Si hay una ciudad en Bolivia que se ha
beneficiado de la prosperidad económica que ha acompañado al gobierno de Evo
Morales es El Alto, donde la creciente burguesía aymara ha reflejado su auge
con unos llamativos edificios de colores. Pero ante las elecciones del domingo,
en la que el presidente busca revalidar un controvertido cuarto mandato
consecutivo, los economistas advierten de amenazas que se ciernen sobre el país
si no se hacen ajustes.
Así como la
vida del presidente Evo Morales desde su nacimiento en una pequeña casita de adobe
del altiplano hasta sus casi 14 años en el poder en Bolivia sirve para
simbolizar el ascenso político de los indígenas, las originales obras del arquitecto Freddy Mamani, que es el
constructor de moda en ese país, permiten explicar el crecimiento de la
burguesía aymara.
Y no es que
Mamani sea uno de esos nuevos ricos de ese grupo indígena sino que los conoce
por haber construido en los últimos años un centenar de los famosos edificios
de colores inspirados en las culturas prehispánicas conocidos como cholets en
la ciudad de El Alto, aledaña a La Paz.
Los cholets
son un ejemplo del florecimiento económico vivido por los aymaras empresarios
durante el gobierno de Morales en un período en el que el país se puso a la
cabeza del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en Suramérica con una
media de casi 5% anual.
Morales, que
también es aymara, ha usado precisamente los logros de la economía como un
estandarte para pedir a los bolivianos un cuarto mandato en los comicios que
disputará el próximo domingo frente a ocho rivales, entre ellos el expresidente
Carlos Mesa (2003-2005), el senador Oscar Ortiz y el pastor evangélico Chi
Hyung Chung, entre los que tienen más apoyo.
“Hay que ser
claros. Gracias a Evo Morales ha habido un crecimiento en lo económico, en lo
social, en lo cultural”, asegura el arquitecto Mamani a Univision Noticias,
convencido de que las políticas para lograr la estabilidad económica e incluir
a los indígenas son la causa de esa prosperidad.
Pero si bien
Bolivia ha sido vista como un 'milagro económico' sobre todo por el crecimiento
durante varios años y la reducción de la pobreza extrema de 38.2 % a 15.2 %, en
el último tiempo los economistas han advertido sobre un conjunto de amenazas
que se ciernen sobre el país si no se hacen ajustes a la administración de las
finanzas.
La
prosperidad económica de Bolivia reflejada en una ciudad
Construir un
cholet, palabra que resulta de la combinación de cholo (una palabra para
referirse a los indígenas de la zona altiplánica del país) y chalet, demanda
una inversión entre 200,000 y 500,000 dólares, según Mamani, aunque algunos
estudiosos del fenómeno calculan que las obras muy personalizadas superan el
millón de dólares.
Además,
Mamani reivindica su identidad aymara y el espíritu laborioso y emprendedor de
esa cultura en sus comerciantes, importadores, transportistas, industriales y
artesanos, muchos de ellos trabajando en la informalidad y aprovechando el
hecho de que El Alto sea una ciudad situada estratégicamente en el altiplano
cerca de los puertos de Chile y Perú.
"Los
hombres y mujeres alteños no tenemos horario. Para nosotros el primer día del
trabajo es el domingo, entonces yo creo que, en función de eso, el fruto de ese
trabajo son estos edificios”, sostuvo el arquitecto que vive en El Alto.
Esos
edificios que tienen un chalet para la vivienda de los propietarios están
pensados para generar dinero: la planta baja tiene galerías comerciales y
tiendas; arriba llevan salones festivos y restaurantes y los otros pisos tienen
departamentos para alquiler o para los hijos. “Encima, uno se siente como un
rey y está conectado con la naturaleza, con el universo”, apunta Mamani sobre
la sensación que tienen los propietarios de los cholets.
La
percepción del arquitecto sobre el nuevo dinamismo alteño, por delante de La
Paz y Santa Cruz, también es compartida por los inversores, según cuenta a
Univision Noticias el joven empresario en tecnologías Mauricio Dulón.
“Hay datos
que muestran que la ciudad boliviana que más ha crecido en los últimos dos años
es El Alto, pero también juega la percepción de los empresarios que con una
visita a El Alto ven una cantidad de negocios que se están generando y la miran
como un punto de crecimiento e inversión”, dijo Dulón.
Una señal,
agregó, es que todos los bancos tienen agencias importantes en El Alto, otra
que han comenzado a crecer la industria hotelera y la del entretenimiento en la
que hoy es la segunda ciudad más populosa de Bolivia al contar con 933,000
habitantes, por delante de La Paz y por detrás de la próspera Santa Cruz, en
una población nacional de de 11.2 millones.
Antes, El
Alto era objeto de una visión centrada en la pobreza de sus habitantes
migrantes del campo y en sus rebeliones políticas contra el poder central
afincado en La Paz, pero ahora se percibe en ella un dinamismo económico y
cultural.
Las amenazas
sobre la economía boliviana
Pero pese a
que el crecimiento de esa ciudad refleja el denominado el "milagro
boliviano", la economía del país sigue siendo pequeña comparada con la de
sus vecinos al contar con un PIB nominal de 40,000 millones de dólares, aunque
en el período anterior a Morales la cifra era de 9,000 millones de dólares.
El
economista José Gabriel Espinoza explicó a Univision Noticias que el problema
más preocupante para cualquier gobierno que sea electo el domingo es el déficit
fiscal que ya lleva seis años y que en 2017 y 2018 fue el más alto de
Suramérica con porcentajes de 7.8 % y 8.1 % del PIB, respectivamente.
“El promedio
del déficit fiscal por año es más o menos de 3,000 millones de dólares, lo que
para una economía de 40,000 millones de dólares es bastante grande”, apuntó.
Pero,
además, el déficit fiscal está relacionado con el déficit comercial y con la
reducción de las reservas internacionales del Banco Central de 15,000 millones
de dólares a la mitad en cuatro años, lo que “pone en peligro la sostenibilidad
del tipo de cambio”, agregó.
Desde fines
del 2011, la cotización del dólar estadounidense se mantiene congelada en 6,97
bolivianos, lo que ha permitido un florecimiento del contrabando y de las
importaciones legales.
Los críticos
del gobierno también le reprochan el no haber aprovechado mejor los ingresos
provenientes de la bonanza de los precios del gas natural, que concluyó en
2014, para hacer transformaciones de fondo en la estructura productiva del
país, de tal forma que no sea tan dependiente de la exportación de las materias
primas como lo es ahora hasta en un 80 %.
Bolivia hoy
vende gas a menor precio a Brasil y Argentina y produce menores volúmenes por
la declinación de sus campos y por no haber encontrado nuevas reservas
comerciales.
En el
horizonte, al país también le preocupa que Argentina y Brasil hayan puesto en
marcha proyectos propios de explotación de gas y petróleo para no depender de
sus importaciones.
Los
problemas en las arcas han provocado, según Espinoza, una apertura del Gobierno
a la inversión privada y la asociación con firmas extranjeras, mostrando un
retroceso respecto de los discursos estatistas y agresivos contra los
empresarios que solía pronunciar Morales.
Morales
hablaba con fuerza del nacionalismo e incluso de socialismo, pero en la
práctica no ha dejado de fomentar el libre mercado y la informalidad, un
contraste que explicaría en parte el secreto del manejo económico positivo que
ha tenido Bolivia durante varios años, pero que ahora requiere ajustes.
El domingo,
los bolivianos decidirán en las urnas si confían una vez más en él para
hacerlos o si prefieren la alternancia en el poder. Univisión de EEUU (www.univision.com)
EVO MORALES: "YA NO SOMOS UN PAÍS DE
MENDIGOS"
Revista Financial Times de Londres (www.ft.com)
Evo Morales
pule otra tira de chicharrón y se lame los dedos. El presidente en funciones
más antiguo de América Latina parece estar saboreando no solo la montaña de
carne de cerdo frita frente a nosotros, comido en un verdadero estilo de
campaña con las manos desnudas, sino también la posibilidad de una posible y
controvertida cuarta victoria electoral el domingo. Estamos sentados en una
mesa de metal oxidada, cercada por guardias, en una aldea remota en el centro
de Bolivia donde el joven de 59 años acaba de pronunciar un discurso ardiente.
Como es habitual en estas partes, la recepción fue cálida. "La gente me
dice," Evo, si lo haces bien, lo haremos bien ", me dice.
Todos, desde
los votantes hasta los ministros y los enemigos, lo llaman "Evo". He
estado con él desde el amanecer, cuando comenzó su día en la capital, La Paz.
Condujimos a la cercana El Alto, donde se dirigió a un grupo de jóvenes de su
partido Movimiento para el Socialismo (MAS), antes de abordar el avión
presidencial para volar 200 km al sureste hacia Oruro. Luego fue en helicóptero
a la aldea de Caracollo, donde inauguró una carretera y tomó el volante de un
Land Cruiser durante dos horas para probarlo él mismo. Cuando nos detuvimos en
las casetas de peaje, pagó con dinero de su propio bolsillo. En el camino, la
gente le regaló ponchos, sombreros y guirnaldas de flores, papas y hojas de
coca. "Evo no se cansa" o "Evo no se cansa", emitió una
melodía de campaña en la radio de su automóvil. Es verdad.
En casi
todas las paradas que hicimos, la gente nos ofreció cuencos de quinua con queso
fresco rallado. "¿Te apetece almorzar con un periódico" gringo
"?", Bromeó Morales. "La quinua es buena, te dará energía".
Me pregunto si el presidente campesino es plenamente consciente de la moda de
la quinua que actualmente se extiende por los Estados Unidos y Europa
capitalistas.
Son pasadas
las 3pm antes de que finalmente nos detengamos para almorzar, preparados en un
puesto de campaña bajo una lona azul. Cuando nos ve venir, una mujer quechua
vestida con un delantal rosa y un sombrero de mezclilla saca un chorrito de
carne de cerdo de una olla profunda de aluminio y lo pone en una bandeja de
plástico, entusiasmada de poder servir comida a "mi hermano presidente
".
"¡Come,
come!", Dice Morales. "Veamos si puedes seguir el ritmo, porque
tenemos otra actividad [por venir]". Él se ríe de mi agotamiento y señala
las ampollas sangrantes en sus pies, que han estado expuestas durante la mayor
parte del día en el agudo frío andino: "Tengo que usar sandalias porque he
estado demasiado cerca". con mis pesadas botas Blundstone.
Morales está
acostumbrado a trabajar duro. A los cinco años, ya estaba pastoreando llamas en
la meseta fría de la Orinoca, en el oeste de Bolivia. Ha sido trompetista,
cocalero y sindicalista combativo. En 2006, cuando asumió el cargo de primer presidente
indígena de Bolivia, fue un momento histórico: con una túnica adecuada para un
emperador, recibió al personal del jefe en las ruinas pre-incas de Tiwanaku.
Como
reportero, lo he estado siguiendo desde entonces. Tal ha sido su influencia
como presidente que muchas personas de todo el espectro político lo describen
como el equivalente de Bolivia al Mustafa Kemal Ataturk de Turquía, alguien que
"refundó" una nación. Morales es uno de los sobrevivientes de la
"Marea Rosada" de América Latina de los gobiernos de izquierda que
dominaron la región hasta hace cinco años, y solo unas pocas horas en su
compañía son suficientes para demostrar que sus instintos como populista siguen
siendo agudos. Pero mientras se prepara para enfrentar a los votantes nuevamente
el 20 de octubre, su aura de invencibilidad comienza a desvanecerse, y un
número creciente de críticos teme que su país se esté inclinando hacia la
autocracia.
Estoy
ansioso por descubrir qué ha cambiado desde una conversación que tuvimos en
2014, poco después de que él ganó su tercer mandato, cuando me dijo que no
planeaba encontrar una forma de evitar los límites constitucionales para buscar
un cuarto. En cambio, dijo, dedicaría su tiempo a sus dos pasiones fuera de la
política, jugar al fútbol y cultivar coca, la materia prima de la cocaína, pero
un estimulante andino suave y tradicional en su forma no procesada. Tres años
más tarde, durante una visita oficial del viejo hombre fuerte de Guinea
Ecuatorial, Teodoro Obiang, se informó en los medios locales que Morales le
preguntó al líder golpista convertido en presidente de cuatro décadas cómo
ganar las elecciones con el 90 por ciento de los votos. "¿Qué te
dijo?" Morales desvía hábilmente: "Recuerdo la pregunta", dice.
"No recuerdo la respuesta".
Atacamos la
carne de cerdo, crujiente por fuera, tierna por dentro, grasienta y sabrosa en
todas partes, y sorbemos el jugo de piña de grandes vasos de plástico. Detrás
de nosotros, los partidarios cantan "¡Evo para siempre!" Es una
referencia a la disputa constitucional en 2016, cuando Morales perdió por poco
un referéndum para permitirle presentarse por cuarta vez. Sin inmutarse, sin
embargo, su partido argumentó que los límites de los términos violaban la
Convención Americana sobre Derechos Humanos. El tribunal constitucional de
Bolivia estuvo de acuerdo. Muchos votantes bolivianos, comprensiblemente, ahora
se sienten engañados. ¿Siente que es legítimo volver a correr? "Esto no
fue un invento de Bolivia, ni un invento de Evo", responde.
Aunque
Morales me dice que está corriendo nuevamente porque es una "solicitud del
pueblo boliviano", un número creciente de bolivianos no lo quiere en el
cargo por cinco años más. Las últimas encuestas sugieren que está por delante
de su contendiente más cercano, sin embargo, no está claro si el margen será lo
suficientemente grande como para evitar una segunda vuelta en diciembre. Los
críticos argumentan que su ego se está descontrolando, lo que se refleja en la
construcción de un nuevo palacio presidencial de 25 pisos en La Paz y un museo
en su lugar de nacimiento para honrarlo. Pero rechaza la idea de que ha crecido
un culto a la personalidad en torno a su presidencia. "Todavía soy un
hombre humilde, nada ha cambiado, puedes juzgar por ti mismo", dice.
En 1994,
mientras era jefe del sindicato de productores de hoja de coca, Morales fue
arrestado por agentes antidrogas entrenados en Estados Unidos. "Malditos
indios", gritaron mientras lo golpeaban. Una vez me dijo que, de niño,
aprendió tres reglas básicas de la vida andina: ama sua (no robar), ama quella
(no seas perezosa) y ama llulla (no mientas), y agregó que en la edad adulta
aprendió uno más: ama llunk'u (no seas servil). Esa es probablemente la razón
por la que golpea a sus oponentes como perros falderos del "imperio norteamericano".
Como siempre, su rostro se pone rígido cuando habla de los Estados Unidos. ¿Qué
piensa él de Donald Trump? "Es más servil al capitalismo que sus
predecesores", dice Morales. "Trump está dañando a su pueblo y, más
fundamentalmente, a la vida y la humanidad".
Como Morales
me reprende por no comer tanto como él, recurro a la economía, que está en el
centro de su campaña presidencial. A pesar de los problemas habituales que
acompañan a la regla larga (corrupción creciente, sicofanía del círculo
interno, deudas crecientes y déficits cada vez mayores), se ha manejado
razonablemente bien durante gran parte de su tiempo en el cargo. Entendió, a
diferencia de Hugo Chávez en Venezuela o Néstor Kirchner y Cristina Fernández
de Kirchner en Argentina, que un crecimiento saludable le otorgaría una valiosa
autonomía. “Sin ser economista, he aprendido cuándo subsidiar y cuándo levantar
el subsidio. También debemos saber cuándo regular el precio de los servicios
básicos como el agua y las telecomunicaciones. Por eso estamos mejor que
nuestros vecinos ".
La crítica
está dirigida no solo a su aliado socialista venezolano Nicolás Maduro, sino
también al comerciante libre Mauricio Macri en Argentina, con quien Morales se
lleva bien "a pesar de las diferencias ideológicas". Macri está
luchando con los enemigos familiares de la economía de su país (devaluación e
inflación) y puede perder en las elecciones del 27 de octubre. Le digo a
Morales que nací en Buenos Aires, hogar de decenas de miles de migrantes
bolivianos. Se ríe y dice que muchos volverán a Bolivia. La población indígena
boliviana ha sido asociada con la pobreza por los argentinos centrados en
Europa. Pero la situación ha cambiado, dice Morales, y "ahora estamos
mejor que ellos".
Hoy está más
aislado que cuando lo abrazaban gente como Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil
y Rafael Correa de Ecuador. Sin embargo, siente una oportunidad en la
humillación de un gobierno vecino favorable al mercado y está esperando el
regreso de los aliados socialistas en Argentina. ¿Su receta para ganar tantas
elecciones? “La economía es lo primero. Los gobiernos necesitan equilibrar el
crecimiento sin descuidar las inversiones sociales y públicas ”, dice.
Tomo otro
bocado de carne de cerdo y le pregunto sobre los derechos indígenas. Morales,
una etnia aymara, ha otorgado muchos derechos a la mayoría amerindia, trayendo
estabilidad a un país gobernado por sus habitantes blancos y mestizos. La
servidumbre se abolió en 1945 y hasta 1952 se prohibió a los indígenas entrar
en la plaza fuera del palacio presidencial. "Nunca habrá igualdad total,
pero debe haber algo de igualdad", me dice.
Sin embargo,
Morales está lejos de ser un liberal. Los críticos dicen que el MAS controla el
Congreso y un pequeño imperio mediático, y domina las cortes. Si completa otro
mandato, habrá sido presidente durante 20 años. Tal vez es por eso que profesa
admiración por los autócratas y populistas de larga data, incluidos los que
llama los nuevos "amigos" de Bolivia: Vladimir Putin de Rusia, Recep
Tayyip Erdogan de Turquía y Xi Jinping de China. "Bolivia no está
sola", dice, tomando un sorbo de jugo de piña.
Puede que no
sea. Pero los críticos argumentan que desperdició la oportunidad de convertirse
en un andino Nelson Mandela, un líder nacional que trató de unificar un país
dividido por el racismo, convirtiéndose en una figura similar a Paul Kagame,
construyendo una economía próspera pero a expensas de algunos derechos
democráticos. . Los partidarios responden que puso fin a cinco siglos de
opresión contra los pueblos indígenas. A raíz de los altos precios de los
productos básicos, instituyó obras públicas y esquemas de transferencia de
efectivo que redujeron las tasas de pobreza casi a la mitad durante su tiempo
en el cargo. "Hoy tenemos un estado con dignidad e identidad", dice.
Entonces, ¿por qué tiene derecho a ser presidente nuevamente? Porque "la
política no es una profesión, es pasión por la gente", dice.
Eso puede
explicar por qué Morales admite que todavía se siente incómodo en las cumbres.
“Les digo que cuando hay cumbres de jefes de estado, hay reuniones
preliminares, nos reunimos en una sala, algunos presidentes solo hablan de
negocios, a veces de sus propios negocios, y no de su gente. Es extraño ".
Morales siente que sus políticas de redistribución de los ingresos clave del
gas y la renacionalización de la industria energética, entre otras, están
teniendo eco en algunos rincones de la Gran Bretaña de hoy. "Estamos
defendiendo los derechos colectivos, no individuales, en eso estamos por
delante de los europeos", dijo.
Jeremy
Corbyn, el líder laborista británico, ha dicho que uno de los países que más
admira es Bolivia. "Se está inspirando en nuestras políticas, con la
nacionalización propuesta de los ferrocarriles y la energía, por ejemplo",
dice Morales, riendo mientras mi bolígrafo se desliza de mis dedos grasientos.
"Será bienvenido aquí". Morales agrega que estaría dispuesto a llevar
a Corbyn a la región de Chapare, donde se
cultiva coca en Bolivia. “¿Entonces
puedes enseñarle a masticar coca?”, Le pregunto. "Será un placer para mí y
para él". Más tarde en el día, Morales me enseña a masticar correctamente
las "hojas sagradas", doblando cuidadosamente algunas y colocándolas
entre sus dientes inferiores y la mejilla.
Nuestro
enfoque se rompe con la llegada de los miembros del partido, incluida la
alcaldesa local, vestida con el atuendo tradicional andino de bombín y falda
con volantes. Resulta, para mi sorpresa, que nos ha estado esperando en su casa
con un banquete de cuy frito o cuy. Cuando nos levantamos de la mesa, Morales
le pide efectivo a uno de sus asesores para pagarle al cocinero. Le pido que me
permita liquidar la factura de acuerdo con Lunch con la costumbre de FT, algo
que su ministro de comunicaciones me había advertido que sería difícil. "El
argentino-gringo quiere pagar, doña", se ríe Morales, y le entrego una
nota de Bs100 ($ 14). Nos apresuramos a través de una multitud de simpatizantes
a la casa del alcalde.
Querías
almorzar conmigo, ahora tienes que volver a comer ”, dice Morales cuando llegamos.
Lleno del chicharrón, solo puedo manejar una baqueta frágil. El presidente ni
siquiera toca la delicadeza local, sino que se pierde en una historia sobre
cómo enfureció al cubano Fidel Castro poco después de ganar sus primeras
elecciones. Antes de embarcarse en una gira vertiginosa por América Latina,
Europa, Asia y África con su característico suéter a rayas, "el que tenía
a mano", fue llamado por el difunto líder cubano. "Evo, no puedes
volar en un avión comercial, te enviaré mi avión de fabricación rusa",
dijo Castro. Morales declinó, preocupado por quién pagaría el combustible.
"No podía aceptarlo", dijo. Entonces Chávez llamó para insistir, y
cedió a sus mentores.
Hoy, tiene
medios de transporte más que suficientes para cruzar. "Ya no somos un país
de mendigos", me dice. Sus asesores dicen que, en promedio, el presidente
visita al menos tres ciudades, pueblos o aldeas bolivianas por día.
"Siento que no he cambiado. Sigo estando con la gente aquí y allá. Aunque,
antes, me quedaba despierto hasta tarde, bailando, bebiendo cerveza, no tengo
tiempo ahora ", dice. (Me dice que una vez, cuando era joven, tuvo que
empeñar su trompeta para pagar las cervezas que bebió durante una larga noche
afuera; tan pronto como ganó algo de dinero, volvió a por ella). Sin romper la
tradición, luego, nos apresuramos al helicóptero para volar a otro rendimiento
de la campaña. Cuando saltamos, Morales se frota las ampollas y las muecas.
Recuerdo que me dijo que la política era "una ciencia de sacrificio para la gente". Las ampollas parecen dar testimonio de eso. "Mi gran deseo", agregó, era retirarse y regresar a un área no muy lejos de aquí para "recordar todo por lo que habíamos luchado". Lo escuché hace cinco años. Ahora agrega que ha cedido a la "solicitud" de la gente de que sirva cinco años más en el cargo. ¿Está convencido de que la gente todavía está con él? "Siento que podría estar equivocado, pero soy optimista", responde. De hecho, puede ganar de nuevo. Pero su victoria del domingo está lejos de estar asegurada, la presidencia recibió un premio como con los dedos grasientos de cerdo frito.
Recuerdo que me dijo que la política era "una ciencia de sacrificio para la gente". Las ampollas parecen dar testimonio de eso. "Mi gran deseo", agregó, era retirarse y regresar a un área no muy lejos de aquí para "recordar todo por lo que habíamos luchado". Lo escuché hace cinco años. Ahora agrega que ha cedido a la "solicitud" de la gente de que sirva cinco años más en el cargo. ¿Está convencido de que la gente todavía está con él? "Siento que podría estar equivocado, pero soy optimista", responde. De hecho, puede ganar de nuevo. Pero su victoria del domingo está lejos de estar asegurada, la presidencia recibió un premio como con los dedos grasientos de cerdo frito.
ALVARO GARCÍA LINERA: “NUESTRO MODELO ECONÓMICO
COMBINA GLOBALIZACIÓN DONDE NOS CONVIENE Y PROTECCIONISMO DONDE NECESITAMOS”
El vicepresidente de Bolivia confía en que Evo Morales
ganará este domingo, amparado por los números de la economía.
El Clarín de Argentina ()www.clarin.com)
Dejó de
llover -por poco tiempo, se verá luego- y el sol asoma entre las nubes
plateadas. Un enjambre de autos y camionetas zigzaguea por las calles empinadas
del centro de La Paz y el olor a pollo frito de los locales de comida se mezcla
con el del humo que despiden algunos de los minibuses que circulan atiborrados
de gente. Ya cerraron las campañas y rige la veda electoral para las presidenciales
de este domingo en Bolivia. La ciudad
sigue su ritmo habitual luego de unos días tensos, con acusaciones cruzadas
entre el gobierno y la oposición y algunos episodios de violencia en regiones
como Potosí y Santa Cruz de la Sierra. El vicepresidente Alvaro García
Linera sin embargo minimiza los conflictos y confía en que el Movimiento al
Socialismo ganará en primera vuelta y seguirá en el poder cinco años más.
“Mientras la economía va bien, la política también va bien”, explica.
García
Linera, un ex guerrillero que se define marxista y se ha dedicado a los
estudios de sociología y filosofía, acompaña al presidente Evo Morales desde su primer mandato. Y aunque se lo ha
mencionado como un posible sucesor, rechaza la sugerencia. En medio de una
jornada maratónica de reuniones y entrevistas, recibió este jueves a Clarín
en el palacio de la Vicepresidencia, en la equina de Mercado y Ayacucho, a dos
cuadras de la Gran Casa del Pueblo, la enorme torre vidriada inaugurada pocos
meses atrás como nueva sede del gobierno, justo detrás del histórico Palacio
Quemado. Y aunque no está claro si el oficialismo logrará el 50% de los votos
-o el 40% y 10 puntos de ventaja sobre el segundo candidato- necesarios para
evitar una segunda vuelta, el vicepresidente se muestra confiado.
-Este último
tramo de la campaña ha sido tenso, con algunos episodios de violencia...
-Son
tensiones políticas que no son extraordinarias. Me acuerdo que en la campaña de
2014 tuvimos un bloqueo de caminos de una mina estatal, con heridos. Es que
algunos sectores creen que pocos días antes de las elecciones es un buen
momento para presionar al gobierno para obtener cosas rápidas. Creen que un
gobierno, por obtener votos, cederá fácilmente. Eso sucede cuando los gobiernos
son débiles, no cuando son fuertes y tienen una mirada de los tiempos estatales
por encima de los tiempos electorales. Ha habido un conjunto de movilizaciones
ha habido violencia de algunos sectores minoritarios, pero no diferente a lo
que ocurre con frecuencia en días previos a las elecciones.
-Las últimas
encuestas muestran una ventaja del presidente Evo Morales pero no está claro si
deberá ir a una segunda vuelta con el ex presidente Carlos Mesa, que aparece en
segundo lugar. ¿Qué perspectivas tiene?
-Creo que
independientemente de encuestas más o menos serias, en todas hay una tendencia
a una victoria en primera vuelta del MAS. La última es la que se publicó el
domingo, la de Ipsos, que nos coloca con 40 a 22%. Todas las encuestas sin
excepción, aun las hechas por la oposición nos dan mayoría absoluta en la
cámara de senadores y en la de diputados. La duda es si logramos mantener los
dos tercios que tenemos actualmente. Nos estamos esforzando por llegar a la
votación de los dos tercios.
-¿Por qué
tanto interés en obtener los dos tercios?
-Nuestro
interés es tener mayoría absoluta en ambas cámaras, si no usted tiene un
gobierno dividido. Es lo que nos pasó en 2006. Teníamos el Ejecutivo, que
ganamos por 54%, teníamos la cámara de diputados pero el Senado estaba en manos
opositoras. Y fue una gestión complicada para aprobar leyes. El presidente Evo
tuvo que marchar, hacer huelgas de hambre para aprobar lar renta para las
personas mayores a 60 años. Cuando usted tiene un gobierno dividido, la gestión
se torna más lenta y más complicada.
-En las
últimas semanas se han hecho cabildos que llamaron a no reconocer la victoria
de Evo Morales. Consideran que su candidatura no es legítima, ya que en el
referéndum de febrero de 2016 una mayoría rechazó una nueva reelección del
presidente.
-A excepción
del cabildo de Santa Cruz, son las fuerzas opositoras que ya saben que van a
perder y abren el paraguas. El cabildo de Santa Cruz tiene otra connotación,
ahí sí ha habido una masiva movilización que ha expresado otro tipo de
malestar. No han estado solo los representantes de los partidos, sino que ha
habido ciudadanía, clases medias. Es un hecho social, hay un malestar de
sectores propietarios que son un llamado de atención para el gobierno y así lo
hemos visto.
-¿Por qué?
-Nosotros
venimos de una base más campesina obrera, de inicio. Luego logramos encontrar
acuerdos con el sector agroindustrial cruceño que es el núcleo de la economía
cruceña. Y hemos avanzado bastante, pero dejamos de lado a los interlocutores
de otros sectores, como construcción, servicios, hotelería, comercio. Son otros
sectores de clase media o media alta que forman parte de la nueva Santa Cruz.
Ahí quizás no hemos tenido la suficiente habilidad para encontrar o entender
sus preocupaciones y esa fuerza es la que ha logrado canalizar un malestar en
el Cabildo. Ese sí merece un tratamiento distinto.
-¿Usted cree
que una eventual victoria de Evo Morales este domingo puede derivar en hechos
de violencia, en un desafío mayor de los sectores opositores?
-No creo.
Pero en todo caso, desde que hemos llegado al gobierno sabemos que la
gobernabilidad tiene dos pilares: la que se logra con el voto en el Parlamento
y la que logramos en las calles. En los cierres de campaña hemos mostrado a
todos que las calles siguen siendo nuestras.
-Varios
analistas coinciden en que la popularidad de Evo Morales ya no es la misma de
hace unos años, sobre todo por esta nueva postulación, que desoye el referéndum
de 2016.
-Es posible
que este tema del referéndum pese en la reflexión o en la actitud de ciertos
sectores de clase media tradicional. Pero creo que no tiene un efecto
importante en los sectores populares del país, urbanos y rurales, por un hecho
fundamental: mientras la economía va bien, la política también va bien. Eso es
clave.
-Es cierto
que Bolivia ha tenido un enorme crecimiento económico y una gran estabilidad
política. Pero esa bonanza empieza a debilitarse. Los precios de las
materias primas caen, algunos contratos de venta de gas vencen. Crece el
déficit fiscal... Se ven señales no tan positivas.
-Algunos
sectores opositores han visto señales de alarma desde que asumimos. Primero que
no iba a haber inversiones extranjeras por la nacionalización de los
hidrocarburos. Y eso nos iba a llevar al precipicio. Cuando vieron que hicimos
nuevos contratos con las petroleras, entonces la preocupación era la inflación.
Cuando esa idea pasó de moda, se quedaron tranquilos un par de años, luego nos
dijeron que la crisis mundial iba a llevarnos al despeñadero. De hecho el
petróleo cayó de 140 dolares a 28 y el estaño que exportamos cayó de 12 dólares
a 7 la libra. También la soja... Y seguimos creciendo pese a todo. Pese a la
recesión mundial, la economía ha crecido por encima del 4% anual. Ahora
entonces el problema es el déficit. Ciertamente hay un contexto internacional
que reduce las oportunidades. Pero lo que no entienden esos críticos es que la
economía boliviana se mueve con dos motores, el mercado externo y el mercado
interno. Ese ha sido el aporte macroeconómico de nuestra experiencia. Allá
donde hay oportunidades, exportar todo lo que se pueda. Antes exportábamos
2.200 millones de dólares, ahora exportamos 10.000 millones, casi 5 veces más.
Pero allí donde se pueda, proteger. Tenemos un modelo económico muy heterodoxo.
Y combina globalización donde nos conviene y proteccionismo donde necesitamos.
No nos hemos aferrado a ninguna de las dos opciones. Hemos tomado medidas de
sustitución de importaciones. Vamos a exportar más todavía. Vamos a exportar
litio, derivados de la petroquímica. Estamos empezando a sustituir
importaciones de combustibles, usando biodiesel, o de cemento, que antes
importábamos de Perú y estamos comenzando a producir. Aprovechando las
libertades comerciales para vender nuestros productos a donde se pueda. Estos
son los mecanismos que permiten que con precios altos y con precios bajos, la
economía haya mantenido una estabilidad ascendente. Y para los siguientes años
tenemos la misma lógica de movernos en este complejo mundo donde se han roto
los paradigmas del destino final de la humanidad, movernos de manera muy
práctica y muy pragmática.
-El gobierno
del Movimiento al Socialismo ha sido en lo económico muy capitalista...
-Pero un
capitalismo sometido a justicia y a igualdad. Los bancos han crecido, los
ahorros han crecido mire, de 2.700 millones a 27.000 millones de dólares. Pero
el 50% de la banca va al Estado para financiar la renta universal para los
ancianos, la educación gratuita de los niños, y a la vez potenciar la economía
tradicional agrícola o comunitaria mediante procesos de transformación y nuevas
teconologías. Potenciamos el lado más social pero también aprovechamos el lado
más capitalista imponiendo un conjunto de reglas tributarias que hacen que el
excedente pueda ser transferido hacia los sectores más vulnerables. Hay
sectores modernos, capitalistas, pero con una tasa impositiva muy elevada.
Hemos sacado de la extrema pobreza al 30% de la población. Y nuestro reto es en
los próximos cinco años sacar a 10% más para quedarnos con una cifra de 5%.
-Vuelvo a la
pregunta sobre el malestar que genera esta nueva postulación de Evo Morales...
¿Por qué el MAS no presentó otro candidato?
-Puedo
responderle legalmente y luego políticamente. Legalmente, el referéndum fue
hecho para reformar un artículo constitucional. La gente dijo no, por mínimo
porcentaje pero dijo no. Ese articulo sigue en la Constitución, no se ha
modificado. Pero ese artículo,161, entra en colisión con otro artículo de la
Constitución, el artículo 13, que dice que los tratados internacionales que
Bolivia firma en materia de derechos humanos están por encima de la
Constitución. Y hay tratados que avalan la posibilidad de que una persona pueda
repostularse. Entonces hay un órgano llamado a resolver: el Tribunal
Constitucional, que decidió que había que respetar ese derecho. Ahora la
respuesta política: en momentos excepcionales las clases populares se unifican.
Y en estos años lo han hecho en la figura de Evo. Las clases populares,
indígenas, campesinas, obreras, que por lo general están fragmentadas y optando
por muchos caminos, en su condición de subalternidad se cohesionan tras la
insurrección de 2003, 2004 y personifican su unificación en Evo. ¿No le parece
sensato que esas clases subalternas busquen reiteradas veces pelear por su
unificación y su cohesión mediante la oportunidad de que su candidato siga
optando al voto del pueblo?
-¿No se
convierte en un culto a la personalidad?
-En las
revoluciones verdaderas en las sociedades, y ustedes lo saben bien con Perón,
la gente personifica sus acciones. No hay transformación y revolución verdadera
que no personifique los logros en términos de unificación. Y en el caso de Bolivia
ha sucedido esto. Una combinación excepcional de acciones colectivas que
transforman el Estado y se personifican. Y en este caso es Evo. Y entonces por
qué no pelear para que este esfuerzo logrado tenga la oportunidad de volver a
postularse. Al fin y al cabo, lo que va a decidir va a ser el voto de las
personas.
-Si el
presidente no gana este domingo, es posible que en una segunda vuelta la
oposición se una y logre una victoria...
-Entre enero
y junio, las encuestas decían que en una segunda vuelta ganaba la oposición.
Ahora las encuestas nos dan ganadores. Confiamos que hay un voto escondido,
votantes del MAS que no lo dicen en las encuestas, pero luego nos votan.
Confiamos en que tendremos una victoria en primera vuelta.
-Qué harán
si pierden?
-Lo que
hicimos siempre, seguir peleando por los intereses de la gente más pobre, con
ideas, con propuestas. Ahora todos se unen para que no entre Evo, que se vaya
el indio. Pero no hay propuestas.
EL MILAGRO DE EVO: "13 AÑOS DE GOBIERNO Y
DOS TERCIOS DE LA POBLACIÓN APLAUDE LA GESTIÓN ECONÓMICA"
"Vamos a darle una paliza a los
neoliberales", dijo Evo Morales ante las 300.000 personas que asistieron
al cierre de la campaña del Movimiento al Socialismo (MAS), de cara a la
primera vuelta del 20 de octubre. Por su parte, el expresidente Carlos Mesa,
del Movimiento Comunidad Ciudadana, prometió que si gana transformará
radicalmente al país.
Sputnik News de Rusia
(www.mundo.sputniknews.com)
Si el
próximo domingo Morales supera el 50% de los votos u obtiene al menos 40% y
aventaja en 10 puntos a su rival más cercano, no habrá segunda vuelta el 15 de
diciembre. En ese caso, se consolidaría como el presidente democrático de mayor
duración en su país y en toda la región.
Por el
momento casi todas las encuestas le dan una intención de voto que supera el 30%
y en algunas ronda el 40%. En todas figura por encima de Carlos Mesa, que obtendría entre 22 y 28% de respaldo.
En tercer
lugar figura el senador opositor Óscar Ortiz de la alianza Bolivia Dice No, con
10% de la preferencia y cuarto, con 6%, se posiciona el pastor presbiteriano
coreano-boliviano Chi Hyun Chung, del Partido Demócrata Cristiano.
Las
restantes cinco candidaturas no superan el 3% de intención de voto, el mínimo
exigido a los partidos para acceder a la distribución parlamentaria.
Este domingo también se eligen los 130 diputados y los 36
senadores para el período gubernamental 2020-2025.
Un país, dos
modelos
El analista
del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, Sergio
Pascual, resumió a Sputnik desde el país suramericano las propuestas de los dos
principales candidatos.
"Cuando
fue presidente, Mesa (2003-2005) apostaba por la privatización de los recursos
naturales y fue parte de una represión brutal a los movimientos populares que
se levantaron contra la venta del gas a Chile en ese momento", señaló el
entrevistado.
El opositor
"forma parte de una derecha que cuando empieza a perder pie y ninguna
encuesta le da posibilidad de segunda vuelta se gira rápidamente al
autoritarismo; representa una derecha de débiles convicciones democráticas", consideró Pascual.
El proyecto
de Mesa se basa "en un programa económico que fracasó en el pasado en
Bolivia (...) y que ya estamos viendo que lo ha hecho en Argentina y en
Ecuador", agregó.
En
contraposición, Morales, "el indígena que llegó al poder" en 2006,
incluyó desde el vamos en su proyecto a la población que "había estado
olvidada desde hace siglos, desde la época de la invasión española".
"En
materia de política económica es valiente y le dice a las poderosas
transnacionales carburíferas que en Bolivia hay que dejar al menos 82% de lo
que se extraiga", opinó el analista.
Recordó que tras
las protestas iniciales y las amenazas de juicio, todas esas transnacionales
"acabaron firmando y el país hoy es más rico, casi 74.000 millones de
dólares ganó con esa política".
Evo, un rara
avis
Durante la
campaña, Morales "planteó que durante todos estos años se ha conseguido
universalizar el acceso a un mínimo de confort y de consumo en la sociedad
boliviana, pero que todavía falta un salto adelante, que vendrá con el proceso
de industrialización", explicó el entrevistado.
"Es
inusitado que después de 13 años de Gobierno nos encontremos con una población
que en su 50% demuestra emociones positivas hacia el devenir del país",
agregó Pascual, y destacó que solo uno de cada tres bolivianos se encuentra
cansado del Gobierno de Evo.
"En el
caso de argentina 70% se sentía harto, cansado o hastiado después de sólo
cuatro años del espejismo neoliberal que han vivido", comparó el analista
de CELAG.
EL EXTRAÑO FENÓMENO DE BOLIVIA: EVO MORALES, EL
CAPITALISTA MENOS PENSADO
El ex líder de los sindicalistas cocaleros
logró, en casi 14 años de gobierno, un crecimiento económico inédito. Pero sus
detractores denuncian su autoritarismo y censura. Claroscuros de un gobierno
que busca eternizarse en el poder.
Clarín de Argentina (www.clarin.com)
Evo Morales contó
muchas veces cómo de chico comía las cáscaras de naranjas y bananas que
arrojaban por las ventanas los pasajeros de los micros cuando él cruzaba a pie
de Oruro a Cochabamba, en el centro del país. Y soñaba con algún día poder él
también viajar en esos ómnibus y tirar cáscaras de frutas. Ahora, luego de casi
14 años en el poder, pasa por allí en helicóptero o en avión y se enorgullece
de haber sacado de la pobreza a millones de personas. Con el socialismo como
bandera, el primer presidente indígena de Bolivia supo conducir la economía con
pragmatismo y logró una transformación evidente en este país, riquísimo en
recursos naturales pero que durante décadas fue el más pobre de América del
Sur.
En la recta
final de una enérgica campaña para una nueva reelección, el momento de
esplendor del presidente comienza a apagarse y hoy ya no cuenta con los niveles
de aprobación que le permitieron tres mandatos consecutivos. Este domingo, el
ex sindicalista cocalero enfrenta un duro desafío en las urnas. Y, por primera
vez desde 2006, el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) corre el riesgo
de ser desplazado del poder.
Pero
blandiendo las cifras de la economía, el oficialismo se ilusiona con una nueva
victoria. Bajo su mandato, Morales llevó al país a un auge económico y a una
estabilidad política y social inéditos en décadas, pese a que las medidas
que anunció apenas llegó al Palacio Quemado -reemplazado pocos meses atrás
por la "Casa Grande del Pueblo", la imponente nueva sede de
gobierno- generaron una férrea resistencia. En especial, la nacionalización
de hidrocarburos, que fue clave en estos años de bonanza económica.
Al ritmo de
los altos precios de las materias primas –en especial el gas y el petróleo-
hasta 2012, se construyeron y asfaltaron rutas, se mejoró el sistema de
transporte, se renovaron aeropuertos, se puso en marcha un moderno teleférico
en La Paz. La economía creció a un promedio del 4,5% anual y hasta se envió al
espacio el primer satélite de Bolivia.
Días atrás,
el Ministerio de Economía informó que Bolivia redujo la pobreza extrema en 23
puntos porcentuales entre 2005 y 2018, y se convirtió en el país sudamericano
que más disminuyó este indicador.
Según la Unidad
de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) del Ministerio de
Economía, la pobreza extrema descendió de 38,5% en 2005 a 15,2% en
2018. La pobreza moderada bajó de 60,6% a 34,6%.
Los datos
son resultado, afirma el gobierno, de los programas sociales como el Bono
Juancito Pinto entregado a los estudiantes, la Renta Dignidad para los mayores
de 60 años y el Bono Juana Azurduy para mujeres embarazadas. A esto se suman
los aumentos del salario mínimo por encima de la tasa de inflación y una
serie de subsidios que hicieron que una gran masa de la población que antes era
pobre se incorporara la clase media.
Bolivia
"tiene buenos indicadores sociales, aumentó la esperanza de vida de la
gente (a 70,7 años), en fin, todos los indicadores son algo impresionante
(...), para que la gente pueda estar segura de que estamos avanzando por buen
camino", se enorgullece el ministro de Economía, Luis Arce, en plena
campaña.
A pesar de
la caída del precio del petróleo, la economía del país creció el año pasado en 4,2%,
uno de los índices más altos de la región, y se prevé una expansión del 4% para
este año.
El boom de
los commodities
“Estamos
mejor que hace 10 o 15 años. Bolivia ha recibido mucho más dinero por la venta
de sus productos, especialmente los hidrocarburos. Se ha redistribuido la
riqueza con políticas sociales y se han logrado avances en inclusión social”,
explica a Clarin el analista Carlos Cordero, profesor de Ciencias
Políticas en la Universidad Mayor de San Andrés, en La Paz.
“El auge de
las materias primas favoreció a toda Sudamérica, pero, de manera particular a
Bolivia por ser una economía pequeña que gozó de un crecimiento
proporcionalmente mayor de sus reservas internacionales respecto al PBI”,
detalla a su vez el economista Alberto Bonadona Cossío, profesor e investigador
asociado de la Universidad Católica Boliviana.
“El PBI
creció en un promedio de 4,5% entre 2003 y 2014 y las reservas lo hicieron a
una tasa promedio de 29% en similar período, y en un 34% entre 2003 y 2012.
Este fenómeno es único en la historia de Bolivia, y le ha permitido gozar de
una estabilidad económica excepcional”, remarca Bonadona. Además, agrega, “ha
favorecido la expansión de su mercado interno con un gran crecimiento de la
construcción de inmuebles y carreteras, del comercio formal y principalmente
del informal”.
Sin embargo,
señala, no se generó una base material productiva que permita ahora mantener
ese nivel de reservas, cuando los precios de las materias primas caen a nivel
global. Y esa bonanza comienza a decaer.
El déficit
fiscal crece desde hace seis años y en 2018 se situó en torno al 7%
del PBI. También cae la inversión privada y las reservas, mientras aumenta la
deuda pública.
La
nacionalización de los hidrocarburos, que Evo Morales anunció como la gran
revolución de su gobierno, pocos meses después de asumir, generó una catarata
de críticas y puso en pie de guerra a las empresas extranjeras que hasta
entonces se habían llevado enormes beneficios vendiendo el gas boliviano. Pero
la paz no tardó en llegar. Las petroleras, como la brasileña Petrobras, la
española Repsol o la francesa Total, terminaron renegociando sus contratos y en
estos años siguieron ampliando sus arcas con los recursos bolivianos. ¿Cómo
ocurrió?
“Lo cierto
es que en el sector hidrocarburos no hubo una nacionalización sino una
migración de contratos que obligaron a las empresas productoras de gas a
consolidar los resultados monetarios en la contabilidad de la empresa estatal
YPFB”, explica Bonadona.
Las empresas
“nacionalizadas” fueron compensadas en el primer gobierno de Evo con precios
que se establecieron internacionalmente. “Esto hizo que las inversiones
extranjeras en Bolivia lleguen a ser mayores en la etapa de Morales que en la
etapa de mayor privatización de los años 90”, agrega el economista.
"Fue
una nacionalización light", ilustra a su vez la politóloga Erika Brockman.
Discurso
socialista, economía capitalista
Muy cercano
a gobiernos de izquierda o centroizquierda en América Latina, desde la
Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro hasta los más moderados Michelle
Bachelet, Pepe Mujica, Néstor Kirchner o Lula da Silva -otro ex sindicalista
que fue pragmático en lo económico-, Evo Morales se ha acomodado sin conflictos
a los gobiernos conservadores que llegaron a la Argentina, Chile y Brasil.
Aunque los
detractores de Morales lo vinculan en forma permanente con el modelo chavista
de Venezuela, lo cierto es que el gobierno boliviano ha sido mucho más
capitalista en lo económico. El vicepresidente Alvaro García Linera lo
expuso claramente en una entrevista con Clarín en La Paz este jueves:
"Tenemos un modelos económico muy heterodoxo. Combina globalización donde
nos conviene y proteccionismo donde necesitamos. Es un capitalismo con fuerte
presencia del Estado".
“Somos
proteccionistas donde nos conviene y somos librecambistas donde necesitamos.
Apostamos a las exportaciones donde nos conviene, protegemos nuestra industria
y mercado interno donde necesitamos”.
Las mejoras
en el panorama económico no fueron la única marca de este gobierno. Evo logró
una estabilidad política que el país no había vivido en décadas. Tras la
convulsionada caída de Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003 en medio de una
revuelta popular y la agitada presidencia de Carlos Mesa -su principal
contrincante en las elecciones de este domingo- que duró apenas dos años,
el MAS logró apaciguar el malestar general.
También ha
habido “transformaciones importantes a nivel jurídico”, señala el analista
Cordero. “La reforma constitucional de 2009 permitió una nueva distribución del
poder. Se han producido cambios en la sociedad. Sectores antes desplazados
ahora tienen representación en el Parlamento, en los gobiernos departamentales,
en los municipios. La participación de los pueblos indígenas es predominante en
áreas rurales. Ahora se ven mujeres con ‘polleras’ –la vestimenta típica de las
indígenas aymaras- en la administración pública, como empleadas en los bancos”,
describió.
La nueva
Constitución consagró a Bolivia como un "Estado plurinacional" orientado
a la integración indígena y una economía de base estatal. Fue el marco legal
para la incorporación a la vida política de sectores históricamente marginados.
Pero el
gobierno del MAS despertó el rechazo de una porción cada vez mayor de la
población por su postura frente a las opiniones disidentes. “El gobierno ha
utilizado el aparato judicial para silenciar a las voces críticas. El Estado ha
tratado de censurar encuestas realizadas por las universidades que no los
favorecen”, afirma Cordero.
El
referéndum de 2016 y la reelección indefinida
Pero lo que
desató más indignación fue la decisión del presidente de desoír a una mayoría
de la población que, en un referéndum en 2016, le dijo No a la posibilidad de
una nueva reelección. Fue la primera gran derrota de Evo en diez
años de gobierno: el 51,33% votó por el No, contra el 48,67% que dijo sí.
Pero en
noviembre de 2017, en una polémica decisión el Tribunal Constitucional de Bolivia
admitió una demanda del oficialismo y autorizó la reelección indefinida del
presidente, pese a que la Constitución afirma que el presidente puede ser
reelecto por una sola vez de manera continua".
“La
democracia es alternancia. Evo ya lleva tres períodos. La ciudadanía se expresó
en el referéndum. Este es un régimen no democrático, que se cree dueño del
Estado y de la política”, opina Cordero. Y esta sensación está presente en una
masa cada vez mayor de la población.
A esto se
suman algunos casos de corrupción que han ensuciado al gobierno y a sus
aliados. “El gobierno aseguraba que los indígenas eran la reserva moral. Pero
se han desatado escándalos de corrupción que tocan a grupos indígenas”, dice a Clarín
la politóloga Brockman. Y coincide en que lo que se le critica especialmente al
gobierno es “no haber generado garantías constitucionales de separación de
poderes. Es un gobierno autocrático, autoritario”.
Los últimos
días de campaña han sido agitados. Las encuestas vaticinan una victoria de Evo,
pero la gran incógnita es si alcanzará la mayoría necesaria para evitar una
segunda vuelta, prevista para el 15 de diciembre y en la que sí podría ser
derrotado.
El
oficialismo confía en una amplia ventaja este domingo, pero la oposición ya
habla de un posible fraude y amenaza con no reconocer un triunfo de Morales,
que a su vez denuncia un intento de "golpe de Estado". Para evitar
una segunda vuelta, Evo necesita obtener el 50% de los votos, o el 40% y 10
puntos de diferencia con el segundo. Y, según las encuestas, esos números son
posibles pero no están asegurados.
Habrá que
ver si el llamado "Evonomics" alcanza para cinco años más de Morales
en el poder.
¿HA SIDO EVO MORALES REALMENTE EL PRESIDENTE DE
LOS PUEBLOS INDÍGENAS?
Euronews dee España (www.es.euronews.com)
"Con
este rito vamos a seguir haciendo llover para toda Bolivia". Es habitual
ver a Evo Morales ataviado con los tradicionales poncho y chullo
participando en ceremonias de los pueblos indígenas desde su elección como
presidente del país andino en 2005.
Campesino de
origen aymara y antiguo líder cocalero, Morales no solo se ha limitado a
escenificar su apoyo a esta comunidad que representa el 62,2% de la población
boliviana, sino que ha incorporado valores, instituciones y símbolos en la
Constitución. Bajo su mandato como primer presidente indígena de América
Latina, conceptos como la “Pachamama” (la madre tierra) y “Sumaj kawsay” (el
buen vivir, en quechua) han entrado a formar parte del discurso político.
Según el
Banco Mundial, Morales también ha mejorado el acceso de los indígenas a
servicios públicos básicos como el alcantarillado o la electricidad y ha
contribuido a que disminuyan sus niveles de pobreza.
Una encuesta
realizada por Latinobarómetro muestra que el apoyo a la democracia entre los
bolivianos aumentó un 71% en 2009, en parte debido a las políticas de inclusión
de Morales. Pero, en 13 años de presidencia, han surgido voces críticas que
cuestionan que su liderazgo no ha respetado los verdaderos valores indígenas.
“Morales, como
presidente de Bolivia, es responsable de la violación sistemática de los
derechos fundamentales que viven día sí y día también tantísimas comunidades
indígenas en Bolivia”, dice a Euronews Laura de Luis de Survival International,
quien critica los modelos económicos promovidos por el mandatario boliviano
basados en el agronegocio y la ganadería.
Amnistía
Internacional (AI) también expresa preocupación en torno a la garantía de los
derechos humanos de los pueblos indígenas en Bolivia. Maria Jose Veramendi de
AI señala el caso del pueblo indígena Tacana II, en aislamiento voluntario en
la Amazonía boliviana. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
recibió en 2016 una solicitud de medidas cautelares para proteger a esta
comunidad, cuya supervivencia se vería afectada por la exploración petrolífera
en su territorio. A día de hoy, esta petición aún no ha sido resuelta.
Otro ejemplo
que cita Veramendi es cuando Morales anunció en 2011 la construcción de una
carretera que cruzaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure
(TIPNIS), una de las principales reservas de agua del país y donde vivían
aproximadamente 14.000 personas, la mayoría de ellas de comunidades indígenas.
A pesar de las manifestaciones en contra del proyecto y del rechazo de las
comunidades indígenas de la zona, el Gobierno no dio marcha atrás.
Reynaldo
Flores Díaz, defensor de los Derechos Humanos, fue uno de los líderes de este
movimiento y asegura a Euronews que al encontrar resistencia, el Estado
boliviano “compró algunos líderes indígenas”.
Estos
supuestos sobornos se enmarcan en uno de los mayores casos de corrupción de la
historia reciente de Bolivia. Más de 200 personas están siendo procesadas por
presunta corrupción del Fondo Indígena, por el que millones de dólares
destinados al desarrollo de zonas indígenas acabaron en cuentas particulares,
utilizados según el activista, para “comprar líderes” y así fragmentar y
dividir la Amazonía.
Para Flores,
el mandato de Morales ha mezclado a tres organizaciones con una visión
antagónica del medioambiente y la tierra: el movimiento indígena, el
colonialista y el campesino.
Flores
defiende que no es posible su coexistencia porque en la visión indígena, la
tierra pertenece a todas las comunidades, y en la campesina, la propiedad
privada es fundamental. A su juicio el perdedor en estos conflictos de interés
es siempre el indígena, “porque no tiene esos sindicatos que hacen aportes de
recursos económicos”.
Por otra
parte, el activista dice que las políticas de Morales respecto a las 36
naciones indígenas no son igualitarias y que el presidente boliviano está
claramente beneficiando a la población aymara a la que él pertenece. “Practican
la colonización territorial y cultural y eso ha traído mucho dolor a las
culturas amazónicas que están desapareciendo”, indica.
La bandera
"wiphala" fue reconocida como símbolo del Estado Boliviano en 2008,
con sus rombos en los colores del arcoiris se ha establecido como un símbolo de
las poblaciones indígenas en general, pero en realidad, representa
históricamente a las comunidades de los Andes, obviando que en Bolivia, también
existen otros pueblos indígenas.
Flores cita
el ejemplo de los Yuqui, una etnia presente entre Cochabamba y Santa Cruz que
ahora se encuentra en peligro de desaparición por la introducción del cultivo
de coca.
La
producción de esta hoja ancestral se ha multiplicado durante el mandato de
Morales. El Congreso de Bolivia autorizó en 2017 a expender de 12.000 a 22.000
hectáreas los campos de cultivo de coca. Sin embargo, la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) afirmó que 24.500 fueron
registradas en 2017.
Desde el
pasado mes de agosto, los incendios han asolado más de cinco millones de
hectáreas, la selva boliviana atraviesa una crisis medioambiental sin
precedentes y las comunidades indígenas sufren las consecuencias.
Para
recuperar la riqueza de esos territorios se necesita una inversión millonaria
que, según Flores Díaz, el Gobierno no estará dispuesto a hacer. Explica que ni
siquiera se ha modificado el decreto que permite “los asentamientos y las
quemas indiscriminadas” en la región. Pero, “esos nuevos asentamientos se pagan
con el voto en las elecciones”, denuncia. “Son estrategias políticas para
llegar a zonas y territorios donde al actual partido le ha sido difícil
llegar”.
A nivel
internacional la imagen de Evo Morales es distinta. “No tiene esa cosmovisión
indígena de la preservación del medioambiente, pero tiene un buen discurso”,
afirma Flores. El presidente boliviano ha puesto voz a las luchas de los
pueblos indígenas en grandes eventos mundiales. Por ejemplo, el pasado mes de
febrero fue el principal orador de la ceremonia
en la Asamblea General de la ONU para preservar las lenguas indígenas.
Pero, aunque
se siga presentando como el presidente indígena, sus políticas sobre el
compromiso que tiene con los pueblos originarios y la Pachamama son cada vez
más cuestionadas.
DIEGO PARY RODRÍGUEZ: "LOS BOLIVIANOS NO
DESEAN VOLVER AL PASADO"
Piensa Chile (www.piensachile.com)
«Antes se
hablaba de las dos Bolivias: una Bolivia de los indígenas, los obreros, los
campesinos y otra Bolivia, del sector empresarial, del sector más acomodado en
el país. Con la Asamblea Constituyente de 2006 se logra unir a todo el pueblo
boliviano y hacer que cada boliviana y boliviano se sienta identificado con su
Estado”, afirmó Diego
Pary Rodríguez, canciller boliviano en diálogo con el Foro de Comunicación para
la Integración de Nuestra América.
A muy pocos
días de las elecciones generales en Bolivia, el Foro de Comunicación para la
Integración de NuestrAmérica entrevistó al Ministro de Relaciones Exteriores
del Estado Plurinacional de Bolivia Diego Pary Rodríguez. El diálogo tuvo lugar
en los estudios centrales del Sistema Nacional de Radios de Pueblos Originarios
en conexión con Quito y Córdoba y fue retransmitida para toda América Latina a
través de la red de ALER.
Política
exterior e Integración regional
La
conversación se inició con la consulta sobre los logros más sobresalientes de
la política exterior de Bolivia durante el gobierno de Evo Morales.
El canciller
de Bolivia indicó que la “contribución más importante ha sido la de poder
crear, construir, una política exterior independiente, digna, con identidad
propia y soberana”. Bolivia no es más un mero acompañante de las posiciones
hegemónicas de otros países en el mundo sino que propone, participa y es parte de
las decisiones en los diferentes foros multilaterales.
La
diplomacia boliviana es capaz de dialogar y trabajar no sólo con quienes
coinciden con nuestras posturas ideológicas, sino también con aquellos que no
comparten nuestra visión. De allí que Bolivia se ha convertido en una bisagra
para la integración sudamericana y latinoamericana, por esa capacidad de
articular en base a intereses comunes de los pueblos, agregó Pary.
En relación
al futuro de UNASUR, y más específicamente con relación a versiones sobre un
posible traslado de la Secretaría General a Bolivia, el diplomático dijo que es
cierto que la Unasur atraviesa dificultades en este momento debido a la
decisión de algunos países de no participar, “pero también sabemos que los
organismos internacionales nunca mueren.”
Afirmó
además que UNASUR está vigente y en el momento en que haya un cambio en la
región y los países miembros decidan retomar su funcionamiento, UNASUR volverá
a articular a todos los Estados suramericanos. “Es uno de los organismos que se
han creado para integrar a nuestros pueblos sudamericanos y en ese marco
seguiremos apoyando y promoviendo que los pueblos de la región se puedan
integrar, se puedan unir.”
Respecto al
tema de la Secretaría General “es un tema que se deberá discutir, si es que su
sede original ya no ofrece condiciones”. A la fecha, el único Estado miembro
que ha denunciado el Tratado Constitutivo de UNASUR es Colombia. A pesar de que
algunos otros no participan y la SG no está en funcionamiento, UNASUR tiene
vigencia, remarcó el ministro.
Con
referencia los posibles problemas para la cooperación que suscita un Brasil
gobernado por la derecha ultraconservadora y ultraliberal, el canciller precisó
que más allá de las diferencias ideológicas, Bolivia mantiene una estrecha relación
con Brasil. “Ellos tienen su visión, nosotros la nuestra. Sin embargo, en temas
de interés común hemos logrado coordinar”.
En relación
a los efectos positivos para la integración que suponen la elección de México
para ejercer la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños -CELAC- en 2020 y una muy probable victoria del
candidato Fernández en Argentina, Pary manifestó que al tener México “un rol de
liderazgo muy importante en Latinoamérica, eso permitirá tener o convocar a
aquellos países que tenían algunas observaciones respecto al funcionamiento de
la CELAC”.
“Esperamos
en enero poder concretar la próxima cumbre de la CELAC para que se pueda
realizar el traspaso de Bolivia hacia México”, concluyó el ministro.
Amazonía y
Crisis climática
Ante la
reciente crisis de incendios en la Amazonía que también afectaron a Bolivia, se
consultó al canciller sobre las medidas para enfrentar esta situación tanto en
lo nacional como en lo regional.
El canciller
repuso que las afectaciones del cambio climático ya se están dejando ver.
Mientras tanto, el acuerdo de París no termina de implementarse, los
compromisos se están dejando esperar, y hay países que se están retirando del
acuerdo intentando afectar su vigencia. Bolivia ha realizado foros
internacionales y llevado la temática a Naciones Unidas, OEA y CELAC. Es
destacable el esfuerzo de Francia en ese sentido.
También en
el ámbito regional se hicieron diferentes reuniones como por ejemplo la
convocada por Perú y Colombia en la ciudad fronteriza de Leticia, donde los
presidentes acordaron una hoja de ruta y acordaron temas donde se puede
trabajar.
En el ámbito
nacional, Pary resaltó el esfuerzo realizado por el Gobierno boliviano para
atender los incendios en la Chiquitanía contratando empresas especializadas y
articulando la cooperación internacional, al par de disponer importantes
contingentes de militares y voluntarios para apagar hasta los últimos focos de
calor. En el contexto del momento político que vive Bolivia, en etapa previa a
elecciones, se ha intentado utilizar la temática para afectar al gobierno a
pesar de que la emergencia fue atendida con todo lo necesario.
Ahora ya
está en plena implementación la fase pos-incendio para reforestar, recuperar
los acuíferos, reinsertar a los animales de la región que han sido atendidos
por especialistas y devolverle la vida a esta región.
“Creemos que
la experiencia generada por Bolivia es algo que fácilmente se puede trasladar
hacia el ámbito regional. Será muy importante tener un centro logístico contra
desastres naturales en Sudamérica y Amazonía para que cuando se den este tipo
de emergencias inmediatamente se pueda trabajar, reaccionar y puedan resolverse
las dificultades que se vayan a presentar”, concluyó.
Elecciones
Se consultó
también sobre los riesgos para Bolivia en la eventualidad que se produjera un
regreso de la derecha, a lo que Diego Pary respondió enfáticamente que eso no
sucederá “porque los movimientos sociales y el pueblo boliviano están
comprometidos con las grandes transformaciones que ha tenido nuestro país”.
Bolivia ha
logrado, sobre la base de un modelo político propio dejar atrás las bases de un
Estado republicano, colonial, para convertirse en un Estado Plurinacional que
incorpora a todos los sectores. “El pueblo boliviano impedirá que eso (el
retorno de la derecha) suceda”.
Invitado por
uno de los interlocutores periodísticos a profundizar sobre el escenario al que
se enfrentaría Bolivia ante un hipotético escenario de segunda vuelta y un
eventual triunfo del candidato opositor Mesa, Pary Rodríguez puntualizó que
Bolivia ha vivido en la última década un escenario de gran estabilidad
política, económica y social.
La hipótesis
planteada acerca de un triunfo opositor significaría un regreso a tiempos de
gran inestabilidad como los acaecidos entre 2000 y 2005 en los que Bolivia tuvo
5 presidentes distintos. “Ningún boliviano desea que volvamos al pasado”.
Además de la
inestabilidad, el canciller precisó que esto sería volver a “una etapa donde
los recursos naturales, las empresas estratégicas fueron privatizadas y los
proyectos estratégicos del Estado como la industrialización fueron
abandonados”.
Por último
se inquirió al ministro sobre posibles aspectos autocríticos o flaquezas a
corregir a futuro, en el caso de continuar Evo Morales en la presidencia a lo
que respondió que primeramente hay que tener en cuenta que una historia de 500
años no es fácil de transformar en una década. Bolivia es el país que más crece
en los últimos 6 años en la región, mientras que antes siempre estábamos en el
penúltimo lugar.
“Pero un
crecimiento económico no tiene sentido si esto no cambia la vida de las
personas”, aseveró. Hizo mención a la significativa reducción de la extrema
pobreza lograda en los últimos trece años con una disminución de 23 puntos
porcentuales. “Ningún país en el mundo ha tenido un logro de esta naturaleza.”
A ello agregó que más de tres millones, cerca de un tercio de la población, que
estaban en situación de pobreza, hoy forman parte de la clase media, lo que
constituye un cambio significativo. “Estas cifras nos muestran la gran
transformación que se ha dado en el país”, reafirmó Pary.
A
continuación el canciller mencionó el hecho de la Constituyente como un hito
fundamental del que poco se habla. “Antes se hablaba de las dos Bolivias: una
Bolivia de los indígenas, los obreros, los campesinos y otra Bolivia, del
sector empresarial, del sector más acomodado en el país. En 2006 con la
Asamblea Constituyente se logra unir a todo el pueblo boliviano. Hacer que cada
boliviana y boliviano se sienta identificado con su Estado.” Este fue un aporte
fundamental porque permitió cambiar la estructura del Estado. A partir de allí,
medidas claves como la nacionalización de los recursos y las empresas
estratégicas han contribuido al desarrollo y permitido que Bolivia hoy sea
líder en crecimiento económico.
“Seguramente”,
completó el ministro, “hay algunas debilidades, algunos temas que no han sido
debidamente satisfechos y es en ese contexto que en estos próximos cinco años
tenemos el gran desafío de la industrialización. No podemos seguir vendiendo
materia prima, tenemos que transformarla y darle valor agregado. Hemos avanzado
en la industrialización del gas. La proyección la tenemos con el litio. Bolivia
es uno de los países que tiene la mayor riqueza de litio en el mundo y ese
litio tiene que ser para proyectar a nuestro pueblo a un mayor desarrollo.
Estamos seguros que en los próximos cinco años lo lograremos.”
Participaron
de la entrevista el Sistema Nacional de Radios de los Pueblos Originarios, la
Agencia Latinoamericana de Información (ALAI), la Asociación Latinoamericana de
Educación y Comunicación Popular (ALER), el colectivo ComunicaSul y la agencia
internacional de noticias Pressenza.
EXPLICADOR: EL 'EVO' DE BOLIVIA: ¿ICONO
SOCIALISTA O ASPIRANTE A DICTADOR?
Agencia Reuters de Londres (www.reuters.com)
Bolivia
acudirá a las urnas el domingo en una votación que definirá la era para
consolidar a Evo Morales en el poder por un controvertido cuarto mandato o para
desalojar al icónico líder de izquierda, que ha gobernado el sur sin litoral
País americano por casi 14 años.
Morales,
quien llegó al poder en 2006 prometiendo reforzar a los grupos indígenas
marginados de Bolivia, lidera las encuestas de opinión antes de la votación del
20 de octubre. Pero su principal rival, Carlos Mesa, ha estado cerrando la
brecha.
La elección,
que se espera sea el desafío más difícil para el gobierno de Morales hasta
ahora, ha provocado un debate sobre el presidente "Evo", como se le
conoce a menudo. El sólido crecimiento económico lo ha convertido en un chico
aficionado al socialismo, pero su desafío a los límites de mandato ha provocado
protestas callejeras furiosas, y algunos lo han llamado "dictador".
"Estar
en el poder durante más de una década ahora está comenzando a afectar al
gobierno del presidente Evo Morales y su legitimidad", dijo Marcelo
Arequipa, profesor de ciencias políticas en Bolivia. "Esta será una
elección muy compleja".
Los
encuestadores esperan que Morales gane la primera ronda, pero no una victoria
absoluta, un escenario que llevaría a una segunda vuelta en diciembre.
Morales,
quien ganó las dos elecciones anteriores con más del 60% de los votos, se
enfrenta a una batalla más grande esta vez, con la ira popular por los límites
de mandato también alimentada en las últimas semanas por lo que los críticos
llamaron una respuesta lenta del gobierno a los devastadores incendios
forestales.
El
presidente indígena de 59 años debe recibir al menos el 40% de los votos y
tener una ventaja de 10 puntos sobre el contendiente del segundo lugar para
evitar una segunda vuelta, lo que algunas encuestas sugieren que incluso podría
perder.
Algunos de
la población indígena del país, que cuenta con más de 4 millones de personas,
sienten que Morales ha perdido el contacto con la gente, incluso entre su
propia tribu, los aymaras.
En las
elecciones también se renovará el Congreso de dos escaños de 166 escaños del
país para el período 2020-2025. Otros candidatos presidenciales incluyen el
partido anti-Evo "Bolivia dice no" de Oscar Ortiz y Chi Hyun Chung
del partido demócrata cristiano.
EVO MORALES
Morales ha
estado en el poder continuo por más tiempo que cualquier otro líder permanente
en América Latina, uno de una ola de líderes de izquierda que dominaron la
política del continente a principios de siglo.
El antiguo
pastor de llamas y agricultor de hoja de coca, ahora visto con más frecuencia
en trajes de alpaca bordados con colores, asumió el cargo como el primer líder
indígena de la economía agrícola y de gas, uno de los más pequeños de la
región.
El jefe del
partido Movimiento por el Socialismo del país, fue reelegido en 2009 y 2014. Si
gana este año, ampliaría su tiempo en el cargo a 19 años.
El hecho de
que esté corriendo es una pregunta espinosa. Su propia constitución de 2009
estableció un límite de dos mandatos de cinco años, y en 2016 los bolivianos
votaron en un referéndum en contra de que se presente nuevamente este año.
Morales convenció al Tribunal Constitucional del país para que lo dejara en pie
de todos modos, diciendo que los límites de mandato violaban sus "derechos
humanos".
Los críticos
de Morales dicen que está forzando el sistema democrático del país para
mantenerse en el poder, alegando que el presidente y sus aliados usan tácticas
de brazo fuerte contra quienes se oponen a ellos.
Morales y
sus partidarios señalan un crecimiento económico constante y la caída de los
niveles de pobreza bajo su liderazgo, y dicen que su nacionalización de
industrias clave protege los intereses de Bolivia.
"Quiero
decirles que en estas elecciones venceremos una vez más a los que venden la
patria, venceremos a los neoliberales", dijo Morales en un mitin electoral
esta semana.
CARLOS MESA
Su rival
Mesa, escritor, historiador y periodista, fue presidente de Bolivia entre
octubre de 2003 y junio de 2005, un período de agitación social que lo obligó a
renunciar. Morales, entonces jefe de un sindicato, fue uno de los líderes de la
protesta.
Mesa, de 66
años, ahora quiere una segunda oportunidad para liderar al país como jefe de la
alianza de la Comunidad Ciudadana (CC).
El líder de
cabello blanco y gafas ha tratado de suavizar su imagen, diciendo que no
representaría un cambio neoliberal, ni impulsaría la privatización de
industrias clave para la economía de Bolivia, incluido el gas y un sector
naciente de litio.
Enfrenta el
desafío de unificar a los bolivianos en medio de un campo dividido, así como
escapar de la sombra de su desafortunada administración anterior. Los críticos
dicen que carece de decisión.
Pero en las
manifestaciones electorales, Mesa denunció el cambio "dictatorial"
bajo Morales y buscó ganarse a los votantes al decir que él es el único
candidato que puede plantear un desafío serio.
BOLIVIA: LO QUE ESTÁ EN JUEGO EN ESTA ELECCIÓN
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Este domingo
el pueblo de Bolivia deberá tomar una decisión trascendental, que excede el
significado de una elección presidencial. Sin restarle valor a ésta, lo que
está en juego es una opción histórica, un desafío para las naciones que
componen el Estado Plurinacional: consolidar los formidables avances realizados
durante la presidencia de Evo Morales -que convirtió a la otrora atrasada,
estancada y siempre convulsa economía boliviana- en la más dinámica de
Latinoamérica o, en cambio, optar por un melancólico retorno al pasado.
Arnold
Toynbee tenía razón cuando decía que la evolución de las sociedades (y las
civilizaciones, en su caso) dependía de la respuesta que fuesen capaces de dar
ante los grandes desafíos que de tiempo en tiempo las confrontan. Y el que hoy
se le plantea a las naciones del Estado Plurinacional es saber si tienen la
sabiduría y la valentía para proseguir por la senda que convirtió a ese país en
el más luminoso ejemplo de progreso integral de la sociedad, no sólo en el
ámbito de la vida económica sino también en el político y cultural; o si
respondiendo a prejuicios ancestrales o temores atávicos se acobardan ante las
implicaciones de las profundas transformaciones que tuvieron lugar en el país y
retroceden, buscando refugio en un pasado borrosamente recordado y que la
oligarquía mediática se encarga de idealizar. No sólo eso: también de ocultar
el holocausto social y económico que produciría en Bolivia el retorno de sus
antiguos gobernantes y sus gastadas políticas. Debería ser suficiente echar una
mirada a la tragedia argentina o ecuatoriana para persuadir a la población de
que la restauración de la hegemonía neoliberal que Bolivia padeció por décadas
desataría una catástrofe de inconmensurables proporciones, más allá de ser en
sí mismo un imperdonable error.
Los medios,
punta de lanza del imperio en la guerra de quinta generación, obnubilan la
visión de la realidad porque en esa “prehistoria” de Bolivia mal podrían
esconder la crónica pobreza de la enorme mayoría de la población, el desprecio
y maltrato a los pueblos originarios y los pobres en general, la absoluta
debilidad de un estado incapaz siquiera de pagar a sus funcionarios, la
indefensión popular ante la rapacidad de las oligarquías locales y el
imperialismo, el saqueo de sus bienes comunes, la migración forzada de millones
en busca de una vida mejor y la ferocidad con que los gobiernos de turno
reprimían a quienes luchaban por una vida digna. Este maligno ejercicio de
fomentar la desmemoria y ocultar los sufrimientos del pasado es una estrategia
comunicacional cuyo es objeto adormecer las conciencias y fomentar la
desconfianza o el temor ante la positiva evolución experimentada por Bolivia
desde el 2006.
Transformación
que modificó arcaicas relaciones sociales, que puso fin al sometimiento y la
humillación de las naciones originarias, que eliminó el analfabetismo, que sacó
de la pobreza a millones de personas, que redistribuyó significativamente la
riqueza, expandió la educación y la salud públicas y que recuperó las riquezas
naturales para todos los bolivianos. Y que puso fin a lo que parecía ser la
incurable maldición de la inestabilidad política con sus secuelas de violencia,
caos social y estancamiento económico. Estas positivas mutaciones fueron
reconocidas inclusive por personas e instituciones poco amigables con el
socialismo comunitario, como el Financial Times por ejemplo, que en su
edición del 27 de Octubre del 2015 publicó un voluminoso suplemento dedicado a
“La Nueva Bolivia” y en donde se dijo, entre otras cosas, que dada la
excepcional importancia del litio en las nuevas tecnologías de la información y
comunicación este país bien podría ser la Arabia Saudita del siglo veintiuno.
Es obvio que cambios de esta magnitud modifican esclerotizadas relaciones de
fuerza y es por eso que la oposición a Evo, en un esfuerzo desesperado, apela a
cualquier recurso con tal de que bolivianas y bolivianos decidan retornar al
pasado. Disponen de enormes recursos para ello: dinero, bancos, empresas, el apoyo
de “la embajada”, medios de comunicación con los que pueden difamar y mentir
con total impunidad. Pero ¿se habrá olvidado el pueblo boliviano de las
matanzas ocurridas bajo el gobierno de Sánchez de Lozada, o de los que cayeron
durante las heroicas “guerras del gas” y “del agua”? No creo. Es difícil tapar
el sol con un dedo. Pude comprobar hace pocos días el carácter vivaz y vibrante
de la sociedad civil en Bolivia. Estoy seguro que ante del desafío de Toynbee
optará por seguir avanzando por el camino trazado por Evo y los movimientos
sociales en lugar de caer en la ilusión de creer que la fórmula que tantas
veces fracasó (a manos de Sánchez de Lozada, Banzer, Quiroga, Mesa) y que
tantos sufrimientos y penurias le ocasionaran en el pasado sería ahora milagrosamente
exitosa si esos mismos personajes, o sus amigos, ahora la volvieran a aplicar.
CARLOS MESA: EL INTELECTUAL QUE SOLO CREE EN SÍ
MISMO PARA SER PRESIDENTE DE BOLIVIA
Sputnik News de Rusia
(www.mundo.sputniknews.com)
El
expresidente de Bolivia, Carlos Mesa (2003-2005), el principal rival de Evo
Morales de cara a las elecciones nacionales, es un intelectual de 66 años que
parece creer ante todo en sí mismo. Su propuesta electoral es, en esencia, él
mismo.
"Solo
dos pueden ganar las elecciones, el candidato ilegal [Morales] y yo", ha dicho repetidamente Mesa en su campaña
electoral, en la que hizo solo vagas propuestas de plan de Gobierno y se
concentró en mostrarse como el único capaz de derrotar a Morales, planteando
más un cambio de persona que de programa, cuyo contenido en su mayoría se
desconoce.
El
expresidente se promueve como la figura del cambio que necesitaría
Bolivia.
"Ya es
suficiente" ha sido su lema proselitista, dirigido contra lo que denunció
como señales de que Morales estaría en camino de convertirse en dictador si
vuelve a ser elegido jefe de Estado.
Comienzos
Carlos Diego
de Mesa Gisbert nació en La Paz el 12 de agosto de 1953.
Hijo de
padre y madre reconocidos en el país como prestigiosos historiadores y
académicos, es la figura intelectual y de fácil palabra en la que
parecen mirarse principalmente los sectores de clase media urbana que
concentran la mayor oposición a Morales.
Antes de
incursionar en la política, tuvo una carrera como periodista, historiador,
cineasta y empresario de medios, en la que forjó una imagen de intelectual
prestigioso, con algunos estudios superiores y hasta docencia universitaria, a
pesar de que no tiene un título académico.
Aunque no
fue militante, durante su juventud Mesa se acercó al socialdemócrata Movimiento
Nacionalista Revolucionario (MNR), histórico partido político boliviano, y recién
en 2002, con 48 años, ingresó a la política activa, de la mano del millonario y
dos veces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, del ala neoliberal de ese mismo
partido, de quien fue vicepresidente.
"Hace
años habría dicho que soy socialdemócrata, (...) pero las palabras ya no dicen
lo que decían, izquierda, centro, derecha, estamos en una crisis del concepto y
no me considero en absoluto de derecha ni de izquierda marxista", dijo en
un reciente encuentro con prensa internacional.
Tras suceder
en 2003 al renunciante Sánchez de Lozada, Mesa terminó renunciando también a la
presidencia en junio de 2005, acosado por una ola de protestas y descontento
porque no había cumplido promesas de nacionalizar los hidrocarburos y convocar
a una asamblea constituyente.
Política sin
ideología
Apartado de
la política activa en los primeros años del ciclo de Morales, Mesa volvió a la
escena en 2014 como vocero internacional de la "demanda marítima" que por entonces impulsaba Bolivia
contra Chile en la Corte Internacional de Justicia, puesto en el que destacó
por su gran capacidad oratoria y desde el cual nunca negó los rumores de
que quería lanzar su candidatura.
Derrotada esa demanda en 2018, el expresidente entró a la
carrera electoral sin partido, proclamando incluso que Bolivia necesitaba
cambiar de generación y dejar atrás a los partidos tradicionales.
Así, formó
su equipo político fundamentalmente con amigos y funcionarios de su pasado
gobierno, pero terminó inscribiéndose como candidato del Frente Revolucionario
de Izquierda (FRI), un pequeño partido surgido de una antigua división del
Partido Comunista de Bolivia, que había transitado desde unos orígenes de
guerrillas hasta alianzas justamente con el MNR y con el exdictador militar,
Hugo Banzer.
"Es una
nueva forma de hacer política, ya no con partidos ni con ideologías sino con
los ciudadanos", insistió Mesa al explicar a la prensa el nombre de
Comunidad Ciudadana que puso a su alianza con el FRI.
La campaña
terminaba dejando claro que Mesa es el candidato, el dueño de un programa de
gobierno que pocos conocen, de las listas de candidatos parlamentarios y de
otras decisiones; el FRI es solo una sigla prestada.
De hecho,
poco se conoce de su programa de Gobierno, y su estrategia se ha basado en promoverse
como la figura del cambio que precisa Bolivia.
La
alternativa es democracia o dictadura, afirma.
Sin embargo,
Mesa asegura que mantendrá casi intactos los avances de inclusión social y las
bases de la política económica del actual Gobierno.
El
expresidente no hizo presentaciones sistemáticas de un plan de Gobierno; al
contrario, a lo largo de la campaña fue fijando posiciones contra los
principales sucesos de actualidad, como los incendios forestales que aprovechó para criticar al
Ejecutivo, o la propuesta federalista surgida desde un cabildo popular en Santa
Cruz, que dijo estar dispuesto a considerar pese a haberse manifestado en
contra durante su pasada presidencia.
Mesa habló
de casi todo en la campaña, menos de denuncias de que habría cobrado más de un
millón de dólares a Sánchez de Lozada para ser su vicepresidente, o las
demandas de explicación de su orden de quemar todos los documentos referidos a
gastos reservados durante su administración.
"No
respondo a la guerra sucia", ha dicho insistentemente cuando se le
consulta sobre estos temas.
Un total de
7.315.364 personas están habilitadas para votar en las elecciones nacionales de este 20 de octubre, según datos del
Órgano Electoral Plurinacional.
De estas,
6.974.363 están habilitadas para votar en Bolivia, y 341.001 en el exterior del
país.
CARLOS MESA: RIVAL DE EVO, ALIADO DE EVO, RIVAL
DE EVO
DW de Alemania (www.dw.com)
El
exmandatario dejó el poder en 2005 en medio de protestas lideradas por Evo
Morales. Hoy es el único que puede hacerle competencia al presidente de
Bolivia. ¿Logrará Mesa convertirse en el hombre que derrotó a Evo?
"Jonás
y la ballena rosada” es el nombre de una novela y de una de las películas más
exitosas del cine boliviano. Uno de sus productores ejecutivos es Carlos Mesa,
un político de centroizquierda cuyo currículum recorre distintos ámbitos de la
vida cultural de su país: documentalista, cineasta, periodista con importantes
galardones a su haber, académico, escritor, historiador… Un hombre que ha
dedicado buena parte de su vida a las letras y que, por esas vueltas de la
vida, debutó en la política grande siendo candidato a vicepresidente en 2002,
haciendo fórmula con Gonzalo Sánchez de Lozada. Y ganaron las elecciones a un
señor llamado Evo Morales.
Normalmente,
el destino de los vicepresidentes es bastante amargo. Condenados a la sombra,
su nombre tiende a pasar rápidamente al olvido. A Mesa, en cambio, la historia
le tenía deparada una sorpresa. En el marco de una serie de protestas por
rebajas salariales y la posible venta de gas por puertos chilenos, Sánchez de
Lozada renunció y se fue de Bolivia con su familia. El futuro del país quedó en
manos del periodista y columnista que, además, siente pasión por el cine. El 17
de octubre de 2003, la "guerra del gas”, como se conoce a las protestas
contra Sánchez de Lozada, dejó a Mesa en el Palacio Quemado.
Si bien su
breve mandato de solo dos años es recordado como un período de calma tras el
violento período anterior, el hecho de que Mesa no haya finalizado su
presidencia responde, en buena medida, al nombre con el que se enfrentará este
20 de octubre: Evo Morales. Fueron los movimientos sociales vinculados al
entonces líder opositor los que pusieron en apuros a Mesa, al que acusaban de
no haberlos convocado a una mesa sectorial para dar luz verde a una Asamblea
Constituyente. Las masivas protestas y bloqueos de carreteras, además del
abandono que sufrió el mandatario por parte de una clase política que lo veía
con distancia, terminó con su salida del poder el 6 de junio de 2005.
Error de
cálculo
Durante los
601 días que estuvo en el poder, y pese a todo el escenario que debió
enfrentar, Mesa gozó de una alta popularidad. Quizás lo ayudaron el
mejoramiento de las cifras macroeconómicas, como la disminución de la deuda,
así como el haber intentado abordar un tema siempre postergado: el de las
autonomías que tan fuertemente impulsa Santa Cruz. Hombre de letras al fin y al
cabo, tras retornar a su condición de ciudadano de a pie escribió en 2008
"Presidencia sitiada”, donde relata los pormenores de su paso por el
indomable mundo del poder. También retomó sus labores como columnista en
distintos periódicos y trabajó en la serie documental "Bolivia Siglo XX”.
Incansable
generador de contenidos, escribe también sobre deportes en un blog y suma sobre
sus espaldas decenas de producciones audiovisuales sobre toda clase de temas.
En 2012 ganó el Premio Nacional de Periodismo, lo que deja muy en evidencia su
trascendencia en el campo de las comunicaciones. Su retiro a la vida privada
parecía definitivo, hasta que el mismo Evo Morales, quizás sin calcular los
efectos que podría tener esto para su propio futuro político, decidió en 2014
convocarlo para que fuera vocero de la demanda marítima que su país presentó
contra Chile en 2013.
La figura de
Mesa, que genera pocos anticuerpos en Bolivia y que goza de prestigio a nivel
internacional, sirvió para dar realce al libelo presentado ante la Corte
Internacional de Justicia. Sin embargo, el exmandatario comenzó a ganar
figuración, a ser entrevistado por la prensa internacional y a quitar
protagonismo a Morales. Cuando finalmente Bolivia perdió ante la Corte de La
Haya, fue Evo quien dio la noticia. Él recibió el golpe del fracaso y Mesa, en
cambio, ganó presencia mediática.
Todos contra
Evo
El Frente
Revolucionario de Izquierda supo leer la realidad. Ante una oposición dividida,
el nombre de Mesa podía convertirse en factor de unidad y propuso al periodista
convertirse en la carta del partido para las próximas elecciones. El 6 de
octubre de 2018, a través de Youtube, el exmandatario anunció que competiría en
las presidenciales porque, dijo, Bolivia se encontraba "en el umbral de un
nuevo tiempo, y ese nuevo tiempo tiene que tener un nuevo liderazgo (…) hay un
viejo tiempo que se está acabando, que está agotado, que ha cumplido su ciclo”.
Los sondeos
muestran a Mesa segundo en intención de voto, detrás de Morales,
pero también señalan que es el candidato más competitivo. Por ello, diversos
grupos sociales han llamado a realizar un "voto útil” apoyando al
exmandatario, en una suerte de "todos contra Evo”. "Somos la única
candidatura que le puede ganar a Morales”, dijo Mesa en mayo de este año, y las
encuestas le dan la razón. Lo que queda por verse es si basta con ello para
destronar al hombre que sale reelegido siempre con más del 60 por ciento de los
votos.
EL GUAIDÓ DE BOLIVIA
El candidato de derecha busca arrebatar el poder
a Morales, luego de 13 años
El Heraldo de México
(www.heraldodemexico.com.mx)
Por primera
vez desde que Evo Morales llegó
a la presidencia de Bolivia,
hace tres mandatos, el dirigente encara el año electoral más ajustado con la
candidatura del historiador y expresidente, Carlos Mesa, quien se encuentra a la par de intención de voto
(32.3% contra 27%), según un sondeo difundido por la Universidad Mayor de San
Andrés (UMSA) el jueves pasado.
Mesa busca
quitar a Morales de la Presidencia, tras 13 años en el poder, él es para
Bolivia, lo que Juan Guaidó para
Venezuela. Ambos buscan la alternancia
en sus países contra el llamado Eje Bolivariano.
Para ser
proclamado vencedor en primera vuelta, un candidato tiene que obtener más de
50% de los votos o alcanzar 40% con 10 puntos de ventaja sobre el segundo
lugar; en caso contrario, los dos más votados deben ir a segunda vuelta.
En el caso
de que esto último ocurra, se prevé que Morales, del partido Movimiento al Socialismo (MAS) ganaría
con 47% de sufragios; Mesa se quedaría con un 39%.
De acuerdo
con Ipsos, MAS gana en Tarija, Potosí,
Oruro, La Paz, Cochabamba, Beni y Pando. En Chuquisaca gana Mesa.
El votante
indeciso llega a 8%, mientras que el voto nulo a 3%, el blanco a 1% y la opción
de “ninguno” a 5%.
Carlos Mesa,
el principal contrincante, ejerció la vicepresidencia entre agosto de 2002 y
octubre de 2003 y desde esta fecha hasta su renuncia en junio de 2005, fue
presidente del país. Además, fue el portavoz de La Paz en la demanda marítima
contra Chile, finalmente rechazada por la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Actualmente
representa al partido Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), que hizo
alianza con Comunidad Ciudadana. Una fracción del FRI anunció en abril su
alejamiento del partido opositor; disidentes decidieron apoyar al candidato
Óscar Ortiz de la alianza Bolivia dice no.
El portavoz,
Felipe Fernández, dijo que la
salida del bloque Generación Maya alejará del FRI a políticos jóvenes,
profesionales y trabajadores que esperaban formar parte de una nueva estructura
y alternativa electoral.
Analistas
estiman que Mesa es el único político que puede aglutinar a toda la oposición
contra Morales.
En tanto,
Evo va perdiendo el apoyo de la base indígena que en algún momento catapultó
para ganar las elecciones, pues
no ven que sus intereses se enfoquen en las comunidades.
El año
pasado, un sindicato de cocaleros de la región Yungas expresó su respaldo a
Mesa, tras el arresto de uno de los líderes, a quien se acusó de haber planeado
una emboscada en la que murió un
soldado.
El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica realizó un estudio
cuantitativo (agosto 2019) en el que demuestra que 54% los bolivianos considera
que Evo Morales tiene una imagen buena, la evaluación positiva de su gestión es
del 72%.
En el caso
de Mesa, éste ha sido
involucrado en pagos de sobornos de Odebrecht.
'UN PROCESO DE DESGASTE, DE PÉRDIDA DE
CONFIANZA' COMPLICA LA REELECCIÓN DE MORALES
RFI de Francia (www.rfi.fr/es/americas)
Los
bolivianos acudirán a las urnas este domingo para votar a sus diputados,
senadores y al nuevo presidente. La campaña electoral llegó a su fin y parece
incierta la reelección de Evo Morales. Análisis de Carlos Cordero, politólogo y
ex candidato a la Alcaldía de la Paz por el partido Unidad Nacional.
A partir de
este jueves, los candidatos a las elecciones del próximo 20 de octubre en
Bolivia ya no pueden hacer campaña. El presidente Evo Morales busca un nuevo
mandato frente al exmandatario Carlos Mesa, que despide su campaña fortalecido
al advertir contra la deriva autoritaria del líder izquierdista.
En su cierre
de campaña, en un acto multitudinario en El Alto, Morales pidió este miércoles
a los bolivianos que "no lo abandonen". "Les pido cinco años más
para terminar nuestras grandes obras", dijo el mandatario, tras una semana
recorriendo el país para convencer a la población de que debe ser reelecto para
un cuarto mandato consecutivo (2020-2025).
"Pérdida
de confianza"
"Evo
Morales ha ganado los últimos tres procesos electorales con un importante nivel
de votación: 51%, 62%, 64%. Pero hoy sí hay un proceso de desgaste, de pérdida
de confianza de la ciudadanía, producto de hechos de corrupción que se han
registrado en su gobierno", explica Carlos Cordero, politólogo y ex
candidato a la Alcaldía de la Paz por el partido Unidad Nacional.
De allí que
existe "una sensación ciudadana de especie de distanciamiento de las
clases medias urbanas": "El Movimiento Al Socialismo [MAS] ha perdido
un poco el brillo, ha perdido el contacto con la gente. Tiene una base social
indiscutible que son los sectores rurales, pero representan un 30% del
electorado", prosigue el analista.
Pero otro
factor jugó en su contra, según Cordero: "Lo más importante, diría yo, fue
que Evo Morales y el MAS llevaron a Bolivia a un referéndum para modificar la
Constitución del 2009 en un artículo que impedía la repostulación de Morales, y
este referéndum les salió desfavorable, pero Morales y el MAS desconocieron
estos resultados y apelaron al Tribunal Constitucional para habilitarse a las
elecciones de 2019".
Debido al
descontento de parte de la población y a tensiones crecientes en el país,
Morales podría, por primera vez en su carrera, pasar a la segunda vuelta. Se
abre entonces la posibilidad de que "sea la misma sociedad que en algún
momento lo encumbró en el poder, le quite el poder y que se produzca una
renovación democrática en Bolivia", concluye Carlos Cordero.
BOLIVIA DECIDE ENTRE UN CUARTO MANDATO DE EVO
MORALES O ABRIR LA PUERTA A UN CAMBIO
El país acude el domingo a las urnas con dudas
sobre una segunda vuelta y acusaciones cruzadas
El País de España (www.elpais.com)
Bolivia acude
este domingo a las urnas en medio de una disyuntiva única en la
región. Algo más de siete millones de electores están llamados a decidir si
ratifican su confianza en Evo Morales
para el cuarto mandato consecutivo o si abren la puerta a un cambio de ciclo.
El presidente, que asumió el cargo en enero de 2006 y siempre ha ganado con
holgura, se presenta a las elecciones tras haber perdido por un estrecho
margen, hace tres años y medio, un referéndum sobre reelección indefinida. A
pesar de ello, un fallo del Constitucional resucitó esa opción y el pasado
diciembre el Tribunal Supremo Electoral le habilitó para concurrir de nuevo.
Estas
premisas dieron pie a una campaña muy enconada en la que por primera vez en más
de 15 años el desgaste del Gobierno abre la puerta a la posibilidad de una segunda
vuelta, aun poco probable a tenor de las encuestas. Morales, del MAS, se
enfrenta a una oposición muy fragmentada en la que solo hay un contrincante con
capacidad real de arañarle apoyos, el
exmandatario Carlos Mesa (2013-2015), cabeza del Frente
Revolucionario de Izquierda. A él se suma otro aspirante que tuvo discreta
visibilidad, el senador Óscar Ortiz.
Los lemas de
la carrera electoral dibujan, en sí, un panorama anómalo, en el que el
representante de la izquierda, el que llegó al poder para darle la vuelta al
sistema, es quien ahora se presenta como garantía de estabilidad frente a la
incertidumbre. El presidente exhibe junto a su número dos, Álvaro García
Linera, el eslogan “Futuro seguro”, mientras Mesa ha jugado con la
idea de que “Ya es demasiado”. Ese llamamiento a la seguridad se apoya,
fundamentalmente, en la economía. Las mismas previsiones
publicadas esta semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI)
vaticinan un crecimiento del 3,9% al cierre de este año. Esto es, por encima de
los vecinos Chile o Perú, que sin embargo tienen un PIB mucho mayor. Y el Banco
Mundial certifica que la pobreza se redujo al 35% en 2018.
Estas cifras
no solo convierten a Morales en una excepción en el antiguo eje de Gobiernos
bolivarianos, entre los que el régimen de
Nicolás Maduro en Venezuela cayó en una deriva sin precedentes en
ese país. También lo distancian de proyectos neoliberales como del de Mauricio
Macri. La crisis argentina fue uno de los principales fantasmas de estas
elecciones, al igual que el vendaval político generado por la gestión de los incendios en la
Amazonia.
“Con el
hermano Álvaro pedimos cinco años más para aprovechar nuestra experiencia,
terminar las grandes obras en petroquímica, hierro y litio y bajar la extrema
pobreza a menos del 5 %”, clamó el miércoles Morales al finalizar la campaña.
“Mi sueño es que Bolivia siga siendo primera en crecimiento económico en
Sudamérica. No me abandonen”, dijo y reiteró a sus simpatizantes desde las
redes sociales. Mesa, que recibió apoyos de exafines de Morales y del
exmandatario Jorge Quiroga, puso sus últimas cartas sobre la mesa desde el
feudo opositor de Santa Cruz. Aseguró que los ciudadanos se juegan el futuro
del país, entre duras críticas al aparato oficialista y los riesgos de que Bolivia
emprenda un camino autocrático.
Según
destaca el profesor y analista político Fernando Mayorga la incógnita de la
segunda vuelta –que se daría si el presidente no alcanza el 50% de los votos o
no supera el 40% con diez puntos de margen sobre el segundo- quedará despejada
con el voto del 15% de indecisos. En su opinión, al igual que la dicotomía
estabilidad versus incertidumbre, opera también otra, “continuidad versus
cambio”. “Hasta hace seis meses predominaba la idea de cambio por el
descontento del referéndum, por eso había un predominio de lo político”. “En
este último tramo ha tenido más importancia la idea de la idea de la economía,
se ha reafirmado con la crisis de Argentina y por lo sucedido en Ecuador”,
apunta en referencia a las protestas
contra Lenín Moreno, que se vio obligado a retirar un decreto de
ajustes económicos con el que buscaba hacer frente a un préstamo del FMI.
A esas circunstancias
se añaden las constantes acusaciones cruzadas. Sectores de la oposición, que en
algunos casos ni siquiera reconocen a Morales como candidato legítimo, alertan
preventivamente de la posibilidad de fraude, mientras el mandatario advirtió a
principios de semana de que los opositores “quieren quemar la Casa Grande del
Pueblo [sede presidencial, en La Paz] y dar golpe de Estado si Evo gana”.
LOS AYMARA DE BOLIVIA,
DIVIDIDOS ANTE LA NUEVA CANDIDATURA DE EVO MORALES
En momentos en que el presidente
busca obtener un controvertido cuarto mandato consecutivo, se ha encontrado con
una creciente marea de descontento, incluso entre los grupos indígenas a
quienes defendió.
Infobae de Argentina
(www.infobae.com)
El
presidente boliviano, Evo Morales,
llegó al poder en 2006 prometiendo levantar a los largamente marginalizados
Quechua, Guaraní y Aymara, pueblos indígenas que componen gran parte de la
población del país andino y de los que proviene el actual mandatario.
Morales
-para muchos simplemente “Evo”- ayudó a sacar a muchos bolivianos de la pobreza
y hasta cambió el nombre del país a Estado
Plurinacional de Bolivia, resaltando la diversidad de grupos étnicos que
pueblan el país y que durante mucho tiempo fueron tratados como ciudadanos de
segunda clase.
Pero ahora,
en momentos en que el líder de izquierda busca obtener un controvertido cuarto
mandato consecutivo, Morales se ha
encontrado con una creciente marea de descontento, incluso entre los grupos
indígenas a quienes defendió. La situación es el mayor desafío para el
hombre que hace casi 14 años conduce la nación sudamericana.
Los comicios
presidenciales de Bolivia se realizarán
el 20 de octubre, una elección trascendental en la que Morales podría
enfrentarse a su desafío electoral más feroz, con su rival Carlos Mesa acortando el margen que lo
separa del presidente en la mayoría de las encuestas publicadas.
Evo, un
granjero de coca que ahora acostumbra a usar trajes de lana de alpaca con
bordados coloridos, necesitará el apoyo
de los alrededor de 4 millones de indígenas para extender su
administración a 19 años ininterrumpidos, desafiando los límites de mandato y
el resultado de un referéndum. Sin embargo, muchos de los Aymara -uno de los más extendidos pueblos de Bolivia y al
que pertenece Morales- están divididos sobre su candidatura.
Alegaciones
de nepotismo y proyectos suntuosos, entre ellos la construcción de un nuevo
palacio presidencial de 28 pisos en la capital La Paz, con un costo de 34
millones de dólares, han creado una sensación
de inquietud sobre la pérdida de contacto con los trabajadores.
“Las ideologías indígenas no han sido
realmente traducidas a política”, dijo Yolanda Mamani, una presentadora
de radio de 34 años que conduce el popular programa “La Chola Bocona”, una
referencia a las mujeres indígenas usualmente ataviadas con vestidos anchos y
sombreros de bombín.
“Es más un show de moda, como si ser indígena
fuera solo vestir de pollera”, agregó Mamani, que nació en la región
cercana al Lago Titicaca y migró a El Alto, en la periferia de La Paz, a los
nueve años.
En cambio,
Sonia Quispe, una productora de medios de 27 años que habla y escribe el
dialecto Aymara, piensa lo contrario. “En
estos 13 años de su Gobierno, la gente más humilde se ha beneficiado: los
campesinos que viven de la tierra”, dijo Quispe, que agregó que, si bien
considera que Evo no es perfecto, solo él líder indígena podría continuar
impulsando el proceso de cambio en el país. “Hay muchos errores y problemas que
arreglar, pero confío en él”, explicó.
Vistiendo un
traje rosa y un bombín marrón, en su oficina en La Paz, la legisladora Mercedes Márquez Quispe dijo que
durante el Gobierno de Morales los pueblos indígenas habían visto sus derechos defendidos, luego de años de humillación
y represión.
La diputada
nacional de 60 años, que antes de ingresar a la política trabajó como costurera
y comerciante, destacó el crecimiento económico sostenido de Bolivia con
Morales, en una región caracterizada por la volatilidad. El crecimiento ha sido
sostenido por un auge de los recursos naturales bolivianos.
“Tenemos
gas domiciliario, escuelas modernas, calles asfaltadas, canchas de fútbol,
seguros para niños, adultos y madres, el nuevo Seguro universal de salud, cero
analfabetismo, lucha contra la pobreza, teleférico y mercados modernos”, dijo.
“Yo apoyo la reelección de Evo y (del
vicepresidente boliviano) Álvaro (García Linera). Si no son ellos, ¿quiénes?”
En cambio,
en su colorido salón de eventos -espacios conocidos como “cholet”-, Jhonny Segales dijo que el éxito de la mayoría
de los Aymara se debe al trabajo duro y no a la ayuda que recibieron del
presidente Morales. “Los alteños (de la ciudad de El Alto) somos así,
trabajadores, ahorradores, ese es el espíritu de esta ciudad”, dijo Segales,
quien atendió un sinfín de llamadas telefónicas de negocios durante la
entrevista con Reuters y se quejó de un “régimen tributario injusto”.
Segales está
desilusionado con el gobierno de Morales, al que acusa de tener un doble estándar: decir que
gobiernan para los pobres, mientras gastan en lujos. “Cuando llegaron al poder
en las primeras elecciones hicieron cosas buenas pero ahora veo que fue solo
para ganar nuestra simpatía”, dijo. “Este Gobierno no es para los pobres, sino
solo para aquellos que lo apoyan”.
BOLIVIA: MILLONES SE CONGREGAN
PARA RECHAZAR LA REELECCIÓN ILEGAL DE EVO
Los bolivianos votaron
mayoritariamente en contra de la candidatura inconstitucional de Evo, hoy
desconfían de la transparencia del Tribunal Electoral
Panam Post de Panamá (www.es.panampost.com)
Este domingo
20 de octubre Bolivia elegirá a su próximo presidente. En vista que la
candidatura de Evo Morales es inconstitucional, millones de bolivianos han
tomado las calles rechazándola. Ya lo hicieron por vía democrática, votando en
contra de la reelección en un plebiscito y el mandatario ignoró su voz. Ahora
se unen bajo la consigna «Bolivia dijo no».
El
artículo 168 de la Constitución de Bolivia dice que solo hay una reelección
consecutiva, Evo hoy va por su cuarta a pesar de que el pueblo le dijo que no
en el referéndum constitucional realizado el 21 de febrero de 2016.
Por medio
de reuniones masivas denominadas «cabildos», millones de personas se
reúnen en las calles demostrando con su presencia física lo que en 2016
decidieron en las urnas: no a la candidatura inconstitucional de Evo Morales.
En todos
los cabildos se habla de desconocer a Morales en caso de que este gane la
elección, ya que desconoció el voto del pueblo al postularse nuevamente.
Dada la
represión sufrida por parte de las fuerzas de seguridad leales a Morales contra
los ciudadanos que hicieron vigilia alrededor del cierre de campaña del
presidente, los manifestantes denuncian que las calles de Santa Cruz parecen
Venezuela.
También
piden declaración de desastre nacional por los bosques quemados y la proyección de
las reservas forestales en Bolivia. Así lo explica para PanAmPost uno
de los organizadores del Cabildo, Eduardo Gutiérrez Monasterio, experto en finanzas de Georgia
State University, activista político y conductor de radio para fomentar la
actividad y conciencia política en la sociedad, especialmente en la juventud.
¿Qué
atropellos a las leyes electorales ha habido por parte de Evo Morales?
La más
grave, su reelección. Cuando se efectuó el referéndum, la única vía legal para
reformar la Constitución, el Tribunal decía que si el pueblo votaba no,
Evo Morales no podía estar en la papeleta. El pueblo votó mayoritariamente no
y hoy este mismo Tribunal nos pide ir a votar con Evo en la papeleta. La
Constitución en su artículo 7 dice que la soberanía reside en el pueblo.
BOLIVIA CREA EL PRIMER INSTITUTO
DEL LITIO PARA FORMAR EXPERTOS
Bolivia, el país con la mayor
reserva de litio del mundo, creó centro científico sobre este metal. Formará
profesionales y técnicos en ciencias de materiales aplicadas al litio.
Comunidad científica da la bienvenida pero recuerda necesidad de desarrollar
también la tecnología
Scidev.net de México
(www.scidev.net)
Con el
objetivo de formar profesionales para el tratamiento del litio en Bolivia —país
con la mayor reserva natural de este metal—, el presidente Evo Morales inauguró
el primer instituto del litio, un hito importante para la comunidad científica
local, que destaca la necesidad de que también se desarrolle
tecnología.
El Centro
de investigación en Ciencia y Tecnología de Materiales y Recursos Evaporíticos
de Bolivia —como se llama formalmente— se ubica en el departamento de Potosí, a
286 km del Salar de Uyuni, el desierto de sal más alto del mundo que, junto a
otros en Chile y Argentina, concentra más del 50 por ciento de las reservas de
litio del planeta.
Equipado
con moderna infraestructura consistente en 40 laboratorios y talleres
especializados para el tratamiento del litio, busca formar técnicos de nivel
superior y medio en ciencias de los materiales, y en ramas especializadas en el
manejo de compuesto derivados del litio como cloruro de potasio, carbonato de
litio, hidróxido de litio y baterías de litio.
Hasta la
fecha en el centro se han invertido US$ 2 millones financiados con un préstamo
del Banco Central de Bolivia.
“Es el
más grande de América Latina en su género y quiero que sea el más grande del
mundo”, dijo Morales a los medios de comunicación en la inauguración.
El litio es
uno de los metales de mayor valor estratégico en la actualidad por su uso en la
fabricación de baterías recargables para celulares y otros dispositivos
portátiles, para autos eléctricos y hasta medicamentos.
Para el
actual gobierno boliviano el litio es el eje de la “Estrategia de
Industrialización de los Recursos Evaporíticos de Bolivia” (2010), política
nacional que busca desarrollar todo el proceso de industrialización, desde la
extracción de la salmuera, la separación del carbonato de litio, hasta la
construcción de baterías propias para la exportación.
Como
parte de ese plan, el nuevo centro —que depende de la empresa pública,
Yacimientos del Litio Boliviano (YLB)— será “el lugar donde se analizarán las
aplicaciones del litio del salar de Uyuni y los productos que se deben fabricar
para el mercado mundial”, dijo su director Juan Carlos Montenegro, según
consigna el sitio web del Ministerio de Energías.
Pablo
Poveda, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y
Agrario (CEDLA), considera que el instituto podría formar buenos técnicos, pero
Bolivia no tiene la tecnología para producir las baterías de litio.
GOBIERNO BOLIVIANO APOYA LA
ROBÓTICA
El Ciudadano de Chile
(www.elciudadano.com)
El
Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia
garantizará los recursos para que un equipo de estudiantes participe en la competencia internacional de robótica
First Global Challenge en Dubái, torneo, que reúne a participantes de unos 200
países, así lo informó este jueves el vicepresidente Álvaro García Linera.
“Se está
apoyando con cerca de 11.000 dólares
para que el equipo completo, los cuatro estudiantes más los dos tutores, puedan
viajar el día sábado. Van a llevar la bandera boliviana por delante y estamos
seguros que van a tener un gran desempeño”, destacó García.
El equipo
viajará a Dubái con un prototipo
robótico creado para combatir la
contaminación en los océanos, tomando en cuenta que la temática del
concurso este año es la conservación del medio ambiente, reseñó la Agencia
Boliviana de Información.
Los
jóvenes de secundaria que representarán a Bolivia en el torneo de Dubái son:
Marina Reinheimer, Pablo Pacheco, Jhonny Torrez y Nicolás Sánchez.
Autoridades
que forman parte de la delegación manifestaron su orgullo por contar con una representación
en la mencionada competencia al destacar, el desempeño, la inteligencia y la
alta capacidad de los cuatro jóvenes, “Vayan a medir fuerza con otros jóvenes
de otras partes del mundo, va ser una experiencia extraordinaria”, citaron
medios locales a uno de de los funcionarios.
“El robot
consiste en recolectar contaminantes del océano (…). Esperamos hacer una buena
representación de Bolivia con este prototipo que hemos hecho”, dijo Pacheco,
estudiante que forma parte del equipo.
No es la
primera vez que el Gobierno apoya a estudiantes y jóvenes que trabajan en
emprendimientos científico tecnológicos y en otros proyectos innovadores,
puntualiza Eju.
BOLIVIA.- LA VIOLENCIA CONTRA LAS
MUJERES POLÍTICAS NO DA TREGUA EN BOLIVIA
Bolsamanía de España
(www.bolsamania.com)
Bolivia
es uno de los países con el mayor porcentaje de mujeres diputadas y concejalas
del mundo, gracias a una legislación, introducida hace una década, que obliga a
las formaciones políticas a presentar a una mujer por cada hombre como
candidatos a los puestos de elección popular.
Pero, a
pesar de la mayor representación femenina, el país registra unas cifras
preocupantes de violencia hacia las mujeres políticas.
"Una
noche me agarraron y me golpearon. Fueron unos encapuchados. No me robaron. Un
ladrón te roba, pero ellos no lo hicieron. Fue un mensaje silencioso para que
yo deje de gobernar. Ni siquiera me lastimaron el rostro. Sólo el cuerpo. Como
advirtiéndome de que, si yo seguía dirigiendo, iba a sufrir mayores
consecuencias"
Las
palabras son de Bertha Quispe, alcaldesa del municipio de Collana, profundo en
el extenso altiplano boliviano, y cuya economía se basa en la agricultura, la
ganadería, y la actividad de una mina cercana.
Los
problemas para Quispe, de 32 años, iniciaron, cuenta, cuando intentó
regularizar la situación de la cooperativa minera, a través de la expedición de
licencias ambientales. Después de varios días de protesta y malestar, varias
personas tapiaron la puerta de la alcaldía para evitar la entrada de la alcaldesa.
Quispe
cree que ser mujer, y joven, fue una de las causas principales del rechazo de
parte de la ciudadanía de Collana --5.000 habitantes-- durante su mandato, que
finaliza en 2020.
"Me
di cuenta de que me atacaban por ser mujer, sobre todo por los insultos. Una de
las frases más usadas era ¿Cómo una mujer joven nos va a dirigir?",
comenta en su despacho la alcaldesa, que representa al Movimiento al Socialismo
(MAS) del presidente Evo Morales.
"Los
varones concejales te hacen de lado. No te obedecen. El hombre siempre quiere
ser superior, tener la razón y llevar la batuta", señala, mirando a su
alrededor en el humilde despacho, donde hay una ventana que da a las blancas
montañas lindantes con el imponente altiplano. "Hoy teníamos que estar
reunidos, pero no están", lamenta Quispe.
Las
políticas no sólo sufren violencia física, sino también presión social y
estigmatización que acaba derivando en su renuncia, sobre todo en zonas rurales
donde el 'qué dirán' es más relevante.
"Yo
soy soltera, y han llegado a decir que tenía un bebé de un hombre del que me
separé, y más cosas personales", lamenta Quispe, que ejerce su cargo
gracias a un amparo constitucional.
UNA LEY
PIONERA PARA PROTEGER A LAS MUJERES EN LA POLÍTICA
Ella pudo
denunciar su caso gracias a la Ley 243 contra el acoso y la violencia política
hacia las mujeres, aprobada en 2012 y pionera en todo el mundo.
Pero ni
siquiera la moderna legislación garantiza justicia. Quispe desistió de la
causa, a los pocos días, para conseguir la liberación de tres personas
secuestradas en su pueblo con el objetivo de forzar, precisamente, que retirase
la denuncia. "Si no desistía, los mataban. Estuvieron tres días
secuestrados. Una concejala, y dos hombres. Lo hice por conciencia",
asegura.
El
fracaso en los tribunales, por una u otra causa, no es la excepción, sino la
norma. "A pesar de que la ley 243 está vigente desde 2012, aún no tenemos
una sola sentencia condenatoria, ni de acoso, ni de violencia. Se avanza en
algunos casos, pero hay cuellos de botella", apunta Sandra Silva, abogada
de la Asociación de Concejalas de Bolivia (Acobol), que ofrece asesoramiento
legal a políticas afectadas por acoso o violencia. "La Justicia es lenta y
hay problemas de influencias, porque se está acusando a diputados y alcaldes",
añade.
"Es
difícil también presentar testigos, porque entre compañeros de trabajo es muy
difícil que uno testifique contra el otro, y más en lugares pequeños, ya que, o
se conocen personalmente, o son familiares, tíos, primos...", destaca.
La ley
243 fue expedida tras la muerte, en 2012, de Juana Quispe, concejala del
municipio de Ancoraimes, que fue asesinada después de haber recibido amenazas y
agresiones durante meses. Le llegaron a tirar cemento en los ojos.
Siete
años después, no se ha abierto juicio oral contra los principales imputados, el
ex alcalde Félix Huanca (MAS) y dos concejales.
Acobol
registró 64 denuncias por acoso y violencia política en 2017. El año siguiente
recibió 117 casos y, en 2019, hasta el 17 de octubre, anota 78 denuncias.
"Ese
dato, eso sí, no es tan real, porque cuando vamos a las capacitaciones y
preguntamos a las concejalas si han sufrido acoso trabajando, la mayoría, un 90
por ciento, declara que sí, pero no han denunciado", destaca la abogada
Silva.
POR CADA
MUJER ELECTA TIENE QUE HABER UN SUPLENTE VARÓN
En
Bolivia, según la ley que garantiza paridad en los cargos electos, si el
titular de un puesto es mujer, su suplente tiene que ser hombre. Ese mecanismo
propicia que parte de las concejalas reciban presiones para renunciar y que su
puesto sea ocupado por el varón.
También
se firman, en ocasiones bajo presión, compromisos de alternancia en el cargo a
mitad de mandato, más frecuentes en el caso de la mujer que deja su puesto al
hombre, según las expertas.
"Se
dan también problemas serios cuando las mujeres fiscalizan a su gobierno
municipal y señalan lo que no se hace bien. Muchas autoridades, patriarcales y
machistas, no se dejan fiscalizar. Eso se traduce, si las compañeras se
resisten, en maltrato, acoso e incluso retención de salarios", comenta
Bernarda Sarué, directora ejecutiva de Acobol.
Otras
prácticas de acoso registradas por la asociación incluyen la prohibición de
tener acceso a tierras de cultivos a las concejalas de zonas rurales, y
acciones de desprestigio.
"Tenemos
casos de mujeres semianalfabetas, que son relativamente mayores, y como no
saben ni leer ni escribir bien las nombran para castigarlas secretarias de
actas. Tienen, por supuesto, que contratar a una persona para que les
ayude", apunta Sarué.
Más
graves son los casos de violencia, entre los que se incluyen golpizas, pero
también violaciones.
Aunque
queda mucho para hallar soluciones duraderas, en Acobol aseguran que se está
avanzando mediante la educación de los jóvenes.
Mujeres
como Bertha Quispe están dispuestas a seguir adelante, a pesar de las
dificultades.
"Me
ha fortalecido el carácter, y a día de hoy lo único que me queda decir, a todas
las mujeres, es que la política no es una tierra prohibida para ellas, sino de
oportunidades, y que nosotros tenemos que aprender a hacerla respetar. Está en
nuestras manos", asegura la alcaldesa de Collana.
BOLIVIA, UN MERCADO ATRACTIVO Y
CON POTENCIAL DE CRECIMIENTO PARA EL ACEITE DE OLIVA
Mercacei de España (www.mercacei.com)
Bolivia
se presenta como uno de los mercados en crecimiento de América Latina, siendo
atractivo para los exportadores de aceite de oliva, donde el producto español
está bien considerado por los consumidores y en el que la incorporación del
aceite de oliva a la gastronomía boliviana es aún un camino por recorrer, así
como el conocimiento de las propiedades y beneficios que tiene este producto en
la dieta.
Así lo
destaca un estudio de ICEX España Exportación e Inversiones sobre este país, en el
que la ausencia de producción local de aceite de oliva, hace que la demanda
dependa totalmente de las importaciones para su consumo.
Sin
embargo, existe un emprendimiento llamado “Bolivia: Olivos en el desierto”
puesto en marcha desde el año 2008 por el Instituto de Desarrollo Popular
(INDEPO), y que tiene como objetivo la producción local de aceite de oliva a
partir del año 2028 en el municipio de Pasorapa. En concreto, se prevé el
cultivo de unos 2.500 olivos para garantizar el futuro de los niños de entre
seis y doce años que viven en dicho municipio. Según los expertos, es un lugar
que permite el cultivo efectivo del olivo y por lo tanto de la producción de
aceite, y se convertiría en el primer productor de aceite de oliva del país.
El
estudio de ICEX señala que los principales países que llevan a cabo la
actividad exportadora son España, en primer lugar, como líder indiscutible del
sector, representando, desde el año 2012 hasta la actualidad, más del 60% de la
cuota de mercado. “Las previsiones de futuro son positivas para el aceite
español, ya que el consumo en el país aumenta año a año”, añade.
Los
aceites de uso común en cocina y aderezo son el aceite de girasol y el aceite
soya, con un consumo medio por habitante de 14 litros al año según datos de
2016. Por contra, el aceite de oliva en Bolivia está percibido como un producto
gourmet, y es utilizado en alta cocina y hogares de clase alta, que representa
aproximadamente un 10% de la población total. Como consecuencia de lo anterior,
el consumo mayoritario del aceite de oliva se encuentra distribuido
geográficamente en el denominado “Eje Troncal”, que son las áreas
metropolitanas de las ciudades de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra,
donde reside principalmente la clase alta.
Los
principales competidores del aceite de oliva español son los aceites producidos
en Argentina, Portugal e Italia. En los últimos cinco años ha sido la industria
argentina la que ha seguido muy de cerca el potencial español llegando a
representar casi el 30% de la cuota de mercado.
Según
este informe, el factor que determina al consumidor boliviano a comprar un
aceite u otro es el precio, ya que, por lo general, no existe un conocimiento
generalizado para apreciar diferencias en cuanto a calidad. Además, la
gastronomía nacional no cuenta con el empleo del aceite de oliva en sus platos
y todavía se desconocen el abanico de usos del producto que podría llevar a
tomar una decisión de compra no sólo basada en el precio.
Oportunidades
El
estudio señala que, a pesar de las dificultades que presenta el sector del
aceite de oliva en Bolivia, hay razones para creer en el crecimiento del
consumo de este producto. Así, existen una serie de factores relacionados con
la oferta y otros relacionados con la demanda que pueden guiar acerca del
potencial crecimiento del sector.
En este
sentido, en el caso de la demanda, el consumo per cápita de aceite se sitúa en
torno a unos 14 litros por persona al año y se considera que este dato irá en
aumento en los próximos años.
Otro
factor es el mayor conocimiento de los usos del producto, así como una mayor
conciencia en el aporte saludable del aceite de oliva en la dieta. Además,
según el estudio, los consumidores bolivianos tienen cada vez mayor poder
adquisitivo (aumento del PIB per cápita), y por lo tanto tienen mayor acceso a
aceites de oliva de mayor calidad, lo que, a su vez, puede favorecer en el
continuo aumento de las importaciones.
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