavista de Venezuela, lo cierto es que el gobierno boliviano ha sido mucho más capitalista en lo económico. El vicepresidente Alvaro García Linera lo expuso claramente en una entrevista con Clarín en La Paz este jueves: "Tenemos un modelos económico muy heterodoxo. Combina globalización donde nos conviene y proteccionismo donde necesitamos. Es un capitalismo con fuerte presencia del Estado".
“Somos proteccionistas donde nos conviene y somos librecambistas donde necesitamos. Apostamos a las exportaciones donde nos conviene, protegemos nuestra industria y mercado interno donde necesitamos”.
Las mejoras en el panorama económico no fueron la única marca de este gobierno. Evo logró una estabilidad política que el país no había vivido en décadas. Tras la convulsionada caída de Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003 en medio de una revuelta popular y la agitada presidencia de Carlos Mesa -su principal contrincante en las elecciones de este domingo- que duró apenas dos años, el MAS logró apaciguar el malestar general.  
También ha habido “transformaciones importantes a nivel jurídico”, señala el analista Cordero. “La reforma constitucional de 2009 permitió una nueva distribución del poder. Se han producido cambios en la sociedad. Sectores antes desplazados ahora tienen representación en el Parlamento, en los gobiernos departamentales, en los municipios. La participación de los pueblos indígenas es predominante en áreas rurales. Ahora se ven mujeres con ‘polleras’ –la vestimenta típica de las indígenas aymaras- en la administración pública, como empleadas en los bancos”, describió.
La nueva Constitución consagró a Bolivia como un "Estado plurinacional" orientado a la integración indígena y una economía de base estatal. Fue el marco legal para la incorporación a la vida política de sectores históricamente marginados.
Pero el gobierno del MAS despertó el rechazo de una porción cada vez mayor de la población por su postura frente a las opiniones disidentes. “El gobierno ha utilizado el aparato judicial para silenciar a las voces críticas. El Estado ha tratado de censurar encuestas realizadas por las universidades que no los favorecen”, afirma Cordero.
El referéndum de 2016 y la reelección indefinida
Pero lo que desató más indignación fue la decisión del presidente de desoír a una mayoría de la población que, en un referéndum en 2016, le dijo No a la posibilidad de una nueva reelección. Fue la primera gran derrota de Evo en diez años de gobierno: el 51,33% votó por el No, contra el 48,67% que dijo sí.
Pero en noviembre de 2017, en una polémica decisión el Tribunal Constitucional de Bolivia admitió una demanda del oficialismo y autorizó la reelección indefinida del presidente, pese a que la Constitución afirma que el presidente puede ser reelecto por una sola vez de manera continua".
“La democracia es alternancia. Evo ya lleva tres períodos. La ciudadanía se expresó en el referéndum. Este es un régimen no democrático, que se cree dueño del Estado y de la política”, opina Cordero. Y esta sensación está presente en una masa cada vez mayor de la población.
A esto se suman algunos casos de corrupción que han ensuciado al gobierno y a sus aliados. “El gobierno aseguraba que los indígenas eran la reserva moral. Pero se han desatado escándalos de corrupción que tocan a grupos indígenas”, dice a Clarín la politóloga Brockman. Y coincide en que lo que se le critica especialmente al gobierno es “no haber generado garantías constitucionales de separación de poderes. Es un gobierno autocrático, autoritario”.
Los últimos días de campaña han sido agitados. Las encuestas vaticinan una victoria de Evo, pero la gran incógnita es si alcanzará la mayoría necesaria para evitar una segunda vuelta, prevista para el 15 de diciembre y en la que sí podría ser derrotado.
El oficialismo confía en una amplia ventaja este domingo, pero la oposición ya habla de un posible fraude y amenaza con no reconocer un triunfo de Morales, que a su vez denuncia un intento de "golpe de Estado". Para evitar una segunda vuelta, Evo necesita obtener el 50% de los votos, o el 40% y 10 puntos de diferencia con el segundo. Y, según las encuestas, esos números son posibles pero no están asegurados.
Habrá que ver si el llamado "Evonomics" alcanza para cinco años más de Morales en el poder. 





¿HA SIDO EVO MORALES REALMENTE EL PRESIDENTE DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS?

Euronews dee España (www.es.euronews.com)
                                                                                                  
"Con este rito vamos a seguir haciendo llover para toda Bolivia". Es habitual ver a Evo Morales ataviado con los tradicionales poncho y chullo participando en ceremonias de los pueblos indígenas desde su elección como presidente del país andino en 2005.
Campesino de origen aymara y antiguo líder cocalero, Morales no solo se ha limitado a escenificar su apoyo a esta comunidad que representa el 62,2% de la población boliviana, sino que ha incorporado valores, instituciones y símbolos en la Constitución. Bajo su mandato como primer presidente indígena de América Latina, conceptos como la “Pachamama” (la madre tierra) y “Sumaj kawsay” (el buen vivir, en quechua) han entrado a formar parte del discurso político.
Según el Banco Mundial, Morales también ha mejorado el acceso de los indígenas a servicios públicos básicos como el alcantarillado o la electricidad y ha contribuido a que disminuyan sus niveles de pobreza.
Una encuesta realizada por Latinobarómetro muestra que el apoyo a la democracia entre los bolivianos aumentó un 71% en 2009, en parte debido a las políticas de inclusión de Morales. Pero, en 13 años de presidencia, han surgido voces críticas que cuestionan que su liderazgo no ha respetado los verdaderos valores indígenas.
“Morales, como presidente de Bolivia, es responsable de la violación sistemática de los derechos fundamentales que viven día sí y día también tantísimas comunidades indígenas en Bolivia”, dice a Euronews Laura de Luis de Survival International, quien critica los modelos económicos promovidos por el mandatario boliviano basados en el agronegocio y la ganadería.
Amnistía Internacional (AI) también expresa preocupación en torno a la garantía de los derechos humanos de los pueblos indígenas en Bolivia. Maria Jose Veramendi de AI señala el caso del pueblo indígena Tacana II, en aislamiento voluntario en la Amazonía boliviana. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recibió en 2016 una solicitud de medidas cautelares para proteger a esta comunidad, cuya supervivencia se vería afectada por la exploración petrolífera en su territorio. A día de hoy, esta petición aún no ha sido resuelta.
Otro ejemplo que cita Veramendi es cuando Morales anunció en 2011 la construcción de una carretera que cruzaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS), una de las principales reservas de agua del país y donde vivían aproximadamente 14.000 personas, la mayoría de ellas de comunidades indígenas. A pesar de las manifestaciones en contra del proyecto y del rechazo de las comunidades indígenas de la zona, el Gobierno no dio marcha atrás.
Reynaldo Flores Díaz, defensor de los Derechos Humanos, fue uno de los líderes de este movimiento y asegura a Euronews que al encontrar resistencia, el Estado boliviano “compró algunos líderes indígenas”.
Estos supuestos sobornos se enmarcan en uno de los mayores casos de corrupción de la historia reciente de Bolivia. Más de 200 personas están siendo procesadas por presunta corrupción del Fondo Indígena, por el que millones de dólares destinados al desarrollo de zonas indígenas acabaron en cuentas particulares, utilizados según el activista, para “comprar líderes” y así fragmentar y dividir la Amazonía.
Para Flores, el mandato de Morales ha mezclado a tres organizaciones con una visión antagónica del medioambiente y la tierra: el movimiento indígena, el colonialista y el campesino.
Flores defiende que no es posible su coexistencia porque en la visión indígena, la tierra pertenece a todas las comunidades, y en la campesina, la propiedad privada es fundamental. A su juicio el perdedor en estos conflictos de interés es siempre el indígena, “porque no tiene esos sindicatos que hacen aportes de recursos económicos”.
Por otra parte, el activista dice que las políticas de Morales respecto a las 36 naciones indígenas no son igualitarias y que el presidente boliviano está claramente beneficiando a la población aymara a la que él pertenece. “Practican la colonización territorial y cultural y eso ha traído mucho dolor a las culturas amazónicas que están desapareciendo”, indica.
La bandera "wiphala" fue reconocida como símbolo del Estado Boliviano en 2008, con sus rombos en los colores del arcoiris se ha establecido como un símbolo de las poblaciones indígenas en general, pero en realidad, representa históricamente a las comunidades de los Andes, obviando que en Bolivia, también existen otros pueblos indígenas.
Flores cita el ejemplo de los Yuqui, una etnia presente entre Cochabamba y Santa Cruz que ahora se encuentra en peligro de desaparición por la introducción del cultivo de coca.
La producción de esta hoja ancestral se ha multiplicado durante el mandato de Morales. El Congreso de Bolivia autorizó en 2017 a expender de 12.000 a 22.000 hectáreas los campos de cultivo de coca. Sin embargo, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) afirmó que 24.500 fueron registradas en 2017.
Desde el pasado mes de agosto, los incendios han asolado más de cinco millones de hectáreas, la selva boliviana atraviesa una crisis medioambiental sin precedentes y las comunidades indígenas sufren las consecuencias.
Para recuperar la riqueza de esos territorios se necesita una inversión millonaria que, según Flores Díaz, el Gobierno no estará dispuesto a hacer. Explica que ni siquiera se ha modificado el decreto que permite “los asentamientos y las quemas indiscriminadas” en la región. Pero, “esos nuevos asentamientos se pagan con el voto en las elecciones”, denuncia. “Son estrategias políticas para llegar a zonas y territorios donde al actual partido le ha sido difícil llegar”.
A nivel internacional la imagen de Evo Morales es distinta. “No tiene esa cosmovisión indígena de la preservación del medioambiente, pero tiene un buen discurso”, afirma Flores. El presidente boliviano ha puesto voz a las luchas de los pueblos indígenas en grandes eventos mundiales. Por ejemplo, el pasado mes de febrero fue el principal orador de la ceremonia en la Asamblea General de la ONU para preservar las lenguas indígenas.
Pero, aunque se siga presentando como el presidente indígena, sus políticas sobre el compromiso que tiene con los pueblos originarios y la Pachamama son cada vez más cuestionadas.





DIEGO PARY RODRÍGUEZ: "LOS BOLIVIANOS NO DESEAN VOLVER AL PASADO"

Piensa Chile (www.piensachile.com)
                                      
«Antes se hablaba de las dos Bolivias: una Bolivia de los indígenas, los obreros, los campesinos y otra Bolivia, del sector empresarial, del sector más acomodado en el país. Con la Asamblea Constituyente de 2006 se logra unir a todo el pueblo boliviano y hacer que cada boliviana y boliviano se sienta identificado con su Estado”,  afirmó Diego Pary Rodríguez, canciller boliviano en diálogo con el Foro de Comunicación para la Integración de Nuestra América.
A muy pocos días de las elecciones generales en Bolivia, el Foro de Comunicación para la Integración de NuestrAmérica entrevistó al Ministro de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia Diego Pary Rodríguez. El diálogo tuvo lugar en los estudios centrales del Sistema Nacional de Radios de Pueblos Originarios en conexión con Quito y Córdoba y fue retransmitida para toda América Latina a través de la red de ALER.
Política exterior e Integración regional
La conversación se inició con la consulta sobre los logros más sobresalientes de la política exterior de Bolivia durante el gobierno de Evo Morales.
El canciller de Bolivia indicó que la “contribución más importante ha sido la de poder crear, construir, una política exterior independiente, digna, con identidad propia y soberana”. Bolivia no es más un mero acompañante de las posiciones hegemónicas de otros países en el mundo sino que propone, participa y es parte de las decisiones en los diferentes foros multilaterales.
La diplomacia boliviana es capaz de dialogar y trabajar no sólo con quienes coinciden con nuestras posturas ideológicas, sino también con aquellos que no comparten nuestra visión. De allí que Bolivia se ha convertido en una bisagra para la integración sudamericana y latinoamericana, por esa capacidad de articular en base a intereses comunes de los pueblos, agregó Pary.
En relación al futuro de UNASUR, y más específicamente con relación a versiones sobre un posible traslado de la Secretaría General a Bolivia, el diplomático dijo que es cierto que la Unasur atraviesa dificultades en este momento debido a la decisión de algunos países de no participar, “pero también sabemos que los organismos internacionales nunca mueren.”
Afirmó además que UNASUR está vigente y en el momento en que haya un cambio en la región y los países miembros decidan retomar su funcionamiento, UNASUR volverá a articular a todos los Estados suramericanos. “Es uno de los organismos que se han creado para integrar a nuestros pueblos sudamericanos y en ese marco seguiremos apoyando y promoviendo que los pueblos de la región se puedan integrar, se puedan unir.”
Respecto al tema de la Secretaría General “es un tema que se deberá discutir, si es que su sede original ya no ofrece condiciones”. A la fecha, el único Estado miembro que ha denunciado el Tratado Constitutivo de UNASUR es Colombia. A pesar de que algunos otros no participan y la SG no está en funcionamiento, UNASUR tiene vigencia, remarcó el ministro.
Con referencia los posibles problemas para la cooperación que suscita un Brasil gobernado por la derecha ultraconservadora y ultraliberal, el canciller precisó que más allá de las diferencias ideológicas, Bolivia mantiene una estrecha relación con Brasil. “Ellos tienen su visión, nosotros la nuestra. Sin embargo, en temas de interés común hemos logrado coordinar”.
En relación a los efectos positivos para la integración que suponen la elección de México para ejercer la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños -CELAC- en 2020 y una muy probable victoria del candidato Fernández en Argentina, Pary manifestó que al tener México “un rol de liderazgo muy importante en Latinoamérica, eso permitirá tener o convocar a aquellos países que tenían algunas observaciones respecto al funcionamiento de la CELAC”.
“Esperamos en enero poder concretar la próxima cumbre de la CELAC para que se pueda realizar el traspaso de Bolivia hacia México”, concluyó el ministro.
Amazonía y Crisis climática
Ante la reciente crisis de incendios en la Amazonía que también afectaron a Bolivia, se consultó al canciller sobre las medidas para enfrentar esta situación tanto en lo nacional como en lo regional.
El canciller repuso que las afectaciones del cambio climático ya se están dejando ver. Mientras tanto, el acuerdo de París no termina de implementarse, los compromisos se están dejando esperar, y hay países que se están retirando del acuerdo intentando afectar su vigencia. Bolivia ha realizado foros internacionales y llevado la temática a Naciones Unidas, OEA y CELAC. Es destacable el esfuerzo de Francia en ese sentido.
También en el ámbito regional se hicieron diferentes reuniones como por ejemplo la convocada por Perú y Colombia en la ciudad fronteriza de Leticia, donde los presidentes acordaron una hoja de ruta y acordaron temas donde se puede trabajar.
En el ámbito nacional, Pary resaltó el esfuerzo realizado por el Gobierno boliviano para atender los incendios en la Chiquitanía contratando empresas especializadas y articulando la cooperación internacional, al par de disponer importantes contingentes de militares y voluntarios para apagar hasta los últimos focos de calor. En el contexto del momento político que vive Bolivia, en etapa previa a elecciones, se ha intentado utilizar la temática para afectar al gobierno a pesar de que la emergencia fue atendida con todo lo necesario.
Ahora ya está en plena implementación la fase pos-incendio para reforestar, recuperar los acuíferos, reinsertar a los animales de la región que han sido atendidos por especialistas y devolverle la vida a esta región.
“Creemos que la experiencia generada por Bolivia es algo que fácilmente se puede trasladar hacia el ámbito regional. Será muy importante tener un centro logístico contra desastres naturales en Sudamérica y Amazonía para que cuando se den este tipo de emergencias inmediatamente se pueda trabajar, reaccionar y puedan resolverse las dificultades que se vayan a presentar”, concluyó.
Elecciones
Se consultó también sobre los riesgos para Bolivia en la eventualidad que se produjera un regreso de la derecha, a lo que Diego Pary respondió enfáticamente que eso no sucederá “porque los movimientos sociales y el pueblo boliviano están comprometidos con las grandes transformaciones que ha tenido nuestro país”.
Bolivia ha logrado, sobre la base de un modelo político propio dejar atrás las bases de un Estado republicano, colonial, para convertirse en un Estado Plurinacional que incorpora a todos los sectores. “El pueblo boliviano impedirá que eso (el retorno de la derecha) suceda”.
Invitado por uno de los interlocutores periodísticos a profundizar sobre el escenario al que se enfrentaría Bolivia ante un hipotético escenario de segunda vuelta y un eventual triunfo del candidato opositor Mesa, Pary Rodríguez puntualizó que Bolivia ha vivido en la última década un escenario de gran estabilidad política, económica y social.
La hipótesis planteada acerca de un triunfo opositor significaría un regreso a tiempos de gran inestabilidad como los acaecidos entre 2000 y 2005 en los que Bolivia tuvo 5 presidentes distintos. “Ningún boliviano desea que volvamos al pasado”.
Además de la inestabilidad, el canciller precisó que esto sería volver a “una etapa donde los recursos naturales, las empresas estratégicas fueron privatizadas y los proyectos estratégicos del Estado como la industrialización fueron abandonados”.
Por último se inquirió al ministro sobre posibles aspectos autocríticos o flaquezas a corregir a futuro, en el caso de continuar Evo Morales en la presidencia a lo que respondió que primeramente hay que tener en cuenta que una historia de 500 años no es fácil de transformar en una década. Bolivia es el país que más crece en los últimos 6 años en la región, mientras que antes siempre estábamos en el penúltimo lugar.
“Pero un crecimiento económico no tiene sentido si esto no cambia la vida de las personas”, aseveró. Hizo mención a la significativa reducción de la extrema pobreza lograda en los últimos trece años con una disminución de 23 puntos porcentuales. “Ningún país en el mundo ha tenido un logro de esta naturaleza.” A ello agregó que más de tres millones, cerca de un tercio de la población, que estaban en situación de pobreza, hoy forman parte de la clase media, lo que constituye un cambio significativo. “Estas cifras nos muestran la gran transformación que se ha dado en el país”, reafirmó Pary.
A continuación el canciller mencionó el hecho de la Constituyente como un hito fundamental del que poco se habla. “Antes se hablaba de las dos Bolivias: una Bolivia de los indígenas, los obreros, los campesinos y otra Bolivia, del sector empresarial, del sector más acomodado en el país. En 2006 con la Asamblea Constituyente se logra unir a todo el pueblo boliviano. Hacer que cada boliviana y boliviano se sienta identificado con su Estado.” Este fue un aporte fundamental porque permitió cambiar la estructura del Estado. A partir de allí, medidas claves como la nacionalización de los recursos y las empresas estratégicas han contribuido al desarrollo y permitido que Bolivia hoy sea líder en crecimiento económico.
“Seguramente”, completó el ministro, “hay algunas debilidades, algunos temas que no han sido debidamente satisfechos y es en ese contexto que en estos próximos cinco años tenemos el gran desafío de la industrialización. No podemos seguir vendiendo materia prima, tenemos que transformarla y darle valor agregado. Hemos avanzado en la industrialización del gas. La proyección la tenemos con el litio. Bolivia es uno de los países que tiene la mayor riqueza de litio en el mundo y ese litio tiene que ser para proyectar a nuestro pueblo a un mayor desarrollo. Estamos seguros que en los próximos cinco años lo lograremos.”
Participaron de la entrevista el Sistema Nacional de Radios de los Pueblos Originarios, la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI), la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular (ALER), el colectivo ComunicaSul y la agencia internacional de noticias Pressenza.





EXPLICADOR: EL 'EVO' DE BOLIVIA: ¿ICONO SOCIALISTA O ASPIRANTE A DICTADOR?

Agencia Reuters de Londres (www.reuters.com)
                                                                                                                       
Bolivia acudirá a las urnas el domingo en una votación que definirá la era para consolidar a Evo Morales en el poder por un controvertido cuarto mandato o para desalojar al icónico líder de izquierda, que ha gobernado el sur sin litoral País americano por casi 14 años.
Morales, quien llegó al poder en 2006 prometiendo reforzar a los grupos indígenas marginados de Bolivia, lidera las encuestas de opinión antes de la votación del 20 de octubre. Pero su principal rival, Carlos Mesa, ha estado cerrando la brecha.
La elección, que se espera sea el desafío más difícil para el gobierno de Morales hasta ahora, ha provocado un debate sobre el presidente "Evo", como se le conoce a menudo. El sólido crecimiento económico lo ha convertido en un chico aficionado al socialismo, pero su desafío a los límites de mandato ha provocado protestas callejeras furiosas, y algunos lo han llamado "dictador".
"Estar en el poder durante más de una década ahora está comenzando a afectar al gobierno del presidente Evo Morales y su legitimidad", dijo Marcelo Arequipa, profesor de ciencias políticas en Bolivia. "Esta será una elección muy compleja".
Los encuestadores esperan que Morales gane la primera ronda, pero no una victoria absoluta, un escenario que llevaría a una segunda vuelta en diciembre.
Morales, quien ganó las dos elecciones anteriores con más del 60% de los votos, se enfrenta a una batalla más grande esta vez, con la ira popular por los límites de mandato también alimentada en las últimas semanas por lo que los críticos llamaron una respuesta lenta del gobierno a los devastadores incendios forestales.
El presidente indígena de 59 años debe recibir al menos el 40% de los votos y tener una ventaja de 10 puntos sobre el contendiente del segundo lugar para evitar una segunda vuelta, lo que algunas encuestas sugieren que incluso podría perder.
Algunos de la población indígena del país, que cuenta con más de 4 millones de personas, sienten que Morales ha perdido el contacto con la gente, incluso entre su propia tribu, los aymaras.
En las elecciones también se renovará el Congreso de dos escaños de 166 escaños del país para el período 2020-2025. Otros candidatos presidenciales incluyen el partido anti-Evo "Bolivia dice no" de Oscar Ortiz y Chi Hyun Chung del partido demócrata cristiano.
EVO MORALES
Morales ha estado en el poder continuo por más tiempo que cualquier otro líder permanente en América Latina, uno de una ola de líderes de izquierda que dominaron la política del continente a principios de siglo.
El antiguo pastor de llamas y agricultor de hoja de coca, ahora visto con más frecuencia en trajes de alpaca bordados con colores, asumió el cargo como el primer líder indígena de la economía agrícola y de gas, uno de los más pequeños de la región.
El jefe del partido Movimiento por el Socialismo del país, fue reelegido en 2009 y 2014. Si gana este año, ampliaría su tiempo en el cargo a 19 años.
El hecho de que esté corriendo es una pregunta espinosa. Su propia constitución de 2009 estableció un límite de dos mandatos de cinco años, y en 2016 los bolivianos votaron en un referéndum en contra de que se presente nuevamente este año. Morales convenció al Tribunal Constitucional del país para que lo dejara en pie de todos modos, diciendo que los límites de mandato violaban sus "derechos humanos".
Los críticos de Morales dicen que está forzando el sistema democrático del país para mantenerse en el poder, alegando que el presidente y sus aliados usan tácticas de brazo fuerte contra quienes se oponen a ellos.
Morales y sus partidarios señalan un crecimiento económico constante y la caída de los niveles de pobreza bajo su liderazgo, y dicen que su nacionalización de industrias clave protege los intereses de Bolivia.
"Quiero decirles que en estas elecciones venceremos una vez más a los que venden la patria, venceremos a los neoliberales", dijo Morales en un mitin electoral esta semana.
CARLOS MESA
Su rival Mesa, escritor, historiador y periodista, fue presidente de Bolivia entre octubre de 2003 y junio de 2005, un período de agitación social que lo obligó a renunciar. Morales, entonces jefe de un sindicato, fue uno de los líderes de la protesta.
Mesa, de 66 años, ahora quiere una segunda oportunidad para liderar al país como jefe de la alianza de la Comunidad Ciudadana (CC).
El líder de cabello blanco y gafas ha tratado de suavizar su imagen, diciendo que no representaría un cambio neoliberal, ni impulsaría la privatización de industrias clave para la economía de Bolivia, incluido el gas y un sector naciente de litio.
Enfrenta el desafío de unificar a los bolivianos en medio de un campo dividido, así como escapar de la sombra de su desafortunada administración anterior. Los críticos dicen que carece de decisión.
Pero en las manifestaciones electorales, Mesa denunció el cambio "dictatorial" bajo Morales y buscó ganarse a los votantes al decir que él es el único candidato que puede plantear un desafío serio.





BOLIVIA: LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN ESTA ELECCIÓN

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)

Este domingo el pueblo de Bolivia deberá tomar una decisión trascendental, que excede el significado de una elección presidencial. Sin restarle valor a ésta, lo que está en juego es una opción histórica, un desafío para las naciones que componen el Estado Plurinacional: consolidar los formidables avances realizados durante la presidencia de Evo Morales -que convirtió a la otrora atrasada, estancada y siempre convulsa economía boliviana- en la más dinámica de Latinoamérica o, en cambio, optar por un melancólico retorno al pasado.
Arnold Toynbee tenía razón cuando decía que la evolución de las sociedades (y las civilizaciones, en su caso) dependía de la respuesta que fuesen capaces de dar ante los grandes desafíos que de tiempo en tiempo las confrontan. Y el que hoy se le plantea a las naciones del Estado Plurinacional es saber si tienen la sabiduría y la valentía para proseguir por la senda que convirtió a ese país en el más luminoso ejemplo de progreso integral de la sociedad, no sólo en el ámbito de la vida económica sino también en el político y cultural; o si respondiendo a prejuicios ancestrales o temores atávicos se acobardan ante las implicaciones de las profundas transformaciones que tuvieron lugar en el país y retroceden, buscando refugio en un pasado borrosamente recordado y que la oligarquía mediática se encarga de idealizar. No sólo eso: también de ocultar el holocausto social y económico que produciría en Bolivia el retorno de sus antiguos gobernantes y sus gastadas políticas. Debería ser suficiente echar una mirada a la tragedia argentina o ecuatoriana para persuadir a la población de que la restauración de la hegemonía neoliberal que Bolivia padeció por décadas desataría una catástrofe de inconmensurables proporciones, más allá de ser en sí mismo un imperdonable error.
Los medios, punta de lanza del imperio en la guerra de quinta generación, obnubilan la visión de la realidad porque en esa “prehistoria” de Bolivia mal podrían esconder la crónica pobreza de la enorme mayoría de la población, el desprecio y maltrato a los pueblos originarios y los pobres en general, la absoluta debilidad de un estado incapaz siquiera de pagar a sus funcionarios, la indefensión popular ante la rapacidad de las oligarquías locales y el imperialismo, el saqueo de sus bienes comunes, la migración forzada de millones en busca de una vida mejor y la ferocidad con que los gobiernos de turno reprimían a quienes luchaban por una vida digna. Este maligno ejercicio de fomentar la desmemoria y ocultar los sufrimientos del pasado es una estrategia comunicacional cuyo es objeto adormecer las conciencias y fomentar la desconfianza o el temor ante la positiva evolución experimentada por Bolivia desde el 2006. 
Transformación que modificó arcaicas relaciones sociales, que puso fin al sometimiento y la humillación de las naciones originarias, que eliminó el analfabetismo, que sacó de la pobreza a millones de personas, que redistribuyó significativamente la riqueza, expandió la educación y la salud públicas y que recuperó las riquezas naturales para todos los bolivianos. Y que puso fin a lo que parecía ser la incurable maldición de la inestabilidad política con sus secuelas de violencia, caos social y estancamiento económico. Estas positivas mutaciones fueron reconocidas inclusive por personas e instituciones poco amigables con el socialismo comunitario, como el Financial Times por ejemplo, que en su edición del 27 de Octubre del 2015 publicó un voluminoso suplemento dedicado a “La Nueva Bolivia” y en donde se dijo, entre otras cosas, que dada la excepcional importancia del litio en las nuevas tecnologías de la información y comunicación este país bien podría ser la Arabia Saudita del siglo veintiuno. Es obvio que cambios de esta magnitud modifican esclerotizadas relaciones de fuerza y es por eso que la oposición a Evo, en un esfuerzo desesperado, apela a cualquier recurso con tal de que bolivianas y bolivianos decidan retornar al pasado. Disponen de enormes recursos para ello: dinero, bancos, empresas, el apoyo de “la embajada”, medios de comunicación con los que pueden difamar y mentir con total impunidad. Pero ¿se habrá olvidado el pueblo boliviano de las matanzas ocurridas bajo el gobierno de Sánchez de Lozada, o de los que cayeron durante las heroicas “guerras del gas” y “del agua”? No creo. Es difícil tapar el sol con un dedo. Pude comprobar hace pocos días el carácter vivaz y vibrante de la sociedad civil en Bolivia. Estoy seguro que ante del desafío de Toynbee optará por seguir avanzando por el camino trazado por Evo y los movimientos sociales en lugar de caer en la ilusión de creer que la fórmula que tantas veces fracasó (a manos de Sánchez de Lozada, Banzer, Quiroga, Mesa) y que tantos sufrimientos y penurias le ocasionaran en el pasado sería ahora milagrosamente exitosa si esos mismos personajes, o sus amigos, ahora la volvieran a aplicar.





CARLOS MESA: EL INTELECTUAL QUE SOLO CREE EN SÍ MISMO PARA SER PRESIDENTE DE BOLIVIA

Sputnik News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)
                                                  
El expresidente de Bolivia, Carlos Mesa (2003-2005), el principal rival de Evo Morales de cara a las elecciones nacionales, es un intelectual de 66 años que parece creer ante todo en sí mismo. Su propuesta electoral es, en esencia, él mismo.
"Solo dos pueden ganar las elecciones, el candidato ilegal [Morales] y yo", ha dicho repetidamente Mesa en su campaña electoral, en la que hizo solo vagas propuestas de plan de Gobierno y se concentró en mostrarse como el único capaz de derrotar a Morales, planteando más un cambio de persona que de programa, cuyo contenido en su mayoría se desconoce.
El expresidente se promueve como la figura del cambio que necesitaría Bolivia.
"Ya es suficiente" ha sido su lema proselitista, dirigido contra lo que denunció como señales de que Morales estaría en camino de convertirse en dictador si vuelve a ser elegido jefe de Estado.
Comienzos
Carlos Diego de Mesa Gisbert nació en La Paz el 12 de agosto de 1953.
Hijo de padre y madre reconocidos en el país como prestigiosos historiadores y académicos, es la figura intelectual y de fácil palabra en la que parecen mirarse principalmente los sectores de clase media urbana que concentran la mayor oposición a Morales.
Antes de incursionar en la política, tuvo una carrera como periodista, historiador, cineasta y empresario de medios, en la que forjó una imagen de intelectual prestigioso, con algunos estudios superiores y hasta docencia universitaria, a pesar de que no tiene un título académico.
Aunque no fue militante, durante su juventud Mesa se acercó al socialdemócrata Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), histórico partido político boliviano, y recién en 2002, con 48 años, ingresó a la política activa, de la mano del millonario y dos veces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, del ala neoliberal de ese mismo partido, de quien fue vicepresidente.
"Hace años habría dicho que soy socialdemócrata, (...) pero las palabras ya no dicen lo que decían, izquierda, centro, derecha, estamos en una crisis del concepto y no me considero en absoluto de derecha ni de izquierda marxista", dijo en un reciente encuentro con prensa internacional.
Tras suceder en 2003 al renunciante Sánchez de Lozada, Mesa terminó renunciando también a la presidencia en junio de 2005, acosado por una ola de protestas y descontento porque no había cumplido promesas de nacionalizar los hidrocarburos y convocar a una asamblea constituyente.
Política sin ideología
Apartado de la política activa en los primeros años del ciclo de Morales, Mesa volvió a la escena en 2014 como vocero internacional de la "demanda marítima" que por entonces impulsaba Bolivia contra Chile en la Corte Internacional de Justicia, puesto en el que destacó por su gran capacidad oratoria y desde el cual nunca negó los rumores de que quería lanzar su candidatura.
Derrotada esa demanda en 2018, el expresidente entró a la carrera electoral sin partido, proclamando incluso que Bolivia necesitaba cambiar de generación y dejar atrás a los partidos tradicionales.
Así, formó su equipo político fundamentalmente con amigos y funcionarios de su pasado gobierno, pero terminó inscribiéndose como candidato del Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), un pequeño partido surgido de una antigua división del Partido Comunista de Bolivia, que había transitado desde unos orígenes de guerrillas hasta alianzas justamente con el MNR y con el exdictador militar, Hugo Banzer.
"Es una nueva forma de hacer política, ya no con partidos ni con ideologías sino con los ciudadanos", insistió Mesa al explicar a la prensa el nombre de Comunidad Ciudadana que puso a su alianza con el FRI.
La campaña terminaba dejando claro que Mesa es el candidato, el dueño de un programa de gobierno que pocos conocen, de las listas de candidatos parlamentarios y de otras decisiones; el FRI es solo una sigla prestada.
De hecho, poco se conoce de su programa de Gobierno, y su estrategia se ha basado en promoverse como la figura del cambio que precisa Bolivia.
La alternativa es democracia o dictadura, afirma.
Sin embargo, Mesa asegura que mantendrá casi intactos los avances de inclusión social y las bases de la política económica del actual Gobierno.
El expresidente no hizo presentaciones sistemáticas de un plan de Gobierno; al contrario, a lo largo de la campaña fue fijando posiciones contra los principales sucesos de actualidad, como los incendios forestales que aprovechó para criticar al Ejecutivo, o la propuesta federalista surgida desde un cabildo popular en Santa Cruz, que dijo estar dispuesto a considerar pese a haberse manifestado en contra durante su pasada presidencia.
Mesa habló de casi todo en la campaña, menos de denuncias de que habría cobrado más de un millón de dólares a Sánchez de Lozada para ser su vicepresidente, o las demandas de explicación de su orden de quemar todos los documentos referidos a gastos reservados durante su administración.
"No respondo a la guerra sucia", ha dicho insistentemente cuando se le consulta sobre estos temas.
Un total de 7.315.364 personas están habilitadas para votar en las elecciones nacionales de este 20 de octubre, según datos del Órgano Electoral Plurinacional.
De estas, 6.974.363 están habilitadas para votar en Bolivia, y 341.001 en el exterior del país.





CARLOS MESA: RIVAL DE EVO, ALIADO DE EVO, RIVAL DE EVO

DW de Alemania (www.dw.com)
                                                                                   
El exmandatario dejó el poder en 2005 en medio de protestas lideradas por Evo Morales. Hoy es el único que puede hacerle competencia al presidente de Bolivia. ¿Logrará Mesa convertirse en el hombre que derrotó a Evo?
"Jonás y la ballena rosada” es el nombre de una novela y de una de las películas más exitosas del cine boliviano. Uno de sus productores ejecutivos es Carlos Mesa, un político de centroizquierda cuyo currículum recorre distintos ámbitos de la vida cultural de su país: documentalista, cineasta, periodista con importantes galardones a su haber, académico, escritor, historiador… Un hombre que ha dedicado buena parte de su vida a las letras y que, por esas vueltas de la vida, debutó en la política grande siendo candidato a vicepresidente en 2002, haciendo fórmula con Gonzalo Sánchez de Lozada. Y ganaron las elecciones a un señor llamado Evo Morales.
Normalmente, el destino de los vicepresidentes es bastante amargo. Condenados a la sombra, su nombre tiende a pasar rápidamente al olvido. A Mesa, en cambio, la historia le tenía deparada una sorpresa. En el marco de una serie de protestas por rebajas salariales y la posible venta de gas por puertos chilenos, Sánchez de Lozada renunció y se fue de Bolivia con su familia. El futuro del país quedó en manos del periodista y columnista que, además, siente pasión por el cine. El 17 de octubre de 2003, la "guerra del gas”, como se conoce a las protestas contra Sánchez de Lozada, dejó a Mesa en el Palacio Quemado.
Si bien su breve mandato de solo dos años es recordado como un período de calma tras el violento período anterior, el hecho de que Mesa no haya finalizado su presidencia responde, en buena medida, al nombre con el que se enfrentará este 20 de octubre: Evo Morales. Fueron los movimientos sociales vinculados al entonces líder opositor los que pusieron en apuros a Mesa, al que acusaban de no haberlos convocado a una mesa sectorial para dar luz verde a una Asamblea Constituyente. Las masivas protestas y bloqueos de carreteras, además del abandono que sufrió el mandatario por parte de una clase política que lo veía con distancia, terminó con su salida del poder el 6 de junio de 2005.
Error de cálculo
Durante los 601 días que estuvo en el poder, y pese a todo el escenario que debió enfrentar, Mesa gozó de una alta popularidad. Quizás lo ayudaron el mejoramiento de las cifras macroeconómicas, como la disminución de la deuda, así como el haber intentado abordar un tema siempre postergado: el de las autonomías que tan fuertemente impulsa Santa Cruz. Hombre de letras al fin y al cabo, tras retornar a su condición de ciudadano de a pie escribió en 2008 "Presidencia sitiada”, donde relata los pormenores de su paso por el indomable mundo del poder. También retomó sus labores como columnista en distintos periódicos y trabajó en la serie documental "Bolivia Siglo XX”.
Incansable generador de contenidos, escribe también sobre deportes en un blog y suma sobre sus espaldas decenas de producciones audiovisuales sobre toda clase de temas. En 2012 ganó el Premio Nacional de Periodismo, lo que deja muy en evidencia su trascendencia en el campo de las comunicaciones. Su retiro a la vida privada parecía definitivo, hasta que el mismo Evo Morales, quizás sin calcular los efectos que podría tener esto para su propio futuro político, decidió en 2014 convocarlo para que fuera vocero de la demanda marítima que su país presentó contra Chile en 2013.
La figura de Mesa, que genera pocos anticuerpos en Bolivia y que goza de prestigio a nivel internacional, sirvió para dar realce al libelo presentado ante la Corte Internacional de Justicia. Sin embargo, el exmandatario comenzó a ganar figuración, a ser entrevistado por la prensa internacional y a quitar protagonismo a Morales. Cuando finalmente Bolivia perdió ante la Corte de La Haya, fue Evo quien dio la noticia. Él recibió el golpe del fracaso y Mesa, en cambio, ganó presencia mediática.
Todos contra Evo
El Frente Revolucionario de Izquierda supo leer la realidad. Ante una oposición dividida, el nombre de Mesa podía convertirse en factor de unidad y propuso al periodista convertirse en la carta del partido para las próximas elecciones. El 6 de octubre de 2018, a través de Youtube, el exmandatario anunció que competiría en las presidenciales porque, dijo, Bolivia se encontraba "en el umbral de un nuevo tiempo, y ese nuevo tiempo tiene que tener un nuevo liderazgo (…) hay un viejo tiempo que se está acabando, que está agotado, que ha cumplido su ciclo”.
Los sondeos muestran a Mesa segundo en intención de voto, detrás de Morales, pero también señalan que es el candidato más competitivo. Por ello, diversos grupos sociales han llamado a realizar un "voto útil” apoyando al exmandatario, en una suerte de "todos contra Evo”. "Somos la única candidatura que le puede ganar a Morales”, dijo Mesa en mayo de este año, y las encuestas le dan la razón. Lo que queda por verse es si basta con ello para destronar al hombre que sale reelegido siempre con más del 60 por ciento de los votos.





EL GUAIDÓ DE BOLIVIA
                                                                         
El candidato de derecha busca arrebatar el poder a Morales, luego de 13 años

El Heraldo de México (www.heraldodemexico.com.mx)
                                                                        
Por primera vez desde que Evo Morales llegó a la presidencia de Bolivia, hace tres mandatos, el dirigente encara el año electoral más ajustado con la candidatura del historiador y expresidente, Carlos Mesa, quien se encuentra a la par de intención de voto (32.3% contra 27%), según un sondeo difundido por la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) el jueves pasado.
Mesa busca quitar a Morales de la Presidencia, tras 13 años en el poder, él es para Bolivia, lo que Juan Guaidó para Venezuela. Ambos buscan la alternancia en sus países contra el llamado Eje Bolivariano.
Para ser proclamado vencedor en primera vuelta, un candidato tiene que obtener más de 50% de los votos o alcanzar 40% con 10 puntos de ventaja sobre el segundo lugar; en caso contrario, los dos más votados deben ir a segunda vuelta.
En el caso de que esto último ocurra, se prevé que Morales, del partido Movimiento al Socialismo (MAS) ganaría con 47% de sufragios; Mesa se quedaría con un 39%.
De acuerdo con Ipsos, MAS gana en Tarija, Potosí, Oruro, La Paz, Cochabamba, Beni y Pando. En Chuquisaca gana Mesa.
El votante indeciso llega a 8%, mientras que el voto nulo a 3%, el blanco a 1% y la opción de “ninguno” a 5%.
Carlos Mesa, el principal contrincante, ejerció la vicepresidencia entre agosto de 2002 y octubre de 2003 y desde esta fecha hasta su renuncia en junio de 2005, fue presidente del país. Además, fue el portavoz de La Paz en la demanda marítima contra Chile, finalmente rechazada por la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Actualmente representa al partido Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), que hizo alianza con Comunidad Ciudadana. Una fracción del FRI anunció en abril su alejamiento del partido opositor; disidentes decidieron apoyar al candidato Óscar Ortiz de la alianza Bolivia dice no.
El portavoz, Felipe Fernández, dijo que la salida del bloque Generación Maya alejará del FRI a políticos jóvenes, profesionales y trabajadores que esperaban formar parte de una nueva estructura y alternativa electoral.
Analistas estiman que Mesa es el único político que puede aglutinar a toda la oposición contra Morales.
En tanto, Evo va perdiendo el apoyo de la base indígena que en algún momento catapultó para ganar las elecciones, pues no ven que sus intereses se enfoquen en las comunidades.
El año pasado, un sindicato de cocaleros de la región Yungas expresó su respaldo a Mesa, tras el arresto de uno de los líderes, a quien se acusó de haber planeado una emboscada en la que murió un soldado.
El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica realizó un estudio cuantitativo (agosto 2019) en el que demuestra que 54% los bolivianos considera que Evo Morales tiene una imagen buena, la evaluación positiva de su gestión es del 72%.
En el caso de Mesa, éste ha sido involucrado en pagos de sobornos de Odebrecht.





'UN PROCESO DE DESGASTE, DE PÉRDIDA DE CONFIANZA' COMPLICA LA REELECCIÓN DE MORALES

RFI de Francia (www.rfi.fr/es/americas)
                                                                                           
Los bolivianos acudirán a las urnas este domingo para votar a sus diputados, senadores y al nuevo presidente. La campaña electoral llegó a su fin y parece incierta la reelección de Evo Morales. Análisis de Carlos Cordero, politólogo y ex candidato a la Alcaldía de la Paz por el partido Unidad Nacional.
A partir de este jueves, los candidatos a las elecciones del próximo 20 de octubre en Bolivia ya no pueden hacer campaña. El presidente Evo Morales busca un nuevo mandato frente al exmandatario Carlos Mesa, que despide su campaña fortalecido al advertir contra la deriva autoritaria del líder izquierdista.
En su cierre de campaña, en un acto multitudinario en El Alto, Morales pidió este miércoles a los bolivianos que "no lo abandonen". "Les pido cinco años más para terminar nuestras grandes obras", dijo el mandatario, tras una semana recorriendo el país para convencer a la población de que debe ser reelecto para un cuarto mandato consecutivo (2020-2025).
"Pérdida de confianza"
"Evo Morales ha ganado los últimos tres procesos electorales con un importante nivel de votación: 51%, 62%, 64%. Pero hoy sí hay un proceso de desgaste, de pérdida de confianza de la ciudadanía, producto de hechos de corrupción que se han registrado en su gobierno", explica Carlos Cordero, politólogo y ex candidato a la Alcaldía de la Paz por el partido Unidad Nacional.
De allí que existe "una sensación ciudadana de especie de distanciamiento de las clases medias urbanas": "El Movimiento Al Socialismo [MAS] ha perdido un poco el brillo, ha perdido el contacto con la gente. Tiene una base social indiscutible que son los sectores rurales, pero representan un 30% del electorado", prosigue el analista.
Pero otro factor jugó en su contra, según Cordero: "Lo más importante, diría yo, fue que Evo Morales y el MAS llevaron a Bolivia a un referéndum para modificar la Constitución del 2009 en un artículo que impedía la repostulación de Morales, y este referéndum les salió desfavorable, pero Morales y el MAS desconocieron estos resultados y apelaron al Tribunal Constitucional para habilitarse a las elecciones de 2019".
Debido al descontento de parte de la población y a tensiones crecientes en el país, Morales podría, por primera vez en su carrera, pasar a la segunda vuelta. Se abre entonces la posibilidad de que "sea la misma sociedad que en algún momento lo encumbró en el poder, le quite el poder y que se produzca una renovación democrática en Bolivia", concluye Carlos Cordero.





BOLIVIA DECIDE ENTRE UN CUARTO MANDATO DE EVO MORALES O ABRIR LA PUERTA A UN CAMBIO
                                                                                                                                                                                  
El país acude el domingo a las urnas con dudas sobre una segunda vuelta y acusaciones cruzadas

El País de España (www.elpais.com)
                                                                
Bolivia acude este domingo a las urnas en medio de una disyuntiva única en la región. Algo más de siete millones de electores están llamados a decidir si ratifican su confianza en Evo Morales para el cuarto mandato consecutivo o si abren la puerta a un cambio de ciclo. El presidente, que asumió el cargo en enero de 2006 y siempre ha ganado con holgura, se presenta a las elecciones tras haber perdido por un estrecho margen, hace tres años y medio, un referéndum sobre reelección indefinida. A pesar de ello, un fallo del Constitucional resucitó esa opción y el pasado diciembre el Tribunal Supremo Electoral le habilitó para concurrir de nuevo.
Estas premisas dieron pie a una campaña muy enconada en la que por primera vez en más de 15 años el desgaste del Gobierno abre la puerta a la posibilidad de una segunda vuelta, aun poco probable a tenor de las encuestas. Morales, del MAS, se enfrenta a una oposición muy fragmentada en la que solo hay un contrincante con capacidad real de arañarle apoyos, el exmandatario Carlos Mesa (2013-2015), cabeza del Frente Revolucionario de Izquierda. A él se suma otro aspirante que tuvo discreta visibilidad, el senador Óscar Ortiz.
Los lemas de la carrera electoral dibujan, en sí, un panorama anómalo, en el que el representante de la izquierda, el que llegó al poder para darle la vuelta al sistema, es quien ahora se presenta como garantía de estabilidad frente a la incertidumbre. El presidente exhibe junto a su número dos, Álvaro García Linera, el eslogan “Futuro seguro”, mientras Mesa ha jugado con la idea de que “Ya es demasiado”. Ese llamamiento a la seguridad se apoya, fundamentalmente, en la economía. Las mismas previsiones publicadas esta semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI) vaticinan un crecimiento del 3,9% al cierre de este año. Esto es, por encima de los vecinos Chile o Perú, que sin embargo tienen un PIB mucho mayor. Y el Banco Mundial certifica que la pobreza se redujo al 35% en 2018.
Estas cifras no solo convierten a Morales en una excepción en el antiguo eje de Gobiernos bolivarianos, entre los que el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela cayó en una deriva sin precedentes en ese país. También lo distancian de proyectos neoliberales como del de Mauricio Macri. La crisis argentina fue uno de los principales fantasmas de estas elecciones, al igual que el vendaval político generado por la gestión de los incendios en la Amazonia.
“Con el hermano Álvaro pedimos cinco años más para aprovechar nuestra experiencia, terminar las grandes obras en petroquímica, hierro y litio y bajar la extrema pobreza a menos del 5 %”, clamó el miércoles Morales al finalizar la campaña. “Mi sueño es que Bolivia siga siendo primera en crecimiento económico en Sudamérica. No me abandonen”, dijo y reiteró a sus simpatizantes desde las redes sociales. Mesa, que recibió apoyos de exafines de Morales y del exmandatario Jorge Quiroga, puso sus últimas cartas sobre la mesa desde el feudo opositor de Santa Cruz. Aseguró que los ciudadanos se juegan el futuro del país, entre duras críticas al aparato oficialista y los riesgos de que Bolivia emprenda un camino autocrático.
Según destaca el profesor y analista político Fernando Mayorga la incógnita de la segunda vuelta –que se daría si el presidente no alcanza el 50% de los votos o no supera el 40% con diez puntos de margen sobre el segundo- quedará despejada con el voto del 15% de indecisos. En su opinión, al igual que la dicotomía estabilidad versus incertidumbre, opera también otra, “continuidad versus cambio”. “Hasta hace seis meses predominaba la idea de cambio por el descontento del referéndum, por eso había un predominio de lo político”. “En este último tramo ha tenido más importancia la idea de la idea de la economía, se ha reafirmado con la crisis de Argentina y por lo sucedido en Ecuador”, apunta en referencia a las protestas contra Lenín Moreno, que se vio obligado a retirar un decreto de ajustes económicos con el que buscaba hacer frente a un préstamo del FMI.
A esas circunstancias se añaden las constantes acusaciones cruzadas. Sectores de la oposición, que en algunos casos ni siquiera reconocen a Morales como candidato legítimo, alertan preventivamente de la posibilidad de fraude, mientras el mandatario advirtió a principios de semana de que los opositores “quieren quemar la Casa Grande del Pueblo [sede presidencial, en La Paz] y dar golpe de Estado si Evo gana”.





LOS AYMARA DE BOLIVIA, DIVIDIDOS ANTE LA NUEVA CANDIDATURA DE EVO MORALES
                                                                                      
En momentos en que el presidente busca obtener un controvertido cuarto mandato consecutivo, se ha encontrado con una creciente marea de descontento, incluso entre los grupos indígenas a quienes defendió.

Infobae de Argentina (www.infobae.com)
                                                                                          
El presidente boliviano, Evo Morales, llegó al poder en 2006 prometiendo levantar a los largamente marginalizados Quechua, Guaraní y Aymara, pueblos indígenas que componen gran parte de la población del país andino y de los que proviene el actual mandatario.
Morales -para muchos simplemente “Evo”- ayudó a sacar a muchos bolivianos de la pobreza y hasta cambió el nombre del país a Estado Plurinacional de Bolivia, resaltando la diversidad de grupos étnicos que pueblan el país y que durante mucho tiempo fueron tratados como ciudadanos de segunda clase.
Pero ahora, en momentos en que el líder de izquierda busca obtener un controvertido cuarto mandato consecutivo, Morales se ha encontrado con una creciente marea de descontento, incluso entre los grupos indígenas a quienes defendió. La situación es el mayor desafío para el hombre que hace casi 14 años conduce la nación sudamericana.
Los comicios presidenciales de Bolivia se realizarán el 20 de octubre, una elección trascendental en la que Morales podría enfrentarse a su desafío electoral más feroz, con su rival Carlos Mesa acortando el margen que lo separa del presidente en la mayoría de las encuestas publicadas.
Evo, un granjero de coca que ahora acostumbra a usar trajes de lana de alpaca con bordados coloridos, necesitará el apoyo de los alrededor de 4 millones de indígenas para extender su administración a 19 años ininterrumpidos, desafiando los límites de mandato y el resultado de un referéndum. Sin embargo, muchos de los Aymara -uno de los más extendidos pueblos de Bolivia y al que pertenece Morales- están divididos sobre su candidatura.
Alegaciones de nepotismo y proyectos suntuosos, entre ellos la construcción de un nuevo palacio presidencial de 28 pisos en la capital La Paz, con un costo de 34 millones de dólares, han creado una sensación de inquietud sobre la pérdida de contacto con los trabajadores.
Las ideologías indígenas no han sido realmente traducidas a política”, dijo Yolanda Mamani, una presentadora de radio de 34 años que conduce el popular programa “La Chola Bocona”, una referencia a las mujeres indígenas usualmente ataviadas con vestidos anchos y sombreros de bombín.
Es más un show de moda, como si ser indígena fuera solo vestir de pollera”, agregó Mamani, que nació en la región cercana al Lago Titicaca y migró a El Alto, en la periferia de La Paz, a los nueve años.
En cambio, Sonia Quispe, una productora de medios de 27 años que habla y escribe el dialecto Aymara, piensa lo contrario. “En estos 13 años de su Gobierno, la gente más humilde se ha beneficiado: los campesinos que viven de la tierra”, dijo Quispe, que agregó que, si bien considera que Evo no es perfecto, solo él líder indígena podría continuar impulsando el proceso de cambio en el país. “Hay muchos errores y problemas que arreglar, pero confío en él”, explicó.
Vistiendo un traje rosa y un bombín marrón, en su oficina en La Paz, la legisladora Mercedes Márquez Quispe dijo que durante el Gobierno de Morales los pueblos indígenas habían visto sus derechos defendidos, luego de años de humillación y represión.
La diputada nacional de 60 años, que antes de ingresar a la política trabajó como costurera y comerciante, destacó el crecimiento económico sostenido de Bolivia con Morales, en una región caracterizada por la volatilidad. El crecimiento ha sido sostenido por un auge de los recursos naturales bolivianos.
“Tenemos gas domiciliario, escuelas modernas, calles asfaltadas, canchas de fútbol, seguros para niños, adultos y madres, el nuevo Seguro universal de salud, cero analfabetismo, lucha contra la pobreza, teleférico y mercados modernos”, dijo. “Yo apoyo la reelección de Evo y (del vicepresidente boliviano) Álvaro (García Linera). Si no son ellos, ¿quiénes?
En cambio, en su colorido salón de eventos -espacios conocidos como “cholet”-, Jhonny Segales dijo que el éxito de la mayoría de los Aymara se debe al trabajo duro y no a la ayuda que recibieron del presidente Morales. “Los alteños (de la ciudad de El Alto) somos así, trabajadores, ahorradores, ese es el espíritu de esta ciudad”, dijo Segales, quien atendió un sinfín de llamadas telefónicas de negocios durante la entrevista con Reuters y se quejó de un “régimen tributario injusto”.
Segales está desilusionado con el gobierno de Morales, al que acusa de tener un doble estándar: decir que gobiernan para los pobres, mientras gastan en lujos. “Cuando llegaron al poder en las primeras elecciones hicieron cosas buenas pero ahora veo que fue solo para ganar nuestra simpatía”, dijo. “Este Gobierno no es para los pobres, sino solo para aquellos que lo apoyan”.





BOLIVIA: MILLONES SE CONGREGAN PARA RECHAZAR LA REELECCIÓN ILEGAL DE EVO

Los bolivianos votaron mayoritariamente en contra de la candidatura inconstitucional de Evo, hoy desconfían de la transparencia del Tribunal Electoral

Panam Post de Panamá (www.es.panampost.com)
                                                                                                        
Este domingo 20 de octubre Bolivia elegirá a su próximo presidente. En vista que la candidatura de Evo Morales es inconstitucional, millones de bolivianos han tomado las calles rechazándola. Ya lo hicieron por vía democrática, votando en contra de la reelección en un plebiscito y el mandatario ignoró su voz. Ahora se unen bajo la consigna «Bolivia dijo no».
El artículo 168 de la Constitución de Bolivia dice que solo hay una reelección consecutiva, Evo hoy va por su cuarta a pesar de que el pueblo le dijo que no en el referéndum constitucional realizado el 21 de febrero de 2016.
Por medio de reuniones masivas denominadas «cabildos», millones de personas se reúnen en las calles demostrando con su presencia física lo que en 2016 decidieron en las urnas: no a la candidatura inconstitucional de Evo Morales.
En todos los cabildos se habla de desconocer a Morales en caso de que este gane la elección, ya que desconoció el voto del pueblo al postularse nuevamente.
Dada la represión sufrida por parte de las fuerzas de seguridad leales a Morales contra los ciudadanos que hicieron vigilia alrededor del cierre de campaña del presidente, los manifestantes denuncian que las calles de Santa Cruz parecen Venezuela.
También piden declaración de desastre nacional por los bosques quemados y la proyección de las reservas forestales en Bolivia. Así lo explica para PanAmPost uno de los organizadores del Cabildo, Eduardo Gutiérrez Monasterio, experto en finanzas de Georgia State University, activista político y conductor de radio para fomentar la actividad y conciencia política en la sociedad, especialmente en la juventud.
¿Qué atropellos a las leyes electorales ha habido por parte de Evo Morales?
La más grave, su reelección. Cuando se efectuó el referéndum, la única vía legal para reformar la Constitución, el Tribunal decía que si el pueblo votaba no, Evo Morales no podía estar en la papeleta. El pueblo votó mayoritariamente no y hoy este mismo Tribunal nos pide ir a votar con Evo en la papeleta. La Constitución en su artículo 7 dice que la soberanía reside en el pueblo.





BOLIVIA CREA EL PRIMER INSTITUTO DEL LITIO PARA FORMAR EXPERTOS
                                                                              
Bolivia, el país con la mayor reserva de litio del mundo, creó centro científico sobre este metal. Formará profesionales y técnicos en ciencias de materiales aplicadas al litio. Comunidad científica da la bienvenida pero recuerda necesidad de desarrollar también la tecnología

Scidev.net de México (www.scidev.net)
                                                                                               
Con el objetivo de formar profesionales para el tratamiento del litio en Bolivia —país con la mayor reserva natural de este metal—, el presidente Evo Morales inauguró el primer instituto del litio, un hito importante para la comunidad científica local, que destaca la necesidad de que también se desarrolle tecnología.
El Centro de investigación en Ciencia y Tecnología de Materiales y Recursos Evaporíticos de Bolivia —como se llama formalmente— se ubica en el departamento de Potosí, a 286 km del Salar de Uyuni, el desierto de sal más alto del mundo que, junto a otros en Chile y Argentina, concentra más del 50 por ciento de las reservas de litio del planeta.
Equipado con moderna infraestructura consistente en 40 laboratorios y talleres especializados para el tratamiento del litio, busca formar técnicos de nivel superior y medio en ciencias de los materiales, y en ramas especializadas en el manejo de compuesto derivados del litio como cloruro de potasio, carbonato de litio, hidróxido de litio y baterías de litio.
Hasta la fecha en el centro se han invertido US$ 2 millones financiados con un préstamo del Banco Central de Bolivia.
“Es el más grande de América Latina en su género y quiero que sea el más grande del mundo”, dijo Morales a los medios de comunicación en la inauguración.
El litio es uno de los metales de mayor valor estratégico en la actualidad por su uso en la fabricación de baterías recargables para celulares y otros dispositivos portátiles, para autos eléctricos y hasta medicamentos.
Para el actual gobierno boliviano el litio es el eje de la “Estrategia de Industrialización de los Recursos Evaporíticos de Bolivia” (2010), política nacional que busca desarrollar todo el proceso de industrialización, desde la extracción de la salmuera, la separación del carbonato de litio, hasta la construcción de baterías propias para la exportación.
Como parte de ese plan, el nuevo centro —que depende de la empresa pública, Yacimientos del Litio Boliviano (YLB)— será “el lugar donde se analizarán las aplicaciones del litio del salar de Uyuni y los productos que se deben fabricar para el mercado mundial”, dijo su director Juan Carlos Montenegro, según consigna el sitio web del Ministerio de Energías.
Pablo Poveda, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), considera que el instituto podría formar buenos técnicos, pero Bolivia no tiene la tecnología para producir las baterías de litio.





GOBIERNO BOLIVIANO APOYA LA ROBÓTICA

El Ciudadano de Chile (www.elciudadano.com)

El Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia garantizará los recursos para que un equipo de estudiantes participe en la competencia internacional de robótica First Global Challenge en Dubái, torneo, que reúne a participantes de unos 200 países, así lo informó este jueves el vicepresidente Álvaro García Linera.
“Se está apoyando con cerca de 11.000 dólares para que el equipo completo, los cuatro estudiantes más los dos tutores, puedan viajar el día sábado. Van a llevar la bandera boliviana por delante y estamos seguros que van a tener un gran desempeño”, destacó García.
El equipo viajará a Dubái con un prototipo robótico creado para combatir la contaminación en los océanos, tomando en cuenta que la temática del concurso este año es la conservación del medio ambiente, reseñó la Agencia Boliviana de Información.
Los jóvenes de secundaria que representarán a Bolivia en el torneo de Dubái son: Marina Reinheimer, Pablo Pacheco, Jhonny Torrez y Nicolás Sánchez.
Autoridades que forman parte de la delegación manifestaron su orgullo por contar con una representación en la mencionada competencia al destacar, el desempeño, la inteligencia y la alta capacidad de los cuatro jóvenes, “Vayan a medir fuerza con otros jóvenes de otras partes del mundo, va ser una experiencia extraordinaria”, citaron medios locales a uno de de los funcionarios.
“El robot consiste en recolectar contaminantes del océano (…). Esperamos hacer una buena representación de Bolivia con este prototipo que hemos hecho”, dijo Pacheco, estudiante que forma parte del equipo.
No es la primera vez que el Gobierno apoya a estudiantes y jóvenes que trabajan en emprendimientos científico tecnológicos y en otros proyectos innovadores, puntualiza Eju.





BOLIVIA.- LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES POLÍTICAS NO DA TREGUA EN BOLIVIA

Bolsamanía de España (www.bolsamania.com)
                                                                                       
Bolivia es uno de los países con el mayor porcentaje de mujeres diputadas y concejalas del mundo, gracias a una legislación, introducida hace una década, que obliga a las formaciones políticas a presentar a una mujer por cada hombre como candidatos a los puestos de elección popular.
Pero, a pesar de la mayor representación femenina, el país registra unas cifras preocupantes de violencia hacia las mujeres políticas.
"Una noche me agarraron y me golpearon. Fueron unos encapuchados. No me robaron. Un ladrón te roba, pero ellos no lo hicieron. Fue un mensaje silencioso para que yo deje de gobernar. Ni siquiera me lastimaron el rostro. Sólo el cuerpo. Como advirtiéndome de que, si yo seguía dirigiendo, iba a sufrir mayores consecuencias"
Las palabras son de Bertha Quispe, alcaldesa del municipio de Collana, profundo en el extenso altiplano boliviano, y cuya economía se basa en la agricultura, la ganadería, y la actividad de una mina cercana.
Los problemas para Quispe, de 32 años, iniciaron, cuenta, cuando intentó regularizar la situación de la cooperativa minera, a través de la expedición de licencias ambientales. Después de varios días de protesta y malestar, varias personas tapiaron la puerta de la alcaldía para evitar la entrada de la alcaldesa.
Quispe cree que ser mujer, y joven, fue una de las causas principales del rechazo de parte de la ciudadanía de Collana --5.000 habitantes-- durante su mandato, que finaliza en 2020.
"Me di cuenta de que me atacaban por ser mujer, sobre todo por los insultos. Una de las frases más usadas era ¿Cómo una mujer joven nos va a dirigir?", comenta en su despacho la alcaldesa, que representa al Movimiento al Socialismo (MAS) del presidente Evo Morales.
"Los varones concejales te hacen de lado. No te obedecen. El hombre siempre quiere ser superior, tener la razón y llevar la batuta", señala, mirando a su alrededor en el humilde despacho, donde hay una ventana que da a las blancas montañas lindantes con el imponente altiplano. "Hoy teníamos que estar reunidos, pero no están", lamenta Quispe.
Las políticas no sólo sufren violencia física, sino también presión social y estigmatización que acaba derivando en su renuncia, sobre todo en zonas rurales donde el 'qué dirán' es más relevante.
"Yo soy soltera, y han llegado a decir que tenía un bebé de un hombre del que me separé, y más cosas personales", lamenta Quispe, que ejerce su cargo gracias a un amparo constitucional.
UNA LEY PIONERA PARA PROTEGER A LAS MUJERES EN LA POLÍTICA
Ella pudo denunciar su caso gracias a la Ley 243 contra el acoso y la violencia política hacia las mujeres, aprobada en 2012 y pionera en todo el mundo.
Pero ni siquiera la moderna legislación garantiza justicia. Quispe desistió de la causa, a los pocos días, para conseguir la liberación de tres personas secuestradas en su pueblo con el objetivo de forzar, precisamente, que retirase la denuncia. "Si no desistía, los mataban. Estuvieron tres días secuestrados. Una concejala, y dos hombres. Lo hice por conciencia", asegura.
El fracaso en los tribunales, por una u otra causa, no es la excepción, sino la norma. "A pesar de que la ley 243 está vigente desde 2012, aún no tenemos una sola sentencia condenatoria, ni de acoso, ni de violencia. Se avanza en algunos casos, pero hay cuellos de botella", apunta Sandra Silva, abogada de la Asociación de Concejalas de Bolivia (Acobol), que ofrece asesoramiento legal a políticas afectadas por acoso o violencia. "La Justicia es lenta y hay problemas de influencias, porque se está acusando a diputados y alcaldes", añade.
"Es difícil también presentar testigos, porque entre compañeros de trabajo es muy difícil que uno testifique contra el otro, y más en lugares pequeños, ya que, o se conocen personalmente, o son familiares, tíos, primos...", destaca.
La ley 243 fue expedida tras la muerte, en 2012, de Juana Quispe, concejala del municipio de Ancoraimes, que fue asesinada después de haber recibido amenazas y agresiones durante meses. Le llegaron a tirar cemento en los ojos.
Siete años después, no se ha abierto juicio oral contra los principales imputados, el ex alcalde Félix Huanca (MAS) y dos concejales.
Acobol registró 64 denuncias por acoso y violencia política en 2017. El año siguiente recibió 117 casos y, en 2019, hasta el 17 de octubre, anota 78 denuncias.
"Ese dato, eso sí, no es tan real, porque cuando vamos a las capacitaciones y preguntamos a las concejalas si han sufrido acoso trabajando, la mayoría, un 90 por ciento, declara que sí, pero no han denunciado", destaca la abogada Silva.
POR CADA MUJER ELECTA TIENE QUE HABER UN SUPLENTE VARÓN
En Bolivia, según la ley que garantiza paridad en los cargos electos, si el titular de un puesto es mujer, su suplente tiene que ser hombre. Ese mecanismo propicia que parte de las concejalas reciban presiones para renunciar y que su puesto sea ocupado por el varón.
También se firman, en ocasiones bajo presión, compromisos de alternancia en el cargo a mitad de mandato, más frecuentes en el caso de la mujer que deja su puesto al hombre, según las expertas.
"Se dan también problemas serios cuando las mujeres fiscalizan a su gobierno municipal y señalan lo que no se hace bien. Muchas autoridades, patriarcales y machistas, no se dejan fiscalizar. Eso se traduce, si las compañeras se resisten, en maltrato, acoso e incluso retención de salarios", comenta Bernarda Sarué, directora ejecutiva de Acobol.
Otras prácticas de acoso registradas por la asociación incluyen la prohibición de tener acceso a tierras de cultivos a las concejalas de zonas rurales, y acciones de desprestigio.
"Tenemos casos de mujeres semianalfabetas, que son relativamente mayores, y como no saben ni leer ni escribir bien las nombran para castigarlas secretarias de actas. Tienen, por supuesto, que contratar a una persona para que les ayude", apunta Sarué.
Más graves son los casos de violencia, entre los que se incluyen golpizas, pero también violaciones.
Aunque queda mucho para hallar soluciones duraderas, en Acobol aseguran que se está avanzando mediante la educación de los jóvenes.
Mujeres como Bertha Quispe están dispuestas a seguir adelante, a pesar de las dificultades.
"Me ha fortalecido el carácter, y a día de hoy lo único que me queda decir, a todas las mujeres, es que la política no es una tierra prohibida para ellas, sino de oportunidades, y que nosotros tenemos que aprender a hacerla respetar. Está en nuestras manos", asegura la alcaldesa de Collana.





BOLIVIA, UN MERCADO ATRACTIVO Y CON POTENCIAL DE CRECIMIENTO PARA EL ACEITE DE OLIVA

Mercacei de España (www.mercacei.com)
                                                                     
Bolivia se presenta como uno de los mercados en crecimiento de América Latina, siendo atractivo para los exportadores de aceite de oliva, donde el producto español está bien considerado por los consumidores y en el que la incorporación del aceite de oliva a la gastronomía boliviana es aún un camino por recorrer, así como el conocimiento de las propiedades y beneficios que tiene este producto en la dieta.
Así lo destaca un estudio de ICEX España Exportación e Inversiones sobre este país, en el que la ausencia de producción local de aceite de oliva, hace que la demanda dependa totalmente de las importaciones para su consumo.
Sin embargo, existe un emprendimiento llamado “Bolivia: Olivos en el desierto” puesto en marcha desde el año 2008 por el Instituto de Desarrollo Popular (INDEPO), y que tiene como objetivo la producción local de aceite de oliva a partir del año 2028 en el municipio de Pasorapa. En concreto, se prevé el cultivo de unos 2.500 olivos para garantizar el futuro de los niños de entre seis y doce años que viven en dicho municipio. Según los expertos, es un lugar que permite el cultivo efectivo del olivo y por lo tanto de la producción de aceite, y se convertiría en el primer productor de aceite de oliva del país.
El estudio de ICEX señala que los principales países que llevan a cabo la actividad exportadora son España, en primer lugar, como líder indiscutible del sector, representando, desde el año 2012 hasta la actualidad, más del 60% de la cuota de mercado. “Las previsiones de futuro son positivas para el aceite español, ya que el consumo en el país aumenta año a año”, añade.
Los aceites de uso común en cocina y aderezo son el aceite de girasol y el aceite soya, con un consumo medio por habitante de 14 litros al año según datos de 2016. Por contra, el aceite de oliva en Bolivia está percibido como un producto gourmet, y es utilizado en alta cocina y hogares de clase alta, que representa aproximadamente un 10% de la población total. Como consecuencia de lo anterior, el consumo mayoritario del aceite de oliva se encuentra distribuido geográficamente en el denominado “Eje Troncal”, que son las áreas metropolitanas de las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra, donde reside principalmente la clase alta.
Los principales competidores del aceite de oliva español son los aceites producidos en Argentina, Portugal e Italia. En los últimos cinco años ha sido la industria argentina la que ha seguido muy de cerca el potencial español llegando a representar casi el 30% de la cuota de mercado.
Según este informe, el factor que determina al consumidor boliviano a comprar un aceite u otro es el precio, ya que, por lo general, no existe un conocimiento generalizado para apreciar diferencias en cuanto a calidad. Además, la gastronomía nacional no cuenta con el empleo del aceite de oliva en sus platos y todavía se desconocen el abanico de usos del producto que podría llevar a tomar una decisión de compra no sólo basada en el precio.
Oportunidades
El estudio señala que, a pesar de las dificultades que presenta el sector del aceite de oliva en Bolivia, hay razones para creer en el crecimiento del consumo de este producto. Así, existen una serie de factores relacionados con la oferta y otros relacionados con la demanda que pueden guiar acerca del potencial crecimiento del sector.
En este sentido, en el caso de la demanda, el consumo per cápita de aceite se sitúa en torno a unos 14 litros por persona al año y se considera que este dato irá en aumento en los próximos años.
Otro factor es el mayor conocimiento de los usos del producto, así como una mayor conciencia en el aporte saludable del aceite de oliva en la dieta. Además, según el estudio, los consumidores bolivianos tienen cada vez mayor poder adquisitivo (aumento del PIB per cápita), y por lo tanto tienen mayor acceso a aceites de oliva de mayor calidad, lo que, a su vez, puede favorecer en el continuo aumento de las importaciones.

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