Evo Morales
realizó un acto en la ciudad de El Alto, uno de los sitios de mayor fortaleza
del proceso de cambio que lideriza. Allí llamó a defender la democracia y los
votos con movilización. La derecha por su parte realizó un cabildo y anunció
que escalará la presión. Bolivia se ha convertido en una gran pulseada de
resultado aún incierto.
El Alto,
ciudad que se encuentra arriba de La Paz, es uno de los principales territorios
de apoyo al proceso de cambio encabezado por el presidente Evo Morales. Allí
vive una población de mayoría indígena, en particular Aymara, con
fuertes niveles de organización como, por ejemplo, a través de las Juntas
Vecinales.
Fue allí
donde Evo Morales realizó un acto en la tarde del 28 de octubre donde se
congregaron delegaciones de los diferentes movimientos que son parte del
proceso político en marcha, como, por ejemplo, la Confederación Sindical Única
de Trabajadores Campesinos de Bolivia, las Bartolinas Sisas, y mineros y
mineras que, horas más temprano, habían protagonizado una movilización en La
Paz.
El acto se
dio en el contexto de desconocimiento de los resultados electorales del pasado
20 de octubre donde Evo Morales ganó con más de 10% de diferencia sobre el
segundo candidato, Carlos Mesa, que no reconoce los números que fueron dados por el Tribunal Supremo
Electoral.
Mesa es un
hombre fuertemente recordado en El Alto: durante el Gobierno del cual era
vicepresidente —el presidente era entonces Gonzalo Sánchez de Lozada— ocurrió
la masacre de El Alto donde fueron asesinadas más de 60 personas en una
protesta por el gas.
"La
justicia tiene que ser para todos, estamos aquí para hacer respetar la
justicia", dijo Rodolfo Mansilla, presidente de las Juntas Vecinales de El
Alto, recordando los muertos bajo la represión del Gobierno de Sánchez de
Lozada y Mesa.
Mansilla
tomó la palabra antes de la intervención de Evo Morales, quien estuvo
acompañado por el vicepresidente, Álvaro García Linera, representantes de
organizaciones, diputados y ministros. El clima en el acto era de festividad
por la victoria, así como de la necesidad de defensa activa y pacífica de los
votos ante la estrategia de la derecha que busca no reconocer los resultados.
¿Qué plantea
exactamente la derecha? Evo Morales realizó esa pregunta desde el escenario,
calificando a quienes se movilizan contra el resultado electoral de
"pequeños grupos", donde "unos dicen fuera Evo, otros dicen
nuevas elecciones", así como algunos piden una segunda vuelta.
"Tienen que entender que Evo ganó en primera vuelta con más del 10% de
diferencia", afirmó.
El
presidente se refirió a las inconsistencias de las denuncias de fraude:
"Que traigan pruebas, ¿dónde está el fraude?, vayamos a una auditoria,
voto por voto, mesa por mesa, no tengo miedo, revisen".
Ante la
complejidad de la situación, que Evo Morales calificó el 23 de octubre como intento de golpe de Estado, y
García Linera denunció el lunes 28 como de "apuesta a la violencia y
confrontación" por parte de Mesa, el llamado fue a la movilización de los
diferentes movimientos y actores para defenderse del intento golpista.
"Vayan
a defender la democracia, la Casa Grande del Pueblo —nombre de la sede de
Gobierno—, nuestro proceso de cambio, pacíficamente vayan a defender",
dijo Evo Morales. Agregó una advertencia: "no debemos caer en las
provocaciones de ellos, quieren buscar muertos para echarnos la culpa, para
conmocionar el país".
Mientras
Morales terminaba su discurso, la derecha movilizada en La Paz había finalizado
su concentración en lo que han llamado los Cabildos. Allí estuvo presente Mesa,
quien afirmó ante los presentes: "o me voy preso o me voy a la
presidencia", en una ratificación de que continuará sin reconocer los
resultados y llamando a mantenerse movilizados en las calles.
La presencia
de la oposición movilizada mostró una mayor capacidad de convocatoria en el
Cabildo que durante el resto de la jornada. La estrategia de la derecha de
aumentar la presión en las calles no ha dado resultado en La Paz, donde quienes
se movilizan no logran abarcar mayores zonas de la capital, así como tampoco
crecer en cantidad.
En ese
contexto se espera que los próximos días continúen con niveles de tensión. El
Gobierno, los movimientos que defienden y son parte del proceso, estarán en las
calles para defender la victoria de Evo Morales. La derecha hará lo mismo para
intentar crear un escenario de desestabilización. La pulseada está en
desarrollo. (www.mundo.sputniknews.com)
El Presidente
Evo Morales dijo a los opositores atrincherados bajo las consignas de desacato,
resistencia y desobediencia civil, que tienen que entender que el Movimiento Al
Socialismo (MAS) ganó con 47,08% de los votos, más del 10% de diferencia sobre
el 36,51% que obtuvo Comunidad Ciudadana (CC) del candidato Carlos Mesa. Agregó
que los militantes del MAS “no somos golpistas ni somos racistas; somos pueblos
que integramos a todo el pueblo boliviano”.
¿PUEDE HABER
UN GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA?
Sputnik News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)
La derecha
boliviana no reconoce la victoria de Evo Morales y anunció nuevas acciones de
protesta en una semana que será importante para ver si cuenta con fuerza
suficiente para lograr sus objetivos. Sputnik dialogó con Jorge Silva,
dirigente del Movimiento al Socialismo, para entender qué puede suceder.
La derecha
boliviana sigue sin reconocer la victoria de Evo Morales una semana después de las
elecciones presidenciales. Los números a favor del presidente reelecto indican
sin embargo una diferencia marcada: 47,07% contra 36,51% del segundo candidato,
Carlos Mesa, lo que representa más de 650.000 votos de diferencia. A eso se
agrega que el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS) ganó en 85%
de los municipios y consiguió la mayoría en la cámara de diputados y de
senadores.
"Estamos
peleando más de 2,8 millones de votos. Es una victoria innegable de Evo
Morales, legítima, constitucional, y que hoy corresponde al pueblo
defenderla", dice Jorge Silva, quien fue diputado por el MAS y actualmente
es concejal por esa misma formación en la ciudad de La Paz, capital de Bolivia.
La defensa
de la victoria de Morales comenzó desde que la derecha, quien ya había
anunciado que habría fraude, inició acciones de violencia y ya quemó, entre otras cosas,
cinco locales del MAS, así como diferentes sedes regionales del Tribunal
Supremo Electoral.
Según Silva,
la estrategia del fraude tiene por objetivo "desestabilizar al
gobierno" a través de protestas que buscan el enfrentamiento: "Para eso está
aplicando vandalismo, racismo, discriminación, con el objetivo final de lograr
un golpe de Estado, posicionar a Carlos Mesa como presidente igual que lo han
hecho con (Juan) Guaidó en Venezuela".
La dirección
de esa estrategia es tanto nacional como internacional. En lo nacional se trata
de una nueva fase en el la disputa entre los dos grandes bloques políticos,
sociales y económicos.
Uno de los
bloques es el de la oposición: "Tiene varias corrientes, en algunos casos
de extrema derecha, en otros una derecha moderada, y también gente que tiene un
partido simplemente para apostar a algún espacio en la administración
pública". Según Silva, sus intereses son los de "defender los
intereses del modelo neoliberal que ha estado vigente en Bolivia a partir de
1985 hasta el 2005".
El
otro bloque "está conformado por las organizaciones sociales, campesinos,
indígenas, fabriles, cooperativistas mineros, transportistas, sectores
populares, que están representados por el MAS bajo el liderazgo de Evo
Morales".
En este
caso, ese bloque "representa este otro modelo económico, que es el anhelo
de un Estado plurinacional, unitario, con autonomías, inclusión, en el cual se
está implementando un modelo económico comunitario, social, participativo,
donde se privilegia la participación del Estado en el aparato económico".
La disputa
entre ambos "va a seguir por el resto del tiempo porque representan a
estos dos bloques del colectivo social boliviano". Eso se ha traducido en
diferentes momentos de conflicto en los últimos años, como el que sucedió al
inicio del mandato de Evo Morales, cuando la derecha levantó la estrategia de separación del oriente del país, conocido
como la Media Luna.
"Parte
de los objetivos políticos de la diplomacia norteamericana es la de intentar
voltear los gobiernos progresistas, revolucionarios que se han gestado en
nuestra región", añade Silva, en relación a la influencia de EEUU en el
conflicto.
La situación
actual es un nuevo punto de escalada e inflexión en el conflicto. ¿La derecha,
con el respaldo norteamericano, tiene la fuerza para lograr su objetivo? El
concejal señala que la fuerza de la derecha está centralmente en los
denominados Comités Cívicos de Santa Cruz, Sucre y Potosí, con "bloques de
choque" como la Unión Juvenil Cruceña. En cuanto a La Paz, las protestas y
la violencia "han estado centradas en la zona sur, donde está asentada la
población con mayores ingresos económicos".
Silva
subraya la dimensión clasista del enfrentamiento, que limita la posibilidad de
victoria de la oposición: "Tiene el apoyo de la clase media tradicional,
que es racista, discriminadora, más no cuenta con el apoyo de las
organizaciones sociales, sectores populares, sectores importantes para
determinar estos cambios políticos".
En este
contexto se espera un posible aumento de las acciones de movilización y
violencia por parte de la derecha.
"Esta
semana es decisiva, vamos a ver cuál es la fuerza y resistencia que tenga la
oposición. Creemos que no tienen la fuerza que están pretendiendo mostrar a
través del miedo y las redes sociales, confiamos en la madurez democrática y
política del pueblo boliviano para no dejarse llevar por estas corrientes
políticas".
EVO MORALES ENDURECE SU DISCURSO ANTE LAS
MASIVAS MARCHAS EN SU CONTRA: “¡PATRIA O MUERTE!”
La victoria del mandatario ha sido cuestionada
tanto por la oposición como por varios países como Estados Unidos, Brasil,
Argentina y Colombia, quienes expresaron su preocupación por la situación en el
país.
Infobae de Argentina (www.infobae.com)
El
presidente de Bolivia, Evo Morales, ha asegurado este lunes que “no entiende” a
aquellos que no reconocen su victoria en la primera vuelta de las elecciones
presidenciales que se celebraron en el país hace más de una semana, tildadas de
fraudulentas por la oposición. Y endureció su discurso ante las masivas marchas
en su contra: “¡Patria o muerte!”, dijo al inicio del mismo.
“Lamento
mucho que no reconozcan el triunfo del pueblo boliviano. No son muchos. Unos
dicen nuevas elecciones y otros segunda vuelta. No se entiende. Hermanos,
tienen que entender que Evo ha ganado en la primera vuelta”, ha afirmado
Morales durante un discurso en un acto de celebración por la victoria de su
partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS).
Las
manifestaciones comenzaron en el país el mismo 20 de octubre, después de que el
Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendiese el recuento de votos, en un
momento en el que Morales parecía abocado a una segunda vuelta con el principal
candidato opositor, Carlos Mesa. Tras la reanudación del recuento, se confirmó
la victoria del presidente en primera ronda.
“No vamos a
entrar a la provocación de ellos (...). Quieren buscar muertos para echarme la
culpa”, ha indicado el mandatario bolivariano, quien además ha agradecido a la
Policía “por no prestarse a eso”, según ha recogido la agencia ANF.
Morales
también se ha dirigido a la oposición del país, a quienes ha dicho que “si
dicen que hay fraude, que demuestren donde”. El Gobierno boliviano pidió el
pasado jueves a la Organización de Estados Americanos (OEA) que realizara una
auditoría a las elecciones para garantizar la transparencia de los resultados
de esos comicios, petición que fue aceptada por ese organismo.
La victoria
de Morales ha sido cuestionada tanto por la oposición como por varios países
como Estados Unidos, Brasil, Argentina y Colombia, quienes expresaron su
preocupación por la situación en Bolivia.
Sin embargo,
el presidente boliviano ha afirmado que el Ministro de Exteriores del país,
Diego Pary, ha asegurado que más de 90 países apoyan su victoria en la primera
vuelta.
Mesa ha
acusado este lunes al Gobierno de Morales de estar intentando responsabilizarlo
de los actos de violencia que se están produciendo en el país tras la
reelección del mandatario.
Así, Mesa ha
defendido que en “ningún caso” ha hecho un llamamiento a “acciones de
violencia” en el marco del paro nacional decretado en respuesta al supuesto
fraude electoral que permitió la victoria de Morales en primera vuelta “ni en
ningún tipo de iniciativa que no sea resistencia pacífica y democrática”.
Morales ha
contestado diciendo que “pacíficamente vamos a defender la democracia”. “Aquí,
lo que hicieron tanto daño en los tiempos del neoliberalismo no van a volver”,
ha añadido.
¿QUÉ SE HA LOGRADO EN MATERIA ECONÓMICA DURANTE
EL GOBIERNO DE EVO MORALES EN BOLIVIA?
Telesur de Venezuela (www.telesurtv.net)
Tras una
década de Gobierno, en el país suramericano se resaltan los logros alcanzados
en materia económica gracias a la política progresista del líder del
Movimiento Al Socialismo (MAS).
El
presidente de Bolivia, Evo Morales,
fue reelecto para un nuevo mandato por los próximos cinco años,
en los que tendrá la oportunidad de seguir ampliando la lista de logros que han
permitido el avance de su nación desde 2006.
Tras una
década de Gobierno del
presidente Morales, en el país suramericano se resaltan los logros alcanzados en materia económica, gracias a la
política progresista y soberana del líder del Movimiento Al Socialismo
(MAS).
Según los
últimos reportes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal), la economía boliviana se incrementó un promedio de 4,9 por ciento cada
año, por lo que se convirtió en el país surmaericano que más incrementó su
Producto Interno Bruto (PIB) durante 2018, con 4,2 por ciento de aumento.
Asimismo,
las políticas de Morales han significado una mejoría para los sectores más
vulnerables de la nación, reduciendo la pobreza en la nación en un 25 por
ciento y la pobreza extrema en 23 por ciento desde 2006.
El mayor
acierto del mandatario boliviano reelecto en los últimos comicios, fue el
crecimiento inclusivo que permitió el acceso de las personas con menos recursos
a oportunidades en sectores como la salud y la educación.
En este
sentido, la tasa de analfabetismo pasó del 13,3 por ciento en 2006 al 4,7 por
ciento en 2008. Incluso, consiguió un mínimo histórico en 2018, al cerrar en un
2,4 por ciento.
Las
políticas el presidente Morales han derivado en consecuciones fructíferar para
la nación en estos 13 años gracias a un viraje del modelo socioeconómico, que
dejó atrás el sistema capitalista mediante el desarrollo de políticas
inclusivas y la conservación de los recursos naturales.
¿BOLIVIA SE NOS MUERE?
Aporrea de Venezuela (www.aporrea.org)
"La
situación de Bolivia podría compararse con el caso de una persona que padece un
cáncer. Esta sabe que se enfrenta a la intervención más peligrosa y dolorosa
que existe (y la estabilización política y monetaria y otras medidas lo son sin
duda). El uso del cáncer en el discurso político alienta el fatalismo y
justifica las medidas ‘severas’, además de reforzar considerablemente la noción
(ya generalizada) de que enfermedad es mortal de necesidad".
—En 1985,
Bolivia pasó a formar parte de la ola democrática que barría en aquellos
momentos el mundo en vías de desarrollo. Durante dieciocho de los veintiún años
previos, los bolivianos habían estado sometidos a una forma u otra dictadura.
Bolivia
afrontó sus históricas elecciones nacionales de 1985 en aquellas volátiles
circunstancias, con una inflación anual de hasta el 14.000 %. Las elecciones
fueron una contienda entre dos figuras familiares para los bolivianos: un
exdictador, Hugo Banzer, Y un expresidente electo, Víctor Paz Estenssoro. La
votación fue muy reñida y la decisión final correspondió al Congreso de
Bolivia, pero el equipo de Banzer estaba convencido de haber ganado los
comicios. Antes incluso de que se anunciaran los resultados definitivos,
contrataron los servicios de un casi desconocido economista de treinta años
llamado Jeffrey Sachs para que les ayudara a elaborar un plan económico
antiinflacionista. Sachs era una estrella emergente del Departamento de
Economía de Harvard que acumulaba diversos premios académicos y se había
convertido en uno de los profesores titulares más jóvenes de aquella
universidad. Unos meses antes, una delegación de políticos bolivianos había
visitado Harvard y había visto a Sachs en acción: las bravuconadas de éste les
había dejado impresionados. El joven profesor les había dicho que podía dar la
vuelta a su crisis inflacionaria en un solo día. Sachs carecía de experiencia
en el terreno de la economía del desarrollo, pero, según él mismo admitiría
años más tarde, "creía que sabía todo lo que había que saber" sobre
inflación.
Esos
argumentos "confusos" eran los mismos que habían sido violentamente
reprimidos en América Latina hacía una década y que consistían fundamentalmente
en el convencimiento de que, para escapar de la pobreza, el continente
necesitaba romper con las estructuras de propiedad coloniales mediante
políticas intervencionistas como la reforma agraria, las protecciones y las
subvenciones al comercio, la nacionalización de los recursos naturales y la
gestión cooperativa de los centro de trabajo. Sachs no tenía tiempo para
cambios tan estructurales. O sea que, si bien no sabía casi nada sobre Bolivia
ni sobre su larga tradición de explotación colonial, ni la represión a la que
se habían visto sometidos siempre el pueblo, ni sobre las conquistas que tanto
esfuerzo había costado conseguir en la revolución de 1952, estaba convencido de
que, además de hiperinflación, Bolivia era víctima del "romanticismo"
la falsa ilusión de desarrollismo que una generación anterior de economistas formados
en Estados Unidos había intentado erradicar del Cono Sur.
Para
empezar, no hay que olvidar el problema obvio de que el presidente Paz no
contaba con mandato alguno de los votantes bolivianos para rehacer por completo
la arquitectura económica del país. Había concurrido a las elecciones con un
programa nacionalista que había abandonado súbitamente por un pacto a puerta
cerrada. Años más tarde, el influyente economista liberal John Williamson
acuñaría un término para lo que hizo Paz en su momento: lo llamó la
"política del vudú" (la mayoría del pueblo lo llaman simplemente
"mentir"). Y ése no era, ni mucho menos, el único problema del relato
que narraba la supuesta aceptación democrática del programa.
La izquierda
boliviana calificaba el decreto de Paz de "pinochetismo económico".
Pero para la comunidad empresarial, tanto la de centro de Bolivia como la del
extranjero, se trataba precisamente de eso: Bolivia había introducido una
terapia de shock de corte pinochetista sin necesidad de un Pinochet y bajo un
gobierno de centro de izquierda, nada menos. Como un banquero boliviano comentó
con admiración, "Paz ha logrado en el seno de un sistema democrático lo
que Pinochet consiguió mediante las bayonetas". El país andino demostró
que una terapia desgarradora como aquella seguía necesitando de ataques
vergonzosos contra los grupos sociales incomodos y contra las instituciones
democráticas. De ese modo, Bolivia proporcionó un modelo de Estado civil
llevado adelante, no por soldados de uniforme militar, sino por políticos y
economistas trajeados y parapetados tras el escudo oficial de un régimen
democrático.
Se
prohibieron las asambleas políticas y las manifestaciones, y se hizo
obligatorio contar con un permiso estatal para celebrar reuniones. La política
opositora fue ilegalizada en la práctica, como lo había durante la dictadura de
Banzer. Para despejar las calles, la policía detuvo a 1.500 manifestantes,
dispersó las multitudes con gas lacrimógeno y disparos sobre loa huelguistas
que, según sus alegaciones, habían atacado a sus agentes. Paz tomó también
medidas adicionales para asegurarse de poner definitivamente fin a las
protestas. Los líderes de la federación sindical se declaron en huelga de
hambre y Paz ordenó a la policía que arrestara a los doscientos dirigentes
obreros más destacados, los subiera a bordo de unos aviones y los trasladara a
prisiones remotas en la Amazonía. Según Reuters, entre los detenidos se
encontraba "la dirección de la Confederación Obrera Boliviana y otros
altos dirigentes sindicales". Se trató de un secuestro en masa, con
petición de rescate incluída: los prisioneros serían liberados sólo si los
sindicatos desconvocaban sus manifestaciones, algo a lo que finalmente
accedieron. Filemón Escobar era un minero y un activista obrero y manifestante
habitual en aquellos años. En una entrevista explicó, desde Bolivia que
"arrancaron a los líderes obreros de las calles y se los llevaron a la
selva para que los bichos los devoraran vivos. Para cuando los liberaron, el
nuevo plan económico ya estaba plenamente instaurado".
Este estado
de sitio extraordinario se mantuvo tres meses. Dado que la totalidad del plan
se desplegó en sólo cien días, eso significa que el país estuvo confinado en
una especie de celda colectiva durante el período decisivo de aplicación de la
terapia de shock. Un año más tarde, cuando el gobierno de Paz procedió a
efectuar despidos masivos en las minas de estaño, los sindicatos volvieron a
salir a la calle y el ejecutivo respondió con la misma serie de dramáticos
acontecimiento: se declaró el estado de sitio y dos aviones de las fuerzas
aéreas bolivianas trasladaron a cien de los principales dirigentes sindicales
del país a campos de internamiento en las llanuras tropicales de Bolivia. Esta
vez, entre los líderes secuestrados se encontraban dos ex-ministros de Trabajo
y un ex-senador (algo que recordaba la "prisión VIP" que Pinochet
había instalado en el sur de Chile y adonde fue llevado Orlando Letelier).
—Pueblo
boliviano, voltee pa’ tras, son las mismas mafias asesinas del 1985.
¡La Lucha
sigue!
BOLIVIA EN SU HISTORIA
Finalizado el proceso electoral en Bolivia,
algunas referencias bibliográficas para el estudio de la historia del país
indígena.
La Haine de Venezuela (www.lahaine.org)
Existen una
serie de imágenes recurrentes que relampaguean cuando se hace referencia a la
historia de Bolivia. Algunas más lejanas, referidas a los levantamientos y
rebeliones indígenas decimonónicas; otras, ya entrado el siglo XX, se condensan
en torno a la Revolución del ’52 o a la presencia del Che en aquellas tierras.
Más cercanas y cruentas por la proximidad y los potentes registros, sacuden las
que aluden a la Guerra del Agua y por el Gas. Ciertamente, también es fuerte el
cuadro de un aymara presidente o de más de una chola como representante en el
Congreso Nacional en un país históricamente dominado por la minoría “blanca” o
criolla. Estas imágenes y poco más, porque como suele ocurrir, más allá del
efecto impresionista -muchas veces atravesado por cierto centralismo rioplatense-,
poco se conoce de los procesos históricos de los pueblos de Nuestramérica. O,
en todo caso, estamos hábidos de un relato mayor que enhebre estos
acontecimientos que los contenga y otorgue un sentido general.
El recorte
bibliográfico es caprichoso y lejos está de nuestra voluntad sostener el
presunto monopolio que quieren ejercer historiadores académicos sobre el
pasado. Este breve artículo no pretende más que presentar una serie de
producciones referidas a la historia de este país publicados y editados en su
gran mayoría en tierra boliviana, y producidos por investigadores/as
nativos/as. Desde ya, lo que sigue a continuación no agota el panorama sino que
simplemente ponemos a consideración de quienes se interesen por el pasado del
país algunas contribuciones que consideramos relevantes.
Inicialmente,
podemos organizar los estudios sobre el pasado boliviano de dos maneras: a
partir de cierta periodización o atendiendo a los temas y/o problemáticas que
los motivan. De toda la bibliografía producida en los últimos 15 años por lo
menos, destacan dos preocupaciones: el Estado boliviano y los movimientos
sociales, ambos atravesados por la ‘cuestión indígena’ y, en menor medida, por
problemáticas referidas al regionalismo boliviano, tal y como desarrollaremos
más adelante. Asimismo, dos acontecimientos resultan trágicos en la memoria
histórica popular: la derrota frente a Chile y la pérdida de salida al mar y la
guerra contra el Paraguay, en torno a los cuáles se construyó históricamente el
nacionalismo boliviano. Finalmente, otro de los interrogantes más sostenidos
refiere al -nunca alcanzado- desarrollo de la economía.
En cuanto a
la periodización, la operación historiográfica coincide en destacar cuatro
grandes períodos, atendiendo a las transformaciones político-institucionales:
aquel que centra su atención en las culturas originarias del actual territorio
boliviano (del 10.000 a.C. al 1540 d.C., aproximadamente); el período colonial,
con el triunfo español y el sometimiento de los pueblos originarios (siglos XVI
y XVII) y un período de reformas, rebeliones y crisis del orden colonial (1700
a 1825); la independencia y el régimen republicano (1825 a 1952), en el que la
periodización encuentra alteraciones, conforme se tenga en cuenta la
consolidación del régimen oligárquico, la emergencia del nacionalismo y el
estallido revolucionario de 1952. La Bolivia posrevolucionaria, a su vez,
pendula entre el militarismo y la democracia.
Entre los
trabajos de síntesis histórica, hasta hace unos años sólo se contaba con las
sucesivas reediciones del clásico estudio de Herbert Klein (cuya primera
edición es de 1982) y a la también reconocida “Historia de Bolivia” de José de
Mesa, Teresa Gisbert y Carlos Mesa Gisbert (cuya primera edición es de 1997 y
fue sucesivamente actualizada y reeditada). A ellos, se sumó un importante
aporte: en 2015 se publicó una colección compuesta por seis tomos, producto de
años de investigación historiográfica académica, facturada por un colectivo de
investigadorxs provenientes de diversas disciplinas, nucleadxs en la “Coordinadora
de Historia”. Tanto la “Historia de Bolivia” de Mesa, Gisbert y Mesa
Gisbert como el de la Coordinadora se destacan por extender su estudio a la
historia reciente de Bolivia, llegando a tematizar la primera mitad del siglo
XXI. Ambos coinciden también en construir una periodización clásica, asentada
en los cambios político-institucionales, aunque sus declinaciones
interpretativas sean diferentes.
Si la
periodización es segmentación del tiempo y construcción de unidades históricas
constitutivas de un proceso histórico determinado, consideramos que puede
encontrarse una veta potente, en términos de política de la Historia,
intervenir y desestabilizar las continuidades expresadas por las
periodizaciones tradicionales -estadocéntricas, patriarcales y en muchos casos
reaccionarias al protagonismo de las clases populares- a partir de diferentes
investigaciones históricas que refieren a los nudos problemáticos anteriormente
mencionados. En particular, teniendo en consideración que la historia de las
clases populares y de los grupos dominados -sean indios o afrodescendientes,
mujeres o identidades disidentes- es la historia de lo discontinuo, debido a
que todos los intentos emancipatorios, hasta el momento por lo menos, fueron
derrotados, quedaron truncos. Aquí, sólo vamos a detenernos tan sólo en dos o
tres vectores populares en la Historia boliviana.
Indianismo
En la
introducción a un valioso libro editado en 2007, “Bolivia: memoria, insurgencia
y movimientos sociales”, Maristella Svampa decía que “tal como afirman
investigadores como Silvia Rivera, Raúl Prada y Luis Tapia, la Bolivia actual
es el resultado del cruce y yuxtaposición entre elementos que provienen de la
memoria larga (la colonización), la memoria mediana (el Estado nacional-popular
de los cincuenta) y la memoria corta (las luchas antineoliberales, a partir de
2000).” Se trata de otro modo de organizar la materialidad histórica, esta vez
apelando a un fuerte componente subjetivo como es la “memoria” popular.
De la obra
citada, recuperamos justamente dos artículos dedicados a la “memoria larga”,
escrito por Álvaro García Linera (“Indianismo y Marxismo. El desencuentro de
dos razones revolucionarias”) y Luis Tapia (“Bolivia: ciclos y
estructuras de la rebelión”). Pueden ser conjugados para tratar de
comprender los avatares del marxismo boliviano y sus encuentros y desencuentros
con la tradición indianista o indianismo (el texto de García Linera) como así
también el papel de los sindicatos en las luchas obreras e indígenas, abordando
también la cuestión nacional-popular, desestimada por el actual vicepresidente
de Bolivia. Este mismo debate entre las tradiciones político ideológicas, muy
particularmente el indianismo, está profundamente analizado por la propia
Svampa en su libro “Debates latinoamericanos” de 2016.
Desde otra
perspectiva, original y potente, Silvia Rivera Cusicanqui ha producido un
corpus investigativo que merece ser considerado con atención. Aquí, si bien
resulta importante, más que destacar su clásico “Oprimidos pero no vencidos.
Luchas del campesinado aymara y qhechwa, 1900-1980”, de 1984 consideramos
necesario estimular la lectura de sus más recientes obras, ya que allí se
encuentran lecturas únicas del proceso histórico de los pueblos originarios de
su país a través de lo que ella ha denominado “sociología de la imagen”
(2015), como praxis descolonizadora. En este movimiento de fuerte
reivindicación del mundo indígena, destaca también su “Ch’ixinakax utxiwa:
una reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores” (2010).
Menos
conocida -en Argentina, por lo menos- es la obra de José Teijeiro, cuyo “La
rebelión permanente. Crisis de identidad y persistencia étnico-cultural aymara
en Bolivia” (2007) es un aporte fundamental para comprender la centralidad
que la dominación colonial tuvo desde el siglo XVI en adelante, y cuyas
consecuencias aún son visibles y padecidas por las grandes mayorías de la
población. Pero sobre todo, permite explicar las razones de la consecuente
reafirmación de la identidad aymara, a pesar de la violencia secular a la que
fue sometido el indio.
Otras
producciones, ya clásicas y dignas de atención, son las que se encuentran
contenidas en la “Biblioteca del Bicentenario de Bolivia” (http://www.bbb.gob.bo),
promovidas por el Centro de Investigaciones Sociales de la Vicepresidencia de
la Nación, entre las que se pueden encontrar textos como “La revolución
india”, de Fausto Reinaga, “La cara india y campesina de nuestra
historia”, de Xavier Albó y Josep Barnadas, “Historia de la Rebelión de
Túpac Catari”, de María Eugenia del Valle o “Cuando sólo reinasen los
indios. La política aymara en la era de la insurgencia”, de Sinclair
Thompson y “El Katarismo”, de Javier Hurtado Mercado.
Los
movimientos sociales
En lo que
respecta a los movimientos sociales, para la historiografía en general el actor
fundamental a lo largo del siglo XX fue la clase obrera y sus organizaciones y
centrales sindicales. De allí que existe bibliografía dedicada a ella, no sólo
en la academia sino también producidas por las organizaciones partidarias de
izquierda (por ejemplo, la “Historia del movimiento obrero boliviano”, de
Guillermo Lora).
Otra puerta
de acceso al pasado del pueblo boliviano es hacerlo considerando la historia de
sus organizaciones, aquellas que fue construyendo al calor de la lucha y de los
conflictos sociales, económicos y políticos. Como bien afirma García Linera “si
algo hubo de derechos ciudadanos durante el siglo XX, en buena parte se debió
al ímpetu organizado de los sindicatos.” Esta frase pertenece a la Introducción
de “Sociología de los movimientos sociales en Bolivia. Estructura de
movilización, repertorios culturales y acción política” (primera edición en
2004), coordinado por García Linera en coautoría con Marxa Chávez León y
Patricia Costas Monje.
Se trata de
un mapa riquísimo de las organizaciones populares: “bajo distintas formas,
comunitaria, gremial, sindical de gran empresa, barrial o étnica, si algo
caracteriza a la sociedad boliviana es su recurrente capacidad de construir
tejidos de adhesión y movilización colectiva con efecto estatal.” Se trata de
la sistematización de la historia de doce centrales o coordinadoras de
organizaciones de base, analizadas desde la teoría de los movimientos sociales.
Más allá de que aborde las que existían al momento de la elaboración de la
investigación, la obra permite retroceder en el tiempo, identificando
antecedentes y genealogías.
Particularmente,
en relación a la historia de la estructura partidaria bajo la que se presentó
Evo Morales, “MAS IPSP. Instrumento político que surge de los movimientos
sociales” (2008), presenta la investigación de Marta Harnecker y Federico
Fuentes sobre esta organización. Estructurada en dos partes, la primera bucea
en los antecedentes y el contexto histórico de surgimiento del partido en 1995,
mientras que la narración de la segunda parte está sostenida por testimonios
recogidos a partir de entrevistas a informantes clave.
Otra
producción relevante es la de Gustavo Rodriguez Ostria (2014) “Capitalismo,
modernización y resistencia popular, 1825-1952”. En su investigación
analiza históricamente la confrontación entre las tendencias modernizantes
desde arriba a las formas tradicionales indígenas, desde abajo, atendiendo al
proceso de producción minero, agrario y gomero. Así, indica Raúl Reyes Zárate
en el Prólogo, “trata de entender las respuestas laborales anticapitalistas
no en la manera del proletariado industrial como las huelgas y las protestas,
sino como modalidades de acción preindustriales con la persistencia de rituales
y códigos de conducta sumados a tradiciones agrarias propias del mundo andino.”
Además, refiere a los sindicatos (entre 1936 a 1952), así como también a la
presencia de las mujeres en los movimientos obreros mineros; a las comunidades
y pequeños campesinos y sus organizaciones durante la primera mitad del siglo
XX hasta la Revolución. Entre sus cualidades, esta investigación es sensible a
la perspectiva regional, algo que no puede decirse de muchas obras.
Finalmente,
pueden considerarse relevantes para quienes se interesen por la historia
reciente de Bolivia, atender a las publicaciones patrocinadas por el Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales, (en particular el OSAL), así como también
aquellas editadas por el Centro de Investigaciones sociales (http://www.cis.gob.bo),
entre las que encontrarán investigaciones serias y con rigor teórico
metodológico referidas a la participación de los movimientos sociales campesino,
indígena, de mujeres y obrero en el actual proceso boliviano.
La cuestión
del Estado (plurinacional)
Referir a la
teorización del Estado en Bolivia es aludir directamente a René Zavaleta
Mercado, uno de los más originales exponentes teóricos de izquierdas
nuestramericano. Pero más que abrevar en su obra -relativamente conocida y de
reciente reedición- existe un conjunto de estudios que durante las últimas dos
décadas se ha dedicado al estudio de la naturaleza del Estado-nación y de la
sociedad boliviana, contraponiendo el proyecto liberal no ya al
nacional-popular, sino a las formas estatales construidas por las comunidades
originarias como uno de los nudos problemáticos más fuertes de Bolivia.
Una de las
obras que elegimos destacar es la de Luis Tapia (2016) “El momento
constitutivo del Estado moderno capitalista en Bolivia” que si bien se
presenta como analítico y teórico antes que historiográfico, no puede evitar
trabajar con la materialidad histórica para dar cuenta de la etapa de
constitución del Estado boliviano durante el siglo XIX para concentrarse luego
en el proceso que se abre a mediados de la década de 1930 y culmina con la
Revolución de 1952, que a juicio del autor, es el momento en el que se
constituye el estado capitalista en Bolivia.
“Configuración
y horizontes del Estado plurinacional”, de 2014 y compilado por Jorge
Viaña, es una obra colectiva que tiene como objetivo la problematización de la
constitución del Estado Plurinacional en Bolivia. Partiendo de premisas
elaboradas por Zavaleta Mercado, los autores plantean que sólo conociendo las
sucesivas crisis orgánicas que atravesó el Estado en Bolivia, puede
comprenderse cabalmente los límites y posibilidades que se abren en el presente
para la consolidación de un verdadero Estado plurinacional. Para ello, recorren
la historia del Estado boliviano desde 1935 (momento al que caracterizan como
de “crisis orgánica del Estado oligárquico” hasta la crisis del Estado
neoliberal (2000-2003) y consolidación de un nuevo sistema hegemónico.
Finalmente,
consideramos el trabajo de Omar Guzmán Boutier (2014), “Modelo político
andino en Bolivia”, como un aporte fundamental para pensar la vitalidad del
mundo indígena y constatar de qué manera, en Bolivia, no puede haber un estado
verdaderamente plurinacional si no permite que las instituciones y autoridades
propias de las comunidades puedan ejercer sus funciones, tal y como los propios
ayllus lo entienden. Basado en la etnohistoria y en la sociología política,
Guzmán Boutier realiza un meticuloso estudio de los principios, valores y
organización política y social de los ayllus, a lo largo de diferentes períodos
históricos, bajo la dominación colonial, republicana y contemporánea. Lo que el
autor propone es que, ante la crisis del sistema de representación democrática
occidental, la salida es un sistema mixto que incorpore la democracia directa,
tal y como es ejercida hoy en los ayllus andinos.
Hasta aquí,
algunas pocas de una ingente cantidad de producciones históricas que se han
venido produciendo en Bolivia, en particular a lo largo de los últimos 20 años,
sostenidos por el ciclo de crecimiento económico del país. Investigaciones que
encuentran cobijo en universidades nacionales y centros de investigación, en
las páginas de revistas como “Estudios Bolivianos”, “Tinkazos” e “Historia
y Cultura”, entre otras; y bajo sellos editoriales pujantes, algunos de los
cuáles cuentan con el patrocinio del Estado – puntualmente, de la
Vicepresidencia.
Lecturas
historiográficas que posiblemente encuentren su contrapunto en revistas como Willka
y Pukara, en portales como Jichha, en las producciones e
intervenciones de Mujeres Creando o en las vinculadas al indigenismo que
aún encarnan dirigentes como Felipe Quispe. Todo ello no habla sino de la
vitalidad y diversidad de un pueblo intérprete de su Historia, de la acontecida
y de la que están deseosos por protagonizar, en un futuro abierto y en el que sólo
tienen todo por ganar.
CONSIDERA ÓSCAR VIDARTE
“HAY MUCHA INESTABILIDAD EN LATINOAMÉRICA”
Al internacionalista le preocupa la situación de
Bolivia, debido a que las protestas sociales aumentan y Evo Morales se ha
declarado ganador de un cuestionado proceso electoral.
El Expreso de Perú (www.elexpreso.com.pe)
Las
manifestaciones en Bolivia continúan contra la cuestionada victoria de Evo
Morales. ¿Cómo observa tal panorama?
Hay un alto
nivel de confrontación. Una parte desconoce el resultado y habla de fraude, y
otra defiende el triunfo de Morales. ¿Cuál era la mejor solución? Que la
Organización de los Estados Americanos (OEA) hubiera dado fe de las elecciones
parecía una salida con un tercero imparcial, pero finalmente pasó a segundo
plano. El gobierno ya empezó a cuestionar a la OEA e incluso se proclamó
ganador, cuando no podían hacerlo hasta que emitieran una opinión. El camino
parece desconocido. Estamos en una etapa de enfrentamientos. Morales se verá
debilitado porque antes ganó con un 50 % o 60 %, ahora lo hizo con menos.
Vienen tiempos complejos para Bolivia.
-En Chile
han cambiado al Gabinete Ministerial. ¿La crisis terminará con la renuncia del
presidente Sebastián Piñera o un cambio de Constitución?
No sé si
desean cambiar la Constitución. Lo que quieren es un nuevo acuerdo social, que
se puede dar por muchos caminos, no solo cambiando la Carta Magna. Es decir, el
problema es saber si el gobierno de Piñera está en la capacidad de llevar a
cabo la refundación de Chile. La población no quiere traerse abajo el modelo
económico, sino cambiar algunas tuercas que el gobierno de Pinochet instauró y
no se actualizó en los últimos 30 años.
Piñera ha
demostrado que no es capaz de llevar este proceso porque está tomando
decisiones muy tarde. Las movilizaciones en Valparaíso y Viña del Mar están
empoderadas y saben la magnitud que tienen para cuestionar al régimen y lograr
sus objetivos.
-El
peronismo ha regresado en Argentina, con Alberto Fernández, pese a que el
gobierno de Cristina Fernández fue muy criticado. ¿Cuál es su lectura?
Hay varias.
La primera es que la sociedad argentina se ha fraccionado en dos, probablemente
como un modelo bipartidista porque hay dos grandes frentes, uno liberal y el
otro de izquierda populista. El Congreso y las gobernaciones también están
divididos, muy equilibrados. El gobierno de [Mauricio] Macri no pudo satisfacer
todas las expectativas y tuvo muchos problemas. El peronismo se ha fortalecido.
-¿Hay un
giro a la izquierda?
No sé si es
un giro. Sucede que hace unos años se habló de un giro a la derecha cuando ganó
[Jair] Bolsonaro, Macri y otros. Pero un giro es un cambio fundamental en las
estructuras políticas de una región y dos o tres presidentes en la región no
representan a todos. No hay grandes cambios. Estamos en una coyuntura que ha
coincidido con victorias de líderes políticos. Incluso, en Uruguay es muy
probable que pierda la izquierda. En Chile, la protesta no solo es contra
Piñera, sino también contra la izquierda. Otro ejemplo, Nicolás Maduro sigue en
el poder, pero está bastante golpeado.
-¿Cree que
hay inestabilidad en Latinoamérica?
Estamos en
escenarios donde se confunden muchas cosas. Se mezcla el alto nivel de
institucionalidad, conflictividad, reclamos sociales, debilidad, nivel de
ineptitud, también cómo se puede afectar la democracia. Por ejemplo, una salida
de Piñera afecta la democracia, por más que renuncie, se rompe la continuidad.
La pregunta es: ¿dónde queda la naturaleza democrática? Estamos en una etapa de
mucha inestabilidad en América Latina, que tiene diferentes orígenes.
-¿Podría
haber un nuevo caso de dictadura, como Venezuela?
Cada caso es
particular. Sin embargo, veo con preocupación lo que pueda pasar en Bolivia o
Chile, ya que cada uno tiene características propias. Me preocupa Bolivia
porque veo un gobierno debilitado, hay una ciudadanía muy envalentonada y puede
generar que los avances que hizo Morales se detengan. De un día para otro no se
puede llegar al caso de Venezuela. Esto viene por la ruptura de la democracia,
las manifestaciones y protestas, e intervención internacional. El panorama es
bastante complejo. Morales busca quedarse en el poder, Piñera parece que no
puede llevar a cabo las reformas que le reclaman. Hay escenarios donde está en
riesgo la estabilidad democrática, la paz social y económica.
CAMBIOS EN
EL RÉGIMEN POLÍTICO
Vidarte
Arévalo y Luciano Quispe publicaron el libro ‘Cambios en el régimen político’,
donde analizan cuatro escenarios peruanos donde se registraron cambios: 1968,
1980, 1992 y el 2000, con el objetivo de explicar los efectos de cada gobierno,
sea democrático o autoritario. A este título se le sumarán otros tres tomos,
relacionados con los modelos de desarrollo, el fallo de La Haya y el
comportamiento de los grupos de poder.
PERFIL
Vidarte
egresó de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del
Perú. Es magíster en Relaciones Internacionales.
Ha sido
docente en diversas universidades de la ciudad, como Universidad de Lima,
Pacífico y la Escuela Superior de Guerra Naval.
Es
coordinador del Grupo de Investigación de Política Exterior del Perú de la
Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la PUCP.
IVAN WITKER: ¿CUÁNDO SE JODIÓ EVO MORALES?
El desenlace electoral tiene explicación
básicamente externa y está en las pulsiones distribuidas regionalmente que
emanan de los vestigios del ALBA, aquel bloque compuesto por Cuba, Bolivia y
Nicaragua (y la Honduras de Zelaya), más una infinidad de pequeñas islas
caribeñas.
El Líbero de Chile (www.ellibero.cl/opinión)
Encomiable
fue el esfuerzo de Carlos Mesa por intentar vencer en la primera vuelta de la
elección presidencial boliviana. Era su única chance real. Sólo una contundente
victoria habría llevado a las fuerzas que respaldan a Morales a actuar sobre un
terreno pantanoso donde la posibilidad de admitir la derrota era posible. Al
no conseguir un resultado arrollador, resulta superfluo discutir si hubo
manipulación o un fraude masivo o qué tanto se va a socavar la democracia
boliviana o qué tanta indignación provocará en las democracias liberales.
Son consideraciones innecesarias. ¿Qué factores hicieron tan sui generis este
proceso electoral? ¿Es Evo Morales verdaderamente incombustible?
Esta
elección tuvo un pésimo comienzo por el distanciamiento de los bolivianos de la
evidente contaminación bolivariana que sufría el proyecto indigenista de Evo.
Quizás por eso fue imposible encontrar un sucesor o heredero y la situación
derivó en la incertidumbre actual.
Evo mostró
desde muy joven un talento innato para la política y el sindicalismo; descubrió
que tenía un carisma irresistible para las masas indígenas. Su matrimonio con
el bolivarianismo se produjo por la naturaleza de las cosas. Era cosa de
tiempo. Por un lado, el mito de Guevara muerto en la selva boliviana perdura en
la izquierda del país. Por otro, la auto-percepción de las fuerzas bolivarianas
de toda la región, durante los 90, como una especie de grupo de scouts
explorando nuevos territorios. Cabe recordar que los indígenas latinoamericanos
siempre fueron esquivos a las ideas de Marx y especialmente de Lenin. No se
sentían parte del proletariado. A su vez, los partidos comunistas jamás les asignaron
un asiento en las posiciones de vanguardia. Fue a fines de los 90 que García
Lineras propuso reemplazar el concepto clase obrera por multitud.
Fue en esa vorágine que el joven sindicalista hizo su aparición. Fue un regalo
del cielo.
A poco
andar, ya enteramente cooptado, aprendió las triquiñuelas y artimañas
necesarias para sobrevivir y proyectarse. Trajo tranquilidad política a Bolivia
y la puso en el imaginario de ayatolás y sultanes. Introdujo en el límbico
cerebral de la conciencia primermundista esa imagen de pequeño cuidador de
llamas que arriba al poder. Asumió la mediterraneidad como causa nacional
activa. Dotó al bolivarianismo de matices y contenidos nuevos. Llegó al
extremo de regalarle al papa Francisco un crucifijo estilizado en una hoz y el
martillo. Hasta Raúl Castro lo felicitó, asombrado por su ingenio y audacia.
Por eso, el
desenlace electoral tiene explicación básicamente externa.
Son las
pulsiones distribuidas regionalmente que emanan de los vestigios del ALBA,
aquel bloque compuesto por Cuba, Bolivia y Nicaragua (y la Honduras de Zelaya),
más una infinidad de pequeñas islas caribeñas. Hasta hace alrededor de un año,
se le consideraba literalmente extinto, pues Venezuela ya se había convertido
en un volcán, Nicaragua en un avispero y Cuba se estaba hundiendo una profunda
crisis económica (y Zelaya, depuesto). Craso error. El colapso del ALBA no
significa que haya muerto. Ha seguido supurando dioxinas.
En efecto,
se convirtió en un núcleo numantino, entendido
a sí mismo como centinela de “las grandes causas de las multitudes”. En esa
línea, logró levantar un entramado de redes periféricas preocupadas de la
defensa de Lula, de las nuevas sanciones estadounidenses a Cuba y del monitoreo
de gobiernos no amigos con el firme propósito de demonizarlos. Ojalá
desestabilizarlos. Se propuso lograr a lo largo de la región lo que García
Lineras llamó puntos de bifurcación. Y los ha ido consiguiendo. Sin
embargo, tales logros no han impedido que el ALBA siga considerando volátil el
cuadro regional. Es por estas razones que no pueden darse el lujo de perder
Bolivia, un país con riquezas minerales apetecidas por las grandes potencias,
con una economía sin signos de crisis graves y con una ubicación geopolítica
que el propio Fidel Castro consideraba envidiable.
Deben,
además, añadirse otros factores externos. Es muy probable la derrota del
Frente Amplio en segunda vuelta en Uruguay y desde el Brasil de Bolsonaro
siguen merodeando fuerzas maléficas inabordables.
Al deterioro
de Evo contribuyeron también conocidos factores internos, como su
comportamiento homofóbico y machista, la corrupción de su entorno, su nula
preocupación por el medioambiente y sus nexos con la cara más despótica del
bolivarianismo. Aquella que ruboriza y desafecta.
La
declinante fidelidad bolivariana cobró expresión hace algunos días en la
localidad de Riberalta (al noreste de La Paz), donde un monumento a Hugo Chávez
fue derribado en medio de un jolgorio rabioso. Antes de ser tumbado, le
cortaron los pies con sierras eléctricas y luego lo destruyeron a machetazos.
Imposible mayor simbolismo.
Y como si
todo esto fuera poco, en las elecciones irrumpió un político coreano demócrata
cristiano que con su tercer lugar confirma algo esperable, que lo indígena
ha dejado de ser novedoso.
El sábado 26
de octubre, Evo Morales cumplió 60 años, con una salud aparentemente
quebrantada. El 2017 fue a La Habana a extirparse unos tumores cancerosos en la
garganta. Más atrás en el tiempo, su amigo Lula, cuando ni sospechaba lo que se
vendría, le facilitó una clínica paulista para tratarse de dolencias nunca
explicadas.
Ahora, con
rostro adusto y caminar lento, entregó los resultados y dio inicio a una etapa
nueva de su extraño régimen. Extraño porque para algunos es una simple
democracia electoral. Otros más benevolentes, la califican una democracia
comunitaria en fase experimental y por eso toleran su escasa transparencia y
otras debilidades. Sin embargo, parece más bien un régimen regresivo con trazos
del caudillismo del siglo 19. El ALBA ha salvado un eslabón que parecía
escapársele.
AMASÚA, AMALLULLA, AMAQUELLA: EVO MORALES, QUÉ
PENA
Hoy de Santo Domingo (www.hoy.com.do)
Desde la
independencia de España hasta la llegada de Evo Morales en el 2006, la historia
de Bolivia es una historia de inestabilidad política, pobreza económica e
injusticia social.
Con una mayoría de población originaria pues, ni siquiera se dio el mestizaje en la magnitud en que tuvo lugar en países como Paraguay, Perú y Ecuador, esta siempre se vio sometida a la supremacía de una minoría blanca
Con una mayoría de población originaria pues, ni siquiera se dio el mestizaje en la magnitud en que tuvo lugar en países como Paraguay, Perú y Ecuador, esta siempre se vio sometida a la supremacía de una minoría blanca
Nunca se le
permitió integrarse socialmente, ni mucho menos gobernar su país, sometido a
una oligarquía blanca basada en la actividad extractiva, con fuerte apoyo del
ejército y la iglesia. Hubo rebeliones impulsadas o con fuerte apoyo de masas
indígenas, la principal de las cuales fue la Revolución de 1952, o políticos
con arraigo en la población autóctona ganaban elecciones, pero inmediatamente
eran derrocados.
De hecho, ni
siquiera recuerdo si un gobierno surgido de las urnas pudo gobernar por un
período completo hasta 1982, cuando se inicia cierta estabilidad democrática. Y
todavía todos los gobernantes pertenecían a la minoría blanca.
Por esa
razón, la población boliviana nunca se sintió partícipe ni responsable de la
historia de corrupción, inestabilidad, pobreza e injusticia que había
protagonizado la minoría y los militares. Ellos seguían transmitiendo a sus
hijos, de generación en generación, los preceptos morales que habían guiado el
imperio Inca, transmitido después a los predominantes pueblos aymara y
quechuas, que se resumían en tres expresiones: Amasúa, amallulla, amaquella.
Constituyen
como el libro sagrado de la población autóctona y, en español significan: sea
honrado, no sea mentiroso, no sea holgazán. Tales principios morales fueron
incluso después establecidos por las Naciones Unidas como normas para una
gestión pública transparente y eficiente.
Por eso fue
celebrada por gran parte del mundo como una gran esperanza para la política
latinoamericana que un hijo legítimo de esa cultura llegara al poder, impulsado
por la gran masa de los pueblos indoamericanos, como expectativa de que con
ello terminaría la historia de latrocinio, fraude e injusticias. Y no hay dudas
de que fue un gran paso.
Creo que es el mejor de los presidentes latinoamericanos del siglo XXI. Hasta hace poco.
Creo que es el mejor de los presidentes latinoamericanos del siglo XXI. Hasta hace poco.
De hecho, a
mi juicio, él y Pepe Mujica son los únicos que merecen el calificativo de
izquierdistas, seguidos a cierta distancia por Rafael Correa, Dilma Rousseff,
Michel Bachelet y Cristina de Kichner, aunque esta última al final se vio
envuelta en claros casos de corrupción que no tienen nada que envidiarles a los
tradicionales políticos de derecha.
Establezco la distinción para evitar confusiones con otros, como Daniel Ortega y Nicolás Maduro, que se hicieron llamar izquierdistas para entronizarse en el poder, tiranizar a sus pueblos y expoliar sus riquezas.
Establezco la distinción para evitar confusiones con otros, como Daniel Ortega y Nicolás Maduro, que se hicieron llamar izquierdistas para entronizarse en el poder, tiranizar a sus pueblos y expoliar sus riquezas.
Siempre he
sostenido que Venezuela y Bolivia comparten una estructura económica parecida,
basada en recursos de la minería: petróleo, hierro, gas natural y otros
menores; pero a diferencia de Maduro, que encontró el país más rico de
Sudamérica y los convirtió a todos en pobres, Evo encontró el país más pobre de
Sudamérica y lo convirtió en clase media, explotó a favor de su pueblo los
recursos minerales, redujo dramáticamente la pobreza e inequidad social y
modernizó su economía. Es el primer (el único) presidente de Bolivia que le ha
conferido estabilidad política, progreso económico y cierta equidad social.
Pero un principio básico de la democracia es la alternabilidad en el mando y, a él le picó el bicho del continuismo. Ya lleva tres períodos en el poder, que terminan a inicios del 2020, y claramente pensando en el cuarto período, convocó un referéndum en febrero del 2016 para ver si le aprobaban reformar la Constitución para seguir. Pero los pueblos se cansan de los gobiernos largos y el referéndum le dijo que no.
Pero un principio básico de la democracia es la alternabilidad en el mando y, a él le picó el bicho del continuismo. Ya lleva tres períodos en el poder, que terminan a inicios del 2020, y claramente pensando en el cuarto período, convocó un referéndum en febrero del 2016 para ver si le aprobaban reformar la Constitución para seguir. Pero los pueblos se cansan de los gobiernos largos y el referéndum le dijo que no.
Recurrió al
Tribunal Constitucional y este “le buscó la vuelta” para permitirle. Nadie cree
que esa fue una decisión judicial libre e independiente. Como tampoco ahora la
detención del conteo.
Los
gobiernos largos prostituyen las instituciones. Además, los gobiernos largos y
la corrupción van de la mano: una cosa conduce a la otra. Y ahora, acostumbrado
a ganar siempre por mayoría absoluta, por más base social que tenga, por
mayores éxitos que haya cosechado, no la ha conseguido y veamos el lio en que
está metido. ¿Traición a la biblia de los pueblos autóctonos?
EVO MORALES, ASALTO A LAS URNAS
Noticiero Digital de Argentina (www.noticierodigital.com)
Lo sucedido
es otra demostración para Venezuela que el Castrochavismo no entregará jamás
por elecciones el botín en que han convertido los países donde gobiernan.
Estos
asaltantes no les importan constituciones, leyes, llamados internacionales,
tampoco organismos como la OEA y menos la ONU, – donde controlan con el
comunismo internacional las instancias que deberían poner coto a la violación
de derechos humanos-Ya se sabe que el narcotráfico es quien manda en esos
países y nada les importa. Asesinan opositores y se burlan de los parlamentos.
Es una verdadera calamidad.
El 21 de
febrero de 2016 fue el primer campanazo dictatorial claro. Morales perdió, de
largo a largo, un referéndum que pretendía permitirle presentarse a la
reelección cuando está constitucionalmente prohibido. Con un tribunal electoral
a lo Lucena se saltó a su antojo la legislación para participar en una campaña
donde utilizó todo tipo de ventajismo. La novela parece copiada de Venezuela.
Los mismos que cometen el fraude en nuestro país, andan con su espada ladrona y
ventajista haciendo añicos la democracia latinoamericana.
No se
encuentra explicación alguna como existen todavía planteamientos para salir de
la usurpación venezolana electoralmente, con este grupo de pillos, apoyados por
rusos y cubanos, que han construido un libreto universal para robarse cualquier
elección, a sabiendas que no cuentan con el apoyo popular. En comicios sanos y
legales, ni el usurpador venezolano, ni el usurpador boliviano, lograrían más
del 15 por ciento de los votos.
El entramado
criminal en su vertiente electoral, lógicamente sustenta su apoyo logístico en
la vasta red criminal que se dirige desde Venezuela, y que tiene en Bolivia uno
de sus tentáculos: la millonaria ruta de la cocaína en el altiplano. La coca
del chapare es procesada y trasladada luego al aeropuerto de Chimoré – el
aeropuerto más grande de Bolivia- para el respectivo reparto internacional,
basado en la estructura gubernamental, que se ha denunciado en muchas
oportunidades; en esa pista cocainómana de la terminal aérea, fue presentada la
ilegal candidatura de Morales, con un festín financiado por los capos y el
bandidaje gubernamental.
Mientras los
falsos ecologistas se rasgan las vestiduras en Brasil, callan ante el desastre
de la chiquitanía, millones de hectáreas que Evo Morales ordenó quemar para
complacer e impulsar el negocio de los grandes cultivadores de coca. Las llamas
de Morales desplazaron de sus hogares 82 mil habitantes de la región. Igual
sucede a los ecologistas sordos y que voltean para otro lado, ante el desastre
ecológico del arco minero en Venezuela.
El crimen de
este forastero del castrochavismo contra las nuevas generaciones, es de
gigantescas proporciones. En Bolivia no solo se roban votos, sufragan los muertos,
se llevan las riquezas y como en Venezuela, cuando el pueblo se pronuncia
apagan la luz y modifican las cuentas.
Si los
demócratas del mundo siguen permitiendo este arrase criminal, pronto se
adueñaran de toda américa Latina. El fraude boliviano evidencia una vez más que
estas mafias criminales no van a salir por las buenas.
PD. Quien
ahora debe cuidarse en Argentina es el escogido como Presidente títere. Los
Kirchner, si no se cuida, le roban la cartera, y si se descuida puede correr la
suerte del fiscal Alberto Nisman, para que la señora asuma directamente la
presidencia, Para eso está la Cámpora, colectivos terroristas argentinos.
EVO MORALES, ¿PRESIDENTE AUTORITARIO DE BOLIVIA
O DICTADOR?
El Siglo de Torreón, México
(www.elsiglodetorreon.com.mx)
Andrés
Oppenheimer. Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil, Argentina y Colombia han
hecho lo correcto al cuestionar la dudosa victoria electoral del 20 de octubre
del presidente autoritario de Bolivia, Evo Morales, y exigir una segunda
vuelta. Pero deberían hacer mucho más que eso.
Si quieren
evitar otra nueva dictadura represiva en América Latina, deberían declarar a
Morales un "presidente ilegítimo" si se proclama presidente en enero
de 2020 sin someterse a una segunda vuelta. Eso es exactamente lo que hicieron
con el dictador venezolano Nicolás Maduro cuando asumió el cargo en enero
después de una elección fraudulenta en 2018.
En una larga
entrevista telefónica, el principal candidato opositor de Bolivia y
expresidente Carlos Mesa, que está exigiendo una segunda vuelta, me dijo que el
fraude electoral del 20 de octubre en Bolivia es "similar" al del
2018 en Venezuela. Por lo tanto, la reacción de las democracias de todo el
mundo debería ser la misma, agregó.
"Hoy
día calificó a Morales como un presidente autoritario, pero que guarda las
formas democráticas. Pero si Morales llega a consumar este fraude y logra
imponer su posesión del mando el 22 de enero, yo creo que se convierte en un
presidente ilegítimo. Se convertiría en un dictador".
De hecho, bajo
varios parámetros Morales ya es un dictador. No solo controla prácticamente
todos los poderes del Estado, sino que ha cambiado las leyes repetidamente para
mantenerse en el poder más allá de los límites constitucionales. Entre otras
cosas, Morales violó un referéndum del 21 de febrero de 2016 que él mismo
convocó para poder presentarse a un nuevo mandato. Y aunque perdió ese
referéndum, se postuló nuevamente.
Ahora,
postulándose para un cuarto mandato, Morales esperaba ganar por el margen de 10
puntos legalmente requerido porque competía contra una oposición dividida entre
más de media docena de candidatos. Y si eso no funcionaba, recurriría a un
fraude, me habían anticipado varios líderes de la oposición antes del 20 de
octubre.
Sobre las 8
de la noche el día de la elección, el recuento oficial de las papeletas mostró
que, con el 83 por ciento de los votos contados, Morales estaba ganando por un
margen del 7 por ciento, muy por debajo del margen de 10 puntos que necesitaba
para evitar una segunda vuelta. Morales probablemente perdería una segunda
vuelta, porque la mayoría de sus rivales habían prometido apoyar a Mesa.
Pero,
inexplicablemente, el sistema de conteo electrónico de votos TREP se cayó
alrededor de las 8 de la noche, y permaneció caído las siguientes 23 horas.
Cuando se anunciaron nuevos resultados casi un día después, con casi el 95 por
ciento de los votos contados, la tendencia oficial de votación había cambiado,
y Morales estaba milagrosamente a punto de ser electo en la primera vuelta.
Una misión
de observación electoral de 92 expertos de la Organización de Estados
Americanos (OEA) que había sido invitada por el Gobierno emitió una declaración
denunciando que el cambio repentino en el patrón de votación después de la
interrupción de 23 horas era "difícil de explicar", y que los nuevos
datos no coincidían con dos conteos rápidos independientes.
La misión
electoral de la OEA concluyó que "continuaría siendo la mejor opción
convocar a una segunda vuelta". Las democracias más grandes del continente
-excepto, vergonzosamente, México- apoyaron la recomendación de la OEA. Cuba y
Venezuela inmediatamente celebraron la "heroica victoria" de Morales.
Mesa me dijo
que presentará evidencias de un fraude generalizado, que se habría hecho
principalmente alterando los resultados cuando se transcribían manualmente de
las papeletas escritas a mano a las computadoras.
¿Mi opinión?
Bolivia es solo el último ejemplo de una creciente normalización del fraude
electoral en América Latina, tras los casos más recientes de Venezuela,
Nicaragua y Honduras.
Desafortunadamente,
el presidente Trump tiene poca autoridad moral para defender la democracia,
luego de su abrazo descarado con dictadores como los de Corea del Norte, Rusia
y Turquía.
Pero Estados
Unidos, Europa y América Latina deberían prepararse para declarar a Morales
como un presidente ilegítimo si toma posesión en enero sin pasar por una
segunda vuelta. Porque eso es lo que sería, si es que no lo es ya.
BOLIVIA SITIADA POR LOS PAROS
Gran parte de la población que no participa de
las medidas es rehén de los paros, imposibilitada de asistir al trabajo y a la
escuela.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Las
principales ciudades amanecieron paralizadas por bloqueos y una huelga nacional
en contra del resultado de las elecciones que determinaron un nuevo mandato
presidencial de Evo Morales. El vicepresidente Alvaro García Linera anunció que
ya se trabaja en cómo se implementará la auditoría de los votos que es
respaldada por la ONU.
La
convocatoria al paro fue realizada por sectores que por estos días se congregan
en la "Coordinadora Nacional de la Democracia" -CONADE-,
recientemente formada por políticos varios y los llamados "comités pro
cívicos", que desde hace años congregan a los más acérrimos opositores al
gobierno del Movimiento Al Socialismo. En conferencia de prensa brindada esta
mañana, García Linera tildó a la CONADE como "la mayor conspiración
contra el voto de los bolivianos".
Desde las
cinco de la mañana el "paro cívico" se manifiestó a través de
bloqueos en las principales rutas del país y en cientos de esquinas
estratégicas de ciudades como La Paz y Santa Cruz. Como si fuera una parábola
de la lucha de clases, los actuales bloqueos abrevan en las medidas de fuerza
que realizaban en los '70, '80 y '90 mineros, indígenas y cocaleros en una
Bolivia hundida en la miseria y el saqueo. Resurgieron en años recientes como
forma de protesta de sectores medios y altos en contra de Evo Morales en torno
a la consigna "Bolivia dijo no" y consisten en piquetes de media
docena de personas con cintas plásticas, palos y escombros en las esquinas.
Por las
características geográficas del territorio boliviano, en las ciudades el
transporte público utilizado masivamente son los minibuses, y cuando hay
bloqueos no hay "minis", con lo cual puede decirse que gran parte de
la población que no participa de las medidas es rehén de la situación, con
cientos de miles de personas imposibilitadas de asistir a sus lugares de
trabajo y niñas y niños sin poder ir a la escuela. También se perjudican el
comercio y la actividad bancaria, que si bien están en funcionamiento, han
disminuido su flujo.
Las
protestas incorporaron desde el viernes pasado la realización de cacerolazos a
partir de las 9 de la noche, aunque fueron menguando durante el fin de semana.
Y se da por hecho que esta tarde retomen las manifestaciones en forma de
revueltas que realizan principalmente grupos de jóvenes. Por otro lado, y en
defensa del gobierno, se presume que será multitudinaria la movilización convocada
para esta tarde en El Alto por los movimientos sociales, "una celebración
festiva" según la calificó García Linera.
Luego de un
fin de semana en que el clima político estuvo atravesado por denuncias cruzadas
entre oficialismo y oposición, sin avances para destrabar la situación
electoral que ha desencadenado la crisis política en el país, García Linera
ofició como portavoz del gobierno en conferencia de prensa, denunció los
intentos de golpe de Estado, condenó las medidas de fuerza y llamó a la sensatez
de los opositores, quienes ya ni siquiera piden la realización de una segunda
vuelta sino que van por la impugnación de la primera.
En primer
lugar anunció la creación en las próximas 72 horas de una comisión de
autoridades electorales para fijar cómo se auditará "el voto a voto"
junto a funcionarios de la Organización de Estados Americanos y otros
organismos, en base a "la voluntad del gobierno para que se transparente
todo el proceso electoral". Luego se abocó a fustigar a la oposición,
principalmente al expresidente y candidato que quedó en segundo lugar, Carlos
Mesa, por ser el principal instigador local de la actual desestabilización y
"el títere político" de "una confabulación perfecta", que
la completarían Carlos Sánchez Berzaín -exfuncionario, responsable político de
las masacres cometidas durante el gobierno de Sánchez de Lozada y prófugo de la
justicia boliviana- y Branko Marinkovic -millonario empresario cruceño y
agitador del separatismo y la violencia entre 2006 y 2008-, "el que pone
la platita".
"Quien
se opone a la auditoria es el señor Carlos Mesa, a qué le tiene miedo, por qué
quien perdió las elecciones y denuncia fraude se opone a que se haga el
recuento y que organismos internacionales vengan a auditar acta por
acta?", cuestionó García Linera. También señaló que el objetivo de Mesa
"es volver al voto censitario" y denunció que "pedir la renuncia
del presidente Morales, desconocer el voto de las mayorías, incitar a
disturbios, intimidar a periodistas, salir en camionetas en pesquisa de collas,
quemar instituciones, mandar a apalear campesinos" son actos
antidemocráticos. "Carlos Mesa es un mal perdedor que ha instruido
desconocer la voluntad popular y está generando mucho sufrimiento a los
trabajadores, los campesinos, las amas de casa, es el pueblo el que sufre la
violencia", puntualizó.
Además
repudió las incitaciones al golpe de Estado promovidas durante días pasados
desde Miami por Sánchez Berzaín, a quien definió como "el asesino de El
Alto y Warisata"; y de Branko Marinkovic, "el separatista del
dinero", de quien evocó sus antecedentes en graves hechos ocurridos en
Santa Cruz en 2008 y que planteó que "los obreros migrantes tenían que
tramitar un pasaporte especial para trabajar en el Oriente". Ellos, junto
"al asesino neoliberal" de Mesa, son quienes "pretenden prender
fuego a Bolivia", apuntó el vicepresidente.
CRECE LA TENSIÓN EN BOLIVIA: LOS VIOLENTOS
ENFRENTAMIENTOS DEJARON AL MENOS 30 HERIDOS
Manifestantes opositores que reclaman “fraude”
en la elección presidencial realizan una huelga por tiempo indefinido, mientras
Evo Morales amenazó con enviar a sus simpatizantes a bloquear las ciudades
donde la protesta es fuerte. En las últimas horas se intensificaron los choques
entre ambos grupos; la policía reprime con gases lacrimógenos.
Infobae de Argentina (www.infobae.com)
La
convulsión social entró a su fase más delicada en Bolivia al producirse la
mañana de este lunes enfrentamientos entre seguidores de Evo Morales y
ciudadanos que se oponen a un nuevo mandato del Presidente, al considerar que
hubo fraude en las elecciones del domingo 20 de octubre. Los choques entre
civiles se han registrado en algunas zonas de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz,
que cumple el paro indefinido más largo de su historia, con cese de sus actividades
laborales y productivas por sexto día consecutiva. Los choques entre pobladores
han provocado unos 30 heridos, uno de ellos de bala.
“Tenemos una
treintena de heridos, hay gente herida grave en el hospital que está siendo
operada, una herida de bala, otra con arma punzocortante, también tiene heridas
graves”, señaló el secretario de Salud de la Gobernación de Santa Cruz, Oscar
Urenda. También hubo enfrentamientos en otras ciudades de Bolivia, como La Paz
y Cochabamba (centro), con saldo de algunos heridos, según medios locales.
Movimientos
allegados al Gobierno, como el Codelcam, decidieron en presencia de Morales el
sábado pasado un cerco a las ciudades, que implican un bloqueo de carreteras,
que comenzó la noche del domingo. El propio Presidente alertó el fin de semana
que se daría el cerco si no había un repliegue de las medidas de protesta en su
contra.
En la
madrugada del domino hubo enfrentamientos entre los que apoyan a Morales y
quienes acatan el paro indefinido, en la ciudad de Montero, a 50 kilómetros al
norte de Santa Cruz de la Sierra, con el saldo de varios detenidos y de algunos
heridos.
Además,
mineros seguidores del mandatario bloquean desde la noche del domingo la ruta
que une Cochabamba con Oruro y La Paz. Los vehículos que intentaban avanzar fueron amenazados con dinamita para
hacerlos retroceder, según informó El Deber, que reportó al menos
seis detonaciones.
Estos grupos
afines a Evo bloquearon dos rutas interdepartamentales para intentar afectar a
los sectores que protestan en zonas urbanas.
La mañana
del lunes amanecieron cerradas dos rutas troncales. La que une a Santa Cruz con
Cochabamba y la que vincula a La Paz con Oruro. Por esta medida,el presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho,
responsabilizó a Evo Morales y dijo que es una medida que afecta a
sus propios seguidores de la zona de Chapare. Hizo notar que Santa Cruz
garantiza alimentos a todo el país y que la región está abastecida. También
aseguró que el transporte público se mantiene firme con el paro indefinido y
también los empresarios. Relató que los agropecuarios y los privados le pidieron
negar la versión del ministro Carlos Romero de que ellos están con el Gobierno.
Mineros
salieron a manifestarse este lunes a favor del Presidente Morales en las calles
de la sede de Gobierno. Se ha previsto una celebración de los movimientos
cercanos al oficialismo en la tarde en la ciudad de El Alto. Ante la pregunta
de un periodista de si esto no es una provocación a los contrarios al MAS, el
Vicepresidente dijo que la celebración se hará en la vecina ciudad alteña para
evitar que los de la capital paceña reaccionen con enojo.
El vice
acusa a Carlos Mesa
“Retroceda,
no ensangrente al país. Usted es un hombre perseguido por la sangre. Preséntese
en el 2025, gane con votos”, le dijo Alvaro García Linera a Carlos Mesa, en una
conferencia de prensa en la que lo acusó de instigar a la violencia y al
racismo, apoyándose en fotos y en videos.
El segundo
mandatario anunció la conformación de una comisión para apurar la auditoría a
las elecciones. No quiso referirse al Tribunal Electoral y cuestionó que Mesa no
acepte esta iniciativa. También criticó que se haya cambiado la demanda de ir a
una segunda vuelta por la de anular las elecciones y ahora pedir la renuncia de
Morales, con lo que se puede concluir,según el Gobierno,que se busca esta
semana un golpe de Estado en Bolivia. “Mesa es un mal perdedor. Quiere entrar
por la ventana”, expresó.
Minutos
antes, el ex presidente Carlos Mesa, que denunció la semana pasada un fraude y
que llamó a movilizarse pacíficamente para defender el voto y la democracia,
emitió un mensaje en video por las redes sociales en el que afirmó que Bolivia
vive horas decisivas y cruciales. “El Gobierno va a generar violencia para
cargármela a mí. Estoy solidario con ustedes, firme y sin rendirme”, manifestó.
Evo,
“enemigo de Santa Cruz”
Entre tanto,
Santa Cruz entró al sexto día de paro y lo hizo el domingo en la noche con una
misa en el altar misional en la zona emblemática de El Cristo. Ahí el
presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, adelantó que el
lunes viajaría a La Paz, donde consideraría con el Consejo Nacional de Defensa
de la Democracia ya no solo si se hace una nueva elección, sino si se busca la
salida de Morales del poder.
Camacho
debía encontrarse al comienzo en la sede de Gobierno, al comienzo de esta segunda
semana de convulsión social, con el dirigente del Conade, Waldo Albarracín, y
con los comités cívicos. Los tres entes del sur habían decidido el sábado en
Potosí un cabildo el martes y marchar a La Paz.
La misma
noche de domingo, Camacho pidió a miles de personas reunidas en El Cristo que
se declare a Evo Morales, al ministro de Gobierno y al comandante departamental
de la Policía “enemigos de Santa Cruz”, lo que fue apoyado por los
concurrentes.
La mañana de
este lunes, al arribar al aeropuerto de El Alto para reunirse en La Paz, el
presidente cívico fue interceptado por un grupo de personas que le gritaron
“racista” y le impidieron bajar a la capital paceña para cumplir su cita. Desde
el avión, el dirigente cívico adelantó que ha decidido retornar a Santa Cruz al
enterarse de enfrentamientos en su región. “Estamos volviendo porque nos
enteramos que hay enfrentamientos y no podemos dejar sola a nuestra gente. No
es La Paz, es el partido de Gobierno. Seguimos unidos a los boliviamos y vamos
a seguir”, dijo en un video, a propósito del incidente en el aeropuerto.
Agradeció a los policías que lo protegieron.
En medio de
la escalada de violencia entre civiles, la Iglesia condenó el domingo el
accionar del Tribunal Electoral en los comicios y planteó la pacificación. El
sacerdote que celebró la misa en el altar misional del Cristo respaldó la
defensa del voto y de la democracia.
El domingo
pasado también hubo dos cabildos en la capital cruceña, contrarios a Evo
Morales. Uno fue en la populosa Villa Primero de Mayo y otro en el Plan Tres
Mil.
PROTESTAS DE LA OPOSICIÓN Y MARCHAS EN APOYO DE
EVO MORALES CONVULSIONAN A BOLIVIA
Una semana después de las elecciones, los
opositores se dividen entre los que reclaman una segunda vuelta y quienes piden
nuevas elecciones
El País de España (www.elpais.com)
Las
protestas a favor y en contra de los resultados de la elección
del 20 de octubre en Bolivia han escalado y en todo el país se
produjeron choques y amenazas entre seguidores del Gobierno -que bloquean los
caminos en el área rural e intentan desbloquear las calles en las áreas
urbanas- y opositores que, atrincherados en las ciudades, se esfuerzan para
detener las actividades cotidianas de la población. El
excandidato Carlos Mesa y el vicepresidente, Álvaro García Linera,
se culparon mutuamente de agudizar el conflicto y de causar violencia.
García
Linera convocó una conferencia de prensa para acusar a Carlos Mesa de “mal
perdedor”, “candidato violento” y hombre “perseguido por los muertos” de su
pasado político. Invitó a Mesa a “dejar de ensangrentar a la gente humilde” y
mostró videos en los cuales grupos de opositores propinaban golpizas y vejaban
a “collas” o inmigrantes de origen indígena en Santa Cruz de la Sierra, el
baluarte de la oposición, que se encuentra completamente paralizada por la
huelga convocada por la oposición. García Linera también dijo que Mesa no
acepta una auditoría internacional de los resultados electorales, porque lo que
en el fondo busca es la renuncia de Evo Morales.
Por tanto, infirió, el rechazo a las elecciones forma parte de un “golpe de
Estado” detrás del que, dijo, está un puñado de opositores exiliados en Estados
Unidos y otros países.
Poco antes
de la comparecencia de García Linera ante la prensa, Mesa había hecho circular
un video advirtiendo de que existe una estrategia gubernamental para hacer
intervenir a grupos violentos y responsabilizarlo a él de lo que ocurra. Mesa
negó que tenga una intención violenta o golpista, y convocó a continuar las
protestas pacíficas en “defensa del voto y de la democracia”.
García Linera
aseguró que el Gobierno no está llamando a nadie a movilizarse, sino que busca
normalizar la vida cotidiana. Corrigió así al presidente Evo Morales,
que el sábado había convocado a “cercar” las ciudades con bloqueos campesinos,
“a ver si (estas) aguantan” sin alimentos. García Linera dijo que ese discurso
de Morales fue solo un “comentario” de una resolución previa de los sindicatos
campesinos, que el Gobierno “lamenta”. En todo caso, los bloqueos de caminos ya
comenzaron y seguramente se extenderán en los siguientes días.
Según el
oficialismo, si la oposición alega que hubo fraude en las elecciones es porque
no quiere reconocer el voto rural. En esta versión, la diferencia que hubo
entre los cómputos del día de la votación, los cuales sugerían la necesidad de
un desempate, y los cómputos finales, que dieron la victoria a Morales en
primera vuelta, se debió a la llegada tardía de los votos del campo, que fueron
ampliamente favorables al presidente. “Hay que defender el voto, no es posible
que la derecha boliviana desconozca a las áreas rurales, nuestros triunfos
siempre han sido con el voto de las áreas rurales”, dijo ayer Morales. Para la
oposición, esta diferencia solo se explica por una interferencia fraudulenta de
las autoridades electorales.
Algunos
analistas consideran que las declaraciones de ambas partes culpándose
mutuamente de un posible estallido de violencia buscan descargar
anticipadamente las responsabilidades que tendrán por el escalamiento de la
confrontación que está siendo causado por la falta de diálogo, la ausencia de
una salida visible y los llamamientos a continuar las demostraciones.
Mientras que
el Gobierno tiene claro lo que quiere, que es la consolidación de la victoria
de Morales, las opiniones opositoras sobre qué podría resolver la crisis son
diversas. Unos sectores piden una segunda vuelta entre los dos candidatos más
votados, Morales
y Mesa. Otros sectores, en cambio, recuerdan que, según la ley, las elecciones
fraudulentas tienen que anularse y debe convocarse a otras, eso sí, con un
nuevo Tribunal Electoral. Unos y otros opositores esperan que la fuerza de los
conflictos termine empujando a Morales del poder, pero este cuenta con el pleno
apoyo de las Fuerzas Armadas y está dispuesto a defenderse, ya que no ha dudado
en poner a sus adherentes en las calles y caminos, pese al riesgo que esta
presencia genera en estos momentos. Nadie parece dispuesto a ceder y ni
siquiera a negociar una salida del impasse en el que se encuentra el
país.
Fractura
social
La Paz se
sumó este lunes a las otras ciudades en paro. El método que usaron los
opositores para detener las actividades en la sede de los poderes públicos ha
sido el bloqueo de calles. Los enfrentamientos se produjeron, sobre todo, en
las zonas residenciales de clase media que se encuentran en la “frontera” entre
la ciudad y el campo. Miembros de los sindicatos de transporte que trabajan
comunicando ambas áreas, y que son de origen popular e indígena, intentaron romper
los bloqueos sobre las rutas en las que trabajan. En el barrio de Achumani, los
vecinos resistieron y se produjo una pelea campal con piedras y palos. Al
final, la Policía controló la situación usando gases lacrimógenos. Hubo varios
heridos, aunque ninguno de gravedad. En cambio, un policía golpeado en otra
región del país se encuentra en estado de coma.
La huelga es
más fuerte en el sureste del país, donde la población blanca es predominante.
Como ilustra el caso de La Paz, el cumplimiento de la protesta encuentra más
dificultades en las ciudades del noroeste, en las que los sectores indígenas
son mayoritarios. Por eso El Alto,
ciudad colindante con la sede de Gobierno, históricamente conformada
por migrantes rurales, fue elegida por el gobierno para festejar allí su
triunfo electoral.
EVO MORALES AGRADECIÓ UN VIDEO DE DIEGO MARADONA
MIENTRAS BOLIVIA SUFRE REPRESIÓN Y BLOQUEOS
En medio de las denuncias por fraude en la
última elección, el mandatario se proclamó ganador y el ex futbolista argentino
le envió un mensaje de felicitación y apoyo.
Infobae de Argentina (www.infobae.com)
Este lunes
seguidores de Evo Morales se manifestaron violentamente en las calles luego de
que el presidente de Bolivia se haya proclamado ganador de las elecciones del domingo 20 de octubre,
en medio de denuncias de fraude. Al mismo tiempo, Diego Maradona le envió un
mensaje felicitándolo por el resultado electoral.
“Evo,
hermano mío, ganaste otra vez. Ahora saben bien que nosotros tenemos el poder
del amor y del cariño a la gente. Los demás quieren solamente enriquecerse,
nosotros queremos que la gente coma. Te felicito Evo, hermano. Y me acuerdo
siempre del “Tren del Alba”, cuando te conocí”, dijo el ex futbolista argentino
a través de un video que el mandatario difundió.
El “Tren del
Alba” fue la formación a través de la cual en 2005 llegaron a la ciudad de Mar
del Plata Maradona y Morales, junto al director de cine Emir Kusturica, en el
marco de la IV Cumbre de las Américas realizada aquel año.
Por su parte,
en un tuit, Morales le respondió con un afectuoso saludo: “Un sincero
agradecimiento al hermano Diego Maradona por su acompañamiento permanente y sus
felicitaciones por el triunfo del pueblo boliviano en las elecciones del 20 de
octubre. América Latina es la Patria Grande que se construye con dignidad,
identidad y solidaridad”.
El cruce de
mensajes entre Evo y Maradona se produce en el marco de manifestaciones en
zonas urbanas de Cochabamba, Santa Cruz, Chuquisaca, Tarija y Potosí,
realizadas por quienes denuncian fraude en las elecciones. Además, mineros
seguidores del mandatario bloquean desde la noche del domingo la ruta que une
Cochabamba con Oruro y La Paz. Los vehículos que intentaban avanzar fueron
amenazados con dinamita para hacerlos retroceder, según informó El Deber, que
reportó al menos seis detonaciones.
El viernes,
el órgano electoral dio los resultados al 100% de los comicios generales que
señalan que Morales logra 47,08 por ciento de los votos, frente al 36,51 de
Mesa, con una diferencia del 10,57 que le es suficiente para ganar en primera
vuelta, con solo un 0,57 décimas de margen. Sin embargo, tanto la oposición
como varios países y organismos internacionales denunciaron irregularidades y
exigieron al gobierno convocar a un balotaje.
En cuanto a
Maradona, su relación con Evo Morales no es una novedad, incluso el presidente
boliviano intentó en alguna oportunidad darle el cargo de director técnico del
seleccionado nacional, pero finalmente el ex futbolista del Napoli se inclinó
por la oferta del club argentino Gimnasia y Esgrima La Plata.
El campeón
del Mundial 1986 siempre se ha mostrado en favor de los líderes de izquierda de
la región como la ex presidente argentina Cristina Kirchner y el brasileño Lula
Da Silva, hoy en prisión. Pero con quien más relación ha tenido en los últimos
años ha sido con el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, con quien compartió
escenario en la campaña por la reelección de 2018.
BOLIVIA: 'LA SITUACIÓN HA EMPEORADO MUCHO', DICE
POLITÓLOGO
Una semana después del anuncio de la victoria de
Evo Morales en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, la
oposición, que denuncia un fraude, ya lleva varios días en huelga. Pero los
partidarios del presidente saliente también están en las calles para defenderlo.
RFI de Francia (www.rfi.fr/es)
En Bolivia,
Carlos Mesa volvió a llamar a sus seguidores a salir a la calle encadenando una
segunda semana de protestas para denunciar un supuesto fraude en las
elecciones. Del otro lado, los partidarios de Evo Morales expresan su apoyo al
presidente: este 28 de octubre, cientos de mineros vinieron a desbloquear las
calles de La Paz con dinamita.
“Es verdad
que la oposición ha intensificado las protestas. Sigue sin aceptar los
resultados pero tampoco ha aceptado una auditoría que han ofrecido la OEA y las
Naciones Unidas, porque temen que eso vaya a desarmar el proceso de protestas
como ocurrió en Venezuela. Entonces la gente sigue en las calles, pero al mismo
tiempo el gobierno ha movilizado a sus militantes para tratar de contrarrestar
estas protestas, romper los bloqueos, en algunos casos ejerciendo algo de
violencia. La situación ha empeorado mucho desde el fin de semana y todo hace
prever que durante esta semana podría continuar”, comenta al respecto Roberto
Laserna, politólogo e investigador del Centro de Estudios de la Realidad
Económica y Social (CERES).
El ambiente
este lunes era tenso, con insultos, amenazas y a veces incluso violencia entre
los dos bandos. “Nosotros, el pueblo, estamos enfadados porque han pisoteado
nuestro voto y nuestra opinión. Y francamente, hay que ser desvergonzado para
creer que lo aceptaríamos sin decir nada”, dijo un manifestante opositor a la
corresponsal de RFI Alice Campaignolle.
¿Golpe de
Estado?
“Creo que la
derecha no quiere aceptar su derrota. Todo el proceso de votación fue
transparente. Lo que quieren es tomar el poder por la fuerza diciendo que son
más numerosos. Pero eso no es cierto, somos la mayoría y vamos a defender
nuestro voto”, afirmó en cambio un partidario del presidente saliente.
Evo Morales
denuncia que distintos sectores sociales se preparan para realizar un golpe de
Estado, pero Roberto Laserna estima que si bien “entre la gente de la calle hay
la idea de que habría que derribar a Morales, creo que son brotes espontáneos
de ciudadanos aislados que no corresponden a la labor que están tratando de
organizar los partidos y las organizaciones sociales de oposición”.
“Todavía no
hay las condiciones para una salida negociada entonces creo que la tensión va a
continuar con un creciente riesgo para la población civil”, concluye el
politólogo.
Los
partidarios de Evo Morales lo han dicho: si los bloqueos continúan, ellos
mismos rodearán las áreas urbanas e impedirán el suministro de alimentos. Unas
30 personas resultaron heridas en estos enfrentamientos.
BOLIVIA Y CHILE VIVEN EL DESCONTENTO
En Bolivia, la reelección de Morales está en
entredicho. En Chile, lo que se desplomó fue la imagen del país
El Heraldo de México
(www.heraldodemexico.com.mx)
Los
problemas en Bolivia y Chile,
dos países sudamericanos de tendencias divergentes, que pese a sus diferencias
tienen el descontento como común denominador.
En Bolivia,
la reelección del presidente Evo Morales
está en entredicho. Éticamente cuestionable por la forma en que su candidatura
llegó a la boleta y la forma en que se desarrollaron las elecciones, el
mandatario moviliza ahora a sus bases para bloquear los intentos de la
oposición por presionar con manifestaciones y bloqueos.
Las
posibilidades de violencia están presentes, luego de que en un caso que hace
recordar un también sonado escándalo
electoral en México, en
1988, el sistema de conteo de votos mexicano “se calló, no se cayó”. Ahora el
turno correspondió a Bolivia, donde grupos independientes denuncian fraudes en
el recuento electoral y los datos introducidos a las computadoras.
En una
secuela de otro “ejemplo” mexicano, en las elecciones bolivianas votaron
también los muertos. El periodista boliviano Juan Carlos Salazar, dio cuenta de dos casos conocidos por él,
personalmente, y aunque no pudo precisar por quien sufragaron, si los consideró
como uno de los problemas que aquejaron la proclamada reelección del presidente
Morales, beneficiario aparente
de los errores descubiertos.
La elección,
en todo caso, es avalada por un Tribunal
Electoral lleno de leales al propio mandatario, y autorizado a violar la
Constitución que él mismo impulsó por una Suprema Corte que –¡oh sorpresa!– tuvo el mismo origen.
La
oposición, dividida como se presentó a los comicios, ahora parece impulsada por
la irritación y favorecida por lo que parece una imagen de fraude.
Sea cual sea
el desenlace, no es un fin agradable para la imagen de alguien que pudo haber
pasado a la historia como uno de los mejores, si no el mejor Presidente
boliviano y por cualesquier razón decidió transmutarse en otro “hombre fuerte” latinoamericano.
En el vecino
Chile lo que se desplomó fue la
imagen de “oasis” del país. Las manifestaciones populares alcanzaron ya una
intensidad que quien sabe si el gobierno derechista de Sebastián Piñera podrá
soportar o a que costo.
La explosiva
situación social de Chile había parecido adormilada por años, pero un aumento
de cuatro centavos de dólar en el precio del boleto del Metro encendió la
cólera de estudiantes y sindicatos. En las dos semanas de
protestas populares han muerto 18 personas en confrontaciones con las Fuerzas de Seguridad, más de dos mil
resultaron lesionadas y otras tantas detenidas.
En ese
sentido, la imagen y la retórica de Piñera
no lo ayudan a obtener simpatías y mucho menos a resolver una crisis que le
estalló en las manos y hasta hace tres días trataba de sofocar por la fuerza,
pero sólo la hizo más grande. Lo cierto es que el largamente contenido
descontento chileno hizo erupción y aunque Piñera reculó y ahora trata de
tender puentes al cancelar la ley marcial y cambiar de gabinete, las manifestaciones continúan y no parecen tener fin a
la vista.
EL NEOLIBERALISMO PERDIÓ UNA BATALLA EN LA
ARGENTINA
La Tercera de España (www.tercerainformacion.es)
Las calles
se llenaron de cánticos, cada boliche abierto se pobló de multitudes;
colectivos, subtes y trenes suburbanos estallaron de muchachas y muchachos
eufóricos. Un solo grito, una emoción compartida, una decisión condensada en
tres palabras: Vamos a Volver. Fue la noche del 9 de diciembre de 2015, fueron
postales del absurdo de una elección perdida, de un movimiento que debía estar
en retirada y que, en vez de llorar y dejar el escenario en derrota y con la
cola entre las patas, festejaba el inicio de un camino, el del regreso. Menos
de cuatro años después, aquel cántico que acompañó el cruce del desierto
concretó su objetivo, empujó la victoria y el regreso a la Rosada de Alberto
Fernández y de Cristina Kirchner.
Las plazas
volvieron a poblarse de consignas y entusiasmos, y se llenaron aquellas copas
de año nuevo que enarbolaron de Ushuaia a La Quiaca el brindis más repetido de
la historia argentina “que sea el último con Macri como presidente”. Y lo fue.
El gobierno no resistió, apenas logró estirar su agonía a cambio de fundir el
país, cayó víctima de la resistencia en las calles de jubiladas y jubilados,
maestras y maestros, de las familias estafadas de los servicios y el transporte
impagables, y de la más formidable movilización de los movimientos populares,
los curas en opción por los pobres, las centrales sindicales, del movimiento de
estudiantes de secundaria y universidad, del feminismo y la lucha por el aborto
legal seguro y gratuito, de los organismos de derechos humanos, en definitiva
de millones que levantan las banderas de cada uno de esos sectores.
El gobierno
constitucional que más daño hizo en menos tiempo a las argentinas y los
argentinos fue sepultado por los votos de esas personas, de carne, hueso,
hambre, enfermedad, desempleo, calle, necesidad, pobreza, miseria… pero con
fuerza todavía para mirar con esperanza una alternativa. Eligieron el 11 de
agosto y confirmaron su decisión de sacarse de encima el desastre de semejante
mochila durante la jornada del 27 de octubre. Volaron por los aires las
planillas Excel de los gerentes que no incluyeron a las personas, las medidas
de ajuste exigidas por el FMI y hasta “superadas” por Mauricio Macri, discípulo
del ahora estallado modelo chileno de desigualdad. Reventó un modelo que
prohíbe a los gobiernos que apliquen medidas que beneficien a quienes menos
tienen, y exigen que les quiten subsidios y remedios y comida y calor y
escuelas y vacaciones y salarios y un techo mínimo y, si pueden, hasta la
sonrisa y la dignidad.
Bastón de
mando para cada uno
El miércoles
9 de diciembre aquel cálculo de “cuatro personas por metro cuadrado” que se
discute ante cada congregación masiva quedó corto. Seis, siete, ocho… por cada
metro, una multitud en la tarde noche de la Ciudad de Buenos Aires, en la que
Cristina Kirchner se despidió tras doce años y medio de gobierno inclusivo y a
tiempo para no “convertirse en calabaza”.
Le deseó a
su sucesor que “dentro de cuatro años” pudiese mirar a los ojos a la
ciudadanía. Viendo el futuro inminente reclamó a “cada uno de los 42 millones
de argentinos” que, si siente que “aquellos en los que confió y depositó su
voto, lo traicionaron, tome su bandera y sepa que él es el dirigente de su
destino y el constructor de su vida, que esto es lo más grande”. Evaluó que “el
empoderamiento popular, el empoderamiento ciudadano, el empoderamiento de las
libertades, el empoderamiento de los derechos”, fue “lo más grande” logrado por
la gestión iniciada el 25 de mayo de 2003, la que esa noche daba paso a una
administración de las corporaciones concentradas, la desigualdad, la represión
y el racismo.
Barricada en
Comodoro Pro
El martes 12
de abril de 2016 a las 21.48, cuatro meses después, Cristina Kirchner llegó
desde El Calafate al aeroparque porteño. Al día siguiente debía presentarse
ante los tribunales federales del macrismo, convocada por el juez Claudio
Bonadío que, en ese caso, la acusba de vender contratos de dólar a futuro,
desde el Banco Central y “en perjuicio de las arcas del Estado”, figura que
consideró exenta de “conducta delictual alguna” cuando le tocó analizar las
acciones de los funcionarios macristas Mario Quintana y Luis Caputo que, en ese
“pase”, engordaron sus fortunas offshore en 8 millones de dólares, tras decidir
el 13 de diciembre de 2015 el precio que deberían cobrar por los contratos
futuros comprados previo a las elecciones, ante la posibilidad de manejar las
botoneras financieras del Estado, como realmente sucedió.
Bajo la
lluvia, durante la mañana siguiente, una multitud acompañó a la ex mandataria
hasta los edificios judiciales del barrio de Retiro. A pesar de la intención
oficialista de destruirla, descalificarla, silenciarla… se instaló de nuevo en
la ciudad de la furia, allí donde el Gobierno, sus jueces y los medios
dominantes, ya habían sembrado los vientos que levantarían tales tempestades
que los obligaría a atarse a los palos mayores de los barcos que, en pocos
meses, empezarían a escorar.
En las
calles, las empapadas y los empapados retomaron las consignas del regreso y
Cristina Kirchner hizo una formulación tan sencilla como definitiva. Ante todo,
propuso “un frente ciudadano en el cual no se le pregunte a nadie a quién votó,
ni de qué partido es, ni en qué sindicato está, o si es trabajador informal, o
formal, jubilado, no jubilado, si paga ganancias o no paga ganancias”. En
segundo lugar planteó la directriz más sencilla de todas, la que, en
definitiva, decidiría, incluso la victoria que llegaría tres años y medio
después: “Que se le pregunte cómo le está yendo, si le está yendo mejor que
antes o peor. Entonces ese es el punto de unidad de los argentinos: reclamar
por los derechos que les han arrebatado”.
La
movilización como herramienta
Las calles
jamás fueron abandonadas por las organizaciones de todos los sectores del
pueblo argentino, tampoco bajo las represiones articuladas desde el ministerio
llamado “de Seguridad”. Las políticas neoliberales hicieron el resto, empujaron
el proceso de unidad multisectorial y el frente electoral.
Pocas
semanas después del 10 de diciembre de 2015, movimientos y agrupaciones populares
expresaron su rechazo hacia las políticas de recorte de derechos impulsados
desde la Casa Rosada. Antes de finalizar 2016, Emilio Pérsico, líder del
Movimiento Evita, la organización político-social más importante del país, hoy
llamado a jugar un papel importante en el desarrollo de políticas vinculadas
con la Economía Popular, afirmó que “este modelo capitalista lleva adentro un
veneno nuevo, que es el de los movimientos sociales, los poetas sociales que,
unidos a la CGT, no vamos a permitir que se consolide”.
Sus
consideraciones constituyeron la formalización del salto que fue, desde el
triunfo socio sindical de la Confederación de Trabajadores de la Economía
Popular (CTEP), hacia el escenario de la construcción político partidaria que
en definitiva confluyó, de manera unitaria, en el Frente de Todos.
"Con
Cristina no alcanza y sin ella no se puede"
Una simple
entrevista radial y una frase sencilla, abrieron el candado de un proceso que,
en lo electoral, finalizó a las 18 horas del domingo 27 de octubre: "Con
Cristina no alcanza y sin ella no se puede". Probablemente sin conciencia
del cataclismo que generaría en el orden político vigente hasta el momento en
la tan principal como dispersa oposición al macrismo, quien fuera Jefe de
Gabinete de Néstor Kirchner y, durante un año, de CFK, produjo la vuelta de
campana a una situación de simpatías y supuestas antipatías populares hacia la
ex mandataria que impedía el armado de una estructura electoral con
posibilidades en las ya más cercanas elecciones de 2019.
Después de
diez años, los Fernández recompusieron su relación, incluso por encima de lo
personal, y empezaron a construir las condiciones para que la diáspora
justicialista, kirchnerista, evitista, massista, randacista, empezara a trazar
los límites de un territorio amplio en el que todos tuvieran lugar para
instalar sus fuerzas, con Macri como límite y “unidad hasta que duela”, con
espacio para las gobernaciones peronistas y amigas y para las intendencias que
jugaron un gran papel en sostén de las poblaciones empobrecidas que cruzaron
durante cuatro años el desierto del hambre y pobreza.
Durante
aquellos minutos radiales, Fernández sostuvo que “hay que dejar de romper el
peronismo”, pidió que las internas resolviesen las postulaciones y que “si hay
otros que quieren ser candidatos, los deje competir" y, ya en sintonía con
su tocaya nacida en La Plata y radicada en Santa Cruz, definió que
"Estamos en un momento en que el presente es más importante que el
pasado”.
El sábado 18
de mayo muy temprano, Alberto Fernández reunió a menos de cinco personas
alrededor de una mesa con medialunas e infusiones varias y frente a una
pantalla televisiva instalada en la sala del departamento que habita en Puerto
Madero. De los presentes, sólo él sabía que, a través de un video de 12 minutos
y 51 segundos, argentinas, argentinos, y el mundo entero, se enterarían que él
sería el candidato a Presidente de la Nación del Frente de Todxs, acompañado en
la fórmula por Cristina Fernández de Kirchner, la responsable de la grabación
que conmocionó la mañana política, cambió la lógica de construcción del frente
multipartidario y multisectorial opositor, arrinconó las posibilidades de
reelección de Mauricio Macri y, en definitiva, condujo a la victoria que, no
solo lo instalará en la Casa Rosada el próximo 10 de diciembre, sino que,
además, constituye una dura derrota regional para el neoliberalismo.
Victoria
El “Lula
libre” siempre presente en el discurso de Alberto y Cristina, la visita al ex
presidente de Brasil encarcelado, el reconocimiento inmediato del triunfo de
Evo Morales en Bolivia, las reuniones con el uruguayo Pepe Mujica, la inminente
reunión con el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador, las críticas a
Mesías Bolsonaro, la vindicación permanente de las unidades regionales y
subregionales despreciadas por el saliente gobierno de Cambiemos, no dejan
dudas acerca de la dirección que tendrá la política internacional de la nueva
gestión; marcan, incluso, un camino a quien quiera sea el próximo Canciller
argentino.
Sin embargo,
esos temas quedan para otros análisis, lo mismo que la lógica del voto de la
jornada electoral, a la que es difícil encontrarle un patrón, más allá de la
diferencia en la captación de sufragios luego de las internas de agosto, en la
que Macri logró sumar cuatro veces más que los que recogió Fernández y del
necesario análisis de la composición y el decurso de la opinión de los 10
millones y medio de votantes que acompañaron la propuesta oficialista, sin que
el deterioro hiciese mella en su decisión y a los que no les importó siquiera
las decenas de miles de millones de dólares que se dilapidaron para sostener el
“dólar electoral” que, tal vez, constituya una de las razones de por qué no se
desgranó aún más el espacio amarillo.
Tampoco este
fue el lugar elegido por el cronista para profundizar en el “fenómeno Axel”
que, con sus 14 puntos de ventaja sobre la gobernadora María Eugenia Vidal, no
solo recuperó para el peronismo el distrito más importante del país sino que
hirió de muerte interna a una de las figuras del PRO que apuntaba para iniciar
la recuperación partidaria. Su jefe, Horacio Rodríguez Larreta, uno de los dos
ganadores de su alianza tendrá una rival menos para afianzarse en esa
conducción, ya habló con el presidente electo y reconoció que con él “vamos a
poder trabajar bien”, primera flor arrojada al intento de construir un
puente, alejarse del modelo de confrontación de Macri y su enemigo público
Jaime Durán Barba y, de paso, generar un vínculo que proteja los beneficios
presupuestarios de que goza la ciudad con mayor PBI per cápita del
subcontinente.
Las
multitudes que acompañaron a las fórmulas del Frente de Todxs, continuidad
alegre y victoriosa de las y los millones de manifestantes que resistieron las
políticas de Macri y el FMI de Donald Trump, hoy festejan. A partir del 10 de
diciembre esperarán que arranque un país distinto; en estas horas, festejan
haber llegado al final del camino de aquella consigna que decidió que “Vamos a
Volver”, cuando Cristina todavía ni se había ido.
Bajo los
balcones de la Rosada, las multitudes tendrán que cambiar la consigna, o el
tiempo verbal; seguramente no despedirán al presidente saliente con el “Se van,
se van y nunca volverán” con que otra muchedumbre organizada, la de 1973,
expulsaba a la dictadura de las transnacionales de aquel momento. Es probable
que sí quede la enseñanza de que Ellos (con la mayúscula con que Héctor Germán
Oesterheld designaba a los invasores contra los que luchaba El
Eternauta), siempre están queriendo volver, por deslucida que quede su imagen
en el presente.
EL MAGISTRADO SORIANO FORMA A JUECES EN UN
PROYECTO INTERNACIONAL EN BOLIVIA
Rafael Soriano exporta su experiencia en la
lucha contra las drogas y el crimen organizado
La Voz de Amería, España (www.lavozdealmeria.com)
El
magistrado Rafael Soriano exporta a América Latina su experiencia como
instructor en la lucha contra el crimen organizado, la delincuencia económica y
la corrupción en la provincia de Almería.
El titular
del Juzgado de Instrucción número Cinco de Almería participa en un programa
internacional para la formación de jueces contra el tráfico de drogas y el
blanqueo de capitales en Bolivia. El proyecto está impulsado por la Federación
Internacional para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas
(FIIAPP), con apoyo de la Unión Europea y la Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo (AECID).
Soriano se
ha ocupado de capacitar a jueces bolivianos dentro de la Escuela Judicial de
ese país, a través de la creación de manuales (primera fase en el mes de mayo)
y de clases presenciales (segunda fase en octubre). El magistrado ‘almeriense’
colabora en este proyecto actualmente en las localidades de Cochabamba y Santa
Cruz durante dos semanas.
El
magistrado es conocido por su papel en algunas de las investigaciones
judiciales más importantes de la provincia de Almería como el Caso Titulines
(permisos de navegación en 2005), Caso Telvent (querella contra el Ayuntamiento
de Almería en 2006), muerte de José Ángel Bru (asesinato en 2008), Operación
Hiena (crimen organizado en 2012), Doble Crimen de Costacabana (tiroteo
en 2012), la investigación de la UDEF sobre adjudicaciones del Ayuntamiento de
Almería (2018) y el Caso Gabriel Cruz, entre muchos otros.
LA ‘MALDICIÓN’ DE LAS MATERIAS PRIMAS QUE
CONDENA A AMÉRICA LATINA
Tras el boom entre el 2000 y el 2014, el colapso
de los precios pasó una factura devastadora.
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.com)
Los miles de
jóvenes chilenos urbanos que protagonizan las protestas en las calles de Santiago viven muy lejos de las
megaminas de cobre en el alto desierto de Atacama. Los indígenas andinos que
encabezaban las protestas en Quito no conocen las tierras del petróleo abajo en
la Amazonia ecuatoriana. Pero fue el superciclo de las materias primas –el
aumento espectacular y luego el desplome de precios– lo que puso en marcha los
problemas actuales en América Latina.
Aunque Chile
es el país más prudente en su gestión del volátil ciclo de las commodities
–creó un fondo contracíclico de estabilización para amortiguar los altibajos
del precio del cobre–, su dependencia de la exportación del mineral no deja de
ser un obstáculo para cruzar el umbral y ser un país de renta media. “Chile es
la democracia de mayor éxito de América Latina, pero tiene tres problemas: una
elevada dependencia del cobre, altos niveles de desigualdad y un sistema político corrupto”,
resume Patricio Navia, de la Universidad de Nueva York.
La bonanza
anterior a la caída de los precios fue el caldo de cultivo de las protestas
actuales
Pasa lo
mismo en otros países que sufren estallidos sociales en estos momentos, como Ecuador, Bolivia, Argentina y, por supuesto, Venezuela. Todos aprovecharon una
fase de precios disparados de las materias primas entre el 2000 y el 2014 para
adoptar políticas de redistribución mediante fuertes transferencias fiscales a
los más pobres.
Pero el
colapso de los precios de materias primas como el petróleo, el cobre, el hierro
o la soja pasó una factura devastadora. “El boom de las materias primas ha
pasado, y el entorno fiscal es más difícil, y las tasas de pobreza han
aumentado ligeramente en algunos países ”, advierte el FMI. Aunque se produjo
una ligera recuperación del precio de las materias primas tras el colapso a
mediados de esta década, este año el índice de commodities elaborado por el FMI
ha caído el 5,5%, y el precio del petroleo y los minerales industriales, un
10%.
Ecuador, al
igual que Colombia y, catastróficamente, Venezuela, pasó por una recesión
después del colapso del precio del petróleo a partir del 2014, lo que provocó
duplicar su deuda. De ahí la decisión de Lenin Moreno de solicitar un rescate
al FMI. La prolongada recesión en Brasil tiene sus raíces en la caída de
precios de materias primas, principalmente el hierro, la soja y la carne,
aunque Brasil tiene una economía mucho mas diversificada que Venezuela.
En Bolivia,
aunque se ha logrado la tasa de crecimiento más elevada de la región, la
dependencia de las exportaciones de gas a Brasil es un punto débil para el
futuro. Es lógico pensar que un previsible deterioro económico agravará aún más
las tensiones sociales provocadas por las sospechas de fraude electoral y una percepción de que el
presidente Evo Morales quiere perpetuarse en el poder.
Ecuador y
Colombia pasaron por una recesión después del colapso del crudo
Pero no sólo
es la caída de los precios lo que crea el caldo cultivo de la protesta, sino
también la bonanza anterior. En Brasil, las protestas del 2013 que
desestabilizaron a Dilma Rousseff ocurrieron en el año de salarios más altos en
dos décadas tras años de fuerte crecimiento impulsado por las exportaciones
récord de commodites, sobre todo a China.
En Chile,
las protestas ocurren a pesar de que la economía ha lidiado mejor que otras con
el nuevo ciclo de materias primas, seguramente porque las expectativas han ido
subiendo a lo largo de las décadas del boom. El precio del cobre se cuadruplicó
en los 2000, pero se desplomó después un 50% en cuatro años y ahora se mantiene
en precios inferiores. Este año, según el FMI, ha caído el 9,4% por la recesión
manufacturera global y la ralentización de China. Eso sí, la elevada demanda de
cobre en la industria del coche eléctrico es un rayo de luz para las
exportadoras chilenas.
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